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José Fouché es uno de los personajes más

Singulares pero más auténticos de la ars


política de todos los tiempos. Ser
extraordinario por su astucia, por su movilidad, por
Su maligno afán de supervivencia, logró mantenerse
En el poder supremo en las actuaciones más
Cambiantes y azarosas de toda una época, de toda
Una era que conmovió, conjuró y borró de la faz
De la tierra a varias generaciones de brillantes
Políticos. José Fouché logró asirse a la vida y
Permanecer, asirse al poder e identificarse con él;
Una primacía casi soberana, sobre quienes le
Habían conferido la autoridad, sobre quienes le
Mandaban; Si acaso existiese un hombre in vivo
En quien se personificaran los consejos de Nicolás
Maquiavelo en El príncipe éste sería sin lugar a
Dudas él: José Fouché. Él es el príncipe oculto, el
Manipulador secreto, tremendamente temible y sin
Ningún escrúpulo.
Repasando su existencia, sus avatares, su obra,
No resulta extraño el que Fouché no gozara, ni
Goce, de simpatía alguna. El no conoció jamás el
Amor de sus contemporáneos, sino su temor. No
Prodigó hacia ellos compasión, ayuda o cariño,
Sino terror. No existe mejor explicación de su
Comportamiento que su supervivencia política. La
Historia le ha convertido en el arquetipo del
Individuo que ambiciona el poder personal, sin
Detenerse ante ningún obstáculo.
Agudo conocedor de los hombres y sus
Pasiones, de los hombres y sus ¡días, de los
Hombres y sus sueños, de los hombres y sus
Debilidades, la fuerza de Fouché radicó en no tener
Ningún sueño, ninguna debilidad, ninguna pasión,
Ningún ideal por el cual entregar su vida y su obra.
Perduró porque no se aferró a nada ni a nadie.
Jamás abrazó alguna causa si no fue para tomar
La más amplia ventaja de ello/El único adalid de
Fouché fue Fouché. Su único dios el poder. Su
Única ambición la autoridad suprema. Su único
Tiempo, el presente fugaz y eterno. Su única fe, la
Credulidad de los demás. Su única fuerza la
Debilidad de los otros, sus rivales.
~S ¡acaso conoció algún sentimiento de bondad
O fraternidad en vida, si percibió lo que es la
Compasión, la caridad, el amor al prójimo, muy
Bien supo reprimirle a tiempo/ sublimándolo de tal
Manera que su conducta demuestra todo lo
Contrario. Personajes muy importantes y muy
Disímbolos entre sí, no solamente le reprueban,
Sino que antes que nada le temen. La constante
De las referencias que hay sobre él en escritos
Tan dispares como los de (Napoleón Bonaparte,
Maximiliano Robes Pierre, Carnot, Barras,
Tallaran y muchos otros, es precisamente una
Mezcla de hosco resentimiento y franca repulsión,
Una mixtura de temor y de anhelo de venganza/
Republicanos girondinos, republicanos jacobinos,
Republicanos conciliadores, políticos bonapartistas,
Grandes funcionarios imperiales, altos jerarcas
Monárquicos, todos ellos destilan hiel, veneno,
Cuando escriben o comentan acerca de José
Fouché, su figura pública, su individualidad
Privada, su conducta, sus actos, su obra, su
Temperamento. Ante su presencia no se escatiman
Los insultos y las injurias, pero de tal manera que
No pueda existir represalia de parte suya. De sus
Mejores biógrafos, Stefan Seis lo describe
Como.... “un traidor de nacimiento, un miserable,
Un intrigante, un ser de la naturaleza escurridiza
De un reptil, un tránsfuga profesional con baja
Alma de esbirro, suficientemente abyecto y sin
Moral alguna como para cometer con desparpajo,
Sin ningún escrúpulo, las más increíbles e infames
Acciones”.
-Entre los historiadores de Francia, ni Blanca, ni
Michelle, ni Lamartine intentan el escorzo de su
Personalidad cuya principal característica era no
Tenerla. Su mejor biógrafo es Louis Madeleine, pero
Parece ser, que el único gran escritor que alcanzó
A percibir el genio de José Fouché fue el gran
Honorato de Balzac, quien no lo considera ni un
Asesino profesional (como Butrino), ni tampoco,
El otro extremo, un moralista virtuoso (como
Lambert). Lo ensalza y predica su ejemplo como
El poder superviviente a todos los poderes, el político
Más capaz que toda la política/Balzac sitúa ha
Fouché muy a /a Ni6tzche'. Más allá de todo bien
Y todo mal, como el genuino superhombre todo
Voluntad, todo pasión, superior al talento de todos
Los demás, superiores incluso a su propia inteligencia.
En la novela alsaciana titulada Une Tánébeuse
Affaire, /Fouché hombre y superhombre surge de
Las profundidades del averno para someter a todos
Los demás, al destino mismo, mostrando tal habilidad
Y tal dominio en el conocimiento y autodominio de
Sí mismo y de los otros, que no es perceptible a
Ninguna debilidad sino a la mayor y más
Increíblemente imaginable grandeza. /
- José Fouché nace en Francia, en el puerto de
Nantes, en la Loira Inflérieure, la Loire Atlantique,
A orillas del sereno río Loira, cerca del Océano
Atlántico, el 31 de mayo de 1759. Sus antepasados
Fueron marinos, José era emocionalmente
Demasiado retraído, introvertido, lejano y
Físicamente demasiado enclenque (alto y flaco),
Anémico, nervioso, para ser marino y comerciante/
Al haber nacido con el estigma de la debilidad física
Para las grandes empresas esforzadas, hubo de
Desarrollar su inteligencia para lograr que otros,
En su beneficio, hicieran por él y para él los trabajos
Difíciles.
-Eran los tiempos en los cuales la burguesía
Francesa incipiente, debía escoger para sus jóvenes
Entre las opciones de profesión liberal o casa real.
Para lo primero era necesario contar, previamente,
Con dinero para conseguir los permisos y licencias
Para estudiar, recibirse, ejercer. Y para lo segundo
Era necesario tener abolengo, una rancia sangre,
Un pasado ¡lustre, de todo lo cual carecía la fa-
Milia de Fouché. /
-Así, sin dinero, sin abolengo, sin relaciones y
Sin poder volverá la profesión familiar, José Fouché
Decidió a los veinte años, en la primera encrucijada
De su vida, tomar la única adecuada salida que le
Era posible, la de la Iglesia/. Se tonsuro. Inicio
Carrera en la Orden de los Oratorianos. José
Fouché se volvió seglar, pero no sacerdote. Aunque
Vistió hábitos no tomó los votos de fe. -No se
Comprometió totalmente con la Iglesia Católica, ni
Con la Orden de los Oratorianos, los cuales después
De la expulsión de los jesuitas del territorio francés,
Eran la principal orden religiosa de Francia/Tomó
Los hábitos y a lo largo de diez años de vida
Monástica y conventual, impartió clases de
Matemáticas, Física, Latín y Geografía, entre
Severos y pálidos jóvenes de negro. Gomo el mismo
Para sí las vestiduras negras, la tonsura, los
Enormes textos religiosos, los farragosos tratados
Teológicos, y comió ralas comidas, viviendo entre
Muros impasibles de conventos, monasterios e
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6

¡qlesias.zEn nombre de la caridad y el amor


Cristiano ofrece sus lecciones sucesivamente en
Nantes, Nitor, Seymour, Véndame y París.
Durante los diez años que Fouché vivió en
Medio de los murallones del reino invisible aprendió
A escuchar, a espiar, a mirar, a analizar la
Conducta, el comportamiento de los demás.
Aprendió Fouché a auto dominarse, a auto
Controlarse. Conoció y perfeccionó el sigilo, la
Audacia, el vértigo de soportar austeramente todas
Las imposiciones, disciplinas, castigos, injurias,
Inflexiones. Supo lo que es el hambre, el frio, la
Sed. La abstinencia y lo soporto todo con entereza.
Su oportunidad vino con la Revolución Francesa
De 1789-1894: El pueblo había incendiado Paris y
Toda Francia. Flameaban por todas partes insigne-
Nías republicanas, democráticas, populares,
Antimonárquicas! Y la región de la Loire Atlantique,
De la llamada Loire Infiriere, No pudo ser la
Excepción. Toda la provincia se inflamó con la
Pasión y la sangre derramadas heroicamente, en
Nombre de la Libertad, la Igualdad y la
Fraternidad, por el pueblo heroico, por los
Miserables de Paris y los proletarios de toda
Francia en la toma de La Bastilla, Se había citado
Espontáneamente, en la revolución democrática la
Asamblea Popular, y de allí, en medio del clamor
De la batalla entre los moderados de La Gironda o
Girondinos (Condorcito, Vergniaud, Desmoulins) y
los Jacobinos (Robespierre, Saint-Just, Danton,
Marat, Chaumette, Mirabeu),-se había creado la
Convención de seiscientos diputados de toda
Francia para representar a la revolución y tomar
un derrotero. En el viejo anfiteatro de los campos
de equitación reposaba el edificio de los debates
populares entre diputados, donde se esgrimíanlos
principales argumentos políticos para fijar el rumbo
de la insurrección que había ya derribado al poder
monárquico de los Borbones, y convertido a su
dinastía, a Luis XVI y su familia, a una mera
referencia ciudadana y antimonárquica.
• Fouché en la conmoción y arrebato de estos
tiemi010 s, ingresa en la ciudad de Arras a un club
filosófico, científico y político, donde se discuten
los asuntos del día, cara a cara entre sacerdotes
católicos y francmasones. Allí conoce a
Maximiliano Robespierre. Fouché abandona el
habito eclesiástico, renuncia a ser seglar y empieza
a frecuentar a Charlotte, la hermana de
Robespierre, mientras éste parte como
representante de la Loire Supérieure ante la
Asamblea de Estados Generales, como diputado
del tercer estado: La burguesía.-Fouché, hacia
1791-1792, se deja crecer el pelo sobre la tonsura
y reemplaza la vestidura de profesor eclesiástico
por la de civil burgués, desdeña a Charlotte
Robespierre y toma por mujer a otra dama de mejor
Lición y fortuna, En Nantes participa en los clubes
discusión filosófica y política.Cerca de allí está
PI territorio de la Gironde, y gracias a las influencias
Girondinas Fouché pasa a representar como ex
sacerdote al tercer estado, en una especie de pacto
eclesiástico-girondino donde la Iglesia trata de
demostrar que en los territorios de La Loire el
tercer estado puede pactar con la Iglesia, En el
tenor de esta situación Fouché parte de Nantes
hacia la Asamblea de los Estados Generales, la
Convención, como una especie de semi cónsul
provincial, y la cucarda tricolor: rojo, blanco y azul
suple a los hábitos y la tonsura. Fouché tiene 32
años cumplidos, en 1792, el segundo año de La
Convención, y a pesar de entrar en escena
tardíamente Fouché adivina en el signo de los
tiempos la oportunidad que espera.
-Cuando Fouché hace su entrada en La
Convención, en París, en septiembre de 1792, el
número de diputados ha subido de seiscientos a
setecientos cincuenta, En los ardorosos debates
en torno a la Constitución, a la estructura de la
revolución, de la representación popular y
democrática, de la vida de Luis Capeto y su fa-
milia esperando en Le Temple," Fouché se alinea
al lado de los ganadores de ese momento: los
Girondinos, en el famoso Llano de la Convención,
dejando tras de sí al pantano de los conciliadores,, ISicamente en medio del
anfiteatro de hierro y
madera, y más arriba, cercados por la plebe2a los
hombres de La Montaña, a los Jacobinos. El de
bate es entonces cruel y denodado. Sin agotarse
jamás los apasionados y posesos diputados van
de un tema a otro, batiéndose por medio de la
palabra y los discursos en duelos tremendos.
Fouché guarda silencio. Fríamente calcula la
garantía de su permanencia mientras la demagogia
no permita que se pasen a los hechos.-6on los
años duros en los cuales él, como Siéyes, calla
para sobrevivir. Allí destacan de una parte
Condorcet, Vergniaud y Desmoulins, y de la otra
Dantón, Robespierras y Marat, Pero hay
diferencias insondables entre estos últimos.
Robespierre vive en la calle de Saint-Honoré, a la
vista del pueblo, en una casa abierta como un
escaparate expuesto a todo el público,
ascéticamente, es el santón laico de la revolución
y de la Convención del Pueblo.-Sus diatribas van
cargadas de su puritanismo consecuente, de
espartaquismo irreductible, Robespierre no pacta,
y después del asesinato de Marat cometido contra
el médico suizo en la tina de su baño por Charlotte
Corday, Robespierre, Chaumette, Mirabeau y
Dantón se disputan el poder, el mando absoluto de
los Jacobinos, y a través de ellos de la Convención
del Pueblo y a través de ella de Francia entera-La
tentación es enorme. Pero Fouché calla y
permanece silente al lado de los Girondinos,
moderadamente, mientras éstos se baten con los
Jacobinos y los Jacobinos entre sí, por la
supervivencia y el poder supremo.
-Pero el momento de las decisiones
trascendentales irrumpe súbitamente. Es necesano
ya pasar de las palabras a los hechos. De la
logomaquia en torno a la libertad, la igualdad y la
fraternidad a los actos políticos que las hagan
reales para el pueblo; El debate crucial se abre el
15 de enero de 1793, en torno a un punto que no
admite conciliación alguna: la muerte o no de Luis
Capeto y su familia."La responsabilidad es
tremenda, y el duelo de las ¡deas no ha conducido
sino a una decisión: por exigencia unánime de los
líderes jacobinos: Marat, Dantón y Robespierre, la
decisión será tomada por votación abierta y no
secreta. El pueblo debe conocer el 16 de enero
no solamente la suerte del ex rey y su familia, sino
también a sus diputados. Hasta el momento los
integrantes de La Gironda tienen la garantía del
triunfo. Condorcet asegura que la mayoría será
aplastante/ Fouché que se ha convertido en su
esbirro más sumiso, prepara un discurso
incendiario en contra de la sentencia de muerte,
alegando que ésta acarreará la guerra contra
Francia por parte de todas las potencias europeas.
-Los Girondinos y Fouché se van a la cama con
apacible tranquilidad y calma. Pero durante la
noche los Jacobinos revuelven y agitan la ciudad,
buscan al pueblo en las barracas, en los barrios
míseros, en las ciudades perdidas, en los tugurios,
en las tabernas, en los cinturones de miseria de
París/El pueblo, la chusma enardecida y heroica
que tomo de golpe La Bastilla e hizo posible la
revolución en 1789, debe defenderla ahora. Los
Jacobinos se juegan la última carta política contra
la mayoría de la Gironda y El Pantano; Deben
aplastarlos o sucumbir. El pueblo responde y a la
mañana siguiente la turba enardecida rodea el
anfiteatro de la Convención, amenazando de
muerte a todo aquel diputado que no vote a favor
de la sentencia contra los Capeto. De repente, en
una sola noche los Jacobinos han ganado:
reuniendo en torno suyo a la plebe, dominan la
situación y obligan al Pantano a definirse a su
favor.Los Girondinos se rinden. Con ello firman
&
su sentencia de muerte política. La sentencia para
los Capeto es ¡muerte! Y Fouché que lleva su
discurso incendiario dentro de la casaca se
deshace de él cuando le llega el turno para cotar,
asa al estrado, en el foro, de cara a la Convención
y a la chusma que ocupa lo alto; Sobre él están las
miradas de todos.•Silenciosamente, en un gesto
frío, con languidez pero con claridad, audazmente,
como quien tira algo a la basura, en un gesto teatral
dice a su turno: ¡La mort! Desde entonces Fouché
no puede ser ya girondino, y los Jacobinos parecen
recibir a su nuevo miembro con júbilo, todos menos
Robespierre, su antiguo compañero de Arras,
quien lo mira desafiantemente con plena

desconfianza,-una desconfianza doblemente


aumentada, pues si antes no le complacía la actitud
reservada de Fouché, ahora menos verlo engrosar
sus filas como un escurridizo oportunista, Pero
Fouché le sonríe afablemente y se convierte en
regicida.
Para probar ante sus nuevos jefes su tremenda
lealtad, su enorme capacidad de trabajo, Fouché
pide ser de los diputados enviados por la
Convención, a fines de ese enero histórico de 1793,
a politizar a las provincias-El tempo político de
París no es el ritmo de Francia. Sus pulsos son
diferentes. Y mientras en las provincias aún pasan
de ser monárquicos a girondinos, es necesario
hacerles ver que el poder político ha terminado
con estos últimos y que ahora, en el tercer año de
la Convención, mandan los Jacobinos. Fouché es
enviado a su provincia: la Loire Atlantique, y
principalmente a Nantes, Nervers y Moulins/A\\\
nace su hija. Desenfadadamente, con el poder
omnímodo y total de “salud pública” que le ha dado
la Convención,-el antiguo sacerdote Fouché
expropia iglesias, toma como botín insignias, oro,
plata, piedras preciosas, dinero, tapices, etcétera
y lo entrega todo a la Convención en medio del
regocijo de los Jacobinos y la plebe. Además
impone tributos proporcionales a los ricos y les
obliga a entregar sus pertenencias a la Convención
del Pueblo, a los Jacobinos. Y por si faltara algo,

decide, al lado de Marat, quien se ha convertido


en su héroe, redactar un documento único en su
género, en el cual-el antiguo sacerdote se vuelve
tajantemente contra la iglesia, contra el culto, con-
tra las imágenes, contra Dios, contra todo lo que
pueda representar fe y veneración y se proclama
públicamente en Nevers ateo. Como prueba de
ateísmo decide bautizar él mismo, en contra de la
“superstición” y a favor de la razón atea jacobina
muy a la Marat, Nievre a su hija recién nacida, lo
cual viene a significar algo así como un rito laico
donde la pequeña recibe el título de “heredera de
lo sucedido en Nevers".
Cumplidamente ha ¡do más allá que
Robespierre y sus ambigüedades sobre la
libertad, incluso más allá que Dantón y Marat en
torno al problema de la igualación progresiva.
Fouché se muestra más radical que los radicales
y más tajante que ellos. Prueba de ello es un
documento que publica en Nevers y que luego en
París pasa a formar parte del archivo jacobino
del Monitorde la Convención, su periódico oficial.
Este documento va con mucho más allá de los
radicales jacobinos, más allá del Marat y del
Dantón socialista) y se convierte, antes que el
Manifiesto comunista (1847), en una premonición
razonada, en un argumento inteligente del
comunismo jacobista. -En forma sintetizada
libremente, dice así:

Ciudadanos de Francia: ante ustedes todo les


está permitido a los que actúan en nombre de la
Revolución/ Para el revolucionario republicano
solamente existe un peligro: desobedecer las
leyes de la República.'Quien se excede en
cumplirlas, quien aparentemente se pasa del
límite, aún puede decirse que no ha llegado del
todo al final ideal/ Mientras quede sobre la tierra
un solo proletario, debe proseguir el avance de la
Libertad.
La Revolución está hecha para el pueblo. Pero
no debe de entenderse por pueblo a la clase
privilegiada de los ricos, quienes han acaparado
todos los goces de la vida y todos los bienes que
legítimamente pertenecen no a ellos sino a la
sociedad. El pueblo es solamente la totalidad de
‘-los ciudadanos franceses, y sobre todo, antes
que ninguno, la clase social infinita de los
proletarios que defienden con su sangre las
fronteras de la Patria, y quienes hacen posible
con sus vidas y su trabajo el sustento de todos,
-La Revolución sería absurda e inmoral si
únicamente se ocupara del bienestar de unos
cuantos cientos de individuos, dejando en la
penuria y en la miseria a 24 millones de perso-
nas, Ciudadanos de Francia: sería un engaño ante
vosotros el que se hablara en nombre de la
Igualdad, en tanto materialmente se separan los
hombres en la repartición del bienestar. El

proletario es la Revolución/El rico jamás puede


encamarla. El rico no puede ser revolucionario ni
republicano. Si la Revolución es únicamente
burguesa dejará sin duda alguna el gue persista
la diferencia de bienes, y no será Revolución, ya
que los ricos, malvados y corruptos de por sí,
siempre tratarían de entenderse con los nuevos
líderes para mantener sus posiciones, Es por esta
razón fundamental que argumentamos que la
Revolución no debe cejar.'Necesita del alma
proletaria, de su espíritu y de su sangre para ser
una Revolución Integral./
-No debéis engañaros: para ser verdaderos
republicanos revolucionarios, cada ciudadano
debe sufrir en su alma y en su temple de ánimo
una revolución parecida a la Revolución que ha
transformado a Francia ente^ No debe de quedar
nada común que ligue a los vasallos y esbirros
de los tiranos con los habitantes que desean un
país igual y libre.-Por ello debemos emprender
obras nuevas cada día, más allá de las viejas
costumbres y los antiguos sentimientos
tradicionales/ Debéis reconocer que estáis
oprimidos. Debéis reconocer vuestra sumisión
hasta él presente y no resistir más:‘Debéis
aniquilar a los opresores. No toleréis ya más
nunca la opresión de los ricos y la opresión de la
Iglesia/ Hasta ahora habéis sido esclavos de la
superstición eclesiástica,-pero ha llegado el momento de convertiros al Culto de
la Libertad y
de la Igualdad. Todo aquel; que se oponga a este
Credo debe abandonar este país salvo pena de
muerte, Ya no hay lugar para mediaciones ni
falsos sentimientos.-La sangre de los mártires y
héroes de la Libertad reclama ahora el momento
decisivo. La República no exige en su seno sino
a seres libres e ¡guales. No reconoce como hijos
sino a quienes se atreven a vivir y morir por ella,
porta República de la Libertad y de la Igualdad,
Todo aquel que se oponga, de palabra o de acto,
debe ser aniquilado de inmediato.
-Por tanto ciudadanos de la Francia Igual y
Libre: se decreta que todo aquél que posea más
de lo indispensable para sí mismo y su familia
debe contribuir con una cuota igual a su exceso,
a las arcas de la Convención de la República, El
pueblo reclama que se quite a todo rico lo que no
necesita, lo superfluo, porque ello atenta contra
la República de los libres y de los ¡guales, y
porque además es una violación inmoral patente
de los Derechos del Pueblo y del Ciudadano.
■Todo lo que los ricos posean más allá de sus
necesidades no es sino un abuso. No le dejéis
con ello. No le dejéis utilizarlo en vuestra contra.
La República reclama al pueblo libre e igual que
les arrebate sus excesos a los ricos y les deje
solamente lo necesario./El resto pertenece
totalmente, íntegramente, durante la Guerra
Revolucionaria, a las areas de la República y a/
Ejército del Pueblo.
Ciudadanos de Francia: tened presente que
de ahora en adelante administraremos con todo
riqor la autoridad que nos ha sido conferida por
vuestro mandato, Castigaremos como actos con-
tra la República al abuso, al descuido, a la
debilidad, a la lentitud. Los tiempos son nuevos.
Ha pasado la época de las decisiones tibias y de
las mediaciones inútiles. Debéis ayudarnos a dar
golpes de muerte a la tiranía, a los ricos, a la
Iglesia. O estos mismos golpes mortales se
volverán contra vosotros/Ahora la consigna es
¡libertad o Muerte! ¡Podéis elegir!
-Al volver José Fouché a la Convención en París,
es recibido como todo un héroe. Por voz de
Chaumette recibe los elogios de Dantón, Marat y
forzadamente de Robespierre, quien aún no se
resigna del todo a verlo triunfante, no sólo por
desconfianza, sino porque se da cuenta de que
su antiguo camarada de Arras es,'potencial mente,
un enemigo político formidable, pero mientras duró
el equilibrio de fuerzas jacobinas, que bruscamente
fue roto con el asesinato de Marat, la calma era
todavía garantía de paz jacobina interna, de
conciliación de ideales e intereses dispares entre
sí, de concordia.-Fouché en tanto se levanta
erguidamente con sus laureles de héroe de la
República/Los Jacobinos le aclaman. De repente
sobreviene la llamada "Cuestión de Lyon".
— Lyon es la segunda capital de Francia, no
solamente por su importancia agrícola, situada en
medio del país y en las tierras más fértiles bañadas
por el río Rhóne, sino sobre todo por su importancia
fabrilvHacia fines de 1792 llega la revolución a
Lyon, y hacia principios de 1793 la acaudilla el ex
sacerdote Chalier quien, como ferviente seguidor
del radicalismo jacobino y sobre todo del de Marat,
pretende instaurar la igualdad progresiva.ATiene
de su lado al proletariado fabril de las grandes
industrias textiles, a los campesinos, al pueblo
pobre. Pero la reacción se cierne sobre Lyon y
los dueños de las fábricas/ unidos contra Chalier,
le encarcelan, le formulan un juicio sumario y lo
guillotinan.La ciudad se subleva contra la reacción,
pero parte del ejército se convierte en mercenario
a favor de los dueños de las fábricas. La cabeza
de Chalier llega a Partís y conmueve a la
Convención.' La Convención designa a su diputado
local Couthon para apagar la insurrección. Pero
Couthon demuestra ser incapaz de realizar este
trabajo.'La insurrección reaccionaria toma la
ciudad y la región y amenaza extenderse. Son
tiempos difíciles para la República, Toulón y
Dunkerken han sido tomados por los ingleses. Los
prusianos y austríacos después de cruzar el Rhin
han puesto en llamas a toda La Vendée. Es
• iini lidar la incipiente guerra civil de Lyon,
invención de la República, los Jacobinos, La C on'Síde sus mejores hombres
para sofocar
llamanedesdny resolver todo el problema. En
ainsuderrerro? rojo en toda Francia parten de
pad. a Lyon, dos confiables y enardecidos
Minutados jacobinos: Collot d’Herbois, viejo y
ss ufrasacobino compañero de Dantón, y
el nuevo discípulo de Marat (en vísperas del
asesinato de éste), héroe jacobino de la República
en La Lote José Fouché /Es noviembre de 1793.
-La llamada “Cuestión de Lyon"es aún hoy
día asunto de polémica. Hay historiadores que
dicen que la violencia y el terror rojo eran del todo
innecesarios/ Pero si en 1793 la República quería
sobrevivir, no le quedaba otro camino que utilizar
el terror.-Por la parte de Collot esto era meramente
un asunto de rutina. El, como Dantón, como
Robespierre, como Marat, había aprobada la
instauración de la República por medio del terror
rojo. No había otra salida. Pero para Fouché esto
era algo nuevo/ El dominaba ya el arte de la
organización política y también la psicología de
masas cuando contaba con suficiente autoridad.
Pero aquí pesaba una cuestión de conciencia.
Temía implantar el terror por el terror. Un instinto
sumamente fuerte en él le advertía de las
consecuencias irreparables de tales actos. Mas
sin embargo, no había opción. Era el terror o nada.
Así, ante la tumba de Chalier, el ultrajacobino y
ateísta Fouché, se ve obligado a jurar vengar la
sangre jacobina con el ‘incienso de la sangre de
los aristócratas asesinos y enemigos de la
República y la Convención’/Quema y saquea.
Manda acuñar libros y monedas conmemorativas
en oro y rojo para marcar históricamente este día.
Y acto seguido hace que Collot firme junto con él
una versión un tanto modificada de su proclama
revolucionaria de La Loire con el título de
Instrucción de Lyon/ Repite pues todos sus
procedimientos pero esta vez tiñéndolos hasta el
paroxismo con la sangre de los culpables de la
insurrección-Nadie salva el pellejo ante el furor de
Fouché. Incluso muchas veces Collot se opone un
tanto a sus demandas apasionadas y a su fervor
de sangre/ Fouché implanta el terror generalizado
en toda la región, y como medida mucho más rápida
que la guillotina, a la cual considera un tanto
“lenta”, implanta, con la ayuda de un improvisado
ejército y de los profesionales de la Guardia
Republicana de París, el ajustamiento en masa.
- El asesinato de Marat a finales de 1793
exacerba los ánimos de los verdugos y todo Lyon
y toda la región del Rhóne se tiñen de sangre. La
carnicería es espantosa. No hay lugar para el
perdón ni para las peticiones de misericordia e
indulgencia. La casa de todo sospechoso de
traición es registrada. Todo sospechoso es detenido
ajusticiado por Fouché. La gente le empieza a
llamar 7e mitrailleurde Lyon"(elametrallador, el
asesino de Lyonj^S'm embargo un nuevo cambio
le cierra ahora la garganta. Los tiempos en la
Convención han cambiado después de la muerte
de Marat Robespierre “el incorruptible", “el vir­
tuoso”, “el heresiarca revolucionario”, "el gran
guillotinador rojo", ha comenzado su labor de
limpieza para asegurar su mando supremo.-Ha
eliminado a los aliados de Fouché, dejando a
Dantón para una lucha final. Caen Hérbert,
Chaumette, Roslin, Carrier, el viejo Desmoulins. Y
finalmente el mismo Dantón/ Robespierre se
encamina hacia el comando omnímodo y supremo.
Nadie hay ya a su paso que le detenga. Collot
teme y retorna a París. Fouché se encuentra solo
y con temor, con el íntimo temor de no dominar la
situación y no pertenecer a las mayorías. Entonces
decide detener la masacre y pasarse al bando
contrario. Denuncia públicamente a su cómplice
Collot/Conmina y se vuelve contra Chalier y sus
camaradas de tendencia, a los que tilda de
“anarquista". Detiene a los tribunales populares.
Desarma los ejércitos proletarios-Muda a los
cañones. Hace retornar al grueso de la Guardia
Republicana a París o la destina a Marsella y a
Toulón/Se queda solo frente al pueblo masacrado
y asustado de Lyon, y después de dos mil muertes
o más, en febrero de 1794 maniobra para ser
aclamado por un Tribunal Popular Revolucionario
Republicano como “salvador” de Lyon. Así,
merced a una más de sus jugarretas, de sus
disfraces, de sus súbitas transformaciones, de los
cambios vertiginosos de su mente,"el mltrailleur
de Lyon es aclamado unánimemente como
“salvador” y “benefactor”. Concilia la tregua.
Consigue la paz. Ofrece seguridad y da garantías.
Y el único pecado que comete, su única falta es la
de haber sido “excesivamente piadoso”./
- Fouché retorna a París, a la Convención de la
República en abril de 1794, todo hecho cautela,
todo hecho prudencia/No sabe como habrá de
comportarse con respecto a él su viejo camarada
de Arras, Maximiliano Robespierre, asceta, puritano
de la Rue de Saint-Honoré. Robespierre le recibe
con desprecio.-De los setecientos cincuenta
diputados iniciales en la Gran Convención,
solamente quedan acaso doscientos cincuenta de
la vieja guardia. Todos los grandes líderes:
Mirabeau, Dantón, Marat, Desmoulins, Verginaud,
Condorcet, han desaparecido/ Robespierre
esgrime despóticamente, como árbiter supremo,
el bastón del poder omnímodo.-Y solamente unos
pasos lo separan de la dictadura personal. Todos
temen a este hombrecillo miope, austero, colérico,
esmirriado, pero capaz de mandar a prisión y a la
guillotina a cualquiera de ellos/Fouché regresa y
es brusca y hostilmente exhibido como un asesino.
Robespierre le echa en cara los sucesos de La

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