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I REVOLUCIÓN INDUSTRIAL:
CAUSAS:
Causas de la Revolución Industrial
CONSECUENCIAS
HECHOS:
● La máquina a vapor. Construida por primera vez en 1768 por
James Watt, esta máquina capaz de convertir el calor de una
caldera alimentada por carbón en fuerza de movimiento dio
origen a los trenes, los barcos a vapor y otros mecanismos de
producción mucho más potentes y veloces.
● Los trenes. Figura emblemática y fundamental de la
Revolución Industrial, el tren acortó los tiempos de traslado
de personal y mercancía, unificó pueblos lejanos y cambió
para siempre el modo en que pensamos la distancia.
● El bombillo. Ideado a principios del siglo XIX, fue quizás la
aplicación práctica de la electricidad que mayor impacto
tuvo en los hogares europeos. Hasta entonces la iluminación
se producía mediante la quema de gas o de combustible, y
la bombilla eléctrica supuso la posibilidad de alumbrar las
noches y extender los períodos útiles del trabajo y de la vida.
● La máquina de hilar. Este aparato revolucionó la producción
de textiles, que hasta entonces se daba manualmente y de
manera artesanal, permitiendo que varias hilanderas
pudieran trabajar al mismo tiempo, maximizando la
producción textil. Poco después se dieron los primeros pasos
en la relativa automatización del proceso.
CAUSAS
El triunfo político del liberalismo y la burguesía durante el siglo
XVIII en las antiguas monarquías europeas, que trajo consigo
nuevas formas de asociación económica propias de sistemas
democráticos y no absolutistas.
La competencia mercantilista entre las potencias europeas, que
condujo a políticas proteccionistas que buscaban impulsar el
desarrollo de la industria nacional y limitaban la importación de
bienes extranjeros.
La expansión imperial de las potencias europeas en Asia y
África, que permitió la acumulación de materias primas
indispensables para el crecimiento industrial.
La profesionalización de las industrias y la conformación de una
clase obrera, que hizo del mundo industrial el segmento más
importante de las economías modernas.
El crecimiento demográfico en Europa, fruto de las mejoras técnicas en la
producción agrícola y los primeros avances en la medicina moderna.
HECHOS
Inventos y avances científicos de este periodo
Veamos ahora algunos de los inventos y avances científicos que se
costes.
costuras.
CONSECUENCIAS
● Aumento del nivel y la esperanza de vida de la clase media.
● Más tiempo de ocio por la disminución de las horas de trabajo y
el aumento de las vacaciones.
● Generó, mayor migración de las zonas rurales a las urbanas, con
un aumento de la densidad de población.
● La segunda revolución industrial condujo a una mayor
urbanización porque la gente se trasladó de las zonas rurales a las
ciudades para encontrar trabajo.
● Un aumento del crecimiento económico debido a una mayor
productividad y una mayor acumulación de capital.
● Incremento de la desigualdad económica.
● El poder político se desplazó de los terratenientes agrícolas
hacia los industriales y financieros.
● Aumentó el conflicto político entre clases sobre quién debía
controlar los recursos de la sociedad: ¿trabajadores o propietarios?
IMPERIALISMO
Causas económicas
En parte, el imperialismo fue consecuencia de la Revolución Industrial. Ante el
aumento de la producción y riqueza, las colonias se convirtieron para las metrópolis
en unos rentables mercados donde vender su producción sin tener que pagar tasas
aduaneras. También eran espacios donde invertir sus capitales, mediante la
construcción de obras públicas, como ferrocarriles y puertos. Además, las
metrópolis colonizaban aquellos territorios ricos en recursos naturales, que ofrecían
materias primas baratas para sus industrias.
Causas demográficas
En los países occidentales la población creció intensamente en el siglo XIX. Millones
de europeos emigraron a las colonias buscando nuevas oportunidades. Esto
disminuyó los problemas de paro y malestar social en las metrópolis. Las mejoras
en el transporte (barcos a vapor, ferrocarril) facilitaron los desplazamientos.
Causas religiosas
El imperialismo se justificó en muchos casos por el deseo de cristianizar a pueblos
que conservaban sus propias religiones. La labor misionera de la Iglesia católica y
protestante tuvo gran importancia: se fundaron misiones en Asia, África y Oceanía.
Causas políticas
Las potencias conquistaron determinados lugares que eran estratégicos para
controlar rutas marítimas y terrestres importantes. Por ejemplo, Reino Unido
consideraba fundamental dominar Egipto para controlar las rutas entre Europa y la
India. La expansión territorial también servía para aumentar el prestigio de un país
en el mundo y fortalecer el orgullo nacional entre su población.
Causas ideológicas
El sentimiento de superioridad de la raza blanca y el ideal de civilizar a unos pueblos
que consideraban atrasados impulsaron también la expansión colonial. En
Occidente, durante el siglo XIX, las ideologías racistas tenían mucha fuerza. Los
occidentales estaban convencidos de que la raza blanca era superior y que esto les
daba derecho a dominar a otros pueblos, a los que creían inferiores.
Causas científicas
La curiosidad científica también contribuyó al impulso de las conquistas. En el Reino
Unido, Francia, Estados Unidos y Alemania se crearon sociedades geográficas que
realizaron expediciones científicas por todo el planeta. Una vez explorado un
territorio, el país que había organizado la expedición tenía el derecho de
conquistarlo y explotarlo.
EXPANSION COLONIAL
La Primera Guerra Mundial marcó el primer gran conflicto internacional del siglo XX.
El asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero de la corona
austro-húngara, y de su esposa, la archiduquesa Sofía, en Sarajevo el 28 de junio
de 1914, dio inicio a las hostilidades, que comenzaron en agosto de 1914, y
continuaron en varios frentes durante los cuatro años siguientes.
El entusiasmo inicial de todas las partes respecto a una victoria rápida y decisiva se
desvaneció cuando la guerra se empantanó en un punto muerto de costosas
batallas y guerra de trincheras, particularmente en el frente occidental. El sistema de
trincheras y fortificaciones en el oeste se extendió en su punto máximo a 475 millas
(764 km), aproximadamente desde el Mar del Norte hasta la frontera suiza, y
definieron la guerra para la mayoría de los combatientes norteamericanos y de
Europa Occidental. La vasta extensión del frente oriental impedía una guerra de
trincheras a gran escala, pero la escala del conflicto era equivalente a la del frente
occidental. También hubo intensos combates en el norte de Italia, en los Balcanes y
en la Turquía otomana. Los combates tuvieron lugar en el mar y, por primera vez, en
el aire.
Apenas conseguida, esta ventaja para las fuerzas de la Entente fue compensada
por los sucesos que tuvieron lugar en el teatro de operaciones oriental de la guerra.
Desde comienzos de 1917, Rusia, una de las potencias principales de la Entente,
había sufrido una gran agitación. En febrero de ese año, el mal manejo de la guerra
por parte del gobierno zarista había contribuido a inspirar un levantamiento popular:
la Revolución de Febrero. La revolución forzó la abdicación del zar Nicolás II y puso
en el poder un Gobierno Provisional de facciones liberales y socialistas, que a fin de
cuentas estaba bajo el mando del miembro del partido Socialista Revolucionario,
Alexander Kerensky. Este breve experimento con la democracia pluralista fue
caótico y, en los meses del verano, el continuo deterioro del esfuerzo bélico y una
situación económica cada vez más calamitosa provocó disturbios por parte de los
trabajadores, los soldados y los marinos rusos ("Los días de julio").
Pese a los éxitos alemanes (sacar a la Rusia bolchevique de la guerra a fines del
invierno de 1918 y llegar a las puertas de París durante el verano), los ejércitos de la
Entente repelieron al ejército alemán en el río Marne. En los meses del verano y el
otoño de 1918, avanzaron sostenidamente contra las líneas alemanas en el frente
occidental ("Ofensiva de los cien días").
Las enormes pérdidas a ambos lados del conflicto, en parte, fueron el resultado de
la introducción de nuevas armas, como la ametralladora y el gas, así como el hecho
de que los jefes militares no adaptaron sus tácticas a la naturaleza crecientemente
mecanizada de la guerra. La política de desgaste, particularmente en el frente
occidental, les costó la vida a cientos de miles de soldados. El 1 de julio de 1916, la
fecha en que se produjo la mayor pérdida de vidas en un solo día, en Somme sólo el
ejército británico sufrió más de 57.000 bajas. Alemania y Rusia registraron la mayor
cantidad de muertes de militares: aproximadamente 1.773.700 y 1.700.000,
respectivamente. Francia perdió el 16% de sus fuerzas movilizadas, la tasa de
mortalidad más alta en relación con las tropas desplegadas.
I MILITARISMO
General Agustín Gamarra Messía (1829 – 1833). General Luis José de Orbegoso y
Moncada Galindo (1833 – 1836). Felipe Santiago Salaverry del Solar (1836 – 1836).
General Andrés de Santa Cruz y Calahumana (1836 – 1839).
Refugiados en París durante la Primera Guerra Mundial
Ningún organismo oficial llevó una cuenta minuciosa de las pérdidas de civiles
durante los años de la guerra, pero los estudiosos afirman que 13 millones de no
combatientes murieron como consecuencia directa o indirecta de las hostilidades.
La mortalidad de las poblaciones de militares y civiles llegó al punto máximo al final
de la guerra con el brote de la "gripe española", la más mortífera epidemia de
influenza de toda la historia. Como consecuencia del conflicto, millones de personas
fueron desarraigadas o desplazadas de sus hogares en Europa y Asia Menor. Las
pérdidas industriales y de propiedades fueron catastróficas, especialmente en
Francia y Bélgica, donde los enfrentamientos habían sido más intensos.