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Como ya hemos visto en la primera unidad temática, durante el siglo XIX resultaba
relativamente sencillo establecer una clasificación de los sectores sociales en dos categorías o
clases: por un lado se encontraban los poseedores de capital, y por el otro los grandes
contingentes de obreros. La sociedad se estructuraba en torno de estas dos grandes clases
sociales, que para algunos eran sencillamente la clase alta y la clase baja, para otros la
burguesía y el proletariado. Entre medio de ellas existían otras clases y sectores sociales de
mucho menor peso, como los campesinos o las clases medias urbanas.
Así, se puede considerar lo siguiente: cada país contabiliza el valor monetario de los bienes y
servicios producidos en un año a través del PBI, esto es el Producto Bruto Interno. Sin embargo
ese PBI no se reparte de la misma manera y ni en iguales cantidades entre todos los actores
sociales que lo generaron. No perciben lo mismo los empleaos de un negocio que sus
propietarios.
Para el análisis de la distribución del ingreso, es decir de la forma en que los ingresos (o el
Producto) se reparte en cada país se establece una primera distinción que remite a la dualidad
del siglo XIX: poseedores de capital (clase alta o burguesía) y no poseedores (clase baja o
proletariado). En otros términos: el sector del capital por un lado y el sector del trabajo por el
otro.
Dentro del sector capital no todo s es igual. La porción que recibe el sector terrateniente no es
la misma que la recibida por los empresarios dueños de las fábricas y establecimientos de
servicios, y también es distinta de la del sector finanzas.
Esta forma de analizar la distribución del ingreso total de la sociedad en base a la propiedad de
los factores de producción se denomina Distribución Funcional del Ingreso, ya que capta la
proporción en el PBI (como sinónimo de valor agregado) que representan el trabajo asalariado
y los beneficios del capital.
Vemos que la población del país aparece dividida en tres partes, aunque en realidad son cinco:
a cada una le corresponde el 20% de los ingresos del país. Si multiplicamos el porcentaje de
cada parte por cinco obtenemos el 100% que es el total de ingresos. Luego los ordenamos de
acuerdo al monto de los ingresos percibidos en: ingresos bajos; ingresos medio bajos; ingresos
medios; ingresos medio altos e ingresos altos. Finalmente, para hacer una simplificación,
agrupamos los tres centrales en una sola clase, totalizando el 60% (20% de cada grupo).
Esta aproximación al tema de la distribución del ingreso se denomina Distribución Personal del
Ingreso, ya que se analiza cómo éste se encuentra distribuido entre los individuos o familias de
la sociedad, independiente del origen de los mismos. Habitualmente se divide el número de
familias de un país en cinco grupos de igual tamaño, denominados quintiles, se los clasifica por
su nivel de ingreso y se estudia qué porcentaje recibe cada grupo. Algunas veces, para mayor
comprensión, se trabaja con diez grupos de población llamados deciles.
Fuente: INDEC. Informes Técnicos vol. 2 nº 124; Trabajo e ingresos vol. 2 nº 5; Evolución de la distribución del
ingreso (EPH), Primer trimestre de 2018