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4G0039 APU Tipicidad Penal Informatica v1-0
4G0039 APU Tipicidad Penal Informatica v1-0
Pero todo el sistema descansa sobre un supuesto: que las conductas puedan
efectivamente ser descriptas de una manera tan clara que no puedan caber dudas
respecto a la inclusión o no de una acción, más allá de las necesarias interpretaciones
judiciales.
En los casos que llegan a los tribunales, en general, los abogados y los fiscales debaten,
por una parte, la prueba de la existencia de los hechos y, por la otra, la subsunción de los
hechos al tipo. Porque la descripción puede ser clara, pero el hecho concreto, las
particularidades únicas de un hecho producido en un momento dado pueden generar
dudas y confusiones.
Pero todos, más allá de las diferencias sobre los hechos y su acomodamiento al tipo, están
de acuerdo en que si no “cae” de una manera clara y precisa en el tipo penal no puede ser
castigado penalmente. Aun cuando el hecho sea dañoso o muy parecido a otro que sí se
encuentra tipificado. Si el hecho no encaja en el tipo, no puede ser juzgado como delito.
Esto significa que está prohibido al respecto hacer razonamientos por analogía.
Por ejemplo, en todas las legislaciones existe un delito que lleva el nombre de “daño” y la
acción estaba descripta en el Código Penal Argentino de esta forma: “… Será reprimido
con prisión de quince días a un año, el que destruyere, inutilizare, hiciere desaparecer o
de cualquier modo dañare una cosa mueble o inmueble o un animal, total o
parcialmente…”. Entonces, para que una acción se configure como delito, debe haber una
“cosa” dañada. ¿Y qué es una cosa? Un objeto material susceptible de apreciación
pecuniaria.
Esta descripción fue adecuada durante muchísimos años. Pero con la generalización de la
informática se presentó un problema. La modificación de una página web: ¿puede
considerarse delito de daño? No nos preguntamos si genera un perjuicio patrimonial, sino
si es una “cosa”. Y existe un principio del derecho penal que dice “in dubio pro reo”, que
significa que ante la duda se debe decidir a favor de considerar como inexistente el delito,
siempre se debe interpretar a favor del imputado.
Del mismo modo, el delito de “estafa” requería el engaño a otra persona que la condujera
a un error que motivara que hiciera una disposición patrimonial a favor del estafador.
Pero no puede haber “engaño” a una computadora, por lo cual la inclusión de un
programa que desviase fondos de una cuenta a otra no podría ser “estafa”.
Estas situaciones, que cada vez implicaban mayor gravedad, amenazaban con dejar fuera
del sistema penal importantes acciones que se consideraban merecedoras de la aplicación
de penas.
Entonces se comprendió que resultaba imprescindible reformar las leyes penales para
incorporar nuevos tipos penales y modificar los ya existentes.
En la mayoría de los países, la presión social actuó sobre los parlamentos para que
sancionaran leyes que adaptaran y completaran los tipos penales a fin de dar cabida a
estas acciones que eran iguales en valoración, pero distintas en la forma, y que habían
quedado afuera del reproche penal. Así, las legislaciones incorporaron de forma diversa
los llamados “delitos informáticos”, denominación discutible, pero que se ha generalizado.
Ahora pidámosle que intente tipificar esa acción; pero con una salvedad, que no se le
estará permitido usar verbos. Podría sí usar sustantivos, adjetivos, preposiciones,
adverbios, etc. Ofrezcámosle la primera parte: “Será reprimido con prisión de… meses a…
años el que…”.
A poco de pensarlo, resulta obvia la causa del fracaso. El verbo es la expresión gramatical
de una acción y un delito es una acción (típica, antijurídica y culpable), en consecuencia,
sin verbo no puede expresarse.
Esto nos enseña, entonces, que el núcleo, el corazón del tipo penal, es el verbo y a él tiene
que dirigirse en primer lugar nuestra atención. La concordancia con el verbo permitirá la
subsunción de la acción en el tipo.
Además del verbo pueden existir otros elementos sobre los que debemos aclarar el
significado, porque sin ellos tampoco habrá tipo, porque si el tipo tiene varios elementos
todos deben cumplirse para que se cumpla el acuerdo entre acción y tipo.
Pero pueden producirse dos tipos de errores que llamaremos ERROR DE TIPIFICACIÓN
CLASE A (Error-A) y ERROR DE TIPIFICACIÓN CLASE B (Error-B).
El Error-A consiste en dejar afuera del tipo acciones que son similares a las que han
quedado dentro y que el juicio de valor indica que deberían estar comprendidas. Es un
error por defecto. Se desperdicia el esfuerzo legislativo y solo se puede reparar con una
nueva ley ampliatoria.
Es de tener en cuenta que el dictado de una ley lleva mucho tiempo. Desde el arraigo de la
conciencia social que la acción debe ser delito, los diversos proyectos, el debate
parlamentario con todo su procedimiento tanto en la Cámara de Diputados como en la de
Senadores y finalmente la promulgación y la publicación por el Poder Ejecutivo Nacional.
Entonces, cometer errores de tipo Error-A que dejen afuera las acciones que debieron ser
comprendidas en el tipo es de un alto costo social e institucional. También podemos
observar que, una vez modificado el Código Penal, casi sin solución de continuidad, se
presentaron nuevos proyectos a fin de volver a modificarlo para incorporar nuevas
acciones informáticas.
Por su parte, el error “Error-B” se produce cuando, por una incorrecta redacción del tipo,
quedan incluidas como delitos acciones que de ninguna manera se tuvo la intención de
incluir. Esta situación legislativa es mucho más grave desde el punto de vista social y
conduce a otro costo. Si resulta de la aplicación del tipo el juzgamiento de acciones
triviales que no producen verdadero daño social relevante, sabemos que finalmente un
tribunal penal no sancionaría la conducta con lo cual se obliga al órgano jurisdiccional a un
esfuerzo argumental extra para justificar la inexistencia de delito.
Entonces, ante un tipo penal informático intentaremos encontrar ambos errores y ello nos
permitirá conocer los límites de la descripción y sus problemas.
A continuación, los tipos penales informáticos del Código Penal Argentino. Se han
suprimido algunos que no consideramos propiamente informáticos y que fueron incluidos
en la ley y se han agregado algunos artículos que no han sido modificados, pero resultan
necesarios para comprender las modificaciones.
Para estudiar los tipos, de la lectura del artículo vamos a buscar el verbo y ver sobre qué
se aplica. Esto nos dará una visión rápida de los delitos que nos permitirá ubicarlos a fin
de, en un segundo paso, estudiarlos con precisión.
Violación de correo electrónico (art. 153 del CP, prisión de 15 días a 6 meses):
Acceso indebido a un sistema informático (art. 153 bis del CP, prisión de 15 días a 6
meses):
Acceso a bancos de datos personales (art. 157 bis del CP, prisión de 1 mes a 2 años):