AMBIENTACIÓN: El Señor hoy nos llama a hacer un silencio
interior, para escucharlo, para tener un encuentro con Él; para que confiemos y nos apoyemos plena y solamente en Él, en cualquier circunstancia de la vida, aun en medio de las dificultades. Él quiere ayudarnos, pero necesita de nuestra confianza en su poder, de lo contrario nos hundiremos irremediablemente.
Nos ponemos de pie y cantamos.
1ª. LECTURA: Dios nos pide que, para poder encontrarlo de
verdad, necesitamos crear el clima propicio, alejándonos del ruido que nos rodea, ya que Él solo está en el silencio.
2ª. SALMO: Con el Salmo 84 iremos diciendo:
2ª. LECTURA: San Pablo se siente implicado en la tragedia de sus
hermanos judíos, no obstante, proclama su fe en la divinidad de Cristo.
EVANGELIO: Hoy Jesús, en el Evangelio, nos manifiesta que
debemos confiar plenamente en Él, en su palabra, aún a pesar de que humanamente parezca poco confiable. PLEGARIA UNIVERSAL:
Para que Dios, nuestro Padre, proteja con amor a su Iglesia,
y la haga crecer en la fe y la esperanza. Oremos.
Para que no falten entre nosotros las vocaciones a la vida
sacerdotal y religiosa. Oremos.
Para que el espíritu de Dios sostenga y fortalezca los
esfuerzos de los hombres de buena voluntad que trabajan por un mundo más justo. Oremos.
Para que los niños de nuestra parroquia aprendan a conocer
y amar a Jesucristo de todo corazón. Oremos.
Para que la creación entera, obra maravillosa de Dios, sea
respetada por todos. Oremos.
Para que todos nosotros aprendamos a ser más generosos
con los pobres. Oremos. COMUNIÓN: El Señor nos llama a que caminemos a su encuentro; acerquémonos a recibirlo, para que Él de seguridad a nuestro caminar, y digámosle como Pedro: "Verdaderamente, tú eres el Hijo de Dios".
COMUNIÓN ESPIRITUAL: Hermanos: Todos aquellos que no han
podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo, Señor mío, que estás realmente presente en el Santísimo
Sacramento del altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo ardientemente recibirte dentro de mi alma; pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo y me uno todo a Ti; Oh
Señor, no permitas que jamás me separe de Ti. Amén.
DESPEDIDA: Debemos vivir nuestra vida diaria de acuerdo a la fe
que manifestamos tener, por lo que esta Eucaristía tiene que significarnos un sincero compromiso a confiar plenamente en Dios, a pesar de las dificultades que nos toca vivir.
Cómo vivir una vida sobrenatural: Cómo descubrir el verdadero discipulado y entender mejor el reino de Dios a través de la relación con el Espíritu Santo