política de todos los tiempos. Ser extraordinario por su astucia, por su movilidad, por Su maligno afán de supervivencia, logró mantenerse En el poder supremo en las actuaciones más Cambiantes y azarosas de toda una época, de toda Una era que conmovió, conjuró y borró de la faz De la tierra a varias generaciones de brillantes Políticos. José Fouché logró asirse a la vida y Permanecer, asirse al poder e identificarse con él; Una primacía casi soberana, sobre quienes le Habían conferido la autoridad, sobre quienes le Mandaban; Si acaso existiese un hombre in vivo En quien se personificaran los consejos de Nicolás Maquiavelo en El príncipe éste sería sin lugar a Dudas él: José Fouché. Él es el príncipe oculto, el Manipulador secreto, tremendamente temible y sin Ningún escrúpulo. Repasando su existencia, sus avatares, su obra, No resulta extraño el que Fouché no gozara, ni Goce, de simpatía alguna. El no conoció jamás el Amor de sus contemporáneos, sino su temor. No Prodigó hacia ellos compasión, ayuda o cariño, Sino terror. No existe mejor explicación de su Comportamiento que su supervivencia política. La Historia le ha convertido en el arquetipo del Individuo que ambiciona el poder personal, sin Detenerse ante ningún obstáculo. Agudo conocedor de los hombres y sus Pasiones, de los hombres y sus ¡días, de los Hombres y sus sueños, de los hombres y sus Debilidades, la fuerza de Fouché radicó en no tener Ningún sueño, ninguna debilidad, ninguna pasión, Ningún ideal por el cual entregar su vida y su obra. Perduró porque no se aferró a nada ni a nadie. Jamás abrazó alguna causa si no fue para tomar La más amplia ventaja de ello/El único adalid de Fouché fue Fouché. Su único dios el poder. Su Única ambición la autoridad suprema. Su único Tiempo, el presente fugaz y eterno. Su única fe, la Credulidad de los demás. Su única fuerza la Debilidad de los otros, sus rivales. ~S ¡acaso conoció algún sentimiento de bondad O fraternidad en vida, si percibió lo que es la Compasión, la caridad, el amor al prójimo, muy Bien supo reprimirle a tiempo/ sublimándolo de tal Manera que su conducta demuestra todo lo Contrario. Personajes muy importantes y muy Disímbolos entre sí, no solamente le reprueban, Sino que antes que nada le temen. La constante De las referencias que hay sobre él en escritos Tan dispares como los de (Napoleón Bonaparte, Maximiliano Robes Pierre, Carnot, Barras, Tallaran y muchos otros, es precisamente una Mezcla de hosco resentimiento y franca repulsión, Una mixtura de temor y de anhelo de venganza/ Republicanos girondinos, republicanos jacobinos, Republicanos conciliadores, políticos bonapartistas, Grandes funcionarios imperiales, altos jerarcas Monárquicos, todos ellos destilan hiel, veneno, Cuando escriben o comentan acerca de José Fouché, su figura pública, su individualidad Privada, su conducta, sus actos, su obra, su Temperamento. Ante su presencia no se escatiman Los insultos y las injurias, pero de tal manera que No pueda existir represalia de parte suya. De sus Mejores biógrafos, Stefan Seis lo describe Como.... “un traidor de nacimiento, un miserable, Un intrigante, un ser de la naturaleza escurridiza De un reptil, un tránsfuga profesional con baja Alma de esbirro, suficientemente abyecto y sin Moral alguna como para cometer con desparpajo, Sin ningún escrúpulo, las más increíbles e infames Acciones”. -Entre los historiadores de Francia, ni Blanca, ni Michelle, ni Lamartine intentan el escorzo de su Personalidad cuya principal característica era no Tenerla. Su mejor biógrafo es Louis Madeleine, pero Parece ser, que el único gran escritor que alcanzó A percibir el genio de José Fouché fue el gran Honorato de Balzac, quien no lo considera ni un Asesino profesional (como Butrino), ni tampoco, El otro extremo, un moralista virtuoso (como Lambert). Lo ensalza y predica su ejemplo como El poder superviviente a todos los poderes, el político Más capaz que toda la política/Balzac sitúa ha Fouché muy a /a Ni6tzche'. Más allá de todo bien Y todo mal, como el genuino superhombre todo Voluntad, todo pasión, superior al talento de todos Los demás, superiores incluso a su propia inteligencia. En la novela alsaciana titulada Une Tánébeuse Affaire, /Fouché hombre y superhombre surge de Las profundidades del averno para someter a todos Los demás, al destino mismo, mostrando tal habilidad Y tal dominio en el conocimiento y autodominio de Sí mismo y de los otros, que no es perceptible a Ninguna debilidad sino a la mayor y más Increíblemente imaginable grandeza. / - José Fouché nace en Francia, en el puerto de Nantes, en la Loira Inflérieure, la Loire Atlantique, A orillas del sereno río Loira, cerca del Océano Atlántico, el 31 de mayo de 1759. Sus antepasados Fueron marinos, José era emocionalmente Demasiado retraído, introvertido, lejano y Físicamente demasiado enclenque (alto y flaco), Anémico, nervioso, para ser marino y comerciante/ Al haber nacido con el estigma de la debilidad física Para las grandes empresas esforzadas, hubo de Desarrollar su inteligencia para lograr que otros, En su beneficio, hicieran por él y para él los trabajos Difíciles. -Eran los tiempos en los cuales la burguesía Francesa incipiente, debía escoger para sus jóvenes Entre las opciones de profesión liberal o casa real. Para lo primero era necesario contar, previamente, Con dinero para conseguir los permisos y licencias Para estudiar, recibirse, ejercer. Y para lo segundo Era necesario tener abolengo, una rancia sangre, Un pasado ¡lustre, de todo lo cual carecía la fa- Milia de Fouché. / -Así, sin dinero, sin abolengo, sin relaciones y Sin poder volverá la profesión familiar, José Fouché Decidió a los veinte años, en la primera encrucijada De su vida, tomar la única adecuada salida que le Era posible, la de la Iglesia/. Se tonsuro. Inicio Carrera en la Orden de los Oratorianos. José Fouché se volvió seglar, pero no sacerdote. Aunque Vistió hábitos no tomó los votos de fe. -No se Comprometió totalmente con la Iglesia Católica, ni Con la Orden de los Oratorianos, los cuales después De la expulsión de los jesuitas del territorio francés, Eran la principal orden religiosa de Francia/Tomó Los hábitos y a lo largo de diez años de vida Monástica y conventual, impartió clases de Matemáticas, Física, Latín y Geografía, entre Severos y pálidos jóvenes de negro. Gomo el mismo Para sí las vestiduras negras, la tonsura, los Enormes textos religiosos, los farragosos tratados Teológicos, y comió ralas comidas, viviendo entre Muros impasibles de conventos, monasterios e 4 6
¡qlesias.zEn nombre de la caridad y el amor
Cristiano ofrece sus lecciones sucesivamente en Nantes, Nitor, Seymour, Véndame y París. Durante los diez años que Fouché vivió en Medio de los murallones del reino invisible aprendió A escuchar, a espiar, a mirar, a analizar la Conducta, el comportamiento de los demás. Aprendió Fouché a auto dominarse, a auto Controlarse. Conoció y perfeccionó el sigilo, la Audacia, el vértigo de soportar austeramente todas Las imposiciones, disciplinas, castigos, injurias, Inflexiones. Supo lo que es el hambre, el frio, la Sed. La abstinencia y lo soporto todo con entereza. Su oportunidad vino con la Revolución Francesa De 1789-1894: El pueblo había incendiado Paris y Toda Francia. Flameaban por todas partes insigne- Nías republicanas, democráticas, populares, Antimonárquicas! Y la región de la Loire Atlantique, De la llamada Loire Infiriere, No pudo ser la Excepción. Toda la provincia se inflamó con la Pasión y la sangre derramadas heroicamente, en Nombre de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, por el pueblo heroico, por los Miserables de Paris y los proletarios de toda Francia en la toma de La Bastilla, Se había citado Espontáneamente, en la revolución democrática la Asamblea Popular, y de allí, en medio del clamor De la batalla entre los moderados de La Gironda o Girondinos (Condorcito, Vergniaud, Desmoulins) y los Jacobinos (Robespierre, Saint-Just, Danton, Marat, Chaumette, Mirabeu),-se había creado la Convención de seiscientos diputados de toda Francia para representar a la revolución y tomar un derrotero. En el viejo anfiteatro de los campos de equitación reposaba el edificio de los debates populares entre diputados, donde se esgrimíanlos principales argumentos políticos para fijar el rumbo de la insurrección que había ya derribado al poder monárquico de los Borbones, y convertido a su dinastía, a Luis XVI y su familia, a una mera referencia ciudadana y antimonárquica. • Fouché en la conmoción y arrebato de estos tiemi010 s, ingresa en la ciudad de Arras a un club filosófico, científico y político, donde se discuten los asuntos del día, cara a cara entre sacerdotes católicos y francmasones. Allí conoce a Maximiliano Robespierre. Fouché abandona el habito eclesiástico, renuncia a ser seglar y empieza a frecuentar a Charlotte, la hermana de Robespierre, mientras éste parte como representante de la Loire Supérieure ante la Asamblea de Estados Generales, como diputado del tercer estado: La burguesía.-Fouché, hacia 1791-1792, se deja crecer el pelo sobre la tonsura y reemplaza la vestidura de profesor eclesiástico por la de civil burgués, desdeña a Charlotte Robespierre y toma por mujer a otra dama de mejor Lición y fortuna, En Nantes participa en los clubes discusión filosófica y política.Cerca de allí está PI territorio de la Gironde, y gracias a las influencias Girondinas Fouché pasa a representar como ex sacerdote al tercer estado, en una especie de pacto eclesiástico-girondino donde la Iglesia trata de demostrar que en los territorios de La Loire el tercer estado puede pactar con la Iglesia, En el tenor de esta situación Fouché parte de Nantes hacia la Asamblea de los Estados Generales, la Convención, como una especie de semi cónsul provincial, y la cucarda tricolor: rojo, blanco y azul suple a los hábitos y la tonsura. Fouché tiene 32 años cumplidos, en 1792, el segundo año de La Convención, y a pesar de entrar en escena tardíamente Fouché adivina en el signo de los tiempos la oportunidad que espera. -Cuando Fouché hace su entrada en La Convención, en París, en septiembre de 1792, el número de diputados ha subido de seiscientos a setecientos cincuenta, En los ardorosos debates en torno a la Constitución, a la estructura de la revolución, de la representación popular y democrática, de la vida de Luis Capeto y su fa- milia esperando en Le Temple," Fouché se alinea al lado de los ganadores de ese momento: los Girondinos, en el famoso Llano de la Convención, dejando tras de sí al pantano de los conciliadores,, ISicamente en medio del anfiteatro de hierro y madera, y más arriba, cercados por la plebe2a los hombres de La Montaña, a los Jacobinos. El de bate es entonces cruel y denodado. Sin agotarse jamás los apasionados y posesos diputados van de un tema a otro, batiéndose por medio de la palabra y los discursos en duelos tremendos. Fouché guarda silencio. Fríamente calcula la garantía de su permanencia mientras la demagogia no permita que se pasen a los hechos.-6on los años duros en los cuales él, como Siéyes, calla para sobrevivir. Allí destacan de una parte Condorcet, Vergniaud y Desmoulins, y de la otra Dantón, Robespierras y Marat, Pero hay diferencias insondables entre estos últimos. Robespierre vive en la calle de Saint-Honoré, a la vista del pueblo, en una casa abierta como un escaparate expuesto a todo el público, ascéticamente, es el santón laico de la revolución y de la Convención del Pueblo.-Sus diatribas van cargadas de su puritanismo consecuente, de espartaquismo irreductible, Robespierre no pacta, y después del asesinato de Marat cometido contra el médico suizo en la tina de su baño por Charlotte Corday, Robespierre, Chaumette, Mirabeau y Dantón se disputan el poder, el mando absoluto de los Jacobinos, y a través de ellos de la Convención del Pueblo y a través de ella de Francia entera-La tentación es enorme. Pero Fouché calla y permanece silente al lado de los Girondinos, moderadamente, mientras éstos se baten con los Jacobinos y los Jacobinos entre sí, por la supervivencia y el poder supremo. -Pero el momento de las decisiones trascendentales irrumpe súbitamente. Es necesano ya pasar de las palabras a los hechos. De la logomaquia en torno a la libertad, la igualdad y la fraternidad a los actos políticos que las hagan reales para el pueblo; El debate crucial se abre el 15 de enero de 1793, en torno a un punto que no admite conciliación alguna: la muerte o no de Luis Capeto y su familia."La responsabilidad es tremenda, y el duelo de las ¡deas no ha conducido sino a una decisión: por exigencia unánime de los líderes jacobinos: Marat, Dantón y Robespierre, la decisión será tomada por votación abierta y no secreta. El pueblo debe conocer el 16 de enero no solamente la suerte del ex rey y su familia, sino también a sus diputados. Hasta el momento los integrantes de La Gironda tienen la garantía del triunfo. Condorcet asegura que la mayoría será aplastante/ Fouché que se ha convertido en su esbirro más sumiso, prepara un discurso incendiario en contra de la sentencia de muerte, alegando que ésta acarreará la guerra contra Francia por parte de todas las potencias europeas. -Los Girondinos y Fouché se van a la cama con apacible tranquilidad y calma. Pero durante la noche los Jacobinos revuelven y agitan la ciudad, buscan al pueblo en las barracas, en los barrios míseros, en las ciudades perdidas, en los tugurios, en las tabernas, en los cinturones de miseria de París/El pueblo, la chusma enardecida y heroica que tomo de golpe La Bastilla e hizo posible la revolución en 1789, debe defenderla ahora. Los Jacobinos se juegan la última carta política contra la mayoría de la Gironda y El Pantano; Deben aplastarlos o sucumbir. El pueblo responde y a la mañana siguiente la turba enardecida rodea el anfiteatro de la Convención, amenazando de muerte a todo aquel diputado que no vote a favor de la sentencia contra los Capeto. De repente, en una sola noche los Jacobinos han ganado: reuniendo en torno suyo a la plebe, dominan la situación y obligan al Pantano a definirse a su favor.Los Girondinos se rinden. Con ello firman & su sentencia de muerte política. La sentencia para los Capeto es ¡muerte! Y Fouché que lleva su discurso incendiario dentro de la casaca se deshace de él cuando le llega el turno para cotar, asa al estrado, en el foro, de cara a la Convención y a la chusma que ocupa lo alto; Sobre él están las miradas de todos.•Silenciosamente, en un gesto frío, con languidez pero con claridad, audazmente, como quien tira algo a la basura, en un gesto teatral dice a su turno: ¡La mort! Desde entonces Fouché no puede ser ya girondino, y los Jacobinos parecen recibir a su nuevo miembro con júbilo, todos menos Robespierre, su antiguo compañero de Arras, quien lo mira desafiantemente con plena
desconfianza,-una desconfianza doblemente
aumentada, pues si antes no le complacía la actitud reservada de Fouché, ahora menos verlo engrosar sus filas como un escurridizo oportunista, Pero Fouché le sonríe afablemente y se convierte en regicida. Para probar ante sus nuevos jefes su tremenda lealtad, su enorme capacidad de trabajo, Fouché pide ser de los diputados enviados por la Convención, a fines de ese enero histórico de 1793, a politizar a las provincias-El tempo político de París no es el ritmo de Francia. Sus pulsos son diferentes. Y mientras en las provincias aún pasan de ser monárquicos a girondinos, es necesario hacerles ver que el poder político ha terminado con estos últimos y que ahora, en el tercer año de la Convención, mandan los Jacobinos. Fouché es enviado a su provincia: la Loire Atlantique, y principalmente a Nantes, Nervers y Moulins/A\\\ nace su hija. Desenfadadamente, con el poder omnímodo y total de “salud pública” que le ha dado la Convención,-el antiguo sacerdote Fouché expropia iglesias, toma como botín insignias, oro, plata, piedras preciosas, dinero, tapices, etcétera y lo entrega todo a la Convención en medio del regocijo de los Jacobinos y la plebe. Además impone tributos proporcionales a los ricos y les obliga a entregar sus pertenencias a la Convención del Pueblo, a los Jacobinos. Y por si faltara algo,
decide, al lado de Marat, quien se ha convertido
en su héroe, redactar un documento único en su género, en el cual-el antiguo sacerdote se vuelve tajantemente contra la iglesia, contra el culto, con- tra las imágenes, contra Dios, contra todo lo que pueda representar fe y veneración y se proclama públicamente en Nevers ateo. Como prueba de ateísmo decide bautizar él mismo, en contra de la “superstición” y a favor de la razón atea jacobina muy a la Marat, Nievre a su hija recién nacida, lo cual viene a significar algo así como un rito laico donde la pequeña recibe el título de “heredera de lo sucedido en Nevers". Cumplidamente ha ¡do más allá que Robespierre y sus ambigüedades sobre la libertad, incluso más allá que Dantón y Marat en torno al problema de la igualación progresiva. Fouché se muestra más radical que los radicales y más tajante que ellos. Prueba de ello es un documento que publica en Nevers y que luego en París pasa a formar parte del archivo jacobino del Monitorde la Convención, su periódico oficial. Este documento va con mucho más allá de los radicales jacobinos, más allá del Marat y del Dantón socialista) y se convierte, antes que el Manifiesto comunista (1847), en una premonición razonada, en un argumento inteligente del comunismo jacobista. -En forma sintetizada libremente, dice así:
Ciudadanos de Francia: ante ustedes todo les
está permitido a los que actúan en nombre de la Revolución/ Para el revolucionario republicano solamente existe un peligro: desobedecer las leyes de la República.'Quien se excede en cumplirlas, quien aparentemente se pasa del límite, aún puede decirse que no ha llegado del todo al final ideal/ Mientras quede sobre la tierra un solo proletario, debe proseguir el avance de la Libertad. La Revolución está hecha para el pueblo. Pero no debe de entenderse por pueblo a la clase privilegiada de los ricos, quienes han acaparado todos los goces de la vida y todos los bienes que legítimamente pertenecen no a ellos sino a la sociedad. El pueblo es solamente la totalidad de ‘-los ciudadanos franceses, y sobre todo, antes que ninguno, la clase social infinita de los proletarios que defienden con su sangre las fronteras de la Patria, y quienes hacen posible con sus vidas y su trabajo el sustento de todos, -La Revolución sería absurda e inmoral si únicamente se ocupara del bienestar de unos cuantos cientos de individuos, dejando en la penuria y en la miseria a 24 millones de perso- nas, Ciudadanos de Francia: sería un engaño ante vosotros el que se hablara en nombre de la Igualdad, en tanto materialmente se separan los hombres en la repartición del bienestar. El
proletario es la Revolución/El rico jamás puede
encamarla. El rico no puede ser revolucionario ni republicano. Si la Revolución es únicamente burguesa dejará sin duda alguna el gue persista la diferencia de bienes, y no será Revolución, ya que los ricos, malvados y corruptos de por sí, siempre tratarían de entenderse con los nuevos líderes para mantener sus posiciones, Es por esta razón fundamental que argumentamos que la Revolución no debe cejar.'Necesita del alma proletaria, de su espíritu y de su sangre para ser una Revolución Integral./ -No debéis engañaros: para ser verdaderos republicanos revolucionarios, cada ciudadano debe sufrir en su alma y en su temple de ánimo una revolución parecida a la Revolución que ha transformado a Francia ente^ No debe de quedar nada común que ligue a los vasallos y esbirros de los tiranos con los habitantes que desean un país igual y libre.-Por ello debemos emprender obras nuevas cada día, más allá de las viejas costumbres y los antiguos sentimientos tradicionales/ Debéis reconocer que estáis oprimidos. Debéis reconocer vuestra sumisión hasta él presente y no resistir más:‘Debéis aniquilar a los opresores. No toleréis ya más nunca la opresión de los ricos y la opresión de la Iglesia/ Hasta ahora habéis sido esclavos de la superstición eclesiástica,-pero ha llegado el momento de convertiros al Culto de la Libertad y de la Igualdad. Todo aquel; que se oponga a este Credo debe abandonar este país salvo pena de muerte, Ya no hay lugar para mediaciones ni falsos sentimientos.-La sangre de los mártires y héroes de la Libertad reclama ahora el momento decisivo. La República no exige en su seno sino a seres libres e ¡guales. No reconoce como hijos sino a quienes se atreven a vivir y morir por ella, porta República de la Libertad y de la Igualdad, Todo aquel que se oponga, de palabra o de acto, debe ser aniquilado de inmediato. -Por tanto ciudadanos de la Francia Igual y Libre: se decreta que todo aquél que posea más de lo indispensable para sí mismo y su familia debe contribuir con una cuota igual a su exceso, a las arcas de la Convención de la República, El pueblo reclama que se quite a todo rico lo que no necesita, lo superfluo, porque ello atenta contra la República de los libres y de los ¡guales, y porque además es una violación inmoral patente de los Derechos del Pueblo y del Ciudadano. ■Todo lo que los ricos posean más allá de sus necesidades no es sino un abuso. No le dejéis con ello. No le dejéis utilizarlo en vuestra contra. La República reclama al pueblo libre e igual que les arrebate sus excesos a los ricos y les deje solamente lo necesario./El resto pertenece totalmente, íntegramente, durante la Guerra Revolucionaria, a las areas de la República y a/ Ejército del Pueblo. Ciudadanos de Francia: tened presente que de ahora en adelante administraremos con todo riqor la autoridad que nos ha sido conferida por vuestro mandato, Castigaremos como actos con- tra la República al abuso, al descuido, a la debilidad, a la lentitud. Los tiempos son nuevos. Ha pasado la época de las decisiones tibias y de las mediaciones inútiles. Debéis ayudarnos a dar golpes de muerte a la tiranía, a los ricos, a la Iglesia. O estos mismos golpes mortales se volverán contra vosotros/Ahora la consigna es ¡libertad o Muerte! ¡Podéis elegir! -Al volver José Fouché a la Convención en París, es recibido como todo un héroe. Por voz de Chaumette recibe los elogios de Dantón, Marat y forzadamente de Robespierre, quien aún no se resigna del todo a verlo triunfante, no sólo por desconfianza, sino porque se da cuenta de que su antiguo camarada de Arras es,'potencial mente, un enemigo político formidable, pero mientras duró el equilibrio de fuerzas jacobinas, que bruscamente fue roto con el asesinato de Marat, la calma era todavía garantía de paz jacobina interna, de conciliación de ideales e intereses dispares entre sí, de concordia.-Fouché en tanto se levanta erguidamente con sus laureles de héroe de la República/Los Jacobinos le aclaman. De repente sobreviene la llamada "Cuestión de Lyon". — Lyon es la segunda capital de Francia, no solamente por su importancia agrícola, situada en medio del país y en las tierras más fértiles bañadas por el río Rhóne, sino sobre todo por su importancia fabrilvHacia fines de 1792 llega la revolución a Lyon, y hacia principios de 1793 la acaudilla el ex sacerdote Chalier quien, como ferviente seguidor del radicalismo jacobino y sobre todo del de Marat, pretende instaurar la igualdad progresiva.ATiene de su lado al proletariado fabril de las grandes industrias textiles, a los campesinos, al pueblo pobre. Pero la reacción se cierne sobre Lyon y los dueños de las fábricas/ unidos contra Chalier, le encarcelan, le formulan un juicio sumario y lo guillotinan.La ciudad se subleva contra la reacción, pero parte del ejército se convierte en mercenario a favor de los dueños de las fábricas. La cabeza de Chalier llega a Partís y conmueve a la Convención.' La Convención designa a su diputado local Couthon para apagar la insurrección. Pero Couthon demuestra ser incapaz de realizar este trabajo.'La insurrección reaccionaria toma la ciudad y la región y amenaza extenderse. Son tiempos difíciles para la República, Toulón y Dunkerken han sido tomados por los ingleses. Los prusianos y austríacos después de cruzar el Rhin han puesto en llamas a toda La Vendée. Es • iini lidar la incipiente guerra civil de Lyon, invención de la República, los Jacobinos, La C on'Síde sus mejores hombres para sofocar llamanedesdny resolver todo el problema. En ainsuderrerro? rojo en toda Francia parten de pad. a Lyon, dos confiables y enardecidos Minutados jacobinos: Collot d’Herbois, viejo y ss ufrasacobino compañero de Dantón, y el nuevo discípulo de Marat (en vísperas del asesinato de éste), héroe jacobino de la República en La Lote José Fouché /Es noviembre de 1793. -La llamada “Cuestión de Lyon"es aún hoy día asunto de polémica. Hay historiadores que dicen que la violencia y el terror rojo eran del todo innecesarios/ Pero si en 1793 la República quería sobrevivir, no le quedaba otro camino que utilizar el terror.-Por la parte de Collot esto era meramente un asunto de rutina. El, como Dantón, como Robespierre, como Marat, había aprobada la instauración de la República por medio del terror rojo. No había otra salida. Pero para Fouché esto era algo nuevo/ El dominaba ya el arte de la organización política y también la psicología de masas cuando contaba con suficiente autoridad. Pero aquí pesaba una cuestión de conciencia. Temía implantar el terror por el terror. Un instinto sumamente fuerte en él le advertía de las consecuencias irreparables de tales actos. Mas sin embargo, no había opción. Era el terror o nada. Así, ante la tumba de Chalier, el ultrajacobino y ateísta Fouché, se ve obligado a jurar vengar la sangre jacobina con el ‘incienso de la sangre de los aristócratas asesinos y enemigos de la República y la Convención’/Quema y saquea. Manda acuñar libros y monedas conmemorativas en oro y rojo para marcar históricamente este día. Y acto seguido hace que Collot firme junto con él una versión un tanto modificada de su proclama revolucionaria de La Loire con el título de Instrucción de Lyon/ Repite pues todos sus procedimientos pero esta vez tiñéndolos hasta el paroxismo con la sangre de los culpables de la insurrección-Nadie salva el pellejo ante el furor de Fouché. Incluso muchas veces Collot se opone un tanto a sus demandas apasionadas y a su fervor de sangre/ Fouché implanta el terror generalizado en toda la región, y como medida mucho más rápida que la guillotina, a la cual considera un tanto “lenta”, implanta, con la ayuda de un improvisado ejército y de los profesionales de la Guardia Republicana de París, el ajustamiento en masa. - El asesinato de Marat a finales de 1793 exacerba los ánimos de los verdugos y todo Lyon y toda la región del Rhóne se tiñen de sangre. La carnicería es espantosa. No hay lugar para el perdón ni para las peticiones de misericordia e indulgencia. La casa de todo sospechoso de traición es registrada. Todo sospechoso es detenido ajusticiado por Fouché. La gente le empieza a llamar 7e mitrailleurde Lyon"(elametrallador, el asesino de Lyonj^S'm embargo un nuevo cambio le cierra ahora la garganta. Los tiempos en la Convención han cambiado después de la muerte de Marat Robespierre “el incorruptible", “el vir tuoso”, “el heresiarca revolucionario”, "el gran guillotinador rojo", ha comenzado su labor de limpieza para asegurar su mando supremo.-Ha eliminado a los aliados de Fouché, dejando a Dantón para una lucha final. Caen Hérbert, Chaumette, Roslin, Carrier, el viejo Desmoulins. Y finalmente el mismo Dantón/ Robespierre se encamina hacia el comando omnímodo y supremo. Nadie hay ya a su paso que le detenga. Collot teme y retorna a París. Fouché se encuentra solo y con temor, con el íntimo temor de no dominar la situación y no pertenecer a las mayorías. Entonces decide detener la masacre y pasarse al bando contrario. Denuncia públicamente a su cómplice Collot/Conmina y se vuelve contra Chalier y sus camaradas de tendencia, a los que tilda de “anarquista". Detiene a los tribunales populares. Desarma los ejércitos proletarios-Muda a los cañones. Hace retornar al grueso de la Guardia Republicana a París o la destina a Marsella y a Toulón/Se queda solo frente al pueblo masacrado y asustado de Lyon, y después de dos mil muertes o más, en febrero de 1794 maniobra para ser aclamado por un Tribunal Popular Revolucionario Republicano como “salvador” de Lyon. Así, merced a una más de sus jugarretas, de sus disfraces, de sus súbitas transformaciones, de los cambios vertiginosos de su mente,"el mltrailleur de Lyon es aclamado unánimemente como “salvador” y “benefactor”. Concilia la tregua. Consigue la paz. Ofrece seguridad y da garantías. Y el único pecado que comete, su única falta es la de haber sido “excesivamente piadoso”./ - Fouché retorna a París, a la Convención de la República en abril de 1794, todo hecho cautela, todo hecho prudencia/No sabe como habrá de comportarse con respecto a él su viejo camarada de Arras, Maximiliano Robespierre, asceta, puritano de la Rue de Saint-Honoré. Robespierre le recibe con desprecio.-De los setecientos cincuenta diputados iniciales en la Gran Convención, solamente quedan acaso doscientos cincuenta de la vieja guardia. Todos los grandes líderes: Mirabeau, Dantón, Marat, Desmoulins, Verginaud, Condorcet, han desaparecido/ Robespierre esgrime despóticamente, como árbiter supremo, el bastón del poder omnímodo.-Y solamente unos pasos lo separan de la dictadura personal. Todos temen a este hombrecillo miope, austero, colérico, esmirriado, pero capaz de mandar a prisión y a la guillotina a cualquiera de ellos/Fouché regresa y es brusca y hostilmente exhibido como un asesino. Robespierre le echa en cara los sucesos de La