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TERCER ENSAYO

Sánchez Aguirre José Francisco

Como bien sabemos, la relación entre la confianza y la responsabilidad es como


la simbiosis perfecta en el mundo de las relaciones humanas. Pues es
fundamental para el tejido mismo de nuestras relaciones humanas y sociales.
La responsabilidad actúa como el pilar sobre el cual se erige la confianza,
brindando estabilidad, integridad y previsibilidad a nuestras interacciones con los
demás.

Sucede que cuando confiamos en alguien, estamos depositando en ellos nuestra


fe, nuestra seguridad emocional y nuestra creencia en su capacidad para actuar
de manera ética y cumplir con sus compromisos, correspondiendo a nuestra
confianza, pero a su vez esta confianza es frágil y nos vuelve vulnerables.

Actualmente, en la era de la información instantánea y la conexión digital, esta


confianza parece ser más una fantasía que una realidad que verdaderamente
podamos alcanzar, pues llegamos a creer que prácticamente nadie merece
nuestra confianza, y aquellos que creemos que si la merecen dudamos incluso de
sus verdadera intenciones o si de lo que sentimos es de verdad, desconfiando
hasta de nosotros mismos, esto claramente ha ido afectando tanto a las
interacciones personales como a las dinámicas sociales a gran escala.
A medida que esto crece las personas y las sociedades se vuelven más
individualistas y se alejan de las redes sociales tradicionales, como la familia y la
comunidad. Este pensamiento individualista y egocentrista nos ha llevado a
pensar que lo que creemos, pensamos, o entendemos como correcto o bueno,
inmediatamente se vuelve una media de cómo deben ser todas las cosas, y si de
por si nuestra vision como animales humanos ya era limitada, se vuelve aún más,
llegando a cegarnos sobre la realidad y no nos deja entender que más allá de
nuestra vida o efímera existencia hay un universo dentro de cada persona que
puede o no estar de acuerdo con nuestra perspectiva. ¿Cuántas veces no hemos
tenido un debate o una discusión con alguien que piensa diferente a nosotros, y
por algo tan insignificante como una postura política, un deporte o acerca de que
va primero, si la leche o el cereal terminamos teniendo hasta una cierta
enemistad con aquella persona que creíamos cercana? Esto sin duda nos hace
comprender que cada vez nos cerramos más a el mundo de perspectivas que
existen aparte de la nuestra, cada vez es menos frecuente la tolerancia o kla
empatía en nuestras relaciones.
Dejamos a un lado la ética que, como señala el autor, es el modo de relación
entre los animales humanos, y cada vez nos vamos olvidando de como tejer
verdaderos lazos de comunicación y amistad con todos los que nos rodean, en
donde cada vez nos importa menos lo que les sucede a demás o fingimos
preocupación, quedando solamente reducidos a relaciones por mero interés
individual. Pero como puede cambiar esto si en el mundo en el que vivimos a las
personas no les importa lo que pasa incluso con su propia vida.

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