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Universidad Nacional de Córdoba

Facultad de Ciencias de la Comunicación y Facultad de Lenguas


Especialización en Comunicación y Lenguajes Digitales
Cohorte 2021/2022
Seminario: El texto expositivo en entornos virtuales
Profesor: Dr. Juan Acerbi
Autora: Natalia Amani Cánovas

Evaluar con memes ¿Docencia poslexica?

En el siguiente ensayo me propongo reflexionar sobre algunas ideas que, como


docente, me interpelaron a partir de las lecturas de los textos de Mark Fisher: Realismo
Capitalista ¿No hay alternativa? y de Vilém Flusser: El universo de las imágenes
técnicas. Elogio de la superficialidad.
Antes de comenzar con la reflexión quiero a referirme a un episodio
particularmente significativo que fue “viralizado” en las redes sociales y difundido
masivamente por los medios de comunicación. En octubre de 2021 se dio a conocer que
una maestra de la provincia de Entre Ríos corregía las evaluaciones de sus alumnos con
memes: “Corrigiendo pruebas de mis alumnos con memes, para más placer”, dice el
posteo que ronda las 500 mil reproducciones. Así, en las fotografías que ilustraban la
noticia se podían observar imágenes con rostros y frases que frecuentemente
encontramos en las redes y utilizadas en las más variadas situaciones. La idea no era
nueva ya que había registro de otros casos similares.
Ahora bien, quisiera recuperar en esta reflexión el concepto de poslexia que
introduce Fisher en su obra. El autor sostiene que el adolescente actual posee una
inhabilidad para hacer cualquier cosa que no sea buscar el placer y la gratificación
inmediata, una paradoja neoliberal de la felicidad que él denomina hedonia depresiva:
“Usualmente, la depresión se caracteriza por la anhedonia, mientras que el
cuadro al que me refiero no se constituye tanto por la incapacidad para sentir placer
como por la incapacidad para hacer cualquier cosa que no sea buscar placer. Queda la
sensación de que efectivamente "algo más hace falta", pero no se piensa que este
disfrute misterioso y faltante solo podría encontrarse más allá del principio del placer.”
(2018: 50)
El autor atribuye este fenómeno a la ambigua posición estructural de los jóvenes,
es decir, sus subjetividades han quedado divididas entre su rol dentro de las
instituciones disciplinarias y el nuevo lugar de consumidor que proponen las sociedades
de control. Cuando Fisher hace esta afirmación, él está hablando de sus estudiantes.
Entonces nos podríamos preguntar si al evaluar con memes, por ejemplo, pensamos que
los adolescentes van a comprender mejor la devolución. O si en realidad la poslexia no
es, en la actualidad, un patrimonio exclusivo de las nuevas generaciones sino una marca
de la época y somos los docentes los que tenemos también dificultades para apropiarnos
de la palabra.
En este sentido, hay quienes sostienen que las imágenes se constituyen en
soportes de conocimiento, pero que de ningún modo significaría la irremediable
obsolescencia de la escritura. Probablemente esto sea en parte cierto, sin embargo, de
acuerdo con Flusser (2017) nos situamos dentro de una revolución cultural de la cual
somos parte, y uno de los síntomas que destaca es la emergencia de las imágenes
técnicas a nuestro alrededor. Las fotografías, películas, imágenes de video, entre otras
imágenes técnicas han desplazado a los textos lineales, y que en el presente son las
portadoras de la información. Actualmente, no dimensionamos la magnitud de imágenes
digitales que usamos cotidianamente, desde emojis y memes en nuestras
conversaciones, hasta íconos e isotipos que activamos dentro de las pantallas para
desplazarnos entre videos, fotografías e hipertextos dentro de las múltiples plataformas.
Y la educación en tanto dispositivo reproductor de la cultura dominante, no podía
quedar ajena a estas transformaciones, es así que, desde hace más de más de treinta
años, en reforma tras reforma de los planes de estudio, los políticos, los empresarios y
los expertos en pedagogía han insistido en la instalación de prácticas pedagógicas más
edulcoradas. De esto se desprende la proliferación de ofertas de capacitaciones y
actualizaciones docentes en Educación y Tic.
Pero el problema es mayor porque en el capitalismo tardío y el mundo
tecnológico en el que estamos situados, la lectura ha perdido su valor y el acto de leer
resulta aburrido. En este contexto estas prácticas docentes tan novedosas y
“revolucionarias” actúan como refuerzo, al eliminar toda posibilidad de resistencia.
Para avanzar sobre lo dicho por Flusser resulta apropiado retomar la propuesta de
Fisher, en la que la dislexia en realidad debe ser poslexia, ya que “Los adolescentes
tienen la capacidad de procesar los datos cargados de imágenes del capital sin ninguna
necesidad de leer: el simple reconocimiento de eslóganes es suficiente para navegar en
el plano informativo de la red, el celular y la tv.” (2018: 54)
De lo expuesto resulta que, la presión –y la incoherencia- del sistema educativo
recaen plenamente en los profesores, quienes deben entretener y educar. Son los
docentes los que deben “mediar entre la subjetividad posliteraria del capitalismo tardío
y las demandas propias del régimen disciplinario -como los exámenes-” (2018: 55). Es
por esto que los educadores oscilan entre los exámenes cuya función disciplinaria es
paradigmática, y estrategias que implican juegos didácticos que son el resultado de
adaptaciones de juegos de entretenimiento de la televisión, videos cortos de TikTok y
finalmente reemplazar la calificación tradicional por memes.
Los bajos resultados en los exámenes, el abandono y el desgranamiento escolar
ha crecido exponencialmente en los últimos años y se ha agravado durante la Pandemia,
todo esto en el marco de una Ley de Educación que establece la obligatoriedad de los
estudios secundarios, han provocado que las estrategias aplicadas a la enseñanza sean
cada vez más laxas, pero, tal como afirma Fisher:
“la falta de un sistema disciplinario no se compensa, para decirlo suavemente,
con un aumento en la automotivación de los estudiantes. Los chicos son conscientes de
que, si dejan de ir a la escuela, o si no presentan ningún trabajo, no recibirán ninguna
sanción seria. Y no reaccionan a esta libertad comprometiéndose con un proyecto
propio, sino recayendo en la lasitud hedónica (o anhedónica): la narcosis suave”. (2018:
52)
Las estrategias educativas buscan afanosamente evitar que el alumno se sienta
aburrido. Pero eso es imposible porque, como sostiene Fisher, aburrirse es carecer,
aunque sea por un breve instante, de la gratificación instantánea. Y nada está más
distanciado de ese efecto que el acceso al mundo simbólico y al conocimiento.
Es complejo encontrar respuesta a la pregunta inicial, porque los dos aspectos
considerados pueden resultar válidos en el contexto actual ya que nos encontramos en
un momento en el que conviven aún, en el ámbito de la enseñanza, dos generaciones
que representan este clivaje en el modo de entender el proceso de enseñanza y
aprendizaje. Una primera generación anclada en el mundo de la palabra, inmersa en
linealidad que propone la lectura de libros en soporte de papel y otra en donde las
imágenes cobran mayor relevancia y reemplazan en las producciones escolares a la
palabra. En general estos docentes tienen grandes dificultades a la hora de realizar
producciones escritas y de exponer oralmente, esta carencia responde, entre otros
factores, a que las instituciones de formación docente responden a la misma lógica de
lasitud en las estrategias de enseñanza que ya mencionamos, presentando los contenidos
como algo previamente digerido y listo para ser consumido acríticamente.
Finalmente, desde mi punto de vista no se trata de demonizar el uso de las
imágenes y específicamente a los memes. Por el contrario, me parece que el punto de
reflexión está en la función que les atribuimos y en darle algún sentido a su utilización
en una determinada situación. El meme constituye un texto multimodal con una
densidad semiótica considerable y una capacidad comunicacional innegable, y por esto
puede devenir en un material de estudio y de análisis potente, pero si nos quedamos en
la mera referencialidad de la imagen y en su reproducción carente de sentido, no hay
aprendizaje posible.

Bibliografía:
FISHER, Mark (2018). Realismo capitalista. ¿No hay alternativa? Ciudad
Autónoma de Buenos Aires: Caja Negra.
FLUSSER, Vilém (2017). El universo de las imágenes técnicas. Elogio de la
superficialidad. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Caja Negra.

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