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El pensamiento y las ideas han ido evolucionando a lo largo del tiempo. De igual
manera que los acontecimientos, los hechos históricos o el paisaje por efecto de la
actuación del hombre en sociedad a lo largo del tiempo, que ha ido ajustándolo a
su propia mentalidad y/o ideología o a sus determinadas necesidades vitales. Así
pues, cada época, cada espacio, cada lugar, ha tenido o tiene su propio código de
valores, de modas, de prácticas culturales y de su especial razón de ser. Pero en
todo ello subsisten unos grandes conceptos o principios claves estructurantes,
como los entendemos nosotros, que son los referentes más generales y aludidos,
tanto las argumentaciones científicas propuestas en las convenciones históricas
complejas, como en los debates culturales, políticos o sociales más concretos.
Junto a la Temporalidad, Especialidad, Conflictividad, Actividad, Intencionalidad,
Interdependencia, Causalidad y Universalidad, aparecen otros dos no menos
relevantes como la Identidad y la Diversidad. Estos dos últimos pueden
aparentemente presentarse como conceptos contrapuestos, sin embargo por su
propia naturaleza epistemológica no lo son, sino que se complementan entre sí.
En efecto, la Identidad necesita de la Diversidad para cobrar sentido; por lo
contrario, la Diversidad necesita de multitud de Identidades para poder existir
como tal. En los tres grandes grupos de factores por los que se rige nuestro
ecosistema terrestre (bióticos, abióticos y antrópicos) no hay dos elementos o
individuos absolutamente iguales, pero tampoco existen otros dos del mismo
grupo completamente diferentes. En todos los casos existen analogías y
diferencias; será precisamente el grado y la proporción, lo que equivale a decir, la
combinación, lo que identifica o caracteriza a un fenómeno, acontecimiento y
movimiento determinado. La ventaja que estos dos conceptos poseen sobre otros
actuales o pasados (como la solidaridad, el pacifismo, el ecologismo, la igualdad,
la equidad, etc.) es que tienen mayor aceptación y son entendidos como
complementarios, si bien, en determinados ámbitos como el político, por ejemplo,
a veces posturas extremas y poco democráticas tratan de imponer una identidad
única, que atenta contra la diversidad, la libertad de la persona, de la cultura y de
la propia naturaleza.
El principio de Identidad responde a la última pregunta que todo profesor de
Geografía e Historia ha de formularse a final del proceso de estudio de una unidad
didáctica: ¿qué es lo que le caracteriza o identifica? La respuesta a esta pregunta
supone no sólo conocer el hecho, sino comprenderlo e identificarlo. Así pues,
desde el punto de vista curricular, que es el que nos interesa plantear, hay que
inculcar este principio entre los estudiantes de bachiller, como otro elemento de
análisis fundamental para la comprensión de los hechos geográficos, históricos y
culturales. Además de ello, hay que enseñarles a caracterizar cada uno de los
fenómenos o hechos estudiados, distinguiendo lo que tienen de común y de
diferente de los restantes y reconociendo sus identidades esenciales. Es así como
propendemos a una educación integradora, reflexiva y crítica y a un currículum
globalizador y diferenciado, basado en la complejidad de contenidos matéricos.
Podríamos decir que es una manera de reflexionar en torno al “hubiera”. Aplica así
a otras supuestas paradojas. Incluso para prever reacciones luego de unos
resultados electorales.
Si bien fue el filósofo de la Grecia Antigua, Parménides, quien inició este principio
con algunos axiomas, no fueron sino Platón, Aristóteles y Avicena quienes lo
conceptualizaron. El principio de contradicción nos asegura que una declaración
no puede ser verdadera y falsa a la vez.
Este principio anuncia que una cosa no puede ser verdadera y falsa al mismo
tiempo y en las mismas circunstancias.
Dicho de otra manera, este principio nos dice que es imposible afirmar y negar que
una cosa es y no es al mismo tiempo y bajo las mismas circunstancias.
Simplemente está planteando que hay que verla desde otra perspectiva. Y esto es
lo más cotidiano que nos puede ocurrir, por ejemplo:
Usted no consigue las llaves de su auto donde siempre las deja o debería dejar.
Luego de ver que no están allí, entonces la lógica indica que debe buscarlas en
sentido contrario a su cotidianidad.
donde A no es una fórmula del lenguaje, sino una metavariable que representa
a cualquier fórmula del lenguaje.
En la lógica aristotélica, se distingue entre juicios contradictorios y juicios
contrarios. Dados dos juicios contradictorios, no puede darse un juicio intermedio,
pero sí en cambio entre dos juicios contrarios. Por ejemplo, si se afirma "Juan es
bueno" y "esta proposición es verdadera", entonces los juicios contradictorios son
"Juan no es bueno" y "esta proposición no es verdadera", y no hay posibilidad de
un juicio intermedio. Pero en cambio, los juicios contrarios son Juan es malo y esta
proposición es falsa, y entonces sí cabe la posibilidad de otros juicios intermedios,
como "Juan es más o menos bueno" y "esta proposición es probablemente falsa".
Según Stuart Mill, la frase "abracadabra es una segunda intención" no es ni
verdadera ni falsa, sino que carece de sentido.
La negación del principio del tercero excluido de un sistema lógico da lugar a las
llamadas lógicas polivalentes.
“es imposible que lo mismo se dé y no se dé en lo mismo a la vez y en el mismo
sentido…”
3.1 Análisis Principio de Tercero Excluido
Mientras el principio de contradicción, en su forma general, afirma que dos juicios
contradictorios no pueden ser ambos verdaderos, el del tercero excluido explica
que, cuando dos juicios se contradicen, no pueden ser ambos falsos. Con esto, el
principio afirma, al propio tiempo, que necesariamente unos de los dos es
verdadero. Finalmente, declara en forma hipotética: Si uno de los dos juicios
opuestos contradictoriamente es falso, el otro será necesariamente verdadero.
El principio jurídico de tercero excluido formúlese así: Cuando dos normas de
derecho se contradicen, no pueden ambas carecer de validez, Por tanto, una de
ellas tiene que ser válida. En otros términos: si una de los dos carece de validez,
la otra será necesariamente válida.
4. Principio de Razón Suficiente
Norma lógica general según el cual una proposición se considera verdadera sólo
en el caso de que pueda formularse para ella una razón suficiente.
La razón suficiente es una proposición (o un conjunto de proposiciones) a todas
luces cierta y de la que se desprende lógicamente la tesis que se ha de
fundamentar. La veracidad de esa razón puede ser demostrada por vía
experimental, en la práctica, o puede inferirse de la veracidad de otras
proposiciones.
El principio de razón suficiente caracteriza uno de los rasgos esenciales del recto
pensar lógico: la demostrabilidad. El primero en formular este principio fue Leibniz,
pese a que también antes, en muchos sistemas de lógica (por ejemplo en el de
Leucipo y en el de Aristóteles), dicha forma se daba por sobreentendida.
Schopenhauer le consagró su tesis doctoral (“Sobre la raíz cuádruple del principio
de razón suficiente”, 1813).
Por su carácter, el principio de razón suficiente constituye una norma
metodológica sumamente general, con una amplia y variada zona de aplicación.
Agregaremos finalmente algunas consideraciones que permiten apreciar su
importancia fuera del sistema leibniziano y a pesar de él. En su forma rigurosa -
como principium rationis- señalaresmos con Heidegger y Derrida su importancia,
al afirmar que la ciencia y la universidad modernas dependen de él, como principio
lógico, exigiendo la fundamentación de las proposiciones y como principio que
busca la relación de las causas. El principio de razón suficiente aparecerá así en
toda su potencia, profundidad y enigmaticidad cuyo alcance se extiende hasta la
actualidad como se muestra en el pleno poder e importancia que tiene en la
Universidad. La Universidad se funda en el principio del fundamento, en su
formulación leibniziana dominante.
4.1 Análisis Principio de Razón Suficiente
Principio lógico general, según el cual una tesis se considera auténtica tan sólo en
el caso de que pueda formularse para ella una razón suficiente.
La razón suficiente es una proposición (o conjunto de proposiciones) notoriamente
verdadera y de la que se desprende lógicamente la tesis que se fundamenta. La
autenticidad de la razón puede ser demostrada o bien por vía experimental, en la
práctica, o bien deducirse de la autenticidad de otras tesis. La ley de la razón
suficiente caracteriza un rasgo esencial del pensamiento lógicamente correcto: la
demostrabilidad.
La ley de la razón suficiente fue formulada por Leibniz, aunque se sobrentendía
también anteriormente en muchos sistemas de la lógica (por ejemplo,
en Leucipo, Aristóteles). Por su carácter, la ley de la razón suficiente es un
principio metodológico muy general.
Cuestionario
1. ¿Qué son los principios lógicos? Son los fundamentos que determinan
ciertas reglas a seguir para lograr que la coherencia y sistematicidad de los
pensamientos y conocimientos.
4. ¿Qué nos dice el principio de tercero excluido? Nos dice que una cosa es o
no es, no cabe término medio, lo que equivale a decir que entre ser y no ser no
existe una tercera opción.
6. ¿Qué señala el principio de razón suficiente? Que todo ser tiene una razón
de ser, es decir, una razón suficiente que lo explique.
13. ¿En que debe basarse toda interpretación de las leyes para que sean
certeras? En la lógica
14. ¿Por quién es iniciada la lógica clásica? Por Aristóteles.
15. ¿Esta lógica se desarrolla a partir del siglo XVIII. Lógica simbólica.
16. ¿Este tipo de lógica es el paso superior de la formal La lógica dialéctica
17. ¿Qué tipo de lógica es la más empleada en la lógica? El estudio de la lógica
clásica.
18. ¿Este tipo de lógica tiene un gran campo de aplicación de ciencias como la
matemática, la semiótica y otras? La lógica simbólica.
19. ¿Cuál es la fórmula de no contradicción? A=no A
20. ¿Que es lo que significa la formula A=no A? El principio de no contradicción
dice que es imposible que algo sea y no sea al mismo tiempo en el mismo sentido.