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LA DIMENSIÓN ANTROPOLÓGICA DE LA PEDAGOGÍA

Conference Paper · September 2016

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Carlos Alberto Salazar Díaz Roberto Enrique Figueroa Molina


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LA DIMENSIÓN ANTROPOLÓGICA DE LA PEDAGOGÍA
Carlos Alberto Salazar Díaz MgEd.
Corporación Universitaria Reformada, Licenciatura en Educación Bilingüe
Colombia, Barranquilla
csalazar@unireformada.edu.co

Roberto Enrique Figueroa Molina EdD.


Universidad del Atlántico, Licenciatura en Biología y Química
Colombia, Barranquilla
roberfigue@hotmail.com

Humanidad y Humanismo en Educación desde la Perspectiva de la Antropología Pedagógica

Resumen

En este documento son abordados los principales aportes que la pedagogía recibió de
tres ramas de la antropología: Antropología Social, Antropología Cultura y Antropología
Cognitiva. En un primer momento, son esbozados los aportes de las metodologías
investigativas que los antropólogos aplicaron a los contextos educativos, asimismo, son
enunciadas las implicaciones del ejercicio de la docencia desde la mirada de los
antropólogos. En un segundo momento, son tomadas en consideración los principios
básicos de la Antropología Social (AS) y se explora la posibilidad de aplicarlos a las
interacciones pedagógicas en las aulas de clase. En un tercer momento, se sugiere cómo
la Antropología Cultural (AC) y sus intereses investigativos pueden estar al servicio de la
disciplina y la convivencia escolar. Finalmente, las contribuciones e intereses de la
Antropología Cognitiva (ACog) son sintetizados y llevados al campo educativo para
examinar los potenciales beneficios en la comprensión de los procesos de evaluación del
aprendizaje y de la enseñanza. En la conclusión se resalta la importancia del inculcar el
pensamiento antropológico en los docentes para re-significar las instituciones educativas.

Palabras clave: antropología, pedagogía, docencia, aprendizaje, enseñanza.


ANTHROPOLOGICAL DIMENSION OF PEDAGOGY

Abstract
In this paper are expounded main contributions that pedagogy received from three
branches of anthropology: Social Anthropology, Cultural Anthropology and Cognitive
Anthropology. At first, the contributions of research methodologies that anthropologists
applied to educational contexts are outlined likewise the implications of the practice of
teaching from anthropologist perspective are set out. In a second stage, it takes into
consideration the basic principles of Social Anthropology (SA) and its applicability to the
pedagogical interactions in the classroom is explored. In a third time, it suggest how the
Cultural Anthropology (CA) and its research interests can be on behalf of discipline and
school life. Finally, contributions and interests of Cognitive Anthropology (CogA) are
synthesized and brought to the educational field to examine potential benefits about
understanding assessment processes of learning and teaching. Conclusion highlights the
importance of instilling teachers anthropological thinking in order to re-signify educational
institutions.

Keywords: anthropology, pedagogy, instruction, teaching, learning.

INTRODUCCIÓN
La Antropología engloba un conjunto de prácticas de la investigación científica del ser
humano, mediante una mirada que integra la evolución orgánica con el desarrollo
sociocultural y el humanismo. En este sentido, la indagación y la reconstrucción de los
fenómenos antropológicos, requiere de la historia y la cultura como sistemas de
referencia utilizados por los antropólogos. En el Siglo XX, la diversificación de temas de
investigación y un creciente interés en los temas educativos relacionados con las
prácticas pedagógicas, ha dado lugar a la Antropología de la Educación o Antropología
Educativa (AE) (Wulf, 2007). Así, la mirada antropológica de los procesos pedagógicos
ha hecho aportes a la comprensión de los procesos de enseñanza y aprendizaje, e
inclusive en la formación docente (Martínez de Soria, 2006, 2008; Pérez, Sánchez y Ros,
2011). En este ámbito de la investigación educativa-antropológica, han sido consolidadas
temáticas centrales como: la interculturalidad, la multiculturalidad y la pluralidad, entre
otras (Wulf, 2015).

LOS PROFESORES COMO ANTROPÓLOGOS

A nivel mundial la AE ha hecho un aporte considerable a la investigación educativa: la


etnografía de la educación (Anderson-Levitt, 2011). Básicamente, los estudios
etnográficos se centran en el aprendizaje y el proceso de escolarización, para
comprender tanto las acciones, como la familia y la comunidad de los estudiantes, a partir
de la herencia cultural de los mismos. Es por eso que:

A través de sus indagaciones de investigación y hallazgos, los antropólogos han


utilizado su experticia teórica y metodológica para ayudar a enseñar a la
comunidad educativa sobre la significación sociocultural de las prácticas de aula y
los procesos educativos, las complejas relaciones entre la educación y la
desigualdad, y la relevancia del aprendizaje dentro y fuera de las escuelas, así
como el poder de la documentación etnográfica (Jewett y Schultz, 2011: 426)
(Traducción nuestra).

A su turno, la educación superior también ha sido un escenario de reflexión e


investigación para la antropología. A saber, la universidad es fuente de capital cultural
que se distribuye de manera compleja, y se halla enmarcada por los discursos del poder
(Shumar y Mir, 2011). A la AE le interesa saber, entonces, cómo la cultura de la
producción y diseminación del conocimiento se vincula a los procesos de enseñanza y
aprendizaje, y más allá, comprender cómo la cultura de la globalización incide en las
prácticas educativas universitarias. Por todo, en esta dimensión de los Modelos
Pedagógicos (MP) se instauran las siguientes cuestiones:

1. ¿Cómo el MP asume y aprovecha la interculturalidad y la multiculturalidad?


2. ¿Cómo MP plantea la temática de la sostenibilidad del medio ambiente?
3. ¿De qué manera el MP contrarresta la inequidad en la distribución del capital
cultural?
4. ¿Cómo los significados socio-culturales implícitos en las prácticas de aulas
contribuye a que el MP comprenda mejor a docentes y estudiantes?

En este sentido, pensar a los profesores como antropólogos implica deben tener en
cuenta la historicidad del currículo educativo, el carácter cultural de los procesos de
enseñanza y aprendizaje y, sobre todo, la necesidad de interpretación y narración los
significados descubierto en la cotidianidad del aula. Entonces, la conciencia histórica, la
cultura institucional y la escritura académica son puntos de convergencia entre la
Pedagogía y la Antropología, sin embargo, pueden convertirse en obstáculos de la
relación del docente con la realidad educativa. Es un hecho que, la perspectiva
antropológica confirma que la interacción pedagógica transforma a los sujetos que luego
transformarán su realidad. Lo anterior, ha sido explicado desde la etnometodología, los
estudios de sociólogos y psicólogos, dado que los actores educativos son seres humanos
conscientes de su lugar en la sociedad y tienen nociones respecto a la lengua como
herramienta de acción social, además son los usuarios de la lengua que actúan
lingüísticamente de manera reflexiva y poseen juicios propios. Por tanto, es necesario
hacer salvedad en que, “no se puede negar que todo antropólogo cambia en cierta
medida la vida del pueblo que estudia” (Barley, 1999: 209).

LA ANTROPOLOGÍA SOCIAL APLICADA A LAS INTERACCIONES


PEDAGÓGICAS EN LAS AULAS DE CLASE

Las escuelas son instituciones educativas públicas o privadas están en directa relación
con otras instituciones sociales, como la familia, la política, la economía e inclusive la
religión. A saber, en los establecimientos educativos circulan discursos que no son
neutrales, sino que son elaborados por sujetos que vierten en ellos sus valores e
ideologías, lo mismo ocurre con los fines que se agrupan en el proceso de formación, que
a su vez están enmarcados en un sistema educativo. Específicamente, en un aula de
clases tienen lugar procesos complejos como la comunicación, la transmisión de
información, la representación de la realidad, la expresión de sentimientos y las
potencialidades estéticas, y el sentido de la propia existencia. Visto de esta manera, es
factible que la Antropología Social (AS) sea aplicada a las interacciones pedagógicas en
las aulas de clase, porque estudia

(…) El comportamiento social, en general, en las formas institucionalizadas, tales


como la familia, los sistemas de parentesco, organización política, procedimientos
legales, cultos religiosos, y similares, y las relaciones entre estas instituciones; y
los estudia, ya sea en las sociedades contemporáneas o en las sociedades
históricas para las cuales existe información pertinente para hacer este tipo de
estudios viable (Evans-Pritchard, 2004: 5).

Ahora bien, tanto docentes como estudiantes, ambos son a la vez depositarios y
legatarios de ideas y prácticas que aprendieron, en un proceso educativo formal, por una
parte, e informal, por otra parte; estos son modos de transmisión de comportamientos y
normas, que en conjuntos hacen parte del proceso de la socialización de los sujetos. En
suma, la AS implica una comprensión más compleja de los estudiantes y profesores como
agentes históricos, que participan activamente transformación de las normas y conceptos
que regulan sus interacciones con los demás.

LA ANTROPOLOGÍA CULTURAL AL SERVICIO DE LA DISCIPLINA Y


LA CONVIVENCIA ESCOLAR

En el siglo XIX, la cultura era un concepto utilizado por estudiosos europeos que
reaccionaron ante los intereses de los países colonialistas, interesados en explicar las
costumbres de los pueblos en los territorios colonizados. Hoy día, la cultura se emplea
para explicar por qué las minorías y los grupos marginados no se integran fácilmente en
las principales corrientes sociales ni se mezclan con ellas. La cultura es una categoría
controversial dentro de la antropología, puesto que no existe in un consenso respecto a
su definición, es decir que los antropólogos difieren sobre qué aspectos culturales son
los más relevantes. Pese a todo, las diversas definiciones de cultura conducen a múltiples
posiciones teóricas. Por ejemplo, en el ámbito antropológico existen cuatro enfoques
básicos de la cultura:

1. La cultura como repertorio de comportamientos aprendidos.


2. La cultura como la utilización de símbolos para organizar y significar el mundo
humano.
3. La cultura como un sistema compartido de normas y valores.
4. La cultura como mediación humana para adaptarse al mundo.

De manera que, una definición integradora (u no integral) sería que: la cultura es


aprendida, simbólica, adaptativa, y con patrones cambiantes de comportamiento, que son
compartidos por los miembros de un grupo humano. En el fondo, los antropólogos
culturales indagan la cultura mediante el estudio de sus orígenes, el desarrollo y la
diversidad a medida que cambia a través del tiempo y entre las personas. Lo anterior es
debido a que “los antropólogos definen la sociedad como un grupo de personas que
perseveran a través del tiempo y las relaciones sociales entre estas personas: sus status
y roles” (Nanda y Warms, 2007:7). Desde esta mirada, los docentes pueden centrarse en
examinar las dinámicas que surgen entre estudiantes de diferentes procedencias o
trasfondos culturales. Pueden, por ejemplo, explorar las formas en que diferentes grupos
de estudiantes se apropian de los espacios escolares o transforman el medio ambiente,
o bien cómo los miembros de otras culturas entienden su lugar en la institución educativa.

LA ANTROPOLOGÍA COGNITIVA APLICADA A LA EVALUACIÓN DEL


APRENDIZAJE Y LA ENSEÑANZA

La Antropología Cognitiva (AC), data de la década de 1960, es una ciencia cognitiva,


cuyas investigaciones son relativamente recientes, de igual forma está emparentada con
la lingüística y la antropología lingüística. Por consiguiente, el lenguaje adquiere forma y
dimensión dentro de un espacio cultural, al tiempo que la producción del lenguaje forma
parte esencial de la formación de la cultura. De modo que, considerar las narrativas y la
tradición oral como formas en que el ser humano organiza materialmente la vida social,
implica aceptar que la Cultura se manifiesta en esos relatos o mitos. Lo anterior es
evidente, en los intercambios narrativos entre la mente y el ambiente, entre esquemas
internos y patrones externos de los sujetos, que involucran interesantes y complejos
procesos culturales. Así pues, “a medida que la antropología cognitiva asimila los
hallazgos de la neurociencia y se mueve más allá de los paradigmas semánticos hacia la
narrativa y otros niveles más profundos de la pragmática, puede llenar (…) la falta de una
teoría científica de la cultura” (Colby, 2011: 191). Desde esta perspectiva, tanto los
procesos cognitivos como las estructuras sociales pueden explicarse en toda su
complejidad, teniendo en cuenta las variaciones culturales y sociales, es decir que,
profundiza en el conocimiento de la vida social, del lenguaje y de sus usos.

En el contexto educativo, la AC hace factible poder observar el funcionamiento de la


lengua y su incidencia en la construcción de las identidades individuales y colectivas.
Estos análisis aportan datos para investigaciones sobre las relaciones de poder, de
solidaridad, o de resistencia, que pueden tener lugar dentro y fuera de las aulas de clase.
Del mismo modo, docentes y estudiantes, vistos como agentes sociales, van
construyendo, manteniendo y cambiando usos lingüísticos que revelan los procesos de
interacción pedagógica que son la superficie visible de una docencia eficaz y eficiente.
De modo que, la AC representa intento de triangular los rasgos de la personalidad, el
proceso educativo, y los contextos institucionales.

Entonces, la AC aplicada a la evaluación del aprendizaje y la enseñanza es


potencialmente útil para investigar y reflexionar sobre los procesos mentales que están
configurados culturalmente en las instituciones educativas, y son compartidos a través
de esquemas cognitivos, modelos y teorías. La finalidad de esta propuesta es producir
conocimientos sobre cómo los estudiantes se convierten en miembros aculturados y
educados al interior de las instituciones educativas, y saber con mayor certeza que
impacto tiene esos niveles, categorías o rótulos que han sido establecidos en los sistemas
de evaluación del desempeño académico.

CONCLUSIÓN

Los modelos pedagógicos del siglo pasado están estructurado en torno a elementos
como: a) metas de formación, b) métodos, estrategias y técnicas didácticas; c) prácticas
evaluativas, entre otros (Flores Ochoa, 2005). No obstante, la investigación educativa y
la revisión de la reciente literatura sobre enseñanza y aprendizaje (Moore, 2010; Maynard
y Tovote, 2010; Hasse, 2015) revela la existencia de la dimensión antropológica, que
complementa las dimensiones filosófica, sociológica y psicológica; desde las cuales se
plantean nuevas responsabilidades para la pedagogía contemporánea. En este orden de
ideas, inculcar un pensamiento antropológico en los profesores será factible cuando las
aulas de clase sean pensadas como un escenario de investigación, donde los estudiantes
sean valorados como sujetos conscientes que poseen una identidad cultural que se
complementa con la cultura escolar. Igualmente, el docente-antropólogo comprende que
las instituciones educativas son espacios de socialización a la vez que un sistema
concreto de normas y valores que prepara a los futuros ciudadanos para que se adapten
a los cambios y transformaciones sociales de un momento histórico particular.

REFERENCIAS
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