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Entrevista a Daniel Arizmendi

Nicholas Andrés Gudiño Padrón

Ética

6/02/23
Hablaremos de un tal Daniel Arizmendi alias el mocha orejas, este hombre fue
detenido en agosto del 1998 dictándole 40 anos de cárcel por diversos cargos de
extorsión. En este apartado estaremos analizando los actos cometidos por Daniel
desde la teoría vista en clase con los elementos del mismo y expresare mi opinión del
mismo con base a su entrevista con Javier a la torre. Al inicio de su entrevista se nota
a un Daniel Arizmendi tranquilo de las palabras que esta mencionando, indicando a
cuantas personas había mutilado, mencionando así que el solo mutilaba a las
personas mandándoles una oreja a sus familiares por el dinero, el menciona que
nunca le dijeron que no sus víctimas y que no tuvo compasión de sus víctimas porque
no está en sus totales facultades mentales y el exige como castigo la pena de muerte
para hacer justicia a sus actos, esto hace referencia que claramente hay algo mal con
sus emociones y no está en sus facultades mentales correctas como para decirse así
mismo que cosas están bien y que cosas están mal, parece que Daniel intenta
justificar sus acciones afirmando que carece de compasión debido a su supuesta
capacidad mental limitada. Sin embargo, su falta de compasión y el hecho de que
viera el secuestro como un desafío personal sugieren un profundo remordimiento por
su responsabilidad moral. La participación de su familia en sus actividades delictivas
plantea la cuestión de hasta qué punto las influencias ambientales pueden justificar o
explicar las acciones de una persona, dice que su familia vio sus acciones como un
trabajo normal para ganarse la vida, pero esto no compensa la gravedad de sus
crímenes, la solicitud de Daniel de la pena de muerte para "hacer justicia" por sus
acciones es interesante porque puede interpretarse como una expresión de culpa o
un deseo de salvación, sin embargo, la pena de muerte en sí plantea cuestiones éticas
y no necesariamente se considera una solución justa, en cuanto al miedo a la cárcel
y valoración policial, hay que recordar que el sistema de justicia penal está diseñado
para castigar y rehabilitar, no para sufrir más, la respuesta del sistema judicial debe
apuntar a un equilibrio entre castigo y rehabilitación, considerando la seguridad de la
sociedad y el bienestar del individuo. En resumen, las acciones de Daniel Arizmendi
son inmorales y violan principios éticos fundamentales, su historia plantea cuestiones
complejas sobre la responsabilidad personal y la idoneidad del castigo; la sociedad y
el sistema de justicia deben abordar estos casos de manera justa y equitativa,
teniendo en cuenta la gravedad del delito y la necesidad de protegerla.

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