ni llores sacudiéndote como quien estornuda, ¡Ah! Vuelve, que aún es tiempo, ni sufras «pataletas» que al vecindario alarmen, ni para prevenirlas compres gotas del Carmen. mientras el mar las conchas de la ribera halaga No te sientes al lado de mi cajón mortuorio con apacibles olas. usando a tus cuñadas como reclinatorio; y cuando alguien, amada, se acerque a darte el pésame, Presto erizando cerros no te le abras de brazos en actitud de ¡bésame! vendrá a batir las rocas, Hazte, amada, la sorda cuando algún güelefrito y náufragas reliquias dictamine,observándome, que he quedado igualito. hará a Neptuno alfombra. Y hazte la que no oye ni comprende ni mira cuando alguno comente que parece mentira. De flámulas de seda Amor, cuando yo muera no te vistas de viuda: la presumida pompa Yo quiero ser un muertocomo los de Neruda; no arredra los insultos y por lo tanto, amada, no te enlutes ni llores: de tempestad sonora. ¡Eso es para los muertos esülo Julio Florez! ¿Qué valen contra el Euro, No se te ocurra, amada, formar la gran «llorona» tirano de las ondas, cada vez que te anuncien que llegó una corona; pero tampoco vayas a salir de indiscreta las barras y leones a curiosear el nombre que üene la tarjeta. de tu dorada popa?
No grites, amada, que te lleve conmigo ¿Qué tu nombre, famoso
y que sin mí te quedas como en «Tomo y obligo», en reinos de la aurora, ni vayas a ponerte, con la voz desgarrada, a divulgar detalles de mi vida privada. y donde al sol recibe su cristalina alcoba? Amor, cuando yo muera no hagas lo que hacen todas; no copies sus estilos, no repitas sus modas: Ayer por estas aguas, Que aunque en nieblas de olvido quede mi nombre extinto, ¡sepa al menos el mundo que fui un muerto distinto!” segura de sí propia, ― Aquiles Nazoa, Humor y Amor desafiaba al viento otra arrogante proa; A LA NAVE Y ya, padrón infausto ¿Qué nuevas esperanzas que al navegante asombra, al mar te llevan? Torna, en un desnudo escollo torna, atrevida nave, está cubierta de ovas. a la nativa costa. ¡Qué! ¿No me oyes? ¿El rumbo Aún ves de la pasada no tuerces? ¿Orgullosa tormenta mil memorias, descoges nuevas velas, ¿y ya a correr fortuna y sin pavor te engolfas? segunda vez te arrojas? ¿No ves, ¡oh malhadada! Sembrada está de sirtes que ya el cielo se entolda, aleves tu derrota, y las nubes bramando do tarde los peligros relámpagos abortan? avisará la sonda. ¿No ves la espuma cana, que un día pregunté en qué podía ayudar y la que hinchada se alborota, respuesta fue una risotada que no podré nunca formar un hogar, ni ser ni el vendaval te asusta, brillante, ni triunfar en la vida que silba en las maromas? que he sido abandonado por muchas personas porque casi no hablo ¡Vuelve, objeto querido que tengo vergüenza por actos que no he de mi inquietud ansiosa; cometido que poco me ha faltado para echar a correr por vuelve a la amiga playa, la calle antes que el sol se esconda! que he perdido un centro que nunca tuve Andrés Bello que me he vuelto el hazmerreír de mucha gente por vivir en el limbo que no encontraré nunca quién me soporte Los Hijos Infinitos que fui preterido en aras de personas mucho más miserables que yo Cuando se tiene un hijo, que seguiré toda la vida así y que el año se tiene al hijo de la casa y al de la calle entera, entrante seré muchas veces más burlado en mi ridícula ambición se tiene al que cabalga en el cuadril de la mendiga que estoy cansado de recibir consejos de otros y al del coche que empuja la institutriz inglesa más aletargados que yo («Ud. Es muy quedado, y al niño gringo que carga la criolla avíspese, despierte») y al niño blanco que carga la negra que nunca podré viajar a la India y al niño indio que carga la india que he recibido favores sin dar nada en cambio y al niño negro que carga la tierra. que ando por la ciudad de un lado a otro como una pluma Cuando se tiene un hijo, se tienen tantos niños que me dejo llevar por los otros que la calle se llena que no tengo personalidad ni quiero tenerla y la plaza y el puente que todo el día tapo mi rebelión y el mercado y la iglesia que no he ido a las guerrillas y es nuestro cualquier niño cuando cruza la calle que no he hecho nada por mi pueblo que no soy de las FALN y me desespero por todas y el coche lo atropella estas cosas y por otras cuya enumeración sería y cuando se asoma al balcón interminable y cuando se arrima a la alberca; que no puedo salir de mi prisión y cuando un niño grita, no sabemos que he sido dado de baja en todas partes por si lo nuestro es el grito o es el niño, inútil y si le sangran y se queja, que en realidad no he podido casarme ni ir a París ni tener un día sereno por el momento no sabríamos que me niego a reconocer los hechos si el ¡ay! es suyo o si la sangre es nuestra. que siempre babeo sobre mi historia que soy imbécil y más que imbécil de nacimiento Andrés Eloy Blanco que perdí el hilo del discurso que se ejecutaba en mí y no he podido encontrarlo DERROTA que no lloro cuando siento deseos de hacerlo Yo que no he tenido nunca un oficio que llego tarde a todo que ante todo competidor me he sentido débil que he sido arruinado por tantas marchas y que perdí los mejores títulos para la vida contramarchas que apenas llego a un sitio ya quiero irme que ansío la inmovilidad perfecta y la brisa (creyendo que mudarme es una solución) impecable que he sido negado anticipadamente y que no soy lo que soy ni lo que no soy escarnecido por los más aptos que a pesar de todo tengo un orgullo satánico que me arrimo a las paredes para no caer del aunque a ciertas horas haya sido humilde hasta todo igualarme a las piedras que soy objeto de risa para mí mismo que he vivido quince años en el mismo círculo que creí que mi padre era eterno que me creí predestinado para algo fuera de lo que he sido humillado por profesores de común y nada he logrado literatura que nunca usaré corbata que no encuentro mi cuerpo la terrible indisposición de los que recuerdan algún que he percibido por relámpagos mi falsedad y lugar, no he podido derribarme, barrer todo y crear de mi indolencia, mi flotación, mi extravío una ¿hay alguien en el camino? frescura nueva, y obstinadamente me suicido al no hay nadie en el camino alcance de la mano amor mío me levantaré del suelo más ridículo todavía para y paso distraída seguir burlándome de los otros y de mí hasta el sin ver el balcón donde chillan los azulejos. día del juicio final. Temo recordarte aún el invierno próximo RAFAEL CADENAS y la madrugada ya andando, hago el último, Poemas del libro El invierno próximo (1975). furioso intento, I para dormir sin sueños ni claridades. a Raúl VII Días tranquilos que pasan como una ráfaga de Han concluido los paseos, viento los silencios amables, porque el invierno próximo, el ruido sobre la grava, lo sé, tu cuerpo fatigado. cuando no hayan testimonios posibles Cuando llegue el invierno próximo que mitiguen el temblor y la soledad, estaré en el cerro bufará la lluvia tras los muros encalados. tendida, Tardío se hace este invierno, enojada, imágenes del invierno próximo estremeciendo el lecho de madera. arrogantes y graves VIII como el desorden de la casa. A causa del invierno próximo, II tiemblo detrás de ti. Ahora, Huelo, la estación de las lluvias está próxima me asombro, y no es cosa de preocuparse. y viene de nuevo Cuando el vecindario amanezca sofocado por el la transparente pesadumbre. furor, IX pensaremos en la rudeza de nuestros antepasados y la vecina, El país, decíamos, recogidas sus anchas piernas desnudas, lo poníamos en las mesas, me mirará, lo cargábamos a todas partes, muy quieta, el país necesita, preguntándose el país espera, por qué me importa tanto el invierno próximo. el país tortura, el país será, VI al país lo ejecutan, a Soledad y estábamos allí por las tardes a la espera de algún doliente Cada vez que oscurece para decirle amor mío, no seas idiota me sorprende un rostro brumoso en los espejos piensa en el país. y escucho cómo llueve fuerte, cómo llueven los aguaceros. Miyó Vestrini El recuerdo