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Cristina Vicente Porres

Derecho y Relaciones Internaciones


Campus de Fuenlabrada

PRÁCTICA 1
1- ¿Qué tipo de diagnóstico tiene Harry y qué tratamiento posterior?
El síndrome de Harry Benjamín (SHB) recibe el nombre del Doctor Harry Benjamín quien así
denominó en los años 50 al más conocido como transexualismo o disforia de género. Sus
estudios en medicina sexual produjeron grandes aportaciones para el estudio de la
transexualidad y del concepto de identidad de género, además de contribuir con la
visibilización de esta condición en la comunidad internacional y erradicar los tratamientos
psicoterapéuticos que buscaban corregir los deseos transexuales de la persona
No obstante y aunque erróneamente se consideraban el mismo fenómeno, la transexualidad y
el síndrome de Harry Benjamín no son exactamente lo mismo. Según la teoría que da forma al
síndrome de Harry Benjamín, la identidad de género se encuentra reflejada en las estructuras
neurológicas de cada ser humano, de tal manera que la diferenciación sexual a nivel
neurológico y anatómico no se corresponden. Cualquier niño que nace con esta condición, es
hombre o mujer según sus genitales, pero el sexo cerebral neurológicamente es el opuesto.
Actualmente, la medicina no es capaz de detectar esta condición el momento del nacimiento,
en consecuencia, el niño es educado según el supuesto rol de género que corresponde al sexo
biológico. Por consiguiente, en los años 60 el endocrinólogo Benjamín da inicio a la utilización
de este término para referirse al “deseo irreversible de pertenecer al sexo contrario de
nacimiento y de asumir el correspondiente rol, además de solicitar un tratamiento hormonal y
quirúrgico para corregir la discordancia entre la mente y el cuerpo”
Actualmente, una persona transgénero es quien se siente mujer, siendo hombre o viceversa,
pero que no se somete a la cirugía, mientras que las personas transexuales sí. En ambos casos
se procede con tratamiento hormonal y la correspondiente cirugía de reasignación de sexo,
pero en el caso de quienes padecen el síndrome de Harry Benjamín, se prefiere el término
Cirugía de Afirmación Sexual (CAS), pues se limita a corregir simplemente la anatomía del
sujeto. Es decir, no hay ninguna reasignación de género involucrada y sólo implica un aspecto
del sexo físico, puesto que al fin y al cabo el sexo del cerebro ya es como debe ser y el
Tratamiento de Reemplazo Hormonal corrige otras características sexuales

2- ¿Por qué condena al Sergas a costear los gastos de la cirugía?


La sentencia en cuestión se trata del fallo sobre un recurso de apelación, que a su vez hace
referencia a un recurso contencioso administrativo. Así pues, la recurrente Dª Luz se dirige en
primer lugar contra una resolución de la Conselleria de Sanidade del 3 de Agosto de 2020, la
cual termina por desestimar una indemnización por los daños morales sufridos por culpa del
tratamiento de trastorno de identidad de género acontecido en el Hospital Álvaro Cunqueiro
de Vigo. No obstante, el primer recurso en vía contenciosa administrativa que interpone sobre
dicha resolución es parcialmente estimado por el Juzgado de lo Contencioso Administrativo
Nº1 de Vigo, de tal manera que se le conceden 6.000 euros en concepto de indemnización por
daños morales y que han de correr a cargo de SERGAS (Servizo Galego de Saúde)
Previa y paralelamente a esto, la parte actora llevaba desde 1991 afrontando problemas
psiquiátricos y hormonales derivados de su diagnóstico del Síndrome Harry Benjamín. Tras la
realización de actuaciones como el cambio de nombre y su inscripción en el Registro Civil de
Vigo, finalmente la paciente ha de someterse a una cirugía de adecuación sexual, la cual se

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hace cada vez más urgente con el paso del tiempo debido a la grave situación ansioso
depresiva que padece. A partir del 2013, sus informes clínicos reflejan que la espera para la
operación está agravando su situación, con lo cual y tras acudir a la vía judicial, el Tribunal
Supremo condena al servicio de salud público de Galicia a costear los gastos de la cirugía, pues
considera que se trata de una cirugía que debería cubrir la asistencia médica pública de la
comunidad autónoma. Así pues, Dª Luz consigue que el SERGAS se haga cargo del tratamiento
quirúrgico efectuado por la Clínica Diagonal de Barcelona en Enero de 2015, aunque más
adelante esta reclame los daños y perjuicios ocasionados por los años de espera para la
operación

3- ¿Cuál es el objeto de la apelación?


La sentencia del 30 de Julio de 2021 del Juzgado de lo Contencioso Administrativo Nº1 de Vigo,
la cual estimaba parcialmente el recurso previo y le concedía a la recurrente una
indemnización de 6.000 euros, es recurrida nuevamente en apelación por Dª Luz. En dicha
resolución se reconoce la espera hasta que finalmente pudo operarse como uno de los
factores que repercutió con gravedad en su enfermedad mental, considerando el órgano
judicial que había de compensarse tales daños morales sufridos
No obstante y en su recurso de apelación frente a esta, Dª Luz sostiene que la indemnización
que se lo concede no es suficiente para cubrir todos los daños morales y físicos sufridos,
proponiendo un total de 55.020 euros en concepto de nueva indemnización capaz de cubrir la
totalidad del prejuicio ocasionado. Por otro lado, alega que el retraso en la operación debido a
su vez al retraso de la valoración de su situación médica es lo que en verdad produjo una mala
praxis, o subsidiariamente un caso de pérdida de oportunidad, vulnerando por tanto los ARTS
24, 103.1 Y 106.2 CE, y los ARTS 139 y ss de la Ley 30/1992 y ART 32.1 de la Ley 40/2015

4- ¿Qué ocurre en este caso con la mala praxis?


La sentencia en apelación argumenta que los problemas psicológicos que sufrió la paciente no
corresponden con una mala praxis médica, de acuerdo con el Informe de las médicos forenses.
Este considera que la intervención quirúrgica a Dª Luz se efectuó en un centro privado y que se
trata de un procedimiento de difícil actuación. Por consiguiente, las complicaciones derivadas
del post operatorio no tienen fundamento en una mala praxis, y mismamente la fístula recto
vaginal que hubo de realizarse en la paciente tras la cirugía es una complicación frecuente en
este tipo de casos.

5- ¿Qué indica la sentencia con el retraso de la intervención?


Desestimando el argumento de la mala praxis, el fallo de esta sentencia sostiene que
efectivamente el retraso en la intervención se debe a la existencia de pérdida de oportunidad.
De acuerdo con la prueba pericial, se acredita que la espera para ser intervenida no cumple
unos criterios de causalidad suficientes que se vinculen con su estado mental actual, pero sí
que le ocasionaron un perjuicio moral, tal y como fue estimado parcialmente por el Juzgado
Contencioso Administrativo Nº1 de Vigo, con la correspondiente indemnización de 6.000
euros. Es decir, ese retraso de 5 meses en la valoración previa y necesaria de la paciente fue lo
que a continuación supuso un retraso en su cirugía. No obstante, esta sentencia del Tribunal

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Superior de Justicia considera que la indemnización ha de incrementarse en 20.000 euros al


apreciar la existencia de esta pérdida de oportunidad

SENTENCIA 131/2017
Esta sentencia de la Sala de los Social del TSJ de Navarra, de 27 de Marzo (Rec. 82/2017) versa
sobre el caso de un hombre que, al necesitar de una operación quirúrgica para un cambio de
sexo de mujer a hombre, decide acudir a la vía privada. Por consiguiente, se desestima el
recurso de suplicación ante la denegación del reembolso de los gastos de la clínica privada,
pues se considera que tal procedimiento había de ser autorizado por Sanidad para así costear
su importe

Así pues, el paciente había sido diagnosticado como transexual de mujer a hombre por el
Servicio Navarro de Salud. En un hospital público fue operado de mastectomía e histerectomía,
además de someterse al tratamiento hormonal correspondiente. Ya que, según sus informes
psicológicos, cumplía todos los criterios de elegibilidad para poder someterse a la cirugía de
reasignación de sexo se le citó en primer lugar por la vía pública en el hospital Carlos Haya en
Málaga, pero fue informado de que dicho centro no realizaba esta clase de intervenciones, así
que sin previo aviso decidió operarse en la clínica privada Cavadas de Valencia y ahora reclama
el reembolso de 46.226 euros

Así pues, el Tribunal considera que no se ha probado una desatención efectiva derivada del
retraso en la operación solicitada, así que no procede la devolución de ningún importe.
Efectivamente fue decisión del demandante el someterse a la operación por la vía privada, en
vez de esperar a las actuaciones administrativas del servicio de la Comunidad Foral de Navarra.
De acuerdo con la legislación estatal y autonómica, es obligación de la Administración recurrir
a un tercer hospital y redirigir al paciente para que pueda someterse a la cirugía de
reasignación sexual. La propia sentencia reconoce el servicio que requería el demandante no
fue prestado porque el Hospital al que se derivó no contemplaba en su cartera de servicios la
genitoplastia masculizante. Sin embargo, el recurrente no puede probar que el Servicio
Navarro de Salud tuviera conocimiento de que en el Hospital Carlos Haya de Málaga no se
realizaban ese tipo de operaciones.

De acuerdo con los ARTS 4 y 6 de la Ley Foral 12/2009 de 19 de Noviembre, de no


discriminación por motivos de identidad de género y de reconocimiento de los derechos de las
personas transexuales garantiza, a quienes adopten socialmente el sexo contrario al asignado
en su nacimiento, se les concede el derecho a recibir de la Comunidad Foral una atención
integral y adecuada a sus necesidades médicas, psicológicas, jurídicas y de otra índole, en
igualdad de condiciones con el resto de la ciudadanía. Por tanto, fue responsabilidad del
afectado el no haber esperado a que su operación fuese autorizada ni avisar a la
administración de que procedería con su operación por la sanidad privad, dado que por el ART
4.2 de la citada ley se reconoce la posibilidad de derivar a los pacientes a hospitales públicos o
privados que cuenten con un servicio acorde con el caso. De esta manera, el demandante no
ostenta ningún derecho absoluto para optar por la medicina pública o privada a su
conveniencia, máxime cuando la cirugía no era urgente y aun cuando se hubiesen superado los

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plazos máximos de espera. De hecho el ART 9 del Decreto Foral 21/2012, de 26 de Abril y las
instrucciones para la Gestión del Registro General de Pacientes en listas de Espera de Navarra
aprobadas por Resolución 1392/2012, de 21 de Septiembre establecen que el Servicio Navarro
de Salud no asumirá gasto alguno generado por la atención programada y no urgente llevada a
cabo en cualquier centro asistencial cuando el paciente carezca de autorización del Servicio de
Prestaciones y Conciertos del Servicio Navarro de Salud, aun cuando se hubieran superado los
plazos máximos de espera establecidos o cuando la atención sanitaria haya sido requerida a
título personal por el paciente».

De todas formas, el fallo de la sentencia no resulta unánime por la discrepancia de uno de los
magistrados que sugiere que, aunque no se trate de una situación de urgencia médica, el
demandante sí que debería ser indemnizado por los gastos médicos del retraso injustificado de
la Administración Pública Sanitaria, la cual conduce ineludiblemente a una denegación de una
prestación que debió atenderse. En función de esta consideración la Sala debió estimar
parcialmente el recurso, concediendo al perjudicado una indemnización, previa la justificación
del gasto de acuerdo a los principios de especificidad contable e idoneidad médica, y con el
límite de las cuantías que se regulan en la gestión del Fondo de cohesión sanitaria.

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