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Referencia:
UNESCO. (1983). Guía para la redacción de artículos científicos destinados a la
publicación. 2a ed. revisada y actualizada por Ander Martinson. París: UNESCO.
“LOS DOCENTES QUIEREN CAMBIAR, PERO LUEGO LLEGAN A LOS CENTROS
Y SOLO TIENEN PAPELEOS QUE HACER”
Reformar el sistema curricular por materias estancas, "casi contradictorias"; evaluación de la
práctica docente o buscar experiencias para enriquecer los aprendizajes. Estas son algunas de las
ideas de Juan José Vergara, maestro y docente desde hace 32 años.
Comentarios1
Juan José Vergara podría vivir de dar conferencias y sus libros. Se lo han propuesto,
pero no se ve. Este profesor de Intervención Sociocomunitaria y maestro no quiere
dejar el aula porque, dice, “perdería credibilidad”. Y ahí sigue 32 años después. Autor
de Aprendo porque quiero (SM, Biblioteca de Innovación Educativa), le ha dado
continuidad con el recién publicado Narrar el Aprendizaje. La fuerza del relato en el
Aprendizaje Basado en Proyectos (SM) en el que cuenta “cómo construir la enseñanza
utilizando los recursos narrativos de guionistas, literatos, etc.” y expone otras ideas.
Por ejemplo, Vergara cree que la educación se ha quedado estancada en un modelo
antiguo, de los 70, que necesita grandes reformas, por ejemplo: acabar con el modelo
de asignaturas “casi contradictorias entre sí”. También sostiene que todo iría mejor si
se preguntara “a quien sabe”. O sea, a los profesores que están en clase.
Una pregunta quizá muy amplia para empezar. ¿Cómo debe ser un buen
docente?
Doy algunas claves que me parecen interesantes: alguien que es capaz de generar
experiencias educativas y no exclusivamente transmitir contenidos. Alguien que se
cuestiona su perfil como líder de esas experiencias educativas, reconociendo que el
centro del aprendizaje es el alumno, asumiendo que el aprendizaje no solo se produce
en su cabeza y no solo dentro de las clases. Se produce dentro y fuera de las aulas y
sobre todo a partir de las experiencias de los alumnos. Alguien que deja de ser un
transmisor y pasa a ser un provocador de proyectos y aventuras.
¿Se siente señalado por la administración como culpable de (casi) todos los
males de la educación, tal y como lamentan muchos docentes?
En educación los cambios son muy lentos y esto es algo que no se termina de
entender. El cambio no es ideológico ni legislativo solo, exige un cambio de mentalidad
y estos son muy lentos. Hay que ir hacia ellos, pero son lentos. La salida fácil entonces
es decir que el docente tiene la culpa. Creo que estamos en un momento realmente
estupendo en relación a la iniciativa y las ganas de los docentes, lo veo a diario. Se
generan centenares de foros con docentes que quieren cambiar, que se preguntan
cómo mejorar sus clases y responder a las necesidades educativas. Vas un sábado a
un foro y te encuentras a 500 docentes. Me dicen que quieren cambiar, pero luego
llegan a los centros y solo tienen papeleos que hacer. Los docentes han cubierto una
masa crítica y hacen que el cambio sea imparable. Pero está en la mesa de los
administradores facilitar que esto suceda. Se tienen que sentar con ellos y darse
cuenta de que son los expertos en sus alumnos.
Yo llevo 32 años dando clase, no he hecho otra cosa en mi vida. Veo que los docentes
tienen una desconfianza importante respecto a la administración y esta también tiene
desconfianza por alguna razón. Legislar al margen de ellos es un error. Creo que
habría que subirse a la ola de esa ilusión que está habiendo en los docentes, que es
generar un cambio y, a partir de ahí, trabajar en un cambio real que se adecue. La
administración sigue generando modelos basados en cursos, asignaturas. Ahora
quitan los estándares o no. No son elementos de calado.
¿Es apropiado que un alumno pueda obtener el Bachillerato sin aprender todas
las asignaturas como propone el Ministerio de Educación?
No voy a entrar, necesitaría leer la propuesta directa. Como concepto general que todo
lo que sea adaptarse a las necesidades educativas de la gente es fantástico, pero
tengo que ver el detalle. Me parece ridículo hablar de suspensos y aprobados.
Deberíamos cambiar de concepto, y en vez de que sea la escuela la que aprueba o
suspende, que eso solo genera exclusión, lo haga la sociedad.
¿Le molesta que “gente que nunca ha pisado un aula” —queja que realizan
muchos maestros— pretendan decirles a los maestros y profesores de instituto
cómo dar clase?
Tienen toda la razón, no se me caen los anillos en decirlo. El modelo de formación
docente que se está realizando desde las universidades deja mucho que desear. Es
raro encontrar docentes de universidad que sean expertos en didáctica. Es muy
excepcional y maravilloso cuando sucede. El modelo de formación universitaria está
muy orientado a la investigación, a la reproducción de contenidos y poco a la
implementación en la práctica. Los docentes de la universidad que quieren hacer algo
distinto, muchas veces se ven en problemas en las universidades para sacar a los
alumnos, llevarlos a colegios, etc.