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Todos hemos visto dragones en series y películas, y también hemos leído sobre ellos en

multitud de novelas. Pero, ¿qué hay de cierto en ello? Los dragones han formado parte de la
mitología de muchas culturas a lo largo de la historia. Para algunas han sido un símbolo de
temor, mientras que para otras han sido un símbolo de belleza.

En cualquier caso, los dragones siempre han sido representados como animales fantásticos de
gran tamaño, cuyo cuerpo es muy similar al de los reptiles, con alas y garras, y la particularidad
de escupir fuego por la boca. Todos nos hemos preguntado en algún ocasión si realmente
existieron o simplemente han formado parte de la mitología de las diferentes civilizaciones?

Muchas están guiadas por un texto sagrado o religioso, en el cual encuentran, usualmente
expresadas de manera hermética o figurada, correspondencias con los eventos que ocurren a
diario. Por esa razón los creacionistas pueden también creer en profetas y profecías, y pueden
ser más o menos receptivos a las pseudociencias y teorías de la conspiración.

El dragón aparece varias veces en la Biblia, siempre como una presencia del Mal, representa lo
tenebroso, la culpa, el demonio. Uno de sus pasajes más llamativos es el del Apocalisis, o Libro
de las Revelaciones, el texto más oscuro y con más simbología e interpretaciones de la Biblia.
Es el último libro del Nuevo Testamento, atribuido a san Juan, quien lo habría escrito durante
su destierro en la isla de Patmos, en el Mar Egeo. Los hechos fantasiosos allí narrados
muestran los derroteros de la humanidad y su fin

Los creacionistas tienen una explicación lógica para las leyendas de dragones y dicen que estas
criaturas no son para nada mitológicas. Algunas versiones de la Biblia mencionan a los
“dragones” en varias partes y muchas culturas diferentes entre sí tienen leyendas de gente
que tuvo encuentros con dragones. A pesar de que estas historias a veces son fantasiosas, en
ellas se describen a los dragones como si fueran parecidos a los dinosaurios. Pero el caso más
convincente de interacción entre el hombre y el dragón se encuentra en Génesis: los animales
terrestres fueron creados en el Sexto Día de la Semana de la Creación, al igual que Adán. Así
que los dinosaurios (también conocidos como dragones) fueron creados junto con el hombre.

Un artículo de Ciencia Popular dice que los dragones no son necesariamente mitológicos, sino
que, en cambio, tienen una biología basada en la “vida real” (a pesar de que no todas las
características de los dragones se encuentran en una sola criatura).1 El artículo dice que la
mayoría de las características clásicas de los dragones también se encuentran en otras
especies. Algunos escarabajos, por ejemplo, muestran algo parecido a escupir fuego cuando
avientan químicos de su abdomen para quemar a humanos o criaturas que los hagan sentirse
amenazados. Además, estudios de fósiles de pterosaurios muestran que tenían alas parecidas
a las de un dragón.

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