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ACTO PRIMERO

GABINETE DEL MAGO. PENUMBRA.

INICIA PRIMER NUMERO MUSICAL “OBERTURA”

(Pirrimplín, cauteloso, se acerca a las candilejas y con un pase mágico las enciende. Con
otros pases enciende la lámpara del Mago, la luna y las estrellas.)

FINALIZA NÚMERO MUSICAL

(Entra el mago buscando a Pirrimplín)

MAGO: Pirrimplín.

PIRRIMPLÍN: Sí, señor.

MAGO: Carafica.

PIRRIMPLÍN: Micaluca.

MAGO: Fincalatá.

PIRRIMPLÍN: Ojalatesinof.

MAGO: Paquitenecanto.

PIRRIMPLÍN: Avecismo.

MAGO: Firibiribombo de la Trapisonda y Arsitonante, bombardón.

PIRRIMPLÍN: A sus órdenes. (Hace seña de saludo militar).

MAGO: ¿Trabajamos?

PIRRIMPLÍN: ¡Sí, señor!. (Baja la mano)

MAGO: Pues manos a la obra, nuestra tarea está atrasada.

PIRRIMPLÍN: No dirá usted que por mí, yo sólo hago lo que usted manda y más.
MAGO: No, no lo digo por ti; eres buena aprendiz y me agrada tu conducta, pero el tiempo
apremia.

PIRRIMPLÍN: Y el plazo se cumple.

MAGO: La influencia de Saturno disminuye.

PIRRIMPLÍN: Y los polvos de la Madre Celestina se acaban.

MAGO: Ya encargaremos más a “Don Juan, el de la esquina".

PIRRIMPLÍN: ¡Pero si ya no nos fía! Le debemos mucho.

MAGO: Es verdad, pero no importa. Le dices que le daremos un loro que dice las palabras al
revés... Es una maravilla. (Se acerca al Caldero)

PIRRIMPLÍN (Verificando el inventario): ¡No puede ser! ¡No puede ser!

MAGO: ¿Qué ocurre?

PIRRIMPLÍN: También se acabaron las luces de Bengala

MAGO: Bueno… lo conseguiremos luego. Ahora deja todo eso por ahí y ven a ayudarme.

PIRRIMPLÍN: Lo que usted mande. (Se acerca).

MAGO: Dame la tintura número seis.

PIRRIMPLÍN: ¿La qué…?

MAGO: La número seis, esa amarilla. ¿qué te pasa que todo lo olvidas?

PIRRIMPLÍN: Es que son demasiadas. Aquí está.

MAGO: Echa unas gotas con mucho cuidado. Apártate porque esto es peligroso. (Llamas en
el Caldero) ¡Por la patas de Cabra! ¡Por los cuernos del Tlaconete! ¡Por la nariz del
Tlacuache!

PIRRIMPLÍN: ¡Qué susto me he llevado!

MAGO: Tranquilízate. Repitamos el experimento.

PIRRIMPLÍN: Deje que me arregle el cabello. Creí que se me iba de la cabeza.

MAGO: ¡Rápido! Tráeme el elixir número 32.

PIRRIMPLÍN: Aquí está y huele muuuy feo.

MAGO: Veamos qué pasa.


PIRRIMPLÍN: (Apartándose) Desde aquí lo veré.

MAGO: No temas. (Llamas detrás del caldero. El Mago cae sentado. Pirrimplín se agarra la
barriga muerto de risa). No te rías, majadera. Respétame.

PIRRIMPLÍN: No me río. Es que me dió un calambre.

MAGO: (Indignado se para del piso) Me alegro. La cosa se está poniendo mala. Ya me
impacientó. Hemos fracasado cien veces, buscando el secreto de los globos. (Va sacando los
elementos de un baúl viejo mientras los menciona) Tenemos listo el jabón, el cuerpo líquido,
la madera elástica, el betún transparente, las cuerdas invisibles, el timón plegadizo: lo
tenemos todo. Es decir, casi todo, porque nos falta lo principal: la meteorina.

PIRRIMPLÍN: La meteorina dulce.

MAGO: Bien dicho, así se llama. Sin ella los globos no pueden subir. Dame el frasco número
594. ¡Pronto! Tengo una idea. Tal vez sea la última. ¡Corre, vuela, acelera! (Pirrimplín busca
con desesperación el frasco)

PIRRIMPLÍN (Exhausta): Aquí está.

MAGO: A ver qué resulta.

PIRRIMPLÍN: (Apartándose) ¿Ya? (Llamas en el matraz.)

MAGO: Ya.

PIRRIMPLÍN: ¿Otro fracaso?

MAGO: Desgraciadamente, otro fracaso. Ya no puedo más.

PIRRIMPLÍN: Ni yo.

MAGO: Vamos a suspender un ratito el trabajo. Muero de sueño, ya no aguanto más. Se me


cierran los ojos; las piernas se me doblan; la barriga se me hunde ; la cabeza me da vueltas.
Hasta el caldero parece estar exhausto. (Bosteza)

PIRRIMPLÍN: (En un bostezo) No bostece que me contagia.

MAGO: Este sueño es de hambre.

PIRRIMPLÍN: ¡Veo chuletas por todas partes!

MAGO: Y estamos sin un quinto.

PIRRIMPLÍN: Mire mis bolsas. En ellas no hay más que polvo.

MAGO: Es la suerte de los magos.


PIRRIMPLÍN: Triste suerte.

MAGO: Pero todo sea por la ciencia.

PIRRIMPLÍN: (Abrazando su estómago) Y por los retortijones que me dan.

MAGO: Ya no me puedo mantener de pie. Me sentaré aquí.

PIRRIMPLÍN: Y yo aquí.

MAGO: ¡Ah, pero cuando estén listos los globos seremos felices!

PIRRIMPLÍN: ¡Famosos y felices!

MAGO: Viajaremos por todas partes.

PIRRIMPLÍN: Yo tengo unas ganas de ir…

MAGO:¿A dónde quieres ir?

PIRRIMPLIN: (Sé queda pensando un momento después mira hacia arriba) A la luna, por
ejemplo.

MAGO: Pues irás a la luna.

(Los dos empiezan a sonar somnolientos)

PIRRIMPLÍN: Casi siento que estoy en ella.

MAGO: Yo también.

PIRRIMPLIN: Tengo mucho sueño…

MAGO: Yo también. Duerme…

(Se duermen.)

INICIA SEGUNDO NÚMERO MUSICAL “EL SUEÑO DEL MAGO”.

MAGOS: (Bailable y coro.)

BRUJAS: (Música y coro.)

(Los Magos y las Brujas se acercan a las retortas del Mago. Salen de escena.)
FINALIZA EL NÚMERO MUSICAL

MAGO: (Despierta abruptamente) ¡Eureka!

PIRRIMPLIN: (Despertando con calma) He tenido un sueño lindísimo.

MAGO: Yo también. ¡Ya está! (Se para emocionado.) He encontrado la fórmula.

PIRRIMPLIN:(Se para rápido) ¡¿Cómo?!

MAGO: Los espíritus celestiales me han ayudado.

PIRRIMPLIN: ¡Por fin! Era justo que se acordaran de nosotros.

MAGO: La fórmula finalmente está completa. (Va al laboratorio.)

PIRRIMPLIN: ¡Qué felicidad!

MAGO: Fíjate. (Va al mortero. Luces en el marraz.)

PIRRIMPLIN: Me fijo.

MAGO: Mira qué llama tan bella.

PIRRIMPLIN: ¡Qué brillo!

MAGO: Pondremos anuncios en todas partes. Dirán "Se necesitan viajeros intrépidos. Se
necesitan héroes”.

PIRRIMPLIN: Haremos que las lechuzas repartan nuestros anuncios.

MAGO: Las palomas mensajeras de la Tía Casilda llevarán nuestro mensaje.

PIRRIMPLIN: ¡Todo el mundo debe conocer este milagro de la ciencia!

MAGO: Tu nombre y el mío se escribirán con letras de oro.

PIRRIMPLIN: Y podremos comer y beber un buen chocolatito.

MAGO: ¡Qué tonta eres! No sólo eso, también (Rápido y emocionado) bizcochos y
merengues y dulces y caramelos. ¡Todo, todo lo tendremos!

PIRRIMPÍN: ¡Qué emoción!


MAGO: Pero no hay que descuidar ni un detalle.

PIRRIMPLIN: Esto es descomunal.

MAGO: Es sublime.

PIRRIMPLIN: (Pensativo) Sólo me falta una cosa para ser completamente feliz.

MAGO:¿Qué cosa, Pirrimplin? (Se acerca a él con ternura)

INICIA TERCER NÚMERO MUSICAL “LA MADRE DE PIRRIMPLÍN”

(Bailarinas simulan el mar y el ejército mientras Pirrrimplín cuenta la historia)

PIRRIMPLIN: Mi mamá, la extraño tanto. Dicen que era yo muy niña, muy niña cuando nos
dejó. Una tía me dijo que una noche de luna llena, fueron a la playa y nadaron en el mar. Ella
se adentró mucho, pero la marea subió, vino una ola y la arrastró, se la llevó lejos. Nunca la
vi. ¿Cómo sería? ¿Alta? ¿Rubia? ¿Morena? ¿Blanca? Si la pudiera ver alguna vez en mi
vida... le juro que haría lo que fuera.

MAGO: La verás.

PIRRIMPLÍN: Otros me dijeron que la guerra nos separó. Me cuentan que un día llegaron a
mi casa unas gentes feas, destruyeron todo a su paso y se llevaron a todos, sin dejar rastro
alguno. A mí no me llevaron porque mi mamá me escondió en un rincón, nunca me
encontraron.Aunque no sé si creerlo, la verdad no recuerdo nada de eso.

(Bailarinas salen de escena)

FINALIZA EL NÚMERO MUSICAL

MAGO:Ay Pirrimplín, me has hecho llorar. Ven acércate a mí, aquí me tienes. Yo te cuidaré
mientras viva (Lo abraza tiernamente).

PIRRIMPLIN: Lo sé, muchas gracias.

MAGO: Nada tienes qué agradecerme. Lo mío es tuyo.

(Toques en la puerta.)

MAGO Y PIRRIMPLÍN (Asustados): ¡El Casero!

PIRRIMPLÍN: ¡Ay, cómo toca!


MAGO: Tan insolente como siempre.

PIRRIMPLIN: ¡Qué horror!

MAGO: Seguro nos viene a echar de la casa.

PIRRIMPLIN: (Enfurecido.) Es muy capaz, el muy bruto.

MAGO: (Frustrado.) Le debemos dos meses de alquiler…

PIRRIMPLIN: ¿Y si viene con la policía?. (Más toques.) ¿Qué haremos?

MAGO: No lo sé, no logro pensar.

PIRRIMPLÍN: ¿Usted no podría darle unos (insinuando una travesura) pases mágicos?

MAGO: Con esa gente no valen las artes de la magia.

PIRRIMPLÍN: ¡Por un demonio, lo que me faltaba!, ¿le abro entonces?

MAGO: Ábrele… déjale pasar, pero que venga sólo.

(Pirrimplín abre la puerta)

CASERO: Buenas noches.

MAGO Y PIRRIMPLIN: :Buenísimas... Pase usted. (Dicen con sonrisa forzada)

CASERO: Gracias.

MAGO: No hay de qué.

PIRRIMPLIN: Está usted en su casa.

CASERO: Ya lo creo que estoy en mi casa… ¡literalmente es mía!

MAGO: (Ríe incómodo) ¿En qué podemos servirle?

CASERO:Pues ya usted sabe, vengo por el alquiler.

MAGO Y PIRRIMPLÍN: Aaaah, ¡el alquiler! (ríen nerviosos)


CASERO: Usted sabe que los negocios son los negocios, el fisco es el fisco; la Hacienda
Pública es la Hacienda Pública; las contribuciones, los recargos, las mordidas, el timbre, el
incometax; todo se junta sobre mis espaldas.

PIRRIMPLÍN: (Sarcástica) ¡Ay pobrecito!

CASERO: Cállate, muchacha malcriada. Lo que digo es verdad y es muy serio.

MAGO: Si, muuuy serio.

CASERO: Usted me debe, si no estoy mal, dos meses de alquiler.

PIRRIMPLÍN: (Refunfuña) Ya lo sabemos.

CASERO: Cállate la boca.

(Pirrimplín le da la espalda indignada)

MAGO: Pero el caso es…

CASERO: (Completando su frase) Que no tiene dinero.

PIRRIMPLÍN: (Vuelve a dirigirse al casero) Ni un pedazo de centavo.

CASERO: Pero…

MAGO: Pero como usted sabe, hace tiempo venimos trabajando en la invención de unos
globos que pueden llegar a la luna.

CASERO: (Enfurecido) ¿De modo que además de sinvergüenzas, lunáticos?

PIRRIMPLIN: ¡Insolente! (Busca en su bolsillo la resortera) Si no retira usted esas


palabras… (Saca la resortera y le apunta) le tiro esta piedra justo en el medio de esa fea
arruga que trae en la frente.

CASERO: ¡Baja eso mocosa! Ya no digo nada.

MAGO: Pues si señor, somos lunáticos pero no somos sinvergüenzas como usted cree, o al
menos, dice, o al menos dijo.

CASERO: Dije…

PIRRIMPLÍN: Y si lo vuelve a decir…(Vuelve a apuntarle con su resortera)


CASERO: ¡Jamás! (Se aleja de Pirrimplín asustado)

MAGO: Llámenos lunáticos, de hecho estoy de acuerdo. Nosotros perseguimos algo más allá
de lo real… ¡La luna!

CASERO: ¿De veras?

PIRRIMPLÍN: Así como lo oye.

MAGO: Hemos encontrado la fórmula secreta que permite a los globos subir más allá de las
nubes y de los asteroides y llegar, por ejemplo, a la mismísima luna.

CASERO: No les creo.

PIRRIMPLÍN: Este lunático nunca se equivoca.

CASERO: Sólo en las cuentas.

(Pirrimplín le vuelve a apuntar)

CASERO: ¡Está bien, está bien! Paro ya.

(Pirrimplin guarda su resortera y se cruza de brazos todavía a la defensiva)

CASERO: Gracias. Y entonces los globos ¿pueden subir?

MAGO: Y bajar

PIRRIMPLIN: ¡Y volver a subir!

MAGO: Y volver a bajar.

PIRRIMPLIN: ¡Y otra vez volver a subir!

CASERO: Qué preciosidad… ¿Y cuánto costaría un viaje de ida y vuelta?

MAGO: Para usted, poquita cosa.

CASERO: ¿Pero cómo cuánto?

PIRRIMPLÍN: Casi nada.

CASERO: ¿Las rentas que me deben…?


MAGO Y PIRRIMPLÍN: ¡Justo!

PIRRIMPLÍN: Con eso es más que suficiente. (Sonriente)

MAGO: Por las rentas tendría usted un boleto de ida y vuelta.

CASERO: ¿Esto no será una estafa?

MAGO: Es tan cierto como la deuda que tenemos con usted.

PIRRIMPLÍN: Decídase rápido, porque el cupo es muuuy limitado. Sólo tenemos tres boletos

CASERO: ¡Espera, espera!

MAGO: Si no toma la oferta ahora, el boleto subirá el doble.

CASERO (Exaltado): ¿¡Cuatro meses de renta!?

PIRRIMPLÍN: Cinco, cuatro, tres, dos…

PIRRIMPLÍN Y EL MAGO SE CONGELAN. EL ESCENARIO SE OSCURECE Y UN


REFLECTOR CENITAL ALUMBRA AL CASERO.

CASERO: El Mago es un tonto y Pirrimplín equivale a dos tontos. (Ríe) Pobrecitos… Ellos
creen que soy yo el tonto. ¿Tonto yo? Basta verme la cara que tengo para convencerse de que
soy capaz de cualquier barbaridad. Aceptaré el negocio. Pero, lo que ellos no saben es que la
luna es de plata maciza; llevaré mis instrumentos, trabajaré día y noche. Arrancaré de su
suelo toda la plata que pueda y me volveré millonario. ¡Seré tremendamente poderoso! Casi
ni puedo contar todos los millones que tendré.

SE VUELVE A ILUMINAR TODO EL ESCENARIO. PIRRIMPLÍN Y EL MAGO VUELVEN A


LA NORMALIDAD.

CASERO: ¡Lo tomo, lo tomo!

PIRRIMPLÍN: ¡Buena decisión!

CASERO: ¿Hay peligro?

PIRRIMPLÍN: Ninguno. Aunque… tal vez…

CASERO: No me importa, me arriesgo.

MAGO: ¡Maravilloso! Usted es todo un valiente.


PIRRIMPLÍN: Casi un héroe.

MAGO: Pues ya no hay nada que decir. Mañana a las nueve le esperamos aquí. Su globo
estará listo. Tendrá usted las instrucciones necesarias y una guía para que no se pierda en el
camino.

(Se escuchan golpes en la puerta)

MAGO: Salga por aquí, que llegan nuevas visitas.

(Pirrimplín y el Mago van empujando al Casero hacia el otro lado del escenario)

CASERO: Muchas gracias. Hasta mañana, pues.

(Pirrimplín termina de empujar al casero. Sale de escena)

PIRRIMPLÍN (Preocupado): Seguramente es otro cobrador.

MAGO: Solo los cobradores nos visitan.

PIRRIMPLIN: ¿Le abro?

MAGO: Ábrele.

(El cazador entra con su escopeta)

CAZADOR: ¿Se puede pasar?

PIRRIMPLÍN: ¿Ya que entró lo pregunta?

MAGO: Pase usted…

CAZADOR: Seré directo. Aquí está su cuenta.

MAGO: Déjeme ver.

CAZADOR: Treinta y dos pesos más quince centavos.

MAGO: ¡Que lió!

CAZADOR: Sí, un auténtico lío; y será aún más grande cuando lleguen los jueces, los
actuarios y la policía para llevarse todo esto si no me dan el dinero ahora mismo.
MAGO: Resulta que en este maravilloso instante, justo ahoritita… no tenemos absolutamente
nada de dinero . Y por cierto, ¿sería mucha molestia pedirle que la dirija hacia otro lado? (ríe
nervioso señalando la escopeta ).

(El cazador apunta hacia el lado de Pirrimplín)

PIRRIMPLÍN: ¡Pero no me apunte a mí!

MAGO: Mejor déjela en ese rincón, ¿sí?

(El cazador deja su escopeta)

CAZADOR: No tienen el dinero… Ya me lo esperaba.

MAGO: ¿Entonces a qué vino?

CAZADOR: Para confirmarlo.

PIRRIMPLÍN: ¿Pues si ya se lo confirmamos por qué no se va? (Pirrimplín señala hacia la


salida)

CAZADOR: ¡Eso nunca! O me voy con mi dinero o me quedo aquí para siempre.

(Pirrimplín se acerca al Cazador con una silla)

PIRRIMPLÍN: Aquí tiene una silla.

CAZADOR : ¡No te burles mocosa!

MAGO: Denos un poco más de tiempo.

CAZADOR: Necesito mi dinero ahora. Es esencial para mis proyectos. Imagina una fonda de
este tamaño, con espejos; sillas de cuero; platos de oro; tenedores de plata; servilletas de
seda; tazas de cristal y mozos con su uniforme elegante. Los guisos que yo ofreceré serán
dignos de un rey.

MAGO: Por favor, no nos hable de comida que morimos de hambre.

PIRRIMPLÍN: Nuestra única esperanza está allí arriba.

CAZADOR: ¿Dónde?

PIRRIMPLÍN: Ahí. ¡En la luna!


CAZADOR: Ya irán después de muertos, no se apresuren.

MAGO: No señor. Nos vamos tal vez mañana.

CAZADOR: ¿¡Mañana!? ¿Tan poco han comido?

SECO: Hemos construido unos globos que mañana mismo saldrán para la luna.

CAZADOR: ¿Con gente arriba? ¿Y cualquiera puede ir?

MAGO: Cualquiera, ¡hasta un burro!

CAZADOR: ¿Puedo ir yo entonces?

PIRRIMPLİN: Claro, será bien recibido, aunque con un precio justo.

CAZADOR: Pues yo daría…

MAGO Y PIRRIMPLÍN: ¿La cuenta?

CAZADOR: La cuenta.

MAGO Y PIRRIMPLÍN: ¡Trato hecho!

CAZADOR: ¡Hecho!

MAGO: Mañana a las nueve tendrá usted un globo listo para subir a la luna.

PIRRIMPLİN: Hora exacta.

CAZADOR: No faltaré.

EL ESCENARIO OSCURE. PIRRIMPLÍN Y EL MAGO SE QUEDAN HABLANDO DETRÁS


MUTEADOS. UN REFLECTOR CENITAL ALUMBRA AL CAZADOR.

CAZADOR: Éstos son un par de bobos, más que yo,y eso ya es bastante. Me subiré al globo
y viajarė por donde me dé la gana; iré donde dicen que vuelan las aves más gordas del
mundo. Las cazaré, las traeré a la Tierra y las guisaré en aceite. Y todo lo venderé a precios
de oro. Mis clientes morirán hinchados de tanto comer y yo reventaré de ganar dinero.

EL ESCENARIO VUELVE A ILUMINARSE

MAGO: ¿Dijo algo?


CAZADOR: Nada, que estaré puntual.

PIRRIMPLİN: Eso es perfecto.

CAZADOR: Pues ya no hay nada de qué hablar. Aquí tiene su cuenta.

MAGO: Y mañana tendrá usted su globo.

PIRRIMPLÍN: Le daremos el mejor.

CAZADOR: Para confirmar ¿A qué hora dijo?

MAGO: A las nueve.

CAZADOR: A las nueve estaré.

(Golpes en la puerta.)

MAGO: Puede usted salir por este lado.

CAZADOR: Si no hay problema, gracias.

(Pirrimplín empuja al cazador hasta la salida)

MAGO: No hay de qué.

CAZADOR: Hasta mañana, pues.

(Cazador sale de escena)

PIRRIMPLİN: (Exhausta) Otro cobrador más…

MAGO: Adelante, quien sea.

(Entra el Negrero)

NEGRERO: Vengo a cobrar la leña, son siete cargas. ¡Y quiero que me pague enseguida!
¡Enseguidita!

MAGO: Disculpe pero me encuentro sin dinero ahora.

NEGRERO: No me importa. ¡Si no me pagan les embargo!

MAGO: Tenga calma.


NEGRERO: Ya se me acabó la calma. ¡Ahora sólo quiero mi dinero!

PIRRIMPLİN:¡Usted quiere dejarnos en la ruina!

NEGRERO: He esperado mucho..

MAGO: Sea usted bondadoso. No nos amargue más la tarde.

NEGRERO. Más amargada tengo la mía.

PIRRIMPLÍN: Y justo en este día.

NEGRERO: ¿Qué tiene este día...?

MAGO: Es el día más grande de nuestra existencia. Acabamos de inventar unos globos
magníficos para viajar por el cielo, ¡para ir a las estrellas y a los cometas!

NEGRERO: ¿Y pueden viajar personas en esos globos?

MAGO: Como en un tren.

NEGRERO: ¿Y yo podría ir, por ejemplo?

MAGO: Claro que sí.

PIRRIMPLİN: Será para usted como un sueño.

NEGRERO ¿Y no cuesta mucho...?

MAGO: Casi nada…

NEGRERO: ¿Como cuánto?

MAGO: Masomenos lo que cuestan siete cargas de leña…

NEGRERO: ¿Y no será que me están engañando?

MAGO: El viaje es mañana. Usted tomará la decisión final…

NEGRERO: ¡Me decido!

MAGO: ¡Pues ni una palabra más!

NEGRERO: Ni una palabra más


EL ESCENARIO OSCURECE. PIRRIMPLÍN Y EL MAGO SE QUEDAN HABLANDO
DETRÁS MUTEADOS. UN REFLECTOR CENITAL ALUMBRA AL NEGRERO.

NEGRERO: Qué mago más idiota y qué criado más simple. No saben nada. No entienden
nada, son tontos de encargo. Así son todos los inventores. Nunca saben para qué inventan las
cosas. Se me ocurre una idea. Iré a la luna. La registraré toda. Traeré de contrabando un
cargamento de Selenitas; seres que trabajan sin descanso, no comen y lo mejor es que… ¡no
se les paga! Nunca cobran ni horas extras, ni salarios caídos, ni nada. Seré millonario en un
par de días. Aprovecharé la ocasión.

EL ESCENARIO VUELVE A ILUMINARSE

PIRRIMPLÍN: ¿Qué decía usted?

NEGRERO: Que estoy contentísimo con hacer este viaje. Tenía la ilusión de ir a la luna.

(Golpes en la puerta)

(Pirrimplín empuja apresuradamente al Negrero hacia la salida)

NEGRERO: ¡Espera!

(Negrero sale)

MAGO: ¡Adelante, al fin un rostro amigable!

(Maestro entra)

MAESTRO. Buenas noches.

PIRRIMPLÍN: ¡Maestro!

MAGO: Amigo mío.

MAESTRO. Pasaba por aquí, ví la luz y me dije: voy a visitar a mi amigo el gran Sabemás y
a mí querida aprendiz; la intrépida Pirrimplín. Pero les veo contentísimos. ¿Qué les pasa? ¿Se
han sacado la lotería? Díganme qué les sucede.

MAGO: Algo mejor que eso.¡La dicha nos sonríe!

PIRRIMPLÍN: ¡No lo va a creer!

MAGO: ¡Ya está descubierto el secreto de los globos estratosféricos!


MAESTRO: ¡Mi sueño dorado! El sueño de todos los astrónomos, la pesadilla de los
matemáticos, la locura más sublime de todas.

MAGO: Todo está terminado. Todo está en su lugar exacto.

PIRRIMPLÍN: ¡Ya no falta nada!

MAESTRO: Entonces, con su ayuda, al fin podré averiguar qué cosas esconde la luna en la
parte que no se ve desde nuestro planeta. Me muero del gusto… No puedo ni imaginar qué
puede haber ahí…

MAGO: Mañana saldrán los primeros globos.

MAESTRO: En uno de ellos iré yo.

MAGO: Si es lo usted desea…

MAESTRO: ¡Lo deseo!

PIRRIMPLÍN: Pero…

MAGO: ¿Qué pasa, Pirrimplín?

PIRRIMPLÍN (duddosa): Nada…

MAESTRO: ¿Qué tienes?

PIRRIMPLÍN (dudosa): Es que…es que…¡Yo quiero acompañar a mi Maestro!

MAGO Y MAESTRO: ¡Imposible!

PIRRIMPLÍN: (suplicando) ¡Por favor, por favor!

MAGO Y MAESTRO: ¡Imposible!

PIRRIMPLÍN: Se los ruego…

MAGO: Eres apenas una niña…

MAESTRO: No tienes edad para estas cosas.

PIRRIMPLÍN: Lo sé… pero es que…

MAESTRO: ¿Qué cosa? (Se acerca a Pirrimplín)


PIRRIMPLÍN: Una vez una viejecita me dijo que tal vez en la luna, en una estrella, en una
nube, en el cielo, podría encontrar a mi madre… que ya no está.

MAESTRO: (Triste) Ay, Pirrimplín .

PIRRIMPLÍN: (Suplicando de rodillas) ¡Por favor!

MAGO: Pequeña mía, tienes que…

MAESTRO: (Completando la frase) Comprender que esto no puede ser.

PIRRIMPLÍN: (Se levanta cabizbaja) Es que es la única oportunidad que tengo para hallar a
mi pobre madre…

MAGO: Es verdad… Está bien. (Abraza con ternura a Pirrimplín) Yendo con usted, querido
maestro, Pirrimplin está segura.

PIRRIMPLÍN: ¡Gracias! ¡Qué dicha!

EL ESCENARIO OSCURECE. EL MAESTRO Y EL MAGO SE QUEDAN HABLANDO


DETRÁS MUTEADOS. UN REFLECTOR CENITAL ALUMBRA PIRRIMPLIN.

PIRRIMPLIN: Si encuentro a mi madre y la traigo aquí, no le soltaré la mano, jugará


conmigo, viviremos justo aquí con el Mago… ¿dónde dormirá?, ¿le gustará peinarme? ¡Tal
vez sea científica como yo!... Ojalá me ame porque no la dejaré ir de nuevo, nunca jamás.

EL ESCENARIO VUELVE A ILUMINARSE

MAGO: Pues, amigo, los globos saldrán a las nueve de la mañana.

MAESTRO: Estaré puntual.

MAGO: Cuando usted llegue ya estará todo listo.

MAESTRO: Hasta mañana, pues… Adiós, Pirrimplín.

PIRRIMPLÍN: ¡Hasta mañana, Maestro!

MAESTRO: Adiós.

(Maestro sale del escenario)

MAGO: A dormir, pequeña. Vamos.


PIRRIMPLÍN: Vamos…

MAGO: Te espero arriba. Apaga las luces.

(Mago sale de escena)

PIRRIMPLÍN: Sí, no tardo.

(Apaga las luces bailando. Sale de escena)

TELÓN. FIN DEL PRIMER ACTO.

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