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Guía bienes y derecho

Caracteres de la Sucesión

DERIVATIVO:

El modo de adquirir derivativo se refiere a la manera en que una persona obtiene


la propiedad de un bien a través de la transmisión de derechos de otra. En este
caso específico, se trata de la transmisión de bienes del causante (fallecido) al
heredero o legatario. El heredero o legatario adquiere el dominio por sucesión por
causa de muerte, pero para demostrar su derecho de propiedad sobre los bienes
heredados, deben probar que el causante realmente era dueño de esos bienes.
Esto implica demostrar que el causante tenía la titularidad legal y legítima de los
bienes que se están transmitiendo.

POR CAUSA DE MUERTE:

El modo de adquirir por causa de muerte se refiere a la forma en que una persona
adquiere la propiedad de un bien como consecuencia del fallecimiento de otra
persona, el causante. En este tipo de adquisición, la transmisión de los bienes del
causante al adquirente se produce automáticamente debido al fallecimiento, sin
necesidad de actos entre vivos. La muerte del causante desencadena la
transmisión de su patrimonio, independientemente de las circunstancias de su
fallecimiento (real, presunta, accidental, violenta, natural, etc.). Es un proceso
donde el adquirente obtiene el dominio sobre los bienes del causante como
resultado directo de su muerte.

A TITULO GRATUITO:
El modo de adquirir a título gratuito se refiere a la obtención de un bien o derecho
sin realizar ningún pago o sacrificio económico a cambio. En este caso, el
asignatario recibe la asignación sin que haya salida de recursos de su patrimonio.
Esto significa que no hay un enriquecimiento directo para el asignatario, ya que
pueden existir circunstancias donde la asignación no represente una ventaja
económica real, como cuando el patrimonio del causante está gravado con deudas
que superan el valor de los bienes heredados. Es un proceso en el que el
asignatario recibe la propiedad o derecho sin tener que pagar nada a cambio.
El modo de adquirir puede ser a título universal o a título singular, según el artículo
930 del Código Civil.

• A título universal: Ocurre cuando se sucede al difunto en todos sus bienes,


derechos y obligaciones transmisibles, o en una parte de ellos, como la
mitad, tercio o quinto. Es decir, el heredero adquiere una parte proporcional
de todos los bienes y obligaciones del causante.

• A título singular: Se da cuando se sucede en una o más especies o cuerpos


específicos, como un caballo o una casa en particular, o en una cantidad
específica de bienes del mismo tipo, como dos vacas o cinco mil lempiras.
En este caso, el heredero adquiere bienes o derechos específicos del
patrimonio del causante, en lugar de una porción de todos sus bienes.

FORMAS DE SUCEDER

Las formas de suceder a una persona pueden ser por testamento o por ley, según
el artículo 931 del Código Civil. Si se sucede en virtud de un testamento, se llama
sucesión testamentaria, mientras que si se sucede en virtud de la ley, se denomina
sucesión intestada o ab intestato.

En algunos casos, la sucesión en los bienes de una persona difunta puede ser
tanto parte testamentaria como parte intestada:

• Parte testamentaria: Ocurre cuando el causante dispuso total o


parcialmente de sus bienes en el testamento.

• Parte intestada: Se refiere a los bienes que el causante no dispuso en el


testamento, lo que conlleva a la apertura de la sucesión intestada o ab
intestato para determinar la distribución de esos bienes según las leyes de
sucesión.

Las asignaciones y asignatarios se definen en el artículo 932 del Código


Civil.

• Asignación por causa de muerte o simplemente asignación: Es cualquier


disposición de bienes hecha por el testador en su testamento o establecida
por la ley para suceder en el patrimonio de una persona fallecida.
El artículo 933 del Código Civil especifica quiénes son los asignatarios:

• Asignatarios: Son las personas a quienes se hace la asignación. Si la


asignación es a título universal, se denomina herencia y el asignatario se
llama heredero. Si la asignación es a título singular, se denomina legado y
el asignatario legatario.

En la sucesión intestada, donde no hay testamento, solo existen herederos, ya


que no hay disposiciones específicas de bienes por parte del causante.

DERECHOS QUE SE ADQUIEREN:

Los derechos que se adquieren por causa de muerte incluyen tanto los derechos
reales como los personales o de crédito, según las disposiciones legales. El sucesor
adquiere estos derechos salvo que la ley los declare intransmisibles. En el caso de
los derechos personales, tanto los créditos como las deudas se transmiten por
causa de muerte. Esto significa que el sucesor hereda tanto los derechos de cobro
como las obligaciones financieras del difunto.

DERECHOS INSTRANSMITIBLES:

Los derechos intransmisibles son aquellos que, por su naturaleza personalísima, se


extinguen con la muerte del titular. Uno de estos derechos es el usufructo, el cual,
por regla general, no puede transmitirse ni por acto entre vivos ni por causa de
muerte, a menos que se haya constituido por tiempo determinado. Esto se
establece en el artículo 752 del Código Civil. Además, cualquier transferencia de los
derechos de usufructo realizada por el usufructuario se extinguirá con su muerte,
según lo dispuesto en el artículo 773.

Los derechos intransmisibles son aquellos que no pueden ser transferidos a otra
persona. Algunos ejemplos son:

B) Los derechos de uso y habitación, establecidos en el artículo 798 del Código


Civil.
C) Las expectativas del asignatario condicional que fallece mientras está
pendiente la condición suspensiva, según el artículo 1062 del Código Civil.

D) El derecho de pedir alimentos. Solo se transmite el derecho a reclamar las


pensiones alimenticias atrasadas, de acuerdo con el artículo 207 del Código de
Familia.
E) La acción revocatoria de las donaciones por causa de ingratitud, a menos que
haya sido intentada en vida del donante. Este principio se encuentra en los
artículos 1334, 1335 y 1336 del Código Civil.

Los derechos intransmisibles incluyen:

H) Los derechos derivados del contrato de sociedad. La sociedad se disuelve


automáticamente por la muerte de uno de los socios, a menos que se haya
acordado explícitamente continuarla con los herederos. Esto se rige por los
artículos 1879, 1878, 1883 y 1884 del Código Civil.

I) El mandato, que termina con la muerte del mandante o del mandatario, según lo
estipulado en el artículo 1911, numeral 3º del Código Civil.

Las obligaciones intransmisibles son aquellas que no pueden ser


transferidas de un deudor a otro. Incluyen:

A) Obligaciones cuya ejecución requiere habilidades especiales del deudor, según


lo establecido en los artículos 1978 y 1771.

B) Obligaciones en las que la confianza entre el acreedor y el deudor juega un


papel fundamental, como en los contratos de mandato y sociedad.

C) La solidaridad no se transmite a los herederos, según el artículo 1413. Es decir,


los herederos no son solidarios en el cumplimiento de las obligaciones del
causante.

Las obligaciones transmisibles:

son aquellas que pueden ser transferidas a los herederos y, en algunos casos, a
los legatarios. Los herederos están obligados a cumplir con estas obligaciones
porque se entiende que el fallecido contrató tanto para sí mismo como para sus
herederos. Por lo tanto, los herederos asumen la responsabilidad de pagar las
deudas del causante. Además, en ciertas circunstancias, los legatarios también
pueden estar obligados a satisfacer estas obligaciones.

Es crucial determinar el momento exacto en que fallece el causante por varias


razones fundamentales en el proceso de sucesión de sus bienes:

1. Capacidad y dignidad del asignatario: El momento de la muerte del


causante es vital para determinar si el asignatario es capaz y digno de
heredar. Esto significa que el asignatario debe cumplir con los requisitos
legales y morales para recibir la herencia en el momento exacto de la
muerte del causante.

2. Determinación de los derechos transmitidos: En el instante de la muerte del


causante se establecen los derechos que transmite a sus sucesores. Los
derechos transmitidos son aquellos que el causante tenía en el momento de
su fallecimiento, lo que significa que los sucesores adquieren los derechos
que el causante poseía en ese momento y no después. Por lo tanto, el
momento preciso del fallecimiento del causante es esencial para definir los
derechos que se transmiten a los herederos y legatarios.

3. Cuando una persona fallece, se inicia el estado de indivisión de sus bienes,


lo que significa que los bienes del causante no se reparten de inmediato
entre los herederos, sino que permanecen en un estado de comunidad o
indivisión. Los efectos declarativos del acto de partición, que es el proceso
mediante el cual se divide la herencia, retrotraen sus efectos al momento del
fallecimiento del causante. Esto significa que cualquier acto realizado por los
herederos se evaluará en función de los bienes que eventualmente les sean
adjudicados.
4. os efectos de la aceptación o repudiación de una herencia o legado se
retrotraen al momento en que se difiere la asignación, que generalmente
coincide con el momento en que se abre la sucesión. Esto se establece en el
artículo 1186 del Código Civil. La delación en materia de herencia, que es el
llamamiento específico a las personas con derechos sucesorios para que
acepten o rechacen la herencia, se produce en este momento, según el
artículo 935 del Código Civil.

5. Cuando se abre una sucesión, es decir, cuando una persona fallece, la


sucesión se rige por las leyes vigentes en ese momento, según el artículo
2370. Esto significa que las disposiciones legales que se aplican para
determinar la distribución de los bienes del causante son aquellas que
estaban en vigor en el momento de su fallecimiento.

6. Además, si dos o más personas llamadas a heredar fallecen en un mismo


acontecimiento y no se puede determinar quién de ellas murió primero,
ninguna de ellas heredará los bienes de la otra. Esta regla se establece en
el artículo 937 del Código Civil. Es una medida para evitar disputas sobre la
sucesión cuando no se puede establecer el orden exacto de los
fallecimientos.
ABERTURA DE LA SUCESIÓN

La sucesión de los bienes de una persona se abre en el momento de su muerte,


según lo dispuesto en el artículo 934. Normalmente, esto ocurre en su último
domicilio, a menos que exista una excepción específica. La única excepción se
refiere a la apertura de la sucesión del desaparecido declarado muerto
presuntivamente. En este caso, la sucesión se abre en el último domicilio que el
desaparecido haya tenido en Honduras, según el artículo 85 del Código Civil.

Si la muerte es presunta se abre después de transcurridos seis meses de la


publicación en el diario oficial, de la sentencia que declare la muerte presunta.

El lugar de la apertura de la sucesión, que suele ser el último domicilio del


fallecido, determina la competencia de los tribunales que deben intervenir en los
procedimientos relacionados con la sucesión por causa de muerte. Esto es
importante porque afecta a aspectos legales como la validez y ejecución de los
testamentos, así como la resolución de cualquier disputa relacionada con la
sucesión.

Por ejemplo, en los procedimientos para elevar a escritura pública los testamentos
menos solemnes y para la apertura de los testamentos cerrados, la competencia
judicial corresponde al tribunal del lugar donde se abre la sucesión, a menos que
exista una excepción específica contemplada en la ley. Esto asegura que los
asuntos relacionados con la sucesión sean tratados adecuadamente por los
tribunales con la jurisdicción correspondiente.

La delación de las asignaciones, según el artículo 935, es el llamamiento actual de


la ley para que los asignatarios acepten o repudien la herencia o legado. Este
llamamiento de la ley implica que se concede la asignación al asignatario, quien
adquiere el derecho de decidir si acepta o rechaza la herencia o legado. En
resumen, la delación de las asignaciones es el momento en que se otorga
oficialmente al asignatario la posibilidad de tomar una decisión sobre la aceptación
o repudio de la herencia o legado.

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