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La relación entre la confianza y la responsabilidad es fundamental para las relaciones humanas. La responsabilidad proporciona estabilidad y permite la confianza, pero la confianza también es frágil. En la era digital, parece más difícil confiar en los demás y las personas se alejan de las redes sociales tradicionales. Esto lleva a pensamientos individualistas que limitan la capacidad de entender otras perspectivas y tolerar desacuerdos.
La relación entre la confianza y la responsabilidad es fundamental para las relaciones humanas. La responsabilidad proporciona estabilidad y permite la confianza, pero la confianza también es frágil. En la era digital, parece más difícil confiar en los demás y las personas se alejan de las redes sociales tradicionales. Esto lleva a pensamientos individualistas que limitan la capacidad de entender otras perspectivas y tolerar desacuerdos.
La relación entre la confianza y la responsabilidad es fundamental para las relaciones humanas. La responsabilidad proporciona estabilidad y permite la confianza, pero la confianza también es frágil. En la era digital, parece más difícil confiar en los demás y las personas se alejan de las redes sociales tradicionales. Esto lleva a pensamientos individualistas que limitan la capacidad de entender otras perspectivas y tolerar desacuerdos.
Como bien sabemos, la relación entre la confianza y la responsabilidad es como
la simbiosis perfecta en el mundo de las relaciones humanas. Pues es fundamental para el tejido mismo de nuestras relaciones humanas y sociales. La responsabilidad actúa como el pilar sobre el cual se erige la confianza, brindando estabilidad, integridad y previsibilidad a nuestras interacciones con los demás.
Sucede que cuando confiamos en alguien, estamos depositando en ellos nuestra
fe, nuestra seguridad emocional y nuestra creencia en su capacidad para actuar de manera ética y cumplir con sus compromisos, correspondiendo a nuestra confianza, pero a su vez esta confianza es frágil y nos vuelve vulnerables.
Actualmente, en la era de la información instantánea y la conexión digital, esta
confianza parece ser más una fantasía que una realidad que verdaderamente podamos alcanzar, pues llegamos a creer que prácticamente nadie merece nuestra confianza, y aquellos que creemos que si la merecen dudamos incluso de sus verdadera intenciones o si de lo que sentimos es de verdad, desconfiando hasta de nosotros mismos, esto claramente ha ido afectando tanto a las interacciones personales como a las dinámicas sociales a gran escala. A medida que esto crece las personas y las sociedades se vuelven más individualistas y se alejan de las redes sociales tradicionales, como la familia y la comunidad. Este pensamiento individualista y egocentrista nos ha llevado a pensar que lo que creemos, pensamos, o entendemos como correcto o bueno, inmediatamente se vuelve una media de cómo deben ser todas las cosas, y si de por si nuestra vision como animales humanos ya era limitada, se vuelve aún más, llegando a cegarnos sobre la realidad y no nos deja entender que más allá de nuestra vida o efímera existencia hay un universo dentro de cada persona que puede o no estar de acuerdo con nuestra perspectiva. ¿Cuántas veces no hemos tenido un debate o una discusión con alguien que piensa diferente a nosotros, y por algo tan insignificante como una postura política, un deporte o acerca de que va primero, si la leche o el cereal terminamos teniendo hasta una cierta enemistad con aquella persona que creíamos cercana? Esto sin duda nos hace comprender que cada vez nos cerramos más a el mundo de perspectivas que existen aparte de la nuestra, cada vez es menos frecuente la tolerancia o kla empatía en nuestras relaciones. Dejamos a un lado la ética que, como señala el autor, es el modo de relación entre los animales humanos, y cada vez nos vamos olvidando de como tejer verdaderos lazos de comunicación y amistad con todos los que nos rodean, en donde cada vez nos importa menos lo que les sucede a demás o fingimos preocupación, quedando solamente reducidos a relaciones por mero interés individual. Pero como puede cambiar esto si en el mundo en el que vivimos a las personas no les importa lo que pasa incluso con su propia vida.