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Hispanoamericana
II
Santiago Acosta A.
Loja, 2019
Indice
UNIDAD 1
NOVELA REALISTA DE COMIENZOS DEL XX:
REGIONALISMO............................................................. 11
1. Introducción.............................................................. 12
2. Horacio Quiroga: padre del cuento
hispanoamericano.................................................... 15
3. El infierno verde: La vorágine, de José Eustasio íNDICE
Rivera.......................................................................... 21
capÍTULO 1
4. El gaucho bueno: Don Segundo Sombra, de
Ricardo Güiraldes..................................................... 29 capÍTULO 2
5. La novela de los llanos: Doña Bárbara, de capÍTULO 3
Rómulo Gallegos....................................................... 32
capÍTULO 4
UNIDAD 2 capÍTULO 5
NOVELA REALISTA DE COMIENZOS DEL XX: capÍTULO 6
REVOLUCIÓN MEXICANA E INDIGENISMO............... 38
capÍTULO 7
1. Novela de la revolución mexicana: Azuela,
capÍTULO 8
Martín Luis Guzmán................................................ 39
capÍTULO 9
2. Novela indigenista.................................................... 47
capÍTULO 10
2.1. Raza de bronce, de Alcides Arguedas........ 48
capÍTULO 11
2.2. La novela indigenista en Perú..................... 54
capÍTULO 12
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UNIDAD 3
NOVELA REALISTA DE COMIENZOS DEL XX:
NOVELA URBANA........................................................... 59
UNIDAD 4 capÍTULO 1
LAS VANGUARDIA POÉTICAS: LOS INICIOS.............. 72
capÍTULO 2
1. Introducción.............................................................. 73 capÍTULO 3
2. Vanguardias poéticas en Argentina: Girondo y capÍTULO 4
Borges......................................................................... 78
capÍTULO 5
3. Huidobro y su obra cumbre, Altazor...................... 80
capÍTULO 6
UNIDAD 5 capÍTULO 7
LAS VANGUARDIAS POÉTICAS: VALLEJO Y
capÍTULO 8
NERUDA........................................................................... 89
capÍTULO 9
1. Introducción: Vallejo y Neruda, culminadores
de la vanguardia........................................................ 90 capÍTULO 10
6
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UNIDAD 6
LA RENOVACIÓN NARRATIVA DE LOS AÑOS 40.
ASTURIAS Y BORGES..................................................... 105
1. Introducción.............................................................. 106
2. M. A. Asturias. El señor presidente, novela del
dictador latinoamericano........................................ 109
3. Borges, la narrativa fantástica................................. 116
UNIDAD 7
íNDICE
capÍTULO 12
1. Introducción al Boom................................................ 146
2. Fuentes y la reelaboración narrativa del pasado
mexicano.................................................................... 152
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UNIDAD 9
LA NARRATIVA DEL BOOM: CORTAZAR, GARCIA
MARQUEZ Y OTROS AUTORES.................................... 164
UNIDAD 10 capÍTULO 3
LA POSVANGUARDIA POÉTICA................................... 181
capÍTULO 4
1. Introducción.............................................................. 182 capÍTULO 5
2. Octavio Paz, poesía de aliento metaf ísico............. 184 capÍTULO 6
3. Mario Benedetti, el poeta de las causas sociales.. 187
capÍTULO 7
4. Alejandra Pizarnik, poesía de la soledad y el
capÍTULO 8
miedo.......................................................................... 189
5. Juan Gelman, poeta social y experimental............ 190 capÍTULO 9
capÍTULO 12
UNIDAD 11
LA NARRATIVA DESPUÉS DEL BOOM.......................... 201
8
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1. Introducción.............................................................. 202
2. Severo Sarduy, narrativa neobarroca y de
tendencia pop.............................................................. 203
3. Juan José Saer, narrador de la vida santafecina y
la amistad................................................................... 204
4. Germán Espinosa, mito e historia en La tejedora
de coronas.................................................................... 207
5. Sergio Pitol, el arte de contar historias.................. 209
6. Ricardo Piglia, el juego de ficción y realidad........ 213 íNDICE
capÍTULO 1
UNIDAD 12
EL TEATRO Y EL ENSAYO EN EL S. XX......................... 217 capÍTULO 2
capÍTULO 3
1. El teatro en el s. XX.................................................. 218
capÍTULO 4
1.1. Etapa realista-costumbrista........................ 219 capÍTULO 5
1.2. Etapa de ruptura y transformación............ 220 capÍTULO 6
1.3. Etapa de renovación y experimentación.... 221
capÍTULO 7
capÍTULO 9
2.1. El ensayo de inspiración arielista: Alfonso
Reyes, José Vasconcelos, José Ingenieros.. 222 capÍTULO 10
9
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íNDICE
capÍTULO 1
capÍTULO 2
capÍTULO 3
capÍTULO 4
capÍTULO 5
capÍTULO 6
capÍTULO 7
capÍTULO 8
capÍTULO 9
capÍTULO 10
capÍTULO 11
capÍTULO 12
10
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UNIDAD 1 íNDICE
CAPÍTULO 1
NOVELA REALISTA DE capÍTULO 2
REGIONALISMO capÍTULO 4
capÍTULO 5
1. Introducción....................................................................... 12
capÍTULO 6
2. Horacio Quiroga: padre del cuento
hispanoamericano............................................................. 15 capÍTULO 7
3. El infierno verde: La vorágine, de José Eustasio
capÍTULO 8
Rivera.................................................................................... 21
4. El gaucho bueno: Don Segundo Sombra, de Ricardo capÍTULO 9
Güiraldes.............................................................................. 29
capÍTULO 10
5. La novela de los llanos: Doña Bárbara, de Rómulo
Gallegos................................................................................ 32 capÍTULO 11
capÍTULO 12
11
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1. Introducción
La novela regionalista hispanoamericana tuvo su desarrollo
máximo en los años veinte y treinta del siglo pasado, y su aparición
está motivada por la coyuntura de crisis cultural y social ocasionada
por el acontecimiento de la primera guerra mundial, en la que
el saldo de destrucción y de pérdida de vidas humanas no tuvo
antecedentes en la historia. Los creadores hispanoamericanos
dejaron de mirar a la vieja Europa como referente literario y
artístico en general para buscar caminos propios. Hasta entonces,
la literatura europea, y preferentemente francesa, había sido íNDICE
el modelo por seguir por parte de los escritores de nuestro
continente. La primera guerra mundial supuso una ruptura en esta CAPÍTULO 1
actitud de vasallaje literario, y los novelistas hispanoamericanos capÍTULO 2
miraron la realidad propia, especialmente la naturaleza y el
entorno geográfico americanos, como fuentes de inspiración para capÍTULO 3
dar cauce a su energía creadora. Pero lo singular en este cambio capÍTULO 4
de actitud estribó en que fueron los propios europeos los que
impulsaron el interés por los elementos naturales, desencantados capÍTULO 5
con los resultados históricos a los que había conducido la mutua capÍTULO 6
rivalidad política de sus naciones y el desmoronamiento espiritual
que provocó la guerra mundial (Gálvez, 2008a). capÍTULO 7
capÍTULO 8
Motivados por dicho interés, los escritores
hispanoamericanos volvieron la vista a lo propio, y lo primero capÍTULO 9
que detectaron fue la inconmensurable naturaleza americana y
capÍTULO 10
la posición del hombre que vivía inmerso en ella. Este hombre
se veía rodeado de un medio a menudo hostil, lo que llevó a capÍTULO 11
los escritores regionalistas a registrar esas dificultades y luchas
capÍTULO 12
humanas situadas en el entorno geográfico, y no a una mirada
candorosa hacia la naturaleza americana o el hombre que la
poblaba. De ahí el tono muy común de protesta que puede
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capÍTULO 5
El acento local estuvo asociado, en la pluma de lo
escritores regionalistas, al deseo de traer la modernización a los capÍTULO 6
territorios rurales y superar el atraso económico y cultural de sus
capÍTULO 7
poblaciones, y a la integración de los grupos raciales y su entorno
natural, hasta entonces ajenos al proyecto nacional. Este deseo de capÍTULO 8
modernización se asoció a la búsqueda de una identidad propia,
capÍTULO 9
factores con frecuencia presentes en las novelas regionalistas:
“Se trata en definitiva de contribuir a la construcción de una capÍTULO 10
identidad (continental, nacional) que no dejase fuera lo singular,
que paradójicamente era en gran parte lo que debían erradicar capÍTULO 11
para entrar por la vía del progreso y la modernidad que al mismo capÍTULO 12
tiempo deseaban” (Gálvez, 2008a, p. 81).
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capÍTULO 9
una somnolencia do virulencia:ltaba con la ca y tanto
el personaje como el lector piensan que el veneno ha perdido capÍTULO 10
virulencia:
capÍTULO 11
La naturaleza se traga al protagonista. El ritmo sostenido, capÍTULO 12
la sabia administración del interés episódico, el esfuerzo
sobrehumano por superar los obstáculos, el contrapunto patético
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CAPÍTULO 1
[…] ambicionaba el don divino del amor ideal, que me
encendiera espiritualmente, para que mi alma destellara capÍTULO 2
en mi cuerpo como la llama sobre el leño que la alimenta.
capÍTULO 3
Cuando los ojos de Alicia me trajeron la desventura, había
renunciado ya a la esperanza de sentir un afecto puro. En capÍTULO 4
vano mis brazos –tediosos de libertad- se tendieron ante
muchas mujeres implorando para ellos una cadena. capÍTULO 5
capÍTULO 6
Esta confesión de Cova, en la que se mezclan ideales difusos
y la realidad de una vida frívola, pone el marco inicial de la novela. capÍTULO 7
Serán estas tensiones interiores no resueltas las que lancen a Cova
capÍTULO 8
hacia la huida, y en ella arrastre sucesivamente a otros personajes.
El segundo proceso mencionado, el de la huida f ísica, va desde la capÍTULO 9
ciudad, que apenas se menciona, y que será siempre un referente
capÍTULO 10
lejano, hacia los llanos de Casanare, para terminar en las extensas
regiones amazónicas, cubiertas de selva infinita y surcadas por capÍTULO 11
una compleja red pluvial. Conforme Cova y sus compañeros
capÍTULO 12
huyen, se internan más y más en esa zona periférica, alejada de
la civilización y el orden. A esa fuga corre paralela una inmersión
cada vez mayor en la desgracia.
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capÍTULO 9
No obstante, La vorágine no es solo un libro de denuncia
social. Es más, la intención social inicial se ve superada por el capÍTULO 10
relato de acción, por el aliento poético de la narración, y sobre
capÍTULO 11
todo por la presencia de lo telúrico. Es una novela de la tierra, de
violencia, no solamente humana, sino que la propia violencia surge capÍTULO 12
del medio natural. Por eso, la selva es el personaje que domina
la novela, y que, a pesar de ser un ente no humano, adquiere
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capÍTULO 3
Se ha dicho que Cova es un personaje paradójico. Su
insensibilidad puede llegar a ser cruel, como cuando celebra la capÍTULO 4
muerte de los indios que lo acompañan y que han perecido en
capÍTULO 5
un torbellino fluvial. Pero cuando conoce a Clemente Silva, el
cauchero que quiere reunir los huesos de su hijo muerto en un capÍTULO 6
siringal, Cova asume, con sentido de humanidad, la defensa de
capÍTULO 7
Silva. Cuando hace suya la causa de Silva, Cova se propone nada
menos que luchar contra los patrones caucheros, pero no acaba de capÍTULO 8
enunciar este plan cuando ya empieza a vacilar. No obstante, hacia
capÍTULO 9
el final de la novela, parece sincero en su proyecto humanitario de
denunciar la explotación de las caucheras, por lo que despacha a capÍTULO 10
Clemente Silva a la ciudad de Manaos con documentos dirigidos al
capÍTULO 11
cónsul de Colombia en esa ciudad. Este último proyecto coincide
con el reencuentro y reconciliación con Alicia en Yaguanarí, donde capÍTULO 12
mata a Barrera, su enemigo. Cova vive con Alicia la experiencia de
la paternidad, pero todo concluye con su desaparición en la selva.
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capÍTULO 7
Fabio desdeña la vida cómoda de la casa de hacienda, y se
desenvuelve en el campo aledaño en el contacto con los peones y capÍTULO 8
las actividades rurales, que son siempre las de un jinete: es en la
capÍTULO 9
vida nómada del gaucho donde se produce el aprendizaje. El final
de la novela contiene una sorpresa: cuando Fabio es ya un gaucho capÍTULO 10
formado, sobreviene la ruptura con el mundo campesino. Como
es hijo natural de un gran propietario que acaba de fallecer, debe capÍTULO 11
incorporarse a la vida sedentaria de una hacienda, donde su tutor capÍTULO 12
se haga cargo de él antes de que esté en condiciones adecuadas
para heredar la propiedad. Es el momento en que el mentor,
Segundo Sombra, aprovecha para alejarse. Se ha completado la
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capÍTULO 6
La novela contiene por ello muchos elementos reales,
empezando por varios personajes, lo cual se reconoce en el mismo capÍTULO 7
prólogo de la obra. La clave de la narración es, en el contexto de
capÍTULO 8
la lucha por la posesión de la tierra, la confrontación entre una
propuesta civilizadora frente al atraso y la corrupción de un capÍTULO 9
espacio geográfico marginal y primario, por lo que volvemos al
antagonismo sarmientino entre civilización y barbarie, trasladado capÍTULO 10
ahora a la zona de los llanos venezolanos. El protagonista, Santos capÍTULO 11
Luzardo, heredero del hato Altamira, regresa desde la capital al
llano, del que había salido de niño, para ponerse al frente de la capÍTULO 12
tierra de la que es ahora propietario, que ha ido mermando por
la codicia de Bárbara, la dueña del hato El Miedo. Los aliados
de Doña Bárbara son la venalidad de las autoridades y jueces, la
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capÍTULO 3
Doña Bárbara es en la novela el personaje antagonista. El
narrador, en un salto atrás, la muestra desde su infancia como capÍTULO 4
un ser desdichado, abandonada y criada por indígenas. Adquiere
capÍTULO 5
en el desarrollo de la trama una consistencia mítica; sus orígenes
se pierden en el misterio, es resultado de los impulsos más capÍTULO 6
elementales de esas tierras, el cruce de sangres y pasiones, pero
capÍTULO 7
también del desamparo y el rechazo. Detesta a los hombres, y
apenas ha amado sinceramente a uno, Asdrúbal, un amor trágico capÍTULO 8
de su juventud, asesinado por quienes quisieron impedir ese amor;
capÍTULO 9
a este trauma de juventud de Bárbara, se suma la violación a que
fue sometida por un grupo de granujas. De ahí nació el desprecio capÍTULO 10
hacia los hombres y su afán insaciable de venganza contra ellos,
que verifica por todos los medios, incluidos la seducción, el capÍTULO 11
embrujo y el desdén. En Doña Bárbara se quintaesencia el mal, capÍTULO 12
e incluso circula la leyenda de un pacto de ella con el diablo. Es,
sin paliativos, la “devoradora de hombres”; de este modo resulta
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Bibliograf ía
Brushwood, John S. (1984). La novela hispanoamericana del
siglo XX. México D.F.: Fondo de Cultura Económica.
De Mora, Carmen. (2010). “El cuento y sus formas literarias:
Horacio Quiroga, José Revueltas, Salvador Salazar
Arrué (Salarrué)”. En Puccini, D. y Yurkievich, S. íNDICE
Historia de la cultura literaria en Hispanoamérica
II. México: Fondo de Cultura Económica, 253-275. CAPÍTULO 1
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íNDICE
CAPÍTULO 1
capÍTULO 2
capÍTULO 3
capÍTULO 4
capÍTULO 5
capÍTULO 6
capÍTULO 7
capÍTULO 8
capÍTULO 9
capÍTULO 10
capÍTULO 11
capÍTULO 12
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UNIDAD 2 íNDICE
capÍTULO 1
NOVELA REALISTA CAPÍTULO 2
capÍTULO 5
MEXICANA E capÍTULO 6
INDIGENISMO capÍTULO 7
capÍTULO 12
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capÍTULO 3
El tema de fondo es, por tanto, la revolución mexicana, vista
desde el ángulo de un exiguo cuerpo militar que, en sus peripecias, capÍTULO 4
ilustra la naturaleza de ese conflicto, plagado de contradicciones y
capÍTULO 5
aberraciones. La novela está contada en tercera persona, desde la
mirada de un narrador omnisciente que asume una visión crítica, capÍTULO 6
mediante el recurso de poner en primer plano la objetividad de
capÍTULO 7
las acciones de los personajes; no hay intromisiones del propio
narrador, quien apenas se introduce en la vida interior de los capÍTULO 8
personajes, por lo que es evidente que no estamos ante una novela
capÍTULO 9
psicológica. Pero los hechos hablan por sí solos, y los episodios
y carácter de los personajes van definiendo los contornos de la capÍTULO 10
temática.
capÍTULO 11
En esta visión crítica, las mejores armas del narrador capÍTULO 12
son la ironía y el humor. La novela comienza cuando un grupo
de tres oficiales federales, que se ha perdido en la sierra, llega
inopinadamente al poblado de un bandolero archiconocido en la
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capÍTULO 7
Como se ve, el punto de vista de la historia está colocado en
este grupo de alzados, mitad bandoleros, mitad héroes populares. capÍTULO 8
Los enemigos federales están siempre vistos a la distancia. En el
capÍTULO 9
comienzo de las acciones del grupo de Macías, las gentes de los
pueblos los reciben con agrado: se mueven no solo en un terreno capÍTULO 10
donde son conocidos y generan simpatía, sino que actúan de
defensores del pueblo llano contra los desmanes de los federales. capÍTULO 11
Las quejas de los campesinos son claramente contra las tropas del capÍTULO 12
gobierno: roban los víveres y se llevan a las adolescentes.
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capÍTULO 9
Finalmente, Macías vuelve a casa para comprobar que ya
no puede habituarse a la vida doméstica. Extraña en su mujer la capÍTULO 10
lozanía que ha perdido en solo dos años, y su hijo lo rehúye huraño.
Cuando la mujer le pregunta: “¿Por qué pelean ya, Demetrio?”, éste capÍTULO 11
lanza una piedra al fondo del cañón, y apunta: “Mira esa piedra capÍTULO 12
cómo ya no se para…”. Después de la breve escena del regreso
al hogar, y sin decirnos cómo volvió a abandonarlo, el narrador
presenta a Macías y toda su partida en una nueva campaña bélica,
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capÍTULO 1
Los de abajo es una obra magistral, por la eficacia corrosiva
con que refleja el absurdo de la guerra civil, por el humor y la CAPÍTULO 2
ironía, por la contundencia de su denuncia contra las aberraciones
capÍTULO 3
y perversidad de la contienda.
capÍTULO 4
Martín Luis Guzmán (Chihuahua, 1887-1976), por su
capÍTULO 5
lado, peleó también en las guerras revolucionarias, y vivió dos
períodos de exilio en el extranjero. Sus obras más destacadas son capÍTULO 6
El águila y la serpiente (1928) y La sombra del caudillo (1929).
capÍTULO 7
La primera narra de forma autobiográfica su participación en la
revolución mexicana y tiene un carácter memorial, ya que recoge capÍTULO 8
las experiencias del autor en la revolución; es una obra que brilla,
capÍTULO 9
sobre todo, por el valor testimonial (es memorable su presentación
del caudillo Pancho Villa, por ejemplo) y la elegancia de la prosa. capÍTULO 10
El rasgo estructural más sobresaliente es el de consistir en una
serie de episodios, más que en una historia única. Por otro lado, La capÍTULO 11
sombra del caudillo tiene una estructura narrativa más perfilada, y capÍTULO 12
nos sumerge en el mundo siniestro del poder, personalizado en el
Caudillo, y de los medios inescrupulosos que usa para conseguir
sus fines –terror, intrigas, corrupción– en una visión desoladora
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2. Novela indigenista
La novela indigenista, claramente diferenciada de la
novela indianista decimonónica, es una corriente narrativa que se
desarrolla a lo largo del s. XX, y que tiene como punto de partida
la obra del novelista boliviano Alcides Arguedas. Si el indianismo
íNDICE
literario se caracterizaba por brindar una imagen idealizada y
romántica del indio, el indigenismo en cambio ofrece una estampa capÍTULO 1
descarnada, a veces brutal, de la realidad de sometimiento y
CAPÍTULO 2
pobreza del indígena americano, y convierte la obra literaria en un
documento de denuncia social y, a veces, política. La situación de capÍTULO 3
exclusión del indio no solamente no cambió con la independencia
de las naciones hispanoamericanas, sino que incluso se agravó capÍTULO 4
en muchos casos, por lo que el indio se convirtió para las élites capÍTULO 5
latinoamericanas en un problema, cuyo abordaje se planteó en
la pretensión de asimilarlo al proyecto de país que en cada caso capÍTULO 6
se iba fraguando. Ni que decir tiene que esta tarea se hizo sin el capÍTULO 7
concurso de los propios indios, a los que se consideraba un lastre
para el desarrollo nacional. La novela indigenista participa de esta capÍTULO 8
mirada ajena, y plantea el problema contradictorio de que es una capÍTULO 9
narrativa que tiene al indio como objeto, pero visto desde una
mirada narrativa superior. capÍTULO 10
capÍTULO 11
La narrativa indigenista tuvo como correlato toda una
literatura de ensayo sobre el tema del indio, que en cierto modo capÍTULO 12
le sirvió como precedente. En Perú, como señala Melis (2010),
fue la obra de reflexión crítica de González Prada la que, tras la
derrota peruana en la guerra del Pacífico con Chile, propuso que
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capÍTULO 9
El libro está dividido en dos partes claramente diferenciadas,
que tienen, respectivamente, un título de naturaleza espacial: “El capÍTULO 10
valle” y “El yermo”. Como indican los nombres, las dos partes se
capÍTULO 11
desarrollan en un medio geográfico diverso. En la primera, se
relatan las peripecias que sufre un grupo de indios de la hacienda capÍTULO 12
de los Pantoja, que son enviados al valle a comprar semillas. La
segunda parte se sucede enteramente en el páramo donde está
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capÍTULO 3
Otro elemento lleno de ambigüedad es el motivo que
desencadena el desenlace final de la novela, que es la revuelta capÍTULO 4
indígena. El factor que la provoca es la muerte de Wara Wanka,
capÍTULO 5
que se produce cuando Pantoja y sus amigos la arrastran hacia
una cueva para violarla. El lector se pregunta por qué esta muerte capÍTULO 6
moviliza a los indios, y no las otras que han formado parte normal
capÍTULO 7
de la vida inicua de la hacienda. Por otro lado, que la joven se
defienda de manera furibunda parece desconcertante, cuando capÍTULO 8
antes el lector ha llegado a conocer que el administrador ha
capÍTULO 9
conseguido disfrutar sexualmente de Wara Wanka dentro de su
práctica de forzar sexualmente a las indígenas. En una escena, capÍTULO 10
Agiali hace confesar a Wata Wara lo sucedido durante su servicio
capÍTULO 11
prestado al mayordomo, tiempo en el que estuvo expuesta a las
acometidas sexuales de éste. De forma paradójica, Agiali no se capÍTULO 12
muestra ofendido por la pérdida de la virginidad de su novia, sino
por la desobediencia de la joven a sus instrucciones de no dormir
en la casa del mayordomo: “La cólera le ahogaba [a Agiali]. No
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capÍTULO 7
El narrador ha presentado el caso relatado en la novela
como una situación extrema de abuso, e incluso sugiere que no capÍTULO 8
todos los hacendados se comportan de forma tan cruel y arbitraria
capÍTULO 9
como Pantoja, a quien el novelista convierte en un dechado de
maldades. En realidad, la denuncia en Raza de bronce es doble: por capÍTULO 10
un lado, de los excesos a que puede llegar el sistema feudalista de
las haciendas; por otro, de la resignación y cobardía de los indios capÍTULO 11
(en un momento dado, llegan a besar la bota con que el patrón capÍTULO 12
los golpea), a los que muestra primitivos e irredimibles, llenos de
supersticiones, viciosos, derrochadores de lo poco que poseen, e
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capÍTULO 1
La novela indigenista peruana tiene en Ciro Alegría (1906-
1967) a uno de sus exponentes ineludibles. Nació en la zona andina CAPÍTULO 2
del norte de Perú, lo que guarda su interés, frente a José María
capÍTULO 3
Arguedas y otros escritores indigenistas, puesto que en el norte de
los Antes peruanos el español sustituyó al quechua como lengua capÍTULO 4
cotidiana, lo cual se plasma en el habla de los personajes indígenas
capÍTULO 5
de esa zona de la sierra. Alegría se implicó desde joven en el
activismo político, y en Trujillo, en cuya universidad estudiaba, capÍTULO 6
trabajó de cerca con Haya de la Torre, fundador del Partido
capÍTULO 7
Aprista. Sufrió por ello persecución y se vio obligado a exiliarse en
Santiago de Chile, donde escribió y publicó sus tres novelas. Tras capÍTULO 8
la última de ellas, le sobrevino un silencio literario en el que no
capÍTULO 9
logró cuajar nuevas publicaciones; en realidad, el escritor siguió
escribiendo nuevos argumentos, pero no pudo consolidarlos como capÍTULO 10
novelas acabadas, lo que se puede explicar por la autoexigencia
capÍTULO 11
que Alegría se impuso tras el éxito de sus primeras obras.
capÍTULO 12
La primera novela, La serpiente de oro (1935), se desarrolla
en el contexto geográfico de las selvas del río Marañón, y sus
protagonistas no son indígenas serranos, sino campesinos
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capÍTULO 7
La obra a la que Alegría debe su fama es El mundo es ancho
y ajeno, y en ella asistimos a los conflictos de tierras entre los capÍTULO 8
indígenas de Rumi, la comunidad cuyo alcalde es Rosendo Maqui, y
capÍTULO 9
el codicioso hacendado Álvaro Amenábar. El enfrentamiento entre
comunidad y hacendado se salda en un primer momento con la capÍTULO 10
persecución y desalojo de las tierras por parte del hacendado, que
capÍTULO 11
se vale de toda suerte de artimañas para conseguir sus objetivos.
La comunidad se reinstala con Rosendo Maqui en la puna, pero capÍTULO 12
los conflictos con el hacendado persisten, algunos comuneros
se adhieren a la partida de un bandolero de la zona y se vengan
del hacendado. El alcalde indígena es acusado de instigación a
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capÍTULO 4
Bibliograf ía
capÍTULO 5
Brushwood, John S. (1984). La novela hispanoamericana del
siglo XX. México D.F.: Fondo de Cultura Económica. capÍTULO 6
Lorente, Antonio. (2008a). “La novela de la Revolución capÍTULO 7
Mexicana”, en Trinidad Becerra (coord.), Historia
de la literatura Hispanoamericana. Tomo III. Siglo capÍTULO 8
XX. Cátedra. capÍTULO 9
Lorente, Antonio. (2008b). “La novela indigenista: Alcides
capÍTULO 10
Arguedas, Jorge Icaza, Ciro Alegría, José María
Arguedas y Manuel Scorza”, en Trinidad Becerra capÍTULO 11
(coord.), Historia de la literatura Hispanoamericana.
capÍTULO 12
Tomo III. Siglo XX. Cátedra.
Melis, Antonio. (2010). La narrativa indigenista en los países
andinos. En Puccini, D. y Yurkievich, S. Historia de
57
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CAPÍTULO 2
capÍTULO 3
capÍTULO 4
capÍTULO 5
capÍTULO 6
capÍTULO 7
capÍTULO 8
capÍTULO 9
capÍTULO 10
capÍTULO 11
capÍTULO 12
58
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UNIDAD 3 íNDICE
capÍTULO 1
NOVELA REALISTA DE capÍTULO 2
capÍTULO 5
capÍTULO 10
capÍTULO 11
capÍTULO 12
59
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capÍTULO 6
Este subgénero narrativo obedece a circunstancias sociales
y económicas objetivas. Desde fines del s. XIX y principios del capÍTULO 7
XX, la inmigración europea, unida a la creciente urbanización, capÍTULO 8
fomentó el crecimiento de Buenos Aires, que se convirtió en
el primer decenio del siglo pasado en una de las ciudades más capÍTULO 9
grandes del mundo. No es de extrañar que sea en esta metrópoli capÍTULO 10
donde se geste la primera novela urbana de Hispanoamérica. En
su obra, formada por crónicas, cuentos y novelas, y especialmente capÍTULO 11
en estas, Roberto Arlt propone una literatura que subvierte el capÍTULO 12
lenguaje oficial y literario en boga, explora los ámbitos marginales
de la urbe, introduce la problemática del hombre citadino y lo
60
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HISPANOAMERICANA II
capÍTULO 6
[…] en Arlt, gracias a una frenética proliferación de
formas geométricas (paralelogramos, rectángulos, capÍTULO 7
cuadros, cubos y cilindros), a una brutal irrupción de
oblicuas incisivas, de amenazadores ángulos agudos, la capÍTULO 8
agresividad y el poder destructor del mundo adquieren
una dimensión realmente obsesiva. […] Página a página, capÍTULO 9
los personajes arltianos experimentan inexorablemente
capÍTULO 10
el peso de un ambiente del que, más tarde, dif ícilmente
lograrán sustraerse los futuros protagonistas de la novela capÍTULO 11
urbana (2010, p. 287).
capÍTULO 12
El juguete rabioso está contada en clave picaresca por el
protagonista, Silvio Astier, un antihéroe que, en primera persona,
narra parte de su vida de pobre, delincuente y marginado, que en un
61
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capÍTULO 11
Después de analizar las crónicas y relatos de testigos que
viajaron en el mismo coche con Erdosain, así como los capÍTULO 12
legajos sumariales, he podido reconstruir más o menos
exactamente la escena del suicidio.
64
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capÍTULO 10
2. Eduardo Mallea: el pesimismo vital
capÍTULO 11
Eduardo Mallea (Bahía Blanca, Argentina, 1903-1982)
fue un escritor cuya obra gozó de enorme fama durante su vida, capÍTULO 12
aunque desde mediados del siglo pasado en adelante su propuesta
literaria y su visión de la nación fueron quedando relegadas por
considerarse que defendían posturas tradicionalistas, tanto en lo
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66
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vivienda, para que el frío acabe con los dos. Al día siguiente los
peones encuentran a Nicanor muerto y a Ágata sin conocimiento.
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íNDICE
Bibliograf ía
capÍTULO 1
Barrera, Trinidad. (2008). Narrativa argentina del siglo XX:
cruces nacionalistas, fantasías, inmigración, capÍTULO 2
dictaduras y exilio. En Trinidad Barrera (coord.), CAPÍTULO 3
Historia de la literatura Hispanoamericana. Tomo
III. Siglo XX. Cátedra, p. 409-436. capÍTULO 4
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íNDICE
capÍTULO 1
capÍTULO 2
CAPÍTULO 3
capÍTULO 4
capÍTULO 5
capÍTULO 6
capÍTULO 7
capÍTULO 8
capÍTULO 9
capÍTULO 10
capÍTULO 11
capÍTULO 12
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UNIDAD 4 íNDICE
capÍTULO 1
LAS VANGUARDIA capÍTULO 2
INICIOS CAPÍTULO 4
capÍTULO 5
capÍTULO 6
1. Introducción....................................................................... 73
2. Vanguardias poéticas en Argentina: Girondo y capÍTULO 7
Borges................................................................................... 78
capÍTULO 8
3. Huidobro y su obra cumbre, Altazor............................ 80
capÍTULO 9
capÍTULO 10
capÍTULO 11
capÍTULO 12
72
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1. Introducción
El paso del modernismo a la vanguardia no debe verse
como una simple superación del primero por parte de esta. Las
corrientes de vanguardia son, sin duda, deudoras del espíritu de
renovación que trajo el modernismo, hasta el punto de que un
crítico de la talla de Ángel Rama llame a la vanguardia segundo
modernismo, aunque convenga en conservar la denominación de
vanguardia para evitar confusiones terminológicas. A esto debe
añadirse que el modernismo no fue un movimiento estático, sino
que hubo un progreso dentro del mismo. Si además se tiene en íNDICE
cuenta que a la última fase del modernismo se la ha dado en llamar
posmodernismo, el panorama de este momento de transición se capÍTULO 1
hace algo más complicado. ¿Fue el posmodernismo una fase, la capÍTULO 2
última, del modernismo, o tiene derecho a considerarse como
algo distinto de este, en el sentido de un período autónomo? Si capÍTULO 3
seguimos el criterio de Sáinz de Medrano (2008a), hemos de CAPÍTULO 4
convenir en que, en la etapa final de la obra de varios poetas
modernistas, aparecieron elementos claramente posmodernistas capÍTULO 5
(sencillez estilística, prosaísmo, introducción del espacio urbano, capÍTULO 6
ironía), por lo que debemos sostener que el posmodernismo
surgió dentro del modernismo y adquirió posteriormente una capÍTULO 7
cierta consistencia en poetas de una generación ya distinta a la de capÍTULO 8
los fundadores del modernismo. Ello nos permite mantener, con
las matizaciones que sean necesarias, el término posmodernismo, capÍTULO 9
sin perder de vista que tampoco esta fase del desarrollo poético
capÍTULO 10
fue homogénea.
capÍTULO 11
Sáinz de Medrano afirma con claridad que el
capÍTULO 12
posmodernismo no puede considerarse “como una mera
transición hacia la vanguardia, con la que coincidió a partir de
cierto momento, sino como una corriente que tuvo entidad propia”
73
L I T E R A T U R A
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En la sed
en el ser
en las psiquis
en las equis
en las exquisitísicas respuestas
en los enlunamientos
en lo erecto por los excesos lesos del erofrote etcétera
o en el bisueño exhausto del dame toma date
íNDICE
hasta el mismo testuz de tu tan gana
en la no fe que rumia capÍTULO 1
en lo vivisecante los cateos anímicos la metafisirriata
en los resumiduendes del egogorgo cósmico capÍTULO 2
[…]
capÍTULO 3
Las revistas que sirvieron de cauce al ultraísmo argentino, CAPÍTULO 4
traído de España por Borges fueron Proa (en dos épocas, 1922
y 1924), Prisma y, sobre todo, Martín Fierro (1924-1927). De capÍTULO 5
Prisma solamente se publicaron dos números, uno en diciembre capÍTULO 6
de 1921 y otro en marzo de 1922; la revista era de tipo mural, y
estaba pensada para pegarla en los muros de la ciudad de Buenos capÍTULO 7
Aires, aunque también se enviaron algunos ejemplares a otras capÍTULO 8
ciudades argentinas e incluso a España. La revista Martín Fierro
fue la que tuvo una duración mayor, y en ella se combinaron, capÍTULO 9
como su nombre lo sugiere, las tendencias vanguardistas con el capÍTULO 10
espíritu criollista, lo que se verá reflejado en la propia obra de
Borges, tanto en poesía como en narrativa. De esta época data capÍTULO 11
la famosa polémica “Florida-Boedo”, cuyo nombre está tomado capÍTULO 12
de dos calles bonaerenses en las que se reunían sendas tertulias
literarias de signo divergente: la de Florida, cuyos representantes
más conspicuos fueron Borges y Girondo, se orientaba hacia
79
L I T E R A T U R A
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capÍTULO 10
3. Huidobro y su obra cumbre, Altazor
capÍTULO 11
Huidobro (1893-1948) integra, junto con Neruda y Vallejo,
la tríada de poetas vanguardistas por excelencia en el espacio capÍTULO 12
hispanoamericano. Fue el adelantado del vanguardismo literario
en nuestra literatura y el iniciador del creacionismo, el movimiento
vanguardista en lengua española más claramente definido, con una
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íNDICE
Que el verso sea como una llave
Que abra mil puertas. capÍTULO 1
Una hoja cae: algo pasa volando;
Cuanto miren los ojos creado sea, capÍTULO 2
Y el alma del oyente quede temblando.
Inventa nuevos mundos y cuida tu palabra; capÍTULO 3
El adjetivo, cuando no da vida, mata. CAPÍTULO 4
Estamos en el ciclo de los nervios.
El músculo cuelga, capÍTULO 5
Como recuerdo, en los museos;
Más no por eso tenemos menos fuerza: capÍTULO 6
El vigor verdadero
Reside en la cabeza. capÍTULO 7
Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas¡ capÍTULO 8
Hacedla florecer en el poema;
Sólo para nosotros capÍTULO 9
Viven todas las cosas bajo el Sol.
El poeta es un pequeño Dios. capÍTULO 10
capÍTULO 11
Aullón (1989) comenta este poema desde sus claves
creacionistas. En la primera estrofa se invita a la amplitud semántica capÍTULO 12
del poema. La apelación al vuelo contiene una referencia al tópico
simbólico de las ‘alas’, que aluden a la inteligencia y la capacidad
evolutiva del espíritu. La mención a la creación, que aparece
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L I T E R A T U R A
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capÍTULO 1
La producción de Huidobro es enorme, pero el poemario
que lo identifica por encima del resto es Altazor (Madrid, 1931), capÍTULO 2
cuyo título completo es Altazor o el viaje en paracaídas: poema
capÍTULO 3
en VII cantos. Se trata de su obra cumbre. Es un largo poema que,
dividido en siete cantos, propone un viaje poético. Su génesis fue CAPÍTULO 4
compleja, y la referencia más temprana data de 1919; al parecer
capÍTULO 5
los primeros versos estaban escritos en francés. Huidobro ofreció
algunos fragmentos del poema en revistas durante los años veinte. capÍTULO 6
Finalmente fue publicado en español. El texto continúa ofreciendo
capÍTULO 7
hoy retos a la crítica, por sus disparidades de estilo y contenido, la
dificultad de quedar encerrado en una interpretación abarcadora, capÍTULO 8
por su discontinuidad y su carácter abierto (de Costa, 2011).
capÍTULO 9
El “Prefacio”, texto en prosa que antecede al Canto I, es una capÍTULO 10
pieza llena de elementos poéticos, en la que se presenta Altazor,
que habla en primera persona y se sitúa en un marco temporal capÍTULO 11
imposible: “Nací a los treinta y tres años, el día de la muerte de capÍTULO 12
Cristo”. Altazor es un yo lírico sin adscripción a la civilización
cristiana, inverso a Cristo, pues nace cuando este muere, inicia una
era laica con predominio de las fuerzas cósmicas. Todo el prefacio
82
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capÍTULO 11
El Canto II adquiere un estilo apelativo. El yo lírico
abandona el soliloquio y se dirige a una Mujer misteriosa, en la capÍTULO 12
que está quintaesenciada la mujer amada. Es una mujer anclada al
espacio cósmico, que crece hiperbólicamente o se hace pequeña.
83
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Si tú murieras
Las estrellas a pesar de su lámpara encendida
Perderían el camino
¿Qué sería del universo?
capÍTULO 5
Plantar miradas como arboles
Enjaular arboles como pájaros capÍTULO 6
Regar pájaros como heliotropos
capÍTULO 7
Tocar un heliotropo como una música
[…] capÍTULO 8
84
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capÍTULO 7
Ai aia aia
ia ia ia aia ui capÍTULO 8
Tralali
capÍTULO 9
Lali lalá
Aruaru capÍTULO 10
urulario
Lalilá capÍTULO 11
Rimbibolam lam lam
Uiaya zollonario capÍTULO 12
lalilá
Monlutrella monluztrella
lalolú
86
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Montresol y mandotrina
Ai ai
Montesur en lasurido
Montesol
Lusponsedo solinario
Aururaro ulisamento lalilá
[…]
(Canto VII)
capÍTULO 3
Bibliograf ía CAPÍTULO 4
Aullón, Pedro. (1989). La poesía en el siglo XX (hasta 1939). capÍTULO 5
Madrid: Taurus.
capÍTULO 6
De Costa, René. (2011). Introducción. En Huidobro, V. Altazor.
Madrid: Cátedra. capÍTULO 7
87
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capÍTULO 8
capÍTULO 9
capÍTULO 10
capÍTULO 11
capÍTULO 12
88
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UNIDAD 5 íNDICE
capÍTULO 1
LAS VANGUARDIAS capÍTULO 2
NERUDA capÍTULO 4
CAPÍTULO 5
capÍTULO 6
1. Introducción: Vallejo y Neruda, culminadores de la
vanguardia........................................................................... 90 capÍTULO 7
2. César Vallejo, poesía vanguardista y comprometida. 90 capÍTULO 8
3. La obra monumental de Pablo Neruda........................ 96
capÍTULO 9
capÍTULO 10
capÍTULO 11
capÍTULO 12
89
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capÍTULO 2
2. César Vallejo, poesía vanguardista y
comprometida capÍTULO 3
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capÍTULO 2
MASA
Al fin de la batalla, capÍTULO 3
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: “No mueras, te amo tánto¡” capÍTULO 4
Pero el cadáver ¡ay¡ siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle: CAPÍTULO 5
“No nos dejes¡ ¡Valor¡ ¡Vuelve a la vida¡”
capÍTULO 6
Pero el cadáver ¡ay¡ siguió muriendo.
[…] capÍTULO 7
Entonces, todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vió el cadáver triste, emocionado; capÍTULO 8
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar… capÍTULO 9
capÍTULO 10
El tema de la guerra civil española, en el que Vallejo
mostró desde la poesía su compromiso político (era miembro del capÍTULO 11
Partido Comunista Español) inspirará también a otro gran poeta capÍTULO 12
hispanoamericano, Neruda, que se incardinó inicialmente en la
vanguardia, pero que la superó para dar forma a una obra poética
universal.
95
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[…]
inclinado en tus ojos busco el ancla perdida
ahí la tienes florida adentro de los brazos de nácar íNDICE
es para terminar para no seguir nunca
capÍTULO 1
y por eso te alabo seguidora de mi alma mirándote
hacia atrás capÍTULO 2
te busco cada vez entre los signos del regreso
estás llenas de pájaros durmiendo como el silencio capÍTULO 3
de los bosques
pesado y triste lirio miras hacia otra parte capÍTULO 4
cuando te habla me dueles tan distante mujer mía
CAPÍTULO 5
apresura el peso apresura el paso y enciende las
luciérnagas capÍTULO 6
98
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capÍTULO 4
De pasión sobrante y sueños de ceniza
un pálido palio llevo, un cortejo evidente, CAPÍTULO 5
un viento de metal que vive solo,
un sirviente mortal vestido de hambre, capÍTULO 6
y en lo fresco que baja del árbol, en la esencia del sol
que su salud de astro implanta en las flores, capÍTULO 7
cuando a mi piel parecida al oro llega el placer,
capÍTULO 8
tú, fantasma coral con piel de tigre,
tú ocasión funeral, reunión ígnea, capÍTULO 9
acechando la patria en que sobrevivo
con tus lanzas lunares que tiemblan un poco. capÍTULO 10
capÍTULO 11
Después de su estancia en varios países asiáticos, Neruda
regresa en 1932 a Chile, tras una larga travesía de dos meses capÍTULO 12
en barco. En su país publica la primera edición de Residencia
en la tierra (1933), viaja a Buenos Aires en ese mismo año para
ejercer funciones consulares, y en 1934 se establece en Barcelona
99
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capÍTULO 9
Águila sideral, viña de bruma.
Bastión perdido, cimitarra ciega. capÍTULO 10
Cinturón estrellado, pan solemne.
capÍTULO 11
Escala torrencial, párpado inmenso.
Túnica triangular, polen de piedra. capÍTULO 12
Lámpara de granito, pan de piedra.
Serpiente mineral, rosa de piedra.
Caballo de la luna, luz de piedra.
Escuadra equinoccial, vapor de piedra.
102
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Bibliograf ía
De Costa, René. (2011). Introducción. En Huidobro, V. Altazor.
Madrid: Cátedra.
De Costa, René. (2010). Infracciones de la vanguardia. En
Puccini, D. y Yurkievich, S. Historia de la cultura íNDICE
literaria en Hispanoamérica. México D.F.: Fondo de
Cultura Económica, 411-448. capÍTULO 1
104
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UNIDAD 6 íNDICE
capÍTULO 1
LA RENOVACIÓN capÍTULO 2
capÍTULO 5
BORGES CAPÍTULO 6
capÍTULO 7
1. Introducción....................................................................... 106
capÍTULO 8
2. M. A. Asturias. El señor presidente, novela del
dictador latinoamericano................................................. 109 capÍTULO 9
3. Borges, la narrativa fantástica......................................... 116
capÍTULO 10
capÍTULO 11
capÍTULO 12
105
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1. Introducción.
Las bases de la narrativa moderna en Hispanoamérica las
pusieron los novelistas de las primeras décadas del s. XX, en las
distintas direcciones que marcaron: novela regionalista, indigenista,
de la revolución mexicana y de la ciudad. Aunque firmemente
arraigados en la realidad de lo americano, ya fuese urbano o rural,
los narradores inscritos en estas corrientes ampliaron el concepto
de realidad de la novela decimonónica. A partir de los años 40 en
adelante, aparece la producción de novelistas que enriquecen la
narrativa con la introducción de procedimientos formales nuevos, íNDICE
enfoques narrativos de la realidad americana más ricos, y gran
dosis de creatividad. Estos autores que publican a partir de los capÍTULO 1
años cuarenta son los renovadores de la novela hispanoamericana: capÍTULO 2
ponen las bases de la nueva novela, e influirán, de una forma u
otra, en los novelistas venideros, tanto los del llamado boom como capÍTULO 3
los posteriores al mismo. capÍTULO 4
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capÍTULO 9
El realismo mágico se ha asociado muy estrechamente con la
forma de novelar de determinados escritores. En García Márquez, capÍTULO 10
se convirtió en una especia de seña de identidad, en virtud de que,
capÍTULO 11
en la novela Cien años de soledad, lo mágico e irracional forman
una de las líneas integradoras. Sin embargo, el realismo mágico es capÍTULO 12
muy anterior a García Márquez; tiene sus antecedentes en la obra
de uno de los novelistas ecuatorianos del grupo de Guayaquil,
Demetrio Aguilera Malta, en cuya novela Don Goyo se incorporan
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más atrás, más y más cada vez, cada ver cada vez, cada ver cada
vez, cada ver cada vez, cada ver cada vez, cada ver cada ver cada
ver cada ver cada ver…”. En este juego puramente fonético, hay
sin embargo un anuncio luctuoso: la suerte fatal que correrá este
personaje, motivada por el grupo fonético que se va repitiendo:
“cada ver cada ver cada ver”, que a su vez reproduce el traqueteo
del tren.
capÍTULO 7
Se dejó caer y con los brazos, que fue sintiendo muy
largos, muy largos, abarcó la tierra helada, todas las tierras capÍTULO 8
heladas, de todos los presos, de todos los que injustamente
capÍTULO 9
sufren persecución por la justicia, de los agonizantes y
caminantes… Y ya fue de decir la letanía… capÍTULO 10
Ora pronobis…
Ora pronobis… capÍTULO 11
Ora pronobis…
Ora pronobis… capÍTULO 12
Ora pronobis…
Ora pronobis…
Ora pronobis…
112
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Ora pronobis…
Poco a poco se incorporó. Tenía hambre. ¿Quién le daría
de mamar a su hijo? A gatas acercóse a la puerta, que
golpeó en vano.
Ora pronobis…
Ora pronobis…
Ora pronobis…
A lo lejos se oyeron sonar doce campanadas…
Ora pronobis…
Ora pronobis…
En el mundo de su hijo…
Ora pronobis…
íNDICE
capÍTULO 10
La primera voz:
–¿Qué día será hoy? capÍTULO 11
La segunda voz:
capÍTULO 12
– De veras, pues, ¿qué día será hoy?
La tercera voz:
– Esperen… A mí me capturaron el viernes: viernes…,
sábado…, domingo…, lunes…, lunes… Pero ¿cuánto hace
113
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capÍTULO 8
Pero el fingimiento no libra a ningún personaje del peligro
de caer denunciado, con razón o sin ella. El ejemplo más evidente capÍTULO 9
es el de quien, por otra parte, es la figura más rica de la novela,
capÍTULO 10
Miguel Cara de Ángel: esbirro del Presidente, caerá en desgracia
precisamente por no ejecutar cabalmente los planes de su amo y capÍTULO 11
dejarse ganar por el amor de la hija de un inopinado enemigo del
capÍTULO 12
dictador. Cuando el Presidente aprovecha la muerte del coronel
Parrales para imputar arbitrariamente al general Canales, ordena
a Cara de Ángel que avise al general para que escape. Sin embargo,
todo es una estratagema para asesinar al general Canales en un
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capÍTULO 3
3. Borges, la narrativa fantástica
capÍTULO 4
Borges es uno de los fundadores de la narrativa moderna
capÍTULO 5
en Hispanoamérica. Su obra abarcó los géneros del ensayo, la
poesía y, sobre todo, la narrativa breve. Renunció a escribir CAPÍTULO 6
obras extensas; en el prólogo de El jardín de los senderos que se
capÍTULO 7
bifurcan (1941), anotó: “Desvarío laborioso y empobrecedor el de
componer vastos libros; el de explayar en quinientas páginas una capÍTULO 8
idea cuya perfecta exposición oral cabe en pocos minutos. Mejor
capÍTULO 9
procedimiento es simular que esos libros ya existen y ofrecer un
resumen, un comentario” (2011, p. 91). Como cuentista, es uno capÍTULO 10
de los maestros indiscutibles de la literatura en español, en la que,
capÍTULO 11
además, introdujo el subgénero del cuento fantástico.
capÍTULO 12
La fantasía de Borges consiste en un juego cerebral,
de construcción de ámbitos imaginarios en los que se repiten
esquemas conceptuales y procedimientos formales que cifran la
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capÍTULO 7
Después de ver ese prodigio, que se prolonga en una
larguísima enumeración, Borges, con afán vengativo, aconseja a capÍTULO 8
Carlos Argentino que no se oponga a la demolición de la casa.
capÍTULO 9
El cuento termina con una desapasionada explicación del origen
y el nombre del Aleph, y una no muy convincente declaración capÍTULO 10
del narrador: “yo creo que el Aleph de la calle Garay era un falso
Aleph”. Como se ve, el cuento actualiza la afición borgiana por la capÍTULO 11
contraposición de mundos disímiles: el objetivo, al que pertenece capÍTULO 12
la trama completamente vulgar, y el fantástico, donde se sitúa el
Aleph. También se observa el gusto por el enigma, la seducción de
Borges por las totalidades (el Aleph es una especie de suma de todo
121
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Pero también el Aleph puede ser una gran broma. Hay que capÍTULO 8
notar la intención humorística que está hábilmente incorporada
capÍTULO 9
al cuento: las ironías, las reticencias, los sentidos dobles que
Borges utiliza cuando se refiere a Carlos Argentino. Hay una sorda capÍTULO 10
repugnancia entre los dos hombres, que, sin embargo, se toleran
capÍTULO 11
en un alarde de cortesía hipócrita. Y la clave de la trampa está
introducida de forma casual en el cuento. Cuando Borges baja al capÍTULO 12
sótano de la casa de Carlos, este cierra la compuerta del mismo,
por lo que Borges teme haber sido víctima del odio de Carlos:
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Bibliograf ía
íNDICE
Alazraki, Jaime. (2010). El ‘realismo mágico’ y lo ‘real maravilloso’.
En Puccini, D. y Yurkievich, S. Historia de la cultura capÍTULO 1
literaria en Hispanoamérica II. México D.F.: Fondo
de Cultura Económica, pp. 785-831. capÍTULO 2
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íNDICE
capÍTULO 1
capÍTULO 2
capÍTULO 3
capÍTULO 4
capÍTULO 5
CAPÍTULO 6
capÍTULO 7
capÍTULO 8
capÍTULO 9
capÍTULO 10
capÍTULO 11
capÍTULO 12
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UNIDAD 7 íNDICE
capÍTULO 1
LA RENOVACIÓN capÍTULO 2
NARRATIVA DE capÍTULO 3
capÍTULO 5
CARPENTIER, ONETTI, capÍTULO 6
SÁBATO Y RULFO CAPÍTULO 7
capÍTULO 8
1. Onetti y el mundo literario de Santa María: La vida
capÍTULO 9
breve y El astillero.............................................................. 127
2. El barroquismo y lo real maravilloso en Alejo capÍTULO 10
Carpentier........................................................................... 133
capÍTULO 11
3. La crisis del mundo moderno en la obra de Ernesto
Sábato................................................................................... 137 capÍTULO 12
4. Juan Rulfo y el pueblo maldito de Comala en Pedro
Páramo................................................................................. 140
126
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vuelve por las noches hacia la sombra de la pared para pensar cosas
disparatadas y fantásticas”. Estas evocaciones son huidas de una
realidad llena de ordinariez. Nada hace el personaje por remontar
el tedio, la vida le parece basura: “Tengo asco por todo, ¿me
entiende? Por la gente, la vida, los versos con cuello almidonado”.
Tampoco lo que escribe le llena: “Todo lo escrito no era más que
un montón de fracasos”. La novela armoniza hábilmente el estilo
fragmentario y lacónico, la atmósfera hosca de la narración y la
vida interior desencantada del protagonista. Se trata, sin duda, del
“mundo Onetti”; este cuento es la obra fundacional de la narrativa
onettiana, pues en él se codifican las pautas que se repetirán en íNDICE
todos sus cuentos y novelas.
capÍTULO 1
129
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capÍTULO 3
Otro de los motivos que se reiteran en la novela son los
distintos triángulos amorosos, los cuales responden a la falsedad capÍTULO 4
en la que los personajes viven instalados, su incapacidad para ser
capÍTULO 5
ellos mismos. A partir de La vida breve, casi todas las novelas
de Onetti se desarrollarán en el ámbito mítico-literario de Santa capÍTULO 6
María. Barrera destaca la importancia que el personaje de Brausen
CAPÍTULO 7
tendrá en las obras posteriores como fundador de Santa María:
“Brausen será, en el futuro narrativo onettiano, el fundador, el dios. capÍTULO 8
Condición demiúrgica tan importante como el desdoblamiento,
capÍTULO 9
piedra angular de sus personajes de ficción” (2008, p. 445).
capÍTULO 10
Vargas Llosa, por su parte, ha intentado explicar la razón
del título de la novela. La “vida breve”, nombre que puede referirse capÍTULO 11
tanto a una ópera de Manuel de Falla como a la letra de una canción capÍTULO 12
francesa que se cita en el libro, parece tener como causa última esa
“breve vida de sueño y fantasía a la que los seres humanos escapan
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capÍTULO 5
La novela no hace sino acentuar las grandes paradojas de
una revolución, que, a pesar de buscar la instauración de los más capÍTULO 6
altos ideales, termina pervirtiéndose. El final de la historia sugiere,
CAPÍTULO 7
sin embargo, una lección positiva, pues los protagonistas se han
sacrificado por sus semejantes: no los ha movido la ideología capÍTULO 8
política, sino la solidaridad con las víctimas.
capÍTULO 9
El siglo de las luces se publica a comienzos de la década capÍTULO 10
de los años sesenta, en la que brota la célebre corriente narrativa
que se conocerá como el Boom novelístico, una de cuyas notas capÍTULO 11
caracterizadoras será la experimentación técnica. Esa novela de capÍTULO 12
Carpentier, como otras, no propone una renovación experimental,
pues su novedad radica, en buena medida, en el nivel lingüístico,
con su barroquismo formal, así como en la visión novelesca de
136
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Bibliograf ía capÍTULO 11
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capÍTULO 6
CAPÍTULO 7
capÍTULO 8
capÍTULO 9
capÍTULO 10
capÍTULO 11
capÍTULO 12
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UNIDAD 8 íNDICE
capÍTULO 1
LA NARRATIVA DEL capÍTULO 2
capÍTULO 5
VARGAS LLOSA capÍTULO 6
capÍTULO 7
1. Introducción al Boom....................................................... 146 CAPÍTULO 8
2. Fuentes y la reelaboración narrativa del pasado
mexicano.............................................................................. 152 capÍTULO 9
3. Virtuosismo técnico en Vargas Llosa: La ciudad y capÍTULO 10
los perros............................................................................. 156
capÍTULO 11
capÍTULO 12
145
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1. Introducción al Boom
El período de los años 60 fue, para la narrativa
hispanoamericana, una década prodigiosa, no solo porque en
ella comenzaron a publicar unos escritores que conformaron una
generación de calidad literaria sobresaliente, sino porque en ese
lapso temporal publicaron obras que quedarán en los anales de la
mejor literatura del siglo pasado. Para que se vea el nivel superlativo
de las obras que ven la luz pública en esa década, no solamente de la
generación de nuevos novelistas, sino de algunos de los estudiados
dentro de la vanguardia narrativa, considérese que en ese período íNDICE
aparecen, entre otras, El astillero (Onetti, 1961), El siglo de las
luces (Carpentier, 1962), Sobre héroes y tumbas (Sábato, 1962), capÍTULO 1
La muerte de Artemio Cruz (Fuentes, 1962), Rayuela (Cortázar, capÍTULO 2
1963), La ciudad y los perros (Vargas Llosa, 1963), La casa verde
(Vargas Llosa, 1965), Paradiso (Lezama Lima, 1966), Cambio capÍTULO 3
de piel (Fuentes, 1967), Cien años de soledad (García Márquez, capÍTULO 4
1967), Tres tristes tigres (Cabrera Infante, 1967), La traición de
Rita Hayworth (Puig, 1968) y El obsceno pájaro de la noche (José capÍTULO 5
Donoso, 1970), todas ellas novelas que no pueden faltar en ningún capÍTULO 6
inventario de la mejor producción literaria del siglo XX.
capÍTULO 7
El extraordinario florecimiento narrativo de esa década ha CAPÍTULO 8
recibido el ambiguo denominativo de Boom. Los ríos de tinta y
debates que ha ocasionado el Boom han sido ingentes, empezando capÍTULO 9
por la cuestión de su propia existencia, su significado, los rasgos
capÍTULO 10
que lo han singularizado y la nómina de quienes pertenecieron a
él. Se suele decir que los más acérrimos detractores de esa etiqueta capÍTULO 11
son los que más han coadyuvado a que se haya fijado para siempre
capÍTULO 12
en la historia crítica, y que esos opositores, cuando han sido
escritores, han estado movidos, no por argumentos racionales,
sino por la envidia de no haber sido incluidos en la pléyade selecta
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capÍTULO 3
Es significativo, en orden a fijar los hitos temporales del
Boom, que mencionemos cuáles son las particularidades que capÍTULO 4
lo definen, algunas de las cuales se han dejado ya esbozadas.
capÍTULO 5
En un primer lugar, la existencia de editoriales y públicos que
permitieron la difusión y venta a gran escala de las obras, lo que capÍTULO 6
facilitó, consecuentemente, la profesionalización de los escritores,
capÍTULO 7
que pudieron empezar a vivir de su actividad literaria. Además, la
conciencia de latinoamericanidad de estos escritores, que hasta CAPÍTULO 8
entonces habían quedado aislados en sus respectivos países, con
capÍTULO 9
escaso conocimiento de lo que se producía allende las fronteras
nacionales. Asimismo, la hermandad que se creó entre los capÍTULO 10
nuevos escritores, que constituyeron un grupo de amigos que
capÍTULO 11
compartían sus relaciones y se ayudaban mutuamente. Por otro
lado, su identificación política con la revolución cubana en lo que capÍTULO 12
tenía de movimiento de emancipación de la tutela imperialista de
Estados Unidos y de derrota de una dictadura militar opresora,
así como de inicio de la construcción de una posibilidad nueva
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capÍTULO 6
Fue un autor especialmente fecundo, por lo que intentar
abarcar toda su producción novelística es una tarea desmesurada. capÍTULO 7
Incidiremos por ello, principalmente, en dos de sus novelas más
CAPÍTULO 8
importantes, La región más transparente (1958) y La muerte de
Artemio Cruz (1962). Si atendemos a las fechas de publicación, capÍTULO 9
cabe notar que la segunda está situada ya en el comienzo del Boom
novelístico, mientras que la primera, habiéndolo precedido, puede capÍTULO 10
considerarse parte de esa corriente renovadora. capÍTULO 11
152
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capÍTULO 3
La cara inversa de este éxito social y económico lo
constituye, precisamente, la decaída familia De Ovando, que capÍTULO 4
emigra de México a Estados Unidos y Europa, para terminar
capÍTULO 5
volviendo al país y llevar una vida de estrecheces, acompañada por
la nostálgica remembranza de la grandeza perdida. Pimpinela De capÍTULO 6
Ovando, miembro de esta familia, llegará a abogar ante la esposa
capÍTULO 7
de Federico Robles para que su pariente Benjamín De Ovando
reciba un empleo que le permita sobrevivir económicamente. CAPÍTULO 8
capÍTULO 9
Pero la novela no sigue un curso argumental convencional.
No puede hablarse tampoco de un personaje principal sobre capÍTULO 10
el cual gira el desarrollo narrativo. El personaje es la sociedad
mexicana, en sus distintos niveles. La novela muestra, entonces, capÍTULO 11
no una sociedad estática, con clases rígidas, sino un complejo capÍTULO 12
caleidoscopio ciudadano en el que se impone la movilidad social,
en virtud de circunstancias azarosas. El mundo de La región más
transparente se revela como un medio movedizo, cambiante, sin
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capÍTULO 1
La novela está pensada a modo de retablo narrativo, con
una multiplicidad de personajes, que, lejos de ocupar espacios capÍTULO 2
estancos, se entrecruzan en su devenir cotidiano. Es un retablo
capÍTULO 3
vivo, cambiante, cuyo texto narrativo incorpora, en una medida
considerable, las voces de los personajes. Eso no significa que no capÍTULO 4
exista un discurso narrativo que articula las diferentes historias
capÍTULO 5
de los personajes, pero la polifonía de voces tiene un claro
protagonismo. No solo se expresan las voces de los personajes, capÍTULO 6
sino también voces anónimas, procedentes de una compleja
capÍTULO 7
intertextualidad.
CAPÍTULO 8
Además de estos espacios cambiantes, de la pluralidad de
voces, la novela utiliza otros recursos formales, como las imágenes capÍTULO 9
poéticas, mitos autóctonos, registros discursivos alternativos capÍTULO 10
(por ejemplo, el de la letanía o el poético), elementos epopéyicos,
combinación de distintos puntos de vista narrativos, además de capÍTULO 11
utilizar frecuentemente el discurso interior de los personajes, que capÍTULO 12
se distingue del texto normal mediante las cursivas. La estructura
de la novela es fragmentaria, pues se presentan distintas historias
de modo sucesivo, sin conexión entre ellas.
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capÍTULO 5
La novela constituye una denuncia del ambiente salvaje del
colegio, así como de la conducta de los militares que lo dirigen, capÍTULO 6
quienes, salvo el teniente Gamboa, a cuyo cargo está la sección
capÍTULO 7
de los perros, se empeñan en ocultar los hechos a los mandos
superiores para evitar complicaciones con la opinión pública y no CAPÍTULO 8
empañar así su hoja de servicios. Esta realidad entra en contraste
capÍTULO 9
con la pomposa retórica militar de servicio a la patria, heroísmo
y apego a los valores castrenses. La conducta de los militares de capÍTULO 10
la novela es reproducida por el narrador sin ninguna compasión
capÍTULO 11
hacia su falta de principios e hipocresía, así como su crueldad.
A ello se suma el ambiente juvenil, marcado por las novatadas capÍTULO 12
sin compasión, las degradaciones sexuales, las indisciplinas, la
vulgaridad… Todo ello hace que el mundo del colegio militar se
convierta en un microcosmos en el que se concentra la brutalidad
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capÍTULO 11
Bibliograf ía
capÍTULO 12
Brushwood, John S. (1984). La novela hispanoamericana del
siglo XX. Una vista panorámica. México D.F.: Fondo
de Cultura Económica.
162
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capÍTULO 5
capÍTULO 6
capÍTULO 7
CAPÍTULO 8
capÍTULO 9
capÍTULO 10
capÍTULO 11
capÍTULO 12
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UNIDAD 9 íNDICE
capÍTULO 1
LA NARRATIVA DEL capÍTULO 2
capÍTULO 5
OTROS AUTORES capÍTULO 6
capÍTULO 7
1. Julio Cortázar: juego, experimentación y parodia capÍTULO 8
en Rayuela............................................................................ 165
CAPÍTULO 9
2. La narrativa mítica y mágica de García Márquez...... 171
3. Otros novelistas del Boom: Roa Bastos, Donoso y capÍTULO 10
Cabrera Infante.................................................................. 175
capÍTULO 11
capÍTULO 12
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capÍTULO 3
En Rayuela priman los rasgos paródicos. La novela parodia
los cenáculos artísticos parisinos con la inserción en la historia del capÍTULO 4
llamado Club de la Serpiente, al que pertenecen Oliveira, la Maga
capÍTULO 5
y otros personajes charlatanes y disparatados. Los episodios que
vive Horacio en Buenos Aires son, asimismo, una parodia de la capÍTULO 6
concepción épica de la novela: enderezar clavos, hacer un puente
capÍTULO 7
con tablones para ir de su departamento al de Traveler, urdir una
trama de piolines y bacinillas con agua en la habitación que ocupa capÍTULO 8
en el manicomio, para frustrar un posible intento de asesinato
CAPÍTULO 9
por parte de Traveler. Buenos Aires es el polo espacial opuesto
a París, y si en la capital francesa Oliveira pretendía dar un salto capÍTULO 10
al “cielo” (siguiendo el símil de la rayuela), la capital argentina es
capÍTULO 11
el retorno a la realidad, a la “tierra”, que a la postre viene a ser el
“infierno” del manicomio y la consiguiente tentación de suicidio capÍTULO 12
con la posibilidad del salto de Oliveira al vacío. En Buenos Aires
ya no hay vagabundeo fácil ni un Club que sirva de refugio. Para
empezar, Oliveira debe trabajar, primero vendiendo telas, luego
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capÍTULO 7
2. La narrativa mítica y mágica de García capÍTULO 8
Márquez
CAPÍTULO 9
El escritor más famoso del Boom narrativo fue el colombiano
Gabriel García Márquez (1927-2014). El mundo de su infancia capÍTULO 10
alimentó su universo literario. Su abuelo Nicolás Márquez había capÍTULO 11
sido coronel del ejército liberal que libró la guerra de los Mil Días
contra los conservadores a fines del s. XIX y comienzos del XX. capÍTULO 12
Los últimos años de vida los pasó este coronel en espera de una
pensión que nunca le llegaría, circunstancia que quedará reflejada
en la novela que García Márquez escribirá más tarde con el título
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capÍTULO 5
La novela está escrita en un estilo torrencial, que atrapa
al lector y lo hipnotiza mediante la plasticidad del lenguaje y el capÍTULO 6
intenso dinamismo narrativo. En el curso de la novela se relata
capÍTULO 7
un tropel de episodios y acciones, mientras que los diversos
personajes de la familia Buendía adquieren contextura mitológica, capÍTULO 8
todo ello en una mezcla de realidad y fantasía inteligentemente
CAPÍTULO 9
combinadas.
capÍTULO 10
El otoño del patriarca salió publicada después del éxito
sin precedentes de Cien años de soledad. García Márquez tuvo capÍTULO 11
una estima particular por esta novela en la que recrea la figura del capÍTULO 12
dictador latinoamericano, y que construye también con recursos
mitológicos. El Patriarca es un gobernante proverbialmente
anciano, que muere varias veces durante la narración, que
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capÍTULO 1
Roa Bastos es el novelista paraguayo de mayor proyección
internacional en el s. XX, y su obra Hijo de hombre (1960), la capÍTULO 2
primera que publicó –anteriormente solo había salido un libro
de cuentos de su autoría– propone un planteamiento narrativo capÍTULO 3
novedoso. Se trata de un conjunto de relatos que, con gran capÍTULO 4
autonomía propia cada uno de ellos, se relacionan mutuamente
por el ambiente común, la repetición de personajes en algunas de capÍTULO 5
las historias, y por la temática que los une, que es la explotación, capÍTULO 6
el abuso o las duras condiciones de la vida rural del Paraguay. Lo
llamativo de esta novela es la estructura fragmentaria (ha llegado capÍTULO 7
a decirse que no es una novela sino una colección de historias), capÍTULO 8
hilada por concordancias de diverso orden, la polifonía de las
distintas voces, y el enfoque histórico articulado desde la base: CAPÍTULO 9
la gente sencilla con sus luchas, sufrimientos y aspiraciones. El capÍTULO 10
punto culminante de la novela es la guerra del Chaco, algunos de
cuyos enfrentamientos se narran con una gran eficacia novelesca. capÍTULO 11
Oviedo (2012) señala con acierto que Hijo de hombre fusiona y capÍTULO 12
supera una diversidad de tendencias literarias, como el realismo, el
regionalismo, el indigenismo y la literatura social, con el ingrediente
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capÍTULO 1
El obsceno pájaro de la noche es una novela que le llevó a
Donoso un largo tiempo de maduración y escritura, dado que las capÍTULO 2
características de la obra requerían de unos recursos narrativos
capÍTULO 3
que el escritor tardó en desarrollar. Él mismo ha contado en la
obra de ensayo Historia personal del boom (2007) que lo que lo capÍTULO 4
ayudó a superar el estancamiento que le producía la elaboración
capÍTULO 5
de su novela fue la lectura en 1961 de La región más transparente,
de Fuentes. Esta lectura le permitió acceder a claves estéticas más capÍTULO 6
amplias que las que tenía a su alcance, en especial la ruptura con una
capÍTULO 7
visión unívoca de la realidad, y la propuesta de un tipo de literatura
que se propusiera abrir interrogantes sin responderlos, con una capÍTULO 8
intención problematizadora. De acuerdo con estos postulados, El
CAPÍTULO 9
obsceno pájaro de la noche es una novela que nos introduce en un
mundo de pesadilla, onírico, fantástico, perturbador, que rompe capÍTULO 10
las proporciones normales de la realidad para adentrarnos en otros
capÍTULO 11
niveles de realidad que inquietan al lector y lo sitúan en ámbitos
paranormales. La novela se desarrolla preferentemente en dos capÍTULO 12
espacios cerrados (ya hemos hablado de la persistencia de estos
lugares en Donoso): la Rinconada y la Casa de la Encarnación. La
Rinconada es una propiedad donde don Jerónimo crea para su
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capÍTULO 5
La obra del cubano Guillermo Cabrera Infante (1929-
2005) es muy diversa; comprende ensayos y artículos sobre cine, capÍTULO 6
cultura y política, además de cuentos y novela. Es en la narrativa
capÍTULO 7
donde ha alcanzado fama, en espacial por las novelas, entre las
que sobresale Tres tristes tigres (1967). Lo que predomina en capÍTULO 8
esta obra es la oralidad, que se despliega a través de diversidad
CAPÍTULO 9
de narradores. Cabrera Infante plasma el habla cubana mediante
frecuentes diálogos, incluso con el recurso de dar carácter coloquial capÍTULO 10
a segmentos propiamente narrativos. Ya desde el prólogo del libro,
capÍTULO 11
que forma parte de la ficción novelesca, se presenta el protagonismo
de lo oral con la escena de un espectáculo en el cabaret Tropicana, capÍTULO 12
donde un maestro de ceremonias hace alarde de sus capacidades
discursivas ante el auditorio. La combinación de vocablos y frases
en español e inglés, junto con los lugares comunes del oficio, hacen
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capÍTULO 10
Bibliograf ía
capÍTULO 11
Camacho, José Manuel. (2008). Historia de la literatura
hispanoamericana. Tomo III. Siglo XX. Madrid: capÍTULO 12
Cátedra, 295-318.
Donoso, José. (2007). Historia personal del “boom”. Santiago de
Chile: Alfaguara.
179
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capÍTULO 7
capÍTULO 8
CAPÍTULO 9
capÍTULO 10
capÍTULO 11
capÍTULO 12
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UNIDAD 10 íNDICE
capÍTULO 1
LA POSVANGUARDIA capÍTULO 2
POÉTICA capÍTULO 3
capÍTULO 4
capÍTULO 5
1. Introducción....................................................................... 182
2. Octavio Paz, poesía de aliento metaf ísico................... 184 capÍTULO 6
3. Mario Benedetti, el poeta de las causas sociales........ 187
capÍTULO 7
4. Alejandra Pizarnik, poesía de la soledad y el miedo.. 189
5. Juan Gelman, poeta social y experimental................... 190 capÍTULO 8
6. José Emilio Pacheco, poesía neorrealista..................... 192
capÍTULO 9
7. Nicanor Parra, poeta de la antipoesía........................... 197
CAPÍTULO 10
capÍTULO 11
capÍTULO 12
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1. Introducción.
La poesía posterior a la vanguardia se ha agrupado,
siguiendo un fácil recurso designativo, bajo la etiqueta de
postvanguardia, no siempre aceptada dócilmente por la crítica,
pero de indudable utilidad práctica. La postvanguardia abarca
desde los años cuarenta, cuando ya los postulados vanguardistas
habían perdido impulso, hasta los ochenta del siglo pasado. Para
Binns (2008), a quien seguiremos en este rápido preámbulo, la
postvanguardia discurrió por dos líneas distintas, la fundacional
y la antifundacional. íNDICE
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movimiento circular, siendo así que los mismos seis versos con los
que comienza el poema son los que le ponen punto final:
capÍTULO 11
En determinados segmentos del poema, Paz enuncia
sintagmas a modo de letanías, que recuerdan los versos de Neruda capÍTULO 12
en “Alturas de Machu Picchu”:
186
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capÍTULO 11
3. Mario Benedetti, el poeta de las causas
capÍTULO 12
sociales
La obra del uruguayo Mario Benedetti (1920-2009) es de
una extensión prodigiosa, y no se limita a la poesía, sino que abarca
187
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Perdida en el silencio
de las piedras fantasmas.
¿Quién es el heredero del viento,
quién me llena la boca de días,
quién hace que yo viva?
¿Quién prueba una verdad
en mi dolor sin fondo?
¿Quién me ha exilado con los que cantan?
íNDICE
¿Quién me perdió en el silencio
de las palabras fantasmas? capÍTULO 1
capÍTULO 5
190
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capÍTULO 3
La poesía de Gelman anterior al exilio tiene una nota
característica de humor, como se puede apreciar en Traducciones capÍTULO 4
III. Los poemas de Sydney West (1969), donde Gelman inventa uno
capÍTULO 5
de sus heterónimos (Sydney West):
capÍTULO 6
empezó a llover vacas capÍTULO 7
y en vista de la situación reinante en el país
los estudiantes de agronomía sembraron desconcierto capÍTULO 8
los profesores de ingeniería proclamaron su virginidad
los bedeles de filosof ía aceitaron las grampas de la razón capÍTULO 9
intelectual CAPÍTULO 10
los maestros de matemáticas verificaron llorando el dos
más dos capÍTULO 11
los alumnos de lenguaje inventaron buenas malas palabras
capÍTULO 12
Con la dictadura y las circunstancias penosas de la pérdida
de familiares y amigos, su poesía adquiere otro cariz, el del dolor
por esas muertes, debidamente trascendido en el esfuerzo por no
191
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¿Qué se hicieron
Tantos jardines, las embarcaciones
y los bosques, las flores y los prados?
Los mataron
para alzar su palacio los ladrones.
¿Qué se hicieron los lagos, los canales
de la ciudad, sus ondas y rumores?
Los llenaron de mierda, los cubrieron
para abrir paso a todos los carruajes
de los eternos amos de esta tierra,
de este cráter lunar donde se asienta
la ciudad movediza, la fluctuante
íNDICE
capital de la noche.
capÍTULO 1
La preocupación por el pasado es una de las constantes
capÍTULO 2
de la poesía de Pacheco, ya desde el primer poemario, lo que se
ratifica en el segundo de sus libros. Como indica Pascual (2015), capÍTULO 3
el pasado en este poeta no es algo concluido, sino que vuelve al
presente y configura la memoria del poeta. La voz poética apela capÍTULO 4
desde estos dos primeros poemarios a la imagen de la ruina, que capÍTULO 5
se combina con la memoria y la historia, para configurar una de
las líneas temáticas más persistentes en la poesía de este autor. capÍTULO 6
La destrucción es una herencia del pasado que asola el presente capÍTULO 7
y acosa el hombre, al yo poético. En el segundo de los libros ya
mencionados de Pacheco, el poeta elabora un poema que titula capÍTULO 8
“Las voces de Tlatelolco”, en el que revive la experiencia de la capÍTULO 9
trágica matanza de los estudiantes que protestaban contra las
políticas gubernamentales en la famosa plaza donde se encuentran CAPÍTULO 10
las ruinas de la civilización azteca. Pacheco integra al poema capÍTULO 11
retazos de diálogos extraídos de los textos que componen la obra
documental de Elena Poniatowska, La noche de Tlatelolco (1971). capÍTULO 12
En el poema se mencionan las ruinas de la plaza:
193
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capÍTULO 2
No amo mi patria. capÍTULO 3
Su fulgor abstracto
Es inasible. capÍTULO 4
Pero (aunque suene mal)
daría la vida capÍTULO 5
por diez lugares suyos,
cierta gente, capÍTULO 6
puertos, bosques, desiertos, fortalezas, capÍTULO 7
una ciudad deshecha, gris, monstruosa,
varias figuras de su historia, capÍTULO 8
montañas
–y tres o cuatro ríos. capÍTULO 9
CAPÍTULO 10
Como se ve, reaparece la imagen de la destrucción (“una
ciudad deshecha”). La meditación sobre el pasado es también capÍTULO 11
la forma de comprobar que el paso del tiempo es siempre una
capÍTULO 12
pérdida, un venir a menos: “Como una canción que cada vez se
escucha menos y en menos estaciones y lugares; / […] nuestros
mejores días han pasado de moda. / Y ahora son / escarnio del
194
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HISPANOAMERICANA II
capÍTULO 2
Otras de las líneas poéticas que desarrolla Pacheco es la
metapoética, mediante la cual se plantea la meditación sobre el capÍTULO 3
sentido de la poesía. Esto se ve desde el segundo de los libros, pero
capÍTULO 4
se intensifica a partir del tercero, Irás y no volverás (1973). Cabe,
además, señalar una temática más que se repite en su poesía, desde capÍTULO 5
los primeros poemarios: la fábula. Se dice que Pacheco fue un gran
capÍTULO 6
fabulista (Fernández, 2014), pues da vida y voz a figuras animales
que usa como ejemplos para extraer una enseñanza moral, como capÍTULO 7
en el poema “Monólogo del mono” (Desde entonces, 1980):
capÍTULO 8
195
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197
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capÍTULO 1
En el plano internacional, había una tendencia literaria
que postulaba un nihilismo al que se asociaba la pretensión de capÍTULO 2
subvertir las formas de la creación poética, dentro de la cual se
capÍTULO 3
inscribía la generación beat norteamericana de Allen Ginsberg. Se
daba una sintonía entre las propuestas de esta generación y la de capÍTULO 4
Parra en Chile, que se vio reflejada en contactos entre ambos lados.
capÍTULO 5
A ello hay que añadir los avances de nuevas formas de abordar
la escritura literaria en Europa, concretamente el antiteatro de capÍTULO 6
Ionesco, Beckett y Adamov, y la antinovela de Robbe-Grillet.
capÍTULO 7
Como se ve, se da un marco general en el que se comparte la
misma actitud de subversión de formas literarias predominantes capÍTULO 8
(Oviedo, 2012).
capÍTULO 9
La primera publicación poética de Parra fue Cancionero sin CAPÍTULO 10
nombre (1937), obra que en adelante el poeta dejará de reconocer,
hasta el punto de considerar como su primer poemario el que capÍTULO 11
publicó a continuación, el famoso Poemas y antipoemas (1954). capÍTULO 12
De su obra posterior cabe destacar Sermones y prédicas del Cristo
de Elqui (1977) y Hojas de Parra (1985). En Poemas y antipoemas
encontramos una poesía que busca deliberadamente lo trivial y
198
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De estatura mediana,
Con una voz ni delgada ni gruesa,
Hijo mayor de un profesor primario
Y de una modista de trastienda;
Flaco de nacimiento íNDICE
Aunque devoto de la buena mesa;
De mejillas escuálidas capÍTULO 1
Y de más bien abundantes orejas;
capÍTULO 2
[…]
capÍTULO 3
Lo que lleva a cabo Parra en poemas como “Epitafio” y
“Autorretrato” es, en opinión de Binns, “una degradación del capÍTULO 4
yo poético”, que se vuelve una constante en su poesía (2008, p. capÍTULO 5
787). En los antipoemas, Parra construirá distintos personajes
que reproducen la misma experiencia de degradación del sujeto capÍTULO 6
poético. La antipoesía de Poemas y antipoemas se vuelve más capÍTULO 7
ácida e irreverente en los poemarios posteriores de este autor, en
los que se insiste en la actitud inconoclasta y rebelde frente a los capÍTULO 8
“padres” de la poesía chilena. capÍTULO 9
CAPÍTULO 10
Bibliograf ía
capÍTULO 11
Antelo, Raúl. (2008). La poesía argentina en el siglo XX. Poética
capÍTULO 12
en marcha, a partir de los cincuenta: genealogías
y diferencias. En Barrera, Trinidad. Historia de la
literatura hispanoamericana. Tomo III. Siglo XX.
Madrid: Cátedra, 713-743.
199
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200
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UNIDAD 11 íNDICE
capÍTULO 1
LA NARRATIVA capÍTULO 2
capÍTULO 4
capÍTULO 5
1. Introducción....................................................................... 202
2. Severo Sarduy, narrativa neobarroca y de tendencia capÍTULO 6
pop......................................................................................... 203
capÍTULO 7
3. Juan José Saer, narrador de la vida santafecina y la
amistad................................................................................. 204 capÍTULO 8
4. Germán Espinosa, mito e historia en La tejedora de
capÍTULO 9
coronas................................................................................. 207
5. Sergio Pitol, el arte de contar historias......................... 209 capÍTULO 10
6. Ricardo Piglia, el juego de ficción y realidad............... 213
CAPÍTULO 11
capÍTULO 12
201
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HISPANOAMERICANA II
1. Introducción
La narrativa hispanoamericana que se desarrolló de forma
posterior al Boom fue abandonando la complejidad formal que
caracterizó a muchas de las obras del decenio de los sesenta y todavía
de los setenta. Nos encontramos, por tanto, ante una producción
novelística que, si no descarta del todo la experimentación, no
hace de esta una de las claves de su quehacer literario. Durante la
etapa de los años setenta en adelante, continuaron influyendo en
la novela los acontecimientos políticos –procesos dictatoriales y
luchas sociales– que alteraban la vida de los países en los que se íNDICE
situaban las historias. A partir de los años ochenta, la mayoría de
los países en los que prevalecían regímenes dictatoriales regresó a capÍTULO 1
la normalidad democrática. Las novelas se esforzaron, a partir de capÍTULO 2
entonces, por intentar abordar formas complejas de comprensión
de la realidad humana y social. capÍTULO 3
capÍTULO 4
Conforme se dejó de lado el prurito experimental en la
construcción de las estructuras literarias, las novelas se abrieron capÍTULO 5
a una visión más vital y privilegiaron la experiencia narrativa, capÍTULO 6
para dar mayor espacio al factor humorístico, en la gama de
matices que va desde la ironía a lo grotesco. Una buena muestra capÍTULO 7
del enfoque humorístico lo constituye la obra del mexicano capÍTULO 8
Jorge Ibargüengoitia. Hay en la novela de las últimas décadas del
s. XX un afán de síntesis en virtud del cual se aspira a superar capÍTULO 9
las antinomias de épocas pasadas: realismo o fantasía, arraigo
capÍTULO 10
frente a desarraigo, formalismo u orientación política y social,
americanismo o europeísmo (Aínsa, 2010). CAPÍTULO 11
capÍTULO 12
Una nómina representativa de los escritores que responden
a las notas definitorias de esta etapa no puede soslayar los cinco
nombres que trataremos a continuación, sobresalientes por la
202
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203
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capÍTULO 5
3. Juan José Saer, narrador de la vida santafecina capÍTULO 6
y la amistad
capÍTULO 7
El argentino Juan José Saer (1937-2005) nació en la
capÍTULO 8
localidad de Serodino, en la provincia argentina de Santa Fe. Este
emplazamiento geográfico tiene un gran peso en su narrativa, capÍTULO 9
pues buena parte de su obra se desarrolla en ese espacio originario
capÍTULO 10
de la infancia y juventud. Pertenecía a una familia de inmigrantes
sirios que se trasladó a la capital provincial, Santa Fe, cuando el CAPÍTULO 11
escritor tenía once años. En 1968, Saer se trasladó a París con
una beca temporal, pero convirtió Francia en país de residencia, y capÍTULO 12
murió en esa ciudad como consecuencia de un cáncer de pulmón,
cuando se encontraba escribiendo su última novela, publicada
póstumamente, a la que llamó La grande por la extensión de la
204
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capÍTULO 8
4. Germán Espinosa, mito e historia en La
tejedora de coronas capÍTULO 9
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capÍTULO 12
5. Sergio Pitol, el arte de contar historias
El mexicano Sergio Pitol (1933-2018) fue autor de una
abundante obra ensayística y narrativa, caracterizadas por la
209
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capÍTULO 7
Aquel viaje que debía durar unos cuantos meses se
prolongó por veintiocho años, los mismos que tenía yo al capÍTULO 8
llegar a Europa.
capÍTULO 9
Mi estancia en el extranjero puede dividirse en dos
períodos, uno anárquico, disparatado, alucinante, siempre capÍTULO 10
extraordinariamente enriquecedor que duró doce años, y
otro, incorporado al cuerpo diplomático, que cubrió los CAPÍTULO 11
restantes. En el primero, me mantuve como pude, logré
sobrevivir con mínimas ayudas, clases y actividades capÍTULO 12
editoriales (“El narrador”, 1996, p. 124).
210
L I T E R A T U R A
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capÍTULO 3
Esa primera novela de Pitol comenzó a escribirse, según
propia confesión en “Un Ars Poetica” (1996), en un momento de capÍTULO 4
gran descrédito de la narración en tanto que ejercicio centrado
capÍTULO 5
en el acto de contar historias. Era una coyuntura marcada por
la influencia del formalismo, que impuso la preferencia por las capÍTULO 6
innovaciones y experimentaciones. Pitol, sin embargo, aún en
capÍTULO 7
medio de ese ambiente, reafirmó su inclinación por el hecho de
contar la vida: “en mi caso el interés por lo nuevo jamás logró capÍTULO 8
mitigar mi pasión por la trama. Sin ella, la vida me ha parecido
capÍTULO 9
siempre disminuida. Contar cosas reales y deshacer y al mismo
tiempo potenciar su realidad ha sido mi vocación” (“Un Ars Poetica”, capÍTULO 10
1996, p. 179). Esa preferencia aflora ya en El tañido de una flauta,
CAPÍTULO 11
donde aparece también otro rasgo muy propio de la novelística
del autor: la introducción de un narrador cuyo conocimiento de capÍTULO 12
la historia es parcial o que, alternativamente, no revela todo su
conocimiento, además del uso de varios puntos de vista, lo que
hace que la trama surja de forma borrosa, y los acontecimientos
211
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capÍTULO 4
Su última novela, El camino de Ida está ambientada
precisamente en una tranquila universidad norteamericana de capÍTULO 5
New Jersey, adonde el protagonista, Emilio Renzi, viaja invitado capÍTULO 6
por la directora de departamento Ida Brown, con la que Renzi
tiene furtivas relaciones sexuales durante su estancia académica. capÍTULO 7
Ida muere en un extraño accidente en el que un pequeño detalle, capÍTULO 8
la mano quemada de la profesora, la vinculará más tarde en la
investigación a la serie de asesinatos de un psicópata, Thomas capÍTULO 9
Munk, exprofesor de matemáticas en Berkeley, cuya trayectoria
capÍTULO 10
demencial reconstruirá Renzi en la novela. Esta obra se inspira
en las propias experiencias biográficas de Piglia como profesor CAPÍTULO 11
en Estados Unidos; además, el personaje de Munk está basado en
capÍTULO 12
el famoso asesino real Unabomber, un matemático que, movido
por la ideología anarquista, asesinó con cartas bomba a varias
personas relacionadas con el mundo académico.
213
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Bibliograf ía íNDICE
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íNDICE
capÍTULO 1
capÍTULO 2
capÍTULO 3
capÍTULO 4
capÍTULO 5
capÍTULO 6
capÍTULO 7
capÍTULO 8
capÍTULO 9
capÍTULO 10
CAPÍTULO 11
capÍTULO 12
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UNIDAD 12 íNDICE
capÍTULO 1
EL TEATRO Y EL capÍTULO 2
ENSAYO EN EL S. XX capÍTULO 3
capÍTULO 4
1. El teatro en el s. XX........................................................... 218
capÍTULO 5
1.1. Etapa realista-costumbrista............................... 219
1.2. Etapa de ruptura y transformación.................. 220 capÍTULO 6
1.3. Etapa de renovación y experimentación......... 221
capÍTULO 7
2. El ensayo en Hispanoamérica durante el s. XX.......... 222
2.1. El ensayo de inspiración arielista: Alfonso capÍTULO 8
Reyes, José Vasconcelos, José Ingenieros....... 222
capÍTULO 9
2.2. El ensayo indigenista: José Carlos
Mariátegui.............................................................. 227 capÍTULO 10
2.3. El ensayo sobre la identidad nacional:
capÍTULO 11
Ezequiel Martínez Estrada, Octavio Paz,
Sebastián Salazar Bondy..................................... 229 CAPÍTULO 12
2.4. Monsiváis: una muestra del ensayista
moderno................................................................. 232
217
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HISPANOAMERICANA II
1. El teatro en el s. XX
A partir de comienzos del s. XX se produjo un gran
desarrollo del teatro en Hispanoamérica, porque es cuando
acontecen los fenómenos de la urbanización y modernización, los
cuales crean las condiciones mínimas necesarias para que surja
una red de conexiones culturales, nacionales e internacionales, que
estimulan el espectáculo teatral y la creación dramatúrgica. En este
contexto, se difunden las obras de creadores extranjeros y acuden
a las principales capitales latinoamericanas las compañías teatrales
foráneas (Yurkievich, 2010). Ofreceremos una panorámica general íNDICE
de ese impulso y una visión de algunos de los dramaturgos clave
en nuestra región. capÍTULO 1
capÍTULO 2
El teatro del s. XX en Hispanoamérica, según Loprete
(2000), al que seguiremos en este epígrafe, se divide en tres capÍTULO 3
períodos sucesivos: capÍTULO 4
capÍTULO 5
– Etapa realista-costumbrista (1900-1930).
capÍTULO 6
– Etapa de ruptura y transformación, a partir de los años
20, en la que los dramaturgos se separan de la etapa capÍTULO 7
anterior para abrir nuevos caminos al teatro, en un
capÍTULO 8
esfuerzo de renovación que se hace evidente desde
mediados del siglo en adelante. capÍTULO 9
– Etapa de innovación y experimentación, que se
capÍTULO 10
produce desde finales del s. XX, en la que impera la
fragmentación de tendencias y el individualismo. capÍTULO 11
CAPÍTULO 12
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CAPÍTULO 12
Según Nora Parola (2010), los años ochenta son el período
de transición hacia una nueva etapa del teatro en Hispanoamérica.
Se abren caminos nuevos, marcados por la experimentación,
221
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HISPANOAMERICANA II
capÍTULO 9
2. El ensayo en Hispanoamérica durante el s. XX capÍTULO 10
2.1. El ensayo de inspiración arielista: Alfonso Reyes, capÍTULO 11
José Vasconcelos, José Ingenieros
CAPÍTULO 12
222
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capÍTULO 9
A esta tradición así considerada, y en consonancia
con el presente histórico, había que sumar, según Reyes, el capÍTULO 10
cosmopolitismo como apertura al diálogo con las demás culturas
modernas. Reyes fue, de esta manera, un hombre de mente amplia, capÍTULO 11
que huía de los simplismos y maniqueísmos. Fue fundamental CAPÍTULO 12
en su desarrollo como escritor la estancia que hizo en España
de 1914 hasta 1924, durante la cual escribió importantes obras
y entró en una relación intelectualmente fructífera con grandes
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capÍTULO 7
Por último, Vasconcelos identifica el elemento espiritual
que coadyuvará a la formación de esa raza: el factor estético, capÍTULO 8
que vendrá marcado por la fantasía, la belleza y la alegría. De
capÍTULO 9
este modo, la humanidad entrará en el período definitivo de su
destino. Concluye Vasconcelos con la idea de que solo la América capÍTULO 10
ibérica reúne los requisitos para el comienzo de la era universal de
capÍTULO 11
la humanidad: el mestizaje racial, el territorio con las cualidades
f ísicas necesarias y los factores espirituales determinantes. Como CAPÍTULO 12
puede verse, Vasconcelos aplica el espiritualismo de raíz arielista a
la cuestión racial, con un sentido de progreso histórico hacia una
humanidad feliz que ha superado todos los antagonismos. En las
226
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capÍTULO 10
2.2. El ensayo indigenista: José Carlos Mariátegui
capÍTULO 11
227
L I T E R A T U R A
HISPANOAMERICANA II
capÍTULO 7
Mariátegui fue el fundador del Partido Socialista Peruano,
que luego se transformó en el Partido Comunista. Desde Siete capÍTULO 8
ensayos se propuso abordar los distintos aspectos de la realidad
capÍTULO 9
peruana (la economía, la situación del indígena, la tierra, la
educación, la religión, el regionalismo, la literatura: un ensayo por capÍTULO 10
tema) desde el esquema interpretativo del pensamiento marxista.
capÍTULO 11
El autor planteó resolver el asunto indígena partiendo de un cambio
en la propiedad de la tierra, lo que suponía liquidar el sistema CAPÍTULO 12
latifundista, para volver a los antiguos ayllus, organizaciones de
tipo comunitario, y llegar así a una forma de comunismo incaico.
Hace, con ello, una integración de marxismo y pasado incaico. El
228
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capÍTULO 9
Radiograf ía de la pampa fue el primer libro de ensayos
de Martínez Estrada, y su obra más famosa, en la que, en tono capÍTULO 10
pesimista, pretendió desmontar los mitos que habían constituido
capÍTULO 11
la historia oficial de Argentina, entre ellos el de una civilización
que había derrotado a la barbarie. Para Martínez Estrada, la CAPÍTULO 12
barbarie continuaba enmascarada en distintas ficciones del
país, lo que demostraba el fracaso de la historia de Argentina;
la intención final del autor fue llevar a cabo una terapia que
229
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HISPANOAMERICANA II
Bibliograf ía
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Puccini, D. y Yurkievich, S. Historia de la cultura
literaria en Hispanoamérica II. México: Fondo de
Cultura Económica, 539-563.
Castro, Belén. (2008). El ensayo hispanoamericano del siglo XX.
Un panorama posible. En En Barrera, T. (coord.).
Historia de la literatura hispanoamericana. Madrid:
Cátedra, 805-852.
íNDICE
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sobre la identidad (1890-1930). En Puccini, D. y capÍTULO 1
Yurkievich, S. Historia de la cultura literaria en
capÍTULO 2
Hispanoamérica II. México: Fondo de Cultura
Económica, 141-171. capÍTULO 3
Fernández, Teodosio. (2008). El teatro hispanoamericano capÍTULO 4
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literatura hispanoamericana. Tomo II. Siglo XX. capÍTULO 5
Madrid: Cátedra, 855-899. capÍTULO 6
Loprete, Carlos. (2000). Literatura Mexicana e
capÍTULO 7
Hispanoamericana. México: Pearson Educación.
capÍTULO 8
Monsiváis, Carlos. (2000). Aires de familia. Cultura y sociedad
en América Latina. Barcelona: Anagrama. capÍTULO 9
Oviedo, José Miguel. (2012). Historia de la literatura capÍTULO 10
hispanoamericana 4. De Borges al presente. Madrid:
Alianza Editorial. capÍTULO 11
234
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íNDICE
capÍTULO 1
capÍTULO 2
capÍTULO 3
capÍTULO 4
capÍTULO 5
capÍTULO 6
capÍTULO 7
capÍTULO 8
capÍTULO 9
capÍTULO 10
capÍTULO 11
CAPÍTULO 12
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capÍTULO 1
capÍTULO 2
capÍTULO 3
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capÍTULO 5
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capÍTULO 7
capÍTULO 8
capÍTULO 9
capÍTULO 10
capÍTULO 11
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