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El dragón en dos mundos: Explorando las

diferencias entre oriente y occidente


Aunque el término "dragón" se utiliza comúnmente para
referirse a criaturas míticas tanto en Oriente como en
Occidente, es importante destacar que existen notables
diferencias entre el dragón chino y el occidental. De hecho,
ambos representan seres completamente distintos. En
China, el dragón chino se denomina 龍, pronunciado como
"loong", y para aquellos familiarizados con la escritura china,
el propio pictograma evoca magnificencia y grandeza.
El loong y el dragón occidental difieren no solo en su
apariencia física, sino también en su carácter y el significado
que tienen en las respectivas culturas. El dragón occidental
se representa como un reptil alado de gran tamaño, con un
largo cuello, alas semejantes a las de un murciélago,
cuernos triangulares, afilados dientes y una cola que termina
en una punta similar a la de una flecha. Su aspecto guarda
similitudes con los dinosaurios jurásicos, con la excepción
de su habilidad para volar y lanzar fuego.
En la literatura occidental, el dragón ha sido
consistentemente asociado con el mal y la oscuridad, siendo
incluso mencionado en textos cristianos como una
encarnación de Lucifer. Tradicionalmente, estos dragones
son retratados como guardianes de tesoros o como seres
que aterrorizan a la humanidad. En las mitologías griega,
nórdica y germánica, aquellos valientes que se atrevían a
enfrentarse y vencer a un dragón automáticamente
ascendían al estatus de héroes, ganando renombre y gloria

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por su hazaña.
En contraste con el dragón occidental, el loong siempre ha
sido símbolo de bondad y sabiduría en la cultura china. Su
forma física es una amalgama de diversas criaturas, que
incluye elementos como una gran serpiente con
características secundarias tomadas de otros animales: una
barba distintiva, ojos similares a los de una langosta,
cuernos de ciervo, hocico de buey, bigotes de bagre, melena
de león, escamas de pez y garras de águila. Esta
combinación de rasgos le otorga al loong el título de rey de
los animales. Dependiendo de las interpretaciones o
subespecies, algunas de estas características pueden
variar. Por ejemplo, el número de dedos puede ser cinco
(exclusivo para los emperadores que utilizaban al loong
como emblema), cuatro, tres, dos o incluso ninguno.

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Heráldica de activos del dragón chino. (CC BY-SA 4.0)
La historia del loong chino es tan antigua como la
civilización misma que lo venera. Su simbolismo lo ha
catapultado como protagonista en innumerables relatos,
muchos de ellos estrechamente vinculados con los
emperadores de la antigua China. Entre las virtudes que se
le atribuyen destacan la grandeza, el poder, la bondad, la
sabiduría, la pureza y la divinidad. Además, el loong es
emblemático del aspecto yang o masculino, y se le otorgan
una amplia gama de poderes divinos, que lo elevan a un
estado casi mítico en la mitología china.
El loong siempre ha sido asociado con poderes
extraordinarios. A pesar de carecer de alas, posee la
habilidad de volar y nadar, y ejerce una gran influencia sobre
el clima. A pesar de su imponente tamaño físico, los
avistamientos de loong son raros y fugaces, desapareciendo
en un instante para ocultarse en los mares, ríos, nubes o
montañas. Se dice que los loong tienen la capacidad de
moverse en una dimensión espacial distinta, más allá del
alcance visual de los seres humanos, lo que añade un aura
de misterio y majestuosidad a su leyenda.

Para los antiguos chinos, el loong era considerado el


responsable supremo de producir la lluvia y controlar el
clima, convocando al viento, las nubes y el sol a su
voluntad. Su poder sobre todos los aspectos hidrológicos
era indiscutible, ejerciendo dominio sobre mares, ríos y
cascadas, manifestándose bajo diversas formas en estos
entornos acuáticos. Por esta razón, en tiempos de sequías o
inundaciones, era una práctica común llevar ofrendas al
templo del loong y solicitar su intervención para restablecer
las condiciones normales.

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Los registros históricos indican que los avistamientos del
loong tenían lugar principalmente durante épocas de lluvias
o tormentas, lo que fortalecía la creencia en su capacidad
para influir en el clima. Incluso aquellos que creen en la
existencia de esta criatura divina afirman que, en ocasiones,
durante sus esfuerzos por generar lluvias, pueden sufrir
accidentes con los rayos, lo que resulta en heridas y
ocasionalmente los hace caer a nuestra dimensión. Esta
narrativa añade un elemento de misterio y peligro a la
fascinante leyenda del loong.

Imagen de portada: Escultura de dragón que sopla vapor en


Ximending. (CC BY-SA 4.0)

Autor: Emily Lima Ferreira

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en-china?utm_source=post-email-title&publication_id=
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