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La descentralización en Colombia se ha desarrollado en 3 fases desde la década de 1980: 1) fortalecer los gobiernos locales y promover la participación ciudadana, 2) asignar recursos para mejorar los servicios públicos involucrando al sector privado, y 3) realizar ajustes fiscales que generaron tensiones financieras y cuestionamientos sobre la autonomía local.
La descentralización en Colombia se ha desarrollado en 3 fases desde la década de 1980: 1) fortalecer los gobiernos locales y promover la participación ciudadana, 2) asignar recursos para mejorar los servicios públicos involucrando al sector privado, y 3) realizar ajustes fiscales que generaron tensiones financieras y cuestionamientos sobre la autonomía local.
La descentralización en Colombia se ha desarrollado en 3 fases desde la década de 1980: 1) fortalecer los gobiernos locales y promover la participación ciudadana, 2) asignar recursos para mejorar los servicios públicos involucrando al sector privado, y 3) realizar ajustes fiscales que generaron tensiones financieras y cuestionamientos sobre la autonomía local.
Antes de ahondar en las fases de la descentralización en Colombia y su posible
relación con las ventajas expuestas por Cheema y Rodinelli (2007), es importante conocer en qué consiste, para esto me dirigiré a Cheema y Rodinelli (2007) citado por Trujillo (2018): “devolución de poder y autoridad del nivel central de gobierno a las unidades administrativas subnacionales y gobiernos locales, y abre el proceso político a una amplia participación, provee un marco institucional para la autonomía local y que las comunidades empoderadas persigan sus aspiraciones”. En Colombia, su desarrollo se ha presentado en 3 momentos desde la década de los 80 (Velásquez & González, 2003), los cuales se relacionan a continuación.
En el primer momento, el propósito se centró en la relación de la
descentralización con acciones para fortalecer los entes territoriales y promover la participación en la escala geográfica local. Influenciado por la movilización ciudadana, lo que incidió en la aprobación de reformas descentralizadas. En el segundo momento, la economía y el mercado fueron un referente en la definición del horizonte de acción del Estado, se promovió la asignación de recursos para involucrar a la sociedad en asuntos públicos. Un diferenciador, consistió en mejorar los servicios mediante la privatización de estos buscando eficacia y eficiencia manteniendo una estructura “Top down” por parte del nivel central. Por último, en la tercera fase, el Estado realiza ajustes fiscales, lo que se traduce en tensiones financieras y cuestiones de autonomía y de manejo de las relaciones entre el gobierno central y local (Velásquez & González, 2003).
Conforme a lo planteado, que permite configurar una visión de los tres
momentos de la descentralización en Colombia, considero que la etapa 2 corresponden a las ventajas teóricas propuestas por Cheema y Rodinelli (2007). Debido a que se buscaba la eficacia mediante la asignación de recursos para promover la participación ciudadana para el fortalecimiento de la democracia y el involucramiento de actores incluyendo el sector privado, lo cual permitiría mejorar la inversión de recursos restaurar el mercado y ser parte del proceso de globalización de este. Otra de las ventajas, consiste en el mejoramiento de la calidad de los servicios a los ciudadanos, si bien se venían fortaleciendo las estructuras locales mediante la transferencia de competencias en servicios como educación, sanidad, deporte, entre otras, se empieza a dar protagonismo al sector privado buscando disminuir la estructura del Estado y que su enfoque estuviese enfocado en la supervisión de la prestación de servicios. Es importante resaltar la importancia de una acción articulada entre mercado, Estado y agentes sociales; buscando la participación de todos lo que favorecería el sistema democrático. (Velásquez & González, 2003).
Considero que un ejemplo clave es la Asamblea Nacional Constituyente de
1991, época en la que producto de la movilización social se expidió la Constitución de nuestro país, en la que participaron exguerrilleros, indígenas, cristianos no católicos, entre otros (Vargas González & Sarmiento Gómez, 1997). En la que se tuvo en cuenta el fortalecimiento de gobiernos locales (DNP, 2002). La Carta Magna, amplió el número de entidades territoriales beneficiadas de la descentralización y con capacidad de autonomía, previó la creación de nuevas formas organizativas como las regiones, áreas metropolitanas, organizaciones territoriales indígenas y Distritos (Vargas González & Sarmiento Gómez, 1997). Se estableció la elección popular de los gobernadores, lo que legitimiza el poder del voto. Además, establece competencias en los tres niveles (Nacional, departamental y municipal), lo que favorece la autonomía de los procesos locales. Lo anterior es un claro ejemplo del cumplimiento del propósito de promover y fortalecer la autonomía de los entes territoriales mediante la designación de funciones y recursos. Si damos un salto de lo nacional a lo local, se establecen competencias municipales en lo relacionado con la planificación del desarrollo municipal, prestación de servicios públicos domiciliarios, invertir en obras públicas locales, promover la participación ciudadana, entre otros (Vargas González & Sarmiento Gómez, 1997).
En mi opinión, se cumple, pero para lograr un verdadero cambio en la
descentralización de recursos y funciones se requiere una transformación cultural. Se supone que las medidas que se han tomado pretenden el crecimiento económico y el bienestar de los ciudadanos, esto no se puede lograr con la corrupción o la falta de planeación, por poner un ejemplo, los denominados “elefantes blancos” o la copia y pegue de algunos instrumentos de planificación territorial. Es importante la conciencia y sentido de pertenencia para lograr el propósito del Estado, el bienestar de la población.
Bibliografía
Cheema, S. G., & Dennis, R. A. (2007). Decentralizing Governance.
Washington. Velásquez C., F., & González R., E. (2003). ¿Qué ha pasado con la participación ciudadana en Colombia? Bogotá. Vargas González, J. E., & Sarmiento Gómez, A. (1997). CEPAL. Obtenido de https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/7381/S9700020_es. pdf;jsessioni DNP. (2002). Departamento Nacional de Planeación. Obtenido de https://colaboracion.dnp.gov.co/CDT/Desarrollo%20Territorial/01_Libro.p df