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El documento describe las razones por las que el autor escribe. La primera razón es que el libro "El laberinto de la soledad" de Octavio Paz despertó su interés en ver la realidad de una manera diferente y en participar en la cultura a través de la palabra escrita. También disfruta crear artefactos poéticos y siente que a través de la escritura puede comprender mejor el mundo y a sí mismo. La escritura y el arte prometen una vida más rica y sabia a través de la creación y contemplación artí
El documento describe las razones por las que el autor escribe. La primera razón es que el libro "El laberinto de la soledad" de Octavio Paz despertó su interés en ver la realidad de una manera diferente y en participar en la cultura a través de la palabra escrita. También disfruta crear artefactos poéticos y siente que a través de la escritura puede comprender mejor el mundo y a sí mismo. La escritura y el arte prometen una vida más rica y sabia a través de la creación y contemplación artí
El documento describe las razones por las que el autor escribe. La primera razón es que el libro "El laberinto de la soledad" de Octavio Paz despertó su interés en ver la realidad de una manera diferente y en participar en la cultura a través de la palabra escrita. También disfruta crear artefactos poéticos y siente que a través de la escritura puede comprender mejor el mundo y a sí mismo. La escritura y el arte prometen una vida más rica y sabia a través de la creación y contemplación artí
El primer libro que en verdad me hizo escribir fue el laberinto de la soledad
de Octavio Paz, algo dentro de mí se removió al descubrir una manera diferente de ver la realidad, y aunque esas primeras prosas no eran un diálogo lúcido con el autor, (fueron más bien un juego del sin sentido, caricaturizando conclusiones y formas de Paz, para después reformularlas junto con ocurrencias de mi autoría) me di cuenta que con suficiente entrenamiento tal vez yo también podría ser partícipe de la gran fiesta de la cultura: podía labrar con la palabra. El juego de las palabras me produce gran placer: ingerir y crear artefactos poéticos son de las actividades que más alborozo me dan en la vida, y de alguna manera, aunque mis creaciones no están a la altura de mis ídolos, siento que bebo del mismo arroyo del que en un momento ellos también bebieron. También la escritura y la literatura me han ayudado a comprender cosas del mundo y de mí mismo, y es que existe esa promesa de que la vida volcada a la creación y contemplación artística es una vida más rica, más sabia si se quiere. Pienso que tanto la filosofía, la ciencia y el arte son participes de la misma sensación: una especie de vértigo de lo sublime, una contemplación de lo eterno como lo decía Albert Einstein