Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Todas las personas vamos adecuándonos o cambiando para cumplir sueños y alcanzar
metas.
La transición a veces es lenta y difícil, otras rápida y fácil, pero nunca debería ser un
proceso estresante o agobiante porque no sabemos cómo hacerlo o porque nadie nos
orientó.
La transición de las personas trans, sea de Hombre a Mujer (HaM) o de Mujer a Hombre
(MaH), involucra variados aspectos en Chile. Aquí te los contamos.
CAMBIO PERSONAL-SOCIAL
Muchas veces se habla de las dificultades que enfrentamos las personas trans para
modificar nuestro cuerpo e identidad legal por unos acordes a nuestro género. Pero hay
un proceso previo, relacionado con nuestro propio cambio interno, el cual muchas veces
depende del tipo de apoyo o rechazo que vemos en las familias y la sociedad.
Asumido que soy una mujer que nació con un sexo biológico masculino; o sabido que soy
un hombre con características corporales de mujer; o entendido que soy una persona
trans no binaria, debemos avanzar hacia la defensa de nuestra propia identidad, primero
con nosotros mismos.
Tenemos que practicar y ejercitar nuestros gestos, formas de hablar y maneras de vestir
hasta adecuarlas a lo que realmente somos o nos representa.
Debemos conversar con nuestras familias y con quienes conocemos sobre lo que estamos
viviendo, contarles como nos gustaría que nos llamaran y nos trataran.
Si falta apoyo en nuestro entorno más cercano, debemos mirar más allá, salir en busca de
organizaciones públicas o privadas que nos puedan orientar.
Es importante expresar lo que somos en nuestros colegios, en nuestros trabajos, frente a
toda la sociedad. Para eso debemos ir evaluando muy bien cuándo, cómo y dónde
hacerlo, pues la discriminación existe.
LO QUE NOS PASA NO ES UN PROBLEMA, NI UNA ANOMALÍA, TAMPOCO UN DATO DE
LA VIDA PRIVADA. EL HECHO DE SER MUJER U HOMBRE ES SIEMPRE PÚBLICO. NADIE
DEBERÍA OCULTAR SU IDENTIDAD DE GÉNERO, LAS PERSONAS TRANS TAMPOCO.
Somos hombres, mujeres o personas no binarias según nos sentimos. Por tanto, antes de
iniciar nuestro proceso de cambio legal y corporal, debemos saber y evaluar hasta dónde
estamos dispuestos a llegar nosotros para defender lo que somos.
“Una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma” (Personaje
Agrado, película “Todo sobre Mi Madre” de Pedro Almodovar).
CAMBIO CORPORAL
A temprana edad las personas trans nos preguntamos si es posible modificar algunas
características de nuestro cuerpo.
Al saber que es posible, nos alegramos, pues se abre una esperanza de cambio en
nuestras vidas, una posibilidad de llegar a sentirnos mejor.
La transición corporal; que es tan importante como la social y la legal; es un proceso que
puede demorar varios años y que involucra no sólo a nuestro cuerpo. Se relaciona con
nuestras emociones y sentimientos, con la percepción que vamos construyendo de
nosotros mismos.
Si bien es cierto la transición corporal es vivida de manera diferente por cada persona,
desde el 2011 existe un protocolo que regula a nivel nacional el proceso para orientar e
informar a los profesionales de la salud y a las personas trans en el camino que
recorrerán.
Dicho protocolo, creado por el Ministerio de Salud y el Movilh, se denomina “VÍA CLÍNICA
PARA LA ADECUACIÓN CORPORAL EN PERSONAS CON INCONGRUENCIA ENTRE SEXO
FÍSICO E IDENTIDAD DE GÉNERO”.
La transición, o la vía clínica, se divide en tres grandes etapas:
1.- INTERVENCIÓN DE SALUD MENTAL.
Este proceso, a cargo de psicólogos y/o psiquiátras, tiene por fin orientar a la persona en
la transición, así como entregar un certificado que posibilitará continuar con los pasos
siguientes.
Es cierto que muchas personas no necesitan pasar por este proceso o simplemente lo
rechazan, pues es injusto depender de un certificado psicológico o psiquiátrico para la
readecuación corporal. Otras personas, en tanto, consideran importante este proceso,
pues requieren información o acompañamiento al inicio o durante toda la transición.
Sea como sea, en la actualidad la intervención de salud mental es exigida por el Estado.
Para la atención en el sistema público debe solicitarse una hora en un Centro de Atención
en Salud Primaria. Desde ahí, la persona será derivada por interconsulta a la Red
Secundaria de Salud, donde se realizará la intervención en salud mental.
La Red Secundaria incluye a los Centros Comunitario de Salud Mental (Cosam), a los
Centros de Referencias de Salud (CRS) y a los Centro de Diagnóstico y Tratamiento (CDT).
En relación a la atención privada, cada persona es responsable de buscar un psicólogo o
psiquiátra particular.
1.- Los especialistas en la temática son escasos, por lo que se recomienda a las personas
tener paciencia para ser atendidas en los centros de salud.
2.- El protocolo de readecuación corporal no es conocido por todos los centros de salud.
Se recomienda a quienes por primera vez piden hora para iniciar el proceso, que asistan al
centro de Salud con una copia impresa de la Vía Clínica para exigir su derecho a atención.
3.- El Hospital Carlos Van Buren de Valparaíso, el Hospital San Juan de Dios de La Serena,
el Hospital Las Higueras de Talcahuano y el Hospital Sótero del Ríos son los únicos del
sistema público que realizan algunas de las cirugías. Por tanto, las personas deberán
movilizarse a los recintos médicos que respondan a sus necesidades, los cuales podrían no
ubicarse en su región. Todo ello deberá realizarse con la modalidad de interconsulta.
4.- La readecuación corporal es cubierta por Fonasa, aunque aún no hay códigos para
todas las etapas del proceso. Esto implica que cada persona sólo sabrá los costos a pagar
una vez recibida la atención y según sea su plan.
CAMBIO LEGAL
Las personas trans pueden cambiar su nombre y sexo legal en Chile a través de la Ley de
Identidad de Género (en vigencia desde el 2019) o mediante la Ley 17.344, la cual surgió
en 1970.
Para personas mayores de 14 años se recomienda tramitar el cambio de nombre y sexo
legal a través de la Ley de Identidad de Género, pues el trámite es más fácil, rápido y
gratuito.
Dado que los menores de 14 años no están incluidos en la Ley de Identidad de Género, se
recomienda que usen junto a sus representantes legales la Ley 17.344, vigente en Chile
desde 1970.