Contraste gadolinio

El gadolinio es el componente clave en los materiales de contraste utilizados a menudo en los

estudios de resonancia magnética. Cuando esta sustancia está presente en el cuerpo, altera las
propiedades magnéticas de las moléculas de agua cercanas, lo que hace cambiar la apariencia
de los órganos o de los vasos sanguíneos que contienen el material de contraste mientras se
están obteniendo las imágenes.

Este material tiene electrones impares, otorgándole un alto poder paramagnético, es decir,
aumenta la intensidad del campo magnético en la molécula (sus momentos magnéticos libres
se alinean paralelamente al campo magnético al que se sometan). Esta propiedad facilita la
relajación longitudinal de los protones próximos, acortando los tiempos de relajación T1, por lo
que veremos hiperintensidad de señal en las secuencias ponderadas en T1.

De esta forma, aumenta las diferencias de intensidad de señal entre los tejidos vascularizados
y los no vascularizados, mejorando la capacidad diagnóstica de la resonancia magnética.

En sí, el gadolinio es un metal con una característica muy importante, que es su máxima
atracción de los neutrones. Las concentraciones de los contraste de gadolinio, comercialmente
disponibles, varían entre 0.5 y 1 ml, la dosis estándar de administración de gadolinio
intravenoso es de 0.1 mmol/kg de peso, lo que equivale a 0.2 ml/kg cuando el contraste es 0.5
molar. Es un contraste muy tolerado debido a que, con las dosis utilizadas, la carga osmolar es
muy baja. También se distribuyen por el tejido extracelular y en su mayoría se eliminan por vía
renal. Cabe destacar que, el uso de material de contraste con gadolinio está contraindicado en
personas con insuficiencia renal.

Por lo general, los efectos secundarios del gadolinio son leves y consisten en dolor de cabeza,
náuseas, vómitos, mareos y erupción cutánea. Estos síntomas, aunque son desagradables, se
corrigen fácilmente con la medicación adecuada. En cuanto a reacciones graves, los efectos
más frecuentes son la urticaria, y en algunos casos, broncoespasmo, pérdida de conocimiento,
disnea, convulsiones y alteración del ritmo cardíaco.