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ERIKA CASO SEMANA 9

Erika creció en circunstancias difíciles. Su padre abandonó a su familia cuando ella tenía un año, y su
madre constantemente le echaba la culpa del abandono, esto a lo largo de toda su infancia. Erika
comenzó a verse como una persona sin valía. Ella creía que si la gente realmente la conociera, ellos la
criticarían y rechazarían. Ella creía verdaderamente que nunca recibiría el amor e intimidad que tanto
anhelaba si mostraba su verdadero yo.

Erika desarrolló una estrategia de evitación. Ella evitaba situaciones sociales siempre que podía, evitaba
hablar con otras personas en la escuela, evitaba hablar en clase, evitaba llamar la atención, y en general,
evitaba revelar mucho acerca de si misma. Ella también era hipervigilante hacia las evaluaciones
negativas y frecuentemente malinterpretaba reacciones neutrales como significantemente negativas.

Erika también se sentía muy vulnerable a las emociones desagradables. Ella tenía miedo de que si se
permitía experimentar disforia, se derrumbaría. Así que naturalmente, evitaba emociones negativas, no
solamente evitando situaciones potencialmente desagradables, sino también pensar en situaciones que
le pudieran afectar. El no pensar acerca de sus problemas le ha ocasionado problemas en su trabajo
como contadora, frecuentemente no cumple las fechas límites para entregar las declaraciones de sus
clientes, a ella le generaba mucha ansiedad pensar que iba retrasada y en vez de terminar el trabajo lo
postergaba para reducir momentáneamente su ansiedad.

Cuando era inevitable enfrentar a sus clientes para informarles sobre sus cuentas, la ansiedad era
fuertísima. En ocasiones prefería no cobrarle a sus clientes con tal de no enfrentar la situación. Ella
descubrió que el alcohol ayudaba a tolerar la ansiedad y tensión que le generaba el trabajo, ella toma 3
o 4 copas de vino casi todos los días para entumecer las emociones desagradables. Su consumo también
le ayuda a disminuir el dolor que le ocasionaba su soledad y consecuente tristeza. Pensar en el hecho de
que tiene pocos amigos y años sin pareja, le genera un sentimiento de soledad y tristeza, pero su
manera de sobrellevar eso es tomando, se minimiza la emoción pero al mismo tiempo disminuye la
motivación para hacer los cambios en su vida que le permitan conocer más gente.

El consumo no interfiere en su funcionamiento dramáticamente, pero aparte del trabajo y lo


interpersonal, 2 veces la multaron por manejar con aliento alcohólico. Dichas estrategias de evitación
cognitiva, emocional e interpersonal contribuyeron a las dificultades en el tratamiento psicológico
cuando buscó ayuda. Cuando su mejor amiga la confrontó después del incidente de la multa, ella niega
tener un problema de alcohol; de hecho todos los días que toma ella lo justifica diciendo que no es una
alcohólica, que nunca la han encontrada ahogada afuera de un bar, que si no toma se va a sentir peor
etc. Ella está segura que puede dejar de tomar cuando ella quiere.

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