Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
INTRODUCCIÓN A LA PALEOGRAFÍA Y
UNIDAD 2. EL CONTEXTO FÍSICO DE LA ESCRITURA” Compilación, IEU Universidad, México.
Bibliografia
Lectura 1.1 y 1.2:
Castillo Gómez Antonio, Sáez Sánchez Carlos. (1999). Paleografía e Historia de la cultura escrita. Del signo a lo escrito. Universidad de
Alcalá. Consultado el 09 de noviembre de 2015.
Alonso Gutiérrez José Félix. (s.f.) Principios básicos de Paleografía. Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo / Red Nacional de
Archivos de Instituciones de Educación Superior. Consultado el 09 de noviembre de 2015. Disponible en:
http://www.uaeh.edu.mx/xvjornadasarchivisticasrenaies/memorias/talleres/taller_5_paleografia.pdf
Cuenca Paloma y Royo Ma. del Mar. (2009). Paleografía y diplomática. Universidad Complutense de Madrid / Unión de Historiadores
Progresistas. Consultado el 09 de noviembre de 2015. Disponible en: https://uhphistoria.files.wordpress.com/2010/09/paleografia-y-
diplomatica.pdf
Cuenca Paloma y Royo Ma. del Mar. (2009). Paleografía y diplomática. Universidad Complutense / Unión de Historiadores Progresistas.
Consultado el 09 de noviembre de 2015. Disponible en:
https://uhphistoria.files.wordpress.com/2010/09/paleografia-y-diplomatica.pdf
Martínez Comeche Juan Antonio. (1995). Aplicación de la metodología paleográfica a un autógrafo lopiano del siglo XVII. Revista General
de Información y Documentación. Vol. 5 no. 2. Universidad Complutense de Madrid. Consultado el 09 de noviembre de 2015. Disponible
en:
https://revistas.ucm.es/index.php/RGID/article/viewFile/RGID9595220011A/11284
Sierra Escobar Fernando. (s.f.). Metodología para la disposición final de series documentales. Universidad de la Salle. Consultado el 09 de
noviembre de 2015. Disponible en:
http://blogs.ffyh.unc.edu.ar/evaluaciondedocumentos/files/2012/06/Luis-F.-Sierra-Escobar.pdf
Alonso Gutiérrez José Félix. (s.f.) Principios básicos de Paleografía. Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo / Red Nacional de
Archivos de Instituciones de Educación Superior. Consultado el 09 de noviembre de 2015. Disponible en:
http://www.uaeh.edu.mx/xvjornadasarchivisticasrenaies/memorias/talleres/taller_5_paleografia.pdf
Material compilado con fines académicos, se prohíbe su reproducción total o parcial sin la autorización de cada autor.
1
C. Sáez
A. Castillo
tantes de una actividad humana inscrita y condicionada por los usos que le da cada
sociedad. Entre ellos se encuentra Scipione Maffei, autor de Istoria diplomatica
che serve d'introduzione all'arte critica (Mantua, 1727), donde apunta ideas dife-
rentes y deja ver un concepto de la Paleografía como historia de la escritura con-
trapuesto al de los maurinos, para los que tal término equivalía a "clasificación de
escrituras varias".
No obstante, sería el fetichismo documental del "siglo de la Historia", el XIX,
el elemento que propiciaría el desarrollo científico-académico de la Paleografía y,
dentro de ésta, la posibilidad de abundar en la óptica sociocultural, aunque todavía
siguieran pesando los hábitos erudito-positivistas de tan larga tradición en el que-
hacer de paleógrafos e historiadores. Dicho período se caracterizó por la creación
de institutos de investigación histórica vinculados a las "Escuelas Nacionales" naci-
das al calor del romanticismo, por la aparición de grandes colecciones documen-
tales y de publicaciones periódicas, por la aplicación de la fotografía a la repro-
ducción de facsímiles y por el descubrimiento de nuevas fuentes paleográficas, en
especial los papiros. El primero de dichos institutos fue la École des Chartes, fun-
dada en 1821 para formar a los archiveros y bibliotecarios encargados de manejar
los fondos desamortizados durante la Revolución Francesa a la nobleza y las órde-
nes religiosas. A la par nacieron importantes escuelas nacionales, alguna de las cua-
les trascendió los umbrales del siglo XIX e influyó de forma decisiva en la doctri-
na paleográfica de la primera mitad del xx [cfr. Petrucci y Pratesi, 1988]; por
supuesto, con extensión a las escrituras y a lo escrito de todos los tiempos, sin tener
en cuenta el soporte ni el sistema de fijación.
En España, la creación de la Escuela Superior de Diplomática en 1856 (aun-
que programada por la Academia de la Historia desde 1852) no tuvo correspon-
dencia entre los paleógrafos contemporáneos, si se exceptúa a Jesús Muñoz y Rive-
ro, cuya obra destacó sobre toda la producción del siglo XIX y de principios del xx.
Zacarías García Villada es el siguiente erudito digno de recuerdo. Su manual supu-
so un indiscutible progreso, al adoptar por primera vez en España reproducciones
facsimilares realizadas mediante fotografía y al incorporar el estudio de las escri-
turas romanas.
era «no sólo interpretar exactamente los antiguos manuscritos, sino también datar-
los, localizarlos y, en general, sacar de su aspecto exterior todos los elementos úti-
les al estudio de su contenido y, en un plano más amplio, a la historia de la cultu-
ra en general» [1978: 7]. En consecuencia, según este autor, el campo de la
indagación paleográfica comprendería «el de las materias escriptorias y los instru-
mentos utilizados para escribir en las distintas épocas y lugares; el de la prepara-
ción del códice para recibir la escritura y el de las formas externas de éste; la his-
toria de la escritura alfabética (Paleografía en sentido estricto); el de los signos
accesorios de la escritura alfabética (puntuación, numerales, signos ortográficos y
críticos, etc.); el de las escrituras taquigráficas y braquigráficas y de las criptogra-
fías de la antigiiedad y del medioevo» [Cencetti, 1978: 7-8].
Como se ve, una teoría, al igual que la del propio Mallon, Luigi Schiaparelli o
Giulio Battelli, que definía con mayor amplitud el campo y los objetivos de la dis-
ciplina; pero cuya reconstrucción todavía no podía equiparse, en estricto sentido,
con una historia social de la escritura, entendida ésta como historia de la produc-
ción, difusión y recepción o apropiación de lo escrito, como historia de los pode-
res y funciones de la escritura, en fin, como historia de las prácticas sociales del
escribir y del leer.
Esa perspectiva, en la que cobra mayor sentido el diálogo -por supuesto abierto
también a otras ciencias- entre la Historia y la Paleografía, fue definitivamente fran-
queada por influencia de la metodología marxista practicada por ellingiiista francés
Marcel Cohen, el paleógrafo húngaro István Hajnal y el historiador polaco Alexan-
der Gieysztor [Cfr. Petrucci, 1989b: 48-50]. En sus elaboraciones asoma una nueva
consideración de la escritura, que, por ejemplo, Cohen sintetiza en la máxima que
rige su obra más importante y célebre, La grande invention de l' écriture: «El uso de
la escritura está en función de su utilidad en una sociedad dada» [1958: 1, 7]. Por su
parte, el húngaro Hajnallo expresó del modo siguiente [1959: 9]:
escritura [Alfabetismo, 1978: 20, n. 21], historia social de los escribientes y lecto-
res [Bartoli, 1980-1981: 77] o, más recientemente, lo que se ha formulado como
historia social de las prácticas de producción y uso de la cultura escrita [Petrucci,
1993: 376]. Así fue definida en la presentación de la revista Scrittura e Civilta
(1978; n.o 1, p. 6), que, en su momento, se constituyó como el órgano de comuni-
cación de una renovada e interdisciplinar -dentro de ciertos límites- historia de la
escritura, contrapuesta a la orientación más analítica de Scriptorium.
Es decir, una forma distinta de entender la historia de la cultura escrita, que
conlleva, como también ha manifestado Petrucci, el paso de una visión estática a
otra dinámica, en la que ya no ~be una historia de la escritura (o Paleografía), sino
una historia del escribir, o, mejor, de las maneras de escribir; y por lo mismo, tie-
ne más sentido una historia de la producción y la difusión de los testimonios impre-
sos que una historia de la imprenta'(l'Ydellibro impreso); resultan más oportunas
una historia de los modos y maneras del leer e, incluso, una historia de las prácti-
cas literarias, que una historia de la literatura [Petrucci, 1993: 382].
En este punto, ya no se trata simplemente de analizar los testimonios escritos bajo
un prisma cualitativo, como se hacía en los primeros momentos del giro paleográfi-
co, sino que más bien comporta interpretarlos desde una perspectiva más amplia,
explicar el sentido de sus distintas concreciones materiales y formales; pero igual-
mente comprender y razonar las condiciones históricas que han gobernado los pro-
cesos de producción, consumo y conservación de la cultura y la memoria escrita.
Por lo tanto, supone transgredir la tradicional dicotomía entre ciencias de la
descripción y ciencias de la interpretación, lo mismo que McKenzie ha planteado
respecto a la bibliografía [1986]; es decir, superar la distinción entre los objetos y
las acciones y optar decididamente por una reconstrucción de las prácticas [Char-
tier, 1996]. En esas coordenadas es donde se acredita la utilidad y validez de los
conocimientos eruditos en el ámbito de la historia cultural [Chartier, 1992: 52],
donde la Paleografía, sin renunciar a su pasado, reorienta sus planteamientos meto-
dológicos y se proyecta al futuro, hasta el punto de poder ser, quizás más que nun-
ca, un campo abierto a las frescas y jóvenes fuerzas. Con estos términos califica-
ba Traube en 1907 sus impresiones sobre el porvenir de la Paleografía como historia
de la escritura [cfr. Bartoloni, 1952]. Tal vez hoy quepa recuperarlas y ponerlas en
el frontispicio de la etapa que vivimos.
Dejando a un lado las discusiones y los puntos de vista, más teóricos que prác-
ticos, sobre concepto, método y categoría disciplinar de la Paleografía y Diplomá-
tica, suscitados en los últimos cincuenta años del siglo xx entre escuelas y estu-
diosos dedicados a profundizar en temas relacionados con la escritura, la actividad
escrituraria y los procesos de almacenamiento, información y comunicación y demás
facetas: sociales, culturales, antropológicas, históricas ..., aspectos difícilmente sepa-
rables del objeto y las funciones y valoración del saber científico paleográfico, se
30 Parte 1: Paleografía
Paleografía
estudia
evolución modos de
técnicas productos
de la producción
escritura escritos pueden se
escritura del escrito
libros
para saber documentos oficiales
inscripciones
grafitos
escritos privados
implica
son es
disciplinas auxiliares
de
Objetivo general
Que los asistentes conozcan las técnicas y herramientas necesarias para llevar a cabo la lectura e interpretación de las fuentes documentales del
periodo colonial de México.
Contenido
a) Conceptos generales
- Definición
- Objeto formal
- Periodización
- Letras
- Nexos
- Signos especiales
- Abreviaturas
- Signos de puntuación
- Elementos del trazo
- Relación de la escritura con el soporte
c) Normas de transcripción
d) Numerales
2
- Cuenta castellana
- Cuenta de guarismos
3
PALEOGRAFÍA. DEFINICIONES
A) definición etimológica
Palaios: antiguo
- Raíces griegas graphos: escritura Ciencia de las escrituras antiguas
ia: ciencia
- El término se utilizó por primera vez en 1708, por el benedictino Bernard Montfauçon en el tratado Paleographia graeca.
- Sin embargo, el primer tratado se publicó en 1681: De rex diplomatica libri sex, del también benedictino Jean Mabillon, para
resolver la polémica sobre la autenticidad de unos documentos merovingios. Para ello, se vio en la necesidad de desarrollar una
metodología sobre las escrituras: lectura, transcripción, datación, clasificación, etc.
- Durante la primera etapa se consideró a a la paleografía como una herramienta auxiliar de la diplomática, para analizar los
documentos de la Edad Media. Su interés se limitaba a clasificar y denominar las escrituras, sin preocuparse por ellas como
fenómeno socio-cultural.
- Definición de Millares Carlo: “Es la ciencia que trata del conocimiento e interpretación de las escrituras antiguas, y que
estudia su origen y evolución”.
- Algunos autores consideran que con la aparición de la imprenta concluye el periodo de estudio de la paleografía, y establecen
un antes y un después
+ antes de la imprenta: paleografía
grafística
+ después de la imprenta: proponen nuevas terminologías gramatología no prosperan.
neografía
4
B) Paleografía– epigrafía (soporte)
- Otros autores no establecen los límites de la paleografía en la antigüedad de los documentos, si no los soportes en la que están
escritos. Las clasifican:
+ Trazada en soporte duro: son objeto de estudio de la epigrafía.
+ Trazada en soporte blando: son objeto de estudio de la paleografía
restrictivas: limitan el campo de estudio a la antigüedad
o a la dureza
- Sin embargo, ambas definiciones son
ambiguas, imprecisas: ambos términos, dureza y antigüedad,
son relativos
- En el siglo XIX: desarrollo de la arqueología y descubrimientos en Egipto (papiro), se rompe este esquema
5
- A mediados del siglo XX hay nueva corriente: la Escuela Francesa, con Jean Mallon. Con ella se superan estos criterios
restrictivos.
- Se considera entonces a la paleografía como la ciencia de la escritura como actividad humana, como expresión cultural
(historia de la escritura.).
- Definición de Cencetti (1948): la paleografía consiste “no sólo en interpretar correctamente los antiguos manuscritos, si no
también datarlos, localizarlos y, en general, sacar de su aspecto exterior todos los elementos útiles al estudio de su contenido y,
en un plano más amplio, a la historia de la cultura en general”.
- Para ello, se requiere analizar las letras, los nexos, las abreviaturas, los signos convencionales, para:
transmitirlos al lenguaje (escritura) de hoy transcribir.
6
B) Paleografía analítica
- Es más especializada que la anterior: somete a las escrituras a un estudio riguroso para clasificarlas, identificarlas y situarlas
en el espacio y en el tiempo.
cronología (datación)
+ recesio (identificación) determinar localización geográfica de las escrituras
técnicas de ejecución
falsificaciones
interpolaciones
para ello eliminar
errores de copistas
corrupciones
7
+ Historia estudio de las fuentes documentales crítica histórica
+ Filología estudio de la naturaleza, origen y evolución del lenguaje, a través de los escritos
- Su objetivo es entender la escritura contextualizada en su momento histórico Analiza la naturaleza, el origen, el desarrollo, la
evolución de la escritura
- Se comienza a estudiar la escritura en su contexto histórico, a relacionarla con otras manifestaciones culturales. Ya no basta
responder a la preguntas: qué, cuándo, dónde y cómo; se abren nuevos interrogantes: por qué, quién, es decir, su función y su
difusión social.
- La escritura es un reflejo de la lengua; a través de ella se manifiestan también aspectos sociales, jurídicos, administrativos,
políticos, económicos, culturales, etc. La paleografía estudia, por tanto, no solo a las escrituras y a los escribientes, si no
también a la sociedad cambiante.
8
PALEOGRAFÍA
Estudia
para conocer
9
de la Merovingia. Así nacen las escrituras precarolinas, de las que destacan las presentadas por los
monasterios de Laon, Luxeil y Corbie. También se llaman precarolinas a todas aquellas que se inventasen
inmediatamente antes que la Carolina.
La Visigótica se usa en España y Portugal (con distintas evoluciones según la zona) entre el s. VIII y el
XII. En el s. VIII era la escritura hegemónica, en el XII la sustituye la Carolina y en el XIII prácticamente
desaparece.
La Carolina se importa de Francia con una adopción desigual. Se instaura en el s. IX en Cataluña, pero
hasta el s. XI no se usa en la Meseta. Hubo zonas en los que no llegó ni a cursivizarse, debido a su poco
uso. En el s. XII entra la Gótica con fuerza desde Centroeuropa.
La Gótica se usa entre el XII y el XV. Se diferencia de la anterior en que tiene otro elemento escriptorio;
las plumas góticas, que tenían un corte oblicuo trasversal en la punta.
Este corte imposibilitaba el poder hacer trazos continuados, y era muy difícil desarrollar curvas. Poco a
poco se cambió el elemento escriptorio por otro de punta redondeada, que permitía escribir más rápido
pero cursivizó la escritura entre los s. XIII y XIV. Entre el XIV y el XV había 7 escrituras diferentes en
Castilla, más una para Aragón y otras tantas mezcla de Carolina y Humanística.
Por decreto se deja de escribir en Gótica y se importa de Italia la Humanística. Llega primero a Aragón,
que quiere separarse del sistema castellano. En Castilla cuesta introducirla, y suelen aparecer fusiones
entre la Cortesana y la Gótica. Carlos I la impone definitivamente.
La Humanística es muy clara, y estaba difundida por la imprenta, además de ser la que se usaba en
América, por lo que dominó la diplomática de Occidente durante mucho tiempo.
- Componentes abreviativos:
Existe una tercera opción, más moderna, pues aparece a partir de la Carolina. Son las letras superpuestas,
que dan como resultado las palabras céfalas.
Para que un escrito sea considerado un documento tiene que cumplir una norma básica:
• El texto debe tener una naturaleza jurídica, pues de faltarla dejaría de ser documento.
9
- Método de la diplomática:
I. Fecha o Data:
o Tópica: En Zamora…
o Cronológica: …a 15 de abril de 1203.
10
Tema 2.- Materiales escriptorios
Son aquellos o aquellas materiales o materias que suponen un soporte para la escritura. Aquí nos vamos a
fijar en los que están creados específicamente para soportar escritura, pudiendo delimitar en la escritura
latina:
1. El Papiro
2. El Pergamino
3. El Papel
• Paralelo a todos, las Tablillas Enceradas.
1. Su origen es una planta llamada “Cyperus Papirus”. Su proceso de elaboración se basa, según
nos cuenta Plinio en su “Historia Natural”, en la recolección de los tallos de la planta separaban la corteza
para quedarse con el interior, de donde extraían unos filamentos (tiras) de 1 cm de grosor. Estas se
colocaban unas sobre otras encima de unas tablas, mojándolas con agua del Nilo y se empezaba a formar
una superficie compacta. Antes de que se secase, se golpeaba con un mazo y se impregnaba de una
sustancia gomosa que satina y alisa la superficie (sólo la parte superior). Esta parte es el “Recto”, y la otra
el “Vuelco”. La cantidad de papiro conseguido se denominaba “Plágula”. Cuando unían 20 plágulas se
formaba el rollo de papiro o “Scapus”.
Sobre el papiro se escribe con el “cálamo”, una caña hueca con una incisión abajo y que funcionaba como
una plumilla. Durante los primeros tiempos, Egipto monopolizó su fabricación gracias a las características
únicas del agua del Nilo, pero cuando se dejó de producir en el s. XX Sicilia tomo el relevo gracias a los
emigrantes egipcios que habitaban la isla, manteniendo la producción hasta el s. XII. Pero por muy bien
que se fabricara, el papiro nunca podía ser del todo liso, obligando a que el signo gráfico fuese alargado y
fino.
• Papiros Egipcios: Son de los que más cantidad se conservan. La mayoría son griegos,
pero hay algunos latinos, y las principales colecciones están en el Museo Británico, de
entre el s. I y V.
• Papiros de Herculano: La erupción del Vesubio sirvió para conservarlos bajo las
cenizas. Todos son anteriores al 79 a.C. (erupción) y son en su mayoría griegos.
• Papiros Medievales: Son más o menos un centenar. Diez son códices y el resto
documentos. Dentro de ellos es donde se conservan los Diplomas Merovingios, el
mejor ejemplo de escritura merovingia del mundo.
2. El material con el que se crea es de origen animal. Plinio nos cuenta que se fabricaba usando la
piel de animales jóvenes (terneros, cabritos, corderos…) o fetos. Se cogía la piel del animal y se maceraba
en sal, para luego depilarla con una cuchilla y rasparla con piedra pómez, consiguiendo así una superficie
perfectamente lisa. Se dice que fue inventado por orden del rey de Pérgamo, que envidioso de la
Biblioteca de Alejandría pidió papiros a Egipto. Al negarse el faraón a abastecerle, ordenó a sus sabios
crear otro material escriptorio, y así aparece el papiro.
Las ventajas del pergamino era que todo el mundo tenía acceso a los animales y era más resistente al paso
del tiempo que el papiro. Es un material dúctil pero muy grueso, permitiendo la encuadernación en códice
pero no en royo, siendo así más fácil de almacenar y clasificas. Sobre él se escribía en con pluma
(penna), de metal o de ave. La obra más importante en papiro son las obras completas de Virgilio.
6
3. Lámina delgada hecha con fibras vegetales blanqueadas y desleídas en agua que se endurecen
químicamente después. En general es una materia filtrada constituida por tiras de celulosa entrecruzadas,
que una vez empapadas se extienden sobre una malla metálica por la que se escurre el agua. Una vez
seco, se prensa y se constituye el papel. Los primeros en crear un papel propiamente dicho fueron los
chinos. En el 105 d.C., el ministro de Agricultura Tsui-Lun, recomendaba la madera de morera y de
bambú para su fabricación. En el 751 unos prisioneros chinos que sabían fabricarlo llegaron a
Samarcanda donde trasmitieron sus conocimientos.
Los árabes trasmitieron la nueva técnica por el Norte de África y la Península Ibérica. En el s. XII ya
había un molino papelero en Játiva, que se abastecía con el lino valenciano. En Castilla no entró la nueva
técnica hasta el reinado de Alfonso X. En el s. XIII llega a Italia, y en Francia se cree que llega en el s.
XIV, al igual que en Alemania.
La Paleografía es la ciencia que estudia los monumentos u objetos escritos entendidos en todo el conjunto
sus factores externos.
La Paleografía nace como tal en el s. XVII, pero ya desde que nace la escritura hay una serie de procesos
gráficos en la misma que se estudia en libros, como por ejemplo las Abbreviationes romanas, donde se
representaban símbolos para escribir taquigráficamente. Destaca la de Tirón, que inventó un símbolo que
se siguió usando hasta el s. XVII; el signo tironiano, que equivale a una conjunción copulativa.
Ya con el interés de, si no ciencia, sí convertirlo en técnica, en el s. XVII surgen discusiones en torno a la
paleografía. En 1675, un jesuita holandés llamado Daniel von Papembroeck publica un libro en el que la
tesis era que los documentos, cuanto más antiguos más falsos eran.
La respuesta para esta tesis se la da otro eclesiástico, Jean Mabrillon, con “De Re Diplomatica Libri Sex”.
Obviamente, él era benedictino, porque era esta orden quien conservaba la mayor parte de los documentos
antiguos. El afirma que sí que es cierto que hay documentos antiguos falsos, pero que no se podía
generalizar, y que debían ser estudiados y verificados uno por uno.
Otra publicación benedictina, por Bernard de Montfaucon, completa la obra del anterior, siendo la
primera que crea un método para estudiar cualquier manuscrito.
En 1869 se publica en Alemania “La Escritura en la Edad Media”, por Guillermo de Wattemback. Su
importancia radica en que es la primera publicación moderna sobre Paleografía, en la que se entiende
como ciencia o como posible ciencia, y no como recurso historiográfico. España sigue la misma pauta.
7
Aplicación de la metodología paleográfica
*
a un autógrafo lopiano del siglo XVII
RESUMEN
INTRODUCCION
Este estudio es resultado parcial de un proyecto de investigación financiado por la Fundación Caja de
Madrid.
Aspecto que Léon CILISSEN denomina ‘paléographie de lecture’, frente a la paleografía experimental
y la historia de la escritura, las otras dos grandes áreas que configuran la ciencia paleográfica. GIUSsEN, L.
«Analyse des deritures: manuscr’ts datés et expertise des nsanuscrits non datés». En: CENTRE NATIONAL
DE LA RECHERCHE SCIENTIFIQIJE. Le.s techniques de taboraloire ulans Ieliude des mnanuscrfts. Actes
du Colioque !nternational ni 548 du centre National de la Recherche Scientifique, Paris, 3-15 seplembre
1972. Paris: Editions du C.N.R.S’., 1974, p.23-40, esp. p. 28.
2 MIrLAREs CAlmo, A.: itarado de paleografía española. 37 cd. Madrid: Espasa-Calpe, 1983. vol. 1.
p. 6.
Aplicación de la metodología paleográfica a un autógrajó lopiano... 13
MALLON, J.: Paléographie romaine. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Institu-
to Antonio de Nebrija de Filología, 1952.
~(hníssers, L.: Lexpertise des écritures médiévales. Recherc/te dune méthode avec application ñ un
,nanuscri¡ du XP siécle: Le Lectionnaire de Ubbes, codex Brnxeflensis 18018. Gand: Editinns Scientifiques
E. Story-Scientia, 1973.
MArI.oN, j.: Op. «it., p. 22.
14 Juan Antonio Martínez Cornee/te
ciendo que «des doigts habiles se jouent de la plume qu’ils tiennent: pour les
ligatures de formation des lettres et des signes, la plume pivote légérement sur
elle-méme dans le sens inverse des aiguilles d’une montre sil s’agit des liga-
tures vers le bas, dans le sens des aiguilles d’une montre lorsqu’il s’agit des
ligatures par le haut des lettres. Ce léger pivotement de la plume entrame en
principe un changement dangle de linstrument qui écrit»6.
Gilissen concluye que «nous ignorons toujours langle que le copiste don-
nait á sa plume, angle qui certainement variait dun scribe á l’autre. Ce que
nous pouvons observer et mesurer, c’est uniquement langle et les angles que
forment les traits constitutifs des signes avec une droite quelconque (la réglure
horizontale)»7. En consecuencia, este autor prefiere definir el ángulo de escri-
tura como el ángulo formado por los trazos más gruesos con la línea de ren-
glón. Eliminamos de este modo una simple conjetura (el ángulo de la pluma),
sustituyéndola por un elemento objetivo, mensurable y cuya verificación es
siempre posible.
La consideración del ángulo de escritura como el ángulo formado por los
trazos más gruesos con la línea de renglón, aunque solventa los problemas de
índole externa que presentaba la definición de Jean Mallon (la presencia de la
pluma en la conceptuación del ángulo, tanto por su inclinación real o su forma
natural como por el tipo de corte efectuado en su extremidad; o la repercusión
de la inclinación del tablero y de la posición del papel en su medida), no deja
de presentar algunos inconvenientes, entre los que destacaríamos los dos
siguientes:
— Uno relacionado con su propia definición, y el consiguiente riesgo de
equívoco en su cálculo. No hemos de confundir la dirección aparente de los tra-
zos gruesos que presentan todas las letras con el ángulo de escritura. Estas
direcciones aparentes son variables conforme a la grafía de que se trate, pues
al ser distinto el trazado de cada signo, en cada uno de ellos se obtiene una
diversa disposición y sentido de los trazos gruesos y de los trazos finos. De las
explicaciones que aporta Gilissen se deduce que el ángulo de escritura viene
indicado por la línea perpendicular a la dirección de ataque o inicio de un signo
que comienza con un trazo grueso, o lo que es equivalente, el ángulo formado
por la perpendicular a sus correspondientes trazos finos y la línea de renglón8.
— En segundo lugar, hemos de convenir en que el ángulo de escritura así
entendido, aunque elimina los obstáculos que hemos denominado de índole
externa, sigue reflejando los de carácter interno que se oponen a su estabili-
dad o invariabilidad. Dicho de otro modo, a pesar de la mejora indudable que
Pouuí,r., E. «Pal¿ographie et méthodologie. Vers t’analyse scientiflque des écritures médiévales». En:
Bibliothéqucde lÉcole des Chartes, vol. 132 (1974), ni 1 (enero-junio). p. 101-JO, esp. p. 103; y OILIssEN,
L. Op. cii., p. 17.
I6 Juan Antonio Martínez Comeche
«C’est langle que font, avec la réglure horizonrale, les bastes el les jambages des letires prétendues
droiles». PotstTÍ, E. Op. cii., p. 103-4.
¡2 ~ s’agit, en somme, dévaluer l’impression produite par l’épaisseur des graisses». POULLE, E. Op.
ca,, p. 104.
13 «El módulo designa las dimensiones ‘absolutas” de las letras. Por “relación modular” se entiende la
‘7 CíLíssEN, L.: «Analyse des ¿critures: manuscrits datés et expertise des manuscrits non datés». En:
CENTRE NATIONAL DE LA RECHERCHE SCIENTIFIQUE. Les !echniques de lobo raroire dans 1 ‘dtude
des manuscrits. Actes du Colloque International ni 548 du Centre National de la Rectsercbc Scientifique,
Paris, 13-15 septembre 1972. Paris: Éditions du C.N.R.5., 1974, p. 39.
‘~ CANELLAS, A.: Op. ch., p. 32.
‘~ MILLARES CARIO, A.: Op. ci!., vol. 1, p. 9.
20 Juan Antonio Martínez Comeche
~«Cnnsidero que el método propuesto por Colette Sirat para analizar el ductus sería igualíssente de gran
utilidad para descubrir la disposición de gruesos y finos en escrituras donde aparentemente no cabe Ial dis-
Unción. Vid. su artículo «Etude du tracé de lécriture». En: CENTRE NATIONAL DE LA RECHERCIJE
SCIENTIFIQUE. Le.s technique.s de lohoratoire <laus t’é!otte dé manusrrtts. Actes dtí Colloque lnternatit,.
nal n.’ 548 du Centre Nalional de la Recherche Scientifique. Paris. 13-15 septembre 1972. Paris: Éditions du
C.N.R.5.. 1974, p. l7-24, esp. p. 21.
Aplicación de la metodología paleográfica a un autógrafo ¡op/ano... 21
Aunque no puedo afirmarlo con absoluta certeza (sería preciso respaldar esta hipótesis con una com-
probación muy amplia y exhaustiva, aún incompleta), creo que es posible extender la aplicación del estudio
aquí emprendido a escrituras de muy vahadas épocas y estilos.
METODOLOGÍA PARA LA DISPOSICIÓN FINAL DE SERIES DOCUMENTALES
La TRD debe actuar como un instrumento orientador tanto para quienes conforman y
transfieren los expedientes a los archivos centrales, como para el personal de las unidades
de archivo, que deben coordinar la transferencia de los documentos y aplicar gran parte de
las decisiones relacionadas con la disposición final, por tanto los procedimientos deben ser
claramente sustentados, en la columna pertinente.
Es importante definir con claridad a partir de qué momento operan los tiempos de retención
fijados para las series y subseries en los archivos de gestión, pudiendo establecerse como
una convención general que los tiempos de gestión que se asignaron en archivo de gestión,
empiezan a contarse a partir del cierre del asunto que lo originó.
Por otra parte es conveniente señalar en qué momento se aplicarán los procesos de
reprografía.
Excepto en el sector bancario, es poco usual que en nuestro medio se apliquen los procesos
de reprografía en el momento en que se origina la documentación, siendo la práctica más
común su procesamiento cuando los expedientes ingresan a los archivos centrales; sin
embargo, sería importante analizar a la luz de las posibilidades tecnológicas actuales, en
10
Extractos tomados de la obra: Guía práctica para la elaboración de tablas de retención documental (2001).
LUIS FERNANDO SIERRA ESCOBAR
En todo caso, la oportunidad en que se aplicarán los métodos de reprografía deberá quedar
claramente determinada en los procedimientos.