Little Devil Bethany Winters

Machine Translated by Google
Pequeño diablo
INVIERNOS DE BETANIA
Cte nts
Derechos de autor
Lista de reproducción
Capítulo 1
Capitulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Epílogo
Agradecimientos
También por Bethany Winters
Sobre el Autor
Derechos de autor
Copyright © 2021 por Bethany Winters
Reservados todos los derechos. Ninguna parte de este libro puede reproducirse ni utilizarse
de ninguna manera sin el permiso escrito del propietario de los derechos de autor, excepto
para el uso de citas en una reseña de un libro.
Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son producto de
la imaginación del autor o se utilizan de forma ficticia. Cualquier parecido con
personas reales, vivas o muertas, eventos o lugares es pura coincidencia.
Fotografía, diseño de portada y formato por TalkNerdy2Me

Lista de reproducción
Idiota americano – Día Verde

Ferrari – Bebe Rexha
Vampiro del siglo XXI Lil Huddy
Lágrimas – Tráeme el horizonte

Rumores – Neffex
San Valentín sangriento Ametralladora Kelly

Nunca ser el mismo – Camila Cabello
Algodón de azúcar – Yungblud

Reducir la velocidad Chase Atlantic
Este sentimiento – The Chainsmokers y Kelsea Ballerini
Azúcar, nos estamos hundiendo Fall Out Boy
Sk8er Boi – Avril Lavigne
Inmortales – Fall Out Boy
Escuchar en Amazon Music y Spotify

"No hay dos personas iguales. Y esa es la belleza de la gente. Lo diferente es asombroso.
Abraza a aquellos que no son como tú, porque todos tienen algo que ofrecer”.
K. Webster
Dedicati
Con el chico malo con el que me casé.

Tu forma de conducir todavía me asusta.
Xander
"¡Eres un jodido perdedor, Xan!"
Hago una mueca de dolor ante el sonido de su voz increíblemente chillona que resuena
en la casa que de otro modo estaría silenciosa, y rápidamente me agacho para cubrirme cuando
lanza su estilete negro a través de la entrada, apuntando a mi cara.
Perra loca.
La ardiente morena cuyo nombre he olvidado me mira fijamente, inclinándose

se acercó para quitarle el otro zapato del pie. “¿Cómo me acabas de llamar?”
Maldito infierno.
"Bebé", digo suavemente, levantando mis manos en un intento de disipar la

situación desafortunada en la que me he encontrado. "Dije que lo siento..."
"¡Pero no lo eres!" grita, lanzando su zapato a mi pecho.

“Te estás riendo de mí ahora mismo, imbécil. No te arrepientes en absoluto”.
"No me estoy riendo de ti".
Sus fosas nasales se dilatan y aprieto mis labios, pensando que es seguro acechar
hacia ella ahora que se ha quedado sin armas. Conocí a esta chica en la fiesta posterior de
Justin anoche y parece que personalmente la ofendí al follarla, permitiéndole accidentalmente
quedarse dormida en mi cama a las cuatro de la mañana y luego llamándola por el nombre
equivocado mientras le pedía que se fuera. justo
ahora.
Decir que está furiosa sería decirlo a la ligera y está tomando

todo lo que tengo para no estallar en carcajadas.
Entrecierra los ojos como si lo supiera y me estremezco, preparándome

mentalmente para lo que sé que viene después. Abro la boca para ofrecer algún tipo
de oferta de paz antes de que ella comience a gritar como una maníaca, como siempre
lo hacen, pero luego me da una sacudida eléctrica y me da un puñetazo en la cara.
Echo la cabeza hacia atrás y levanto una mano hasta mi boca, alejándola para
examinar la sangre que cubre mis dedos.
"Maldita sea, niña", murmuro, extrañamente impresionada por las pelotas de esta chica.
"Eso duele".
Ella sonríe, satisfecha consigo misma y con la sorpresa en mi rostro, sin duda.
Con eso, toma sus tacones del suelo y se da vuelta para irse, tirándome por encima
del hombro mientras abre la puerta principal.
"Encantado de conocerte, Xander Reid", dice, sarcástica como una mierda.

“Dile a Justin que te dije muchas gracias por provocarme la mayor decepción de
Hollywood. Me lo pasé genial."
Esbozo una sonrisa y me muevo para seguirla, sinceramente preguntándome

si me follará con todo ese coraje que ha mantenido oculto hasta ahora, pero luego veo
las tres motocicletas estacionadas en mi camino de entrada y me congelo donde estoy.
El tipo más grande de los tres, el que se parece mucho a la chica que me acaba de
golpear, le arroja su casco y se baja de su bicicleta, dirigiéndose hacia aquí como si
estuviera listo para romperme el cuello.
"Oh, joder".
"¡Ven aquí, pequeña mierda!"
No soy pequeña, pero tampoco soy estúpida, por eso no me avergüenzo de

huir de él para volver a la seguridad de mi propia casa.
Me muevo para hacer precisamente eso, pero no tengo la oportunidad antes de que él
me agarre la nuca y me gire para mirarlo. Al notar la furia en sus ojos, abro la boca
para hacer lo que mejor hago, lista para convencerme de no hacerlo, pero luego me
encuentro con otro puñetazo en la cara, uno más cruel esta vez. el golpea
Me golpeó en la nariz y golpeé el concreto, gimiendo por el dolor que subía por mi columna
y atravesaba mi cráneo probablemente roto.
"Jesús, joder, hombre", siseo, levantando las manos para cubrir el punto dolorido.
"¿Qué sois una familia de boxeadores o algo así?"
La risa suena a mi alrededor y lo tomo como un sí, entrecerrando los ojos ante el
sol de media mañana mientras espero a que se vayan. Tan pronto como el sonido de sus
motores se desvanece en la distancia, dejo escapar un profundo suspiro y me obligo a
levantarme, medio saludando a la entrometida vecina de al lado que corta a la perra de
ochenta años que se divierte delatándome con mis padres.
"Buenos días, Felicia".
Su boca arrugada forma una rara y siniestra sonrisa como si supiera algo que yo
no sé y me devuelve el saludo, haciéndome estremecer. Entro a trompicones por la puerta
principal y la cierro detrás de mí, configurando rápidamente la alarma en caso de que
decidan regresar por más. Me duele muchísimo la nariz, pero una mirada rápida al espejo
me dice que no se la rompió. Sin embargo, ya puedo decir que estoy a punto de andar por
ahí con un feo ojo morado que hace juego con el labio roto que me dio su hermana
pequeña.
Me quito los aros de ambas fosas nasales y paso una mano por mi cabello,
alborotándolo hasta que sobresale como a mí me gusta. Mantengo los lados cortos pero
la parte superior es larga y oscura, los extremos teñidos de un tono morado intenso. Mis
ojos se posan en la cruz plateada que está alrededor de mi cuello y le sonrío con tristeza,
alejándome de mi propio reflejo para dirigirme a la cocina. Lavo mis piercings en el
fregadero y los enjuago con un poco de solución salina, mirando de reojo a mi Rottweiler
de cuatro años mientras tomo un par de toallas de papel para secarlos.
"Qué perro guardián eres", murmuro, inclinando la cabeza hacia la puerta principal.
"Podrían haberme matado allí, hombre".
Me rasca el muslo con su gran zarpa y me río ligeramente, revolviendo el pelo

corto debajo de su barbilla mientras agarro su comida del gabinete de arriba. Solía
guardarlo en la despensa, pero el cabrón codicioso seguía abriendo la puerta para servirse
cuando quería, así que ahora tengo que mantenerlo fuera de mi alcance. Dejé su cuenco
en el suelo frente a él y
Tomo una bolsa de hielo del congelador y planeo subir las escaleras para dormir, pero luego
un movimiento hacia mi izquierda me llama la atención y me detengo, girando la cabeza para
encontrar a mi madre asaltando el botellero en busca de una botella de tinto.
"Hola mamá." Inclino mi barbilla y suspiro cuando atrapo la garrapata en su mandíbula.

"¿No se supone que deberías estar en el set hoy?"
Ella me ignora y deja un vaso en la encimera de la cocina, evitando mis ojos mientras
lo llena hasta arriba. Lleva un par de mallas negras y una camiseta de gran tamaño, su largo
cabello castaño recogido en una cola de caballo a medias en la parte superior de su cabeza.
Es hermosa por fuera, alta y delgada, con un cuerpo tonificado por el que la mayoría de las
madres de cuarenta y seis años matarían, pero por dentro, es un caparazón roto de la mujer
que solía ser.
¿Y eso de quién es la culpa, imbécil?
Las crueles palabras de mi padre me golpean donde más me duele y me aclaro la

garganta, no me gusta esta tensión incómoda que llena el aire entre nosotros. Algo pasa y no
hace falta ser un genio para darse cuenta de que la respuesta a mi pregunta es no, ella no
está trabajando hoy.
"¿Mamá?" Lo intento de nuevo, estirando el cuello en un intento de captar su mirada.

“¿Estás bien…”
"Te queremos fuera", gruñe, con los hombros cayendo como si se hubiera estado
muriendo por sacar las palabras de su pecho.
Parpadeo ante eso, lentamente miro por encima del hombro y encuentro a mi padre
parado detrás de mí en la puerta de la cocina. Su mirada oscura recorre mi rostro golpeado y
me mira fijamente, sin siquiera molestarse en ocultar su decepción ante el hijo que lo arruina
todo.
"Ya sabes", digo lo obvio, asintiendo para mis adentros cuando él no dice nada.
"¿Como lo descubriste?"
Él inclina la cabeza hacia mí y yo frunco el ceño, pero luego me doy cuenta y dejo
escapar una risa sin humor.
Maldita Felicia.
Debería robarle su bastón.
"¿Crees que es gracioso?"
"No", murmuro, inclinándome contra la isla para mirar entre las

dos. "¿Realmente me estás echando?"
“Dios, esta vez has ido demasiado lejos, Xan”, llora mi mamá, tragando lo
que queda de su vino antes de servirse otro. "No podemos seguir viviendo así".
"¿Cómo qué?" Pregunto, poniendo los ojos en blanco mientras levanto la

bolsa de hielo a mi cara. “Fue un simple malentendido, mamá. La señora Quinn ya
retiró los cargos y prometió que no se lo diría al director mientras yo pagara para
arreglarlo. No me pilló la prensa. Ni siquiera me arrestaron. Está hecho."
"¡Ese no es el punto, idiota!" —espeta, alzando la voz en un raro ataque de

ira. ¡Robaste el coche de tu profesor y lo enrollaste alrededor de un maldito árbol!
Sí, bueno... yo también me la follé, pero no les digo eso.
“Pasaste la noche en el hospital con una conmoción cerebral y tuvimos que

enterarnos por el maldito vecino”, continúa secándose rápidamente las lágrimas
con las manos. “¿Cómo no pudiste decírnoslo?”
“Está bien, antes que nada, no le robé el coche, lo pedí prestado . Y esto
es exactamente por lo que no te lo dije. Eres un desastre, mamá. Necesitas ayuda."
“¡Lo que necesito es que mi hijo de dieciocho años comience a actuar como
un ser humano normal y deje de arriesgar su vida a diario como una especie de
adicto a la adrenalina!” grita, levantándose del mostrador para empujar mi pecho.
"Sabes muy bien cómo nos afecta esto y, sin embargo, aquí estás, todavía
haciendo el mismo tipo de estupidez que hizo que mataran a tu hermano".
El silencio que sigue se extiende por lo que parece una eternidad y yo

Me quedo congelado donde estoy, incapaz de moverme o hablar.
Ella no habla de él.

Jamas.
Lo he intentado varias veces durante los tres años desde que él se fue, pero
ella siempre me rechaza, negándose a recordarlo.
Lo recuerdo.
Lo recuerdo por todos nosotros, tal como él quisiera que lo hiciera. Cumplí mi
jodida promesa y si ella se tomara el tiempo para escucharme, lo sabría.
"Mamá..." digo con cuidado, acercándome para pasar una mano por su hombro.
“Sé que esto no va a mejorar las cosas, pero debes saber que no hago esta mierda
para lastimarte. Nik me dijo que no quería que yo…
Ella se estremece ante el sonido de su nombre y evita mi toque, cruzando sus

brazos defensivamente alrededor de su cuerpo, y joder si ese acto por sí solo no parte
mi maldito corazón en dos. Ya nunca me toca, apenas me habla a menos que sea
para murmurar un hola o un adiós a medias, pero lo peor de todo es que cada vez que
me mira, veo el odio en sus ojos que apenas logra ocultar. .
Porque soy la razón por la que mi hermano mayor está muerto y no creo que
ella alguna vez me perdone por eso.
"Ve a empacar tus cosas, Xan", dice papá con frialdad, recostándose contra la
pared con las manos metidas en los bolsillos de sus jeans. “Ya hablé con tu tía Karen
y finalicé tu transferencia a la Academia Lakewood. Ella aceptó acogerte durante el
resto del último año, pero después de eso, estarás solo, así que te sugiero que
empieces a buscar universidades y pienses realmente en lo que quieres hacer por el
resto de tu vida, porque seguro "Diablos, no será esto".
Asiento y paso la barra de mi lengua por mis dientes, sin siquiera molestarme
en discutir con él porque, a juzgar por el tono de su voz y la expresión de su rostro, ya
ha tomado una decisión y no hay forma de cambiarla. Cuando Alec Reid quiere algo,
lo toma y lo hace realidad, algo que yo solía admirar de él. Lo admiré durante los
primeros quince años de mi vida, lo respeté muchísimo y me esforcé por ser como él;
ambos lo hicimos.
mi hermano y yo, pero ahora todo lo que veo es un imbécil de corazón frío con la personalidad
de una roca, muerto para el mundo y para todos los que están en él, incluida su esposa.
Mis padres tuvieron uno de esos amores épicos que ves en las películas, literalmente ,
se conocieron en el set de este suspense romántico digno de una broma allá por los años
noventa y se enamoraron intensamente el uno del otro, pero ahora ni siquiera pueden soportar
estar en juntos en la misma habitación.
“Me llevo al perro”, le informo, golpeándolo con una mirada que grita di no, te reto.
Era el bebé de Nik y no hay ninguna posibilidad de que esté a punto de irme.
Déjalo aquí y déjalo pudrirse en este agujero de succión de almas que llaman casa.
Papá se encoge de hombros como si le importara una mierda y me arroja el cuello, y

se va a joder sabe dónde sin siquiera mirar atrás.
“Te vas hoy. Toma el avión y cómprate un auto nuevo cuando llegues allí”.
"¿Hola papá?"
Se detiene con la mano en el pomo de la puerta y duda un momento antes de girarse

para mirarme. "¿Qué?"
"Olvidaste besar a mamá".
Él sale sin morderme y me arriesgo a mirarla, cerrando los ojos cuando ella agarra su
vino y me da la espalda también. Tan pronto como ella se va, me aclaro la garganta y miro la
pesada cadena de metal en mi mano, forzando una sonrisa arrogante a pesar de la sólida
patada en mi corazón.
"Vamos, amigo", le llamo, abriendo el camino mientras él me sigue hasta mi habitación.

"Lakewood es mejor de todos modos, ¿verdad?"
Se desploma a los pies de mi cama y sacudo la cabeza hacia él.

Caminando hacia mi armario para tomar mi maleta del estante de arriba.
Bien.
jdyn
"¿Realmente no vas a venir?"
“No”, suspira mi madre, sentándose para quitarse las gafas de sol de mil dólares de
la cara. “Lo siento, cariño, pero ya sabes lo agitadas que se ponen estas cosas. Simplemente
no puedo escaparme ahora mismo”.
Ella es una mentirosa.
Si realmente estuviera tan ocupada como dice estar, estaría sentada en una sala de
juntas ahora mismo, no tomando el sol en algún elegante hotel de Miami mientras yo me
siento en el borde de la piscina en nuestro patio trasero. Haciéndola FaceTime porque ni
siquiera se molesta en llamarme primero en mi cumpleaños.
Aunque no me atrevo a denunciarla.
Yo nunca.
“Me prometiste que estarías aquí, mamá”, le recuerdo, manteniendo la voz baja para
asegurarme de que nadie más me escuche. "¿No puedes simplemente volver esta noche y
salir por la mañana?"
"No seas ridículo, JJ", me regaña, desviando la mirada para mirar

algo sobre su hombro. "Sabes que no funciona de esa manera".
En otras palabras, ha encontrado un hombre. Y si nos guiamos por la historia,

probablemente sea un hombre más joven con una mandíbula afilada y una billetera del
tamaño de Texas.
Mi madre no es una cazafortunas; tiene suficiente dinero para varias vidas y algo
más; lo que le apasiona es el poder y la masculinidad. Mi padre se declaró gay y la dejó
por otro chico cuando yo tenía cinco años, algo que afectó su autoestima más de lo que
ella quiere admitir. Ha estado casada y divorciada tres veces desde entonces, afirmando
que se enamora en un abrir y cerrar de ojos, pero yo lo sé mejor.
Está aterrorizada de estar sola.
Ella parece olvidar que me tiene , pero de nuevo, no me molesto en denunciarla.
“¿Qué es eso que estás bebiendo?”
"Es sólo refresco", le digo, levantando mi vaso para que pueda ver.
"Te refieres a refrescos dietéticos , ¿verdad?"
Mi mandíbula hace tictac pero me abstengo de decir lo que quiero decir, forzando
una sonrisa que no siento porque es más fácil que la alternativa. "Por supuesto, mamá"
Entrecierra los ojos, pero afortunadamente lo deja caer, haciendo girar un largo
mechón de cabello rubio alrededor de su dedo índice mientras mira algo en la distancia.
Me parezco tanto a ella que es casi extraño, pero nuestras personalidades no

podrían ser más diferentes. Ella está impulsada por el dinero y el estatus, luchando
constantemente por más de cada uno, y yo solo soy la hija obediente de Elizabeth James,
la única heredera del patrimonio de Elizabeth James y todo lo que conlleva.
Suerte la mía.
"¿Cuando vendrás a casa?"
“No estoy segura todavía”, responde. "Mañana tal vez."
"¿Tal vez?"
"Sí, tal vez", responde ella, poniendo los ojos en blanco cuando ve la expresión de
mi rostro. "¿Qué te pasa? La mayoría de las chicas de tu edad matarían
tener una mansión para ellos solos para su decimoctavo cumpleaños. ¿No preferirías
pasar la noche con Noah?
"En realidad no", murmuro, bajando los ojos para jugar con los hilos amarillos de
la parte inferior de mi bikini.
Ella se anima ante eso, repentinamente interesada en mí y en lo que tengo que

decir. "¿Por qué no?"
Me encojo de hombros y miro hacia la casa a mi derecha, observando a mi novio

de toda la vida mientras se prepara una bebida en la isla de la cocina. Tiene cabello rubio
arena y ojos azules brillantes, sus shorts de baño de diseñador azul marino le cuelgan
hasta las caderas de una manera que lo hace lucir increíblemente sexy. Es hermoso en
el estilo de un chico lindo, pero eso no cambia el hecho de que es un idiota egoísta que
piensa que es mi dueño y el suelo que piso.
Él no es mi dueño y no quiero que lo sea.
Ya no.
Justo cuando lo pienso, sus ojos chocan con los míos y los entrecierra, riéndose
ligeramente cuando mi mejor amigo golpea su cadera para que se aparte del camino.
Penélope mueve su cabello castaño chocolate sobre su hombro y sonríe ante cualquier
cosa que él le esté diciendo, moviendo descaradamente sus ojos sobre su pecho desnudo
y sus abdominales. Él le devuelve la sonrisa ante la atención y se recuesta en el mostrador
junto a ella, devolviéndole el favor con valentía a pesar de que estoy sentado aquí.
“¿JJ?”
"Ya no es el mismo, mamá", susurro, dudando un segundo antes de decidir dar

más detalles. "Es distante y egoísta y no le importa como antes..."
"Tonterías", interrumpe, despidiéndose como si fuera ridícula por siquiera pensar

tal cosa. “Ese chico ha sido el amor de tu vida desde antes de que pudieras caminar.
Estabais hechos el uno para el otro, cariño.
No estoy de acuerdo, pero justo cuando abro la boca para defender mi caso, ella niega
con la cabeza y levanta la mano, aparentemente terminada conmigo y con esta conversación.
"Vuelve adentro y resuélvelo con él", ordena, golpeándome con una mirada que
grita, haz lo que te dicen y sonríe mientras lo haces. "Estaré en casa tan pronto como
pueda y tendremos un día de spa juntos, ¿de acuerdo?"
"Mamá."
"Tengo que irme, JJ", suspira. "Te llamaré más tarde."
"Está bien", digo débilmente, luchando por mantener a raya las lágrimas. "Adiós,
mamá."
Ella me cuelga y trago, sacando mis pies del agua para deslizar mis talones hasta
mi trasero. Apoyo mis antebrazos sobre mis rodillas y bajo mi cabeza, contando
silenciosamente hacia atrás desde veinte mientras intento calmar mi corazón herido.
Pobre y triste niña rica.
Qué cliché.
Pongo los ojos en blanco ante el pensamiento y lo dejo de lado, levantándome de

mala gana para volver a entrar. Tiro mi teléfono sobre la isla de la cocina y abro el
refrigerador, ignorando los pequeños ojos críticos de Noah en mi trasero mientras me sirvo
otro refresco. Me chupo el estómago como mi mamá me enseñó a hacer cuando tenía
nueve años y me doy la vuelta, sacando el taburete de la barra a su lado para tomar
asiento.
"Bueno..." Penélope se acerca, dejándose caer hacia mi otro lado para lanzar
una uva en su boca. "¿Qué dijo ella?"
"Ella no viene."
Saca el labio inferior y me rodea el cuello con el brazo.

deslizándome para bajar mi cabeza sobre su hombro. "Lo siento, cariño."
Me encojo de hombros y miro el monitor en la esquina de la habitación, frunciendo

el ceño cuando veo la camioneta negra deteniéndose en mi camino de entrada. "¿Quién
es ese?"
"Oh, es la gente del partido". Penélope sonríe, saltando para tomar una mano.
a Noé. "¿Tienes el dinero en efectivo, nena?"
Se me eriza la piel ante el cariño, pero lo escondo con un sorbo de mi bebida,

mirándolo de reojo mientras ella salta por la casa para abrir la puerta de entrada. "¿Estás
organizando una fiesta?"
"¿Es eso un problema?"
"No, pero ni siquiera se suponía que estuviera aquí esta noche", le recuerdo, riendo
ligeramente cuando me doy cuenta. "Sabías que mi mamá no aparecería, ¿no?"
Suspira ante eso, girando lentamente mi silla hasta que me veo obligada a mirarlo
completamente. En lugar de responder a mi pregunta, baja la cabeza y presiona su boca
contra la mía, apretando mi mandíbula con sus dedos cuando no hago ningún movimiento
para devolverle el beso.
"Por el amor de Dios, JJ, es tu cumpleaños", sisea, hablando entre dientes. "¿No
puedes al menos fingir que estás feliz durante cinco malditos minutos en lugar de derribar a
todos los demás contigo?"
Aparto su mano de mi cara y él echa la cabeza hacia atrás sorprendido, mirando por
encima de mi hombro cuando una garganta se aclara desde algún lugar detrás.
a mí.
“El alcohol es pesado”, le informa Penélope, fingiendo incomodidad cuando lo único

que quiere hacer es reír. “¿Puedes venir a ayudarme a llevarlo adentro?”
Él asiente y me mira, cepillando un mechón de cabello suelto detrás de mi oreja de

una manera que es más amenazadora que dulce. “Ve a darte una ducha y arreglarte el pelo
como a mí me gusta”, ordena. "Se ve mejor cuando lo rizas".
Mantengo la boca cerrada y él me besa la frente, robando mi bebida para verterla en

el fregadero al salir. Mis ojos arden con lágrimas no derramadas, pero me obligo a sonreírle,
en parte porque no voy a dejar que me vean llorar, pero sobre todo porque soy Jordyn
jodiendo a James, y no tengo nada por qué estar triste.
Xander
La tía Karen me mira y arruga la nariz, moviendo descaradamente su mirada de

desaprobación sobre mí y mi forma mientras salgo del auto que acabo de comprar. Mi papá dijo
que podía conseguir lo que quisiera, así que elegí el auto de los sueños de Nik: un Chevy
Camaro negro sobre negro con ruedas cromadas y un interior de cuero increíble. Habría
comprado uno antes, pero mi mamá ya me odia bastante. No quería enojarla aún más comprando
algo que le recordara a su hijo muerto cada vez que me viera estacionar afuera.
Mi perezoso perro se niega a moverse del asiento del pasajero, así que le doy un
pequeño tirón y me río ligeramente cuando veo la expresión de horror en el rostro de Karen.
"Es realmente bueno, lo juro".
"Será mejor que lo esté", dice, bajando las escaleras de la entrada para entregarme un
juego de llaves.
Lleva un traje pantalón formal blanco y tacones negros, su cabello castaño oscuro
recogido en un moño impecable en la nuca. Todo su comportamiento grita no me jodas, y no
negaré que le tengo un poco de miedo. No la conozco muy bien teniendo en cuenta que ella y mi
madre tuvieron una gran pelea justo antes de que ella se mudara a Los Ángeles para perseguir
su sueño de convertirse en actriz hace veintiocho años, pero lo que sí sé es que ella es una
persona que no se toma una mierda. chica que resulta ser la directora de Lakewood Academy,
una de las mejores escuelas privadas del país y el lugar en el que estoy a punto de pasar cinco
días a la semana durante los próximos siete meses.
"Aún no te abrazas, ¿eh?" Bromeo, rodando torpemente mis labios cuando me doy
cuenta de que ella no me encuentra gracioso.
"Te quedarás en la casa de la piscina", me informa, directamente al trabajo, como de

costumbre. “Las sábanas y toallas limpias se guardan en el armario para ropa blanca al lado
del baño. No te quedes fuera toda la noche sin llamarme primero y no infrinjas la ley. Mientras
vivas bajo mi techo, limpiarás lo que ensucies y mantendrás tus notas altas. Soy tu directora y
tu tutora hasta que te gradúes este verano, no tu empleada doméstica ni tu tarjeta para salir de
la cárcel. ¿Ha quedado claro?"
"Sí, señora."
Aparentemente satisfecha con mi respuesta, ella asiente y se da vuelta para regresar

al interior, dejándome solo para verme dentro. Sacudo mi cabeza y agarro mi mierda del baúl,
caminando por el costado de su casa para llegar a la piscina. casa al fondo. Es un edificio
moderno de un piso con paredes de piedra gris y acabados en madera, un amplio conjunto de
cuatro escalones que conducen a las puertas corredizas de vidrio que cubren toda la pared
frontal. Hay una cama enorme hecha en la pared del fondo con dos mesitas de noche a juego
a cada lado, dos puertas de madera que supongo conducen a un baño separado y al armario
para ropa blanca que acaba de mencionar, una cocina completamente equipada a mi izquierda
y una cocina hundida. Sala de estar con un sofá esquinero y un televisor de pantalla plana a
mi derecha.
Bear inmediatamente salta a la cama para reclamar el lugar que le corresponde y yo

sonrío, levantando mi maleta del suelo para dejarla caer junto a él. Lo abro y saco el marco de
fotos que escondí debajo de una de mis sudaderas con capucha para mantenerlo seguro,
pasando con cuidado mi pulgar por el cristal que cubre la cara de mi hermano. Esta es la última
que nos tomé juntos: mi brazo alrededor de su cuello tatuado mientras él me muestra a través
de la cámara frontal de mi teléfono.
"Maldita sea, muchacho, te hiciste grande".
Arqueo una ceja ante eso, miro por encima del hombro y encuentro a Travis parado
detrás de mí vestido con un par de pantalones cortos de gimnasia y una camiseta ajustada.
Solo he visto a mi prima dos veces en persona: una vez cuando nuestra abuela murió cuando
teníamos siete años y otra vez cuando Nik murió hace tres años, pero
Nos hemos mantenido en contacto a lo largo de los años a través de Instagram, FaceTime y esas
cosas.
"¿Estás hablando conmigo o con el perro?"
"El perro, idiota", responde, acercándose para golpear mi puño.

con su. “Te echaron, ¿eh?”
Asiento y dejo mi foto en la mesa de noche, tomando algunas camisas de mi estuche

para colgarlas dentro del armario independiente a mi derecha.
“¿Qué hiciste esta vez?”
“Estrellé el auto de mi maestro”.
"Por supuesto que sí", murmura, haciéndome un gesto a la cara con un movimiento rápido de
su muñeca. "¿Que paso ahi?"
"Anoche me follé a esta chica universitaria y ella me golpeó, luego su hermano mayor
la levantó y me golpeó también".
Él resopla y salta sobre la encimera de la cocina, mirando de reojo a Bear.

cada pocos segundos como si tuviera miedo de estar a punto de saltar y comérselo.
"Puedes tocarlo si quieres", le ofrezco, rascando suavemente el lugar.

debajo de su barbilla. "Él no muerde".
"Estoy bien gracias."
Me río y continúo desempacando mi mierda, mordiéndome el interior de mi mejilla

cuando la voz elevada de mi tía suena en la distancia. Ella está discutiendo con mi tío, y no
se me escapan las palabras que salen de su boca tu sobrino delincuente y desastre
esperando suceder . Un silencio incómodo se extiende entre nosotros y Travis se aclara la
garganta, encogiéndose de hombros como si no fuera nada.
“No eres tú, hombre”, dice, suspirando mientras se pasa una mano por su cabello
castaño oscuro. “Anoche tuvieron una redada por una bombilla rota. Juro que buscan peleas
de la nada sólo para enfadarse unos a otros.
Su pelea de gritos se hace más fuerte y cierro las puertas, moviéndome hacia el
refrigerador a su lado para tomar un par de botellas de agua. "Al menos a tus padres todavía
les importa lo suficiente como para discutir", murmuro, pasándole uno antes de sentarme a
destapar el mío. "Los míos ya ni siquiera se hablan".
Él asiente, mirando la foto en mi mesa de noche, y puedo decir que quiere decir algo
sobre Nik. No lo hace, por supuesto, pero joder, ojalá lo hiciera. Desearía que a la gente le
crecieran las putas pelotas y dejara de tratar el nombre de mi hermano como si fuera una mala
palabra sucia destinada a ofender, pero no soy tan ingenuo como para creer que eso esté a
punto de suceder pronto.
La muerte incomoda a la gente.
Esa es la forma como es.
"¿Quieres quedarte en casa y pedir una pizza?" pregunta, señalando con la barbilla la
pantalla grande en la esquina. “¿Tomar unas cervezas y ver una película o algo así?”
Frunzo el ceño ante eso, echando la cabeza hacia atrás para enfatizar mi indignación.
"Es sábado, Trav".
"¿Si lo?"
"Entonces, ¿dónde es la fiesta?"
h
Me detengo frente a una gran mansión un poco más tarde y Travis libera el aliento que
ha estado conteniendo, soltando apenas la manija para dejar caer su cabeza hacia atrás en el
asiento. "Nunca volveré a subirme a un auto contigo".
Me río de él y apago el motor, saltando del asiento del conductor para alinearme a su
lado. "¿Quién diablos vive aquí?" Pregunto, mirando de reojo los seis pilares cuadrados en el
frente y la fuente de agua llena instalada en el medio del camino de entrada. "¿El presidente?"
"No seas idiota", se ríe, empujando la puerta principal para abrirla y entrar. “Su
nombre es Jordyn pero la llamamos JJ. Ella es la hija de Elizabeth James”.
Asiento y miro a mi alrededor, frunciendo el ceño cuando él me mira como si estuviera esperando
una reacción mayor que la mía inexistente. "¿Qué?"
"Elizabeth James, Xan", dice, acompañándome a través de la enorme entrada

hasta la cocina. “¿La chica diseñadora con todos los abrigos de piel, los vestidos y los
zapatos? Eso es lo que vive aquí”.
"Vete a la mierda."
"Hablo en serio", se ríe, agarrando dos vasos de chupito y una botella.

de vodka de la isla. "Los conozco desde el jardín de infantes".
Bueno, mierda.
Sirve nuestras bebidas y vuelvo a mirar a mi alrededor, confundida y un poco

molesta por la vibra que hay aquí. Los chicos de secundaria de donde soy pasan los
fines de semana en sofás manchados en sótanos sucios, fumando marihuana y lamiendo
cocaína con la punta de los dedos mientras chicas calientes que no tienen problemas
para sacarse las tetas para que todos las vean les chupan la polla.
Esta gente no juega así.
Esta casa está inmaculada, blanca y... estéril. No hay nadie fumando dentro, ni
gritando, ni rompiendo mierdas. Nadie lanza puñetazos en un ataque de ira borracha ni
folla en las escaleras. En lugar de eso, todos llevan vestidos de diseñador y camisas
limpias, beben licores caros en vasos de plástico rosa y se frotan unos a otros de una
manera que es más ardiente que repugnante.
"¿Siempre es así?"
"Más o menos, sí". Travis asiente y me pasa un vaso de chupito para golpearlo
con el suyo.
Los tiramos hacia atrás y él inclina la cabeza para que lo siga, moviéndose
fácilmente a través de este laberinto de casa como si hubiera estado aquí miles de veces.
antes. Me presenta a un chico colorido con cabello rubio y golpeo su puño, levantando una
ceja cuando mueve sus ojos sobre mi forma como si estuviera a punto de comerme.
"Kian", dice Travis, hablando entre dientes.
"¿Qué?"
"Él no es gay".
"¿En realidad?" Él frunce el ceño, pareciendo genuinamente confundido por eso.

"Cariño, te ves un poco gay".
"Sí, lo entiendo mucho".
"Apuesto", reflexiona, todavía mirándome a pesar de la mirada fija en

el costado de su cara.
Escondo una sonrisa y paso una mano por mi nuca, mirando hacia arriba.
la escalera curva cuando un destello de cabello rubio ondulado me roba la atención.
"Ese es JJ", me informa Travis, riéndose levemente cuando capta el

Mírame a la cara.
Sigue hablando pero no lo escucho porque joder, Jordyn James está bien. Tiene el
pelo largo cortado hasta la curva de la espalda y un cuerpo hecho para el pecado, su
diminuta cintura y su redondo trasero envueltos en un vestido negro sin tirantes que no me
importaría quitarme con los dientes. Sus caderas se balancean con cada paso que da y
sonríe cortésmente al grupo de chicas de abajo, pero no extraño la forma en que se ve un
poco... forzado.
Ella pertenece a un lugar como este de la misma manera que los tiburones
pertenecen al océano (eso está claro), pero también parece que preferiría estar a un millón
de millas de distancia.
Aburrido.
Feliz pero no feliz.
Aquí pero no aquí.

"Ni siquiera pienses en eso, Xan", advierte Travis, pero ya es demasiado tarde
para eso.
Ya estoy pensando en ello, imaginándome empujándola sobre su espalda,

haciéndola mirarme desde debajo de esas espesas pestañas suyas mientras le subo el
vestido por el culo y hundo mi polla en su coño.
"Amigo, ella tiene novio", dice Travis, señalando con la barbilla a otro chico rubio
que parece un chico lindo y idiota. “Ese es Noah Campbell, el hijo del alcalde. Han estado
juntos desde que eran niños”.
"¿Está bien?" Murmuro, incapaz de quitarle los ojos de encima mientras Noah
sube para bloquear su camino al final de las escaleras.
Él la mira y yo lo miro fijamente, mirándolo mientras él silba palabras entre dientes

y mueve una mano sobre su cuerpo como si algo estuviera mal con ella.
A ella no le pasa nada , estúpida cabrona.
Ella es jodidamente perfecta.
“Xan, está ocupada”, subraya mi prima. “E incluso si no lo fuera,

ella no es ese tipo de chica. Ella nunca elegiría a alguien como tú.
"¿Qué carajo se supone que significa eso?"
"Sabes exactamente lo que significa", se ríe, palmeando mi hombro con una mano
para alejarme de ella. "Tú eres el tipo que se la follará una vez y arruinará su vida sólo
para ignorarla por el resto de la tuya".
Sonrío y deslizo mis ojos hacia la princesa, todavía imaginando la forma en que se
verán esos sexys tacones negros alrededor de mi cintura. “¿Oye, Trav?”
"¿Qué?"
“¿Me desafías?”
Él niega con la cabeza ante eso, sabiendo que haré prácticamente cualquier cosa
que me digan en lo que respecta al juego. Es la razón de toda esta mierda violeta en mi
El cabello y la tinta que cubre mi piel y los piercings en mi cuerpo.
Es la razón por la que mi hermano está muerto.
"A veces eres un verdadero pedazo de mierda, ¿lo sabías?"
Asiento y me sirvo otra bebida en la isla de la cocina, mirando de nuevo para encontrar
a Jordyn alejándose de Noah para subir las escaleras.
Una chica de cabello oscuro aparece a su lado unos segundos después y golpeo el brazo de
Travis con mi codo, inclinando mi barbilla hacia ellos.
"¿Quien es la chica?"
“Penélope Sánchez”, responde. "El mejor amigo de JJ".
Levanto una ceja ante eso, sin perderme la forma en que el llamado mejor amigo se
acerca más para apoyar una mano en el pecho de Noah. Se inclina para decirle algo al oído
y le chasqueo la lengua, sonriéndome descaradamente mientras me recuesto contra el
mostrador para tomar mi tiro.
Esto será más fácil de lo que pensaba.

jdyn
Ve a cambiarte, dice.
Este vestido te hace parecer una puta, dice.
Cierro de golpe las puertas de mi habitación detrás de mí y aprieto los dientes,

cruzando los brazos detrás de la espalda para bajar la cremallera. Se atasca tres veces
cuando estoy tan agitada conmigo misma, pero finalmente me quito el estúpido vestido
y lo tiro a la esquina de mi armario, caminando hacia la barandilla en la pared del fondo
para agarrar el blanco que me exigió que usara. en cambio.
Lo estás pidiendo, dice.
Que idiota.
Debería ir allí y decirle que se vaya a la mierda, decirle que no soy propiedad de
nadie y que puedo usar lo que quiera, que se joda él y su opinión.
Aunque yo no hago eso.
En lugar de eso, me pongo el conjunto que él eligió para mí y cambio mis tacones
por un par de tiras color nude, volteándome para mirar el espejo independiente colocado
en la esquina. Es un vestido ajustado, de manga larga, con un escote que muestra la
mitad superior de mis senos y un poco del muslo, pero no demasiado. Sexy pero
elegante, así lo llamó mi madre cuando me lo diseñó hace unas semanas.
Lo que sea.
Paso mis dedos por mis rizos y pongo una sonrisa en mi rostro, obligándome a
regresar a la fiesta que nunca quise. Encuentro a Noah parado en la entrada con un par
de chicos de la escuela y me dirijo hacia allí, esperando no tan pacientemente a que
termine de hablar antes de abrir la boca para hablar.
"¿Mejor?" Pregunto, esperando que no note el sarcasmo en mi tono.
"Hermoso", dice en voz baja, inclinándose sobre mí para besarme la frente.

“Ve a divertirte un poco. Te encontraré en un momento”.
Por sexo, se refiere.
Él me encontrará para tener sexo.
Reprimo una burla y me alejo de él, pasando junto a un grupo de personas que veo
casi todos los días pero con las que no hablo. Agarro una taza de la isla de la cocina y me
preparo un refresco de vodka (con toda la grasa, porque que se jodan todos) y pongo los
ojos en blanco cuando veo a Penélope y Sienna hablando mierda con Alyssa Rose, la
chica nueva de pelo ratonil que no pudo ocultar el hecho de que había un poco enamorada
de Noah cuando llegó aquí por primera vez al comienzo del último año. A ella ya no le
agrada (se dio cuenta rápidamente de lo egocéntrico que es en realidad), pero parece que
mis amigos no tienen ganas de dejarlo pasar todavía.
"No eres bienvenido aquí, perdedor".
"Noah no te quiere".
"Él nunca querrá una puta barata como tú".
Esta vez me burlo. Fuerte.
Joder, por favor, Penélope.
“¿Oye, Alyssa?” Llamo, inclinando mi cabeza hacia las puertas que dan al patio
trasero. “Grace te estaba buscando afuera hace un momento. Creo que está bastante
fuera de lugar”.
Ella me ofrece una sonrisa agradecida y le guiño un ojo, levantando una ceja cuando las chicas
me golpean con sus patéticos ceños fruncidos, enojadas conmigo por quitarles su juguete.
Sienna es mayoritariamente inofensiva (la rubia, sigue al líder, ladra y no muerde), pero
Penélope es pasiva, agresiva y tóxica: el tipo de amiga que te dirá lo sexy que te ves en bikini y luego
pondrá cara de broma. detras de tu espalda.
Ella no me dirá una mierda, pero tengo la sensación de que tiene menos que ver con nuestra
amistad de toda la vida y más con garantizar que ella permanezca en el lado bueno de mi novio.
"Vamos a ir a tomar tragos con los chicos", me dice, dando un paso

adelante para tomar una botella de tequila de la isla. "¿Quieres venir?"
"Quizas mas tarde."
Ella pone los ojos en blanco y yo pongo los míos hacia atrás, inclinando mi
Codos en el mostrador para pasar un dedo por el borde de mi taza.
Estoy tan cansado de esta mierda.
Cansado de que mi mamá y Noah me traten como si no valiera nada más allá de mi apariencia,
cansado de las fiestas y de mis amigos y su interminable competencia de orina sobre quién tiene la
casa más grande, los padres más ricos, el auto más llamativo, la cintura más pequeña...
A nadie le importa.
Pero incluso mientras lo pienso, sé que es mentira.
Eso es lo único que le importa a todos.
Es patética.
Parece que soy tan patético como el resto de ellos, porque en lugar de beber el vodka con
refresco que acabo de preparar, me inclino y lo vierto en el fregadero de la cocina. 21st Century
Vampire de Lil Huddy suena a través del sonido envolvente y sonrío para mis adentros ante la letra,
moviéndome hacia
toma un refresco dietético del refrigerador. Saco la tapa y cierro la puerta con el codo,
casi saltando fuera de mi piel cuando conecto mis ojos con los de un tipo de aspecto
extraño que nunca había visto antes.
"Jesús, jo" Me detengo antes de avergonzarme aún más y tomo una toalla de
mano del mostrador, arrugando mi nariz mientras me limpio el refresco de la mano y
la muñeca.
Él se ríe en voz baja y yo lo fulmino con la mirada, agachándome frente a él

para limpiar el desorden del suelo. Está recostado contra la pared con las manos
metidas en los bolsillos y la cabeza ladeada, su cabello desordenado cayendo sobre
sus ojos de una manera que lo hace parecer... ¿perdido?
No hay forma de que vaya a Lakewood.
O la universidad.
Eso podría ser un poco estereotipado de mi parte, pero vamos, lleva jeans
negros rotos y una camiseta negra descolorida, sus brazos y garganta cubiertos con
un montón de tatuajes que no puedo distinguir en la poca iluminación. No sólo eso,
su cabello es morado, joder, mechones largos y gruesos que sobresalen en todas
direcciones, como si lo hubiera estropeado a propósito y lo hubiera dejado así. Tiene
dos anillos plateados en las fosas nasales y una hendidura diagonal en la ceja, y no
me pierdo el desagradable hematoma debajo del ojo izquierdo o el pequeño corte en
la comisura del labio inferior. Como si sintiera mis ojos en él, su lengua se desliza
para lamer el lugar y yo frunco el ceño, extrañamente fascinada por el destello de
metal en su boca. Esa misma boca forma una pequeña sonrisa sucia y levanto mis
ojos hacia los suyos, cerrando rápidamente mi boca cuando me doy cuenta de que
me ha pillado mirándolo boquiabierto.
Maldita sea.
Me enderezo con toda la dignidad que puedo reunir y dejo mi refresco en el

mostrador, mirándolo de reojo por encima del hombro cuando siento que me mira
fijamente. No tengo idea de quién es ni con quién vino aquí, pero preguntarle qué
diablos cree que está haciendo en mi casa me parece un poco grosero y presuntuoso,
así que decido por una opción más segura.
Ignorándolo.
“¿Necesitas ayuda con eso?”
Parpadeo ante el sonido de su voz detrás de mí, algo sorprendida de que haya
dicho algo. "¿Disculpe?"
"Tu bebida", explica, levantándose de la pared para moverse.

cerca de mí.
Toma una taza limpia de la pila y frunzo el ceño ante la tinta en sus brazos, sin
saber qué hacer con él. La forma en que se ve grita a un chico solitario y con problemas,
pero la forma en que se mueve y se maneja grita, jódeme de lado.
No es horrible a la vista, en realidad no, pero tampoco es lo que yo considero

atractivo.
¿Bien?
Bien.
"Piensas en muchas palabras para una cosita tan tranquila", dice, mirándome por
debajo de sus pestañas oscuras, y no puedo evitar notar la forma en que no me ha
quitado los ojos de encima en ningún momento. No sé cuánto tiempo.
“¿Qué te hace pensar que estoy callado?”
"Conjetura afortunada."
"O tal vez me estás acosando".
"Tal vez", reflexiona, sonriendo para sí mismo mientras me entrega mi nueva

bebida.
Levanto una ceja y miro de él a él y de regreso, haciéndolo reír. Sabiendo

exactamente lo que estoy pensando, se lo lleva a la boca y toma un sorbo.
"¿Feliz?"
"Termínalo", le ofrezco, extendiéndome la mano para tomar una botella de vodka

sin abrir que estaba a un lado. "De esa manera, si pusiste algo en él, serás el
Uno en tu trasero esta noche y te lo merecerás.
Se ríe de mí otra vez pero hace lo que le dice, besándose todo de una vez antes de
apoyar los codos en el mostrador a mi lado. "¿Oye, Jordyn?"
"Soy JJ", lo corrijo, sin siquiera molestarme en preguntar cómo sabe mi

nombre cuando aún no se lo di.
Por alguna razón, estoy más interesado en lo que tiene que decir que en interrogarlo
sobre sus habilidades para acechar.
"JJ", dice burlonamente, inclinándose aún más como si estuviera a punto de contarme
un secreto. "¿Quieres follar?"
Me quedo boquiabierto y tiro la cabeza hacia atrás, asombrado y un poco sin palabras.
ante la audacia. "¿Estás bromeando no?"
"Ni siquiera un poquito."
Jesucristo.
"Yo... tengo novio".
"Tengo un gato."
Frunzo el ceño ante eso y arrugo la nariz confundida. "¿Qué tiene eso que ver con
esto?"
Él sonríe, arrogante como la mierda. "Exactamente."
Me toma un segundo, pero luego me doy cuenta y lo miro boquiabierto. “¿Hablas en

serio ahora mismo?”
"No", se ríe, y de alguna manera logra mantener la cara seria cuando agrega: "No
tengo un gato".
"Eres un imbécil", señalo, pero él simplemente se encoge de hombros como si le

importara un carajo, para nada ofendido por el hecho.
"Lo sé."
" Sabes"
"Hola, J.J."
Cierro la boca y me vuelvo hacia mi amigo Kian, riendo levemente cuando toma mi mano
y la levanta sobre mi cabeza para hacerme girar en círculo.
"Hermosa", elogia, inclinándose sobre mí para besarme en las mejillas. "Veo

Has conocido al chico nuevo en el que no puedo dejar de pensar. Está bueno, ¿verdad?
"Qué calor", digo inexpresivamente, entrecerrando los ojos cuando el chico nuevo sonríe como si
Lo digo en serio. “¿Conoces a este tipo, Ki?”
“Sí, ese es Xander Reid, el primo de Travis. Se acaba de mudar aquí desde California.
¿No es genial?
No tengo nada que decir a eso, así que no digo nada y levanto la vista cuando veo
Noah se dirigió hacia allí con su brazo alrededor de la cintura de Penélope.
"Este ya está hecho por esta noche", se ríe, extendiendo la mano para agarrar su teléfono
del mostrador. "La llevaré a su habitación antes de que se desmaye".
Otra sonrisa forzada cruza mis labios y los veo irse, ignorando la bilis que sube por mi
garganta cuando él mira hacia abajo y sonríe ante lo que sea que ella está murmurando en su
hombro. Kian se aclara la garganta mientras se da vuelta para servirse otra bebida y Xander me
mira fijamente y se acerca para retomar su lugar en el mostrador a mi lado.
"¿Qué?" Muerdo, un poco más malo de lo que pretendía.
"¿Qué?" Él se ríe, fingiendo inocencia, pero no voy a caer en la trampa.
No hay nada inocente en él.
Ni una maldita cosa.
"Escúpelo, chico nuevo".

No logra ocultar su diversión y se pasa la lengua por los dientes, moviendo

descaradamente sus ojos sobre mi forma como si tuviera derecho. "Te ves sexy vestida de
blanco".
“Pero…” empujo, sabiendo que hay más.
"Pero..." continúa, inclinándose hacia mí hasta que sus labios están a sólo un centímetro
de los míos. "El negro te quedaba mejor".
Mis ojos se fijan en los suyos y él me guiña un ojo, retrocediendo para dejarme.
Aquí con la boca abierta por cuarta vez en diez minutos.
“Te reto a que digas tus palabras, Jordyn James”.
Hazlo por quinta vez.
Mi mamá nunca me devolvió la llamada.
Ni siquiera me envió un mensaje de texto para informarme que estaba demasiado ocupada para hablar.
Ella se olvidó de mí, como siempre lo hace.
Suspiro y me recuesto en el columpio acolchado del porche, disfrutando de la vista del

océano bajo el cielo negro en la distancia. Este pequeño rincón del mundo está lo suficientemente
cerca de la ciudad como para que puedas tomar lo que necesites en una hora, pero lo
suficientemente lejos como para poder ver las estrellas en el cielo.
Es hermoso ahí abajo.
Imagen digna.
Mi teléfono vibra en mi mano e inmediatamente lo miro, poniendo los ojos en blanco

cuando me doy cuenta de que no es mi madre, solo una notificación de Instagram. Mi feed está
lleno de fotos e historias de la fiesta de esta noche, algunas personas de la escuela me etiquetan
en sus publicaciones para desearme
yo un feliz cumpleaños. Me desplazo y me detengo cuando llego al vídeo en el que Sienna

me etiquetó hace un rato. Ella está posando frente a la cámara con un vaso rosa en la
mano y algunos de los chicos a cada lado de ella, pero eso no es lo que estoy mirando.
Noah está parado en la esquina detrás de ellos con sus manos en las caderas de Penélope,
sacudiendo juguetonamente la cabeza ante cualquier cosa que ella le esté diciendo. Ella
pasa sus manos sobre su pecho y él mira a su alrededor para comprobar que nadie mira,
luego se inclina sobre ella y provoca sus labios con los suyos.
Jesús.
Mis ojos se llenan de lágrimas y miro hacia el balcón de Penélope, haciendo una
mueca de dolor cuando los veo juntos en su habitación. La tiene inmovilizada contra el
cristal con las piernas alrededor de su cintura y su boca en su cuello, apretando su culo
con una mano mientras le arranca el vestido del cuerpo con la otra.
Demasiado para que ella terminara por la noche.
Juro por Dios que piensan que soy estúpido, pero quizás sea estúpido por ignorar
mis instintos durante tanto tiempo.
Siempre lo supiste, JJ.
La vergüenza me recorre y me trago el nudo en la garganta, dudando un segundo

mientras decido qué hacer. Normalmente no me gusta la confrontación – prefiero disolver
el conflicto que ser yo quien lo crea – pero algo dentro de mí me hace sentir valiente esta
noche.
Te reto a que digas tus palabras, Jordyn James.
Me levanto antes de que pueda convencerme de no hacerlo y camino de regreso

al interior de la casa, ignorando a todos y todo lo que me rodea mientras me muevo entre
la multitud como un zombi en piloto automático. Subo al segundo piso y entro a mi
habitación, tomando la llave extra de la habitación de Penélope de mi mesa de noche, la
misma habitación que le di hace un par de años para asegurarme de que siempre tenga
un lugar seguro donde conectarse cuando lo necesite.
Joder, supongo que lo está usando para ligar con mi novio.

delante de mis narices, pero ahí lo tienes.
Me dirijo al final del pasillo y me detengo justo afuera de la puerta de su dormitorio,

tomándome un minuto para controlar mis nervios antes de moverme para abrirla. Entro y
Penélope chilla desde su lugar en la cama debajo de Noah, rápidamente agarra una almohada
de la cabecera para cubrir su cuerpo desnudo. Noah salta para meter su polla dentro de sus
jeans y Penélope se tapa la boca con una mano, apenas dándose cuenta de que soy yo, al
parecer.
"Oh, mierda."
Sí. Mierda.
Ella abre la boca como si estuviera a punto de intentar explicar cómo salir de esto, pero
niego con la cabeza para detenerla, ni siquiera un poco interesada en lo que tiene que decir.
"Salir."
"JJ, por favor, déjame"
"Dije que te fueras", repito, inclinando la cabeza hacia la puerta para despedirla.
"Ahora."
Ella traga y se inclina para agarrar su vestido del suelo, poniéndoselo torpemente sobre
su cabeza antes de moverse para hacer lo que le dicen. Ella se escabulle por la puerta y miro
a Noah, riendo levemente cuando veo el arrepentimiento en su rostro, pero no lo encuentro
gracioso.
“JJ, escucha…”
“No, no voy a escuchar…”
“Pero no es lo que crees…”
"¡Cierra la puta boca!" Grito, efectivamente sorprendiéndolo hasta que se quede en silencio.
“Jesús, Noé, ¿qué diablos te pasa? Dijiste que me encontrarías más tarde, ¿recuerdas?
¿Cuántas veces te has follado a mi mejor amiga y la has dejado aquí sólo para volver y follarme
una hora más tarde?
Se pasa una mano por la boca y avanza como si estuviera a punto de tocarme, frunciendo
el ceño confundido cuando doy un paso atrás para alejarme de él.
"No."
"¿Qué?"
"No te acerques a mí".
"JJ..."
Lágrimas silenciosas se derraman por mis mejillas y me maldigo por llorar frente a él, pero
no son lágrimas de tristeza. Son lágrimas de ira y traición y...
Jesús, ¿eso es alivio?
Ese peso aplastante que he estado cargando durante meses finalmente se alivia un poco
y libero el aliento que he estado conteniendo, bajando la cabeza lo más discretamente que puedo
para limpiarme los ojos con los dedos.
"Maldita sea, JJ, por favor no te enojes".
"No estoy molesto, Noah", digo en voz baja, retrocediendo hacia la puerta.
con mis manos levantadas. "Ya terminé".
“¿Qué quieres decir con que ya terminaste ?”
"Quiero decir que ya terminé", repito, sin estar seguro de cómo puedo aclararle esto.
"Hemos terminado".
“JJ, espera…”
Pero no espero.
En lugar de eso, me doy la vuelta y vuelvo escaleras abajo, sin perderme la forma en que
casi todas las personas con las que paso tienen su teléfono en la mano y sus ojos fijos en él.
a mí.
Al parecer, la noticia se corrió rápidamente.

Finjo que no existen y tomo las llaves de mi auto de la cocina, poniendo los ojos
en blanco para mis adentros cuando veo a Sienna consolando a Penélope mientras ella
llora en sus manos en un rincón. La voz elevada de Noah suena desde algún lugar detrás
de mí y salgo por la puerta principal, congelándome donde estoy cuando me topo con
Xander Reid en los escalones de la entrada.
Mierda.
Ladea la cabeza hacia mí e inhala una calada de su cigarrillo, estirando

casualmente el cuello para ver la conmoción detrás de mí. “¿De qué estás huyendo…”
"Dije mis palabras", dejo escapar, inmediatamente sintiéndome estúpida por

decirlo cuando probablemente solo estaba jugando conmigo, pero no me hace sentir
estúpida.
Sus cejas saltan con sorpresa y mueve sus ojos entre los míos, buscando no sé
qué, luego pasa su pulgar por su labio para ocultar una sonrisa y se hace a un lado para
apartarse del camino. Dejo escapar un suspiro y me dirijo directamente hacia mi auto,
lanzando rápidamente mis talones hacia el asiento del pasajero antes de saltar al interior.
Presiono el acelerador y conduzco hasta la playa, a un par de millas de distancia, y me
detengo en la parte trasera del estacionamiento vacío para tomar la bolsa de mi cámara
de la guantera. Dejando atrás mis talones, camino hasta la orilla y saco mi Nikon, girando
con cuidado la lente para acercar las estrellas a lo lejos.
Como dije... hermosa.

Xander
Ella es jodidamente increíble.
Una princesita bonita que conduce un Tesla blanco impecable para que coincida con
su vida asquerosamente prístina, pero aun así es increíble.
No pensé que ella realmente lo haría, no pensé que tendría el descaro de enfrentarse
a ese idiota de su novio y a la chica a la que llama su mejor amiga, pero aquí estamos.
Ella lo hizo.
Todo porque la reté a hacerlo.
Probablemente no merezco todo el crédito por su pequeño arrebato de esta noche –

eso fue todo ella – pero no negaré la emoción retorcida que me recorre por el hecho de que
jugué al menos un papel en el desmoronamiento de este espectáculo épico de mierda.
Penélope sigue sollozando en la cocina con una chica rubia que creo que es Sienna,
Travis y Kian están tragando trago tras trago con la cabeza gacha, luciendo avergonzados y
culpables como la mierda, y Noah todavía está buscando en esta gran casa de arriba a
abajo, todavía. Buscando a la chica que se fue de aquí en la primera oportunidad que tuvo.
Probablemente debería decirle que se fue, ser el buen chico que mi madre me crió y
sacarlo de su miseria, pero es más divertido para mí verlo hervir como un niño enojado que
se fue y perdió su juguete favorito.
"¿Dónde carajo está ella?" gruñe, girando en semicírculo para mirar a Sienna por
tercera vez en diez minutos. "Todo esto es culpa tuya, ¿sabes?"
"¿Mi culpa?"
"Sí, es tu culpa", dice, levantando su teléfono para mostrarle el video que publicó
en Instagram esta noche. "Si no fueras una puta que busca atención, nunca me habría
atrapado allí".
"Dudar." Travis niega con la cabeza y suspira cuando Noah desliza su mirada
hacia allí. “Solo… siéntate y relájate por un segundo, ¿sí? Estás actuando como un loco”.
"¡Me importa un carajo!" grita, extendiendo las manos para enfatizar

su rabia. “Mi chica se ha ido, idiota. ¿Qué carajo se supone que debo hacer?
"Tal vez intenta mantener tu polla fuera del alcance de su mejor amiga", le
ofrezco, encogiéndome de hombros mientras termino lo último de mi bebida. "A ver si
eso hace la diferencia."
Varios pares de ojos se abren de par en par en estado de shock y Noah echa la
cabeza hacia atrás, haciéndome un gesto con el pulgar sobre su hombro. "¿Quién carajo
es este monstruo?"
Ladeo la cabeza hacia él y mi prima me mira, levantando una ceja con una mirada
que dice: ¿ no les vas a decir? Probablemente espera que me siente aquí y presuma de
quiénes son mis padres, pero tengo algo mejor de qué presumir. Jodidamente presumido,
me levanto y dejo mi taza vacía en la isla de la cocina, acercándome al novio hasta que
nuestras narices están a solo unos centímetros de distancia.
"Soy el bicho raro que te va a robar a tu chica".
Sus fosas nasales se dilatan y Travis cierra los ojos, bajando la cabeza para
pellizcarse el puente de la nariz. "Maldita sea, Xan".
Me río ligeramente y meto mis manos en mis bolsillos, retrocediendo.

de Noah para inclinar mi cabeza hacia la puerta principal. "¿Vienes, Trav?"
"Sí", suspira, levantándose del mostrador para lanzar un saludo a medias a sus amigos.
Se despiden entre dientes y él me sigue afuera, arrebatándome las llaves de la mano con
un movimiento de cabeza borracho.
"¿Qué?"
“No estaba bromeando antes”, dice, pasando por alto mi auto para señalar con la barbilla la
carretera que hay más adelante. “No está tan lejos. Te llevaré para que recojas tu auto por la mañana”.
Me encojo de hombros y me pongo en fila para comenzar a caminar, sin perderme la obvia
caída de sus hombros o la forma en que no deja de pasarse las manos por la cara.
"¿Qué sucede contigo?"
"Nada", murmura, poniendo los ojos en blanco cuando lo golpeo con mi mejor mirada de
mierda . “Simplemente me siento mal por JJ, hombre. Quiero decir, ya es bastante malo descubrir
que te están engañando, pero descubrirlos en su cumpleaños delante de casi todos los que conoce...
apesta.
Esperar..
"¿Es su cumpleaños?"
Él asiente y yo frunzo el ceño, girando la cabeza para mirar hacia la dirección en la que ella
se fue antes.
Mierda.
jdyn
Un golpe fuerte y persistente resuena en mi habitación y
Gimo, alcanzando ciegamente mi almohada para enterrar mi cabeza debajo de ella.
Irse.
"Adelante", le llamo, fingiendo una alegría que no siento.
Las puertas dobles se abren y un profundo suspiro llena mis oídos, seguido de un
fuerte acento británico que me irrita los nervios. "¿Por qué no te has levantado todavía?"
"Porque es domingo", murmuro, poniendo los ojos en blanco cuando ella golpea
el suelo con su tacón de aguja bajo sus pies, esperando impacientemente a que muestre
mi cara.
Maryanne es una hermosa mujer de poco más de cuarenta años: alta y delgada,
con una preciosa cabellera negra y espesa. Ella ha estado con nosotros desde que tengo
memoria, prácticamente me crió ella misma gracias a mi madre ausente y su amor por
el trabajo y los hombres, pero eso no cambia el hecho de que es un gran dolor en mi
trasero.
"Hay alguien en la puerta para ti", me informa, levantando una mano defensiva
cuando ve la mirada furiosa en mi rostro. “No es Noé.
Todos somos muy conscientes de que nos dijo que no lo molestáramos si aparecía aquí
hoy. Es otra persona. Otro chico."
"¿Que Chico?"
"No lo sé", suspira, moviéndose hacia las puertas del patio en la pared norte para abrir
las cortinas. “Baja y atiende a tu… visitante.
Y, por amor de Dios, ponte algo de ropa. A tu madre le daría un ataque si te viera caminando
vestida así.
Le doy la vuelta a sus espaldas y me levanto para agarrar mi bata blanca del suelo,
tirando la seda fría sobre mis hombros para cubrir los pantalones cortos del pijama y la camiseta
corta sin mangas que llevo puesta. Camino hacia la puerta principal y la abro, echando la
cabeza hacia atrás cuando encuentro a Xander Reid parado en los escalones de mi entrada
exactamente en el mismo lugar que anoche, solo que esta vez no está fumando un cigarrillo.
Sus ojos se abren un poco cuando ve lo que llevo puesto y maldice, mirándome descaradamente
de pies a cabeza.
"Mis ojos están aquí arriba", señalo, cruzando los brazos sobre el pecho para ocultar mi
cuerpo de él.
"Sí, pero tu trasero está ahí abajo ".
Me quedo boquiabierto ante eso, sinceramente, preguntándome si lo dejaron caer

mucho cuando era niño. "Estás.."
"¿Soy que?"
"Asqueroso", decido. "Eres repugnante."
Una sonrisa de la vida real se extiende por su estúpido rostro y baja la cabeza,
mirándome por debajo de las pestañas de una manera que lo haría lucir jodidamente sexy si no
me irritara tanto.
"¿Qué quieres, chico nuevo?"
"Trav y yo iremos a desayunar a Lucky's", me dice, inclinando la cabeza hacia el auto

de su primo estacionado detrás del Camaro en mi camino de entrada.
Travis me ofrece una sonrisa nerviosa desde su lugar en el asiento del conductor y yo le
devuelvo la sonrisa de mala gana, trabajando mi mandíbula cuando veo la expresión de su rostro.
Es una lástima, y no extraño la forma en que apenas puede mirarme a los ojos después de lo
que pasó aquí anoche.
"¿Quieres venir?" Pregunta Xander, ignorando deliberadamente la tensión entre su primo y

yo.
"No."
"¿Por qué no?"
Porque todos mis supuestos amigos estarán allí y no tengo el coraje de enfrentarlos en este
momento. Soy plenamente consciente de que tendré que verlos en la escuela mañana, pero este es
mi día, el único día en el que me entrego a hundirme en mi propia autocompasión hasta que llegue
el momento de enfrentar la música.
Aunque no le digo nada de eso.
En lugar de eso, mantengo la boca cerrada y me tomo un segundo para mirarlo, realmente
lo miro por primera vez desde que abrí la puerta hace un momento. Lleva otro par de jeans rotos y
una camiseta negra, su cabello morado todavía está un poco húmedo por la ducha que debió haber
tomado antes de venir aquí. Sus ojos son color avellana, apenas me doy cuenta, tan claros que casi
parecen dorados a la luz del día. Son molestamente hermosos y magnéticos, y no puedo evitar
preguntarme cómo se vería al otro lado de mi cámara, recostado contra el Camaro (no estoy seguro
de cómo puede permitírselo), con las manos metidas en los bolsillos. con la cabeza inclinada hacia
un lado, esa pequeña sonrisa arrogante en su rostro que me hace querer darle un puñetazo...
Jodidamente sexy.
Así es como se vería.
"¿Qué pasa con el pelo?"
Él levanta una ceja y me sonrojo antes de que pueda detenerlo, maldiciéndome interiormente
por preguntar eso en voz alta.
"Fue un desafío", dice simplemente, encogiéndose de hombros, como si eso lo explicara.

"¿Te gusta?"
"Yo..." Considero mentirle pero decido no hacerlo, sabiendo que mejorará mi situación.
su ya enorme ego, pero diciéndoselo de todos modos. "No lo odio".
Él se ríe ligeramente de eso. "Gracias."
"De nada. Ahora vete."
"Sal conmigo esta noche".
Mi mano se congela en el pomo de la puerta y me giro para mirarlo.

Arrugándome la nariz cuando me doy cuenta de que no se está metiendo conmigo. "¿Qué?"
“Sal conmigo esta noche”, repite, esta vez más lento. “No, Travis.
Solo tu y yo."
Parpadeo, luego parpadeo de nuevo, parpadeando varias veces mientras mi cerebro

intenta procesar su estupidez. “¿Me estás invitando a salir ?”
"Sí."
“Está bien, déjame reformular eso. ¿Me estás invitando a salir menos de doce
horas después de que rompí con mi novio por follarme a mi mejor amiga?
Vuelve a sonreír con esa estúpida sonrisa. "Sí."
Cierro la puerta en su cara y abrocho el cerrojo, dirigiéndome a la cocina para

buscar algo de desayuno. "Estúpido."
h
Hago una pausa en la película que estoy viendo sola y envuelvo mis brazos
alrededor de mi cintura, apoyando mi cabeza hacia atrás en el sofá de doce plazas
para mirar la enorme pantalla estilo cine en la pared frontal del estudio.
Esto es más que patético.
Tengo todo lo que una chica podría pedir, siempre lo he tenido y probablemente
Siempre lo haré y, sin embargo, creo que nunca me he sentido tan triste en mi vida.
Avergonzado, estúpido y solo.

Un suspiro de derrota me deja y me limpio los ojos con la manga, levantándome de mi

asiento en busca de un poco de chocolate y helado. No guardamos esas cosas aquí, por supuesto,
así que tomo mi teléfono a pesar de que ha estado apagado desde anoche y me dirijo a mi auto,
frunciendo el ceño cuando veo el sobre blanco pegado a mi parabrisas. Camino hacia el frente y lo
recojo, entrecerrando los ojos en la oscuridad para leer la escritura desconocida garabateada en la
parte posterior.
Jordán.
"¿Qué carajo?" Me susurro a mí mismo, mirando rápidamente a izquierda y derecha para

comprobar si hay movimiento.
Al no encontrar nada más que mi propio camino de entrada y los árboles que lo rodean, me
deshago de ese estúpido rayo de esperanza en mi pecho y le doy la vuelta para abrirlo.
Mi papá es la única persona que me llama Jordyn, pero no hay forma de que deje esto aquí,
no después de todo este tiempo sin decir una palabra...
Algo se cae de la tarjeta y me esfuerzo por atraparlo con mi mano izquierda, mirando
rápidamente a mi alrededor antes de darle la vuelta para inspeccionarla. Es un llavero, uno morado
con la forma de ese emoji de diablo sonriente que Kian usa todo el tiempo. Todavía confundida, abro
la única tarjeta de cumpleaños que recibí este año y leo la nota escrita en el interior.
Sonríe, princesa.
Siempre queda el año que viene.

Xander
Me detengo junto a Travis en el estacionamiento y salgo de mi auto, tirando

desesperadamente del aire para robar la correa alrededor de mi cuello mientras miro hacia mi
nueva escuela. La Academia Lakewood es tal como la imaginé: un edificio de estilo moderno
repleto de niños ricos superficiales. Es cierto que no es muy diferente a la escuela pública a
la que asistí en Los Ángeles (todos eran imbéciles ricos, incluido yo mismo), pero al menos
no teníamos que usar esos estúpidos uniformes allí.
Travis mira en mi dirección y pone los ojos en blanco, arrebatándole el cigarrillo.

mi boca para tirarlo al suelo.
"Ey."
"Amigo, ya basta", sisea, agarrando mi antebrazo para llevarme hacia los escalones
que conducen a la entrada principal. "Mi mamá te matará si te pilla fumando aquí".
"¿Porqué estás tan preocupado?"
"No estoy preocupado", miente, suspirando cuando le levanto una ceja. "Es
nada. Sólo... mantén la cabeza gacha y mantente alejado de Noah, ¿sí?
"¿Por qué?"
"Oh, no lo sé", dice inexpresivamente. “Tal vez porque le dijiste que

Le robaríamos la novia delante de la mitad de la puta escuela.
Me río de eso, todavía tirando del nudo alrededor de mi cuello mientras

Síguelo adentro. "Tienes que admitir que fue un poco divertido".
"No fue divertido".
Lo fue, pero como sea.
Me acompaña a mi casillero y lo abro con la combinación que su mamá me

dio en el desayuno esta mañana. No parecía muy contenta conmigo ni con mi
apariencia, pero en lugar de enojarse conmigo como esperaba, se guardó su
pequeña y juiciosa opinión para sí misma y me entregó mi agenda, advirtiéndome
que me comportara o de lo contrario.
Realmente no tengo muchas ganas de descubrir lo que sea que signifique.
Kian aparece a mi lado y le golpeo el puño, riéndome entre dientes cuando

me rodea el cuello con el brazo y me acompaña a clase. "¿Estás seguro de que no
eres gay, Xander Reid?"
"Positivo."
"Qué vergüenza", bromea, levantando la mano para pasar una mano por mi cabello. "Identificación
Luce jodidamente sexy con tu polla en mi culo.
"Kian", gruñe Travis, haciéndolo saltar.
"¿Qué?"
"Suéltalo."
"¿Muy celoso?" Bromea, ganándose otra mirada fulminante de mi

habitualmente tranquilo primo.
Frunzo el ceño ante la obvia tensión entre ellos y doblo la esquina, casi
tropezando con mis propios pies cuando veo a Jordyn James caminando por las
puertas dobles al otro extremo del pasillo. Lleva una camisa blanca con botones
cuidadosamente metida dentro de una falda a cuadros blancos y negros, su corbata
de la Academia Lakewood perfectamente enrollada alrededor de su cuello de una
manera que me hace querer ponérmela. Sus tacones resuenan contra el suelo de
baldosas mientras camina entre la multitud separada con los ojos en su teléfono, haciendo un incre
Buen trabajo al ignorar los ojos que siguen cada uno de sus movimientos. La mayoría de los estudiantes
que se quedan al margen están señalando y susurrando mierda con la cabeza cerca, pero la princesa
finge no darse cuenta y pone los ojos en blanco discretamente cuando Sienna se apresura a seguirle
el ritmo.
"Amigo, ¿podrías dejar de mirarla?" Travis susurra, golpeando mi

codo con el suyo cuando me niego a quitarle los ojos de encima. "Es espeluznante."
Probablemente tenga razón, pero no puedo evitarlo.
Algo en ella me llama de una manera que nunca antes había experimentado.
Se ve tan compuesta, falsa, atrapada y tan jodidamente sexy que no puedo soportarlo.
Ella se parece a la mía.
"¡JJ, espera!" Noah llama, sacándome de mis pensamientos.
Ella se detiene para abrir su casillero y él mira a Sienna, despidiéndola efectivamente sin decir
una palabra. Se mueve para pararse junto a Travis y Kian y Noah se inclina para decirle algo a Jordyn,
sin darse cuenta de la forma en que sus pequeñas manos se cierran en puños alrededor de sus libros.
Parece que quiere enojarse con él, y joder, ojalá lo hiciera, pero en lugar de darle un puñetazo en la
boca, fuerza esa sonrisa estúpida y dice algo que no puedo oír, luego lo hace a un lado y entra hacia
él. clase sin mirar atrás. Los ojos de Noah inmediatamente chocaron con los míos y cerró la mandíbula,
mirándome de nuevo cuando captó la expresión de mi cara.
"¿Qué carajo estás mirando, monstruo?" muerde, lo suficientemente fuerte como para que todos lo
escuchen.
"Tienes brillo de labios en la boca", le informo, acercándome para golpear su hombro con el
mío. "Límpialo, imbécil".
Penélope dobla la esquina vestida del mismo jodido tono rojo cereza y entro en el primer
período, guiñándole un ojo a Jordyn cuando la pillo parada justo dentro de la puerta con la cabeza
vuelta sobre el hombro y la boca abierta. Sus cejas se fruncen y mueve sus ojos sobre mi
uniforme desaliñado, sacudiendo la cabeza hacia mí con una pequeña sonrisa en los labios (una
maldita sonrisa real ) antes de tomar asiento al final de la clase. Escondo mi sonrisa y me muevo
hacia el escritorio del profesor, encontrando a una mujer morena atractiva de unos veintitantos años
con sus delgadas gafas colocadas en el borde de su
nariz.
"Hola yo soy"
"Xander Reid, el sobrino del director", termina por mí, sin levantar la vista mientras garabatea
algo en su libreta. “¿Se puede confiar en que te sentarás con tu prima sin interrumpir mi clase?”
"Sí, señora."
Ella asiente y arranca el papel, entregándomelo con la punta de su

mentón. "Siéntate y pasa a la página treinta y uno".
Frunzo el ceño y me muevo para tomar el asiento vacío al lado de Travis, riendo ligeramente
cuando me doy cuenta de que me acaba de dar una nota de detención a la hora del almuerzo.
"¿Estás bromeando, verdad?"
“El cabello morado, los tatuajes y las perforaciones en el cuerpo no van en contra de la
política escolar, señor Reid”, dice, todavía tomando notas en su escritorio. "La junta quiere que los
estudiantes se sientan libres de expresarse, sea lo que sea que eso signifique, pero mientras estés
sentado en mi salón de clases, usarás el uniforme sin que parezca que acabas de pasar media hora
en el baño con una animadora aficionada".
La mayoría de la clase se echa a reír y yo sacudo la cabeza hacia ella, deslizando

discretamente mis ojos hacia un lado para comprobar la reacción de Jordyn. Ella no se ríe como el
resto, pero no extraño la forma en que sigue mirándome cuando cree que no estoy mirando. Sin
embargo, no soy el único que la observa, y cuando Noah desliza sus ojos entrecerrados de ella
hacia mí, juro que prácticamente puedo escuchar la amenaza silenciosa allí.
Mantente alejado de ella.
Pero desafortunadamente para él, no tengo miedo de los chicos lindos idiotas que dependen
de sus padres ricos para pelear sus batallas por ellos, lo cual es
¿Por qué me dejo caer en mi asiento y le sostengo la mirada con un mensaje silencioso de mi parte?
propio.
Hazme.
h
La detención va y viene y logro escabullirme al estacionamiento para fumar un cigarrillo,
frunciendo el ceño cuando encuentro a Jordyn escondida detrás de su auto con los ojos pegados al
folleto en sus manos. Parece una especie de folleto universitario, pero no puedo decir qué escuela
está mirando desde aquí. Me recuesto contra el costado de mi Camaro e inclino la cabeza para
iluminarlo, riéndome para mis adentros cuando ella chilla y gira para mirarme.
Esta chica está jodidamente nerviosa.
Rápidamente esconde el folleto detrás de su espalda como si la hubieran pillado haciendo

algo que no debería, y sólo suelta el aliento que estaba conteniendo cuando se da cuenta de que
estoy solo. "Jesús, me asustaste".
"Lo siento."
Ella levanta una ceja ante eso, de alguna manera sabiendo que no lo siento en absoluto.
“¿Qué estás haciendo aquí afuera?”
"Fumando un cigarrillo", digo simplemente, mirándola con curiosidad mientras

soplo mi humo hacia un lado. “¿Qué estás haciendo aquí afuera?”
"Nada", murmura, arrojándole discretamente el folleto.

asiento del pasajero en un intento de ocultármelo, pero ya lo vi.
"¿Washington?" Pregunto divertido. "¿Qué? ¿Sacaste un mapa y elegiste la escuela más

alejada que pudiste encontrar?"
“¿Puedes ocuparte de tus propios asuntos?” —Muerde, pero algo me dice que no es una
pregunta retórica; en realidad me está preguntando si puedo mantener la boca cerrada sobre lo que
sea que estoy viendo aquí.
"¿Por favor?" —añade, esta vez más suave.
Mis cejas se arquean y paso mi barra de lengua por mis dientes, ocultando una
sonrisa cuando sus ojos bajan para seguir el sonido.
"Bien." Asiento, empujándome fuera de mi auto para estar a su altura. "Lo guardaré
Tu pequeño secreto universitario, pero ahora tienes que hacer algo por mí.
"¿Y qué es eso?"
"Bésame."
"¿Qué?" ella se ahoga. "¿Por qué?"
"¿Por qué?" Repito, riendo ligeramente cuando me doy cuenta de que en realidad
está esperando una respuesta a eso. "Puede que me gustes."
"O tal vez simplemente quieres follarte a una princesa", responde ella, cruzando
sus brazos sobre su pecho con su cabeza inclinada hacia un lado.
Sonrío ante eso, sabiendo que está pescando pero no dándole nada. Si quiere saber
si fui yo quien le dejó esa tarjeta de cumpleaños en su auto anoche, tendrá que venir y
preguntarme.
"Dices eso como si fuera algo malo", bromeo, sin perderme la forma en que ella mira
mi boca mientras me acerco a ella, deteniéndome solo cuando nuestros cuerpos casi se
tocan. "Y para responder a tu pregunta... sí, se sentirá jodidamente increíble cuando toque tu
clítoris".
Su mandíbula cae y mira a su alrededor para comprobar que nadie la escucha, sus
mejillas brillan con el jodido tono rosado más lindo que he visto en mi vida. "Yo... yo no estaba
pensando en eso".
"Pero ahora lo eres".
Ella traga y vuelve a mirarme a los ojos, pero en lugar de alejarse como esperaba
que lo hiciera, me sacude y envuelve su mano alrededor de mi nuca, tirándome hacia ella
hasta que nuestras caras están al mismo nivel. Mis cejas saltan y apoyo mis manos en el
capó del auto a cada lado de su cabeza, esperando en silencio lo que haga a continuación.
Sus ojos azul pastel brillan con una nueva confianza y sonríe – me sonríe malditamente –
luego pasa su pulgar por la comisura de mi boca y
pellizca el corte allí, forzando un gemido de dolor en mi garganta mientras ella me empuja más hacia
adentro.
"Crees que eres tan sexy, ¿no?" susurra contra mis labios, chasqueando la lengua mientras
clava su uña afilada en el punto dolorido. "Piénsalo de nuevo, chico nuevo".
Jodida provocación.
Ella me besa una vez y empuja mi cabeza hacia atrás con la misma rapidez, alejándose
casualmente de mí como si no acabara de ponerme la polla dura. Ella sacude su trasero por si acaso y
me agacho para reajustarlo, deslizando mi lengua sobre la sangre fresca que cubre mi labio.
"¿Oye, Jordyn?"
"Soy JJ", grita, deteniéndose a medio camino de los escalones de la entrada para mirarme por
completo.
"Te equivocaste antes".
"¿Acerca de?"
"No quiero una princesa", le digo, moviendo descaradamente mis ojos sobre su pequeño y sexy
conjunto. “¿Ese pequeño demonio dentro de ti? Quiero jugar con ella”.
jdyn
"Sabes que Penélope te ha estado llamando, ¿verdad?"
Pongo los ojos en blanco ante eso, sin siquiera molestarme en mirarla mientras
Continúe tomando notas de la pizarra. "Sí, Sienna, lo sé".
Ella y Noah han estado haciendo explotar mi teléfono durante los últimos diez días, pero
no he respondido ni leído ninguno de los mensajes que me han enviado.
Sinceramente, estoy a punto de bloquear sus números sólo para tener un poco de paz y
tranquilidad.
“¿Al menos hablarás con ella?” Susurra Sienna, inclinándose sobre el escritorio entre
nosotros para mirarme a los ojos. "Ella lo siente y te extraña, pero no puede decírtelo si sigues
excluyéndola así".
Maldito infierno, ¿en serio?
No es como si esperara que nuestros amigos en común se pusieran de mi lado ni nada

por el estilo; todos sabían que ella se lo estaba follando de todos modos, así que no fue
exactamente una sorpresa para ellos, pero no pensé que intentarían engañarme . Sé el malo, para
hacerme sentir que soy yo quien necesita dar un paso al frente y arreglarlo.
Es una puta mierda.
Suena el último timbre y dejo caer mi bolígrafo, agradecida de no tener que responderle.
Me tomo mi tiempo empacando mis libros y me dirijo hacia la puerta, manteniendo la vista al frente
y la cabeza en alto mientras me dirijo a mi casillero.
Nunca muestres debilidad.

Las palabras de mi madre resuenan en mi cabeza y sigo caminando, flexionando mis

dedos alrededor de la correa de mi bolso cuando conecto mis ojos con Xander Reid en el pasillo.
No sé qué diablos me pasó en el estacionamiento la semana pasada, pero en lugar de

torturarme pensando en ello, decidí ignorarlo.
Indefinidamente.
El bastardo sonríe como si lo supiera y miro hacia otro lado, haciendo una parada rápida
en mi casillero para dejar mis libros antes de salir hacia mi auto.
Haciendo caso omiso de las miradas y los susurros que me señalan, salto al interior y enciendo
el motor, resistiendo el impulso de golpearme la cabeza contra el volante mientras conduzco
hacia casa.
No puedo esperar para ir a la universidad el próximo otoño.
No haré lo que quiero , pero al menos estaré en otro lugar que no sea esta ciudad
asfixiante.
Me detengo en el camino de entrada unos minutos más tarde y entro, saltando fuera de
mi piel cuando escucho que dicen mi nombre desde atrás.
a mí.
“JJ”.
"Mamá", le respondo, dando un largo suspiro de alivio cuando me doy cuenta de que ella
No trajo al hombre de Miami a casa con ella.
La última vez que lo hizo me gané un vestido de dama de honor y una hermanastra más
joven y malcriada.
"¿Me extrañaste?"
Asiento y envuelvo mis brazos alrededor de su cintura, apoyando mi cabeza en su pecho

para inhalar su aroma familiar. Su cuerpo se pone rígido y levanta las manos, palmeando
torpemente mi espalda cuando no la suelto de inmediato. Esas estúpidas lágrimas llenan mis
ojos pero las obligo a contener, rogándome en silencio no llorar delante de ella.
No maneja bien las emociones.
"¿Estás bien?" pregunta, empujándome suavemente hacia atrás por los hombros.
para cepillar las arrugas de su vestido.
"Sí."
"¿Está seguro?" Ella frunce el ceño y mueve sus ojos entre los míos. "Tú
mira.. no lo sé. ¿Estas triste?"
Me río ligeramente ante eso, sorprendida de que a ella le importe.
Pero eso no es justo.
Mi madre se preocupa por mí, pero no como yo quiero. A ella le importa mi estatus
social, mi popularidad y mi peso, si me aceptan o no en una escuela de la Ivy League, si
me caso o no con un miembro de la familia que ella eligió para mí cuando yo no era más
que una idea.
Sin embargo, en cuanto a mí y cómo me siento...
Estoy bastante seguro de que a ella no podría importarle menos.
Mientras seamos guapos, ricos y respetados, nada más.

asuntos.
“¿JJ?”
“¿Te quedas a cenar?” Pregunto, retorciendo mis manos nerviosamente mientras

me guío hacia la cocina. “Maryanne no trabaja hoy pero me dejó una ensalada en el
refrigerador. Puedes quedarte con la mitad si quieres”.
"Pero es jueves".
"¿Entonces?"
"Entonces... ¿no siempre cenas con Noah y sus padres los jueves?"
Asiento y me muerdo el labio, dudando un segundo antes de decidir morder la

bala. "Terminamos."
"¡¿Tu que?!" Ella chilla, haciéndome estremecer. "¿Por qué?"
Mantengo la boca cerrada y tomo dos platos del gabinete de arriba,

ocupándome de servir la comida y tomando dos aguas del refrigerador.
"JJ", suspira, claramente disgustada conmigo y mi silencio.

"Lo que sea que hayas hecho mal, debes arreglarlo y atraparlo b"
"Jesús, me engañó con Penélope, mamá", interrumpí, dejándome caer en

la isla para apuñalar un trozo de pollo con mi tenedor. " Rompí con el."
Su mandíbula hace tictac y apoya sus manos en sus caderas, su obvia

vergüenza por mí enrojece sus mejillas y la punta de su nariz. "¿Todos lo saben?"
"Sí."
Ella exhala un suspiro irritado y toma asiento frente a mí, cruzando las
manos sobre el mostrador como si estuviéramos a punto de negociar un acuerdo
comercial. “Mira, cariño, sé que esto es difícil, créeme, lo sé, pero necesito que
encuentres una manera de superar esto. Todo tu futuro depende de ello, cariño”.
Una risa amarga me abandona y dejo caer el tenedor en el plato,

recostándome en mi asiento con los brazos cruzados sobre el pecho. "¿Estás
bromeando no?"
"No, no estoy bromeando y no aprecio tu tono".
“Sí, bueno, no aprecio que me digas que necesito quedarme con el tipo que
ha estado durmiendo conmigo sólo para cumplir tu gran plan. Tengo mis propios
planes, mamá”.
"¿Qué planes?"
"Washington", dejo escapar, tragándome el miedo cuando veo la expresión

de su rostro, pero no dejo de hablar. "Quiero mudarme a Seattle para estudiar
fotografía".
"¿Fotografía?" —repite, arrugando la nariz como si el pensamiento la insultara.

"¿Desde cuando?"
"¡Desde siempre!" Grito, luchando por calmar mi repentino temperamento. "Si me

prestaras un poco de atención a mí y a mi vida, tal vez lo sabrías".
"¡Y si le prestaras un poco de atención a tu novio, tal vez no tendría que ir a buscarlo
a otra parte!"
Mi mandíbula cae y mis ojos arden con lágrimas, mi garganta arde con una mezcla
de disgusto y vergüenza. Abre la boca para decir algo más, pero ya me he ido, agarrando mi
bolso del mostrador para ir directamente a la entrada.
“¡JJ!” ella ladra. "¿A dónde crees que vas?"
"Afuera."
“No he terminado de hablar contigo…”
Cierro de golpe la pesada puerta principal detrás de mí y bajo corriendo los escalones
de la entrada, buscando a tientas las llaves para abrir el auto. Salto adentro y acelero hacia
la playa, golpeando los frenos con la misma rapidez cuando me doy cuenta de que las fotos
no son suficientes hoy.
Necesito desahogarme.
Golpea algo.
Me doy la vuelta y conduzco hasta el gimnasio al otro lado de la ciudad, sin apenas
prestar atención a lo que me rodea mientras agarro mi bolso de lona del baúl y me lo coloco
al hombro. Todavía usando mi uniforme escolar, entro y paso mi tarjeta de membresía por el
escáner, empujando la barra para entrar. La hermana mayor de Kian me ve a través de la
ventana de su oficina y sale para saludarme, su cálida sonrisa se desvanece cuando ella
Capta la expresión de mi cara.
"La trastienda es toda tuya, nena".

"Gracias", murmuro, maldiciéndome cuando escucho el patético crujido en mi voz. “¿Oye, Kelly?
¿Puedes no contarle a Kian sobre esto? ¿O alguien?
Ella asiente y me alejo, ignorando las miradas de los miembros que hacen ejercicio en el piso
principal mientras me dirijo a la sala privada reservada para los boxeadores. Está oscuro y hace frío aquí,
la única luz proviene del sol que se cuela a través de las pequeñas ventanas rectangulares en la parte
superior de la pared trasera. Dejo mi bolso en la esquina y me pongo mi ropa de gimnasia, rápidamente
me recojo el cabello en una cola de caballo desordenada en la parte superior de mi cabeza. Dejo las luces
apagadas y enchufo mi teléfono para subir el volumen de la música, luego me pongo los guantes en las
manos y abrocho el velcro con los dientes.
Y luego me desahogo.
Xander
"Amigo, presta atención", lo regaño, rápidamente arrebatando la barra de las manos

temblorosas de Kian cuando parece que está a punto de ahogarse con ella. "¿Que demonios
estás mirando?"
"Nada", dice con voz ronca, inclinando la cabeza hacia atrás en el banco para mirarme.
Al revés. "Sin embargo, la vista es bastante buena desde aquí abajo".
Levanto una ceja y levanto la barra hasta el estante, caminando alrededor de él para
agarrar mi botella de agua del suelo. Tomo un sorbo y él lucha por sentarse, apoyando los
codos en los muslos para dejar caer la cabeza entre las manos.
"¿Ustedes hacen esto todos los días?" pregunta, haciendo una mueca mientras se
frota los músculos doloridos. " Duele."
Me río entre dientes y le lanzo una bebida, todavía divertida por sus pantalones cortos
de color rosa intenso y su diadema a juego. Apareció en la casa justo cuando Travis y yo nos
íbamos al gimnasio de su hermana, dijo que quería que lo lleváramos a casa para cambiarse
para poder acompañarnos y jugar con los chicos grandes, como él dijo. No conozco bien al
tipo, pero estoy bastante seguro de que lo más pesado que ha levantado en su vida es el muslo
para afeitarse sus flacas patas de pollo en la ducha.
Travis termina su presentación y se sienta para secarse el sudor de la frente con su

camiseta, sonriendo para sí mismo cuando ve la mirada de Kian en sus abdominales.
Kian se saca el labio inferior entre los dientes y ladeo la cabeza hacia él, haciendo rebotar mis
ojos entre los dos chicos que parecen no poder apartar sus ojos del otro.
"¿Están ustedes dos jodiendo?"
Travis se ahoga con el agua y Kian se sonroja como una monja y me cuenta todo.
Necesito saber.
El chico no es una maldita monja y parece que mi prima lo sabe.
"Amigo, ¿podrías cerrar la maldita boca?" Travis sisea, rápidamente mirando a su alrededor
para comprobar que nadie me escuchó.
"Lo siento."
Él me mira y yo sonrío, frunciendo el ceño cuando traga y se pasa una mano por la boca.
“Xan, escucha…”
"No hagas eso".
"¿Hacer lo?"
"Explícate como si fuera algo que necesita una explicación", digo simplemente, poniendo los
ojos en blanco cuando él me mira como si me hubieran crecido dos cabezas. “Sé lo que es joder,
Trav. Lo hago todo el tiempo."
"Eso es diferente."
“¿Por qué es diferente?”
Suspira y mira a Kian, sonriendo un poco cuando ve la expresión de su rostro. Es un alivio,

pero no del tipo que hubiera esperado. No está aliviado por mi reacción de no joder a su relación
secreta, está aliviado de que Travis no haya entrado en pánico y se haya enfadado conmigo por
llamar la atención no deseada sobre ello.
"Necesito una ducha", dice Travis, golpeándome con una mirada rápida que dice: mantén la
maldita boca cerrada o muere, luego se levanta e inclina la cabeza para que Kian lo siga.
Kian salta como si su trasero estuviera en llamas y yo sacudo la cabeza hacia ellos,
decidiendo quedarme atrás un rato porque no tengo ganas de escuchar a mi primo follar a su novio
contra la pared del baño. "¿Cuánto tiempo debo esperar?"
"Treinta minutos."
"Quince", dice Kian por encima del hombro. “Y eso es sólo porque
Le toma diez minutos preparar m...
Travis se golpea la nuca y Kian grita, haciéndome reír.

Los dos se dirigen a los vestuarios al final del pasillo y yo me muevo hacia la fuente para volver
a llenar mi botella de agua, mirando dos veces la puerta en la esquina cuando veo a la chica
trabajando a través de la ventana rectangular. Su rostro está ensombrecido por la oscuridad y
tiene su cuerpo alejado de mí, pero sé que es ella.
Jordyn maldito James.
Dudo durante tres segundos antes de moverme, comprobando rápidamente para

asegurarme de que nadie esté mirando antes de cruzar la puerta.
Teardrops de Bring Me The Horizon suena desde algún lugar y miro a mi alrededor, sonriendo
para mis adentros cuando veo su teléfono conectado al altavoz instalado en la esquina.
Sabía que a ella le gustaba este tipo de música, vi esa pequeña sonrisa furtiva en
su cara cuando esa canción de vampiro emo sonó en su casa esa noche.
Justo antes de que ella me viera por primera vez.
Justo después de ayudar a esa chica de pelo ratonil a alejarse de Penélope y Sienna.
Jordyn es bueno.
Demasiado bueno para mí, pero me importa una mierda.
La quiero muchísimo.
Me quedo en las sombras y me recuesto contra la pared detrás de ella, disfrutando la

forma en que su cuerpecito caliente se mueve mientras golpea la bolsa que cuelga del techo
como si le hubiera hecho mal.
Parece enojada.
Listo para matar a alguien.

Sexy como el infierno.
Lleva un par de sudaderas de camuflaje negras y verdes y un sujetador deportivo negro,

mostrando su tonificado estómago y esos pequeños huesos en sus caderas. Su piel está caliente
y cubierta por una ligera capa de sudor, sus lindos pelitos de bebé se pegan a su frente mientras
ella deja todo ahí afuera, apenas deteniéndose para respirar entre golpes antes de comenzar de
nuevo. Mis manos se mueven con la necesidad de tocarla y casi lo hago, casi doy un paso
adelante y agarro su cintura para asustarla sólo porque puedo, pero luego miro su cara y veo las
espesas lágrimas cayendo sobre ella. las mejillas.
Joder, ¿está llorando?
Mis cejas se estrellan en el centro y mi estómago se hunde, el aumento

Esta vez necesito tomarla en mis brazos viniendo de un lugar completamente nuevo.
No me gusta esa expresión en su cara.
Es incluso peor que esas sonrisas falsas que reparte como obsequios de fiesta.
La miro por unos segundos más mientras trato de decidir entre preguntarle qué pasa o
dejarla en paz, pero entonces la puerta se abre y miro en esa dirección, poniendo los ojos en
blanco cuando Noah Campbell entra como si fuera el dueño del maldito mundo.
Maldito bloque de gallos.

10
jdyn
Mi pecho se agita por el esfuerzo pero sigo adelante, ignorando el camino.
Mis pulmones piden aire a gritos y mi cuerpo me pide a gritos que me detenga.
Ignorándolo .
Deseando que se fuera a la mierda y me dejara en paz para poder ordenar mis
emociones desenfrenadas en paz.
Mi canción de repente se corta y golpeo la bolsa una vez más, girando para mirar al
imbécil que acaba de desconectar el cable de mi teléfono. Noah me golpea con esa estúpida
sonrisa de chico dorado suyo y lo miro abiertamente, levantando el antebrazo para limpiarme
el pelo de la cara.
"¿Cómo me encontraste?"
"Vi tu auto en el estacionamiento camino a casa".
“¿Entonces me seguiste hasta aquí?”
“No me hablarás, JJ”, responde, extendiendo las manos molesto. “Me evitas en la
escuela, no contestas tu teléfono ni me respondes mensajes de texto, y tu estúpido personal
ni siquiera me deja cruzar tu maldita puerta. ¿Qué diablos esperas que haga?
Me importa una mierda lo que haga, pero no le digo eso.
Suspira y se acerca a mí, mirando las lágrimas traidoras que aún brotan de mis ojos.
"¿Qué pasó?"
"Mi mamá", dije entre dientes, mirando al techo con mis guantes puestos.
cintura mientras lucho por recomponerme.
Para de llorar.
Respiro profundamente y fuerzo a mi cuerpo a obedecer, volviendo a mirar a Noah para

encontrarlo mirándome a mí y a mi forma, pero no es por deseo. No le gusta cuando uso
pantalones deportivos para hacer ejercicio, dice que me hacen parecer un niño de doce años.
“¿Qué quieres, Noé?” Pregunto, ya no estoy de humor para responder su pregunta.
"Te quiero de vuelta."
Me río ligeramente ante eso, levantando mis guantes hasta mi boca para trabajar en ello.
El velcro con los dientes. “Te dije que ya está hecho. Hemos terminado."
"Pero no tenemos por qué serlo", argumenta, tomando suavemente mis muñecas para
ayudarme con ellas. “Si puedes dejar pasar esto, podremos superarlo. Podemos volver a ser
nosotros”.
Abro la boca para discutir pero él niega con la cabeza y deja caer mi
guantes al suelo antes de pasar a tomar mi cara entre sus manos.
"Vamos, JJ", dice. “Déjame compensarte”.
Me quedo quieta y él aprovecha al máximo, deslizando lentamente sus manos hasta mi

cintura para atraerme hacia él. Besa la comisura de mi boca y me tenso, cerrando los ojos con
fuerza para desterrar el disgusto hacia mí mismo por permitirle tocarme. La niña débil y con el
corazón roto dentro de mí me ruega que me aferre al único chico que he conocido, pero en lugar
de ignorarla como debería, envuelvo mis manos alrededor de su cuello y aplasto mi boca contra
la suya. Exhala un suspiro de alivio y le muerdo el labio, clavando mis uñas en su carne para
animarlo a moverse más rápido. Hace una mueca y quita mis manos de su cuello, entrelazando
nuestros dedos dulcemente mientras mueve su boca hacia mi mandíbula. Pongo los ojos en
blanco y aprieto los dientes, rogando silenciosamente al techo que tenga paciencia mientras él
continúa provocándome con sus labios.
Él siempre no ha tenido ni idea cuando se trata de hacerme sentir bien, nunca se

dio cuenta de la forma en que solía fingir gemidos y orgasmos sólo para que terminara
más rápido, y parece que esta noche no es una excepción.
Quiero que me tome , que sea dueño de mí de la forma en que lo vi siendo dueño
de mi mejor amigo a través de la ventana esa noche, pero no lo hará. En lugar de eso,
se lo toma con calma, tratándome como si fuera un objeto frágil y costoso que teme
romper si no tiene cuidado.
Envuelve sus brazos alrededor de mi espalda y me estremezco, apretando mis manos

en puños por mis hombros mientras me preparo para dejar que me tenga de la manera que quiere.
a mí.
Di tus palabras, Jordyn James.
Vuelve a besarme los labios y giro la cabeza, empujando valientemente

Devuélvalo con tanta fuerza como pueda. "No."
"¿Qué carajo, JJ?"
"¡No quiero eso!" Grito, enojada limpiándome la boca con el dorso de la mano.
"Deseo.."
"¿Qué?" él muerde. "¿Qué quieres de mí?"
"Yo..." Me detengo, sacudiendo la cabeza porque no importa lo que quiero.
Nunca importa lo que quiero.
"Ella quiere que te la folles como si la odiaras".
Salto y giro en semicírculo, buscando en las sombras la fuente de esa voz.

Encuentro al bastardo engreído un segundo después, entrecerrando los ojos cuando veo
esa estúpida sonrisa en su rostro. Lleva un par de pantalones cortos de gimnasia negros
y una camiseta negra, casualmente recostado contra la pared con los brazos cruzados
sobre el pecho como si no estuviera siendo un completo idiota en este momento.
"¿Cuánto tiempo llevas ahí parado?"

"¿De qué carajo estás hablando?" Pregunta Noah al mismo tiempo, arrugando la nariz
a mi lado con una mezcla de ira y confusión.
"Odio el sexo, hombre", explica Xander, eligiendo groseramente responder la pregunta

de Noah antes que la mía. "Caliente. Salvaje. Bruto.."
Noah me mira y yo aparto la vista, inclinando torpemente la cabeza hacia

Mete algunos pelos sueltos detrás de mis orejas. "No, no lo sé... eso no es..."
Xander da un paso adelante antes de que pueda terminar y me agarra la cintura con
ambas manos, haciéndome chillar. Me tira hacia él y me empuja de nuevo a su lugar contra la
pared, doblando bruscamente sus dedos debajo de la cintura de mi sudadera para levantarme.
Sus nudillos rozan la piel de mi línea del bikini y chillo de nuevo, instintivamente envolviendo mis
manos alrededor de su cuello y mis piernas alrededor de su cintura para mantenerme estable.
"¡¿Qué demonios estás haciendo?!" Grito, luchando por ignorar el

forma en que su cuerpo se siente presionado contra el mío.
Puede que no parezca el tipo de persona que hace ejercicio todos los días sin falta, pero
apuesto a la compañía de mi madre que tiene al menos ocho abdominales debajo de esa
camiseta.
En lugar de responderme, desliza sus manos sobre mi estómago y hacia mis caderas,
apretándome y clavando sus dedos en la carne allí. Mi respiración se acelera y él me mira,
claramente disfrutando de mi reacción hacia él y sus manos en mi cuerpo.
Esta es la primera vez que me toca así, la primera vez que me toca , y a pesar del miedo
legítimo que me recorre en este momento, no lo odio tanto como pretendo.
Lucho contra él para salvar las apariencias y él sonríe como el mismísimo diablo, sin
siquiera molestarse en ocultar la forma en que su dura polla roza mi clítoris a través de nuestra
ropa. Sin pensar demasiado en ello, le paso las uñas cuidadas a los lados del cuello y él gime
una maldición, pero no me detiene como lo hizo Noah hace un momento. Creo que le gusta y
eso me agrada más de lo que debería.
"Cuando te vuelvas mío", dice, inclinando la cabeza para pasar la barra de la lengua
por mi labio inferior. "Voy a hacerte gemir con esto, luego te inmovilizaré boca arriba y te
follaré este coñito necesitado hasta que te corras sobre mi polla. Dos veces."
Jesucristo.
Gimo antes de que pueda detenerlo y él se ríe contra mi boca.

retrocediendo una pulgada para buscar mis ojos.
"¿Escuchas eso, niño bonito?" pregunta, hablando con Noah pero mirándome
directamente. "Eso es lo que ella quiere".
Lo miro en estado de shock y él me devuelve la mirada, ladeando la cabeza hacia la

izquierda cuando la voz amarga de Noah suena detrás de él.
"Maldita puta".
Hago una mueca sin querer y Xander me deja de pie, dándose la vuelta para arrojar a
Noah contra el costado del ring. Mi boca se abre y él agarra la mandíbula de Noah, moviéndose
para enfrentarse a su cara.
"¿Qué carajo acabas de llamarla?"
"Me escuchaste", se burla, pero no pierdo el claro destello de miedo allí.
"Escucha, pequeño gatito", advierte, apenas moviéndose cuando Noah intenta

empujarlo hacia atrás. "Dile esa mierda otra vez y te romperé la maldita nariz".
Noah intenta decir algo más, pero Xander aparta su cabeza, empujando fácilmente su
trasero contra el suelo antes de pasar por encima de él como si nada.
"Eres un monstruo estúpido", dice Noah, levantándose para cepillar el

suciedad imaginaria de su camisa. "Haré que te arresten por eso".
"¿Para qué?"
"Acabas de agredirme , idiota".

"¿Hice?" Xander frunce el ceño y hace como que mira a su alrededor para
enfatiza la falta de cámaras aquí, luego le sonríe. "Pruébalo."
Noah me mira y yo lucho contra una sonrisa, frotándome la boca con una mano
para ocultarla cuando ambos chicos me miran a los ojos.
"¿Quieres montar, princesa?"
“Traje mi auto”. Levanto una ceja, sabiendo que él ya lo sabe.

considerando que nos estaba viendo hablar antes.
"No es lo que quise decir", bromea, moviendo lentamente sus ojos sobre mi cuerpo.
mientras él retrocede hacia la puerta.
Un sonrojo sube por mi cuello y cruzo los brazos sobre el pecho, fingiendo
indiferencia a pesar del calor que me recorre. "En tus sueños, chico nuevo".
"Ahí le has dado." Él me guiña un ojo y luego se va.
Sacudo la cabeza hacia él y agarro mis guantes del suelo, ignorando

Me mira mientras meto el resto de mis cosas en mi bolsa de gimnasia.
"JJ"
"Vete al infierno, Noé".
Él cierra la boca y salgo por la escalera de incendios en el

esquina, sintiéndome sorprendentemente mejor conmigo mismo que en semanas.
11
jdyn
"¿Cuánta azúcar hay en esto?"
"Demasiado para que mami querida se entere", bromea Kian, dejándose caer
en la tumbona a mi lado. "Solo tomaremos un regalo y luego nos limitaremos al vodka,
¿sí?"
Me río ligeramente y golpeo su vaso con el mío, recostándome en mi asiento

para sorber el cóctel multicolor que me preparó hace un momento. El sol de primera
hora de la tarde golpea mi cuerpo y me dejo caer las gafas de sol sobre los ojos, usando
el escudo improvisado para escanear a la multitud de adolescentes medio desnudos
sin ser obvio.
Casi todos los demás adultos mayores y yo pasaremos el sábado en el enorme

patio trasero de Kian, aprovechando al máximo la piscina infinita y el bar completamente
abastecido que pagó con la tarjeta de crédito de sus papás este fin de semana.
Había planeado saltarme la fiesta y quedarme en casa, pero Kian apareció en

mi casa justo después del almuerzo y prácticamente me sacó por la puerta,
asegurándome que golpearía a cualquiera que me mirara dos veces.
Es una perra mentirosa, pero no lo delato.
Incluso tres semanas después, la gente todavía me mira fijamente y susurra

cosas cuando creen que no estoy mirando, y no ayuda que Penélope esté actualmente
sentada con Sienna y Noah en el jacuzzi junto a la piscina. Ella no me ha hablado
directamente y espero que siga así, pero no extraño las miradas de culpa.
Ella sigue dándome, medio sonriéndome como si esperara que fuera allí y aclarara la mierda entre
nosotros.
Yo no hago tal cosa.
Penélope es una buena actriz y aún mejor manipuladora, y quiero

No participo en ningún juego retorcido que esté intentando jugar conmigo.
"Cariño, ¿me harías la espalda?" Pregunta Kian, dándose vuelta para acostarse boca
abajo.
Asiento y dejo mi bebida en la mesa de café entre nosotros, tomando su protector solar
con aroma a piña del mini refrigerador para exprimir un poco en mi palma. Lo meto en sus hombros
y bajo hasta la banda de su bañador amarillo neón, sin perderme los ojos en mis manos mientras
lo hago. Sonrío para mis adentros y levanto mis vasos para mirar a Travis, levantando sutilmente
la botella con una mirada que dice: si la quieres, todo lo que tienes que hacer es venir y tomarla.
Se queda donde está y sacudo la cabeza hacia él, frunciendo el ceño cuando veo a Xander parado
a su lado con una mirada furtiva y poco cómplice en su rostro.
Que es el..?
"Xan lo sabe."
Mis ojos se abren y miro a Kian, incapaz de ocultar mi sorpresa.

"¿Qué?"
"Shh", se ríe, inclinándose sobre sus codos para acercar su rostro al mío. "Me sorprendió
mirando a Travis cuando estábamos en el gimnasio la semana pasada y..."
"¿El gimnasio?"
"Sí, me estaba ayudando a levantar pesas, vigilándome o algo así", explica, ignorando eso
como si fuera irrelevante. "De todos modos, nos preguntó directamente si estábamos follando y no
lo negamos, luego Travis me llevó al baño y me jodió con su tonelada..."
"Está bien", lo interrumpí, tapándole la boca con una mano para que se callara. "No
necesito escuchar esa parte".
Él se ríe de nuevo y dejo caer mis manos en mi regazo, confundida de por qué está actuando tan
tranquilo ante esto. Todos sabemos que Kian es gay, pero Travis aún no ha salido del armario, y si lo obligan
a salir o lo atrapan antes de que esté listo, me preocupa que enloquezca y le rompa el corazón a Kian en el
proceso.
"Ki, podría decírselo a alguien".
"Sí, yo también pensé eso, pero él estaba extrañamente bien al respecto". Él se encoge de hombros.
“Incluso le dijo a Travis que se callara cuando intentó explicarlo. No dirá nada”.
Mis cejas se arquean y miro a Xander, honestamente preguntándome si no es tan imbécil como lo he
hecho parecer, pero luego lo pillo moviendo sus ojitos codiciosos sobre mi cuerpo y cambio de opinión.
Sigue siendo un idiota.
No logra ocultar esa estúpida sonrisa suya y pongo los ojos en blanco por si acaso, dejándome caer
en mi asiento para tomar otro pequeño sorbo de mi bebida.
Ha dejado sus intenciones perfectamente claras, más de una vez, pero no estoy interesado, y aunque lo
estuviera, nunca podría ir allí.
Es demasiado arrogante.
Demasiado adelante.
Demasiado diferente.
Pero maldita sea, lo hace lucir bien.
Está recostado contra la mesa de billar en el patio vistiendo un par de shorts de baño negros y una
camisa de franela negra, con los botones completamente desabrochados para exponer su duro pecho y sus
sólidos abdominales. Los diversos trozos de tinta esparcidos por su cuerpo son en su mayoría aleatorios,
algunos buenos y otros no tan buenos, pero de alguna manera hace que parezca más atractivo que ridículo.
No hace calor, JJ.
Mierda.
"Amigo, estás haciendo trampa", acusa Travis, ganándose tanto el mío como el
La atención de Kian.
Xander se ríe y se inclina para disparar. “No soy un tramposo, Trav. Simplemente soy
mejor que tú”.
La bola negra aterriza en la tronera de la esquina y Travis se burla, tomando la rejilla

triangular de abajo para restablecer la mesa. "JJ, ven aquí y patéale el trasero punk para que
pueda reírme de él por perder con una chica".
Me río ligeramente y abro la boca para decirle que estoy bien aquí, pero luego capto
la sorpresa en el rostro de Xander y la cierro de nuevo.
"¿Eres bueno en el billar?"
"Ella es la jodida jefa en el billar", responde Kian por mí, agarrando mi mano para
acercarme a ellos. "Hay una razón por la que la llamamos reina, chico nuevo, y no tiene nada
que ver con ese trasero que no dejas de mirar".
"Kian."
"¿Qué?"
"Cállate", susurro entre dientes, caminando alrededor de él para llegar a Travis.
Me pasa la señal que estaba usando y saca una moneda del bolsillo trasero de sus
pantalones cortos, inclinando su barbilla hacia mí mientras la lanza al aire. "Llámalo."
"Cabezas".
Coge la moneda y le da la vuelta, retirando la mano para mirarla. "Empieza tú, JJ".
Camino hasta el otro extremo de la mesa y me inclino para romper las bolas, e
inmediatamente hundo dos sólidos desde el principio. Travis y Kian sonríen como idiotas y
bajo mi cabeza para ocultar la mía, ignorando deliberadamente al imbécil frente a mí mientras
me muevo para tomar mi siguiente tiro.
Llevo un traje de dos piezas rosa bebé sin tirantes para mantener mis líneas de bronceado
al mínimo. Mis senos son un poco grandes para mi cuerpo, lo mismo ocurre con mi trasero y mis
muslos, es por eso que mi madre me obliga a evitar el azúcar y los carbohidratos de cualquier tipo,
pero parece que a Xander no le importan mis defectos considerando que no puede. quitarles los
ojos de encima.
"¿Oye, Jordyn?"
Mi mandíbula hace tictac, pero me abstengo de corregirlo, sabiendo que seguirá

llamándome así de todos modos. "¿Qué?"
“Te reto a que juegues conmigo”.
"El billar es un juego, chico nuevo", digo secamente, inclinándome para meter los cinco.
pelota.
"Sí, bueno, esto es más una apuesta que un juego".
"¿Cuál es la apuesta?"
"Si ganas, dejaré de hablar contigo y te dejaré en paz el resto del año".
Mis cejas se estrellan en el centro y miro hacia arriba, ignorando la punzada de dolor en
mi pecho porque está fuera de lugar y es patética. “¿Y si ganas? ¿Qué obtienes?"
"Cuando gane", dice con aire de suficiencia, apoyando los codos en el borde de la mesa
para estar a mi altura. "Tienes que hacer todo lo que te digo durante veinticuatro horas".
“¿Como un esclavo?”
"Como una cita", me corrige, riéndose ligeramente cuando cometo un desliz y fallo el tiro.
"Xan...", advierte Travis desde un lado de Kian, negando no tan sutilmente con la cabeza.
"¿Qué?"
"¿Qué quieres decir ?" Siseo, revisando rápidamente a izquierda y derecha para
asegurarme de que nadie más esté escuchando nuestra conversación. "No voy a tener una cita
contigo".
"¿Por qué no?"
"Porque no me gustas".
Él levanta una ceja ante eso, de alguna manera sabiendo que soy un mentiroso.
“¿Quieres jugar o no?
"Una cita no dura veinticuatro horas".
"Doce, entonces."
"Dos."
"Seis."
"¿Qué diablos vamos a hacer durante seis horas?"
Una pequeña sonrisa lenta y sucia se extiende por su rostro y dejo caer la mandíbula.
luchando por ocultar el calor que subía por mi cuello y mis mejillas.
"Eres repugnante."
"¿Es un sí?"
"Jesús, solo..." Me detengo para no enfadarme con él y tomo aire, bajando la voz
mientras retrocedo para darle espacio. "Solo haz tu maldita oportunidad".
Toma su taco y se inclina para hacer lo que le dicen, hundiendo fácilmente tres
bolas sin problema. "Tu novio nos está mirando, ¿sabes?"
Pongo los ojos en blanco y cruzo los brazos sobre el pecho, evitando la mirada de Noah
en un lado de mi cara mientras apoyo mi trasero contra la mesa. "Ya no es mi novio".
"¿ Él lo sabe?" Él retrocede, deteniéndose para mirarme cuando

No respondo. "Puedo ayudarte a ponerlo celoso si quieres".
"No necesito ponerlo celoso".
"Lo sé." Él sonríe y se endereza para ocupar mi espacio. "Solo quería besarte de nuevo".
Kian se ahoga con su cóctel y rechino los dientes, ignorándolos a los tres mientras
vuelvo mi atención al juego. Estamos codo a codo con cinco bolas restantes en la mesa y es mi
turno de disparar. Podría estar equivocado, pero juro que falló ese último tiro a propósito.
Me está ofreciendo una salida.
Una forma de decir no si quiero.
Me trago mis nervios repentinos y me inclino para preparar mis dos últimos sólidos,
mirando a Xander por encima del hombro cuando siento su calor en mi espalda. "¿Te importa?"
Levanta las manos en señal de rendición fingida y retrocede un par de pasos, pero no
se mueve detrás de mí. Dejo escapar un suspiro irritado y me obligo a prestar atención, fingiendo
que no siento la extraña sensación de excitación que me recorre con sus ojos en mi trasero.
Un tiro más y se acabó.
La alineo y mantengo mis ojos en la bola ocho, vacilando un poco más de lo necesario
antes de tirar mi brazo hacia atrás para disparar. Sólo me lleva medio segundo darme cuenta
de mi error, y tan pronto como el blanco golpea al negro, rebota en el borde de la tronera lateral
y fallo.
Mierda.
Travis y Kian me miran fijamente con incredulidad y Xander sonríe para sí mismo,
presionando casualmente su pecho contra mi espalda para hablarme al oído. "Te recogeré a las
ocho".
"¿Qu esta noche?" Tartamudeo, girando para enfrentarlo por completo. “¿Por qué no podemos
¿Hacerlo el próximo fin de semana?
"Porque te quiero ahora".

Lo miro boquiabierto y él hunde las últimas tres bolas una tras otra,
guiñándome un ojo mientras deja su taco y camina hacia la barra.
Mi corazón salta hasta mi garganta y levanto mi mano para cubrirlo, tragándome la
inquietud mientras inclino mi cabeza hacia atrás para mirar al cielo.
¿Qué carajo acabo de hacer?
h
Estoy parada en medio de mi armario con una toalla blanca envuelta
alrededor de mi cuerpo y mi teléfono en la mano, golpeándolo nerviosamente contra
mi palma mientras muevo mis ojos sobre la montaña de vestidos de diseñador que
he acumulado a lo largo de los años.
No me dijo a dónde íbamos ni qué estábamos haciendo ni qué ponernos, y

ahora oficialmente estoy enloqueciendo por mi cita como una niña de trece años.
Considero llamar a Travis para que me dé el número de Xander, pero decido

no hacerlo, sabiendo que es estúpido, luego considero llamarlo para decirle que no
voy a ir, pero decido no hacerlo también.
Esto es patético.
Respiro profundamente en un intento de reconstruir mi autoestima que se

hunde, agarro el vestido negro que le he echado el ojo desde que entré aquí y
agarro un par de pantalones rojos con tiras a juego, luego tomo mi plancha de pelo
de Agarro el cajón inferior y salgo a mi habitación, sentándome en mi tocador para
ponerme a trabajar.
12
Xander
"¿Realmente vas a seguir adelante con esto?" Pregunta Travis, sentándose en el sofá de la
casa de la piscina con una cerveza en las manos y sus ojos puestos en mí.
“¿Seguir adelante con qué?”
"Obligar a JJ a tener una cita contigo".
"No la estoy obligando a hacer una mierda", argumento, sacando una camiseta negra.
de mi armario para ponérmelo por la cabeza. "Ella podría haber dicho que no".
Él pone los ojos en blanco y miro mi cabello en el espejo, secretamente emocionado.

para la noche que tengo planeada para ella.
Nunca antes había tenido una cita.
Estoy acostumbrado a ligar con chicas al azar en fiestas y partir de ahí, pero nunca tuve la
oportunidad de ganármelo como lo hago con Jordyn.
Es jodidamente emocionante.
Me despido de Bear y guardo mi teléfono y mi billetera en el bolsillo, chocando

El puño de Travis en mi camino hacia la puerta.
"No te atrevas a follarla, Xan".
“¿Eso es un desafío?” Bromeo, riendo ligeramente cuando se golpea la cabeza contra el sofá y
se cubre los ojos con el antebrazo.
Qué maldita reina del drama.
h
Llego a la casa de Jordyn un par de minutos antes de las ocho y me
detengo en el camino de entrada, saltando de mi auto para caminar hasta la
puerta principal. Estoy a punto de tocar, pero entonces la puerta se abre y Jordyn
aparece con un solo zapato y su bolso bajo el brazo, respirando pesadamente
como si acabara de correr hasta aquí para abrirme la puerta.
"Oh, mierda, te ves jo"
"¿Estás loco?" Ella sisea, enojada haciéndome retroceder con una mano
en mi pecho. "¿Ibas a llamar a la puerta de mi casa y decir hola, Maryanne, estoy
aquí para recoger a Jordyn para nuestra cita?"
"¿Qué está mal con eso?"
Ella me mira fijamente y se agarra de mi hombro mientras se inclina para

ponerse el otro zapato, luego se endereza y saca su teléfono para programar el
cronómetro en seis horas. "Terminemos con esto de una vez".
Ruedo mis labios y ella mueve sus bonitos ojos azules sobre mi cuerpo,
tirando torpemente del dobladillo de su vestido mientras la sigo hasta mi auto
para abrirle la puerta del lado del pasajero.
Lleva un pequeño vestido negro similar al primero que usó en su fiesta de

cumpleaños esa noche. Es ceñido al cuerpo con un escote bajo, sentado a mitad
del muslo con dos finos tirantes finos que se juntan en la parte posterior del
cuello. Su piel es más oscura de lo habitual y prácticamente brilla gracias al
tiempo que pasó hoy bajo el sol en la casa de Kian, su brillante cabello rubio
alisado sobre sus hombros de una manera que lo hace parecer aún más largo si es posible.
Ella es tan jodidamente hermosa.
Y malo.
Y un poco indeciso, creo.

"¿Vas a entrar?"
Se aclara la garganta y sube al interior, evitando mis ojos mientras se pone

el cinturón de seguridad sobre el pecho. Le cerré la puerta y rodeé la parte
delantera del auto, saltando a su lado para encender el motor.
"¿Qué pasa, princesa?"
"Nada", murmura, suspirando cuando me inclino hacia atrás y le levanto una

ceja, negándome a moverme hasta que hable sobre lo que sea que la esté
molestando. “Es solo… ¿quieres que me cambie y me ponga algo más… no sé,
menos? ¿O más? No me dijiste qué ponerme y ahora me siento un poco demasiado
arreglada”.
"¿ Quieres cambiar?"
"No"
Ladeo la cabeza y ella cierra la boca, de alguna manera leyendo mi mente

sin que yo tenga que decirlo.
Di tus palabras, Jordyn James.
"Uh, no", admite, sus mejillas se calientan de la forma en que sé que lo

hacen cuando está avergonzada. "Me gusta este."
"Entonces no, no quiero que te cambies", digo simplemente, alejándome

para conducir hacia la puerta al final de su camino de entrada. “Eres perfecta tal
como eres, Jordyn. No dejes que ningún cabrón te diga lo contrario.
Ella no dice nada y miro en su dirección, deteniéndome cuando la pillo

mirándome con la boca abierta. Me inclino para ocupar su espacio y ella se traga
lo que parece miedo, pero no se aleja de mí.
"¿Confías en mí?" Pregunto, levantando la mano para pasar el pulgar por

su labio inferior.
Ella entrecierra los ojos y me río antes de que pueda detenerlo, besando
ligeramente la punta de su nariz antes de retroceder para poner el auto primero. Pisé el
acelerador y ella chilló, agarrándose rápidamente a la manija de la puerta para prepararse.
"¡¿Qué demonios estás haciendo?!"
“Conduciendo”, me río entre dientes, maniobrando fácilmente por las calles.

de la misma manera que lo he hecho desde que tuve la altura suficiente para alcanzar los pedales.
Ella murmura algo que no entiendo y cierra los ojos con fuerza en cada vuelta,
soltando solo el aliento que ha estado conteniendo cuando llego a la autopista,
probablemente porque no puede sentir lo rápido que voy en un camino recto como este.
Parece lista para gritarme, o pegarme, o ambas cosas, pero por supuesto no hace
ninguna de esas cosas.
“¿Me llevarás a la ciudad?” pregunta, bajándose la visera.

para volver a aplicar el brillo de labios que debí haber arruinado cuando lo toqué hace un momento.
"¿Está bien?"
Sus cejas se arquean pero asiente, visiblemente relajada como si estuviera

aliviada de no tener que preocuparse de que la vean conmigo en Lakewood, donde
todos la conocen. Sin embargo, no me ofendo, en parte porque su animosidad hacia mí
me hace reír, pero sobre todo porque algo me dice que será más ella misma lejos de
ese estúpido pueblo que gobierna con una personalidad falsa y una sonrisa a la altura.
Un poco más tarde, me detengo en el estacionamiento junto a la playa, apago el

motor, salgo y doy la vuelta al auto para abrir la puerta. Ella me mira y le extiendo la
mano, fingiendo deliberadamente colocar la suya en la mía cuando ella continúa
mirándome como si me hubieran crecido dos cabezas.
“¿Qué estás…”
"Necesitas relajarte", le digo, sacándola para llevarla a la franja de restaurantes

y bares bien iluminados al otro lado de la calle. "Me estás poniendo nervioso".
“¿Te pones nervioso?” pregunta, claramente sin creerlo. "Yo llamo tonterías".
“¿Acabas de decir tonterías?”
"Puedo decir tonterías si quiero".

Le sonrío por encima del hombro y mantengo su mano, guiándola frente a mí por
su cintura mientras nos abrimos paso entre la multitud ocupada. Llegamos a la pizzería
que descubrí aquí hace un par de semanas y empujo la puerta para abrirla sobre su
cabeza, divertido por la clara expresión de confusión en su rostro mientras la sigo adentro.
"¿Tú sabes lo que quieres?"
"Uh, no", dice, poniéndose de puntillas para mirar el menú en el mostrador.

"Nunca antes había comido pizza".
“¿Nunca has comido pizza?” Repito, echando la cabeza hacia atrás con sorpresa.
"¿Cómo es eso posible?"
Se encoge de hombros y baja los ojos, metiéndose el pelo detrás de las orejas
mientras mira el suelo a cuadros como si estuviera fascinada por él. Mis cejas se hunden
y muerdo el interior de mi mejilla, levantando suavemente su barbilla hasta que sus ojos
se topan con los míos. No la conozco desde hace mucho, pero nunca la he visto comer
nada más que unos cuantos bocados de lechuga en la cafetería de la escuela, y apuesto
a que eso tiene menos que ver con ella y más con esa perra. una madre de la que he
oído hablar mucho. Ella y el imbécil de su exnovio que la hizo cambiarse de ropa como si
tuviera derecho.
“¿No puedes hacer eso?” pregunta, apartando su rostro de mi mano. "I

No necesito que sientas lástima por mí”.
"No siento pena por ti", le digo honestamente, acompañándola hasta el principio
de la fila. "Lo siento por ellos."
Ella me mira fijamente y me giro hacia la linda chica detrás del mostrador que
lleva un uniforme negro y rojo y una espalda a juego. Ella toma nuestro pedido y asiente,
extendiendo la mano para tomar un par de vasos de papel de la pila a su izquierda
mientras teclea en su pantalla.
“¿Con piña o sin piña?”
Miro a Jordyn y ella frunce el ceño, moviendo sus ojos de mí a la

chica de la pizza y luego de nuevo a mí. "No entiendo la pregunta".
"La piña no pertenece a la pizza, princesa", le informo, tomando

Saqué mi billetera para tirar un billete de cincuenta sobre el mostrador. "Es una cosa".
"¿Por qué?"
"Simplemente es."
"Quiero la piña", insiste, cruzando los brazos sobre el pecho como si pensara que estoy a
punto de pelear con ella.
Le doy lo que quiere y tomamos nuestras bebidas, esperando solo unos minutos antes de que
le quite la caja de pizza al chico al final del mostrador. Guío a Jordyn hacia la salida y ella vuelve a
fruncir el ceño y me mira por encima del hombro.
"¿No vamos a comer aquí?"
Sacudo la cabeza y le abro la puerta con el antebrazo.

Moviendo descaradamente mis ojos sobre su cuerpo mientras ella pasa a mi lado.
"Fóllame, estás caliente".
El grupo de chicos guapos detrás de ella expresa su acuerdo y ella deja caer su mandíbula,
mirándome boquiabierta con una expresión hilarante de indignación en su rostro.
Me gusta obligarla a hacer eso.
Sin pensar demasiado en ello, envuelvo mi brazo alrededor de su espalda y la atraigo hacia
mí, moldeándola contra mi pecho mientras me inclino para provocar sus labios con los míos.
Mataría por que ella me dejara pasar una barra por esa pequeña y caliente lengua suya, para
que me mirara desde sus rodillas mientras lame toda la longitud de mi polla con ella.
Maldita sea.
La suelto antes de hacer algo que me abofetee y ella se alinea a mi lado, al parecer se queda
en silencio, sorprendida, pero no me pierdo la pequeña sonrisa que no logra ocultar. Regresamos a mi
auto y puse el
comida sobre el capó, tomando su cintura para levantarla y colocarla junto a ella. Salto para
sentarme a su lado y abro la caja, pasándole una porción antes de tomar una para mí. Le quito
la piña y ella niega con la cabeza, comiendo tranquilamente durante un minuto antes de inclinar
la barbilla hacia el océano justo frente a nosotros.
“¿Te gusta el agua?”
"Soy de California, ¿recuerdas?"
"¿Puedes surfear?"
"No", admito, riéndome para mis adentros ante el recuerdo de Nik tratando de
enseñarme cuando éramos pequeños.
Terminé en el hospital con un tobillo roto y mis padres perdieron la cabeza, le gritaron
a Nik por haberme lastimado y lo castigaron durante dos semanas.
Fue hilarante.
"¿Puede?"
"¿Puedo qué?"
"Surf", digo, levantando una ceja cuando me doy cuenta de que me está mirando de
nuevo.
Ella niega con la cabeza y abre la boca para hablar, pero luego cambia de opinión y
mira hacia otro lado.
"Dilo."
Ella pone los ojos en blanco y toma otra rebanada de pizza, dudando un minuto antes
de decidir hacer lo que le dicen. "Supongo que simplemente... no eres lo que esperaba".
"¿Como es que?"
"No sé." Ella se encoge de hombros y se detiene para tomar un sorbo de su bebida.
“Quiero decir, cuando te vi por primera vez pensé que parecías un chico tranquilo y solitario, pero
Luego abriste la boca y te convertiste en un jugador engreído, cabezón y sin escalofríos”.
Me río entre dientes ante eso, girando la cabeza para señalar con la barbilla al tipo que
camina por la calle con una capucha negra sobre la cabeza y las manos en los bolsillos. “¿Qué
es lo primero que te viene a la mente cuando lo miras?”
"Yo..." se calla, confundida por el cambio de tema. "No lo sé"
“No pienses. Lo primero, princesa”.
"Cruza la calle. Me apuñalará”.
"Está bien." Asiento, esperando eso. “¿Qué pasaría si te dijera que su abuela está
muriendo en un asilo de ancianos no lejos de aquí y él se viste así cuando va a verla porque
sabe que a ella le gusta?”
Una pequeña sonrisa la traiciona y ella mira hacia otro lado, mirándolo de reojo.
debajo de sus pestañas. "No lo sabes".
"Así como no sabes que te apuñalará", argumento, golpeando ligeramente

su codo con el mío. "¿Alguna vez has oído hablar de no juzgar un libro por su portada?"
"¿Has oído hablar alguna vez de Jack el Destripador?"
Solté una carcajada y esta vez ella sonríe de verdad, viéndose tremendamente orgullosa
de sí misma mientras se inclina para robar un pequeño trozo de piña de la tapa de la caja que
hay entre nosotros. El movimiento la acerca a mí y le levanto la barbilla con el dedo índice,
bajando los ojos a su boca para verla comérselo.
"Deberías cambiar la forma en que miras a las personas".
"¿No es eso peligroso?"
"A veces", admito, bajando la cabeza para rozar mi nariz contra la de ella. "Pero a
veces el peligro puede ser divertido".
Ella toma una larga bocanada de aire y la deja salir lentamente, sin pensar.
deslizando su lengua sobre su labio inferior mientras mira el mío.
"¿Oye, Jordyn?"
“¿Qué, Xan?” —susurra, eligiendo este momento para usar mi nombre por
primera vez desde que la conocí.
“Te reto a que nades conmigo”.

13
jdyn
Debe estar loco.
"¿Estás loco?" Expreso mis pensamientos, momentáneamente aturdida

por su estupidez. “¿Por qué diablos haría eso?”
"Porque te reto", dice, simple y llanamente, como si fuera así de fácil para
él.
Parpadeo y él se baja del capó de su auto, poniéndose la camiseta encima.

su cabeza para tirarlo al asiento trasero.
"Hace mucho frío allí", le informo, señalando el agua para distraerme de

sus abdominales.
"No seas marica".
"No soy un marica".
"Pruébalo", desafía, mirándome directamente mientras se desabrocha el

botón de sus jeans. "Deja de actuar como una buena chica por una vez en tu vida
y haz un puto lío".
"No estoy actuando".
"¿Seguro?"
Suspiro y trago lo que queda de mi pizza, limpiándome las manos con una
servilleta antes de decidir levantarme y hacer lo que él dice. Camino hacia él y
Me inclino para quitarme los zapatos, colocándolos en el espacio para los pies junto a los
suyos, luego me saco el vestido por la cabeza y lo tiro en el asiento trasero junto a su ropa.
Me quedo con un tanga de encaje negro con un sujetador sin tirantes a juego y él no lleva
nada más que sus boxers, duros, desgarrados y sexys como el infierno.
"No me voy a quitar la ropa interior".
"Está bien", dice en voz baja, extendiendo la mano para pasar el pulgar por el
borde de mi tanga en la línea del bikini. "Puedo simplemente tirar esto a un lado".
Mi mandíbula se abre de par en par y él levanta los ojos hacia mi boca, atrapando
su labio inferior entre sus dientes para tapar su risa.
“¿Puedes dejar de hacer eso?”
"¿Haciendo qué?" pregunta inocentemente, intentando mantener la cara seria pero

fallando.
"Mirando mi lengua como si quisieras chuparla".
Hace un ruido que suena como un cruce entre un ahogo y un gemido, inclinándose
sobre mí para apoyar su frente en la mía. "Dijiste eso a propósito, ¿no?"
"Tal vez", bromeo, alejándome de él para bajar al agua.
Él me sigue y tomo un respiro para prepararme, caminando hacia la orilla por un

segundo para probar la temperatura, pero luego el bastardo envuelve su brazo alrededor
de mi cintura desde atrás y me levanta.
"¡Xan!" Chillo, pateando frenéticamente mis piernas mientras él me acompaña.

adelante y me arrastra hacia el océano.
"¿No sabes que es mejor simplemente sumergirse?" bromea, riéndose de mí

cuando intento liberarme. "Pensé que habías dicho que no eras un marica".
"¡Dios mío, eres un idiota!"

"Eres sexy cuando dices malas palabras", bromea, inclinándose sobre mí para pellizcarme el lóbulo
de la oreja.
Chillo de nuevo y le doy un codazo en las costillas, finalmente ganando suficiente margen de
maniobra para girarme y enfrentarlo. El agua me llega a la clavícula ahora y está jodidamente helada,
pero no puedo evitar la gran sonrisa que divide mis labios. Él me devuelve la sonrisa y desliza sus
manos sobre mi cintura, atrayéndome hacia él para envolver mis piernas alrededor de sus caderas. La
calidez de su cuerpo se siente bien contra el mío y apoyo mis antebrazos sobre sus hombros,
aprovechando la oportunidad para estudiar cada centímetro de su rostro mientras está tan cerca de mí.
Está bueno, pero es más que eso.
Me gusta su energía y la forma en que habla, la forma en que hace lo que sea
diablos quiere sin preocuparse por lo que otras personas puedan pensar de él.
A él no le importa.
Simplemente le importa una mierda y eso me excita más de lo que debería.
Ojalá pudiera ser como él.
"¿Cuál es tu problema con todos los desafíos?" Pregunto, pasando mis dedos por su estúpido
cabello morado para enfatizar mi pregunta.
“Mi hermano mayor y yo empezamos este juego cuando éramos pequeños”, explica, pasando
lentamente sus manos por la parte exterior de mis muslos. “Es algo así como una broma corriente. Lo
desafiaría a hacer alguna estupidez y él me haría lo mismo, y quien dijera que no primero perdería el
juego”.
"¿Quien perdió?"
“Bueno, técnicamente nadie lo hizo. Todavía continúa”.
"¿Por cuánto tiempo?"
"Trece años, creo".
Mi boca se abre, pero la cierro igual de rápido, frunciendo el ceño mientras trato de ordenar lo
que Travis me ha contado sobre su familia durante los últimos años.
años. No es mucho – ni siquiera me mencionó a Xander antes de mudarse aquí – pero no

recuerdo que me haya dicho nada sobre otro primo por parte de su madre.
"¿Dónde está tu hermano?"
"Lo mataron en una pelea en un bar cuando yo tenía quince años".
"Oh", digo con tristeza, deslizando suavemente mi pulgar sobre el agua que corre.
por su sien. "¿Como era el?"
Sus cejas saltan y hago una mueca, maldiciéndome interiormente por hacer una
pregunta tan estúpida. La mayoría de la gente diría que lamenta su pérdida y pasaría a
otra cosa, que es obviamente lo que debería haber hecho.
"Lo siento", me apresuro a explicar. "No quise decir t"
"No, está bien", interrumpe, mirándome fijamente durante un largo minuto antes de
sacudir la cabeza para recuperarse. "Él era... salvaje, hilarante, de mal humor y competitivo,
probablemente habría intentado robárteme en menos de cinco segundos si estuviera aquí".
Alzo una ceja ante eso. "No soy tuyo para robarme".
"Aún así", añade, riéndose levemente cuando le lanzo un poco de agua a la cara.
Él me devuelve un poco y giro la cabeza, sin considerar las consecuencias de mis

acciones antes de levantarme para sumergir su cabeza bajo la superficie. Él regresa para
escupir el agua de su boca y yo me alejo de él, levantando mis manos en señal de rendición
fingida cuando veo la expresión de su rostro.
“Xan…”
“Jordyn…”
"No te atrevas"
Él se abalanza sobre mí y yo grito, riéndome a carcajadas cuando me rodea con

sus brazos para tirarme hacia abajo. Salto hacia atrás para limpiarme el pelo de la cara y
salpicarlo de nuevo, huyendo de él con un chillido cuando
empieza a perseguirme. Jugamos en el agua durante no sé cuánto tiempo, y aunque mi cabello

es un desastre y no tengo maquillaje, esto es lo más divertido que he tenido en meses,
probablemente años, si me refiero a ello. real.
Ojalá hubiera traído mi cámara conmigo.
"Princesa."
"¿Qué, chico nuevo?"
"¿Ya terminaste?"
"Sí", digo con voz áspera, apoyando mis manos en mi cintura para recuperar el aliento.
Él se ríe y me sigue para caminar hasta la pequeña ducha en lo alto de la playa. La presión
del agua apesta y no hace nada para enjuagar la sal de mi cabello, pero al menos no estaré
caminando con trozos secos de arena atrapados entre los dedos de mis pies.
“Espera, creo que tengo una toalla limpia en mi bolsa de gimnasia”, me dice, regresando
rápidamente al auto para tomarla.
Me lo entrega y le sonrío, inclinándome hacia un lado para secarlo.

mi cabello con él. “¿Y ahora qué, Xander Reid?”
Se encoge de hombros y mira a su alrededor, inclinando la barbilla hacia el club nocturno iluminado.
cruzar la calle. "¿Quieres bailar?"
h
"Xan, esto es una mala idea", siseo, tirando torpemente de mi vestido hacia abajo sobre
mis muslos mientras él me tira de la mano. “Te digo que no nos dejarán entrar. Mira el estado de
mi cabello”.
"Es sexy".
"Esta mojado."
Él se ríe de mí y sigue caminando, muy divertido por mí y mi mini berrinche.
Nos volvimos a poner la ropa detrás del auto hace un momento y logré
arreglarme el maquillaje en el espejo lateral, pero ninguno de nosotros lleva ropa
interior y estoy bastante seguro de que todos pueden ver mi trasero a través de este vestido.
"Xan"
"Cariño, relájate", dice, atrayéndome para apoyarme contra la pared al lado de

un elegante restaurante de sushi. “Te ves sexy, ¿de acuerdo? Realmente jodidamente
sexy”.
Me quito la mirada de la cara y respiro, secretamente me gusta la forma en que

me llama bebé.
"¿Estas bien?" pregunta, hablando por encima de mis labios. "¿O necesitas
quedarte aquí afuera y escucharme decirte lo mucho que quiero joderte contra esta
pared ahora mismo?"
Jesucristo, es demasiado.
Incapaz de formar una respuesta verbal a eso, sacudo la cabeza y él me guiña

un ojo, entrelazando casualmente sus dedos con los míos mientras me acompaña
hacia el club al que estamos a punto de intentar entrar. Llegamos a la entrada y me
levanto un poco más, haciendo lo mejor que puedo para actuar casual y tranquila como
él me dijo. El portero me frunce el ceño y muero un poco por dentro, aterrorizado de
estar a punto de pasar la noche en la cárcel, pero entonces Xander paga la entrada y
le pasa dos licencias de conducir. El portero los toma y nos mira durante lo que parece
una eternidad, devolviéndolos con un movimiento de cabeza y haciéndonos señas
para que entremos sin siquiera mirarnos dos veces. Mis cejas se estrellan en el centro
y miro a Xander, arrebatando las cartas falsas de sus manos para echarles un vistazo.
Uno de ellos es obviamente suyo, pero en el otro está mi foto con un nombre que no
es el mío y un cumpleaños que me da veinte años.
dos.
"Maldita sea, podrías haberme dicho", le susurro, empujando enojada las cartas
contra su pecho cuando veo la expresión de su rostro.
Él sigue riéndose de mí y eso me está cabreando.
“¿Cuándo conseguiste eso?”
"Hoy."
"Hoy", repito, sabiendo que solo habría tenido unas tres horas para hacerlo, en
todo caso. "¿Cómo?"
"Conozco a un chico", dice vagamente, empujándome por el pasillo poco iluminado

hasta llegar a la parte principal del club.
Las luces estroboscópicas de color rosa neón parpadean por toda la sala al ritmo
de la música ensordecedora y hay una barra iluminada colocada a lo largo de la pared
izquierda, la pared derecha está llena de mesas y sillas negras, mientras que el centro de
la sala sirve como una enorme pista de baile. .
Nunca antes había estado en un lugar como este.
Estoy acostumbrado a mansiones, fiestas en yates y funciones benéficas en

salones de baile llenos de cosas caras que combinan con la gente cara que hay dentro.
Xander me lleva a la barra y saca un fajo de billetes de su

billetera, acercándome a él para gritarme al oído. "¿Quieres una oportunidad?"
Dudo pero asiento, de repente anhelo algo que me calme.

Pide dos para cada uno y golpea su vaso contra el mío, mirándome mientras inclino la
cabeza hacia atrás para tragármelo. El vodka me quema la garganta y hago una mueca
ante el regusto, dejando mi vaso en la barra para beber el otro igual de rápido.
"¿Estás bien, princesa?" Se ríe, de alguna manera sintiendo mi inexperiencia e

ingenuidad.
"Necesito ir al baño."
Él asiente y mira a su alrededor, señalando con la barbilla el rincón oscuro al otro

lado de la habitación. “¿Quieres que vaya contigo?”
Sacudo la cabeza y me alejo de él para ir solo, logrando de alguna manera abrirme

paso entre la multitud de bailarines y borrachos sin ser secuestrado o pisoteado. Abro la
puerta del baño y elijo un cubículo, arrugando la nariz ante la máquina de condones con
tampones en la esquina.
Este lugar es tan extraño.
Me lavo las manos una vez que termino y me miro en el espejo largo y horizontal
sobre el mostrador, sin odiar exactamente la mirada de la chica que me devuelve la
mirada.
Ella no se parece a mí.
Me gusta eso de ella.
Salgo del baño y me abro paso entre la multitud nuevamente, ignorando las frases
confusas para ligar que me lanzan mientras escaneo la barra para buscar a Xander. Lo
veo sentado exactamente donde lo dejé y me dirijo en esa dirección, pero entonces una
linda chica morena me toma de la mano y comienza a bailar conmigo. Lleva un minivestido
blanco y un velo a juego, claramente lo suficientemente borracha como para asumir que
me conoce, pero también parece inofensiva, por lo que decido que es seguro seguirle la
corriente a la novia por un minuto. Bailamos juntas durante el resto de la canción y ella
tropieza con mis brazos un par de veces, haciéndome reír. Después de la cuarta vez que
la vuelve a poner de pie, ella regresa con sus amigos y yo sigo bailando solo, levantando
los brazos sobre la cabeza mientras giro las caderas al ritmo de la música. Los rumores
de Neffex resuenan en mis oídos y miro hacia arriba, mordiéndome el labio para ocultar
la sonrisa en mi rostro cuando veo a Xander mirándome desde el otro lado de la
habitación. Está reclinado en su asiento, de espaldas a la barra y con las piernas bien
abiertas, ignorando a la chica ardiente y ardiente que toca su brazo mientras mueve sus
ojos sobre mi figura.
Celos, pequeña perra vil.
Espero que el bastardo engreído se siente sobre su trasero y espere a que me

acerque a él, pero no hace eso. En lugar de eso, se traga lo último de su bebida y le pasa
el vaso vacío, sin quitar ni una sola vez sus ojos de mi cuerpo mientras se levanta y
camina hacia mí.
"Eso fue malo", le digo, todavía moviendo mis caderas al ritmo de la música que
nos rodea.
"No me importa", bromea, deslizando sus manos sobre mis costillas para atraerme
hacia él. “Y tú tampoco”.
Sonrío para mis adentros y bajo mis brazos para envolverlos alrededor de su
cuello, disfrutando la forma en que su cuerpo duro se siente contra el mío suave. Él me
muele y me muevo con él golpe tras golpe, pasando valientemente mis manos por su
cabello desordenado para acercar su rostro al mío.
Noah nunca bailó conmigo así.
Nunca bailó conmigo y punto, nunca me invitó a comer pizza ni me sentó en el

capó de su auto junto a la playa, nunca me hizo reír hasta que me dolieran las entrañas ni
me miró como si fuera la chica más sexy que jamás haya visto.
Xander no tiene ese problema.
El hecho de que ni siquiera esté tratando de ocultar su hambre por mí me excita

más de lo que quiero admitir, y estoy bastante seguro de que estoy muy por encima de mi
cabeza.
No debería estar haciendo esto con él.
Él es malo y yo soy buena, o al menos eso es lo que se supone que debo ser, pero
ahora mismo me importa un carajo.
Desliza sus manos hasta mi trasero y gimo antes de que pueda detenerlo,
apretando más su cabello mientras dejo caer mis ojos en su boca. Mi corazón se acelera
y paso mi lengua por mis labios, deseándolo más que mi próximo aliento, pero demasiado
cobarde para soportarlo.
"Joder, cariño", dice con voz áspera, sonando tan emocionado como yo. "Quieres
que te bese, ¿no?"
Asiento sin pensar y él golpea su boca con la mía, hundiendo ansiosamente sus
dedos en mi trasero para atraerme más. No puedo acercarme lo suficiente y parece que
él siente lo mismo, porque entonces estoy en el aire y él nos mueve hacia la pared,
empujándome contra ella para atrapar mi cuerpo.
con su. Muerdo su labio y él gime en mi boca, bajando mi mandíbula con su mano libre
para abrirme para él. Su piercing se desliza por mi lengua y gimo de nuevo, agradecida de
que haya demasiado ruido aquí para que nadie excepto él pueda escuchar los ruidos que
estoy haciendo.
"Xan."
"¿Que bebe?"
"Llévame a casa."
Se congela ante eso, retrocediendo una pulgada para hacer rebotar sus ojos entre
los míos. "¿Qué?"
"Llévame a casa", repito, más lento esta vez. "Ahora."
Me mira fijamente durante diez segundos y casi creo que está a punto de decirme
que no, pero luego sonríe como el diablo que es y desliza su pulgar sobre su labio inferior,
tomando mi mano para sacarme hacia la salida. Salimos y giro a la derecha para dirigirme
al estacionamiento, congelándome cuando él me detiene y me lleva al primer taxi amarillo
estacionado al costado de la carretera.
“¿Qué pasa con tu auto?”
"Lo conseguiré mañana".
Me abre la puerta trasera y me hace entrar, dándole mi dirección al conductor

mientras él se sienta a mi lado. Frunzo el ceño ante la tela gastada debajo de mi trasero y
paso mi dedo por el agujero al lado de mi muslo desnudo, chillando cuando Xander me
agarra de la cintura y tira de mí para dejarme en su regazo.
"¿Qué demonios estás haciendo?" Siseo, pero él simplemente sonríe y separa mis
muslos para que quede a horcajadas sobre él.
"Oye", dice el conductor, estirando el cuello desde el asiento delantero para vernos.
“Devuélvela…”
Xander le pasa unos cuantos billetes de cincuenta dólares y él cierra la boca,

murmurando algo sobre niños jodidos y cachondos mientras se guarda el dinero en el
bolsillo y continúa conduciendo. Le arrugo la nariz y Xander vuelve a mirarme a los suyos
y se acerca para besar la curva de mi cuello.
“Ignóralo, cariño. Simplemente está celoso”.
"¿Celoso de qué?"
"El hecho de que seas mía y no suya", dice, moviendo las manos.
Me agaché para apretar mi trasero sobre mi vestido.
Mi coño palpita y aprieto mis muslos alrededor de él, clavando mis uñas en sus
hombros para aliviar algo de la presión. "Te dije que no soy tuyo".
"Aún", repite, chupando suavemente la carne debajo de mi oreja. “Pero lo serás.

Muy pronto.
Finjo que no dijo eso y paso mis manos por su pecho, deteniéndome para estudiar
la cruz de plata que cuelga de su cuello. Es claramente falso considerando que apenas
pesa, probablemente una de esas cosas que puedes comprar en la tienda de regalos en
la playa por unos pocos dólares, si acaso, pero la forma en que lo usa todos los días sin
excepción me hace pensar que vale la pena. más para él que cualquier diamante. Él me
permite hacer lo mío y muevo mis manos sobre sus hombros, luego hacia su cara para
pasar mis pulgares por los dos piercings circulares a cada lado de su nariz.
“¿Les dolieron?” Pregunto, bajando su labio inferior para ver la pequeña barra en
su lengua.
"No tanto como el otro".
Mi mano se congela en su boca y vuelvo a mirarlo.

"¿Dónde está el otro?"
Su sonrisa regresa ante el entusiasmo en mi tono y toma mi muñeca, moviendo

lentamente mi mano sobre sus abdominales y bajando hasta la cintura de sus jeans. Me
trago mi miedo y enrosco mis dedos debajo de la mezclilla, mis mejillas se calientan
cuando siento las dos bolas de metal allí mismo, en la punta de su polla. I
Miro hacia abajo y paso mi pulgar por el pequeño espacio entre ellos, aclarándome la
garganta cuando me doy cuenta de lo duro que está entre mis piernas.
“¿Esto también fue un desafío?” Supongo, y él asiente, respirando pesadamente

contra mi frente.
“Mi amigo Justin me obligó a hacerlo después de que lo desafié a etiquetar su

propia casa en Halloween el año pasado. Es un idiota”.
"Un imbécil más grande que tú, ¿quieres decir?"
Me pellizca el trasero y me río de él, sacando un poco más su cintura para ver
mejor este nuevo piercing. Paso dos dedos por la punta y los hago girar lentamente,
fascinada y excitada por la idea de cómo se sentiría dentro de mí.
"Jordyn", advierte, enredando sus dedos en mi cabello para acercar mi boca a la

suya. "Si sigues jugando así con mi polla, te subiré este vestido por el culo y te follaré aquí
mismo, delante de él".
Mis ojos se abren y dejo lo que estoy haciendo, mirando discretamente al conductor
por encima del hombro antes de volver a mirar a Xander.
Mierda.
"¿Te gusta que?" pregunta, y rápidamente sacudo la cabeza para negarlo, pero ya
me atrapó. "Pequeño diablo sucio", susurra, apretando más su agarre en mi trasero para
tirarme hacia él. "Frota tu coño en mi polla y hazte correrte. Quiero verte”.
Debo haber perdido la cabeza en algún lugar entre mi casa y este taxi, porque en
lugar de decirle que no como debería, lloro y envuelvo mis manos alrededor de su cuello,
incapaz de detener la forma en que mis caderas se mueven para perseguir la fricción que
él ofrece. Lo beso como si fuera mío y él mete su lengua en mi boca, inclinándose aún más
hacia atrás para apretar sus caderas contra mí.
Me está volviendo loca y está jodidamente ahí, pero está fuera de mi alcance y no puedo
agarrarlo lo suficientemente bien.
"Bebé", suplica. "Déjame tocar tu coño".

Asiento un poco más rápido de lo necesario y él pasa su pulgar por mi clítoris, gimiendo una
maldición cuando siente lo mojada que estoy por él. Le tapo la boca con una mano y giro mi cabeza
sobre mi hombro, haciendo una pequeña mueca cuando veo los ojos del conductor en la vista trasera.
Su rostro se enrojece y se aclara la garganta, desviando la mirada mientras se mueve en su asiento.
Xander se ríe contra mi mano y vuelvo a mirarlo, sacudiéndome contra él cuando aumenta la presión
sobre mi clítoris.
"Joder", digo, tirando de su cabeza hacia atrás por el cabello para besarlo de nuevo.
"Necesito más, Xan".
Me lame la lengua y retuerce la mano entre mis piernas, deslizando un solo dedo dentro de
mí para darme lo que le pedí. Clavo mis uñas en su cuero cabelludo y le muerdo los labios, haciendo
rodar descaradamente mis caderas sobre su regazo para perseguir el efecto. Su pulgar encuentra mi
clítoris de nuevo y mi boca se abre, mis ojos se ponen en blanco mientras me desmorono de adentro
hacia afuera. Me dejo caer sobre su pecho y apoyo mi frente contra la suya, sacudiendo la cabeza
cuando veo la estúpida sonrisa en su rostro.
"¿Qué diablos me estás haciendo, chico nuevo?"
"No lo sé, pero me gusta".
Pongo los ojos en blanco ante eso, bajando la cabeza para ocultar mi propia sonrisa porque
sí, creo que a mí también me gusta.
14
Xander
La puerta de su habitación choca contra la pared y ella tropieza en mis brazos,

aferrándose a mi nuca para mantenerse firme. Arranca mi ropa como si la ofendieran y
aprieta el dobladillo de mi camiseta, levantándola por encima de mi cabeza para tirarla al
suelo. Tomo su cintura y la llevo hacia la cama, empujándola hacia abajo para mover mis
ojos sobre su cuerpecito caliente. Sus piernas se abren sin instrucciones y apenas contengo
mi gemido, arrodillándome en el borde de la cama entre sus muslos para pasar mi mano por
mi polla a través de mis jeans.
Ella sigue sorprendiéndome y me gusta.
Me gusta muchísimo.
Se muerde el labio como si estuviera considerando algo y luego se acerca para

apagar la lámpara de la mesita de noche, frunciéndome el ceño cuando le agarro la muñeca
para detenerla.
"¿Qué?"
"Quiero verte", le digo, empujándola hacia atrás para abrir el botón de mis jeans.
"Todos ustedes."
Ella traga y se apoya en los codos, mirándome con curiosidad mientras me bajo la
cremallera para darle a mi polla un poco de espacio para respirar. He estado duro desde el
momento en que ella me rodeó con sus piernas en el agua esta noche, y solo verla extendida
debajo de mí de esta manera no ayuda a mi estado de cordura.
Le levanto el vestido hasta las costillas y se lo paso por la cabeza, arrojándolo

sobre la alfombra rosa bebé en el suelo junto a mi camisa. Su dormitorio es
inmaculado y enorme, al menos cuatro veces el tamaño de mi habitación en la casa
de mis padres. Tiene una de esas camas con dosel, hechas con sábanas blancas y
cojines rosas, un sofá esquinero blanco al otro lado de la habitación con una mesa
de café y tres cuadros caros colgados en la pared encima, y un tocador blanco
detrás. Yo con un ramo fresco de flores rosadas encima.
"Bonito apartamento, princesa", bromeo, inclinándome sobre ella para

provocar su pezón con el pulgar.
"Cállate", se ríe, envolviendo su mano alrededor de mi nuca para acercar mi

boca a la de ella. “Ni siquiera me gusta esta habitación. Esto es exactamente lo que
mi diseñador de interiores cree que me gustaría”.
"Tu diseñador de interiores", repito, deslizando la barra de mi lengua sobre su labio.

"Pobre niña rica".
“Dice el chico del Camaro”, responde, chillando cuando le digo.

Pellizco su pezón entre mis dedos.
Su espalda se arquea ante mi tacto y paso mi mano por su estómago,

deslizando dos dedos sobre su clítoris mojado para empujarlos dentro de ella. Ella
gime y levanta su trasero de la cama, pero no me deja libre.
“Tienes dinero”, señala. "Mucho, creo".
Beso la vena de su cuello y ella tira de mi cabello, tirando de mi cabeza hacia

atrás hasta que me veo obligado a mirarla. Puedo decir que quiere preguntar a qué
se dedican mis padres, pero no tengo ganas de hablar de eso mientras la follo con
los dedos, por eso decido distraerla con mi lengua. Lamo el valle entre sus pechos y
ella gime, automáticamente girando sus caderas para follar mi mano.
"Buena chica", le susurro, robándole otro beso en la boca antes de bajar para
acostarme entre sus piernas. "Levántate sobre tus codos y mírame comer tu coño".
"Jesús, Xan", sisea, con las mejillas sonrojadas, pero creo que le gusta.
cuando hablo así.
Bajo mi cabeza y deslizo mi lengua sobre el interior de su muslo, sonriéndome

cuando ella me mira y golpea mi cabeza con su rodilla para llevar mi boca a donde
quiere. Enrosco mis dedos dentro de ella y beso el borde de su coño, provocándola así
por un minuto, luego le doy lo que quiere y lamo su clítoris hasta que olvida lo mucho
que no le gusto.
"Mierda", se ahoga, y rápidamente se tapa la boca con una mano para detenerse.
Me río ligeramente y levanto la mano para tomar esa misma mano, moviéndola
hacia mi cabeza para que pueda pasar sus dedos por mi cabello. Ella pasa sus uñas
por mi cuero cabelludo y paso mi piercing sobre la bola de su clítoris, disfrutando de los
ruidos silenciosos que salen de su garganta mientras ella empuja mi cara hacia su coño.
Ella me está ocultando algo y lo sé, pero no la apresuro ni le digo

venir.
Me la comería toda la noche si me dejara.
Deslizo mi mano libre sobre su estómago y pellizco su pezón, haciéndolo girar

entre mi pulgar y mi dedo índice. Sus gemidos se hacen más fuertes y ella inclina su
cabeza hacia atrás sobre sus hombros, apretando su agarre sobre mi cabello mientras
cierra sus muslos alrededor de mi cabeza. Me pica el cuero cabelludo y gimo, amando
su sabor mientras se corre sobre mis dedos. Lamo la humedad de su coño y ella
empuja mi cabeza, cayendo de espaldas con el cabello extendido como un halo
desordenado alrededor de su cabeza.
Es curioso considerando que estoy a punto de sacarle el ángel.
Ella sonríe como si lo supiera y yo le devuelvo la sonrisa, apretando su cadera

mientras paso mi lengua por la curva de su cintura. Planeo lamer cada centímetro de
su cuerpo hasta que me ruegue por mi polla, pero luego succiona su estómago y la
miro, sin perderme la forma en que puedo ver sus putas costillas asomando debajo de
su carne.
"Para de hacer eso."

"¿Haciendo qué?" pregunta, frunciendo el ceño cuando me acerco para ocupar su espacio.
"Eso." Le golpeo el ombligo y le cepillo el pelo detrás de la oreja cuando noto la tristeza en
sus ojos. "Joder, cariño, ¿no sabes lo perfecto que es tu cuerpo?"
Ella duda y luego niega lentamente con la cabeza. Aprieto los dientes y agarro su
mandíbula para detenerla, moviendo suavemente mi mano hacia la parte posterior de su cuello
para sostener su frente contra la mía.
"Exhalar."
Ella no lo hace, y juro por Dios que podría matar al maldito Noah Campbell.
"Por favor, Jordyn."
Ella traga pero finalmente hace lo que le dicen, viéndose tan insegura.
que mi corazón sufre físicamente por ella.
En ese momento, decido que me la quedaré para mí, más que nada porque quiero, pero
también porque, a la mierda, esto.
No necesita que esos desagradables hijos de puta le llenen la cabeza con esta mierda.
Ahora no, ella me tiene.
“¿Xan?”
"¿Que bebe?"
"Odio cuando me llamas Jordyn".
Arqueo una ceja ante eso, bajando la cabeza para provocar su boca con la mía.
"¿De la misma manera que odiaste cuando te lamí el coño hace un momento?"
Ella asiente y yo sonrío, pasando lentamente mis dedos sobre su estómago para deslizar
uno dentro de ella. Sus caderas se mueven y las sujeto con las mías, girando la mano entre sus
muslos para agregar una segunda.
"Quiero poner mi polla aquí, princesa", le digo, frotando mis jeans contra la
parte interna de su muslo para mostrarle lo duro que me pone. “¿Me dejarás?”
Ella asiente de nuevo y me muevo para agarrar el único condón que guardo
en mi billetera, mirándola cuando toma mi mano para envolver el paquete con su
puño.
"¿Qué?"
"Yo..." se calla, rodando hacia un lado para tomar algo del cajón de su mesa
de noche.
Frunzo el ceño y me inclino para ver lo que está haciendo, sonriéndome

cuando veo la única llave adjunta al llavero del diablo morado que dejé en su auto
hace unas semanas. Ella aparta mi cabeza cuando me pilla mirando y cierra el
cajón, recostándose boca arriba para pasarme un trozo de papel.
"¿Qué es esto?"
“Me hice la prueba después de descubrir que Noah me engañó”, explica,

mordiéndose el labio como si fuera algo de lo que debiera avergonzarse. "Yo, eh...
estoy en el tiro".
"Jordyn", le advierto, casi estallando en mis jeans al pensar en lo que me

está ofreciendo.
“¿Alguna vez lo has hecho sin condón?”
"No, pero no me han hecho la prueba en algunas semanas".
Ella asiente y se sienta un poco, extendiendo la mano entre sus piernas para
empujar mis jeans sobre mi polla. "Estará bien."
"Estas s"
"Joder, por favor, Xan", interrumpe, bajando los ojos para pasar el pulgar
por la punta. “Quiero sentirlo”.
Maldita sea, maldita sea.

Tiro el papel sin mirarlo y la empujo hacia abajo, despojándome rápidamente

del resto de mi ropa antes de volver a ocupar mi lugar entre sus piernas. Me apoyo
sobre un codo al lado de su cabeza y aprieto la base de mi polla, frotándola sobre su
coño unas cuantas veces para mojarla. Deslizo deliberadamente mi piercing sobre su
clítoris y ella gime, levantando ansiosamente su trasero de la cama en un intento de
meter la punta. Lo retiro un poco para negárselo y tomo su boca con la mía, disfrutando
del pequeño gruñido impaciente que sale. su garganta.
"Xan"
Lo empujo dentro de ella con un fuerte golpe y ella grita, clavando bruscamente
sus uñas en la parte posterior de mi cuello para atacar mi lengua con la suya. Gimo al
sentirla y deslizo mi mano debajo de su trasero, apretando la suave carne para follarla
un poco más profundo.
“Dios mío”, grita. "Mierda."
Asiento con la cabeza y chupo su labio inferior, amando la forma en que su

coño desnudo se siente envuelto alrededor de mi polla. Sus paredes apretadas se
aprietan a mi alrededor y aprieto su trasero, cerrando los ojos con fuerza cuando me
doy cuenta de que ya está a punto de correrse.
"Joder, Jordyn", digo, guiándola a través de esto lo mejor que puedo sin
Estando como una virgen de trece años.
Finalmente deja de temblar y abro los ojos para mirarla, riendo ligeramente
cuando veo la sorpresa en su rostro.
"¿Cómo hiciste eso?"
"Bebé, no lo hice a propósito".
"Maldita sea", susurra, sin siquiera molestarse en ocultar la gran sonrisa en su rostro.
su cara. "Me gusta tu amigo Justin".
Sacudo la cabeza y ella pasa sus manos por mi pecho, empujándome un poco
hacia atrás para que me mueva. Capto la indirecta y me dejo caer de espaldas a su
lado, tomando su cintura con una mano para guiarla encima de mí. Al principio creo
que quiere montarme, pero luego se arrodilla entre mis piernas y envuelve su pequeña
mano alrededor de la base de mi polla.
"¿Qué estás haciendo?"
"Quiero chuparte la polla", dice simplemente, bajando la cabeza para hacer girar
su lengua alrededor de mi piercing.
Jesucristo.
Golpeo mi cabeza contra la cabecera y ella se ríe de mí, abriendo la boca para
llevarme lo más lejos que pueda sin ahogarse. Soy un jodido coño para esta chica y
estoy a punto de correrme por su garganta, por eso recojo su cabello en una cola de
caballo improvisada en la parte superior de su cabeza y tiro, agarrando mi polla con mi
mano libre para tocarla. el labio inferior con él.
"Sácame la lengua".
Ella lo hace y lo deslizo por encima, eligiendo un lugar en el medio.

a unos dos centímetros del final.
Justo ahí.
Ahí es donde lo pondré.
"¿Qué estás pensando?"
"Perforándote la lengua", admito, sonriendo cuando sus cejas saltan de horror.
"¿Disculpe?"
"Me escuchas."
Ella arruga la nariz y la atraigo hacia mí, rozando mis labios contra los de ella
mientras la levanto para colocarla a horcajadas sobre mis caderas. Alineo mi polla con
su coño y ella se hunde sobre él, inclinándose sobre mí para envolver su mano
alrededor de mi collar. Ella me aprieta y yo la follo, deslizando mis manos por sus
costados para apretar su cintura.
"¿Para qué es la llave, princesa?"
"No es asunto tuyo", bromea, chillando cuando la giro para que se acueste boca
arriba. "¡Xan!"
Empujo mi polla dentro de ella y escupo en mi pulgar, moviéndolo hacia abajo entre nosotros
para frotar su clítoris. Eso la enfada y gime, casi arrancándome el pelo mientras acerca mi cara a la
suya.
"Bebé", digo con voz áspera. "Tu coño se siente tan jodidamente bien".
Ella gime y bajo la cabeza para besarla, pero no es un beso dulce.

Es salvaje, enloquecido y necesitado como la mierda, y no pasa mucho tiempo antes de que sus piernas
empiecen a temblar de nuevo.
"Joder", maldice, echando la cabeza hacia atrás cuando aumento la presión sobre su clítoris.
La follo más fuerte y deslizo mi lengua sobre el borde de su mandíbula, bajando para clavarle
los dientes en el cuello. Chupo la carne sensible allí, pero me detengo antes de marcarla, sabiendo
que se enfadará conmigo si se despierta con un chupetón en la mañana, pero luego grita y aprieta
con más fuerza mi cabello, sujetándome. sobre ella como si me estuviera rogando que no parara.
Gimo contra ella y ella vuelve a correrse, apretando sus muslos a mi alrededor de una manera que
me vuelve loca. Su coño aprieta mi polla y no podría aguantar aunque quisiera. Sujeto sus caderas
con las mías y me corro dentro de ella, cayendo sobre ella con un codo apoyado al lado de su
cabeza. Nuestra respiración agitada se mezcla y ella me mira fijamente, pasando suavemente sus
uñas por la nuca.
"¿Es esta la parte en la que me abandonas y no vuelves a hablarme nunca más?" bromea,
pero no extraño la vulnerabilidad que hay debajo de la superficie.
"Dime que perdiste a propósito".
Ella frunce el ceño ante eso, echando su cabeza hacia atrás para hacer rebotar sus ojos
entre los míos. "¿Qué?"
"El juego, princesa", le recuerdo, levantando la mano para pasar el pulgar por la vena de su
cuello. “Dime que querías esto. Dime que me querías”.
Ladea la cabeza y abre la boca para decir algo, pero luego su teléfono
suena en algún lugar a nuestro lado y mira en esa dirección, inclinándose
sobre el borde de la cama para agarrarlo del suelo. Toca el botón para detener
el cronómetro y lo deja en su mesita de noche, dudando un segundo antes de
girarse para mirarme.
"Lo siento, chico nuevo", bromea, poniéndose una manta rosa sobre el
pecho mientras se acerca para hablar sobre mis labios. "Parece que no tienes
suerte".
15
jdyn
“¿JJ?”
Gimo de molestia y abro los ojos, entrecerrándolos hacia la suave luz de mi

habitación para comprobar mi entorno. Los recuerdos de anoche vuelven a mí y levanto
la cabeza del sólido cofre en el que he estado durmiendo, tapándome la boca con una
mano cuando me doy cuenta de lo que está pasando. Estoy desnuda, él está desnudo,
nuestros cuerpos enredados en las sábanas con sus brazos alrededor de mi cintura y mi
muslo encajado entre los suyos.
“¡JJ!” Mi madre vuelve a llamar, esta vez tocando más fuerte. “Sé que estás ahí.
¿Por qué está cerrada tu puerta?
Oh, mierda.
"Sólo un segundo, mamá", le respondo, dándome exactamente tres

Segundos para despertar y pensar en un plan.
Golpeo el pecho de Xander para que se mueva y salte de la cama, corriendo

silenciosamente hacia mi baño para agarrar mi bata de seda del gancho en la parte
trasera de la puerta. Me lo pongo sobre los hombros y me apresuro a recoger la ropa
desechada del suelo, lanzándola a mi armario antes de cerrar la puerta para esconderla.
Me doy vuelta para revisar la habitación y me ato la bata alrededor de la cintura, apretando
los dientes ante Xander cuando lo pillo sonriéndome con los brazos cruzados debajo de
la cabeza y su dura polla descansando sobre su estómago.
Fóllame, está... muerto.

Estaría jodidamente muerto si mi mamá lo pilla aquí.
Abre la boca para decir algo y agarro un puño de su cabello.

empujándolo fuera de la cama para dejarlo caer detrás de ella. "Permanecer allí."
"Joder, ay, bebé..."
Lo golpeo de nuevo para que se calle y cubro su cuerpo con la manta, tirando rápidamente
el condón sin usar del colchón antes de moverme para abrir la puerta.
Ella nunca está en casa los fines de semana, apenas está aquí entre semana y, sin
embargo, la única vez que decide aparecer en mi habitación a las nueve de la mañana un
domingo por la mañana resulta ser la única vez que escondo a un niño aquí.
El mismo chico al que dejé que me follara hasta dejarme sin sentido anoche después de conocerlo
durante exactamente tres semanas.
Joder, esto es mortificante.
“Te he estado llamando durante diez minutos”, dice mi madre, vestida con un vestido azul
marino hasta las rodillas y con las manos apoyadas en las caderas. "¿Por qué no te has levantado
todavía?"
"Lo siento", digo sin convicción, apoyando mi hombro contra el marco de la puerta para
bloquear su vista de mi cama.
"¿Qué le pasó a tu pelo?"
"Yo, uh... fui a la playa anoche", admito, fortaleciéndome interiormente.

Yo mismo por las consecuencias. “Se mojó”.
"¡¿En el mar?!" ella chilla. “¿Qué diablos te pasa? Hacer

¿Sabes lo repugnante que es eso?
"Es sólo agua salada, mamá", murmuro, conscientemente levantando la mano.

para tocar los extremos enredados. "Estará bien tan pronto como me lave"
"No te molestes", interrumpe, sacando su teléfono de su bolso para tocarlo. "Llamaré a

Gabriella y haré que venga para darte una profunda
condición. Ella puede colorear tus raíces mientras esté aquí. Deberías habértelos hecho
hace al menos dos semanas.
Mi mandíbula hace tictac y cruzo los brazos sobre el pecho, observándola en

silencio mientras ella hace su llamada.
Soy rubia por naturaleza, así que apenas puedes ver mis raíces a menos que mires
muy de cerca, pero no me molesto en defenderme de la nunca equivocada Elizabeth
James.
Ya sé cómo funciona ese juego y nunca gano.
Cuelga a nuestro estilista y miro por encima del hombro, comprobando

discretamente que Xander todavía está fuera de vista antes de volverme hacia ella. “¿Estás
aquí para quedarte?”
“No, sólo quería hablarte sobre estas tonterías de Washington antes de partir hacia
Nueva York esta tarde. ¿Estás libre para almorzar temprano a las once y media?
Trago y parpadeo para quitarme las estúpidas lágrimas de los ojos, y asiento sin
pensar en señal de acuerdo. "Seguro."
"No me mires así, JJ", resopla, poniendo los ojos en blanco con molestia. “Una
carrera en fotografía…”
"Mamá", siseo, diciéndole de mala gana lo que quiere escuchar para callarla.
“Estoy trabajando en mi ensayo de solicitud para Princeton, ¿de acuerdo? Estoy haciendo
todo lo que me has pedido. ¿Podemos hablar de esto más tarde?
"¿Por qué estás actuando tan extraño?"
"No lo estoy", miento, pero mis mejillas están ardiendo y no me sorprendería

si pudiera ver mi pulso golpeando contra el costado de mi cuello.
"Hablé con Noah anoche", me informa, escaneando mi rostro para comprobar mi

reacción. “Me dijo que hay un chico nuevo en la escuela que te ha estado molestando,
incluso acosándote . ¿Es eso cierto?"
Jesucristo.
"No."
"¿Está seguro?" pregunta, claramente sin creerlo. "Porque siempre podemos obtener
una orden de restricción si se trata de un problema..."
"Mamá, para", suplico, deseando que el suelo se abriera y me tragara entero. "No hay
problema, lo prometo".
Se levanta un poco más y pasa su lengua por sus carillas perfectamente rectas,
moviendo lentamente sus ojos sobre mi forma para comprobar si hay mentira.
"Bien." Ella asiente, afortunadamente dejándolo pasar. “Gabriella estará aquí en una hora.
Deja que te rice el pelo y te maquille, luego nos vemos abajo a las once y cuarto. Tendré un
auto esperando afuera para llevarnos a almorzar”.
"Está bien", digo en voz baja, forzando una pequeña sonrisa para complacerla porque
eso es lo que hacen las buenas hijas.
Ella finalmente se va y libero el aliento que estaba conteniendo, cerrando la puerta

nuevamente en caso de que decida regresar por algo más. Me aprieto la bata alrededor de la
cintura y camino hacia el otro lado de mi cama, riendo ligeramente cuando encuentro a Xander
acostado boca arriba con la cabeza apoyada en mi mesa de noche y su mano en su pene.
"Ven a sentarte en mi regazo, princesa".
"No es posible, chico nuevo". Sacudo la cabeza y me quito la manta.

el suelo para tirarlo sobre mi colchón. "Necesitas irte."
Finge un puchero y se mueve para pararse justo frente a mí, tan cerca que su polla
asoma mi ombligo a través de la seda. "¿Estás bien?"
“¿Por qué no lo estaría?”
Se encoge de hombros y levanta mi barbilla con su dedo índice, claramente sin saber
qué decir. "Tu mamá parece..."
"¿Lindo?" —ofrezco, haciéndolo reír.

"Si, eso."
“¿Xan?”
"¿Que bebe?"
"¿Por qué sigues desnudo?"
“Porque arrojaste mi ropa en tu armario”, me recuerda,

mirando mis labios mientras pasa su dedo por el inferior.
"Oh. Bien." Me aclaro la garganta y me alejo para agarrarlos.
Usa el baño rápidamente y luego se sienta en mi cama para ponerse los jeans,
mirándome por debajo de sus pestañas cuando me sorprende mirándolo. "¿Qué?"
"Te quedaste a dormir".
"Lo sé."
"¿Haces eso con todas las chicas con las que vas a casa?"
“No”, dice simplemente, levantándose para ponerse la camisa por la cabeza. “Quiero
decir, hubo una chica hace unas semanas, pero fue un completo accidente. Le pedí que se
fuera tan pronto como me di cuenta de que todavía estaba allí y me dio un puñetazo en la
boca. Luego su hermano mayor me dio un puñetazo en la nariz y me puso el ojo morado
con el que me mudé aquí. Maldito imbécil”.
Mis cejas saltan y me paso una mano por la boca, intentando ocultar mi risa pero
fallando.
"¿Crees que eso es gracioso?"
"No."
Él levanta una ceja y se acerca a mí, deslizando sus manos alrededor de mi

cintura para atraerme hacia él. "Quería llevarte a desayunar".
"¿Por qué?"
"No sé." Él frunce el ceño, pareciendo tan confundido por el hecho como yo.
“¿Quieres dejar a tu linda madre y escaparte conmigo? Te compraré panqueques”.
Sonrío y sacudo la cabeza hacia él, tomando su mano entre las mías para llevarlo
hacia la puerta. Miro a ambos lados para comprobar que no hay moros en la costa y luego
lo llevo al pasillo, deseando secretamente poder hacer que lo que sea que haya entre
nosotros dure un poco más. Sin embargo, no puedo hacer eso y no soy tan ingenuo como
para creer que no pasará a buscar a otra persona ahora que le he dado lo que quería. Mi
estúpido corazón duele un poco al pensarlo, pero lo apagué tan rápido como vino.
Xander Reid es un jugador.
Un chico malo que es discreto y peligroso y no es para mí.
Tengo que recordar eso.
Llegamos a la puerta de entrada y él me saca con él, ocultándome detrás de su

cuerpo mientras me quita el pelo de la clavícula. "No te enojes", dice. "Pero hay un
pequeño chupetón en tu cuello justo ahí".
"¡¿Qué?!" Susurro un grito, levantando la mano para cubrir el lugar. "¿Por qué
diablos me harías eso?"
"Traté de detenerlo", se ríe, alejando mi mano para pasar su pulgar por la marca.
"No me dejaste, ¿recuerdas?"
Mis mejillas arden y golpeo su pecho, entrecerrando los ojos cuando él continúa
riéndose de mí.
"Te odio tanto."
"No te creo", bromea, inclinándose sobre mí para ocupar mi espacio.

"¿Me das tu número?"
"No."
"¿Puedo tener un beso?"
"NORTE"
Agarra mi cintura y atrae mis caderas hacia las suyas, lentamente rodeando mi
espalda con sus brazos para sostenerme contra él. "Te reto."
Pongo los ojos en blanco y agarro su mandíbula, acercando su rostro al mío

para darle lo que quiere. Me digo a mí misma que lo bese una vez y me alejo como lo
hice en el estacionamiento de la escuela la primera vez, pero mi estúpido cuerpo
parece estar actuando por sí solo. Abro la boca para él y él recorre la milla, deslizando
su lengua sobre la mía como si estuviera tratando de arruinarme desde adentro hacia
afuera. Su piercing me hace gemir y envuelvo mis manos alrededor de su cuello, pero
entonces la voz elevada de mi madre suena desde algún lugar dentro de la casa y
salto, alejándome de él para limpiarme la boca con la mano. Me guiña un ojo y le
empujo el trasero, dándome la vuelta para regresar al interior antes de que vea la
sonrisa en mi cara. Cierro la puerta y me dejo caer sobre ella, inclinando la cabeza
hacia atrás sobre la madera para tocarme los labios con las yemas de los dedos.
Maldito sea.
dieciséis
jdyn
"Quiero detalles", dice Kian, dejándose caer a mi lado en nuestra mesa superior en
la parte trasera de la enorme cafetería.
"No."
"Pero, cariño", se queja, haciendo un puchero dramáticamente al más puro estilo

Kian. "Pensé que era tu mejor amigo".
Arqueo una ceja ante eso, tomando la botella de agua que me pasa para quitarle la
tapa. "¿Desde cuando?"
"Dado que Penélope es una puta y yo soy la mejor opción", bromea,

robando un tomate pequeño de mi plato para echárselo a la boca.
"No la llames puta, Ki".
“Uf, eres tan buena persona”, se queja, arrugando la nariz.

con fingido disgusto. "Yo ya la habría abofeteado si fuera tú".
"Si descubrieras que ella estaba jodiendo a Trav, ¿te refieres?"
Su mandíbula hace tictac y sonrío para mis adentros, tomando el tenedor del plato para
terminar de comer mi ensalada.
Fue un golpe bajo de mi parte, lo sé, pero al menos me roba su atención.
Durante treinta segundos.

“¿Realmente no me vas a decir qué pasó en tu cita con

¿El chico malo y atractivo?
“Ya te dije que no pasó nada”, murmuro, mintiendo entre dientes porque nadie, y
quiero decir nadie, podrá enterarse jamás de lo que hicimos el sábado por la noche.
"¿Ah, de verdad?" Él saca, claramente sin comprar la mierda que estoy vendiendo.
a él. "Porque"
"Kian, déjalo", dice una voz detrás de nosotros, y Kian cierra la boca, reclinándose
en su asiento para mirar a mi exnovio por encima del hombro.
"Estamos hablando, Noé".
“No, estamos hablando, tú te vas”, dice simplemente, levantando la barbilla para

despedirlo. "Ahora."
Kian niega con la cabeza y se levanta para hacer lo que le dice, apenas logrando
ocultar el dolor en su rostro mientras camina hacia las puertas dobles al otro lado de la
habitación. Me muevo para ir tras él, pero Noah me agarra la muñeca, lo suficientemente
fuerte como para mantenerme aquí, pero no lo suficiente como para lastimarme.
"Siéntate."
"¿Qué demonios te pasa?" Siseo, soltándome de su agarre para mirarlo. “Sabes

lo sensible que es y lo tratas como una mie…”
"Cállate sobre el puto Kian, JJ", dice, moviendo su pierna para sentarse a
horcajadas en el banco a mi lado. "¿Qué está pasando entre tú y Xander Reid?"
“Nada”, respondo, pero no creo que me crea.
"Tienes que mantenerte alejado de él".
"Y debes mantenerte alejado de mí", respondo, ignorando su comentario por

completo. "Ah, y deja de delatarme con mi mamá mientras estás
en ello”.
"No te delaté", argumenta. “Ella me preguntó cómo estabas y le dije la verdad”.
En otras palabras, ella le preguntó cómo le estaba yendo a él todo el asunto de volver
a estar juntos y él le dijo que no, lo mismo que pasó entre ella y yo ayer durante el almuerzo.
Todo salió exactamente como esperaba: ella casi me suplicó que lo perdonara y se enojó
cuando le dije que no, luego me sermoneó sobre la universidad y la importancia de la imagen
y yo la escuché con la boca cerrada, toqueteando sin pensar. mi comida mientras soñaba
despierto con Xander y todo lo que habíamos hecho juntos la noche anterior.
"Quise decir lo que dije sobre Reid, JJ", dice Noah en voz baja, su advertencia
claro. “He visto la forma en que te mira y no me gusta. Es un bicho raro”.
"Él no es un bicho raro", murmuro, bajando la cabeza para jugar con el dobladillo de
mi falda. "Él es simplemente... diferente".
“¿Por qué lo defiendes?” Frunce el ceño y echa la cabeza hacia atrás cuando no digo
nada. "¿Te gusta ?"
Pongo los ojos en blanco y me levanto para irme, terminé con esta conversación
porque no me gustan las respuestas a sus preguntas. Me deja ir sin luchar y salgo al pasillo
para encontrarme con Kian, sonriéndole cuando lo veo hablando con Travis junto a su casillero.
Kian le devuelve la sonrisa y Travis sigue su línea de visión, mirando algo por encima de mi
hombro con la mandíbula cerrada. Se mueve como si estuviera a punto de hacer algo pero
Kian lo detiene, bloqueando su camino con una sola mano en sus abdominales. Los dejo así
y me dirijo a mi propio casillero, evitando deliberadamente todo contacto visual mientras recojo
mis libros para mi próxima clase.
Siento que todos me están mirando.
Como si estuviera caminando con un gran cartel en mi espalda que dice: Me follé a
Xander Reid y me gustó.
Sé que probablemente estoy siendo paranoico, pero no ayuda que el propio bastardo
siga mirándome cada vez que nos cruzamos, sonriéndome con una mirada que dice Sé a qué
sabe tu coño.
Es una distracción.
Y caliente.
Y estoy bastante seguro de que nunca recuperé la cabeza después de que me la robó
la otra noche porque, mierda.
¿Qué me está pasando?
Justo cuando lo pienso, el sonido de su risa suena desde algún lugar a mi lado y miro
en esa dirección, inmediatamente deseando no haberlo hecho cuando lo veo hablando con Amy
Brennan al final del pasillo. Mis cejas se estrellan en el centro y parpadeo, luchando por ignorar
el hueco que se forma en mi estómago al verlos juntos. Ella está parada de espaldas a mí y él
está apoyado contra la pared frente a ella, mirándola con la cabeza ladeada divertido mientras
ella apoya una mano en su cadera y mueve su cabello rubio claro sobre su hombro. Ella es la
prima menor de Noah, la hija del sheriff y nuestra presidenta del cuerpo estudiantil, la buena
chica perfecta para que él la corrompa con su estúpida lengua y su boca sucia. Él mueve sus
ojos sobre su forma y dejo escapar una burla, sacudiendo la cabeza mientras abandono mi
casillero para ir al baño.
Por supuesto, yo no era más que un cuerpo para que él lo follara, un juego que él debía
ganar antes de pasar al siguiente. Lo sabía y él nunca me dijo lo contrario, así que no sé por qué
estoy tan enojado por eso.
Me lavo las manos en la encimera del baño y miro mi propio reflejo, enojada conmigo
misma por permitirle llegar a mí de esta manera. Estoy completamente de acuerdo con fingir que
él no existe cuando vuelvo a salir porque se jode, pero entonces alguien se cuela por la puerta y
fuerzo mis rasgos a igualarse, saltando fuera de mi piel cuando dos manos grandes agarran mi
cintura. desde atrás.
"¡Xan!" Chillo, abriendo mucho los ojos cuando él me apresura hacia el puesto más
grande al final. "¡Dios mío, no puedes estar aquí!"
Él me ignora y cierra la puerta detrás de nosotros, apoyándome contra la pared

izquierda para sujetar mi cuerpo al suyo. Mi corazón se acelera y lo miro fijamente,
estúpidamente gustándome su apariencia con su corbata negra suelta alrededor de su
cuello y su camisa blanca colgando de sus pantalones.
"Oye", dice, levantando suavemente mi barbilla con su dedo índice. "¿Porque estas
molesto?"
"No estoy molesto", miento, cruzando los brazos sobre el pecho para fingir
indiferencia. “E incluso si lo fuera, no es asunto tuyo. No soy asunto tuyo”.
"¿Está bien?" se burla. "¿Ya no te gusto?"
"Nunca me has gustado de todos modos."
Hace un zumbido y se acerca, moviendo lentamente mi cabello del cuello para

inspeccionar el maquillaje que cubre el chupetón que me dio.
Mis mejillas arden con sus ojos puestos y tengo que obligarme a seguir respirando,
deseando que no me afectara de esta manera pero amándolo de todos modos.
Me hace sentir viva y lo anhelo como una droga.
"Creo que eres un mentiroso", reflexiona, y casi estoy de acuerdo con él, pero
luego recuerdo lo que estaba haciendo hace cinco minutos y salgo de allí.
“¿Qué le pasó a Amy?”
"¿Quién es Amy?"
Mis cejas se arquean y lo miro, buscando en su rostro la broma o la burla, pero no

hay ninguna.
Realmente no sabe de quién estoy hablando.
"Ella es la chica rubia con la que estabas hablando hace un momento", murmuro.
Inmediatamente me arrepiento cuando veo la estúpida sonrisa en su rostro.
"¿Estás celoso?"
"¿Te la vas a follar?"
Su sonrisa se amplía y apoya su antebrazo en la pared sobre mi cabeza, llenando mi

espacio con su altura, su cuerpo y esos magnéticos ojos color avellana que me hacen querer
derretirme por él.
Ya basta, J.J.
“Me vio fumando en el estacionamiento después del último período y amenazó con
decírselo a mi tía”, explica, mirándome fijamente a los ojos mientras pasa un dedo por mi labio
inferior. “No la quiero, cariño. Ella no tiene nada que ver con lo que siento por ti.
"¿Como te sientes por mi?"
"Como si quisiera besarte hasta que no puedas respirar".
Mi boca se abre pero la cierro de nuevo, confundida y un poco excitada por su honestidad
sin filtros.
Yo, sin embargo, no tengo nada de eso.
"No quiero que me beses".
"¿Seguro?"
Asiento una vez, pero él no me empuja como esperaba que lo hiciera. En lugar de eso,
ladea la cabeza y se aleja de mí, estirándose para abrir la puerta detrás de él. Levanto una ceja y
lo veo abrirla, pasando mi lengua por el lugar que estaba tocando mientras me preparo para que
se vaya.
Una parte de mí sabe que está mintiendo, poniéndome a prueba para ver qué hago al
respecto, pero la otra parte está aterrorizada de que realmente haya terminado conmigo, y no me
gusta esa parte.
Sin pensar demasiado en ello, le agarro la corbata torcida y lo tiro hacia mí, envolviendo
rápidamente la tela alrededor de mi puño para hablar por encima de sus labios. "Si le cuentas a
alguien sobre esto, arruinaré tu vida".
Él sonríe ante eso, sosteniendo mis ojos mientras arrastra mi muslo hasta su cintura. "Tal
vez arruine el tuyo".
Y que me jodan, tal vez lo haga.
Acerco su boca a la mía y él gime, deslizando su mano debajo de mi falda para apretar mi
trasero. Mis caderas se mueven y arqueo mi espalda para él, pasando mis manos ansiosamente por
su cabello mientras él frota su cuerpo contra el mío. Él cumple su palabra y me besa hasta que me
quedo sin aire, luego mueve su boca hacia mi mandíbula y hacia la curva de mi cuello.
"¿Sabes cuántas veces he pensado en follarte con este uniforme?" Pregunta, enganchando
su dedo debajo de mi tanga para tirarlo hacia un lado.
"No me estás jodiendo aquí mismo".
"Entonces, más tarde", dice con voz áspera, casi suplicando. "Déjalo puesto y reúnete conmigo
después de la escuela para que pueda volver a meter mi polla dentro de ti".
Gimo y abro la boca para decirle que haré lo que él quiera, pero entonces dos voces
familiares llenan el espacio al otro lado de la puerta y me congelo, retrocediendo un centímetro para
mirar a Xander. Probablemente no se dan cuenta de que hay alguien aquí porque la cerradura está
desconectada, pero todo lo que haría falta es que uno de ellos se inclinara y viera dos pares de pies
debajo de la puerta.
"¿Cuánto tiempo crees que pasará antes de que se dé por vencido con ella?" Pregunta
Penélope, haciendo reír a Sienna.
"¿Por qué, porque lo quieres todo para ti?"
"Sabes que lo hago."
"Sí, bueno, tal vez ella siga adelante con otra persona y él finalmente la deje en paz".
“¿Seguir adelante con quién?”
"No lo sé", murmura Sienna. "Sé que le gusta al chico nuevo,

aunque. Tal vez ella se rinda y salga con él”.
Penélope resopla fuertemente ante eso. “No seas idiota, Si. JJ no tocaría a ese monstruo ni
con un palo de tres pies. Ella está demasiado metida en su propio trasero para meterse en problemas.
andar con un tipo así”.
Xander me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa, tomando la mano entre mis

piernas para moverla hacia mi coño. Desliza dos dedos dentro de mí y aprieto su
cabello, acercándolo para animarlo a besarme de nuevo.
"Te encanta esto, ¿no?" susurra, tan bajo que apenas puedo oírlo. “Yo
sacándote cuando sabes que nos podrían atrapar en cualquier momento. Te vuelve
salvaje”.
Asiento y él arrastra mi labio inferior entre sus dientes, simultáneamente

frota mi clítoris con su palma para hacerme estallar. Las chicas siguen hablando
mierda de nosotros pero no me importa, estoy demasiado concentrada en él y en
la forma en que toca mi cuerpo como una canción. Aprieta la parte exterior de mi
muslo con su mano libre y acelera el paso, metiendo su lengua en mi boca mientras
me empuja al límite. Mi orgasmo me golpea fuerte y le clavo las uñas en la nuca,
montando descaradamente su mano para que dure el mayor tiempo posible.
"...y... espera, ¿qué fue eso?"
La pregunta de Sienna me sobresalta y me aferro a Xander con el corazón

en la garganta, con cuidado de no hacer ningún sonido mientras mi coño palpita
con las réplicas.
"Perra, estás escuchando cosas", decide Penélope, seguido por el sonido

de sus tacones golpeando el suelo al salir.
Dejo escapar un largo suspiro de alivio y me apoyo contra la pared,

extendiéndome la mano para pasar mi mano por su polla a través de sus
pantalones. Se sacude bajo mi toque y le bajo la cremallera, agachándome frente
a él para descansar mi trasero sobre mis tacones de aguja de mil dólares. Él
maldice y le saco la polla de los bóxers, tragándola con un movimiento rápido para
mojarla con mi saliva. Su frente golpea la pared sobre mí y abro la boca, trabajando
la base en mi mano mientras deslizo mi lengua sobre la punta.
Él me mira y lamo la parte inferior, orgullosa de mí misma cuando un gemido
estrangulado se escapa de su garganta.
"Maldita sea, bebé", susurra, envolviendo mi cabello alrededor de su puño para tirar mi
cabeza un poco más hacia atrás. "No puedo soportar cómo te ves en este momento".
Sonrío y su polla late en mi mano, su liberación caliente se dispara a través de mi lengua y

baja hasta la parte posterior de mi garganta. Me lo trago todo y lo chupo hasta dejarlo seco,
riéndome un poco cuando se sacude y se aleja de mí. Me ayuda a ponerme de pie y me besa
hasta la mierda, aparentemente sin importarle el sabor de su propio semen.
"Dame tu número", suplica, respirando con dificultad contra mis labios.

"No digas que no".
Asiento y él saca su teléfono para pasármelo, besando mi clavícula mientras lo sostengo

detrás de su cabeza para hacer lo que me dice. "¿Por qué no lo recibiste de Travis?"
"Porque eso es hacer trampa", bromea, lamiendo su camino hasta el lóbulo de mi oreja
para morderlo.
Gimo y envuelvo mis manos alrededor de su cuello para disfrutar de la atención, pero
entonces suena la primera campana y salto, alejándome de él para llevar mi mano a mi garganta.
"No te di ni un chupetón", me asegura, de alguna manera leyendo mi mente sin tener que
preguntar.
"Gracias."
Él oculta una sonrisa y pongo los ojos en blanco, devolviendo su teléfono mientras lo rodeo
para abrir la puerta. Salgo del cubículo y me miro en el espejo encima del mostrador, agradeciendo
que mi cabello y mi maquillaje todavía se vean medio decentes a pesar de lo que acaba de pasar.
Rápidamente me arreglo el brillo de labios y tiro mis cosas de regreso a mi bolso, mirando de reojo
su reflejo mientras él se recuesta contra el marco de la puerta detrás de mí con las manos metidas
en los bolsillos.
Cómo puede actuar tan tranquilo cuando estoy a punto de temblar en este momento está
más allá de mi comprensión, pero no lo critico.
"Espera treinta segundos y luego sígueme".
"Lo que tú digas, princesa".
Me resisto a insultarlo y salgo al pasillo, corriendo de regreso a mi casillero para

tomar los libros que necesito. Llego a mi siguiente clase con menos de un minuto libre y
tomo mi asiento designado, más consciente que nunca por ese cartel imaginario en mi
espalda. Kian me levanta una ceja, pero finjo no darme cuenta, decidida a actuar con
indiferencia mientras paso a una página limpia de mi cuaderno para escribir la fecha en la
parte superior.
"¿Dónde has estado?"
“Tuve que salir corriendo hacia mi auto”.
Hace un ruido que sugiere que no me cree y aprieto mi bolígrafo, levantando la

vista por debajo de mis pestañas cuando veo a Xander caminando por la puerta. Me guiña
un ojo y se deja caer en su escritorio junto a Travis, reclinándose perezosamente en su
asiento con sus largas piernas abiertas. Sacudo la cabeza y vuelvo a mirar hacia adelante,
encogiéndome cuando escucho el timbre de mi teléfono en mi bolso. Sin embargo, no creo
que la maestra lo haya escuchado, así que me inclino para agarrarlo y lo escondo debajo
de la mesa para revisar el mensaje en la pantalla.
Desconocido: Quiero que te inclines sobre el capó de mi auto con la falda levantada
sobre el trasero.
Mi boca se abre y bajo la cabeza, incapaz de detener la estúpida sonrisa que se

extiende por mi rostro. Pasa un minuto y considero ignorarlo, pero luego me encuentro
guardando su número y enviándole un mensaje de texto.
Jordyn: ¿Cuándo?
Xander: Te recogeré a las cuatro.
Xander: Deshazte del tanga también.
Lo miro y me muerdo el labio cuando lo pillo mirándome desde el otro lado de la

habitación. Sacudo la cabeza para decir que no y él sonríe para sí mismo, mirando
discretamente entre su teléfono y yo mientras escribe en él.
Xander: Te reto.
Por su puesto que lo hace.

17
Xander
"¿A dónde me llevas?" pregunta, todavía aferrándose a la manija de la puerta como

si su vida dependiera de ello, pero al menos esta vez no parece tan enojada conmigo.
"No lo sé todavía".
Sus cejas se arquean pero mantiene la boca cerrada, usando su mano libre para
sorber el café helado que le di cuando la recogí hace un momento. Al principio pensé que
me diría que no bebe esa mierda, pero lo tomó con una sonrisa y se bebió más de la mitad
antes de salir a la carretera.
"¿Te gusta que?"
Ella asiente y le chupa la vida hasta que no queda nada más que hielo, lo que me
hace reír. Sigo conduciendo sin un destino en mente y ella se sienta en un cómodo silencio
por un rato, inclinando la cabeza hacia atrás en el asiento para ver pasar el paisaje.
Después de otros veinte minutos, elijo una salida al azar y me bajo, sonriendo para mis
adentros cuando veo el cartel del callejón sin salida más adelante. Doy la vuelta y reduzco
hasta detenerme al final de la carretera, bajando la cabeza para echar un vistazo al puente
de la autopista sobre el pequeño lago frente a mí.
a nosotros.
"¿Dónde estamos?"
"¿Importa?" Bromeo, inclinándome sobre la consola interior para pasar mi dedo por
su muslo desnudo.
"Es bonito."
"Eres bonita", le digo, sonriendo cuando gira la cabeza para mirarme.

a mí.
Todavía lleva puesto su uniforme, con los botones abrochados hasta arriba y el
pelo cayendo sobre sus hombros en ondas perfectas. Deslizo mi mano un poco más arriba
y ella se estremece, agarrando mi muñeca para detenerme mientras mira a su alrededor
para comprobar que nadie pueda ver.
"Solo somos nosotros, princesa", digo en voz baja, tomando su mano entre la mía
para unir nuestros dedos.
Beso cada uno de sus nudillos y ella se muerde el labio inferior, extendiéndose
entre nosotros para desabrocharse el cinturón de seguridad. Se inclina para provocar mi
boca con la suya y muevo mi mano hacia su trasero, gimiendo en voz baja cuando me doy
cuenta de que se ha quitado la tanga como le dije.
"Qué mal para mí", susurro, arrastrando suavemente mis uñas cortas.
sobre su suave carne.
Un pequeño y sexy gemido se escapa de su garganta y empuja mi pecho, trepando

para sentarse a horcajadas sobre mis muslos en el asiento del conductor. Aprieto su
diminuta cintura y ella pasa sus dedos por mi cabello, echando mi cabeza hacia atrás para
tomar mi boca con un beso desesperado que me vuelve loco. Le muerdo los labios y ella
se rechina en mi regazo, saltando cuando accidentalmente golpea la bocina con su trasero.
Me río entre dientes y paso un brazo alrededor de su espalda, alcanzando ciegamente la
manija de la puerta para sacarla. Camino hacia la parte delantera del auto y la acuesto
sobre el capó, inclinándome sobre ella para aflojar el nudo de su corbata. Se lo quito y le
abrobo los botones de la camisa, besando su garganta mientras se la empujo hacia abajo
sobre los hombros. Ella se sale de allí y lo arroja a un lado, envolviendo sus piernas
alrededor de mi cintura para acercar mi cuerpo al de ella. Su boca ataca la mía y dejo que
sea dueña de mí por un tiempo, amando la forma en que deja caer su acto de niña buena
para mí y solo para mí, pero luego frota su coño contra mi cremallera y se me acaba la
paciencia. Me retiro y la volteo para empujarla hacia abajo sobre su estómago, bajando un
poco su cintura hasta que sus talones toquen la grava debajo de nosotros.
"Jesús, ¿hablas en serio?"

"No soy una mentirosa, princesa", le informo, pasando ambas manos por la parte posterior
de sus muslos para subirle la falda hasta el culo. "Abre las piernas para mí".
Ella lo hace y deslizo mi dedo sobre su clítoris, casi perdiendo la cabeza cuando me doy
cuenta de lo mojada que ya está. Saco mi polla y muevo mis ojos sobre su cuerpo, sacando el papel
doblado de mi bolsillo para dárselo.
"¿Qué es esto?"
"Léelo".
Ella frunce el ceño pero hace lo que le dice, inclinándose sobre los codos para ver los
resultados de las pruebas que recibí del médico ayer por la tarde. Su ceño se profundiza y gira la
cabeza para mirarme por encima del hombro, claramente insegura de qué hacer conmigo.
“¿Hiciste esto por mí?”
Asiento, apretando la base de mi polla con el puño para provocar su entrada con la punta.
"¿Me dejarás entrar desnudo otra vez?"
“¿Qué pasa si digo que no?”
"No dirás que no".
Ella sonríe y yo le devuelvo la sonrisa, empujándola lentamente hacia adentro hasta que
mis caderas golpean su trasero. Ella hace una mueca al estirarse y aprieta los puños en el capó de
mi auto, agachando la cabeza para ocultarme la cara.
"¿Sentirse bien?"
"Sí", dice con voz áspera, pero está mintiendo y lo sé.
Me río ligeramente y me inclino sobre ella para enredar mis dedos en su cabello, tirando
suavemente su cabeza hacia atrás para hablarle al oído. "¿Cuántas veces lo fingiste?"
Ella se tensa ante eso, moviendo torpemente sus caderas debajo de las mías.
"¿Qué?"
"Está bien, cariño, puedes decírmelo", le susurro, moviendo mi boca hacia su cuello
para besarla allí. "No se lo diré a nadie".
"Yo..." se calla, dudando un segundo antes de volver a hablar.

"Casi siempre."
"¿Sí?"
"Sí", repite, levantando la mano para pasar las uñas por mi cuero cabelludo.
"La única vez que me sacó fue cuando me tocó y me comió al mismo tiempo".
Cierro la mandíbula y aprieto los dientes, no me gusta la idea de que nadie más
que yo coma su pequeño y caliente coño hasta que ella se corra. Muevo mi mano debajo
de ella y froto su clítoris, sacándola un poco solo para empujarla hacia adentro. Su
respiración se acelera y sonrío contra su cuello, apretándola para darle la fricción que
necesita.
"Voy a hacer que esto sea bueno para ti", le aseguro, arrastrando lentamente mis
dientes sobre el caparazón de su oreja. "Sujétame y dime si es demasiado profundo, ¿de
acuerdo?"
Ella asiente y aprieta mi cabeza con más fuerza, apretando mi cabello para llevar
mi boca de regreso a su cuello. Le doy lo que quiere y la follo un poco más fuerte,
deslizando mi lengua sobre la vena palpitante debajo de su carne. Su coño aprieta mi polla
y ella gime, arqueando su espalda para follarme golpe por golpe.
"Buena chica", la elogio, levantándola un poco para aumentar la presión sobre su

clítoris.
"Joder, Xan", suplica, inclinando su cabeza hacia atrás sobre mi hombro. "Necesito
más."
"¿Seguro?"
"Sí."
"¿Confías en mí?"
"Sí", grita, y sonrío para mis adentros porque estoy bastante seguro de que lo dice en serio.
Levanto mi mano libre hasta mi boca y escupo en mi pulgar, observándola de cerca para ver
su reacción mientras la muevo hacia abajo para deslizarla sobre su culo. Todo su cuerpo se bloquea
y estoy casi seguro de que está a punto de decirme que me vaya a la mierda, pero luego me doy
cuenta de que es porque se viene.
"Mierda, Xan", gime, rápidamente agarrando mi muñeca para cavar.

sus uñas en mi antebrazo. "¿Por qué carajo te detienes?"
Parpadeo y vuelvo a sacar las caderas, al mismo tiempo sacándola con mis dedos mientras
la monto a través de él. Ella se corre ruidosamente y gimo al verla, meciéndola unas cuantas veces
más antes de que mi polla explote dentro de su coño.
"Jesús", dice con voz áspera, cayendo sobre el capó con los brazos cruzados.
debajo de su cabeza.
Me río ligeramente y salgo, rápidamente me quito la camisa para limpiarnos a ambos con
ella. Ella gime felizmente y me acuesto de espaldas a su lado, deslizando mi brazo debajo de su
cintura para atraerla hacia mí. Ella apoya su cabeza en mi hombro y su mano en mis abdominales,
pasando sus dedos sin pensar sobre mi piel mientras miramos la puesta de sol a lo lejos.
"Pensé que fumabas", dice después de un rato, haciéndome fruncir el ceño.
"¿Qué?"
"Te he visto fumar varias veces y dijiste que Amy te atrapó hoy en el estacionamiento",
explica, levantando la cabeza para mirarme.
"¿Cómo es que no tuviste uno en toda la noche que estuviste conmigo?"
"Sólo fumo cuando estoy aburrido", le digo, inclinándome sobre un codo para
enfrentarla por completo. “O borracho. O triste."
“¿Te pones triste?”
"Bueno, no", lo admito. "Pero estoy seguro de que fumaría si lo hiciera".

Ella niega con la cabeza y paso mi dedo por el borde de su

sujetador, luego a través del valle entre sus senos y hasta su ombligo.
"¿Quieres hacer algo malo?"
"Estoy bastante segura de que todo lo que hago contigo es malo", bromea,
haciéndome reír.
"Tal vez", estoy de acuerdo, moviendo lentamente mi dedo hacia la cintura de su

falda en su cadera. "Pero ser malo conmigo se siente muy bien, ¿verdad?"
Ella esconde una sonrisa y beso sus labios, levantándome para caminar hacia el
baúl. La abro y muevo mi bolsa de gimnasia a un lado, inclinándome para alcanzar la otra
bolsa de lona que tengo aquí. Lo saco y tomo mi chaqueta del asiento trasero, mirando de
reojo a Jordyn cuando ella se inclina para ver el interior de la bolsa. Su boca se abre y se
pone de pie con las manos apoyadas en las caderas, moviendo sus ojos entre mí y la
enorme pared de graffiti debajo del puente.
"¿Qué crees que estás haciendo?"
“¿Cómo es?” Bromeo, inclinando la cabeza para que ella me siga.

"Vamos, princesa".
"¿Estas loco?" —sisea, agarrando su camisa del suelo para ponérsela sobre sus
hombros. "No puedes simplemente hacer lo que quieras, Xan".
"¿Dice quién?"
"Oh, no lo sé", dice inexpresivamente. "¿La Ley? ¿Sociedad?"
"A la mierda la sociedad".
Ella pone los ojos en blanco pero me sigue de todos modos, dejándose los botones
desabrochados mientras me mira con los brazos cruzados sobre el pecho. Elijo un espacio
en blanco en el medio de la pared y me tapo la boca con la chaqueta, usando mi mano
libre para pintar a una chica rubia ruda que lleva una sudadera con capucha negra y un
broche negro en la espalda. No tengo mucho tiempo considerando que ya casi está oscuro,
así que lo mantengo simple y me salto los detalles, usando rápidamente una mezcla de azul y
blanco para que sus ojos tengan el color correcto. Jordyn continúa mirándome con el ceño
fruncido y la boca abierta, incapaz de ocultar la clara mezcla de confusión y sorpresa en su
rostro.
"¿Cómo estás haciendo eso?" pregunta, hablando por primera vez en más de treinta
minutos. "¿Ese soy yo?"
Me río ligeramente y pinto las palabras pequeño diablo en su sudadera con capucha,
retrocediendo una vez que termino para ver mejor. "¿Te gusta?"
"Sí", susurra, mirándome por encima del hombro mientras se mueve.

más cerca de la pared. "¿Eres un artista o algo así?"
"O algo así", le digo, tomando su mano para atraerla hacia mi

pecho antes de que se acerque demasiado a los vapores. "Prefiero la piel al papel".
"¿Te refieres a tatuajes?"
Asiento y paso un brazo alrededor de su cintura desde atrás, inclinándome sobre

ella para besar su cuello. "Tu turno."
Ella duda, tal como sabía que lo haría, pero luego se sorprende.
Fuera de mí y toma la chaqueta de mi mano. "¿Tienes algo morado?"
Levanto una ceja y le paso lo que pidió, mirándola divertida mientras se cubre las
vías respiratorias y se pone a trabajar. La forma en que se ve ahora hace que mi polla se
ponga dura, ansiosa por empujarla contra la pared y envolver sus piernas alrededor de mi
cintura, pero pronto lo olvido cuando me doy cuenta de que está pintando el emoji del diablo
morado. Tan pronto como termina, sonríe como un niño en una tienda de dulces y se gira
para mirarme, arrojándome la chaqueta a la cabeza cuando ve la expresión de mi cara.
"No luzcas tan engreído, chico nuevo", murmura, arrugando la nariz ante el desastre
en sus dedos. "Fue lo único que se me ocurrió bajo presión".
“¿Alguna vez me dirás para qué sirve esa llave en tu mesa de noche?”
"Tal vez", bromea, acercándose para pasar sus manos sobre mi pecho, pero no
extraño la forma en que su expresión de repente cae como si estuviera
decepcionado por algo.
"¿Qué ocurre?"
"Nada", miente, suspirando cuando levanto su barbilla para atraer sus ojos hacia
los míos.
"Bebé, dímelo".
"Es sólo que..." se calla, mordiéndose el labio mientras decide qué decirme.
"Espera aquí."
Frunzo el ceño y ella regresa al auto para tomar algo, viéndose mucho más
Me siento más feliz cuando regresa hacia mí con su teléfono en la mano.
"Ven aquí", ordena, ignorando mi pregunta.
Hago lo que me dice y ella me atrae hacia ella, tomando mi mano para levantar
mi brazo sobre su cuello, luego entrelaza nuestros dedos y sostiene su teléfono frente a
nosotros.
"Maldita sea, eres demasiado alto para mí", se queja, moviéndose delante de
que coloque sus manos sobre mis hombros. "¿Puedes recogerme?"
"Te tomas tus selfies muy en serio, ¿eh?" Me burlo, agarrando la parte posterior
de sus muslos para envolverlos alrededor de mi cintura.
Ella mueve mi nariz para hacerme callar y vuelve a sacar su teléfono, apoyando
su frente contra la mía mientras inclina la cámara para ver la pared del fondo detrás de
nosotros. Ella toma la foto y baja los ojos para mirarla, sonriendo para sí misma de una
manera que me duele el puto corazón. No sé qué está pasando en este momento, pero
antes de que pueda pensar demasiado en ello, suena una sirena de policía desde algún
lugar y Jordyn se tapa la boca con una mano, rápidamente mirando de mí al graffiti en la
pared y luego a la bolsa a mis pies.
"Oh, joder". Ella entra en pánico y salta para quitarse los zapatos como si
estuviera a punto de salir corriendo. “¿Debería llamar a mi abogado? cuanto tiempo en la carcel
¿Vamos a conseguir por esto? Dios mío, mi mamá va a perder la shi…”
“¿Jordyn?”
"¿Qué?"
“Están ahí arriba”, le informo, haciendo todo lo posible por no reírme mientras señalo el
puente de la autopista sobre nosotros.
"Oh", dice, respirando larga y profundamente con las manos en puños en las caderas. "Lo
sabía."
Me río de verdad esta vez y ella me da la espalda, doblando su camisa.

su pecho para ocultar su cuerpo de mí mientras camina de regreso a mi auto.
"Bebé, no te enojes", le llamo, todavía riéndome para mis adentros mientras agarro mi mierda
y me muevo para seguirla.
"No me llames bebé".
"¿Por qué no?"
"Porque no me gusta".
Sonrío y la alcanzo para agarrar su cintura, atrayéndola hacia mí para apoyarla contra la
puerta del lado del pasajero. "Estás sexy cuando me mientes".
Ella finge una mirada furiosa y me empuja hacia atrás, subiendo al interior para ponerse el
cinturón de seguridad sobre su cuerpo. Salto a su lado y ella me golpea con el trato silencioso, pero
no me pierdo la forma en que gira la cabeza hacia un lado para ocultar la diversión allí.
Joder, me encanta esa expresión en su cara.
Estoy bastante seguro de lo que siento por su obsesión por las fronteras, una necesidad
desconocida de estar cerca de ella tanto como sea posible. No sé cómo se las arregló para
controlarme así cuando ni siquiera le agrado la mitad del tiempo, pero no lo odio, así que no lucho
contra ello.
Sólo espero que no me arranque el corazón y se lo lleve cuando decida

que ha terminado conmigo.
18
jdyn
Kian me esponja el pelo y me golpea el trasero, pasando un brazo sobre mi cuello
mientras cruzamos la puerta principal de Sienna. Música alta y risas de borracho llenan mis
oídos y miro a mi alrededor, resistiendo la tentación de poner los ojos en blanco cuando veo a
Penélope moliendo a Sienna en el medio de la sala mientras Noah observa desde su asiento
en el sofá. Estoy bastante seguro de que ella está tratando de calentarlo y parece que está
funcionando, pero luego mira en mi dirección y me mira, inclinándose lentamente hacia
adelante con los codos sobre las rodillas y los ojos en mi forma. Mi cabello está completamente
liso, mi maquillaje de ojos es un poco más oscuro y arriesgado de lo habitual, y llevo un vestido
rojo corto con una línea de espalda escotada y dos correas cruzadas sobre mis hombros.
Honestamente, lo elegí hoy en el centro comercial porque sabía que a Xander le gustaría
tenerlo conmigo, pero parece que mi exnovio no es un fanático.
"Recuérdame por qué estoy aquí otra vez".
"Porque prometiste que aprenderías a socializar más y a jugar bien con tus amigos",
me dice Kian, guiándome por la casa para llevarme a la barra improvisada instalada en la
cocina.
"Correcto", murmuro, recargándome contra la isla para mirar mientras nos sirve un
refresco de vodka a cada uno.
Mi teléfono suena en mi bolso y lo saco para revisarlo, apartando juguetonamente la

cabeza de Kian cuando estira el cuello para espiar por encima de mi hombro.
Xander: Bebé.
Xander: Joder.
Xander: Te ves tan sexy que duele.
Mi corazón da un vuelco y miro a mi alrededor, levantando una ceja cuando lo

encuentro parado al otro lado de la cocina de Sienna con su teléfono en la mano y sus ojos
puestos en mí.
Jordyn: ¿Qué duele?
Él sonríe ante eso, mirándome fijamente a los ojos mientras se agacha para ajustar su
polla en sus jeans. Mis mejillas arden sin permiso y lucho contra una sonrisa – realmente lo
lucho – pero parece que no soy tan astuto como creo.
"¿Te lo follaste?"
Instintivamente enderezo mi columna ante el sonido de su voz, escondiendo

discretamente mi teléfono detrás de mi espalda cuando encuentro a Noah parado en el espacio
de Kian a mi lado.
"Porque si lo hicieras", continúa, inclinándose sobre mí para mirarme a la cara.

"Si le diste lo que me pertenece cuando prometiste a nuestros padres que sería el único al que
dejarías entrar en ti, puede que no me guste".
"¿Se supone que eso es una amenaza?"
"Sí", dice simplemente, levantando la mano para pasar el pulgar por el brillo de labios
en mi boca. “Eres mía y siempre lo serás. ¿No es así, cariño?
"No, no está bien", muerdo, apretando los dientes mientras quito su mano de mi cara.
"No soy nada tuyo y estoy seguro de que tampoco soy tu amada ".
Me mira de nuevo y me muevo para irme, bloqueando mi mandíbula cuando me agarra

del brazo y tira de mí hacia él. Me pica la piel con sus manos sobre mí, y necesito todo lo que
tengo para no empujarlo hacia atrás y darle una paliza. Xander da un paso adelante en mi
periférico como si estuviera a punto de hacerlo por mí y hago una mueca, esperando en
silencio que no sea tan estúpido como para hacerle algo a Noah frente a una casa llena de
sus leales seguidores. Una cosa es amenazar
él y empujar su trasero al suelo frente a mí solo, pero hacer algo así frente a todos aquí
sería muchísimo peor. Noah Campbell será el alcalde de esta ciudad dentro de unos años,
tal como lo es su padre ahora y su abuelo antes que él, y no dejaría pasar que le presenten
un cargo de agresión al chico nuevo sólo porque pueden.
Travis aparece de la nada para empujar a su primo hacia atrás y miro a Noah,
envolviendo valientemente mis dedos alrededor de su muñeca para quitar su mano de mi
brazo. No sé de dónde ha venido este nuevo coraje, pero está ahí para que lo tomen y lo
sigo haciendo.
"¿Tu papá sabe que todavía eres la puta Penélope?"
Él titubea durante medio segundo y yo sonrío como una perra mala, chasqueando
deliberadamente mi lengua con un lento movimiento de cabeza. No estaba del todo seguro
antes, pero la respuesta está escrita en toda su cara. Todavía se la está follando y no tiene
intención de parar, y si su padre supiera que está arriesgando su oportunidad de volver a
estar conmigo por un pedazo de culo, como él lo llamaría, por el bastardo repugnante que
es, rodarían cabezas y La de Noah sería la primera en irse, seguida por la de Penélope y
luego la de sus padres. William Campbell no maneja bien la vergüenza y, desafortunadamente
para Noah, no estoy por encima de usarla en su contra.
"Si haces algo para lastimar al chico nuevo", digo en voz baja, inclinándome hacia
hablarle al oído. "Puede que no me guste eso".
La ira irradia de él en oleadas, pero la ignoro y tomo casualmente mi bebida de la

isla mientras lo rodeo para alejarme. Tan pronto como salgo, mi ansiedad alcanza su punto
máximo y me paso una mano por la garganta, caminando nerviosamente de un lado a otro
junto a la piscina gigante climatizada en el patio trasero.
No sé qué me pasa últimamente, pero sí sé que tiene mucho que ver con Xander
Reid y la forma en que me hace sentir cuando estoy con él.
Nunca me he sentido más atrapado en esta vida de mierda desde que descubrí a
qué sabe un poco de libertad.
Quiero más.
Quiero Washington.
Lo quiero .
El pensamiento me golpea como una bofetada y dejo de caminar, mirando

Cuando mi teléfono vibra en mi mano con otro mensaje de texto suyo.
Xander: ¿Estás bien, princesa?
Me muerdo el labio y miro por encima del hombro, sonriendo un poco cuando lo
veo recostado contra la pared al lado de la puerta trasera. Quiero ir con él y decirle que
no, que no estoy bien, que soy una niña rica malcriada que no quiere la vida que le han
entregado en bandeja de plata, pero no somos los únicos aquí. , así que decido mantener
la distancia y enviarle un mensaje de texto.
Jordyn: Estoy aburrido.
Es una verdad a medias, pero afortunadamente para mí, él no tiene ganas de

denunciarme.
Xander: Aburrido, ¿eh?
Xander: ¿Quieres fumar?
Una rara risa brota de mí y lo miro, completamente desprevenida para la estúpida

expresión de su cara. Me está mirando como si mi risa tonta fuera lo mejor que jamás haya
visto, y no negaré que se siente muy bien que me miren así.
Inclina la cabeza y da un paso lento hacia atrás, mirándome de reojo mientras

regresa al interior y recorre la casa. La idea de no ir con él ni siquiera se me ocurre, así
que muevo mis pies y lo sigo hasta la puerta principal, comprobando rápidamente que
nadie esté mirando antes de salir. Tan pronto como mis talones tocan el porche, él me
rodea la cintura con un brazo por detrás y yo chillo, riendo como un idiota mientras él me
lleva hasta su auto estacionado en el camino de entrada. Nos esconde detrás y me coloca
de pie, dándome la vuelta para apoyarme contra el lado del pasajero.
"Ey."
"Oye", responde, inclinando la cabeza para tomar mi boca con un beso.

que me roba el alma.
"Pensé que querías fumar", logro decir, pero todavía encuentro

Yo mismo envolviendo mis brazos alrededor de su cuello para acercarlo más.
"Cambié de opinión", me dice, deslizando sus manos por mis costados y bajando
hasta mi trasero, curvando sus dedos debajo del dobladillo de mi vestido. "¿Esto es para mí?"
"Tal vez", bromeo, sonriendo sobre sus labios cuando siento su dura polla.
pinchándome en el estómago. "¿Es eso para mí?"
"Todo para ti, bebé", dice con voz áspera. "Ven conmigo."
"¿Adónde vas?"
"Hogar."
"¿Qué? ¿Por qué?"
"Porque si me quedo aquí, tu futuro alcalde perderá un diente y

Pasaré la noche en una celda de la cárcel”.
"Oh."
"Oh", se burla de mi tono, dando un paso atrás para abrirme la puerta del lado del
pasajero. "¿Vienes?"
"Yo..." Dudo, mis cejas se arquean mientras miro de él al asiento y viceversa.

"Debería volver a entrar".
Él se ríe ligeramente de eso, descansando casualmente sus antebrazos en la parte superior

del marco de la puerta. "Métete en el coche, Jordyn".
Respiro y miro a la fiesta por encima del hombro, luego hago exactamente lo que él
sabía que haría.
Me subo al auto.
h
"Xan, espera", le susurro, aferrándome a su cuello mientras me lleva a través
de la puerta de la casa de la piscina de nuestro director. "¿Estás seguro de que ella
no vendrá aquí?"
Él asiente y tropieza con algo en su camino hacia el sofá, maldiciendo el

maldito paso inútil mientras me deja boca arriba. Se acuesta entre mis piernas y
pasa sus manos por mis senos, gimiendo sobre mi boca cuando se da cuenta de
que no estoy usando sostén.
"Chica mala", dice con voz áspera, bajando mi vestido para provocar mi
pezón entre su pulgar y su índice.
Arqueo la espalda hacia él y él me da lo que quiero, besando lentamente

desde mi boca hasta mi cuello y luego hasta mi pecho. Me lame por todas partes y
yo lloro, disfrutando de la forma en que se siente su piercing contra mi piel
sobrecalentada. Paso mis dedos por su cabello y él chupa mi pezón, observando mi
reacción mientras desliza su mano sobre la parte interna de mi muslo.
"¿Quieres que lo lama?" Pregunta, tirando de mi tanga hacia un lado para

tocar mi coño con su nudillo.
Asiento y él me sube el vestido por el culo, besando cada centímetro de piel

desnuda que puede encontrar en su camino hacia el punto entre mis muslos.
Finalmente llega allí y aprieto su cabello, gimiendo cuando su lengua se desliza
sobre mi clítoris de una manera que me vuelve loca. Levanto mi trasero y él aprieta
mis caderas, empujándome hacia abajo para mantenerme inmovilizada en el sofá.
"Ni siquiera necesitas mis dedos, ¿verdad, bebé?" pregunta, sabiendo de

alguna manera que estoy al límite sin tener que decírselo. "¿Vas a correrte en mi
lengua?"
Asiento de nuevo y él acelera el paso, chupando mi clítoris cada pocos

segundos antes de volver a lamerme. Mis piernas tiemblan e inclino mi cabeza hacia
atrás sobre mis hombros, sosteniendo descaradamente su rostro sobre mi
coño mientras me desmorono por él. Atrapo su cabeza entre mis piernas y él me ayuda a
atravesarla, lamiendo lentamente hasta la parte interna de mis muslos para besarme allí.
"Qué jodidamente sexy", elogia, subiendo mi vestido un poco más para exponer mis costillas.
Mis extremidades se sienten como gelatina, pero logro quitármelo por encima de la cabeza
y me recuesto para disfrutar de la forma en que él adora mi cuerpo como si estuviera hecho para él.
Se toma su tiempo y empiezo a retorcerme debajo de él, gimiendo fuertemente cuando chupa la
carne sensible debajo del hueso de mi cadera.
“Maldita sea. Xan —le suplico, agarrando su mandíbula para acercar su boca a la mía.
"¿Qué pasa, princesa?" pregunta, su tono mezclado con fingida preocupación.

"¿Ya necesitas mi polla?"
"Eres un imbécil", le informo, extendiendo la mano entre nosotros para desabrochar el

botón de sus jeans.
Él sonríe y saca su polla, sosteniendo mis ojos mientras desliza la punta sobre mi clítoris.
Levanta las caderas y se abre camino dentro de mí, gimiendo cuando aprieto deliberadamente mis
paredes a su alrededor.
Dios, ese sonido.
Lo hago de nuevo y él gruñe como un loco, entrelazando nuestros dedos para sujetar mis
manos al sofá sobre mi cabeza. Rompe su boca con la mía y le muerdo los labios, clavando
bruscamente mis uñas en sus nudillos para hacer que se enoje. Funciona y me folla duro y profundo,
su piercing en la polla me frota justo donde lo necesito en cada movimiento de sus caderas. Se
siente jodidamente increíble, su cuerpo duro presionado contra el mío mientras me toma como si
fuera mi dueño. Él todavía está completamente vestido y yo no llevo nada más que mi tanga, el
material áspero de sus jeans rozando mi trasero excitándome más de lo que jamás creí posible.
"Joder, Xan, voy a correrme", salgo corriendo, moviendo las manos

su agarre para envolverlos alrededor de su cuello.
Tira mi cabeza hacia atrás por mi cabello y chupa mi lengua, empujando mis piernas
aún más para conseguir el ángulo que quiere. Mis ojos se ponen en blanco y me corro con
fuerza, temblando como una hoja debajo de él mientras él mueve sus caderas hacia mí. Se
queda quieto con un último golpe y deja caer su cara en la curva de mi cuello, respirando con
dificultad contra mi carne mientras su semen se derrama dentro de mí.
Mis piernas se separan a ambos lados de él y paso mis uñas por su cuero cabelludo, mirando
el techo sobre nosotros mientras espero que mi corazón se desacelere.
Y realmente necesito que baje la velocidad.
Soy plenamente consciente de que esto es sólo sexo, una forma de desahogarse o lo
que sea que hagan los chicos en su tiempo libre, pero todavía estoy luchando por ignorar esa
pequeña patada en mi pecho que me dice que esto podría ser algo
más.
Ya no hay más, niña estúpida.
Suspiro por dentro y él besa mi clavícula, retrocediendo un poco para sacarse la

camiseta por la cabeza. Limpia el semen de entre mis piernas y me inclino para agarrar mi
vestido del suelo, frunciendo el ceño cuando lo toma de mi mano y se aleja con él.
"Conseguirte una camisa para que te la pongas", me dice, agarrando otra camisa negra.
uno de su armario para pasármelo.
Lo miro confundido y él me guiña un ojo, moviéndose casualmente hacia la cocina para

tomar algo del gabinete al lado del fregadero.
"¿Quieres palomitas de maíz?" llama, presionando el botón del microondas para tirar
una bolsa de papel marrón dentro.
"Palomitas."
“Palomitas de maíz”, repite. "Es esa cosa blanca que venden en el puesto de venta en
el cine..."
"Xan."
Él sonríe para sí mismo y yo sacudo la cabeza, mordiéndome el labio con ansiedad

mientras bajo los ojos hacia la camisa que tengo en la mano. Él todavía tiene mi vestido y
yo... no tengo ni idea de qué hacer conmigo misma. No queriendo seguir parado aquí como
un idiota desnudo, me pongo su camisa sobre mi cabeza y doy la vuelta al sofá para ir hacia
él, saltando una maldita milla cuando encuentro un animal gigante sentado a sus pies con
su pata en el muslo de Xan.
"Jesús, ¿qué es eso?" Grito, saltando rápidamente sobre el café.

Una mesa como esa me protegerá de ello.
“Ese es mi perro”, dice simplemente, arrojándole un par de golosinas del pequeño frasco
de vidrio que está sobre el mostrador.
¿ Él tiene un perro?
"Eso no es un perro", le informo. "Eso es un oso".
“Él no es un oso”, se defiende, sonriéndole mientras

se rasca la frente. "Es jodidamente lindo".
"Si tú lo dices", murmuro, aunque es un poco lindo si puedes ignorar los

desagradables dientes y las patas tan grandes como mis puños. "¿Cómo se llama?"
"Oso."
Parpadeo ante eso, arrugando la nariz cuando noto la diversión en su rostro. "No
eres gracioso".
Él se ríe de mí y yo miro al perro, saltando de nuevo cuando da un paso adelante

como si estuviera a punto de pasar a mi lado. Me alejo y él me ladra, el cabrón, abriendo su
gran boca con un gemido que me hace chillar.
"¡¿Cuál carajo es su problema?!"
"Lo estás asustando".
"¿ Lo estoy asustando ?"
"Él puede sentir tu miedo y no le gusta", explica, tomando mi mano para guiarme
fuera de la mesa de café. “Siéntate y relájate.
Es el perro más vago del planeta. No te hará daño, lo prometo.
Resoplo y me obligo a hacer lo que me dicen, entrecerrando los ojos hacia Bear cuando
se sienta frente al sofá e inclina la cabeza hacia
a mí.
"El chico podría tragarme entero y lo sabe", murmuro.
Xan resopla y me pasa el control remoto del televisor, regresa a la cocina para agarrar
las palomitas de maíz mientras yo me recuesto para elegir algo que mirar.
"¿Realmente vamos a sentarnos aquí y ver una película juntos?" Pregunto,

Cruzando las piernas para descansar los antebrazos sobre los muslos. “¿Con tu perro?”
"¿Tienes algo mejor en mente?"
"Bueno, no, pero... ¿no quieres que me vaya?"
Aparece a mi izquierda y lo miro, cerrando la boca cuando sostiene lo que parece una
taza de chocolate caliente con un montón de crema batida y mini malvaviscos encima. La
sospecha me hace detenerme y frunco el ceño, mirando de él a la pila de bocadillos en la mesa
de café y luego de nuevo a él.
"¿Estás tratando de hacerme engordar?"
Me mira fijamente durante cinco segundos y luego el imbécil se echa a reír. "Cariño, no",
enfatiza, dejando las bebidas en la mesa de café a mi nivel. “¿Por qué me preguntas eso?”
"Yo..." Me encojo de hombros sin entusiasmo, bajando la voz con una mezcla de
vergüenza y vergüenza. "No puedo comer esas cosas, Xan".
“¿No puedes o no tienes permiso?”
"¿Importa?"
"A mi me importa."
"¿Por qué?"
Suspira y se sienta en un rincón a mi lado, colocando suavemente mis piernas sobre su

regazo mientras envuelve su brazo alrededor de mi cintura. “No forzaré
"Que comas cualquier cosa que no quieras", dice en voz baja, inclinando la cabeza para hablarme
al oído. “Y no, no quiero que te vayas. Te mantendría aquí todas las noches si me dejaras.
Junto mis labios y tomo el control remoto del sofá a mi lado, ocupándome buscando Netflix
para ocultar la estúpida emoción que sube a la superficie. Elijo El Conjuro y él me levanta una
ceja, inclinando la cabeza hacia Bear para indicarle que salte al sofá a nuestro lado. Apoya su
barbilla en el muslo de Xan y yo contengo la respiración, esperando en silencio a que me arranque
la pierna con los dientes, pero no lo hace. En lugar de eso, bosteza y se queda dormido casi de
inmediato, aparentemente disfrutando la forma en que Xan toca el espacio entre sus ojos.
"¿Te gustan las películas de terror?" Pregunta, inclinándose sobre mí para tomar el tazón
de palomitas de maíz de la mesa.
Asiento, dudando un segundo antes de decidir decirle algo que nunca le he dicho a nadie.
“Me gusta todo lo que tenga sangre o sexo. O ambos. Lo mismo ocurre con los libros”.
"Libros."
“Libros”, repito. “Son esas cosas gruesas que puedes conseguir en las bibliotecas. Algo
así como películas pero en papel”.
"Maldito sabelotodo", se ríe, clavando ligeramente su dedo en mi

costillas.
Resoplo y bebo mi chocolate caliente, resistiendo la tentación de gemir porque, maldita

sea, esto sabe bien. La película comienza a reproducirse y apoyo mi cabeza en su hombro,
asegurándome de mantener mis manos alejadas de Bear en caso de que cambie de opinión y
decida comerme. Xander aprieta su brazo alrededor de mi cintura y jugueteo con sus abdominales
con las puntas de mis dedos, disfrutando el escalofrío que recorre su cuerpo. Al principio creo que
es por mi culpa, pero luego murmura una maldición y lo miro, rodando los labios cuando lo pillo
escondiendo sus ojos detrás de mi cabeza.
"¿Tienes miedo?"
"No."
Me río de él y termino mi bebida, extendiendo la mano para pasarme las uñas.

a través del cabello en la parte posterior de su cuello.
Está totalmente asustado.

19
jdyn
Desliza su mano sobre mis costillas y me muevo en su cama, empujando mi
trasero hacia su regazo para ponerme cómoda. Todavía llevo su camiseta y él no
lleva nada más que sus boxers, su dura polla presionada contra mi coño a través de
la tela de mi tanga.
"¿Ya estás despierto?" —susurra, inclinando la cabeza para besar la curva

de mi cuello.
"No", le susurro, haciéndolo reír.
Abro los ojos y él mueve su boca hasta el caparazón de mi oreja, arrastrándola

ligeramente hacia afuera con los dientes. Gimo felizmente y él mueve su mano hacia
la parte interna de mi muslo, levantándola lentamente sobre su regazo. Justo cuando
creo que está a punto de sacarme con los dedos, el perro ladra desde algún lugar y
Xan gime en mi oído, deslizándose de mala gana fuera de la cama para abrirle la
puerta de la casa de la piscina.
"Continúa, pequeño idiota".
Bear arrastra los pies mientras sale y yo me río entre dientes, estirando los
brazos por encima de la cabeza para doblarlos detrás de la almohada. Xan lo deja
así y camina hacia mí, pasando una mano somnolienta por su cabello morado de
una manera que lo hace lucir desordenado, malo y tan jodidamente sexy que duele
mirarlo. Él levanta una ceja arrogante y me tenso, preparándome interiormente para
que me pida que me vaya, pero él no hace eso.
“¿Puedo llevarte a desayunar después de pasear a Bear?” Pregunta, inclinándose sobre mí

para acostarse entre mis piernas.
"Yo..." Frunzo el ceño, sacudiendo rápidamente la cabeza para aclararla. "Le prometí a Kian
que saldría con él esta mañana considerando que lo dejé anoche, ¿recuerdas?"
Hace un puchero y besa mis labios, deslizándose fuera de mí para caminar hacia la cocina.
“¿Café, entonces?”
Dudo pero asiento, observando descaradamente su cuerpo mientras toma un par de tazas
del armario de arriba. Deja la cafetera para hacer su trabajo y luego se dirige al baño, sonriendo para
sí mismo cuando me mira a los ojos siguiendo cada uno de sus movimientos.
"Tú también estás buena, princesa".
Maldita sea.
Me muerdo el labio y me siento en su cama, respirando hondo cuando Bear salta para
sentarse a mi lado. Apoya su barbilla en mi regazo de la misma manera que lo hizo con Xan anoche
y me quedo congelada, sin saber qué hacer con mis manos. Todavía estoy aterrorizada por él, pero
no extraño la forma en que apenas se ha movido en las doce horas que lo conozco.
"Realmente eres una pequeña mierda perezosa, ¿eh?" Murmuro, moviendo lentamente mi
mano hacia arriba para tocar su cabeza con un dedo.
Cierra los ojos y me pongo un poco más valiente, rascando suavemente el lugar detrás de
su oreja. Se queda dormido sobre mí y sonrío, inclinándome contra la cabecera para echar un vistazo
a mi alrededor. Xan mantiene este lugar limpio pero un poco desordenado, algunas prendas tiradas
aquí y allá y sus libros escolares tirados por todos lados. Veo la foto en su mesa de noche y me
inclino para verla más de cerca, frunciendo el ceño cuando me doy cuenta de que tiene su brazo
alrededor del cuello de Niko Reid. Al principio pienso que es un poco extraño que tenga una foto
enmarcada de él y un músico famoso en su mesa de noche justo al lado de su cama, pero luego
capto el parecido entre los dos y mi mandíbula golpea el suelo.
¿Es ese su hermano?
¿El hijo de Alec Reid e Isla Montgomery?
Eso... no es posible, seguramente, pero el apellido de Xan es...
En ese momento, la puerta del baño se abre y él sale, sonriendo como un niño en una
tienda de dulces cuando me encuentra a mí y a su perro acurrucados juntos en la cama. Regresa
a la cocina para terminar el café y yo miro fijamente su rostro, saliendo suavemente de debajo de
Bear para asegurarme de no despertarlo.
"¿Oye, Xan?"
"¿Sí bebé?"
“¿Alguna vez viste esa película de los noventa con el sacerdote y la prostituta…”
Deja caer su cuchara en la isla y me tapo la boca con las manos, tratando
desesperadamente de no reírme cuando veo la expresión de su rostro. Parece sorprendido,
molesto y divertido al mismo tiempo, con la cabeza inclinada hacia la izquierda mientras se
recuesta contra el costado de la cocina.
“¿Crees que eres gracioso?”
"No", miento, las palabras amortiguadas por mis manos.
Sacude la cabeza y me pasa el café, mirándome por debajo de las pestañas mientras
agarra su cuchara para revolver la suya. "¿Como lo descubriste?"
"Tu hermano era Niko , el maldito Reid" , le informo, señalando la foto en su mesa de
noche con un gruñido discreto de fan. "Lo amo mucho, Xan".
"Impresionante", murmura, apoyando los codos en la isla para estar a mi altura. “Soy el
hermano guapo, ¿sabes? Era el feo con todo el talento”.
"Por supuesto que lo era, cariño", finjo estar de acuerdo, dejándome caer
el taburete de la barra frente a él para tomar un sorbo de mi café. "Tus padres son atractivos".
"Jordyn."
“¿Sabías que en aquel entonces corrían rumores de que su

¿Las escenas de sexo eran reales? Que en realidad se lo metió allí mismo, en se…
Él tiene arcadas y yo me eché a reír, sacando mi teléfono de mi bolso con la

intención de buscarlo en Google. Se gira alrededor del mostrador y yo chillo, saltando
rápidamente para huir de él. Me agarra por la cintura y me inclina sobre el respaldo del
sofá, haciéndome cosquillas en las costillas hasta que estoy gritando de risa.
"Ríndete, princesa".
"Hazme, chico rico".
Me hace cosquillas de nuevo y me golpeo contra él, congelándome cuando suena

el teléfono en mi mano. Enderezo mi columna y presiono el botón para contestar, alejando
su rostro con mi mano libre cuando intenta besarme.
"Kian, hola".
"Perra, ¿por qué no me respondiste el mensaje de texto?"
"Yo, uh... lo siento, aún no he revisado mis mensajes".
"Está bien, bueno, me voy de la casa de Travis ahora, pero necesito irme a casa".
y agarrar mi auto muy rápido. ¿Puedo recogerte en media hora?
Mierda.
"Um..." Dudo, escondiéndome detrás de Xan cuando veo a Kian caminando por el
camino de entrada a través de la ventana de la cocina. “Acabo de despertar. ¿Puedes
hacerlo en una hora?
"Está bien, está bien", se ríe entre dientes, bajando la voz antes de volver a hablar.
“¿Oye, JJ?”
"¿Sí?" Pregunto, estirando el cuello para mirarlo.

"Dile a tu nuevo chico que lo siento por secuestrarte tan pronto", bromea, guiñándonos un ojo
antes de deslizarse en el asiento del pasajero de Travis.
auto.
Dejo caer mi mandíbula y él me cuelga, probablemente riéndose para sí mismo como el

pequeño cabrón malcriado que es mientras Travis lo ahuyenta. Xan suelta una carcajada y le golpeo
el pecho, entrecerrando los ojos cuando envuelve sus brazos alrededor de mi cintura para atraerme
hacia él.
"Esto no es gracioso, Xan".
"Pienso que es divertido."
“¿Y si se lo cuenta a alguien?”
“¿A quién le importa si lo hace?”
"Me importa."
"No se lo dirá a nadie".
"Se lo dirá a Trav".
"Sí, bueno, Trav no se lo dirá a nadie", dice simplemente, inclinándose sobre mí.
para provocar mis labios con los suyos. “¿Quieres que te lleve a casa?”
"No, está bien, le enviaré un mensaje de texto a mi conductor para que me recoja".
"¿Por qué?"
"Porque necesitas quedarte aquí y alimentar a Bear", le recuerdo, señalando con la barbilla la
cama donde todavía está profundamente dormido de lado. “Y pasearlo”.
Él asiente y presiona su boca contra la mía, deslizando sus manos sobre mi espalda para
apretar mi trasero. "¿Prometes que no leerás ninguno de esos artículos de mierda sobre mí?"
"No."
Él gruñe de frustración y yo sonrío, alejándome de él para agarrar mi vestido del mostrador

de la cocina. Voy al baño a cambiarme y
Me miro el pelo en el espejo encima del lavabo, suplicándole en silencio a mi estúpido

corazón que deje de sentir por el chico que no es mío.
No mío, no mío, no mío.
Pero joder, se siente como mío.

20
Xander
“¿Aún no has terminado?” Me quejo, cruzando los brazos sobre la mesa frente a
ella para apoyar la barbilla encima. "Estoy aburrido."
La bibliotecaria maliciosa me hace callar desde su escritorio a mi izquierda y

Jordyn lucha contra una sonrisa, lanzándome una mirada furtiva que me pone la polla
dura. He estado sentado aquí durante cuarenta y cinco minutos, observándola como un
idiota enfermo de amor mientras escribe lo que sea que esté escribiendo para este
estúpido ensayo de Princeton en el que está trabajando. Fue entretenido al principio
porque es jodidamente bonita, pero ahora me estoy poniendo nervioso, no esperando tan
pacientemente a que termine para poder atraerla a un rincón oscuro, sujetar su espalda
contra una estantería y arrodillarme ante ella.
No puedo tener suficiente de ella y me está volviendo un poco loco, por decirlo así.
el menos.
Me he follado a muchas chicas desde que perdí mi virginidad con un extraño sin
rostro el día del funeral de mi hermano, pero ninguna de ellas me hizo sentir como ella.
Me gustó tenerla en mi cama la otra noche, usando mi camisa, su cuerpo caliente
presionado contra el mío debajo de las sábanas.
Quiero más.
Mucho más.
“Xan”, dice en voz baja, sin levantar la vista de su computadora portátil mientras
continúa tecleando en ella.
"¿Sí bebé?"
“¿Por qué me miras así?”
"Porque estoy obsesionada contigo", digo simplemente, disfrutando de la ligera risa

que la deja mientras ella sacude la cabeza como si estuviera bromeando.
"¿Estás tratando de ser lindo?"
"¿Está funcionando?"
“Tal vez un poco”, admite, tomando su bolígrafo para anotar algo en una
pequeña nota adhesiva amarilla. "Sólo dame cinco minutos más y seré tuyo, ¿de
acuerdo?"
Gimo ante la palabra tuyo y el bibliotecario me hace callar de nuevo, mirándome

con dagas cuando levanto las manos en fingida rendición.
"Lo siento", grito, haciendo una mueca cuando su mirada se profundiza.
Ups.
Jordyn suspira y yo me encojo de hombros, extendiendo la mano para tomar

uno de sus cuadernos negros de la pequeña pila al lado de su computadora. Lo abro
en una página al azar y ella levanta la cabeza, sus ojos azules se abren con algo que
se parece muchísimo al pánico.
“Xan, no…”
Pero ya estoy mirando hacia abajo.
“Tú tomas fotografías”.
"No."
"Sí."
“No”, repite, arrebatándome el libro para guardarlo en su bolso.

Tan pronto como termina de recoger sus cosas, se dirige directamente a la puerta y yo me
muevo para seguirla, divertido por su tonto intento de huir de mí.
"Jordyn, espera..."
“Jesús, ¿puedes parar?” —sisea, girándose para mirarme por completo.
"¿Detener Qué?"
"Lo que sea que estés tratando de hacer ahora", dice entre dientes, exhalando un suspiro
irritado cuando capta la confusión en mi rostro. “No necesitas fingir que te preocupas por mí y mi
vida, Xan. No soy tu novia."
"Pero quiero que lo seas".
"No me importa lo que quieras".
"¿Qué deseas ?"
Ella parpadea ante eso, frunciéndome el ceño como si fuera la única persona que se ha
molestado en preguntarle. "¿Qué?"
"Me escuchaste", bromeo, cerrando la pequeña distancia entre nosotros para llenar su
espacio. "¿Qué quieres, Jordyn James?"
"Yo..." ella se calla. "No.."
“¿Es Washington?” Supongo que, de alguna manera, sabiendo que no está lista para decir
ella misma. "¿Quieres ir a Washington a estudiar fotografía?"
Ella duda pero asiente una vez, mordiéndose el interior de la mejilla como si
ella está luchando contra las lágrimas.
"¿Bebe que está mal?"
"No puedo ir, Xan", susurra, y la tristeza en su voz me parte el puto corazón en dos. “Mi
mamá no quiere pagar Washington y no me dan un préstamo estudiantil porque gana demasiado
dinero. no puedo conseguir
un préstamo bancario porque no tengo el crédito ni un trabajo de tiempo completo para pagarlo.
Voy a Princeton”.
La finalidad de su declaración me hace sentir mal y tomo su rostro entre mis manos,
pasando suavemente mi pulgar por su mejilla para atrapar la única lágrima que hay allí.
“Xan…”
"¿Me mostrarás?" Pregunto suavemente, acercándola para descansar mi frente contra

la de ella. "¿Por favor?"
Ella me mira fijamente y estoy casi seguro de que está a punto de decirme que me vaya
a la mierda, pero luego da un paso atrás e inclina la cabeza para que la siga. Lo hago y ella
mira a su alrededor para asegurarse de que nadie nos esté mirando, dirigiéndose discretamente
a la esquina trasera donde hay menos gente. Tan pronto como nos perdemos de vista, toma mi
mano y me lleva a la sección de ciencia ficción, tirando de mí para sentarme en el suelo junto a
ella. Me recuesto contra la estantería detrás de nosotros y ella saca el cuaderno de su bolso,
apuntándome con un dedo a la cara con una mirada falsa.
"Si te ríes de mí, nunca volveré a follarte".
"No me voy a reír de ti", le aseguro, envolviendo mi brazo alrededor de su cuello para
besar su sien. “A menos que apestes mucho . Entonces probablemente me reiré de ti”.
Me clava el codo en las costillas y sonrío, tomando el libro que me pasa y lo apoya en
mi regazo. Lo abro y miro la primera página, pasando con cuidado el dedo por la imagen de las
estrellas en el cielo nocturno. La luna se ve enorme, casi como si la hubiera acercado tanto
como pudo, pero de alguna manera la imagen todavía se ve clara, brillante y realmente hermosa.
"¿Cómo hiciste eso?"
“Mi cámara era muy cara”, bromea, inclinándose hacia mí para apoyar su cabeza en mi
hombro. "Sigue adelante."
Hago lo que me dicen y paso a la siguiente, encontrando página tras página de

ciudades, amaneceres y personas : varias personas diferentes que nunca antes había visto,
de todas las formas y tamaños, edades y razas, la mayoría de ellas de pie en el suelo. playa
con el sol y el mar a sus espaldas. Llego a una página aproximadamente a un cuarto del
camino y encuentro dos fotografías una al lado de la otra, una de una mujer negra posando en
un traje de baño verde oscuro con las manos en sus anchas caderas y una expresión incómoda
en su rostro, luego una de las La misma mujer riéndose a carcajadas con la cabeza echada
hacia atrás entre los hombros.
"¿Que paso ahi?"
"Le dije que tiene un buen trasero".
Me río de eso, frotando mi mano de arriba a abajo sobre su brazo mientras paso al
siguiente. No sé mucho sobre fotografía, edición y todo eso, pero estoy bastante seguro de
que no están retocados con Photoshop. Ella aceptó sus imperfecciones, mantuvo cada curva,
imperfección y estría e hizo que estas personas parecieran orgullosas de sí mismas y de los
cuerpos en los que viven.
Es asombroso.
Ella es alucinante.
"Bebé, estos son increíbles".
"¿En realidad?" pregunta, sonando genuinamente sorprendida por eso.
"Sí. De verdad”, enfatizo, señalando la imagen de la joven pareja rodando juntos en la

arena en trajes de baño. “¿Cuál es su historia?”
“Conocí a la chica en Miami durante las vacaciones de primavera”, explica, sonriendo

al recordarlo. “Estuve filmándola en solitario por un tiempo y ella seguía mirando al chico
detrás de mí. Sabía que ella pensaba que él era lindo, así que lo llamé y le dije que la rodeara
con sus brazos por detrás. Él lo hizo y ella parecía querer morir, pero seguí adelante y se
involucraron mucho. Fue increíble”.
"¿Son extraños?" Pregunto, frunciendo el ceño mientras miro su serie de fotografías.

"Parece que están enamorados".
"Sí, bueno, no sé sobre el amor, pero estoy bastante seguro de que él se la llevó".
Volveré a su habitación de hotel cuando termine con ellos.
"¿Fue duro?"
"Muy fuerte", se ríe, haciéndome reír.
Ella se relaja contra mí y me tomo mi tiempo hojeando el resto, absorbiendo cada

gramo de información que me ofrece sobre las personas que ha conocido a lo largo de
los años.
“¿Les das las fotos?”
“Sí”, responde, entregándome otro libro de fotografías para que lo revise.

"Tomo su información de contacto antes de que se vayan y obtengo su permiso para
compartirlas en las redes sociales, luego voy a casa y envío las fotos desde mi
computadora, elijo mis favoritas y las publico en una cuenta de Instagram separada que
creé".
"¿Puedo ver?"
Ella se ríe del entusiasmo en mi tono y me pasa su teléfono, apoyando su cabeza

en mi hombro mientras me desplazo hacia abajo por la cuenta.
Está usando un nombre falso y una foto de perfil genérica, pero todavía tiene poco más
de siete mil seguidores y cientos de comentarios en cada publicación, algunos incluso
preguntan cómo pueden reservar una sesión con ella. No sé cuánto tiempo paso
examinando cada foto que toma, pero parece que no puedo parar. Cada pequeño detalle
que aprendo sobre ella me hace quererla aún más.
Cada pensamiento que tiene, cada recuerdo, cada secreto... Los anhelo como una droga.
Quiero que me dé hasta el último de ellos para poder encerrarlos con los míos y
mantenerlos a salvo para ella.
"¿Ya presentaste la solicitud?" Pregunto, mirándola cuando ella no lo hace.

Responde de inmediato.
Sacude la cabeza y juguetea con el dobladillo de su falda plisada, algo que sé

que hace como excusa para mirar hacia abajo cuando se siente nerviosa o avergonzada
por algo. "No voy a presentar la solicitud".
"¿Qué?"
"No voy a presentar la solicitud", repite, inclinándose hacia adelante para empacar sus libros.
lejos.
"¿Por qué carajo no?"
"Porque", suspira, haciendo todo lo que puede para evitar mis ojos. “Si no entro, me
romperá el corazón saber que no soy lo suficientemente bueno, y si entro, no podré ir. Es una
pérdida para mí, Xan, y no tiene sentido lastimarme por algo que no puedo tener.
"Bebé."
"Xan."
"Estás postulando a esa escuela".
"¿Ah, de verdad?" pregunta, finalmente levantando la cabeza para levantar esa ceja
malcriada. “¿Me obligarás?”
"Tal vez", bromeo, atrayéndola hacia mí hasta que está a horcajadas sobre mis muslos.
"Tal vez te inmovilice y provoque tu pequeño clítoris necesitado con mi polla, te lo niegué y te haré
rogar que lo meta dentro de ti, luego golpearé tu coño y empezaré todo de nuevo hasta que
aprendas a escucharme". y haz lo que te digan”.
"Eso suena horrible", dice con voz áspera, clavando sus uñas recién cuidadas en mi cuello
para frotarme.
Mi polla se espesa entre nosotros y gimo, apretando su culo para

Anímela a seguir montándolo. "¿Cuándo es la fecha límite para presentar la solicitud?"
"Quince de enero", responde ella, inclinando la cabeza para provocar mi boca con la suya.
La beso y deslizo mis manos sobre sus muslos debajo de su falda, sonriendo cuando ella
gime y mete su lengua en mi boca para llegar a mi piercing.
Cinco semanas.
Cinco semanas para convencer a mi chica de que está bien decir que se
joda y tomar lo que quiere para variar, hacer lo que ama en lugar de romperse la
espalda todos los malditos días para darle a los demás cabrones lo que quieren .
Sin embargo, a juzgar por la forma en que me lleva aquí , en la esquina de

la biblioteca de la escuela, a mitad del día, diría que ya estoy a mitad del camino.
21
jdyn
"¿Lo obtuviste?" Pregunta, inclinándose sobre la consola interior para abrir la
puerta del lado del pasajero.
Asiento y salto adentro, sonriéndole a Bear por encima del hombro mientras me
pongo el cinturón de seguridad sobre el pecho. Está sentado en el asiento trasero con su
gran lengua colgando de su boca y sus ojos puestos en mí, aparentemente emocionado
de que lo acompañe en su viaje semanal a la playa para perros. Él avanza como si
estuviera a punto de lamerme la cara y yo arrugo la nariz, alejándome de él lo más que
puedo para asegurarme de que no me toque. Xan se ríe de mí y le hago caso, chillando
cuando pisa el acelerador y sale corriendo por la puerta abierta al final de mi camino de
entrada.
"¡Xan!" —chillo, cerrando los ojos con fuerza cuando él casi me corta el
lado de un Bentley, pero simplemente se ríe un poco más y sigue adelante.
Conduce como si llegara tarde a una cita con el dentista, imprudente, rápido y
jodidamente estúpido, y aunque he pasado varios viajes en el auto con él sin morir, todavía
temo por mi vida cada vez.
“¿Por qué no puedes conducir en línea recta y esperar tu turno como un

¿persona normal?"
"¿Dónde está la diversión en eso?" Bromea, metiendo la mano en el portavasos

para pasarme un café helado con una pajita morada.
“¿Pediste más almíbar?”

“Y hielo triturado en lugar de en cubitos”, añade, sonriendo para sí mismo cuando me

pilla sorbiéndolo como un adicto a la coca.
A él le gusta comprarme golosinas que no puedo comer y a mí me gusta tenerlas, sobre

todo porque saben bien pero también porque, joder, lo que mi madre no sabe no le hará daño.
"Apuesto a que si me chuparas la polla así, podría correrme antes de que lleguemos allí".
Me ahogo con mi bebida y lo miro a los ojos, rápidamente agarrando un

servilleta para limpiarme la saliva de la barbilla. "Eso no es un desafío, ¿verdad?"
Él resopla y niega con la cabeza, descansando casualmente su mano en mi regazo para

pasar su pulgar por mi muslo. Llevo un par de jeans ajustados y la sudadera con capucha negra
descolorida que le robé el otro día, mi cabello recogido en un moño de treinta segundos y mi
cara sin maquillaje. Normalmente no me vería así fuera de la privacidad de mi propia habitación,
pero Xan tiene esa extraña habilidad de hacerme sentir hermosa sin importar lo que use. Estoy
bastante seguro de que podría caminar con una bolsa de papel marrón sobre mi cabeza y él
todavía me diría lo mucho que quiere sujetarme y follarme estúpidamente.
Llegamos a la playa y él elige un lugar en el estacionamiento casi vacío, luego sale para
abrirle la puerta trasera a Bear. Me sonríe mientras agarra lo que necesita y me muerdo el labio,
pasando nerviosamente el dedo por la correa de mi cámara. Me dijo que lo trajera y le dije que
lo haría, pero ahora me siento un poco inseguro.
Nunca nadie se ha interesado por mí como él y yo no.

saber si amarlo u odiarlo.
La puerta del lado del pasajero se abre de repente y miro hacia arriba, encontrando a
Xan de pie junto a mí con el brazo apoyado sobre el marco de la puerta. Me mira y me aclaro la
garganta, saliendo para extenderle la mano.
“¿Puedo acompañarlo?”
Él oculta una sonrisa ante mi obvia táctica de distracción y me entrega la correa,

haciendo fila a mi lado mientras caminamos hacia la playa. "Qué rápido
¿puedes correr?"
"¿Qué?"
Toma mi cámara y abre la boca para explicarme, pero luego Bear tira de mí hacia adelante
y se dirige directamente al océano como un murciélago salido del infierno. Grito y tropiezo para
seguirle el ritmo, apretando más la correa para asegurarme de no perder a este maldito perro. Me
lleva hasta el borde del agua y oficialmente entro en pánico, intentando clavar mis talones en la
arena para que disminuya la velocidad, pero no funciona. Es demasiado fuerte y mis estúpidas
piernas no se mueven lo suficientemente rápido.
"¡Oh, mierda!"
"Bebé, déjalo ir", llama Xan detrás de mí, y dejo caer la correa al suelo, inclinándome con
las manos en las rodillas para recuperar el aliento.
Aparece a mi lado y finjo una mirada furiosa, golpeando sus abdominales cuando lo pillo
riéndose a carcajadas.
"No eres jodidamente gracioso", le digo, enderezándome para arrebatarle la cámara de la

mano.
"Traté de advertirte", se ríe, acercándose a Bear para desenredar la correa enredada de

su cuello.
Tan pronto como sale, corre a lo largo de la costa para mojarse las patas y luego se
aventura un poco más profundo, nadando directamente en el océano hasta que el agua le llega al
cuello. Caminamos por la playa para vigilarlo y levanto mi cámara para tomarle una foto, sonriendo
cuando me doy cuenta de lo bien que se ve con el sol poniéndose en el horizonte detrás de él.
Siento que Xan me observa todo el tiempo, pero hago lo mejor que puedo para fingir que no está
allí, tomando alrededor de cien fotografías desde todos los ángulos que puedo. Le dejamos hacer
lo suyo por un rato y luego Xan silba para llamarlo, suspirando cuando sale corriendo del agua y
nos empapa a ambos con una sacudida de cuerpo completo.
"Gracias, hombre", murmura, agachándose a su lado para volver a colocarle la correa.

Me río en voz baja y tomo una fotografía de su espalda, mordiéndome el

labio para ocultar mi disfrute mientras tomo algunas fotos de ellos dos juntos. Se
pone de pie en toda su altura y yo me alejo de ellos, amando en secreto la forma
en que camina hacia mí con su cabello morado cayendo sobre su frente y la cadena
enrollada alrededor de su mano. A mi cámara le gusta casi tanto como a mí, y ya
sé que mis seguidores se volverán locos cuando publique esto en mi cuenta más
tarde. Él sigue moviéndose hacia mí y yo sigo retrocediendo, pero luego me roba
la cámara de la cara y la sostiene a un lado.
"Ey."
"Bésame y podrás recuperarlo", bromea, inclinándose sobre mí para rozar

su nariz contra la mía.
Sacudo la cabeza hacia él y presiono mis labios contra los suyos, parpadeando cuando escucho
el clic de mi cámara a mi izquierda.
"¿Qué crees que estás haciendo?"
“Mostrarte lo feliz que luces en este momento”, dice simplemente, girando la

cámara para mostrarme la foto que acaba de tomarnos juntos.
Toco mis labios para ocultar la sonrisa en mi cara y él pasa sus manos por
mis costados, atrayéndome hacia él hasta que mi pecho choca con el suyo. Lo miro
y él me besa de nuevo, deslizando sus brazos alrededor de mi cintura con algo que
se parece muchísimo a una posesión.
Me está besando como si quisiera retenerme.
Y maldito sea, creo que yo también quiero eso.

22
Xander
Me recuesto contra el marco de la puerta y mastico chicle, observándola moverse

descaradamente mientras ella se inclina sobre la encimera del baño para ponerse brillo de
labios. Ella quería tomar una ducha cuando regresamos de la playa hace un momento y yo
necesitaba limpiar a mi sucio perro bastardo, pero ahora estoy enojado conmigo mismo por
perder la oportunidad de follármela allí. Parece ángel y demonio a partes iguales con un
tanga de encaje blanco y un sujetador a juego, y su cabello secado con toalla cae sobre su
espalda en sutiles rizos que llegan hasta la curva de su columna. Slow Down de Chase
Atlantic suena a través del altavoz del mostrador y ella lo sube un poco, levantando una ceja
cuando me mira el trasero.
"¿Te importa?"
Sonrío y me acerco a ella, pasando lentamente mi dedo por el borde del tanga en su
cadera. “¿Me pusiste esto?”
"No", miente, evitando mis ojos mientras se maquilla.

bolso elegante. "Necesito irme a casa ahora".
"¿Por qué?"
"Porque tengo tarea que hacer", miente de nuevo, alejándose de

que agarrara sus jeans desde un costado.
Le agarro la muñeca y la hago girar para que me mire, empujándola contra la pared
al lado de la puerta. Ella sonríe y tomo su cintura con ambas manos, atrapándola aquí con
mis caderas pegadas a las de ella.
Hemos entrado en un patrón predecible durante las últimas dos semanas: yo pretendo que
ella es mi novia y ella finge que no lo es, intentando dejarme todas las noches como si perteneciera
a cualquier lugar menos aquí. Nunca la dejé ir, pero a mi chica terca todavía le gusta pelear conmigo
para salvar las apariencias.
"Quiero ensuciarlos a todos otra vez", le informo, enredando mis dedos en su cabello para
tirar su cabeza hacia atrás.
Lamo el brillo labial de fresa de su boca y le doy mi chicle, disfrutando la forma en que toma
lo que le doy sin discutir. Beso su mandíbula y muevo mi boca hasta su garganta, gimiendo contra su
carne caliente cuando siento el sabor del gel de ducha que permanece allí.
Ella sabe a mí y me está volviendo loco.
Le chupo el cuello y ella gime, frotando su pequeño y caliente coño contra la parte delantera
de mi sudadera. "Xan."
"Lo sé, bebé", digo suavemente, arrastrando uno de sus muslos hacia arriba para bloquearlo.
alrededor de mi cadera. “Sólo un pequeño, ¿vale? Nadie tiene por qué saberlo”.
Ella gime y lo tomo como un sí, clavando suavemente mis dientes en su piel para marcarla
como mía. Sus caderas se doblan y quito mi mano de su cabello, deslizándola hacia abajo sobre su
estómago para llegar a la cintura de su tanga. Sumerjo mis dedos dentro y encuentro su clítoris con
el del medio, provocándola y jugando con ella hasta que se retuerce contra mí. Tan pronto como
termino con su cuello, acerca mi boca a la suya y me chupa el labio inferior, todavía frotando mi polla
a través de mi sudadera para hacerme enojar. Funciona y aprieto su trasero, alejándola de la pared
para hacerla retroceder hacia mi habitación. La empujo sobre la cama y caigo encima de ella,
separando sus piernas para ocupar el lugar que me corresponde entre ellas. Ella me muele y la beso,
amando la forma en que se deja llevar conmigo cuando nadie está mirando.
Su teléfono suena en la mesa de noche y ella lo ignora, pero luego suena otra vez y ella gruñe con
impaciencia, separando su boca de la mía para inclinarse y revisarlo.
"¿Quién es?"
"Noah", murmura, sin darse cuenta de la forma en que mi mandíbula se mueve porque
¿ por qué carajo ese chico lindo sigue llamando a mi puta chica?
Ella extiende la mano para levantarlo y yo agarro su muñeca, tomando el teléfono de

su mano para evitar que le cuelgue. “Te reto a que respondas”.
Ella maldice y yo sonrío como un imbécil, presionando el botón verde para devolvérselo.
Ella me mira como si quisiera matarme y se lo lleva a la oreja, sus ojos azul pastel brillan con
una mezcla de pánico y emoción.
“¿Élhola?” ella tartamudea, temblando debajo de mí cuando inclino la cabeza

para lamer el hematoma morado en su cuello.
Mío.
Su voz apagada llena mis oídos y paso mi mano por la parte interna de su muslo,
extendiéndola aún más para llegar a su coño. Me apoyo sobre un codo al lado de su cabeza y
empujo su tanga hacia un lado, observando su cara para ver su reacción mientras deslizo dos
dedos dentro de ella.
"Sí, yo uh... salí a correr", le dice ella, con los ojos en blanco ante la presión. "En la
playa."
Le robo el chicle de la boca y jugueteo con su clítoris con el pulgar, riéndome para mis
adentros cuando se muerde el labio para tapar los sonidos que suben por su garganta.
"Chica mala", le susurro al oído, doblando mis nudillos para frotar el lugar que la hará
gemir por mí.
"Oh, mierda, me refiero a nadie", se apresura, respirando con dificultad contra el suelo.
lado de mi cara. "Estoy solo."
Chasqueo mi lengua ante sus mentiras y deslizo mis dedos fuera de su coño, moviendo
lentamente uno hacia abajo para provocar su culo con él. "¿Alguna vez dejaste que te tocara
aquí?"
Ella se tensa pero sacude la cabeza y levanta las caderas de la cama para permitirme
un mejor acceso. Trabajo la punta dentro y ella gime antes de
Puede detenerlo, usando su mano libre para clavar sus uñas en la parte posterior de mi cuello.
A mi diablilla le gusta tener un niño en cada oreja, que yo le toque el culo y la haga temblar
mientras él escucha del otro lado... la está volviendo imprudente.
Ella empuja mi cabeza hacia abajo y le doy lo que quiere, dejando un rastro de besos con
la boca abierta en su estómago mientras me muevo para acostarme entre sus piernas. Ella pasa su
mano por mi cabello y lamo su clítoris, sonriéndole cuando lo escucho levantar la voz a través del
teléfono.
"Lo siento, yo... ¿qué dijiste?"
Él continúa hablando de joder sabe qué y yo sigo comiéndole el coño, escupiendo en el

dedo en su culo para deslizarlo un poco más. Lo llevo hasta el segundo nudillo y ella grita,
rápidamente se tapa la boca con una mano en un intento de mantenerlo dentro. Sacudo la cabeza
juguetonamente y aprieto la parte interna del muslo con mi mano libre, aumentando mi ritmo sobre
ella. clítoris para volverla loca. Sus piernas tiemblan como si estuviera a punto de correrse y gimo
sin remordimiento, tragándola con entusiasmo mientras ella se revuelve como un pez fuera del agua.
"JJ, ¿qué carajo estás haciendo?" Noah grita, lo suficientemente fuerte como para que yo
escuche cada palabra.
"Deshacerse de él."
Ella hace lo que le dice y arroja su teléfono a un lado, rápidamente agarrando ambos lados
de mi cuello para llevarme a su boca. "Eres un idiota".
"Pero te gusta", bromeo, empujando mi sudadera hasta mis muslos para sacar mi polla.
"¿Te gusta ser mía?"
Ella asiente y yo sonrío, moviendo mis caderas para pasar mi piercing sobre su entrada.
Ella levanta su trasero para meter la punta y yo empujo mi camino hacia adentro, mi cabeza da
vueltas por el calor de su coño que me rodea.
"Joder, Xan", gime en mi boca. "Hazlo otra vez."

"¿Hacer qué otra vez?"
Ella se aleja para mirarme y yo me río, moviendo mi mano.

debajo de ella para llegar a su trasero.
"Algún día pondré mi polla aquí", le informo, bajando la cabeza para deslizar mi lengua sobre
su labio inferior. “Se sentirá tan jodidamente bien, cariño. Tan jodidamente apretado”.
"¿Por qué no puedes hacerlo ahora?"
Fóllame.
"Porque el anal duele si no lo haces bien", le explico, reduciendo mi ritmo para asegurarme
de no correrme antes que ella. "Necesitamos lubricante y tú necesitas más práctica".
"Apuesto a que Trav tiene lubricante".
"Probablemente, sí", estoy de acuerdo. "¿Quieres que vaya a preguntarle muy rápido?"
Ella abre la boca para responder, pero la cierra de nuevo, frunciendo el ceño.
ella misma mientras piensa en eso por un segundo. "Está bien, entiendo tu punto".
Me río entre dientes y rodeo su culo con mi dedo medio, deslizándolo hacia adentro para
estirarla un poco. La atraigo hacia mí y ella gime, apretando sus caderas contra mí para follarme golpe
tras golpe.
"Joder, Jordyn", dije, inclinándome sobre ella para sacar su labio.

entre mis dientes. "Frota tu clítoris y siente lo mojada que estás para mí".
Se agacha entre nosotros y hace lo que le dicen, con la boca entreabierta mientras juega
consigo misma. Ella inclina su cabeza hacia atrás y yo aprovecho al máximo, deslizando mi lengua
entre sus labios para provocarla con mi piercing. Ella gime una y otra vez y me agarra el pelo con la
mano libre, su coño aprieta mi polla con fuerza mientras se corre.
"Maldita sea, cariño, eres tan jodidamente mala", la elogio, sabiendo que está cerca. "Hazte
venir".
"No soy yo, Xan", dice entrecortadamente, su cuerpo temblando incontrolablemente contra el
mío. "Mierda."
Ella viene y yo nos cabalgo a ambos, follándole la boca con mi lengua mientras mi polla se
dispara dentro de ella. Me muerde los labios y me atrapa entre sus muslos, tirando de mi cabello con
tanta fuerza que me duele el cuero cabelludo. Gruño y deslizo mis rodillas hacia arriba para sujetarla
debajo de mí, nuestra respiración agitada se mezcla mientras intentamos bajar desde lo alto.
Estoy tan jodidamente drogado.
Ella es la mejor droga que he probado y soy oficialmente adicto, fuera de control y desesperado
por no perder mi dosis.
Una parte de mí se siente como un pedazo de mierda por robármela porque es demasiado
buena para mí y lo sé, pero a la otra parte de mí le importa un carajo.
Accidentalmente me topé con la chica que quiero de por vida a los dieciocho años y me la
quedaré.
Indefinidamente.
h
Bear se queja en la puerta del patio y dejo escapar un suspiro, dejando a Jordyn acurrucada en
mi cama mientras me obligo a levantarme para volver a ponerme el chándal.
"Tu papá me debe mucho por dejarme tu necesitado trasero", murmuro, acercándome para abrirle la
puerta.
Mi chica se ríe detrás de mí y le guiño un ojo, siguiéndolo afuera para comprobar por qué está
tan preocupado. Él camina hacia la piscina climatizada y busco en la oscuridad, frunciendo el ceño
cuando encuentro a Travis sentado en el borde con las rodillas pegadas al pecho, una cerveza en las
manos y la cabeza gacha. Bear se acuesta en el cemento junto a él y mira hacia arriba, poniendo los
ojos en blanco cuando me ve de pie a su lado.
"¿Estás bien?"
Él se ríe ligeramente de eso, pero no creo que me encuentre gracioso. “¿Qué estás
haciendo, Xan?”
"¿Qué?"
"¿Sabes qué?", murmura, moviendo su muñeca hacia la casa de la piscina detrás de mí.
“No necesitaba que Kian me hablara de ti y de ella. Ustedes dos han estado merodeando por aquí
durante semanas, probablemente más.
"¿Es eso un problema para usted?" Pregunto, dejándome caer al otro lado.
cuando decide permanecer en silencio. "¿Por qué estás tan en contra de ella y de mí?"
"Porque se supone que ella es de Noah", dice sin rodeos, llevándose la cerveza a la boca
para tragársela. "Él cree que ella se sienta sola en casa todas las noches para arreglar su orgullo
roto, tomándose un minuto para calmarse antes de que finalmente lo acepte de regreso".
Lo dudo mucho considerando lo que escuchó por teléfono esta noche, pero no le digo eso.
"Si descubre que ella ha estado jodiendo contigo todo este tiempo, tomará represalias".
"Me importa una mierda lo que haga".
“Sé que tú no, pero yo sí”, subraya. "En realidad me preocupo por esa chica en tu cama,
idiota".
"Joder, por favor, hombre, ni siquiera la conoces".
Él frunce el ceño ante eso, echando la cabeza hacia atrás para hacer rebotar sus ojos entre
mío. "¿Qué carajo significa eso?"
Mi mandíbula hace tictac pero mantengo la boca cerrada, en parte porque no tengo ganas
de discutir con él, pero sobre todo porque no me corresponde decírselo.
misterios.
Él no sabe que las películas de terror espeluznantes la ponen caliente o que le gustan los
malvaviscos debajo de la crema o que se siente insegura de su cuerpo gracias a las infinitas veces
que la gente ha intentado destrozarla.
hasta su nivel. Él no sabe nada de las fotografías ni de Washington ni de que esta vida de
mierda a la que se ha visto obligada la está matando lentamente, día tras jodido día.
Él no la conoce como yo.
Nadie hace.
Él levanta una ceja arrogante y yo me río entre dientes, sacando mis cigarrillos de mi
bolsillo para encender uno. "Me gusta, Trav", lo admito. " Realmente me gusta".
"Tal vez sea cierto, pero ¿qué pasa cuando te aburres dentro de una semana, un mes o
un año?" pregunta, bajando la voz para asegurarse de que ella no escuche lo que viene a
continuación. "Vas a romperle el corazón, hombre".
"No, no lo soy", digo simplemente, mirando por encima del hombro para mirarla a través
de la ventana. "Ya no soy ese tipo".
"¿Desde cuando?"
Me encojo de hombros y soplo el humo, sonriendo para mis adentros mientras le doy
la única respuesta que hay. "Desde ella".
23
jdyn
Se toma este juego demasiado en serio.
No importa lo que lo reto a hacer, no puedo lograr que me diga que no. Le hice
beber un vaso de salsa picante, le hice usar mi ropa interior durante un día entero, incluso
le pinté las uñas, joder, y aún así, aquí está, mirándome desde el otro lado del pasillo, de
espaldas. descansando en su casillero y su teléfono en la mano, sus uñas negras a la vista
de todos
para ver.
Necesito mejorar mi juego.
Así que eso es exactamente lo que he hecho.
Xander: No puedes hablar en serio.
Jordyn: Lo digo en serio.
Xander: Eso es hacer trampa.
Jordyn: Cariño, eso es ganar.
Él niega con la cabeza y yo sonrío, sabiendo que lo tengo esta vez, pero luego me
sorprende y se quita la corbata torcida del cuello, arrojándola en su casillero por encima
del hombro.
Él no lo haría...
"¿Que esta haciendo?" Kian pregunta a mi lado, dejando caer su mandíbula

cuando Xan se quita la camisa del cuerpo y se pone a trabajar en la cremallera de sus
pantalones. "Ay dios mío."
Levanto mis manos para taparme la boca y el pasillo estalla en caos, la mayoría
de las chicas chillan y miran a mi maldito hombre mientras se desnuda, sin parar hasta
que está desnudo frente a al menos la mitad de toda la clase del último año. . Sienna
se saca el labio entre los dientes y me froto las mejillas con las manos, maldiciéndome
interiormente por haberme planteado un desafío tan estúpido.
Esta fue una mala idea.
Ladea la cabeza como si me hubiera escuchado y bajo mis ojos a su polla, sin
perderme la forma en que apenas puede mantenerla cubierta con una mano. Kian mira
fijamente su forma con una sonrisa descarada en su rostro y Travis deja escapar un
suspiro agravado, pellizcando el puente de su nariz con una mirada que grita
jodidamente idiota.
“Amigo, mi mamá viene…”
“¡Alejandro Reid!” chilla la directora, haciendo que varios estudiantes y miembros

del personal salten mientras ella se abre paso entre la multitud dividida para llegar hasta
nosotros.
"¿Sí, señora?" Pregunta, todavía mirándome.
"Alexander", digo, haciéndolo reír.
"Por el amor de Dios, sólo... cúbrete y ve a mi oficina", dice, con el rostro

ardiendo con una mezcla de vergüenza y rabia.
"¡Ahora!"
Oh, joder.
h
Cuarenta y siete minutos después, mi teléfono vibra con un mensaje de texto y lo

saco para revisarlo, soltando el aliento que estaba conteniendo cuando me doy cuenta de
que su tía aún no lo ha matado.
Xander: Dile que necesitas ir al baño.
Xander: Trae tu mierda contigo.
Arqueo las cejas ante eso, dudando un minuto antes de decidir hacer lo que
me dicen. Algunos estudiantes me siguen con la mirada, pero los ignoro y mis talones
golpean el suelo mientras camino hacia el escritorio del profesor.
"¿Puedo ir al baño por favor?"
Él agita su permiso sin levantar la vista y yo salgo al

pasillo, chillando cuando dos manos agarran mi cintura por detrás.
"Xan", siseo, riéndome cuando me golpea el trasero y me hace girar para

mirarlo. "¿Qué pasó?"
“Me suspendieron”.
“¿Y estás feliz por eso?”
"Cariño, tengo tres días libres", bromea, inclinándose sobre mí para entrelazar
nuestros dedos. "¿Quieres saltarte el último período conmigo?"
Me muerdo el labio y bajo los ojos hasta nuestras manos, sonriéndome al ver
el esmalte negro en mis uñas. Se supone que no debo usar esta porquería barata,
como la llama mi madre, pero él quería pintar la mía después de que terminé la suya
y le dejé hacerlo, más que nada por el juego, pero también porque me he convertido
en un tonto enfermo de amor. Sin cerebro.
"¿Puedo conducir?" Pregunto, alejándome de él para dirigirme hacia la salida

al final del pasillo.
Me lanza sus llaves y aplaudo como un niño de cinco años, guiándome hacia
el estacionamiento para saltar al asiento del conductor de su rudo Camaro.
"¿Sabes lo que significa coño azotado?" Pregunta, deslizándose a mi lado

para tirar nuestras maletas en la parte de atrás.
"¿Sí, por qué?"
"No hay motivo", murmura, sacando su teléfono para conectarlo al estéreo.

"¿A dónde quieres ir?"
Me encojo de hombros y busco mis propias llaves, levantándolas para

mostrarle el llavero del diablo morado que me dio hace todas esas semanas.
"¿Quieres saber un secreto?"
24
Xander
Ella parece nerviosa.
Y exitado.
Luego vuelve a ponerse nerviosa mientras me lleva más allá de su dormitorio,

deteniéndose para mirarme por completo cuando llegamos a un conjunto de puertas
dobles al final del pasillo. “Esto es una estupidez”, decide. “Tal vez deberíamos
simplemente encender un fuego o algo en lugar de…”
Sacudo la cabeza y tomo su rostro entre mis manos, riéndome levemente cuando
me doy cuenta de que preferiría provocar un incendio conmigo antes que mostrarme lo
que hay allí.
"Bebé."
"¿Qué?" pregunta, moviendo sus ojos entre los míos.
“¿Quieres abrirlo ahora?”
Ella toma aire y mete la llave en la cerradura, mirándome de reojo por encima del
hombro mientras la sigo al interior. Ella cierra la puerta detrás de nosotros y miro a mi
alrededor, frunciendo el ceño cuando no encuentro nada más que oscuridad.
Qué..?
“Esta solía ser la oficina de mi papá”, dice desde algún lugar a mi lado, accionando
un interruptor en la pared para bañar la habitación con un brillo rojo oscuro. "Mi mamá no
lo quería para nada así que... ahora es mío".
Parpadeo y espero a que mis ojos se adapten, sonriendo cuando veo las varias
imágenes pegadas en las tres líneas que cuelgan sobre nosotros. Las ventanas están
completamente oscurecidas y tiene tres mesas largas dispuestas en filas ordenadas, las
superficies llenas de botellas de líquido y casetes de películas y otros materiales que no puedo
nombrar.
"¿Es este un cuarto oscuro?"
Ella asiente y se mete el pelo detrás de las orejas, sonriendo para sí misma cuando
capta la emoción en mi rostro. Me gusta cuando se abre conmigo de esta manera, cuando me
muestra cosas que nunca antes le había mostrado a nadie. Me marea saber que ella confía en
mí antes que en ellos, saber que me elige a mí antes que a ellos.
Me hace suyo.
"Me gusta este", le digo, colocando cuidadosamente mi dedo debajo de la foto de

nosotros besándonos en la playa esa noche, sin estar seguro de si puedo tocarlo.
"¿Te refieres al único que no tomé?" bromea, haciéndome reír.
Aparentemente más contenta que hace un minuto, se lava las manos en el lavabo de
la esquina y luego regresa hacia mí y levanta la mano para quitar la foto de la fila.
"¿Están secos ahora?" Le pregunto y ella asiente y arroja las clavijas a la caja.
a un lado mientras ella avanza para hacer lo mismo con el resto.
Ella trata de explicarme todo el proceso y hago lo mejor que puedo para seguirle el
ritmo, pero honestamente no tengo ni puta idea de qué está hablando. Ella se ríe como si lo
supiera y quita el último de su percha, inclinando su cabeza hacia mí para seguirla hasta el
sofá de dos plazas en la pared del fondo.
Dejo caer mi trasero y ella se sienta entre mis piernas, apoyando cómodamente su cabeza en
mi hombro mientras revisa las fotos una por una. Ella levanta sus rodillas hasta su pecho y yo
envuelvo mis brazos alrededor de su cintura, disfrutando la forma en que su cuerpo se amolda
al mío como si estuviera hecho para mí.
"¿Dónde está tu papá, Jordyn?" Pregunto después de un rato, pasando suavemente mi

pulgar sobre su cintura debajo de su camisa. "Nunca hablas de él".
"Eso es porque no hay mucho de qué hablar", dice en voz baja. "No sé dónde está".
"¿Qué quieres decir?"
“Dejó a mi madre y se casó con otro hombre cuando yo tenía cinco años”, explica, pero
no parece enojada ni amargada por eso. "No he vuelto a verlo ni a saber nada de él desde
entonces".
Mis cejas se arquean y aprieto mis brazos alrededor de su cintura, inclinándome sobre
ella para besar el lugar debajo de su oreja. "Él se lo pierde, cariño".
"Lo sé", susurra, girando la cabeza para sonreírme.
Levanta la mano para pasarme la corbata por encima del hombro y la veo pasar los
dedos por ella, incapaz de evitar querer más. “¿Cuál es tu mayor secreto?”
"Lo eres", responde ella, sin pensar en pasar su corbata por la mía para
anudarlos juntos. “Tú eres mi secreto”.
"¿Sí?" Bromeo, moviendo mis manos hacia arriba para apretarle las costillas. “¿Qué
es lo que más te gusta de mí?”
"Tus abdominales", dice inexpresivamente. "Definitivamente tus abdominales".
Me río y ella mueve las fotos de su regazo al sofá junto a nosotros, guarda silencio un
minuto antes de volver a hablar.
“Es tu visión de la vida”, admite, todavía jugando con nuestras corbatas anudadas.
“La forma en que eres simplemente tú sin disculparte por ello. La forma en que te pones a ti
mismo en primer lugar y tomas lo que quieres. La forma en que te diviertes . Ojalá tuviera las
agallas para parecerme más a ti.
Sonrío para mis adentros y le levanto la barbilla con el dedo índice, inclinándome hacia
que ella hable por encima de sus labios. "Está bien ser quien eres, cariño".
"Lo sé, pero... ¿y si a nadie le gusta quién soy?"
"No importa", digo simplemente. "Lo único que importa es que te gustes a ti mismo".
Sigue el silencio y estoy a punto de decirle lo jodidamente bonita que es,

pero luego se da vuelta y me tapa la boca con la mano. "Me toca hacer las
preguntas", decide, abriendo las piernas para sentarse a horcajadas sobre mis
muslos. “¿Cuál es tu mayor secreto?”
Sonrío ante eso, apretando mi polla contra su coño mientras repaso todas
las cosas de mierda que he hecho a lo largo de los años. “Tuve un trío con mi
maestra y su hijastro hace unos meses”.
Sus ojos se abren y su boca se abre, sus mejillas brillan aún más de lo
habitual gracias a las luces rojas que nos rodean. “¿Estaba casada con su padre?”
"Sí."
"¿Te arrepientes?"
"No precisamente."
“¿De qué te arrepientes entonces?” Pregunta, apoyando sus antebrazos

sobre mis hombros, pasando sus dedos por mi cabello. "¿Cuál es tu mayor error,
Xan?"
Ese me golpea donde duele y me aclaro la garganta, vacilando un poco.

segundo mientras considero cómo decir esto. "Yo uh... hice que mataran a mi hermano".
Su rostro cae y junta las cejas, sus ojos se llenan de lágrimas.

con lágrimas cuando ve la mirada en la mía. “Xan…”
"Él no estaba enojado por eso", susurro, riéndome ligeramente al recordar

las últimas palabras que me dijo. "El estúpido cabrón lo encontró un poco divertido,
en realidad..."
25
Xander
hace tres años
"Nik, vamos", me quejo, dejándome caer en el borde de su cama para sacudirlo.

"Prometiste que me sacarías".
"Vete a la mierda, pequeña mierda", murmura, hablando en su almohada. "Estoy

durmiendo."
"Has estado dormido todo el día".
"Sí, porque estuve despierto toda la noche", responde, azotando su

brazo extendido para empujarme sobre mi trasero.
Suspiro y me levanto para ponerme de pie, sonriendo cuando conecto mis ojos
con la chica morena desnuda tendida a su lado. Le guiño un ojo y ella me devuelve el
guiño, rodando sobre su costado para levantar su muslo sobre la cintura de mi hermano.
"¿Oye, Nik?" Le pregunto, levantando una ceja cuando ella se agacha para
envolver su polla con su puño.
“¿Qué, Xan?”
"Te reto."
Él gruñe y tira las mantas, cubriéndose la polla con la mano mientras salta para
señalarme la cara con el dedo. "Si mamá se entera de esto, te arrojaré tu lamentable
trasero debajo del autobús".
Sonrío y él me da la espalda y se aleja para encerrarse en el baño. Su cita me mira y

me acerco a ella, pero luego la puerta del baño se abre de nuevo y él se inclina para tomarle la
mano y levantarla para llevarla con él. Sus rodillas tocaron el suelo y solté un bufido, saliendo
de su habitación para esperarlo en la mía.
Bastardo egoísta.
h
Un poco más de tres horas después, estoy perdido en una mezcla de no sé qué y Nik
tiene a una chica rubia al azar en su regazo, sonriéndome por encima del hombro mientras ella
le chupa el cuello en el nivel superior del club. él me trajo a. Su cabello castaño oscuro cae
sobre sus ojos de la misma manera que el mío y ella lo empuja hacia atrás, envolviendo sus
brazos alrededor de su cuello para frotar su polla a través de sus jeans. Sacudo la cabeza con
una sonrisa y tomo mis bebidas del camarero, volteándome para regresar con mi hermano y el
resto de nuestros amigos, pero entonces un hombro golpea el mío y giro mi cabeza, derramando
accidentalmente un poco de vodka sobre ella. brazo.
"Mierda, lo siento", grito por encima de la música, parpadeando cuando me doy cuenta
de que es la misma chica que vi en la cama de Nik esta noche. "Ey."
"Oye", murmura, rápidamente cortando los ojos de izquierda a derecha como si tuviera
miedo de algo.
Tiene rayas negras de maquillaje corriendo por sus mejillas y su lápiz labial rojo está
corrido por toda su boca, su cuello y muñecas cubiertas de moretones que definitivamente no
estaban allí cuando salió de mi casa hace unas horas.
“¿Estás bien…”
"¡Gen!" una voz masculina ladra detrás de ella, agarrando bruscamente su brazo para
atraerla hacia él. “¿Cuántas veces tengo que decirte que dejes de huir de mí?”
Ella traga y se aleja de él, con los ojos muy abiertos con miedo genuino, como si
estuviera a punto de golpearla. Da un paso amenazador hacia adelante y dejo mis bebidas
en la barra, moviéndome instintivamente entre ellas para bloquear su camino. Él sigue
viniendo y empujo su trasero hacia atrás, sin perderme el espeluznante tic en su mandíbula
o la rabia en sus ojos, sus fosas nasales abiertas y agrietadas por la cantidad de coca que
ha aspirado por la nariz.
"Aléjate de ella."
"¿Quién carajo es este niño?" pregunta al mismo tiempo, estirando el cuello para
mirarla. “¿Es este él?”
Ella niega con la cabeza y él envuelve sus manos alrededor de mi cuello, hundiendo
bruscamente sus pulgares en mi garganta para asfixiarme. Me alejo un poco para darle un
puñetazo en la nariz y él retrocede un paso, escupiendo enojado la sangre de su boca
antes de regresar por más. Estaba a punto de golpearlo de nuevo, pero entonces me lo
arrebatan por la camisa y estoy rodeado por todos lados.
"Ese es mi maldito hermano, estúpido pedazo de mierda", dice Nik.

empujándolo sobre su trasero para golpear su cabeza contra el suelo.
Gritos y llantos llenan mis oídos y nuestro pequeño rincón del club estalla en un
caos incontrolable: sus chicos pelean con los nuestros mientras mi hermano mayor le da
una paliza al exnovio de Gen, supongo.
"La única noche que te sacamos, pequeño Reid", bromea nuestro amigo Justin,
Sacudiendo juguetonamente la cabeza hacia mí mientras roba mi bebida de la barra.
Me río y busco a Nik entre la multitud, pero al principio no lo encuentro, pero luego
lo hago y el corazón se me sube a la garganta, y mis ojos se posan en la botella de vidrio
rota que sobresale de su estómago.
¡Nik! Grito, apresurándome al mismo tiempo, pero no llego a él a tiempo antes de

que el tipo que acaba de apuñalar a mi maldito hermano le arranque el vidrio de la carne y
lo empuje hacia atrás, enviándolo volando por encima de la barandilla y cayendo hacia él.
la pista de baile debajo de nosotros.
No.
Por favor no.
Más gritos histéricos resuenan por todo el club y corro lo más rápido que puedo, saltando
las escaleras para arrodillarme junto a él.
Todavía está despierto, acostado boca arriba con las piernas enredadas debajo de él, una
repugnante cantidad de sangre brotando de su estómago y de la herida fresca en su sien. Entro
en pánico y me rasgo la camiseta por la cabeza, presionándola contra su sien mientras presiono
mi mano desnuda contra su abdomen. Uno de los camareros se deja caer a mi lado y me entrega
un par de toallas de mano para que las use, con el teléfono presionado contra la oreja mientras
recita palabras y frases que me dan ganas de vomitar.
Apuñalado.
Sangrando.
Jodidamente paralizado.
Esto no puede ser real.
Sus ojos color avellana buscan los míos y frunce el ceño, casi como si no lo hiciera.
darse cuenta de lo que está pasando todavía. "Xan."
"Nik", dije entrecortadamente, apenas reconociendo el sonido de mi propia voz.

"Maldita sea".
"Es malo, ¿no?"
"No", gruñí, sacudiendo frenéticamente la cabeza para tranquilizarnos a ambos. "No, esta
bien. Tu vas a estar bien."
Él se ríe de eso, porque por supuesto mi hermano idiota se reiría de un

tiempo como este. "Eres un asco mintiendo".
Maldito infierno.
Lágrimas espesas corren por mi cara y él me sonríe, levantando lentamente su mano

hasta la nuca para atraerme hacia él. "Hazme un favor, ¿vale?"
"¿Que favor?" Pregunto, intentando y sin éxito ocultar el sollozo que sube por mi
garganta.
"No dejes que esto te convierta en algo que no eres", gruñe, respirando
temblorosamente en sus pulmones antes de continuar. "No quiero que te conviertas en una
pequeña perra de mal humor, sin amigos y sin vida".
“¿Qué se supone que debo ser?”
“Sé tú mismo”, dice simplemente. "Irresponsable, imprudente y jodidamente estúpido,

como siempre".
Sacudo la cabeza y él intenta apretarme con más fuerza, apretando débilmente mi

mandíbula para que mis ojos vuelvan a sus pálidos ojos.
Se están desvaneciendo.
Está muriendo justo frente a mí y no puedo detenerlo.
"Prométemelo, Xan."
“¿Y si no lo hago?”
"Perseguiré tu flaco trasero hasta que llores", bromea, sonriendo cuando ve la

expresión de mi cara.
"No eres gracioso".
"Creo que soy gracioso".
Lloro y apoyo mi frente contra la suya, abrazándolo lo mejor que puedo con mis manos
donde están.
"¿Oye, Xan?"
"¿Qué?" Pregunto entre lágrimas, retrocediendo un centímetro para mirarlo a los ojos.
"Te reto."
26
jdyn
presente
Me duele el corazón por él y entierro mi cara en la curva de su cuello, pasando

suavemente mis uñas por su cuero cabelludo en un intento de consolarlo. "No fue tu culpa,
Xan", susurro, apenas logrando ocultar las lágrimas silenciosas que se escapan de mis
ojos. “Eras sólo un niño. No sabías lo que pasaría”.
Él se ríe tristemente ante eso, apretando sus brazos alrededor de mi cintura

mientras besa un lado de mi cabeza. “Mis padres no están de acuerdo contigo, princesa.
Saben que comencé la pelea con el tipo que lo mató. Creen que debería haber sido yo”.
“¿Te dijeron eso?”
Él se encoge de hombros y cierro los ojos, cabreada y disgustada por la forma en

que han tratado a su propio hijo durante los últimos tres años. Entiendo que deben haber
estado desconsolados después de la muerte de Niko, de verdad, pero si algún día tengo
mis propios hijos, me gusta pensar que los amaría incondicionalmente, algo que ambos
nos hemos perdido, al parecer.
"¿Quieres niños?" —dejo escapar, inmediatamente pateándome por preguntarle

eso.
Buen trabajo, idiota.

"Sí", responde, ni siquiera un poco molesto por mi estupidez.

"Dos niños y una niña. Quiero que tengamos a los niños primero, para que puedan protegerla
cuando sean mayores. Nik y yo siempre quisimos una hermana pequeña”.
Parpadeo ante eso y lentamente me alejo para mirarlo. "Eso fue una broma, ¿verdad?"
"No. Queríamos llamarla Frankie”.
Ruedo mis labios y él me sonríe, claramente esperando que lo llame la atención por lo que
acaba de decir – nosotros, como si fuera inevitable – pero no hago eso.
En lugar de eso, paso mis manos por su cuello y bajo hasta la cadena, sacándola con cuidado
para colocarla sobre su camisa.
“¿Era esto suyo?” Pregunto, pasando mi dedo por la cruz plateada en su pecho. “¿Es por
eso que nunca te lo quitas?”
Él asiente y levanto mis ojos hacia los suyos, frunciendo el ceño cuando veo la estúpida
sonrisa en su rostro. Estoy a punto de preguntarle por qué me mira así considerando que estamos
hablando de su hermano muerto, pero entonces nuestros teléfonos suenan con una serie de
mensajes y cerré la boca. Saco el mío para comprobarlo y él hace lo mismo, ambos miramos hacia
abajo para abrir el chat grupal de tres vías al que Kian nos agregó hace un momento.
Kian: Será mejor que ustedes dos, perras, no se pierdan mi fiesta.
Kian: Estoy haciendo margaritas.
Kian: Por cierto, todo el mundo sabe que os marchasteis juntos.
Kian: Parece que Noah quiere matar a alguien.
Kian: Es muy gracioso.
Xan se ríe y sacudo la cabeza hacia él, dejando mi teléfono en

el sofá para tomar su rostro entre mis manos. "¿Quieres ir conmigo?"
"¿Montarás mi polla primero?" Pregunta, deslizando sus manos sobre mis muslos debajo
de mi falda.
Asiento un poco más rápido de lo necesario y él tira de mi tanga hacia un lado,

extendiéndose entre nosotros para sacar su polla de sus pantalones. Escupe en sus dedos
para mojar mi coño y me hundo sobre él, gimiendo al sentir su piercing dentro de mí. Inclino
mi cabeza hacia atrás y giro mis caderas, montándolo tal como él me dijo.
"Joder, bebé", susurra, envolviendo nuestras corbatas aún anudadas alrededor de

su puño para atraerme hacia él. "Eres tan jodidamente sexy".
Mi coño palpita ante la mirada de sus ojos y lo beso, chupando sus labios y su
lengua mientras él me excita con su mano libre. Busco a tientas los botones de mi camisa
y la bajo hasta mis hombros, pasando mis dedos por su cabello para acercar su boca a mi
cuello. Se ríe como un imbécil pero me da lo que quiero de todos modos, todavía frotando
mi clítoris con su pulgar mientras provoca mi pulso con sus labios.
Me gusta tener su huella en mí y él lo sabe.
Mi pequeño y sucio secreto.
“Hazlo”, suplico, ignorando lo desesperada y necesitada que me hace parecer.

"Ahora, Xan."
Él hunde sus dientes en mi carne y yo gimo en voz alta, clavando bruscamente mis
uñas en su cuello para mantenerlo allí. Mi orgasmo me golpea como un maremoto y lo
muevo para que dure el mayor tiempo posible, amando la forma en que gime contra mí con
su propia liberación. Su semen se escapa de mi coño y me aprieta el culo, inclinándose un
poco hacia atrás para mirar hacia abajo.
a nosotros.
"Qué jodidamente sexy", repite, sacando su polla para deslizar la punta sobre mi
clítoris. "Quiero ir de nuevo".
"¿Ya?"
Él asiente, atrayéndome para presionar sus labios contra mi oreja. "¿Vas a dejar
que te folle contra la pared en tu ducha de chica rica?"
"Joder, sí".
h
La mandíbula de Kian cae al suelo cuando me ve y Travis se ahoga con su
cerveza, sus ojos casi se le salen de las órbitas mientras me mira a mí y a mi forma. Llevo
un bralette negro con un par de jeans rotos sobre unas medias de rejilla de cintura alta,
mi cabello recogido en una cola de caballo recta y desordenada en la parte superior de mi
cabeza.
"No para ti, imbécil", dice Xan a mi lado, apartando juguetonamente la cabeza de
su primo antes de inclinarse para besar mi cuello. "¿Quieres un trago?"
Asiento y él me guiña un ojo, retrocediendo para caminar hacia la barra instalada

en la isla de la cocina de Kian. Los chicos continúan mirándome y yo me muerdo el interior
de la mejilla, sintiéndome un poco cohibida cuando me doy cuenta de que no son los
únicos que me miran como si me hubieran crecido dos cabezas.
"Yo, uh..." Me detengo, aclarándome la garganta torpemente mientras decido qué

para decirles. "Xan me ayudó a vestirme, ¿de acuerdo?"
"Sí, podemos verlo", se ríe Kian, tomando mis manos para tirar de mí.
en él. “Bebé, te ves bien. Aunque te odio un poco por eso”.
"¿Qué? ¿Por qué?"
"Porque mi amigo de mierda parece querer tu trasero más que el mío", bromea,
pero no me pierdo la clara indirecta destinada al chico detrás de él.
"Ki", dice Travis, pero Kian simplemente le da la vuelta y me aleja, manteniendo

mi mano mientras nos abrimos paso entre la multitud separada.
"¿Qué fue eso?"
"Nada", dice sin convicción, pero no me lo creo.
"Kian."
"JJ", se burla de mi tono, poniendo los ojos en blanco cuando capta la mirada.
mi cara. "¿Qué?"
"Cariño, él es más que un simple compañero de sexo".
"Intenta decirle eso", murmura. "Él no me quiere para nada más que una la"
"Joder, no lo hago", interrumpe Travis, agarrando su cuello para tirar de su espalda

hacia su pecho.
Kian grita y me paso el pulgar por los labios, haciendo lo mejor que puedo para ocultar
mi risa mientras Travis lo aleja de mí. Desaparecen por la esquina y me muevo para ir a
buscar a Xan, suspirando cuando me encuentro cara a cara con mi exnovio. Me he vuelto
muy bueno evitándolo en las últimas semanas, más aún desde la noche que hablé con él por
teléfono mientras Xan me hacía venir para que lo escuchara, pero parece que se me acabó la
suerte.
"¿Qué deseas?"
"¿Qué carajo estás usando?" Me muerde, frunciendo el labio con disgusto mientras
mueve sus ojos de mi cara a mis talones y vuelve a subir.
Una risa amarga me deja y ladeo la cabeza hacia él, honestamente preguntándome
qué vi en este pedazo de mierda narcisista. Estaba segura de que estaba enamorada de él
cuando éramos niños, pero últimamente he empezado a preguntarme si eso es sólo porque
habría hecho cualquier cosa para hacer feliz a mi madre.
Ella quería que amara a Noah, así que lo hice, me convencí de que así era como se sentía el
amor y seguí adelante porque tenía que hacerlo.
Pero no fue amor, ¿verdad?
Lo entiendo ahora.
Sus fosas nasales se dilatan como si lo supiera y abre la boca para decir algo más,
pero entonces Xan empuja su trasero hacia un lado y toma su lugar frente a mí, entregándome
casualmente una margarita como si los últimos tres segundos no hubieran sucedido. Levanto
una ceja y él toma mi mano entre las suyas, atrayéndome hacia él para hablar sobre mis
labios.
"Mío."
Escondo una sonrisa y él me devuelve la sonrisa, ignorando a Noah por completo mientras
me lleva hacia la pista de baile improvisada junto a la piscina. Envuelvo mi brazo alrededor de su
cuello y levanto mi bebida a mis labios, disfrutando la forma en que baila conmigo sin ninguna
preocupación en el mundo. Me hace girar y esta vez sonrío de verdad, pero mi estado de ánimo
pronto cambia cuando veo a Sienna mirándonos desde su lugar en la cocina. Esta no es la primera
vez que la pillo mirándome y probablemente no será la última, y aunque sé que Xan probablemente
nunca iría allí, no puedo negar la ansiedad que me recorre al pensar en él. engañándome con ella.
O cualquiera.
"¿Qué tienes en mente, princesa?" Me pregunta, levantando suavemente mi barbilla para

que mis ojos vuelvan a los suyos.
"Sienna quiere follarte", digo infantilmente, resoplando con irritación.

Respiro cuando noto la diversión en su rostro. "¿Crees que eso es gracioso?"
"Creo que estás celoso", bromea, bajando la cabeza para sacar mi labio inferior entre sus
dientes. “Y aunque hace que mi polla se ponga realmente dura, no tienes ninguna maldita razón
para estarlo. Te quiero , Jordyn James.
Incluso cuando no estás mirando, eres todo lo que quiero”.
"¿Está bien?" Saco, luchando por ocultar la forma en que mi corazón se salta todos los
malditos latidos. "¿Y si te desafiara a besar a otra chica?"
"Perdería el juego", dice simplemente, encogiéndose de hombros como si no me hubiera

mentido en la cara.
"No, no lo harías".
"Entonces, desafíame", me desafía, envolviendo ambos brazos alrededor de mi cintura

para apoyar su frente en la mía. “Quieres ganar, ¿verdad? Desafíame a besar a otra persona y te
mostraré lo mucho que significas para mí.
Parpadeo ante eso, momentáneamente sorprendida y me quedo en silencio porque,

joder, habla en serio.
Él espera como si pensara que lo haré, pero sacudo la cabeza y le sostengo los ojos.
mientras dejo mi bebida en la mesa de billar a nuestro lado. "Bésame en su lugar".
"¿Seguro?" él pide. “¿Aquí mismo, frente a todos tus pequeños amigos juiciosos?”
Sonrío y deslizo mis manos hasta su cuello, tirando de él hacia abajo para pasar mis
dedos por su cabello. "Te reto."
Presiona sus labios contra los míos y le devuelvo el beso, ignorando los susurros y
los varios pares de ojos sobre nosotros mientras busco su piercing con mi lengua.
No lo entienden y probablemente nunca lo entenderán, pero ya no me importa.
Lo quiero y lo llevaré, tal como él me enseñó.
"Xan", le susurro, dudando un segundo antes de decidir decírselo. "Creo que me

estoy enamorando de ti."
Una ligera risa lo abandona y sonríe contra mis labios, todavía moviéndose.
conmigo al ritmo de la música. "Bebé, ya me he caído".
27
Xander
“Me encanta tu piel”, me dice, pasando suavemente sus uñas por la tinta de mis
antebrazos. "Es tan lindo."
"¿Bonito?" Pregunto, divertido por ella y su incapacidad para tolerar el alcohol.
Nunca la he visto terminar un solo trago en los dos meses que la conozco. Por lo
general, toma un sorbo de lo que le dan y lo deja en algún lugar, pero esta noche se tragó
dos margaritas y cuatro tragos de gelatina morada, uno tras otro. La interrumpí hace
aproximadamente una hora una vez que regresamos a la casa de Travis con él y Kian,
pero eso no le ha impedido robar sorbos de mi cerveza cuando cree que no estoy mirando.
Creo que a mi chica le gusta estar borracha.
"Me veo tan desnuda a tu lado", continúa, sacando el labio con un lindo puchero
que me hace querer morderlo.
Ella no lleva nada más que una pequeña tanga negra, recostada sobre mi pecho
con su trasero sobre mi polla y sus piernas extendidas sobre las mías, las burbujas del
jacuzzi ocultan efectivamente sus pezones a los dos chicos de enfrente. No me preocupa
que Kian considere que el coño no es lo suyo, pero no dudaré en hacer sangrar la nariz
de mi primo si lo pillo mirando lo que es mío. El imbécil sonríe como si lo supiera y le
hago caso, ignorando su risa mientras inclino mi cabeza para besar su cuello. Ella gime
en voz baja y deslizo mis manos sobre su estómago, disfrutando la forma en que se
siente su cálida piel contra la mía bajo el agua.
“¿Me harías un tatuaje?” pregunta de la nada, inclinando su cabeza hacia atrás

sobre mi hombro para mirarme.
Levanto una ceja ante eso, ocultando una risa cuando veo el disgusto y el horror en
el rostro de Travis.
“Ni siquiera…”
"Joder, sí", dice Kian emocionado, ganándose una mirada de reojo de su novio.
“Sois todos unos idiotas”, nos informa, desviando la mirada cuando Jordyn se levanta
y me agarra la mano para llevarme con ella. "Por el amor de Dios, Xan, está borracha".
"Ella no está borracha", argumento, agarrando una toalla de un lado para envolverla.
alrededor de su cuerpo. "Ella simplemente está feliz".
Él suspira enojado y ella sonríe, mirándome con una mirada acalorada que me hace
sentir dolor mientras nos lleva de regreso a la casa de la piscina. Dejo mi cerveza en la
mesa de noche y la acuesto en mi cama, dejándola allí un minuto mientras tomo el estuche
negro del fondo de mi armario. Saco una de mis camisetas y se la pongo sobre la cabeza,
bajándola hasta los muslos para asegurarme de que no puedan verla a través de las
ventanas.
"¿Qué quieres bebé?"
"Quiero una sorpresa", responde, cruzando perezosamente el brazo debajo de la

cabeza para desnudarme el cuerpo.
Gimo y acomodo mi polla en mis boxers, sentándome a su lado para pasar mi pulgar
por la esquina interna de su muñeca debajo de su dedo meñique.
"Justo aquí, ¿de acuerdo?"
Ella asiente y me inclino sobre ella para besar sus labios, provocando su lengua con
mi piercing mientras espero a que cambie de opinión. Sin embargo, no lo hace, así que me
retiro y me pongo los guantes, mirándola de cerca mientras uso un poco de alcohol para
limpiarla.
"¿Dolerá?" pregunta, frunciéndome el ceño cuando tomo una navaja para pasarla por
su piel.
"Un poco, sí, pero no tomará mucho tiempo".
"Afeitarte", digo simplemente, riéndome ligeramente cuando ella arruga su

nariz en confusión. "Relájate, princesa, son sólo un par de pelitos de bebé".
Ella se hunde nuevamente en las almohadas y yo me ocupo preparándome,

deteniéndome para mirarla con la aguja flotando sobre su carne pura e intacta. Ella asiente
con entusiasmo y yo me pongo a trabajar, disfrutando del constante zumbido del arma en mis
oídos mientras la marco con mi tinta.
"¡Ay, cabrón!" muerde, clavándose las uñas negras en la palma de la mano mientras
lucha por mantenerse quieta. “Eso duele más que un poquito , Xan.
Jesús, joder”.
Me río entre dientes y limpio la sangre, pasando suavemente mi pulgar sobre las
cuatro hendiduras en forma de media luna en el interior de su mano. "¿Quieres que pare?"
Ella hace una mueca pero sacude la cabeza y respira profundamente para prepararse.
"No, está bien. Sigue adelante."
Sonrío para mis adentros y agacho la cabeza para hacer lo que me dicen, sosteniendo
su muñeca firme con mi mano libre mientras hago lo único en lo que soy bueno. Ella hace una
mueca de nuevo cuando llego a la sombra y se cubre la cara con el antebrazo, los dedos de
los pies se curvan en el colchón a mi lado. Aparte de eso, no emite ningún sonido, lo cual es
bastante impresionante considerando que este es uno de los lugares más dolorosos para
hacerse un tatuaje.
"Buena chica", la elogio, limpiándola de nuevo antes de terminar la última parte. "Está
bien, cariño, ya terminaste".
Libera el aliento que ha estado conteniendo y levanta la cabeza para mirarlo,

mordiéndose el labio inferior para ocultar esa pequeña sonrisa sexy en su rostro.
Le daré algo más grande cuando esté sobria si eso es lo que realmente quiere.
quiere, pero por ahora lo he mantenido pequeño y simple: una versión oscurecida y
sin rostro del emoji del diablo morado.
"¿Te gusta?"
Ella asiente y se sienta para tomar mi cara entre sus manos, acercándose a
mí de rodillas para acercar mi boca a la de ella. "¿Qué tan bueno eres tatuándote?"
Sonrío ante eso, apretando su trasero desnudo para atraerla hacia mí. Se
sienta en el borde de la cama a mi lado y cambio mi aguja por una limpia, preparando
rápidamente mi piel de la misma manera que hice la de ella hace un momento.
Empiezo con mi contorno y sostengo su muñeca junto a la mía, haciendo rebotar mis
ojos entre las dos para asegurarme de que coincidan en tamaño. Tan pronto como
termino, ella sonríe como una niña en una tienda de dulces y toma su cámara de su
bolso, entrelazando nuestros deditos mientras toma una foto de ellos uno al lado del
otro.
"¿Vas a odiarme por esto en la mañana?" Pregunto, levantando su barbilla

para buscar sus ojos.
"Quizás un poco", bromea, tirando suavemente de mis labios con los dientes.
"¿Puedo tomar más cerveza ahora?"
Me río y la agarro de la cintura para recostarla sobre mi regazo, tomando mi

bebida de la mesa de noche para pasársela. "Puedes tener lo que quieras, niña".
28
jdyn
Me despierto a la mañana siguiente con un dolor de cabeza infernal y una venda en mi
muñeca izquierda, mis párpados pegados mientras levanto la cabeza para mirar a mi alrededor.
“¿Xan?” Grito, frunciendo el ceño cuando me doy cuenta de que la luz

Las inundaciones a través de las ventanas son físicamente dolorosas de ver.
No vuelvo a beber.
Su risa tranquila suena desde algún lugar a mi lado y levanto la vista, sonriendo como
una idiota cuando lo encuentro sentado en el borde de la cama con un café en una mano y dos
pastillas blancas en la otra. Tomo las pastillas sin preguntar qué son y las trago, sentándome
contra la cabecera para tomar un sorbo de café.
"¿A dónde fuiste?"
“Tuve que darle de comer a Bear y sacarlo a caminar”, explica, tumbado.

Me agaché de frente entre mis piernas para apoyar su barbilla en mi estómago.
"¿Ya?" Pregunto, un poco ofendida porque no me pidió que fuera con él.
"¿Qué hora es?"
"Casi las diez y media".
"¿Qué? ¿Por qué no me has despertado todavía?

"Lo intenté", se ríe. “Me apartaste la cabeza y dijiste que no, imbécil, me duele el puto
cerebro”.
Ruedo mis labios para ocultar una sonrisa y él levanta mi camisa hasta mi cintura,
bajando la cabeza para besar su camino desde mi ombligo hasta el hueso de mi cadera. Mi
cuerpo se siente como una mierda, pero todavía me deleito con la atención, pasando
perezosamente mis dedos por su cabello para mantenerlo allí.
"Travis y Kian irán a desayunar a Lucky's en un minuto", me dice. "¿Quieres ir?"
Gimo en señal de acuerdo y me llevo la taza a los labios, girando la muñeca para
mostrarle la tinta que hay allí. “¿Puedo mojar esto todavía? Necesito tomar una ducha."
"Sí, pero no lo pongas directamente bajo el agua y trata de no entrar demasiado".

mucho jabón”.
Asiento y él me quita el envoltorio y se levanta para tirarlo al cubo de basura al lado de

la cama. Me enfurruño como un niño por la pérdida de su piel sobre la mía y él me sonríe,
inclinándose para hablar sobre mis labios.
"Ve a mojar tu cuerpo para mí y me colaré dentro y lameré tu coño", susurra, tomando
el café de mis manos para dejarlo en la mesa de noche.
Mis ojos se oscurecen por la necesidad y me obligo a levantarme para hacer lo que me
dicen, riendo ligeramente cuando él me agarra la cintura por detrás y me sigue al baño.
A pesar de lo que acaba de decir, no hay forma de esconderse.
El bastardo cachondo se queda sobre mi trasero hasta el cabezal de la ducha.
h
"¿Cuánto te gusta esta sudadera con capucha?" Pregunto, recostándome en mi asiento para hacer un gesto
hacia dicha sudadera con capucha.

Frunce el ceño ante eso, moviendo sus ojos entre la carretera y yo con confusión. "No
sé. Quiero decir, me gusta mucho más contigo que conmigo.
¿Por qué?"
"Porque si no dejas de conducir como un imbécil, voy a vomitar encima", le advierto,

frotándome la cara con las manos en un intento de aliviar la enfermedad.
Se ríe de mí y se detiene junto al auto de Travis afuera del restaurante en el que nos
reuniremos. Casi me caigo del lado del pasajero y él viene a buscarme, todavía riéndose
mientras toma mi mano para guiarme por el estacionamiento. Está abarrotado adentro
considerando que es la hora del almuerzo un domingo, pero ya sé que los niños estarán
sentados en nuestro reservado habitual en la parte de atrás, como lo hacen todos los fines de
semana. Xan me abre la puerta principal y lo sigo, tomando con gratitud las gafas de sol que
me pasa para ponérmelas sobre los ojos.
"Ésta es la peor sensación que jamás he tenido", murmuro, inclinándome hacia su

costado con su brazo alrededor de mi cuello.
"Estarás bien una vez que tengas algo de comida", me asegura, besando dulcemente
mi sien mientras nos dirigimos al final de la fila al lado del mostrador. "¿Ya sabes lo que
quieres?"
"Una gran pila de panqueques y un café helado con..."
"Un montón de jarabe", termina por mí, levantando mi barbilla para presionar sus
labios contra los míos. "Ve a sentarte y te traeré tu café cuando esté listo, ¿de acuerdo?"
"Está bien, novio", digo secamente, luchando por ocultar la sonrisa en mi

cara mientras me muevo para hacer lo que me dicen.
Me golpea el trasero y dejo escapar un chillido, ignorando las miradas que me lanzan
mientras camino entre la multitud hacia la mesa de ocho asientos en la parte trasera del
restaurante. Encuentro a Travis y Kian sentados justo donde sabía que estarían, pero mi paso
falla cuando veo a Noah sentado frente a ellos con Penélope y Sienna a cada lado de él.
"... ¿realmente vas a sentarte aquí e ignorar el hecho de que ella está... junto con el
chico nuevo ahora?" Pregunta Penélope, claramente sin darse cuenta de que estoy a unos
metros de distancia.
"¿Qué está mal con eso?" Kian se encoge de hombros y se acerca para tomar un sorbo.
del café de Travis.
“Es extraño”, le dice al grupo, arrugando la nariz con disgusto.

"El es raro."
"Creo que está buenísimo", añade Sienna amablemente, y yo asiento con la cabeza, metiendo
casualmente mis manos en el bolsillo de la sudadera con capucha de Xan mientras espero que uno de
ellos se dé cuenta de mí.
"Eso es porque eres un idiota", responde Penélope, doblando su

brazos sobre su pecho mientras se recuesta sobre el brazo extendido de Noah.
Sienna se encoge de hombros y saca su espejo compacto de su bolso, revisando

rápidamente su cabello y maquillaje antes de volver a hablar. “¿No es gracioso cómo Travis lo
retó a follarla y ella terminó enamorándose de él? Quiero decir, ¿qué tan crédulo tienes que ser?
"¿De qué carajo estás hablando, Si?" Travis frunce el ceño. "No lo reté a hacer una
mierda".
"Sí, lo hiciste", argumenta, riéndose para sí misma ante el recuerdo. "Los escuché a
ustedes dos hablando esa noche en su fiesta de cumpleaños cuando él llegó aquí por primera
vez".
Suspira como si lo hubieran atrapado y tiro la cabeza hacia atrás, tragándome la

vergüenza que sube por mi garganta mientras miro entre ellos y Xan. Noah elige ese momento
exacto para mirar hacia arriba y fuerzo mis rasgos, pero por supuesto no soy lo suficientemente
rápido. Él ladea la cabeza hacia mí y aprieto mis manos dentro de mi bolsillo, resistiendo apenas
el impulso de borrar esa estúpida sonrisa de su cara. Travis lo pilla mirando algo por encima del
hombro y sigue su línea de visión, su rostro se desmorona cuando se da cuenta de que estoy
parado justo a su lado.
"Oh, mierda."
"Vete a la mierda, Trav".
"JJ, espera, no fue así", intenta, pero ya me he ido, sacudiendo la cabeza hacia él y hacia mí
mientras me deslizo entre la multitud y salgo al estacionamiento.
Tiro las gafas de sol del imbécil sobre el capó de su auto, pero conservo la sudadera con
capucha, cruzando mis brazos protectoramente alrededor de mi cuerpo mientras me alejo.
Como no quería que uno de los conductores de mi madre me viera así, me subo a un taxi amarillo y le
pido al conductor que me lleve a la playa cerca de mi casa, agradeciendo que agarré mi bolso antes de
salir de la casa de la piscina antes. Mi teléfono suena contra mi muslo pero lo ignoro, maldiciéndome
cuando siento las lágrimas silenciosas saliendo de mis ojos.
"Deja de llorar", le susurro. “Basta, basta, basta”.
El taxista me mira divertido y fuerzo una sonrisa, secándome rápidamente las mejillas con las
mangas antes de sacar mi billetera para pagarle. No estoy seguro de cuánto darle de propina por un
viaje de cinco minutos, así que le doy cien dólares y murmuro un agradecimiento en voz baja, saltando
para dirigirme a la pequeña cafetería en la playa. Compro mi maldito café helado con almíbar extra y lo
bebo mientras camino, luchando por pensar en cualquier cosa que no sea él y la forma en que me ha
hecho sentir durante los últimos dos meses.
Como si alguien finalmente me quisiera para mí.
Como si en realidad yo significara más para él que este estúpido juego al que juega tanto.
Bueno.
Qué jodidamente estúpido.
Mi teléfono sigue sonando y lo apago, mirando hacia arriba cuando encuentro a un chico
atractivo jugando al fútbol con algunos otros en la arena junto al agua. Está sin camisa y bronceado,
con músculos en todos los lugares correctos, su cabello oscuro cayendo sobre su frente de una manera
que me recuerda a Xan. Me pilla mirándome y me sonríe, caminando lentamente con su pelota en sus
manos y sus ojos en mi forma.
"Ey."
"Oye", le respondo, dándole deliberadamente lo mismo que él me dio a

mí. "¿Puedo tomar su fotografía?"
29
Xander
Cierro de golpe la puerta de mi auto y luego la golpeo por si acaso, pasándome

nerviosamente las manos por el cabello mientras cruzo el estacionamiento para encontrarme con
Travis y Kian. Manejé hasta la ciudad justo después de que ella se escapó de mí y busqué en
toda la maldita playa, pensando que allí es donde habría ido a refrescarse y tomar algunas
fotografías de extraños, pero no pensé en revisar la playa a dos millas. de su maldita casa.
Fóllame, esta chica me tiene en un lío.
"¿Donde esta ella?"
Travis inclina la cabeza hacia la fiesta y los sigo, rechinando los dientes cuando encuentro
a un imbécil de pelo negro hablando con mi puta novia en la arena junto a la hoguera. Ella ha
estado escondiéndose de mí todo el maldito día, y el alivio de finalmente encontrarla mezclado
con la ira de atraparla con algún tipo al azar que no conoce me tiene la cabeza dando vueltas.
Debería patearle el trasero sólo por mirarla.
Justo cuando lo pienso, ella mira a su alrededor por encima del hombro y sus ojos se
encuentran con los míos, su mandíbula trabaja horas extras mientras se lleva una taza roja a la boca.
Está descalza y lleva mi sudadera con capucha como si fuera un vestido de gran tamaño, con las
mangas arremangadas hasta los codos y sus muslos bronceados a la vista de todos. Ella dice
algo que lo hace reír y yo también me río, rápidamente robando la bebida de Travis de su mano
para tragársela.
"Xan...", advierte, de alguna manera sabiendo que estoy a dos pies y medio de perder la
cabeza porque si ese idiota da un maldito paso más...
"¿Qué carajo está haciendo aquí?" Noah ladra, con las fosas nasales dilatadas.
cuando le tiro la taza vacía a la cara.
"Oye, Xan", dice Sienna al lado de Penélope, mordiéndose el labio mientras gira su
cabello rubio alrededor de su dedo, pero ya me alejo porque que se joda.
"Déjalo", le digo al chico que está al lado de mi chica, empujando su trasero hacia atrás cuando él
se niega a moverse.
"Xan", espeta Jordyn, dejando caer la mandíbula mientras mira de mí a él y viceversa.
“Amigo, ¿qué carajo…”
"Dije que ya no lo hagas", repito, sin siquiera molestarme en mirar en su dirección

mientras agarro la cintura de Jordyn para atraerla hacia mí.
Ella deja escapar un grito de sorpresa y le rodeo la espalda con el brazo, ignorando la
forma en que golpea mi pecho y lucha contra mi agarre porque no tiene sentido.
"Bájate m"
"No, no voy a jugar a este juego contigo, niña". Le informo, agarrando su mandíbula con
mi mano libre para levantar sus ojos hacia los míos. “Escúchame y escucha bien porque sólo voy
a decir esto una vez. Lo que escuchaste hoy fue solo una frase de mierda que dije la primera vez
que te vi. No me importa lo que diga esa perra. Nunca me retó a follarte.
Nadie lo hizo."
"Ese no es el punto, Xan", grita en un susurro, quitándome la mano de la cara y luego

señalando al gran grupo de personas que observan cada uno de nuestros movimientos. “Todo el
mundo piensa que la única razón por la que me perseguiste con tanta fuerza en aquel entonces
fue para ganar un maldito juego. Creen que todo fue falso”.
"¿A quién le importa lo que piensen?"

"Eso es fácil para ti decir cuando eres el gran hombre y yo soy el idiota que se
enamoró de tu mierda", responde ella, lo suficientemente alto como para que lo escuchen
esta vez.
Varias cejas saltan ante su arrebato de niña mala y aprieto mis labios, levantando
lentamente las manos cuando capto la mirada aterradora en su rostro.
"Bebé."
"No te atrevas a reírte de mí".
"Lo siento", le digo, rápidamente jalándola hacia atrás cuando intenta alejarse.
"¿Adónde vas?"
"Lejos de ti."
"Qué carajo eres".
Ella se aleja de mí de todos modos y la sigo, levantándola por la cintura para

llevarla a la playa.
"¡¿Qué demonios estás haciendo?!" Ella gruñe, retorciéndose y retorciéndose en

mis brazos, pero no la dejo ir.
Sugar We're Goin' Down de Fall Out Boy suena fuerte desde el auto de alguien y
lo uso a mi favor, empujándola contra la pared detrás de la cafetería donde nadie podrá
escucharla gritar. Ella me maldice al infierno y viceversa y la callo con mi boca, sujetando
su mitad inferior con la mía mientras levanto sus muslos alrededor de mi cintura. Ella me
golpea el pecho y la dejo hacerlo, luego me agarra la cara y baja la cabeza para
morderme los labios, con fuerza y jodidamente doloroso.
A mi bebé le gusta la pelea.
Está avergonzada, molesta y enojada conmigo porque soy un idiota que no sabe
cuándo callarse, y si quiere usarme a mí y a mi cuerpo para descargar sus frustraciones,
no voy a detenerla.
Se siente bien cuando me rasca los costados del cuello, sus dientes extraen la
sangre de mis labios mientras me besa como si me odiara. Ella frota su coño contra mis
jeans y aprieto su trasero debajo de mi sudadera con capucha, extendiendo mi mano libre
entre nosotros para sentir lo mojada que está para mí.
Ella gime en mi boca y tiro su tanga hacia un lado, provocando su lengua con la mía mientras
encuentro su clítoris con mi pulgar.
"Dios mío, ¿qué te pasa?" Ella silba, pero no hace nada.

muévete para detenerme. "Estas loco."
Ella no está equivocada en este momento particular, pero no le digo eso. En lugar
de eso, deslizo un dedo dentro de ella y la follo con él, disfrutando la forma en que gime y
levanta la cabeza para comprobar que nadie la está mirando. Soy plenamente consciente
de que alguien podría doblar esa esquina y atraparnos así, pero no me importa. La necesito
ahora y ella me necesita tanto, incluso si no lo admite.
Abro el botón de mis jeans y ella deja escapar un suspiro tembloroso, sus bonitos
ojos azules brillan con algo que se parece muchísimo al calor.
"Jesús, Xan, no podemos".
"Bebé, ¿cuántas veces tengo que decírtelo?" Bromeo, sacando mi polla para frotar
su coño con la punta. "Podemos hacer lo que queramos, y si crees que no te follaré aquí
contra esta pared en medio de esta estúpida fiesta para reclamar mi derecho, estás
jodidamente equivocado".
Ella deja caer la cabeza hacia atrás con un ruido sordo y me deslizo dentro de ella,
hundiendo bruscamente mis dedos en su culo mientras la follo fuerte y profundo.
Beso su boca y ella tira de mi cabello, de repente vuelve a enojarse, al parecer.
"¿Qué pasa, bebé?" Pregunto, moviéndome hacia abajo para provocar su cuello con
mis dientes. "¿Me odias?"
Ella asiente, la pequeña mentirosa.
"¿Me estás dejando?"
Ella asiente de nuevo y la muerdo, no tan fuerte como ella me mordió, pero lo
suficientemente fuerte como para dejar un pequeño escozor. Ella grita y yo sonrío contra el pulso.
vena debajo de mis labios, desacelerando un poco mi ritmo mientras la beso mejor para ella.
"Ni una puta posibilidad", susurro. "No puedes simplemente romper conmigo cuando
te apetezca".
"¿Porque diablos no?"
“Porque eres mía y yo soy tuyo. Porque te amo y tú me amas. Es así de jodidamente
simple”.
Su respiración se detiene ante mi admisión y retrocedo un centímetro para mirarla.

ella, levantando una ceja arrogante cuando su coño se aprieta alrededor de mi polla.
"¿Te gusta que?"
Ella asiente y deja caer su frente sobre la mía, respirando pesadamente contra
mis labios. "Di más cosas así".
Me río ligeramente y hago lo que me dice, más que nada porque aún no he terminado
de hablar, pero también porque haré cualquier puta cosa que ella me diga, sin hacer preguntas.
"Te amo, Jordyn James", le digo de nuevo, más lento esta vez.
“Te guste o no, te amo y no te dejaré ir. Hoy no. Jamas."
Sus cejas se fruncen con preocupación y abre la boca para decir algo, pero luego la
cierra de nuevo y mira algo detrás de mí. "Qué pasa"
"Que se jodan", interrumpí, golpeando enojado la pared al lado de su cabeza, pero no

estoy enojado con ella. “¿Crees que importa lo que esos estúpidos imbéciles digan a tus
espaldas? ¿Crees que importa si creen que somos reales o no?
"Yo..." se calla, parpadeándome sorprendida. "No.."
"No es así", respondo por ella, mirándola fijamente a los ojos para asegurarme de que
ella me escucha alto y claro. "Lo único que importa es que lo sepamos ".
Ella toma aire y la beso de nuevo, deslizando ambas manos hasta su cintura
mientras aprieto mis caderas contra las de ella. Clava sus uñas en mis hombros y arquea
su espalda para mí, follándome ansiosamente golpe tras golpe.
"Sé que lo sabes, bebé", le digo, arrastrando suavemente su labio inferior entre
mis dientes. “Sé que lo sentiste entonces y sé que lo sientes ahora. No puedo quitarte
los ojos de encima. Eres la única puta chica que he visto en mi vida.
"Oh, joder", gime, aferrándose a mi cuello mientras se vuelve más

y más desesperado. "Más fuerte, Xan".
Joder, sí.
Le doy lo que quiere y ella se corre casi al instante, con los ojos en blanco
mientras palpita y se aprieta a mi alrededor. Gimo en su boca y dejo caer mis manos en
su trasero, aplastándola entre la pared y yo mientras marco su coño con mi propia
liberación. Sus muslos tiemblan y bloquea sus tobillos detrás de mi espalda, su pecho se
mueve en sincronía con el mío mientras ambos intentamos recuperar el aliento.
"Eso fue realmente estúpido", dice después de un rato, con el cuello y las mejillas
sonrojada por el calor mientras mira a su alrededor para comprobar que todavía estamos solos.
"Aunque jodidamente caliente".
Ella sonríe como el pequeño demonio que es y yo le devuelvo la sonrisa, pasando

lentamente mis manos por su cuerpo mientras tomo su boca con la mía. La beso durante
no sé cuánto tiempo, disfrutando la forma en que me deja hacerlo como si me extrañara
tanto como yo a ella hoy, luego la dejo sobre sus pies y la llevo furtivamente al
estacionamiento. Llegamos a mi auto sin que nos vean y la limpio con una camiseta de
repuesto, arrodillándome frente a ella para limpiar mi semen del interior de sus muslos.
"¿Comiste ya?" Pregunto, mirándola mientras le pongo la tanga en su lugar.
"No, pero hoy he tomado unos cinco cafés helados".

Me río entre dientes ante eso, levantándome para tirar mi camisa nuevamente al baúl.
"¿Quieres que vaya a buscarte algo de comida china?"
“Comida china”, repite, frunciendo el ceño mientras mira hacia el restaurante al otro
lado de la calle. “¿Como en una caja?”
30
jdyn
Me recuesto entre las piernas de Xan y enrosco los dedos de los pies en la arena bajo
mis pies, gimiendo para mis adentros mientras me meto los fideos en la boca.
"Esto es tan bueno."
Él se ríe de mí y le golpeo las costillas con el codo, congelándome a mitad de masticar

cuando veo a Travis y Kian caminando hacia nosotros con cuatro cervezas y un porro de
marihuana encendido.
"Oye", dice Travis, agachándose frente a mí para tocarme la nariz con el dedo índice.
"¿Aún estás enojado conmigo?"
"No estaba enojado contigo, Trav", admito, dejando mi comida en el

suelo para tomar el trago que me pasa. "Estaba enojado con tu estúpido primo".
"¿Ese de ahí, quieres decir?" Pregunta Kian, sonriéndonos mientras se deja caer de
culo a mi lado.
"Callarse la boca."
Él se ríe y yo sacudo la cabeza hacia él, sonriéndome mientras miro a Xan por encima
del hombro. Todavía está hojeando las fotos más recientes en mi cámara, con los ojos
entrecerrados con una mezcla de ira y celos. Tomé alrededor de setenta fotos del nuevo amigo
que conocí hoy y está sin camisa en cada una de ellas, su cuerpo brillando con una ligera capa
de sudor gracias al mini partido de fútbol que le hice jugar para mí.
"Maldito idiota", le murmura al último, apretando su brazo alrededor

mi cintura de una manera que grita la mía.
Me río ligeramente y le quito la cámara, escondiéndola discretamente entre mi espalda

y sus abdominales cuando veo a Penélope y Sienna caminando junto a nosotros camino al
bar. Penélope pone los ojos en blanco cuando ve dónde estoy sentada y muevo la mandíbula,
agarrando mis palillos mientras me preparo para el juicio inminente.
Sé que Xan tenía razón antes, que necesito aprender a dejar de preocuparme tanto
por las opiniones de los demás y centrarme en lo que realmente importa, pero eso es un poco
difícil para mí teniendo en cuenta la importancia de la imagen que se me ha inculcado en el
cerebro desde entonces. Yo era un niño.
Sienna tiene el descaro de mirarme y Penélope deja de caminar, arrugando la nariz

mientras inclina la cabeza para ver mejor mi muñeca.
"Dios mío, ¿eso es un tatuaje?"
Levanto una ceja ante eso, comiendo mi comida casualmente mientras espero lo que
ella diga a continuación. Sienna golpea su codo con el suyo y Penélope parpadea, golpeándome
con una sonrisa de labios apretados que es tan falsa como la barbilla de mi madre.
"Bonita", dice, y yo resoplo y sacudo la cabeza hacia ella.

cuando agarra el antebrazo de Sienna y la arrastra lejos de nosotros.
Xan sonríe como si estuviera orgulloso de mí y me muerdo el labio para ocultar el mío,
inclinando mi cabeza hacia atrás sobre su hombro para pasar mi mano libre por su cabello.
"Te amo."
"Lo siento, ¿qué?"
"Te amo", repito lentamente, hablando entre dientes. "Estúpido."
Rompe su boca con la mía y luego baja hasta mi cuello, besando cada centímetro de
carne desnuda que puede encontrar mientras sigo comiendo la comida que me compró.
"Uf, ustedes dos son tan jodidamente lindos juntos, me duele", se queja Kian,
inclinándose para robarle el porro de la boca a Travis. "¿Por qué no puedo
¿tengo eso?"
Travis gira la cabeza para mirarlo furtivamente y levanto mi cámara, todavía

masticando mis fideos mientras les tomo una foto. Me miran como uno solo y ladeo la
cabeza hacia la pantalla, acercándome un poco y ajustando la toma para enfocarme en
sus caras.
"Ya lo tenéis, idiotas", digo sin rodeos, sentándome hacia adelante para pasárselo.
"Eres demasiado terco para admitirlo".
31
Xander
"Necesito hablar contigo."
Me río ligeramente ante eso, mirando de reojo a Noah por encima del hombro mientras
abro mi casillero. "¿Acerca de?"
"¿Qué carajo piensas?" muerde, golpeando rápidamente el metal con la mano para cerrarlo
de nuevo.
Sus ojos brillan con rabia y me giro para mirarlo completamente, levantando una ceja
arrogante cuando se acerca a mí, su pecho choca contra el mío, su nariz a una pulgada de distancia.
"Cuidado, muchacho bonito", me burlo, negándome a retroceder como él esperaba que lo

hiciera. "Puede que seas el rey por aquí, pero no tengo ningún puto problema en patearte el trasero".
"Ella es mi chica, monstruo estúpido", sisea, ignorando todo lo que acabo de decir. "Mío."
Asiento burlonamente y abro la boca para decirle lo equivocado que está, pero
Parece que aún no ha terminado de actuar como una pequeña perra con derechos.
"La tuve primero y la tendré al final", me asegura, moviendo deliberadamente sus ojos
sobre mi forma con una mezcla de lástima y disgusto. “Eres sólo una fase. Uno del que se aburrirá
muy rápido cuando se dé cuenta de lo maldito perdedor que eres. ¿Y yo? Soy con quien dormirá
todas las noches por el resto de su vida y no hay nada que puedas hacer para detenerlo”.
"¿Está bien?" Salgo, divertido por él y su tonto intento de atacarme. "¿Se te ocurrió
eso en el acto o practicaste frente al espejo anoche mientras yo estaba muy dentro de tu
chica?"
Su mandíbula se mueve y sonrío, pero luego una repentina conmoción detrás de mí

llama mi atención y giro la cabeza, encontrando a tres policías uniformados dirigiéndose
hacia aquí con mi tía Karen siguiéndolos de cerca.
“¿Xander Reid?” pregunta uno de ellos, indicándome que me aparte del camino. "¿Es
este tu casillero?"
Frunzo el ceño y miro entre los tres, pero ya la están abriendo con la combinación
que aún no les di. Los estudiantes comienzan a rondar a nuestro alrededor y algunos
profesores salen de sus aulas para calmar a todos, pero todavía estoy concentrado en los
oficiales que registran mi casillero, echando mi cabeza hacia atrás cuando encuentran varias
bolsas transparentes de cocaína, hierba, pastillas y suficiente dinero para que Jordyn
terminara la universidad.
"Oh, joder", me susurro a mí mismo, sabiendo ya que hay una cosa realmente buena.
Es muy probable que esté a punto de pasar los próximos años de mi vida en la cárcel.
La cara de Karen arde de vergüenza y rabia y abro la boca para defenderme, pero no
tengo la oportunidad de hacerlo antes de que uno de los oficiales me dé la vuelta y me
espose las manos a la espalda. Me lee mis derechos y Travis aparece a mi lado, sus ojos se
abren cuando ve todas las drogas detrás de mí.
“Mamá”, dice, rogándole que haga algo, pero ella simplemente niega con la cabeza
y levanta una mano para callarlo.
“Tienen una orden judicial, Travis. Cállate y déjalos hacer su trabajo”.
Él maldice y busco a Jordyn entre la multitud, mirando dos veces a Noah cuando lo
encuentro hablando con uno de los profesores como el besador que es.
Sacude la cabeza con fingida desaprobación y hago saltar mis ojos entre los suyos, riendo
cuando me doy cuenta porque, joder, realmente no quería que mirara dentro de ese casillero
hace un momento, ¿verdad?
"Pedazo de mierda", murmuro, haciendo una mueca cuando el oficial detrás de mí aprieta
las esposas en mis muñecas. "Ay, hijo de puta, ese no es mi problema".
Me empuja hacia adelante y muevo las manos para sentirme más cómoda, levantando la
vista cuando veo a Jordyn caminando por la esquina solo para congelarse donde está. Su rostro cae
cuando se da cuenta de lo que está pasando y trata de acercarse a mí, pero entonces Travis envuelve
su brazo alrededor de su cintura y la sujeta, sin soltarla cuando ella intenta luchar contra él.
"Xan."
"Trav", muerdo. "Quita tus manos de mi chica".
Él hace lo que le dice y ella se apresura hacia mí, con los ojos llenos de lágrimas no
derramadas mientras acerca mi rostro al suyo. "No digas nada", ordena, rápidamente metiendo la
mano en mi bolsillo para robarme las llaves. "Mantén la boca cerrada y espera a que mi abogado
venga a buscarte".
Gimo ante eso, bajando mi cabeza para atrapar sus labios con los míos. "Eres demasiado
bueno para mí, Jordyn James".
Una ligera risa la abandona a pesar de las circunstancias y ella me devuelve el beso,
tragándose lo que parece miedo cuando me alejan de ella.
El oficial que me esposó me lleva hacia el estacionamiento y miro por encima del hombro, ignorando
el mar de ojos sobre mí mientras mantengo los míos en Jordyn.
"Esa es mi novia", digo con aire de suficiencia, inclinando la cabeza hacia ella para
mostrársela. "Ella está buena, ¿verdad?"
Murmura algo que no entiendo y empuja mi cabeza hacia abajo para arrojarme a la parte
trasera de su auto, cerrándome la puerta en la cara con enojo antes de dar la vuelta para saltar al
asiento del conductor. Dejo escapar un suspiro y dejo caer la cabeza sobre el reposacabezas,
frunciendo el ceño cuando me doy cuenta de lo hambrienta que tengo.
“¿Podemos parar y conseguir algo de comida en el camino?”

32
jdyn
El coche de policía desaparece del aparcamiento y me limpio las lágrimas con los
dedos, luchando por no ahogarme con el corazón, considerando que se ha alojado en algún
lugar de mi garganta. Estudiantes y profesores me rodean por todos lados y, aunque sus voces
son fuertes y desagradables, hago todo lo posible por ahogarlas e ignorar las cosas malas que
dicen sobre él.
Narcotraficante.
Maldito monstruo.
Años..
No puedo perderlo así.
No desde hace años.
Aprieto las llaves del auto en mi mano y fuerzo a mis pies a moverse, deteniéndome a
medio paso cuando la voz del director suena desde algún lugar detrás de mí. “¿Señorita
James?”
"¿Sí?" Pregunto, dándome la vuelta en los escalones de entrada para mirarla por completo.
Abre la boca para decir algo, pero la cierra de nuevo y entrecierra los ojos mientras los
mueve sobre mi uniforme escolar. "¿Tienes la falda arremangada?"
Lo es, pero no voy a decírselo. "No."

“¿Puedes probarlo por favor?”
"Realmente preferiría no hacerlo".
Ella levanta una ceja oscura ante eso, cruzando los brazos sobre el pecho con
una mirada que recuerda al humor. Eso no puede ser correcto considerando que su
sobrino acaba de ser arrestado por posesión intencional, pero de todos modos sigue ahí.
"Sé lo que estás a punto de hacer y te lo advierto, te dejé ir una vez pero no lo
dejaré pasar una segunda vez".
"¿Cuál es el castigo?"
“Una suspensión de tres días”.
Asiento y me encojo de hombros, luchando por preocuparme por cualquier otra cosa que no sea
Xan en este momento particular. "Entonces supongo que volveré el viernes".
Dicho esto, me doy la vuelta y me alejo, sacando mi teléfono de mi bolso de

camino al Camaro de Xan. Encuentro el número del abogado de mi madre y presiono el
botón de llamada, pero luego pillo a Penélope escondida detrás de una fila de autos con
su teléfono en la mano y una pequeña sonrisa estúpida en su rostro, su labio inferior
atrapado entre sus dientes mientras mira fijamente el vídeo reproduciéndose en la
pequeña pantalla frente a ella. La voz del abogado llena mi oído y cuelgo sin decir nada,
no queriendo que Penélope me pille espiándola. Siempre puedo volver a llamarlo en un
minuto, pero si ella está viendo lo que yo creo que está viendo, es posible que no lo
necesite en absoluto.
"No es para mí, idiota", sisea Noah a través del teléfono. “Este chico punk cree
que puede robarme a mi novia y quiero que se vaya. ¿Cuánto se necesitará para
encarcelarlo durante al menos unos años?
Cierro la mandíbula y me acerco a ella, rápidamente arrebatando el teléfono de

su mano antes de que se dé cuenta de que estoy aquí. Ella chilla y le empujo la cabeza
hacia atrás, alejando mi cuerpo de ella para observar el resto.
"Consígueme el doble", ordena, paseando por su habitación sin camisa y con el

teléfono pegado a la oreja. “¿Puedes verme ahora? Lo quiero hecho mañana”.
Después de unos diez segundos de él asintiendo y agarrando algo de ropa para

ponerse, el video se corta y miro a mi ex mejor amiga, sacando el teléfono fuera de mi
alcance cuando intenta arrebatármelo de la mano.
“¿Tomaste esto sin que él lo supiera?”
Ella duda pero asiente, con los ojos muy abiertos por el pánico. “Lo escuché hablar
cuando fui a su casa anoche y lo grabé antes de que me viera”.
"¿Por qué?"
Ella aprieta los labios y me tomo un minuto para pensar en mis opciones, volviendo
a mirar todo para saber exactamente con qué estoy lidiando aquí. Tan pronto como se me
ocurre un plan que puede o no ser muy ilegal y muy estúpido, la agarro del antebrazo y la
arrastro hacia el asiento del pasajero del auto de Xan. Ella grita sorprendida pero lo ignoro
y la empujo hacia adentro para encerrarla adentro. Nunca le pondría la mano encima en
ninguna otra circunstancia, pero tiempos desesperados exigen medidas desesperadas. No
puedo arriesgarme a dejarla aquí para que me delate con Noah en la primera oportunidad
que tenga.
Salto junto a ella y aprieto el acelerador, flexionando nerviosamente mi pequeño

manos alrededor del volante mientras salgo del estacionamiento.
"JJ, ¿qué diablos estás haciendo?"
En lugar de responderle, subo el volumen de la música en un intento de calmar mi

corazón acelerado, obligándome a superar esto sin perder los nervios ni vomitar.
Eres demasiado buena para mí, Jordyn James.
Pero puedo ser malo cuando quiero serlo.
Puedo hacer esto.
Diez minutos más tarde, me detengo frente a la comisaría y apago el motor. “Si
abres la boca o te alejas de mi lado, le diré a Noah lo que hiciste anoche y haré de tu vida
un infierno. Tú eliges, Pen.
Ella frunce el ceño pero sabiamente me sigue fuera del auto, sus tacones de aguja
de seis pulgadas golpean el suelo mientras se apresura para seguirme.
Abro la puerta principal y el Sheriff Brennan levanta la vista desde detrás de su escritorio,
sonriendo cuando ve que soy yo. Es el hermano menor de la madre de Noah, un hombre
de treinta y siete años con cabello rubio oscuro y un par de ojos azules asesinos. Solía
estar un poco enamorado de él cuando era pequeña, pero luego me di cuenta de que es
solo otro idiota narcisista con la cabeza metida en el trasero de su cuñado.
"Hola corazon"
"Necesito hablar contigo sobre Xander Reid", lo interrumpí, acercándome para

pararme directamente frente a él.
Su boca se abre de golpe y comienza a decir algo, pero entonces la puerta que
conozco conduce a las celdas de la cárcel se abre y se estrella contra la pared con un
fuerte golpe, haciendo que todos salten.
"Pequeña mierda engreída", escupe el oficial que se llevó a Xan, pasándose las
manos por el cabello con enojo mientras se acerca a la máquina de café en el
esquina.
Escondo una sonrisa de complicidad y el sheriff pone los ojos en blanco,

recostándose en su asiento con los brazos cruzados sobre su amplio pecho y su atención
en mí. "¿Estabas diciendo?"
"Él no lo hizo", le digo, manteniendo la voz baja para asegurarme de que nadie más
me escuche. "Noah compró las drogas anoche y lo preparó todo para que Xander asumiera
la culpa".
Suspira ante eso, sacudiendo la cabeza como solía hacerlo cuando yo tenía diez
años. “Mira, JJ, no sé qué está pasando entre tú y este chico nuevo, pero estás siendo
ridículo. Mi sobrino nunca...
Levanto una ceja y presiono reproducir el video que tengo en la mano, bajando un
poco el volumen antes de girarlo para mostrarle la pantalla. La conversación unilateral de
Noah lo deja en silencio y entrecierra los ojos, sus fosas nasales se dilatan mientras la
observa hasta el final.
"¿Has perdido la cabeza?" susurra, inclinándose sobre el escritorio entre nosotros con
las manos apretadas en puños. “Grabar a alguien sin consentimiento es ilegal, algo por lo que
podrías ir a la cárcel. ¿Realmente pensaste que podrías demostrar esto ante el tribunal?
"No vamos a ir a la corte", le informo, casualmente girando el teléfono en mi mano. “Si no

lo liberan y retiran los cargos hoy, enviaré esto a todos mis conocidos. Cada estudiante de
Lakewood, cada maestro, cada padre, cada vecino... todos”.
“JJ…” advierte, hablando entre dientes. “Te amo como a una sobrina, lo sabes. Pero
chantajear al sheriff es la cosa más tonta que jamás hayas hecho”.
Asiento porque tiene razón en eso, pero también sé cómo funciona esta familia. Al igual
que mi madre, atesoran su imagen como si fueran diamantes. Prosperan con el poder, el respeto
y la lealtad, y si esta ciudad descubriera que su futuro alcalde tiene una tendencia a incriminar a
personas inocentes por cosas que no hicieron, estoy seguro de que eso se vería muy, muy mal
en ellos.
La amenaza flota en el aire entre nosotros y él suspira, empujando enojado los papeles
sobre su escritorio antes de gritarle órdenes al oficial junto a la máquina de café. "Liberen al niño
y traigan al alcalde aquí".
La mandíbula de Penélope cae y yo sonrío, manteniendo la evidencia mientras

La acompaño afuera. "Puedes irte ahora."
"Pero..." se calla, mirando entre el edificio y yo confundida. “¿Qué pasa con Noé?”
"Me importa un carajo Noah".
"Está bien, entonces", dice, aclarándose la garganta con torpeza antes de volver a hablar.
“¿Qué pasa con mi teléfono?”
"Estoy seguro de que puedes permitirte uno nuevo", murmuro, mirándola de reojo cuando
ella no hace ningún movimiento para irse. "¿Qué?"
"Yo, uh... me preguntaste por qué lo hice y yo simplemente..."

"Escúpelo, Pen".
“Sólo quería hacerle un pequeño chantaje inofensivo para hacerlo mío”, admite,
encogiéndose de hombros con una mirada que se parece muchísimo a la tristeza. "Nunca
se lo habría mostrado a nadie si no lo hubieras escuchado antes".
Frunzo el ceño ante eso, sin estar segura de por qué necesitaría chantajearlo cuando está
Ya lo estoy follando regularmente.
"Él no quiere más conmigo, JJ", dice en voz baja, de alguna manera leyendo mi
mente. "Él sólo te quiere a ti".
La miro a la cara y ella se aleja, deteniéndose en medio del estacionamiento cuando

la llamo.
"Penélope".
Ella suspira profundamente y se da vuelta para mirarme, esperando en silencio lo

que sea que esté a punto de decir.
"Mereces mas."
Ella asiente lentamente y se prepara para irse, secándose no tan discretamente las
lágrimas de sus mejillas antes de desaparecer de la vista. Me muerdo el interior de la mejilla
y miro hacia la puerta principal, caminando nerviosamente de un lado a otro mientras espero
a que Xan salga.
h
"Pareces cansada, cariño", me dice Kian, dejándose caer en los escalones de la
entrada a mi lado para rodearme los hombros con su brazo. "¿Quieres que vayamos a
buscarte uno de esos cafés helados que te gustan de esa tienda en la playa?"
Asiento y le sonrío, rascando suavemente el lugar debajo de las orejas de Bear en

un intento de consolarlo. La escuela terminó hace poco más de una hora y les pedí a él y a
Travis que fueran a ver cómo estaba, sabiendo que había estado solo todo el día mientras
yo esperaba que Xan saliera de la cárcel. Dijeron que el era
Inquieto, molesto y asustándolos muchísimo, como decían, así que les dije que lo
subieran al auto y me lo trajeran.
Los chicos se van sin mí y vuelvo a mirar la puerta, sinceramente pensando en

irrumpir allí y decirles a esos imbéciles lo que pienso. Pasan unos minutos más y casi
lo hago, pero entonces Bear levanta la cabeza y se queja de algo frente a nosotros,
levantándose para tirar de la pesada correa que tengo en la mano. Miro en esa dirección
y encuentro una limusina negra estacionada afuera de la estación, rápidamente me
tapo la boca con una mano cuando me doy cuenta de que Alec Reid e Isla Montgomery
están saliendo por la puerta trasera.
Él está vestido con jeans negros y una camiseta y ella está vestida con mallas y una
camiseta holgada, ambos con gorras a juego para ocultar sus identidades, supongo.
"Oh, mierda", me susurro a mí mismo, muy nervioso y completamente

desprevenido. “Oso, espera…”
Pero no deja de empujarme hacia ellos.
“...todavía no entiendo por qué tengo que estar aquí”, murmura la madre de
Xan, ajustándose el sombrero en la cabeza mientras se alinea junto a su marido.
"Porque eres su mamá".
"Tiene dieciocho años, Alec", argumenta, poniendo los ojos en blanco cuando capta la
mirada decepcionada en su rostro. “Todos estuvimos de acuerdo en que él sería el problema
de Karen de ahora en adelante. ¿Por qué no podía manejar esto sola?
"¿Podrás agarrarte?" — muerde, agarrando su brazo para acercar su pecho al

suyo. “Ella ya nos dijo que no tiene más remedio que expulsarlo después de lo que hizo
hoy. Él ya no es su responsabilidad, Isla”.
Su mandíbula hace tictac y le quita la mano del brazo, mirándolo.

sin una pizca de miedo allí. "No lo quiero de vuelta en casa".
"Sí, bueno, eso es bueno, porque irá a la cárcel", dice inexpresivamente,

haciendo una rápida mirada doble cuando pilla al gran perro tocándole la espinilla.
"Oso."
Los padres de Xan me miran y me aclaro la garganta, luchando por pensar.

de cualquier cosa que no sea la conversación muy privada que acabo de escuchar.
"Um... hola", digo sin convicción, ofreciendo un pequeño saludo porque no sé qué
hacer con mis manos. “Señor Reid, señora Montgomery. Soy JJ James, la novia de Xander”.
Sus cejas oscuras saltan al unísono y muero un poco por dentro, maldiciéndome
cuando veo la clara expresión de sorpresa en sus caras.
"Lo siento, ¿no es así?"
"Nos habló de ti", me asegura su madre, deteniéndose un segundo para mover sus
ojos color avellana claro sobre mi cuerpo. "Simplemente no esperábamos que fueras tan..."
"Pareces una chica realmente agradable", termina su marido por ella, medio
sonriendo para sí mismo mientras se agacha para rascar la cabeza de Bear.
"Gracias Señor."
Esta vez sonríe de verdad y se quita el sombrero de la cabeza, pasando una mano
por su cabello oscuro de la misma manera que lo hace Xan. “¿Ya te han dicho algo?”
"Sí, dijeron que lo liberarían, pero eso fue hace horas", le explico. "Estaba a punto
de"
"Espera, ¿por qué lo liberan?" pregunta su madre, frunciendo el ceño mientras

Ella mira el edificio detrás de mí.
"Porque no era él".
"Por supuesto que no lo fue", dice secamente, suspirando profundamente cuando

capta la mirada que debo estar dándole. “Escucha, cariño, no sé qué te dijo sobre las
drogas, pero te puedo asegurar que está mintiendo. Esto es precisamente lo que hace”.
Me río ligeramente ante eso, sacudiendo la cabeza con disgusto mientras doy un
paso atrás para mirar entre los dos. Estaba dispuesto a dejar lo que acabo de escuchar porque
Ha sido un maldito día largo para todos nosotros y estoy seguro de que están cansados
después de levantarse al amanecer para tomar un vuelo de cinco horas desde Los Ángeles,
pero no me quedaré aquí y les permitiré hablar mierda sobre Xan en mi cara.
"¿Sabes que? ¿ Qué tal si escuchas mientras te aseguro algo? Muerdo y hablo
lentamente para asegurarme de que me escuchen alto y claro. “Tu hijo es una buena
persona. Puede que no sea perfecto, pero es leal, honesto, dulce y divertido, y sé que su
hermano estaría orgulloso de él.
Deberían considerarse afortunados de poder llamarlo suyo, porque estoy seguro de que lo
hago.
Me miran en shock y le paso la correa al papá de Xan, ignorando mi culpa por

gritarles a los padres de mi novio porque que se jodan, se lo merecían.
"¿Adónde vas?" Alec llama, incapaz de seguirme considerando

No se permiten osos dentro de la estación.
"Para saber por qué está tardando tanto", les vuelvo a llamar, dejándolos
afuera mientras me abro paso por la puerta principal.
33
Xander
"Reid", ladra el malhumorado oficial, abriendo la puerta de la celda para dejarme salir.
"Vamos."
Joder por fin.
Me obligo a levantarme y estiro los brazos por encima de la cabeza, cansada.

como una mierda después de pasar no sé cuánto tiempo encerrada aquí sola.
"No hay muchos criminales en esta ciudad, ¿eh?" Supongo, suspirando dramáticamente
cuando continúa ignorándome a mí y a mis preguntas. “Oye, ¿podrías ir rápidamente a
Starbucks para m…?”
Me empuja hacia adelante y tropiezo, riéndome para mis adentros cuando atrapo la
garrapata en su mandíbula. Al principio asumo que me llevará a la sala de entrevistas, pero
luego me lleva por donde entramos antes y le frunco el ceño, rápidamente mirando hacia
adelante nuevamente cuando escucho el sonido de su voz junto al escritorio del sheriff.
"... quita tus manos de mí", gruñe, pateando enojada sus piernas mientras le esposan
las muñecas a la espalda. "Soy Jordyn, el puto James, y tendré tus trabajos..."
"Bebé", me río, y ella deja de luchar contra ellos, relajándose instantáneamente

cuando me ve parada aquí.
"Oye", sisea el tipo que está a mi lado, hablando con los dos oficiales que la sujetan.
“Esa es la sobrina del sheriff y la futura hija del alcalde.
en derecho, idiotas. Quítale esos antes de que regresen. Ahora."
Hacen lo que les dicen y ella suelta un suspiro irritado, ignorando el

comentario de la nuera mientras camina hacia mí. Envuelve sus brazos alrededor
de mi cuello y la levanto, levantando suavemente sus muslos alrededor de mi cintura
para abrazarla.
"Bebé, ¿qué hiciste?" Pregunto en voz baja, todavía divertida por su pequeña
estallido hace un momento.
"Lo arreglé", me dice, sonriendo como una perra mala mientras baja
su boca a la mía.
Le devuelvo el beso y aprieto sus muslos con ambas manos, riéndome

ligeramente cuando el oficial que me acompañó hace un momento parece querer
pegarme por ello.
"Te dije que era mía", le digo con aire de suficiencia, poniéndola de pie para
seguirlo hasta la recepción.
Sacude la cabeza con molestia y me arroja mis cosas, haciéndome un gesto

para que cierre la sesión antes de despedirme con un movimiento medio de su
muñeca. "Irse."
Bien entonces.
Jordyn toma mi mano y la sigo afuera, confundida sobre por qué me dejan ir
tan pronto, pero no voy a discutir. Encuentro mis cigarrillos y saco uno con mi mano
libre, mirándola de reojo mientras levanto mi encendedor para quemar la punta.
Abre la boca como si estuviera a punto de explicármelo, pero entonces mi perro
aparece a mis pies y lo miro con sorpresa, sin perderme la forma en que Jordyn se
encoge y baja los ojos como si estuviera avergonzada por algo. Arqueo las cejas y
rasco la cabeza de Bear, levantando la vista para encontrar a mis padres parados
detrás de él.
"Oye..." digo lentamente, mirando entre ellos y Jordyn antes de decidirme por
ellos. “No fui yo”.
Mi mamá asiente para sí misma y mi papá parece estar ocultando una

sonrisa, inclinándose para pasarme la correa que sostiene. "Lo sabemos, chico", me dice,
Inclinando su cabeza hacia Jordyn, sus ojos se llenaron de adoración y orgullo. "Es
una gran chica la que tienes ahí".
Le devuelvo la sonrisa y envuelvo mi brazo alrededor de su cintura,

atrayéndola hacia mí para besar su frente. "Estás llena de sorpresas hoy, ¿no, princesa?"
Ella se ríe levemente y esconde su rostro en mi pecho, saltando contra mí.

cuando una voz familiar suena desde algún lugar a nuestro lado. “¡JJ!”
Oh, joder.
"Oh, joder", se susurra a sí misma, mirando para encontrar a su madre al pie

de las escaleras con una mirada furiosa en el rostro y las manos apoyadas en las
caderas.
Ella está parada al lado del puto Noah Campbell y un hombre de aspecto
mayor que supongo es el alcalde, los tres luciendo muy enojados con sus ojos puestos.
a nosotros.
"¿Qué diablos crees que estás haciendo?" pregunta su mamá, mirando

Jordyn con una mirada que promete dolor y sufrimiento y toda esa mierda mala.
"Mamá", sisea Jordyn, suplicándole con los ojos que no haga una escena.
"¿No podemos hacerle esto a ella?"
“No, niña estúpida, vamos a hacer esto ahora”, interrumpe, con la cara roja
de furia sin filtrar. “Tu futuro está en juego aquí y no permitiremos que lo desperdicies
por este chico delincuente”, se burla, mirando el cigarrillo que tengo en la mano
antes de volver a centrar su atención en su hija. “Si no vienes a casa con nosotros
ahora mismo, te echaré de mi casa y no te quedará nada . Lo digo en serio, J.J. Es
él o nosotros. Haz tu elección”.
"Por el amor de Dios, Elizabeth, no hay elección", dice Noah, acercándose

como si estuviera a punto de agarrar el brazo de Jordyn, pero entonces Bear gruñe
y tira de la correa en mi mano para ir por él, haciéndolo saltar.
"Jesucristo", murmura, casi cagándose mientras vuelve a formar fila junto a

su padre.
Bear continúa ladrándole desde su lugar frente a Jordyn y ella me mira,

inclinándose de puntillas para hablar por encima de mis labios. “¿Me desafías?”
Sacudo la cabeza ante eso, apretando mi brazo alrededor de su cintura hasta

que sus caderas chocan con las mías. “Esta vez no, cariño. Si estás haciendo esto,
hazlo porque quieres. Hazlo porque me quieres”.
"Te quiero", dice sin dudarlo. "Siempre serás tú, chico nuevo".
Sonrío y ella me devuelve la sonrisa, mirando cuando ve a Travis y Kian

parados con mis padres detrás de nosotros. Ni siquiera los escuché aparecer, pero
no parecen molestarse por el drama que se desarrolla a nuestro alrededor. Trav
golpea mi puño y Kian sonríe, inclinándose para pasarle a Jordyn el café helado que
debe haberle comprado.
"Gracias, preciosa", dice dulcemente, llevándose la pajita a la boca para tomar

un sorbo.
Su madre murmura algo que no entiendo y cruza los brazos sobre el pecho,
con las fosas nasales dilatadas mientras mueve los ojos entre Jordyn y yo. “Él va a
arruinar tu vida”, le dice, pero no es una súplica para que se quede.
Ella lo dice como un hecho.
Un último jódete con la hija que ya no puede controlar.
Jordyn se encoge de hombros y mira al alcalde, sacudiendo su trasero

mientras se acerca para pasarle el teléfono que tiene en la mano. Él la mira y ella me
arroja las llaves, deslizando sus dedos entre los míos mientras me empuja hacia mi
auto en el estacionamiento.
"¿Qué tan mal estuviste hoy, princesa?"
“Ya es bastante malo abandonar la escuela, hacer que me suspendan,

secuestrar a Penélope y chantajear al sheriff”, dice con orgullo, contándolos con los dedos.
“También les grité a tus padres y amenacé a la policía con muchas malas palabras.
Incluso dije hijo de puta una vez”.
"¿Verdadero?"
"De verdad", repite, y arrastro mi labio entre mis dientes, moviendo

descaradamente mis ojos sobre su cuerpo con ese pequeño y sexy uniforme que
tanto amo.
"¿Oye, chico bonito?" Grito, golpeándolo con una sonrisa engreída mientras
lo volteo sobre mi hombro. "Que te jodan".
Su mandíbula se contrae de rabia y Jordyn se ríe, rápidamente bajando mi

mano a mi costado mientras le abre la puerta trasera a Bear. Los tres saltamos al
interior y enciendo el motor, fumando casualmente lo último de mi cigarrillo mientras
Jordyn se pone el cinturón de seguridad sobre el pecho.
“Xan, no…”
Piso el acelerador y su madre grita, dando un paso atrás con la boca abierta
y las manos tapándose el corazón. Jordyn niega con la cabeza y tiro mi cucaracha
por la ventana, manteniendo un ojo en la carretera mientras me inclino para
levantarle la barbilla con mi mano libre.
"Te amo bebé."
Ella sonríe ante eso, real, honesta y feliz. "Eso es bueno, porque ahora estás
atrapado conmigo".
34
jdyn
"Xan", me quejo, recostándome contra su cabecera, mis manos apretando la sábana
a cada lado de mí.
"¿Que bebe?"
“¿Puedes hablar en serio por un segundo?” —digo con voz áspera, pero todavía me
encuentro moviendo mis caderas hacia arriba para moler mi clítoris en su lengua. "No tengo
ropa aquí".
"Puedes usar el mío".
“No tengo trabajo”.
"Puedes ser mi stripper en vivo", ofrece, moviendo lentamente sus manos hacia abajo
para apretar la parte posterior de mis muslos. "Te daré una muy buena propina por este
trasero".
"Ni siquiera tengo un cepillo de dientes".
"Te llevaré después y te compraré uno".
Finjo molestia y me apoyo sobre mis codos, poniendo los ojos en blanco cuando veo
la diversión en su rostro. “¿Es necesario tener una respuesta para todo?”
Se ríe de mí y me empuja hacia abajo, bajando la cabeza para pasar su lengua por mi
clítoris. Mis caderas se mueven y mis problemas se alejan de mí, mis ojos se ponen en blanco
por la forma en que ataca mi coño con su boca. Él
Desliza un dedo dentro de mí y me agacho para pasar mis uñas por su cabello, frunciendo
el ceño cuando él agarra mis manos con una de las suyas y las clava en mi estómago.
"No vengas todavía", ordena, y yo me quejo como un mocoso necesitado.

Apenas logré mantenerme al límite sin caerme.
"¿Por qué no?"
En lugar de responderme, retrocede un poco y saca una pequeña bolsa de plástico

de no sé dónde, sonriéndome cuando nota la confusión en mi cara. Es una nueva barra
para la lengua: rosa y violeta con una bola plateada en la parte inferior y algunas púas de
silicona en la parte superior. Los apaga con facilidad y lo veo hacerlo, dejando caer mi
mandíbula cuando un leve zumbido llena mis oídos.
"¿Qué diablos es e"
"Cállate y tómalo", interrumpe, agarrando bruscamente mi cintura para tirar

yo hasta él.
Mis ojos se abren con una mezcla de shock y calor y él se acuesta entre mis
piernas, besando desde mi ombligo hasta el hueso de mi cadera con una lentitud que me
vuelve loca.
"Oh, joder", gimo, de alguna manera sabiendo lo que está a punto de suceder
antes de que suceda. “Xan, por favor…”
Golpea mi clítoris con su lengua y yo grito, acurrucándome para agarrar su cabello

con mi mano. Él se ríe ligeramente y tiro de los mechones en la parte superior, inclinando
mi cabeza hacia atrás sobre mis hombros al sentirlo. Está jodidamente vibrando,
provocándome y prendiendo fuego desde adentro hacia afuera. Él inclina su cabeza para
obtener el ángulo que me gusta y yo lloro, frotando descaradamente mi coño en su boca
para alcanzar el subidón que anhelo.
"Xan, hazme venir".
Me folla con sus dedos y me desmorono, temblando y retorciéndome debajo de él

mientras él continúa lamiendo mi clítoris con su nuevo juguete. Mi corazón
corre en mis oídos y me dejo caer sobre las almohadas, rápidamente levantándolo para
rodearle el cuello con mis brazos.
"¿De dónde sacaste eso?"
“Lo pedí online anoche cuando te estaba buscando en la ciudad”, explica, abriendo
la boca para apagarlo con el pulgar y el índice.
"Pensé que si seguías escondiéndote de mí, hoy podría robarte en la escuela y obligarte a
hablarme con mi lengua".
Sonrío como una idiota y él besa mis labios, inclinándose sobre un codo al lado de
mi cabeza mientras acaricia la parte exterior de mi muslo con su mano libre. Envuelvo mis
piernas alrededor de su cintura y paso mis manos sobre sus hombros, amando en secreto
la forma en que me alimenta con mi propia liberación.
"Bebé", dice, empujando mi cabeza hacia un lado para mover su boca.

hasta mi cuello.
"¿Sí?"
"Voy a meter mi polla en tu culo".
Gimo ante eso, pasando mis uñas por su cuero cabelludo para mantenerlo allí.
"Eres tan dulce conmigo".
Se ríe y extiende la mano para agarrar el lubricante de la mesa de noche, quitando

a ciegas la tapa de la parte superior para cubrir sus dedos con él. Él se agacha entre
nosotros y yo abro las piernas para él, respirando con dificultad contra el costado de su
cara mientras él rodea mi agujero con el del medio. Hemos hecho esta parte antes, pero
nunca hemos ido más allá de dos dedos y no sé si debería estar emocionado o aterrorizado.
"No tengas miedo, bebé", susurra, burlándose de mí con sus palabras y su lengua
mientras lame la vena palpitante de mi cuello. "Voy a hacer que te corras tan jodidamente
fuerte".
Gimo y él hunde sus dientes en mi carne, marcándome con otro chupetón más que
tendré que cubrir con corrector más tarde. Me besa allí y me estira durante lo que
parecieron horas, luego finalmente me saca de
mi miseria y saca sus dedos, apretando su polla para cubrirla con lubricante antes de
provocar mi trasero con él.
"Dime si te duele mucho, ¿de acuerdo?"
Asiento y él desliza la punta, observándome de cerca para ver mi reacción

mientras mi cuerpo se acostumbra a la quemadura. Al principio solo me folla hasta la
mitad, claramente no quiere presionarme yendo demasiado rápido y demasiado pronto,
pero luego levanto mis caderas y él maldice, su cabello oscuro cayendo sobre sus ojos
mientras presiona nuestras frentes juntas.
"¿Quieres tomarlo todo?"
Asiento de nuevo y él me lo da, moviendo sus caderas un poco más hasta que
está completamente enterrado dentro de mí. Grito y él muerde mi labio inferior, sus ojos
se oscurecen por el calor cuando capta la mirada en los míos.
"Xan", le suplico, sin estar segura de qué estoy rogando, pero a él no parece
importarle.
“Abre la boca y saca la lengua”.
Hago lo que me dice y él lo chupa, gimiendo contra mí mientras frota mi clítoris

con su pulgar.
Oh, mierda, eso se siente bien.
Mis piernas comienzan a temblar y paso mis dedos por su cabello, aferrándome
desesperadamente a él mientras me folla fuerte y profundo. El estiramiento todavía
duele un poco, pero la forma en que trabaja mi clítoris lo compensa y algo más. Él hace
algo con sus dedos y yo me corro fuerte, demasiado fuerte, y rápidamente me tapo la
boca con una mano para tapar el sonido. Él sonríe y niega con la cabeza, agarrando mis
muñecas para sujetarlas a las almohadas encima de mí. Él me aprieta y aprieto sus
caderas con mis muslos, echando la cabeza hacia atrás mientras él me pone fuera de
control.
"Joder, bebé", se ahoga, su cuerpo duro pegado al mío.

mientras me llena el culo con su semen. "Mierda."
Me estremezco y él entrelaza nuestros dedos, besando su camino desde mi

garganta hasta mi clavícula. Pasan unos minutos y él se retira lentamente, con
cuidado de no destrozarme con el piercing en la punta de su polla. Nos limpia a
ambos con una toalla y me siento para ponerme una de sus camisetas sobre mi
cabeza, mordiéndome el labio nerviosamente mientras mis preocupaciones regresan a mí.
"Xan"
"Cariño, tu mamá viene", dice Kian desde la puerta de la casa de la piscina,

deteniéndose para sonreírme cuando ve la botella de lubricante en la cama. "Oh, niña
traviesa".
"Yo... espera, ¿qué?"
Su voz distante llena mis oídos y maldigo, agarrando rápidamente unas mallas
para subirlas sobre mis caderas. Xan encuentra un par de sudaderas para ponerse,
pero se quita la camisa y me sigue de cerca mientras salimos con Travis y Kian. Bear
se acerca para pararse frente a mí y le rasco la cabeza. Al levantar la vista encuentro
a mi madre hablando en voz baja con los padres de Xan y el director junto a la piscina.
"Mamá", llamo, efectivamente robándoles su atención.

"¿Qué estás haciendo aquí?"
"Necesito hablar contigo."
"¿Acerca de?"
"La universidad", responde, frunciendo el labio mientras mueve sus ojos entre
Xan y yo. "No estoy de acuerdo con tu elección y nunca lo estaré, pero estoy dispuesto
a pagarte para que vayas a la escuela en Seattle el próximo otoño".
Mi corazón da un vuelco y alzo las cejas, confundida al considerar

Estaba decidida a repudiarme hace un par de horas. "¿Por qué?"
“¿Por qué crees?” pregunta, apretando los dientes como si le doliera

físicamente pronunciar las palabras. “Si te dejo escapar sin dinero y sin propósito en
la vida, la gente hablará y difundirá rumores sobre mí. No dejaré que arruines mi
reputación más de lo que ya lo has hecho, y tener una hija
"Quien tiene que trabajar para ganarse la vida es aún más vergonzoso que alguien que
abandona sus responsabilidades para convertirse en artista".
"Fotógrafo."
"Sí, eso", dice distraídamente, agitando una mano mientras saca su teléfono de
su bolso. “Haré que las chicas programen una entrevista una vez que recibas tu carta de
aceptación y haremos que parezca algo positivo, diles que tienes los pies en la tierra o
algo por el estilo. Estoy segura de que podemos encontrar una manera de modificarlo
para que parezca una madre cariñosa y solidaria”.
"Estoy seguro", murmuro, absteniéndome de criticarla por su egoísmo porque no

tiene sentido.
Ella no está dispuesta a cambiar quién es o en qué cree (al menos no hoy) y,
sinceramente, no tengo ningún deseo de obligarla a hacerlo. No puedo hacer que me
ame sólo porque sí, y aunque todavía me duele un poco, tampoco voy a intentar forzarlo.
"Puedes conservar tu fondo fiduciario y tu coche, pero todavía espero que te vaya
muy bien en la escuela y vigiles tu... imagen", subraya, afortunadamente no tan estúpida
como para decir peso delante de toda esta gente. “No más faltar a clases, no más
suspensiones y no más tatuajes ridículos. ¿Ha quedado claro?"
Levanto una ceja ante eso, cruzando los brazos sobre el pecho con la cabeza
inclinado hacia un lado. "Sí Madre."
"Bien", dice, guardando su teléfono antes de pasar sus manos por la parte
delantera de su vestido. “¿Supongo que no vendrás a casa conmigo?”
Sacudo la cabeza y ella suspira con enojo, pero no lo hace.

Ya no me posee y parece que ella lo sabe.
Xan me rodea con sus brazos por detrás y ella lo golpea con una mirada de
disgusto, sin siquiera molestarse en saludar a los demás antes de darse la vuelta y
caminar de regreso al auto que espera en el camino de entrada. Silencio
Lo sigue y la madre de Xan frunce el ceño, mirándonos de ella a nosotros y luego de

nuevo a ella.
"Qué perra".
“Isla”, la regaña su hermana, pero el resto de nosotros nos reímos, incluido el

padre de Xan.
Agacha la cabeza para ocultarlo y mete las manos en los bolsillos, aclarándose
la garganta antes de mirar entre su hijo y yo. “¿Ya tienen hambre, niños? Estábamos a
punto de pedir algo de comida antes de irnos”.
"Espera, ¿te vas esta noche?" Pregunta Xan, pareciendo un poco decepcionado
cuando ambos asienten. "¿Por qué?"
"Tengo que trabajar mañana a las cinco de la mañana y tu madre tiene una cita
con su terapeuta".
"Gracias, Alec", dice Isla secamente. "Estoy seguro de que todos aquí necesitaban
saber eso".
"Cariño, la mayoría de ellos ya saben lo lunática que eres", responde, sonriéndole

directamente cuando capta la expresión de su rostro.
"No es nada de qué avergonzarse".
"Eres un idiota".
"Eso no es lo que acabas de decir en el auto", murmura, ganándose

él mismo una mirada desagradable y una fuerte bofetada en el pecho. "Golpeas como una niña".
"Lo juro por Dios, podría matarte".
"Intentalo."
"No me tientes."
Junto mis labios y miro a Xan, frunciendo el ceño cuando lo encuentro sonriendo
como un idiota.
“¿Por qué estás tan feliz?”

"Están discutiendo", susurra, mirando de reojo a sus padres mientras se sumerge

su cabeza para besar el hueco de mi cuello.
“¿Y eso es algo bueno?”
"Cariño, eso es algo increíble ", me dice, apretando sus brazos alrededor de mi cintura
mientras se mueve para hablarme al oído. "Te reto a que te bañes conmigo".
"¿Ahora mismo?" Siseo, mis mejillas se calientan cuando él asiente y tira de mí.
De regreso a la casa de la piscina. “¿Qué tal cenar con tus padres?”
“La comida tardará al menos media hora en llegar”, señala.

mordisqueándome el lóbulo de la oreja. "Haré que te corras fuerte y rápido, lo prometo".
Mi coño palpita ante eso y casi gimo. "Maldita sea, Xan."
Travis y Kian se ríen de nosotros y Xan mueve las cejas, pero luego deja de caminar
y mira a nuestro director por encima de mi cabeza. "¿Estoy expulsado?"
“No, no estás expulsado”, le asegura, levantando una mano cuando él empieza a

decir algo más. “Y sí, JJ puede mudarse contigo por el resto del último año. Ambos habéis
estado durmiendo aquí todas las noches de todos modos, así que en realidad no es diferente
que antes, ¿verdad?
No logro ocultar mi diversión y ella me guiña un ojo, sacudiéndonos la cabeza

juguetonamente cuando Xan me levanta y me arroja sobre su hombro. Dejo escapar un
chillido y él aprieta mi trasero sobre mis calzas, riéndose para sí mismo mientras me lleva al
baño en la casa de la piscina. Abre el agua y me deja de pie, rápidamente rasgando su camisa
por mi cabeza antes de volver a mí, apretando mis costados y apoderándose de mi cuerpo de
una manera que me vuelve loca. Me besa y me derrito contra él, levantando las manos para
pasar los dedos por su desordenado cabello morado.
"Nos vamos a Washington, niña", dice con voz áspera, agarrando mi cintura para
empujarla hacia abajo sobre mi trasero. "¿Estás feliz?"
"Xan, estoy tan jodidamente feliz que podría llorar".

Él sonríe y rápidamente se quita el resto de nuestra ropa, arrastrándome hacia la ducha

para empujarme contra la pared debajo del agua. Tira mi cabeza hacia atrás por el cabello y me
besa de nuevo, extendiéndose ciegamente para agarrar el gel de ducha que está a un lado.
Paso mis manos sobre sus abdominales y él se lava la polla con la mano libre, gimiendo cuando
me agacho para ayudarlo a hacerlo.
"¿Oye, Jordyn?" Pregunta, respirando con dificultad contra mis labios.
“¿Qué, Xan?”
Se aleja un poco para mirarme y sonríe como un chico malo, su nariz roza la mía
mientras acaricia mis costillas con las puntas de sus dedos. "Te reto a que me ames para
siempre".
epílogo
Xander
Siete
años despues...
"Odio esto, Xan", dice entrecortadamente, dejando caer la cabeza para apoyarla en
sus antebrazos. "Te odio ."
Escondo una sonrisa y me inclino para sujetarle el cabello, frotando suavemente su

espalda con círculos para ayudarla a pasarlo. Ella me dice eso cada vez que la dejo
embarazada, pero luego las náuseas matutinas desaparecen y ella vuelve a amarme.
La mayor parte del tiempo.
Finalmente deja de vomitar y se levanta para caminar hacia el lavabo del baño,
mirándome a través del espejo mientras toma su cepillo de dientes y se cepilla los dientes.
Esta es la tercera vez que está embarazada en cuatro años, y estoy bastante segura de
que lo único en lo que está pensando ahora es en cuánto tiempo de cárcel le tocaría por
matarme mientras dormía.
"Bebé"
"No me hables".
Cierro la boca y enrollo los labios, mirando en silencio su trasero mientras ella se
inclina para lavarse la cara. Se ve tan jodidamente sexy hoy, su cuerpecito apretado
envuelto en un vestido corto de flores con sus piernas bronceadas a la vista. Tan pronto
como se da vuelta, me pilla mirándola y tira su toalla de mano sobre el mostrador,
cortándome la nuca mientras pasa a mi lado al salir. Me río en voz baja y me muevo para
seguirla, sin perderme la forma en que me sonríe por encima del hombro mientras se aleja
de mí.
Ahí está ella.
Ella sacude su trasero a propósito y lo golpeo, rápidamente le quito un beso

de los labios antes de acecharla hasta el patio trasero. Hoy es su vigésimo quinto
cumpleaños y la mayoría de nuestros amigos y familiares están aquí para pasar el día
con ella, excepto su madre porque, por supuesto, la reina malvada no pudo tomarse
un día de su apretada agenda para su propia carne y sangre.
Se casó con un imbécil rico llamado Pierre hace un par de años y pasan la mayor
parte del tiempo en Europa con sus hijos. Todavía me molesta que Elizabeth no
aprecie a su hija por quién es y por lo que ha hecho para sí misma, pero Jordyn ya
está más que acostumbrada y no deja que le moleste tanto como antes. Está
demasiado ocupada conmigo, los chicos y su gran estudio como para que le importe
una mierda su madre ausente. Tan pronto como se graduó de la universidad hace
cuatro años, se convirtió en fotógrafa de tiempo completo y ahora tiene una lista de
espera tres veces mayor que la mía. Ha trabajado para celebridades y autores e
incluso fotografió algunas portadas de álbumes para Justin y un puñado de otros
artistas que conoció a través de él a lo largo de los años.
Ella es jodidamente increíble, hermosa y mía, y honestamente no lo sé.

Sé cómo logré convencerla de pasar el resto de su vida conmigo.
El aire húmedo nos golpea tan pronto como salimos y Jordyn sonríe,
guiñándome un ojo antes de dirigirse a la barbacoa instalada junto al jacuzzi. Ella se
asustaba por el frío todos los inviernos cuando vivíamos en Seattle, así que nos
mudamos a Los Ángeles el día después de su último examen, nos compramos esta
casa enorme con una piscina enorme y más dormitorios de los que sabemos qué
hacer. Sugerí que los llenáramos con niños y mis padres estaban totalmente de
acuerdo con esa idea, pero Jordyn simplemente se rió de mí y me dijo que me fuera a
la mierda.
"Amigo, tu esposa es tan jodidamente sexy", me informa Justin, tomando una

cerveza de la hielera para destaparla con los dientes. "Tal vez debería conseguirme
uno de esos".
"¿Una esposa?"
“Una niña embarazada”, bromea, sin dejar de mirarle el pecho mientras se

lleva la bebida a la boca.
Resoplo y aparto su cabeza, secretamente esperando que eso le haga ahogarse con
su propia lengua. La mandíbula de Jordyn golpeó el suelo cuando lo conoció por primera vez
y casi le rompo la nariz, pero han pasado siete años y él no ha intentado follársela todavía,
así que lo considero una victoria.
Nuestra amiga Mónica aparece un rato después y nos golpea a ambos con una
sonrisa falsa que grita jódanse, perdedores, luego abraza a mi esposa y pasa a saludar a
mis padres y a los niños. Es una de las mejores tatuadoras que he conocido y trabaja duro
los siete días de la semana, por eso finge estar enojada conmigo por cerrar la tienda hoy y
obligarla a tomarse un día libre. Sin embargo, ama a Jordyn como a una hermana y todavía
asiste a su cumpleaños todos los años sin excepción.
Justin mira fijamente a mi empleada y se muerde el borde del puño, gimiendo cuando
ella se quita la camisa y se baja los jeans, revelando un bikini negro debajo y un cuerpo
cubierto de tinta. Ella le ha dicho que le gustan las chicas cientos de veces a estas alturas,
pero él no deja que eso lo detenga, cabrón.
"Maldita sea, ese culo", sisea en voz alta, claramente tratando de enfadarse.
de ella. "Mon, ¿me dejarás lamerte el coño si te cubro los ojos primero?"
"Oye", lo interrumpe Jordyn, mirándolo con una ceja levantada y un cuchillo afilado
en la mano. “Cuiden su boca, mis hijos”.
"Lo siento."
Ella niega con la cabeza y me río, acercándome para ver qué está cortando
considerando que los niños y yo ya cocinamos todo lo que teníamos antes. Se deja caer en
su asiento en la mesa y comienza a prepararse una hamburguesa de pollo y tocino, luego
agarra un aro de piña y lo coloca justo ahí en el medio. Arrugo la nariz con disgusto y ella
sonríe, llevándosela a la boca para darle un gran mordisco.
"No, cariño, no puedes..."
"¿No puedes qué?" pregunta, hablando alrededor de su comida. “Estoy embarazada

y soy la cumpleañera. Lucha conmigo”.
Oculto mi diversión y me recuesto contra la mesa para verla comerlo, levantando

la vista cuando Nikolas viene corriendo hacia mí desde el otro lado del patio.
Bear lo sigue como siempre lo hace y lo levanto en mis brazos, pasando una mano por su
cabello oscuro hasta que sobresale como el mío.
Tiene tres años y puede hablar hasta que se le acaba el oxígeno, pero todavía no logro
entender ni una maldita palabra que sale de su boca.
Intenta decirme algo y frunzo el ceño, mirando a Jordyn por

ayuda.
"Quiere ir a la piscina".
"¿Como sabes eso?"
"Porque te lo acaba de decir", dice, inclinándose para limpiarse las manos con una
servilleta.
Frunzo el ceño un poco más, pero le doy a mi hijo lo que quiere y rápidamente le
pongo el chaleco salvavidas antes de robarle a Jameson a mi madre para llevárnoslo con
nosotros. Ella finge un puchero por la pérdida de su nieto y cruza los brazos sobre el
pecho, haciéndonos reír a todos. Mi papá le toca las costillas y ella le golpea la mano,
pero no me pierdo la mirada de reojo que le da y que me da ganas de vomitar.
Gradualmente empezaron a arreglar las cosas después de que me echaron en la escuela
secundaria y ahora prácticamente han vuelto a ser como eran antes de que mataran a mi
hermano (asqueroso como la mierda, si me preguntas) y aunque estoy seguro de que A
veces todavía me odian por eso, nunca dudan en decirme cuánto me aman y lo orgullosos
que están de mí y de mi niña.
Jameson chilla cuando se da cuenta de adónde vamos y me sonríe, envolviendo

sus diminutos brazos alrededor de mi cuello mientras lo bajo a él y a su hermano mayor a
la piscina. Tiene dieciocho meses y es el niño más tranquilo que he conocido. Mientras
que Nikolas puede correr durante horas sin parar, Jameson preferiría sentarse en mi
regazo y mirar un libro todo el día.
Es jodidamente perfecto.
Ambos lo son.
"Ve, papá, ve", se ríe Nik, agitando los brazos y pateando las piernas bajo
la superficie.
“Suéltate”, explica Jordyn, riéndose para sí misma mientras se inclina para

tomar su cámara de la mesa.
Lo dejo ir y se aleja nadando lo más rápido que puede, su chaleco salvavidas

lo sostiene mientras gira y se salpica con agua. Juego con los chicos por un tiempo
y luego Travis y Kian intervienen para robármelos, ambos ellos y Justin discuten
sobre quién es su tío favorito. Es Kian, sin dudas, pero no animo al pequeño
mocoso diciéndole eso.
Estoy a punto de salir y tomarnos otro trago a todos, pero entonces Jordyn
se quita el vestido y levanta los brazos para recogerse el cabello en un moño
desordenado, luciendo jodidamente sexy vestida con un bikini blanco sin tirantes.
top y dos juegos de cuerdas colgando de sus caderas. Ella se sienta en el borde
de la piscina y yo me muevo para pararme entre sus piernas, deslizando lentamente
mis brazos alrededor de su cintura para besar su estómago. Esta vez tendremos
una niña, tal como siempre quise, y juro por Dios que casi me ahogo cuando me
preguntó si podíamos llamarla Frankie.
La beso de nuevo y ella extiende una mano para pasar una mano por mi
cabello, mirándome de cerca mientras desliza su barra de lengua sobre sus
dientes. Finalmente me dejó hacer lo que quisiera con ella en su decimonoveno
cumpleaños, y aunque me maldijo hasta el infierno y de regreso porque me dolía
muchísimo, sé que le encanta poder volverme loco de la misma manera que yo lo
hago con ella. Y cuando se acuesta boca arriba con la cabeza fuera del borde de
la cama y me deja follarle la boca mientras le como el coño...
Maldita sea.
“¿Quieres fingir que estás enfermo para que todos tengan que irse a casa
a la mierda?” Susurro, levantándola para llevarla al agua conmigo. "Haré que mis
padres se lleven a los niños y podremos pasar el resto del día en la cama".
"Eres horrible", susurra ella, casi molesta, pero no extraño la burla en su

tono.
"Aunque todavía me amarás para siempre, ¿verdad?"
"Sí", responde ella, suspirando pesadamente contra mis labios. "Es muy
inconveniente, ¿sabes? Amandote."
Sonrío ante eso, subiendo con cuidado sus muslos alrededor de mi cintura para
asegurarme de no aplastar a mi hija entre nosotros. Mi polla descansa contra su clítoris a
través de nuestros trajes de baño y ella me clava las uñas en el cuello, mirando rápidamente
para asegurarse de que nuestros chicos no estén mirando, luego baja la cabeza y estrella
su boca contra la mía, haciéndome reír.
Inconveniente, mi trasero.
El fin.
Agradecimientos
A mi esposo y a mi hijo, y a nuestros hermosos amigos y familiares: gracias por

aguantarme. Sé que soy un caso perdido antisocial que se niega a salir de mi cueva de
escritura, pero les agradezco a todos por permanecer a mi lado y apoyarme de todos
modos.
A Samantha La Mar: muchas gracias por todo lo que has hecho por mí y por este
libro durante los últimos meses. Quiero decir... ¡solo MÍRALO! *indica ojos de corazón
desmayados y emojis de fuego* Te amo a ti y a tu enorme corazón, y tengo mucha suerte
de tenerte en mi vida.
A mis mejores amigas de libros favoritos, Geissa (también conocida como Cece
Perez), Pamela, Chrissy, Lisa, Rachael y Jocelyn, y a todos los autores, lectores, críticos
y libreros que he llegado a conocer desde que comencé este viaje hace un año: gracias
todo desde el fondo de mi corazón. No podría arreglármelas en esta aterradora industria
sin ti.
A mis increíbles lectores beta, al equipo de ARC y a los revisores de TalkNerdy2Me:

muchas gracias por sus comentarios iniciales sobre este libro.
Nunca dejas de animarme y animarme cuando me estoy cagando y te amo por eso.
A Lacy Dyson: gracias por las hamburguesas de pollo con piña. Probé uno como
me dijiste. Fue... horrible, para ser honesto. Pero a Jordyn le gustan, así que puedes
considerarlo una victoria.
Por último, pero no menos importante, gracias a todos y cada uno de ustedes por
adquirir este libro y leerlo. Estoy eternamente agradecido.
Todo mi amor,
Betania <3
También por Bethany Winters
La serie de los hermanos Kingston
Reyes de Westbrook High

Imprudente en Westbrook High
Muy pronto
Amor sucio
(Romance After Dark: Una antología tabú)
Acerca de la autenticación
Bethany vive en el sur de Gales con su marido y su hijo de cuatro años.

Sus cosas favoritas son los libros, el té, la pizza, las palomitas de maíz y Machine Gun Kelly, aunque
su marido todavía está bastante enojado por eso último. Cuando no está escribiendo, está leyendo o
soñando despierta con los libros que ha leído, o asaltando Amazon en busca de bonitos libros de
bolsillo para acumular.
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Little Devil Bethany Winters

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Copyright © 2021 por Bethany Winters

Fotografía, diseño de portada y formato por TalkNerdy2Me

Idiota americano – Día Verde

Vampiro del siglo XXI ­ Lil Huddy

Lágrimas – Tráeme el horizonte

San Valentín sangriento ­ Ametralladora Kelly

Algodón de azúcar – Yungblud

Este sentimiento – The Chainsmokers y Kelsea Ballerini

Azúcar, nos estamos hundiendo ­ Fall Out Boy

Sk8er Boi – Avril Lavigne

Inmortales – Fall Out Boy

Escuchar en Amazon Music y Spotify

Con el chico malo con el que me casé.

"¡Eres un jodido perdedor, Xan!"

La ardiente morena cuyo nombre he olvidado me mira fijamente, inclinándose

"Bebé", digo suavemente, levantando mis manos en un intento de disipar la

"¡Pero no lo eres!" grita, lanzando su zapato a mi pecho.

"No me estoy riendo de ti".

Decir que está furiosa sería decirlo a la ligera y está tomando

Entrecierra los ojos como si lo supiera y me estremezco, preparándome

"Encantado de conocerte, Xander Reid", dice, sarcástica como una mierda.

Esbozo una sonrisa y me muevo para seguirla, sinceramente preguntándome

"¡Ven aquí, pequeña mierda!"

No soy pequeña, pero tampoco soy estúpida, por eso no me avergüenzo de

"Buenos días, Felicia".

Me rasca el muslo con su gran zarpa y me río ligeramente, revolviendo el pelo

"Hola mamá." Inclino mi barbilla y suspiro cuando atrapo la garrapata en su mandíbula.

¿Y eso de quién es la culpa, imbécil?

Las crueles palabras de mi padre me golpean donde más me duele y me aclaro la

"¿Mamá?" Lo intento de nuevo, estirando el cuello en un intento de captar su mirada.

Debería robarle su bastón.

"¿Crees que es gracioso?"

"No", murmuro, inclinándome contra la isla para mirar entre las

"¿Cómo qué?" Pregunto, poniendo los ojos en blanco mientras levanto la

"¡Ese no es el punto, idiota!" —espeta, alzando la voz en un raro ataque de

Sí, bueno... yo también me la follé, pero no les digo eso.

“Pasaste la noche en el hospital con una conmoción cerebral y tuvimos que

El silencio que sigue se extiende por lo que parece una eternidad y yo

Ella no habla de él.

Ella se estremece ante el sonido de su nombre y evita mi toque, cruzando sus

Papá se encoge de hombros como si le importara una mierda y me arroja el cuello, y

Se detiene con la mano en el pomo de la puerta y duda un momento antes de girarse

"Olvidaste besar a mamá".

"Vamos, amigo", le llamo, abriendo el camino mientras él me sigue hasta mi habitación.

Se desploma a los pies de mi cama y sacudo la cabeza hacia él.

Ella es una mentirosa.

Aunque no me atrevo a denunciarla.

"No seas ridículo, JJ", me regaña, desviando la mirada para mirar

En otras palabras, ha encontrado un hombre. Y si nos guiamos por la historia,

Está aterrorizada de estar sola.

Ella parece olvidar que me tiene , pero de nuevo, no me molesto en denunciarla.

“¿Qué es eso que estás bebiendo?”

"Te refieres a refrescos dietéticos , ¿verdad?"

Me parezco tanto a ella que es casi extraño, pero nuestras personalidades no

"¿Cuando vendrás a casa?"

“No estoy segura todavía”, responde. "Mañana tal vez."

Ella se anima ante eso, repentinamente interesada en mí y en lo que tengo que

Me encojo de hombros y miro hacia la casa a mi derecha, observando a mi novio

Él no es mi dueño y no quiero que lo sea.

"Ya no es el mismo, mamá", susurro, dudando un segundo antes de decidir dar

Vampiro del siglo XXI Lil Huddy

San Valentín sangriento Ametralladora Kelly

Azúcar, nos estamos hundiendo Fall Out Boy