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Movimientos de recuperación.

Una vez que se ha realizado un diagnóstico correcto de la patología del paciente,el traumatólogo de
mano y muñeca elaborará un tratamiento adecuado. En la mayoría de los casos, es necesario inmovilizar
el antebrazo del paciente, para ayudar a que los huesos suelden de manera natural. Para ello, se coloca
una escayola o férula. Además, en caso de presentar dolor agudo, el paciente podrá ser pautado con
tratamiento antiinflamatorio para aliviar el dolor.

En los casos más graves, en los que el tratamiento de inmovilización no haya funcionado, será necesario
que el paciente se someta a una intervención quirúrgica, en la que se recolocarán los huesos de forma
correcta y se fijarán mediante material quirúrgico.

En el caso de este tipo de lesiones, la rehabilitación de los huesos de


antebrazo adquiere especial importancia, ya que permitirá al paciente
recuperar la movilidad de la articulación y, por tanto, la realización de
sus actividades habituales.
El tratamiento con fisioterapia es recomendable, supervisado por fisioterapeutas especializados, ofrece
buenos resultados, ya que, promueve el fortalecimiento de la articulación y permite que el paciente
recupere la movilidad de forma progresiva.

Como se ha explicado, es importante tratar este tipo de lesiones de manera adecuada, para evitar que se
agraven y que afecten directamente a la calidad de vida del paciente, así como, a la realización de sus
actividades habituales.

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