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Título: El trabajo docente en la Universidad

Juncos Nancy E.
1. La regulación del trabajo docente: horizontes del CCT
“Cada uno da prueba de su reflexividad para
apropiarse de las enseñanzas de su experiencia,
y también de su narratividad, para poder ponerlas
en la trama de un relato de “si”, que lo
identifica ante los otros al tiempo que lo defina”
(Dubar C., 2001:14)1

Cuando pensaba como escribir este ensayo, visualizaba a las dos profesoras (Medina
Leticia y Pujol Andrea) que impartieron el seminario sobre el trabajo docente en la
universidad y fue como mucha información, tanta que todos los ejes propuestos
parecían estar relacionados y no podía contextualizar uno sin que estuvieran presentes
los otros.

Fue entonces que decidí plantear algunos interrogantes y centrarme en la regulación del
trabajo docente, aunque vagabundeé por todos los temas y de allí, es que surgieron
estas preguntas:

¿Hasta dónde el trabajo docente está regulado?, ¿Cuáles son sus características en la
universidad?, ¿Porque para algunos las leyes, las regulaciones aplican y para otros no?,
¿Qué es eso de cátedras más importantes que otras?, ¿Porque muchos preferimos
callarnos antes de levantar la bandera de que pensamos diferente?, Somos realmente un
colectivo docente?, ¿Quiénes son nuestros delegados?, ¿De qué hablamos cuando
hablamos de violencia institucional?, etc., y es como mucho… y aun no sé si he podido
responder algunas de estos interrogantes.

Como todo ensayo seria propio definir lo que se entiende por regulación del trabajo
docente, y de allí surge indefectiblemente el tema de obligaciones y derecho, y el
imaginario de un caballo que trata de sostener una carga muy pesada, porque surgen los
sinsabores donde las regulaciones parecen más constricciones que beneficios, en una
universidad donde la gran reforma del 18´ quiso plantar su impronta de libertad, y hoy
no se presenta tan así o por lo menos eso creemos algunos, porque hay algunos indicios
que nos llevarían a pensar eso.

1
Dubar C., 2001: pág. 14
Así tenemos que “el marco legal que organiza la profesión académica a nivel nacional
se condensa en la Constitución Nacional, la LES 24.521 del año 1995 y el Decreto 1470
del año Marco institucional e innovaciones en la carrera docente 35 1998, que ordenan
las condiciones para acceder a la profesión y los derechos y obligaciones de los
académicos”2 a lo que podríamos agregar el CCT.

Sin embargo, y caminando la propia historia de protesta, de rebeldía llegamos a un


punto que internalizamos lo que hay y seguimos, y quizás nos resignamos, todo a costa
de nada o quizás si, a costa de satisfacer ese mini ego de poder desplegar un poco de
nuestro conocimiento “académico” y transmitirlo de alguna manera, pero sin pecar de
ser ciegos o ser tan inocentes, nos preguntamos muchas veces cosas como:

¿Qué es eso de cátedras más importantes que otras?, ¿la amistad, la política deciden la
importancia o no de una cátedra dentro de un nuevo plan de estudio?, y aquí se me viene
a la mente el planteo de Blanco J. y Medina L. con relación a uno de los propósitos de la
Reforma Universitaria de 1918, “La redención de Córdoba que los reformistas
pregonaron consistió en golpear a las fuerzas conservadoras que paralizaban la
Universidad y que, basadas en principios de autoridad, evitaban poner en discusión
conocimientos, métodos, disciplinas u orientaciones “3, y quizás surja a modo de
pregunta ¿hemos roto con el conservadurismo en la Universidad? y parecería que no, ya
que si justificamos los cambios de cátedras obligatorias por optativas, o reformamos
planes de estudio que cada vez van de más a menos, considerando cátedras más o menos
importantes de acuerdo a lo que dan o al periodo en el que trabajan más fuerte por su
naturaleza, ej. Al decir algunos directivos “nooo… esa catedra da mucho de medieval,
ahora prima la historia reciente…”, deja hasta un halo de censura, ¡esta parte de la
historia no, porque no nos representa, esta sí, y de paso sumo a mi cátedra algunos
puntos que dan vueltas!, y es ahí donde muchos preferimos callarnos antes de ver
nuestro trabajo librado al azar de los que poseen el poder de turno, y… las regulaciones
docentes, los derechos y la salud psico - física, donde la dejamos.

En la Universidad a veces somos parias, otras nos acostumbramos tanto al maltrato y al


destrato que, vamos, damos clases y nos dirigimos a otras actividades que no son en el
ámbito universitario y sin las cuales no cubriríamos una canasta básica, la Universidad

2
García de Fanelli, Ana: 2009:34-35
3
Blanco J. y Medina L. (2018:55)
llego a convertirse como una posta en nuestro camino, tocamos y seguimos, es aquí
donde podríamos citar a Pujol A. y Gutiérrez M.E. “ escribir en primera persona desde
la experiencia de trabajo es, ante, todo tramitar con uno mismo las alegrías y pesares
que nos constituyen, desnudar y organizar lo que nos preocupa, balbucear los sentidos
que nos movilizan , leernos, tachar, borrar, agregar, volver a pensar todo de nuevo.”4

Y pensando en esto de que un docente universitario categorizado, concursado, con una


carrera docente provista de evaluaciones cada 5 años, a cargo de una catedra, no pueda
tener un salario que cubra la canasta familiar es preocupante, y que pasa con las
regulaciones, los derechos, los sindicatos, la política universitaria ¿Dónde está el
colectivo docente, donde están los representantes gremiales, el o la delegada? Y…, esos
que por ahí cuando hay elecciones nos mandan un mail recordando algo… triste pero
cierto, mientras tanto vamos y venimos ¡que hay que dar clases de extensión!, ¡que hay
que dar clases para el PUC!... y todo al mismo precio y nuestros salarios… porque
somos profesores pero también, somos trabajadores con familia a cargo.

Trayendo a Pujol, A (2022), “el salario muestra un retraso histórico significativo


respecto de otros ámbitos de la administración pública, aunque al tratarse de trabajo
registrado cuenta con beneficios y protecciones compartidas con otros ámbitos de
desempeño de servidores públicos calificados”5, y pareciera que la resignación viene
aparejada de tener algunos “beneficios y protecciones”. En contrapartida, la profesión
es afectada por procesos de violencia institucional (PUJOL, 2016), desjerarquización
social (PUJOL; 2020)… como expresiones propias de las dinámicas psicosociales que
“sitúan” y atraviesan la actividad6.

Y de allí porque no situar lo que nos atraviesa en este sentido como violencia
institucional, dentro de los tres planos que plantea, Pujol A. (2016:102), cuando nos
dice:

“es posible identificar en su expresión al menos tres planos: (i) la violencia económica,
que refiere a las formas de retribución de la fuerza de trabajo; (ii) la violencia política,
que se refiere al proceso de dominación de la organización y de sus representantes,
sobre la organización y el proceso de trabajo; y (iii) la violencia psicosocial, que refiere

4
Pujol A. y otros (2022:23)
5
Pujol A. (2022:6)
6
Pujol A. (2022:9)
al plano subjetivo de la violencia en el trabajo, especialmente en lo que refiere a los
mecanismos sutiles que adopta (De Faria, 2013)”.

Posiblemente estos tres puntos sintetizan lo planteado anteriormente, el punto uno en


relación a los salarios, el punto dos en relación al pertenecer y no, lo que favorece o
desfavorece al punto uno, y el tres que combina los dos anteriores y hace que cada vez
nos alejemos más de nuestros derechos y tratemos de evadir algunas acciones que en
otro contexto, con otro acompañamiento no sucedería.

Y el CCT, conocido por algunos, aplicado por pocos, es un paso que debería ser
visibilizado con mayor firmeza y no solo cuando uno consulta a destiempo por algunos
derechos que se desconocían y que por ese destiempo no se pueden aplicar, esto no
sucedería si se aplicara el art. 68 del CCT, el cual expresa, “la ADIUC, podrá disponer
de una cartelera en cada establecimiento y de un espacio en las páginas de Internet que
la Universidad disponga”7.

Sin importar esta impronta personal y más allá de verse como catarsis o una lista de
reproches, es la voz de algunos docentes universitarios que como yo, hemos tenido que
transitar nuestro trabajo así, de la mejor manera posible para los y a su vez con una
lucha constante con el sistema institucional que nos lleva a seguir a algunos locos, o a
pensar en dejar a otros.

Bibliografía

 Blanco Javier y Medina Leticia (2018). El trabajo docente, a 100 años de la


Reforma. [artículo en línea]. Conciencia Social. Revista digital de Trabajo
Social. Vol. 1, Nro. especial. Carrera de Licenciatura en Trabajo Social.
Facultad de Ciencias Sociales. Cordoba: UNC. pp. 54-69 [Fecha de consulta:
27/11/2023]. En:
https://revistas.unc.edu.ar/index.php/ConCienciaSocial/article/view/20205

77
CCT, pág.: 29
 Dubar C, (2001), El trabajo y las identidades profesionales y personales. Revista
Latinoamericana de Estudios del trabajo. En: El trabajo docente en creación.
Pág. 30. Córdoba: ADIUC.
 García de Fanelli, Ana (2009). Profesión académica en la Argentina: Carrera e
incentivos a los docentes en las Universidades Nacionales. Buenos Aires:
CEDES.
 Larrosa, J., (2003). El ensayo y la escritura académica. Publicado en Revista
Propuesta Educativa, Año 12, Nº 26. Buenos Aires: FLACSO
 Meirovich V y Pujol A., (2022). El trabajo docente en creación. Córdoba:
ADIUC.
 Moreno, F., Marthe, N. y Rebolledo, A. (2010). Cómo escribir textos
académicos según normas internacionales. Barranquilla, Colombia: Uninorte.
 Pujol, Andrea (2016). La violencia laboral en la universidad: desafíos para la
política gremial. En: Revista Trabalho (En) Cena, Vol. 01, n. 1, Janeiro a Junho,
99 – 116.
 Pujol, A. (2022). La conquista de la salud laboral de los docentes universitarios
en el horizonte de transformaciones del oficio. UNC: Córdoba. En: ANAIS IX
SITRE.
 Pujol A. y Gutiérrez M.I. (2022). Desde las “encrucijadas” del trabajo
académico. En: Meirovich V y Pujol A., (2022). El trabajo docente en creación.
Pág. 21-25. Córdoba: ADIUC.

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