Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1
lOMoARcPSD|15676476
Ahí fuera existe un mundo real (el biológico, el sociológico, etc.), y la tarea del
científico es descubrirlo, y dar cuenta de él. La filosofía positivista sólo puede ser válida
en la medida en que constituye una representación exacta y completa de las relaciones
que existen naturalmente.
Para comprender el mundo real que existe fuera de la mente hay dos caminos:
investigar y teorizar. Aunque Comte reconocía la importancia de la investigación,
acentuaba la necesidad de la teoría y la especulación. Desentona con lo que hoy en día
consideramos positivismo, en especial el empirismo puro a través de la observación
sensorial y la cuantificación.
2
lOMoARcPSD|15676476
Para Comte, existían tres métodos sociológicos básicos; tres modos fundamentales
de hacer investigación social que permiten un conocimiento empírico del mundo social
real:
1.- Observación. Las observaciones deben hacerse guiadas por una teoría, y deben
estar conectadas con una ley. Sin teoría no sabremos qué buscar, ni interpretar
el significado de lo que encontremos.
2.- Experimentación. Más adecuado para otras ciencias que para la sociología. Es
obvio que, en la práctica, es imposible interferir en los fenómenos sociales e
intentar controlarlos.
lOMoARcPSD|15676476
1º- Estadio teológico. Primer y necesario punto de partida de los otros dos
estadios. En él la mente humana busca la naturaleza esencial de las cosas, particularmente
su origen y su propósito. Esto supone la búsqueda del conocimiento absoluto, y se asume
que todos los fenómenos son creados y regulados por fuerzas o seres sobrenaturales
(dioses), quienes les asignan sus propósitos. Aunque incluye el fetichismo (culto a
4
lOMoARcPSD|15676476
Comte reconocía la sucesión inevitable de los tres estadios, pero admitía que los
tres podían coincidir en un momento determinado. No obstante, el estadio positivo sería
total en el mundo futuro desapareciendo los modos de pensar teológico y metafísico.
Aplicó la ley de los tres estadios a una gran variedad de situaciones. Consideraba
que la gente los experimentaba y veía a los niños como representantes del pensamiento
teológico, a los adolescentes del metafísico y a los adultos del positivista. Las ciencias
seguían también la jerarquía de los tres estadios. En este sentido, la sociología, al ser una
lOMoARcPSD|15676476
ciencia nueva, aún no había alcanzado el estadio positivo. La historia del mundo sigue
también esta estructura: la historia primitiva se corresponde con el estadio teológico, para
alcanzar con posterioridad el estadio metafísico y, en vida de Comte, el mundo estaba
entrando en el último estadio. En él, las personas llegarían a comprender mejor las leyes
invariables que las dominaban y adaptarse a ellas con menores dificultades y mayor
rapidez.
6
lOMoARcPSD|15676476
social), de modo que la sociedad pudiera acercarse a su último fin: la expansión gradual
de las capacidades humanas. El positivismo era el único estadio de la historia de la
humanidad que ofrecía orden y permitía progreso.
La crisis de su tiempo era una crisis de ideas y sólo podía resolverse con la
aparición de una idea dominante (el positivismo). Por el contrario, Marx adoptó una
postura radicalmente opuesta (el materialismo): la crisis social la genera el capitalismo y
su resolución vendrá cuando este sistema económico (el capitalismo) sea destruido y
sustituido por un sistema comunista. Marx se distanció del idealismo de Hegel, en tanto
que Comte adoptó un punto de vista que, al menos en algunos aspectos, se asemejaba al
idealismo hegeliano.
Comte opinaba que el individuo era imperfecto, que estaba dominado por formas
“inferiores” de egoísmo más que por formas sociales “superiores” de altruismo. El
predominio del egoísmo se iba arraigando en el cerebro generando mayor energía y
contribuyendo a compensar la “debilidad natural” del altruismo. El problema principal de
la vida humana residía en la necesidad de que el altruismo dominara al egoísmo. Todas
las ciencias deberían ocuparse de este problema y aportar sus diversas soluciones.
Por tanto, si se deja a las personas a su arbitrio, éstas actúan de modo egoísta. Si
nos consideramos capaces de crear un mundo “mejor”, los motivos egoístas de los
individuos deben ser controlados de manera que permitan la aparición de impulsos
altruistas. Dado que el individuo es incapaz de controlar su egoísmo, estos controles
deben proceder del exterior, de la sociedad, como condición hacia el progreso y la
8
lOMoARcPSD|15676476
perfección del hombre. La verdadera libertad no es más que una sumisión racional a [...]
las leyes de la naturaleza.
Somos incapaces de crear: lo único que podemos hacer para mejorar nuestra
condición es modificar un orden en el que no podemos producir cambio radical alguno.
De este modo, los actores no sólo son egoístas, sino también débiles e impotentes. Las
personas no crean el mundo social, es éste el que crea a las personas.
(3) Otra institución social importante para Comte es el lenguaje, una entidad
profundamente social. Es lo que permite a las personas interactuar, por lo que promueve
la unidad entre la gente. Conecta a las personas no sólo con sus contemporáneos, sino con
sus antepasados (podemos leer sus ideas) y con sus sucesores (que podrán leer nuestras
ideas).
(4) Otro elemento de la sociedad que mantenía unidas a las personas era la
división del trabajo. La solidaridad social se intensifica en un sistema en el que los
individuos dependen entre sí. Las personas deben ocupar posiciones de acuerdo con su
formación y aptitudes. La sociedad no debe obligar a las personas a ocupar puestos que
requieran una calificación distinta a la que tienen. Si bien Comte estaba a favor de la
división del trabajo, le preocupaba mucho la excesiva especialización, llegando a afirmar
que el gobierno debería intervenir para poner énfasis en el bien del todo social.
Comte dedicó más atención a la dinámica que a la estática social. Desde su punto
de vista era más interesante y de mayor importancia.
10
lOMoARcPSD|15676476
Como son las leyes invariantes las que controlan este proceso de cambio, las
personas pueden hacer relativamente poco para influir en la marcha general del proceso.
No obstante, sí pueden influir sobre la intensidad y el funcionamiento secundario del
proceso, sin alterar su naturaleza o su origen. A pesar de esta idea –la mínima influencia
de las personas– Comte trazó “grandiosos planes” para la futura sociedad positivista.
Historia. Comte se limita al estudio de Europa occidental (y de la raza blanca) dado que
ésta era la sociedad que más había evolucionado y, a la vez, constituía la “elite” de la
humanidad. Nos centraremos a continuación en la naturaleza cambiante de sus ideas antes
que en las transformaciones materiales. Comte creía que la sociedad había evolucionado
desde un estado de guerra característico de la fase teológica hasta la industria, llamada a
dominar la fase positivista. Comienza con el estado teológico, que sitúa en la antigüedad,
el cual se divide en tres períodos: el fetichista (la gente personifica objetos externos, les
otorga vida y los deifica), el politeísta (desarrollado en Egipto, Grecia y Roma), y el
monoteísta (en especial, el catolicismo romano en el Edad Media).
12
lOMoARcPSD|15676476
Para Comte, este período estaba dominado por la preocupación por el individuo y
la noción metafísica de los derechos individuales. La primera conducía al desorden y la
segunda fomentaba la tendencia hacia el caos. Para evitar ambos aspectos se apoyaba en
los fenómenos colectivos (la familia y la sociedad) y en su idea positiva de los deberes
más que en los derechos individuales. La idea de los “deberes” era una noción positiva
porque era más científica y porque “aliviaría” la influencia del egoísmo de la gente y la
creciente negatividad de aquellos años. Las personas deberían preocuparse más que por
sus derechos individuales, por sus deberes para con el conjunto de la sociedad. Ello
capacitaría a la sociedad para controlar el egoísmo individual y sacar a la luz el altruismo
innato de las personas. Por supuesto, el positivismo constituía esta nueva autoridad
espiritual.
Comte, al igual que Marx, quería algo más que teorizar. Deseaba que las ideas
teóricas llegaran a producir cambios sociales prácticos. Conectar teoría y práctica. El
positivismo debía marcarse dos objetivos: El primero, ya tratado, era generalizar las
concepciones científicas para hacer avanzar la ciencia de la humanidad. El segundo, era
sistematizar el arte y la práctica de la vida. Así, el positivismo constituía tanto una
filosofía científica como una práctica política que “nunca podrían ser separadas”.
¿Qué grupos sociales sería más probable que apoyasen la nueva doctrina del
positivismo? Suponía que muchos filósofos serían partidarios de este nuevo conjunto de
ideas, pero tenían escasa capacidad para llevarlas a la práctica. ¿Cuál era el grupo de
personas más comprometido con el mundo social? Las clases altas eran siervas de las
teorías metafísicas y demasiado interesadas, ocupaban posiciones aristocráticas y estaban
obsesionadas por recuperar ciertos aspectos del antiguo régimen, además de cegadas por
la educación que habían recibido. Tampoco esperaba mucho de las clases medias
demasiado ocupadas intentando incorporarse a las clases altas.
lOMoARcPSD|15676476
Comte esperaba ayuda de tres grupos: los filósofos, que ofrecían su intelecto, la
clase trabajadora, que proporcionaría la acción requerida, y las mujeres, que ofrecerían el
afecto que se necesitaba. Intervendrían los filósofos, en especial los que comulgaban con
el positivismo, pero los principales actores del cambio serían los dos últimos grupos. La
exclusión de las posiciones del gobierno y la discriminación que sufren en el sistema
educativo les hace menos ciegos ante la necesidad de un cambio político. Además, las
mujeres y la clase trabajadora tenían “fuertes instintos sociales” y un mayor fondo de
sentido común y buenos sentimientos.
La clase trabajadora. Los miembros de la clase trabajadora tenían más tiempo para
pensar durante su jornada laboral porque sus empleos no eran tan absorbentes como los
de las clases sociales altas. De este modo, la clase trabajadora no sólo era superior
intelectualmente sino también moralmente. Entre las características que se atribuyen a los
miembros de esta clase constan que poseían un mayor apego afectivo al hogar, un
concepto más auténtico y elevado de la amistad, respeto sincero y sencillo a los
superiores, experiencia de las miserias de la existencia, y una gran propensión a
sacrificarse con rapidez si la necesidad pública lo requiere.
Comte creía que la propagación del comunismo entre las clases trabajadoras de su
época constituía una prueba de que la tendencia hacia la revolución social se estaba
centrando en cuestiones morales. Reinterpretaba el comunismo como un movimiento más
moral que económico para que encajara en su sistema. El comunismo era una simple
afirmación de la magna importancia del sentimiento social. Este significado era muy
diferente del que le atribuía Marx. El positivismo era la única doctrina que puede proteger
a Europa Occidental de los gravísimos intentos de llevar a la práctica el comunismo,
ofreciendo varias diferencias entre ambos:
14
lOMoARcPSD|15676476
A pesar de este rechazo del comunismo, para Comte era tan importante como
cualquier otra fuerza, por negativa que fuese, para colocar las bases que permitirían la
aparición del positivismo.
Mujeres. El interés de Comte por las mujeres como grupo, en tanto que fuerza
revolucionaria, resulta chocante. Tenía ideas poco comunes sobre las mujeres. Su idea
central era que brindaban a la política la necesaria subordinación del intelecto al
sentimiento social, siendo éste más importante que el intelecto o la razón. Las mujeres
constituyen “el grupo más representativo del principio fundamental sobre el que descansa
el positivismo, el triunfo de los impulsos sociales sobre los egoístas”. A pesar de esta
admiración, los hombres son superiores práctica e intelectualmente. “Las mentes de las
mujeres son indudablemente [...] menos capaces que nosotros para realizar un esfuerzo
intelectual abstracto”. Por su superioridad intelectual y práctica, eran los hombres los
designados a tomar el mando para llevar a la práctica el positivismo.
1.- Comte fue el primer pensador que utilizó el término sociología, y puede considerársele
su “fundador”.
2.- Definió a la sociología como una ciencia positivista. La mayoría de los sociólogos de
hoy siguen considerándola como tal: creen en la existencia de leyes invariables en
el mundo social, siendo su labor descubrirlas mediante prácticas empíricas o
teóricas.
16
lOMoARcPSD|15676476
1.- La teoría comtiana se vio comprometida por los problemas y experiencias de su vida
privada. Las ambiciones teóricas y prácticas de Comte crecieron
desmesuradamente. Sus muy insatisfactorias relaciones con las mujeres le llevaron
a generar una serie de ideas absurdas sobre las mujeres y su función en la sociedad
(Mujeres=sentimientos, Hombres=capacidad intelectual y política). A todo esto,
debe añadirse los serios disturbios mentales que sufrió Comte.
2.- Parece experimentar un creciente proceso de pérdida de contacto con el mundo real.
Esto se debe a que, a pesar de sus pretensiones, nunca realizó ninguna
lOMoARcPSD|15676476
18
lOMoARcPSD|15676476
seguro de que las cosas sucedían en tríos, y muchas de sus ideas teóricas tenían tres
componentes. Aplicó su ley de los tres estadios a la historia social, a la historia de
las ciencias, a la historia de la mente y al desarrollo de los individuos desde su
infancia hasta su madurez.
9.- La concepción de extravagante y colosal que Comte tenía de sí mismo le condujo a
una serie de disparates ridículos. A un sistema teórico endeble debe sumársele una
decadencia del intelecto. Por otra parte, su desmesurado ego le llevó a sugerir una
serie de cambios sociales, muchos de los cuales, eran ridículos.
10.- Sacrificó muchas de las ideas que había defendido cuando luego se dedicó a la
religión positivista. La formulación de esta religión parece estar influida en gran
medida por la estructura del catolicismo (sacerdotes, vicarios y pontífice). Su
religión no influyó de manera significativa, aunque sí sirvió para subvertir las
pretensiones científicas de Comte.