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Resumen:
La marihuana, una de las drogas recreativas más consumidas en el mundo, ha sido objeto de
estudio debido a sus potenciales efectos tanto beneficiosos como perjudiciales en la salud,
especialmente en el funcionamiento del cerebro y su relación con trastornos mentales como la
depresión. En este artículo, revisamos la literatura científica reciente para comprender cómo la
marihuana afecta el cerebro y su posible papel en el desarrollo y la exacerbación de la
depresión.
Introducción:
La marihuana, conocida científicamente como Cannabis sativa, es una de las drogas más
consumidas a nivel mundial, tanto con fines recreativos como medicinales. Su principal
ingrediente activo, el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), actúa sobre el sistema
endocannabinoide del cerebro, afectando una variedad de funciones neurológicas y
emocionales. Aunque se ha investigado ampliamente, aún hay controversias sobre los efectos
precisos de la marihuana en la salud mental, incluida su relación con la depresión.
Estudios neurocientíficos han demostrado que el consumo crónico de marihuana puede alterar
la estructura y la función del cerebro. Se han observado cambios en regiones importantes
como el hipocampo, la corteza prefrontal y el sistema límbico, que están implicadas en la
regulación del estado de ánimo y las emociones. Además, la marihuana puede afectar la
plasticidad sináptica y la neurogénesis, lo que potencialmente contribuye a trastornos
psiquiátricos como la depresión.
Marihuana y Depresión:
En resumen, la marihuana ejerce una variedad de efectos sobre el cerebro, muchos de los
cuales tienen implicaciones para la salud mental, incluida la depresión. Si bien algunos
individuos pueden experimentar alivio temporal de los síntomas depresivos con el uso de
cannabis, el consumo crónico y excesivo puede aumentar el riesgo de desarrollar o empeorar la
depresión, especialmente en aquellos con vulnerabilidades genéticas o ambientales.