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Aprende a decir no

Daniel 1:3-8
Reina-Valera 1960
3
Y dijo el rey a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que trajese de los hijos de Israel, del
linaje real de los príncipes, 4 muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de
buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen
entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las
letras y la lengua de los caldeos. 5 Y les señaló el rey ración para cada día, de la
provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía; y que los criase tres años,
para que al fin de ellos se presentasen delante del rey. 6 Entre estos estaban Daniel,
Ananías, Misael y Azarías, de los hijos de Judá. 7 A estos el jefe de los eunucos puso
nombres: puso a Daniel, Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías,
Abed-nego.

8
Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del
rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le
obligase a contaminarse.

El rey ordenó a Aspenaz "que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos",
incluyendo las matemáticas, la astronomía, la historia natural, la agricultura y la
arquitectura verso 4
Daniel trazó el límite en donde lo hacía la Escritura
Que todas las cosas estén disponibles para nosotros, no significa que todas nos
convengan.
Mucha gente está metida en problemas terribles en su vida, porque cuando tuvieron la
oportunidad de decir no, dijeron si.
Nosotros tenemos dos formas de corregirnos en la vida:
1. Cuando nos presionan a hacer lo correcto.
2. Cuando tomamos la decisión firme y radical de hacer las cosas bien.
Aprendemos a decir no por las buenas o el día que pierdas todo aprenderemos a hacerlo.
Tres principios del porqué es importante decir no:
1. Obedecer las normas.
Las normas son importantes, porque donde hay normas, hay orden.
Hay gente que tiene sus vidas tan dañadas, porque no saben respetar sus normas.
Cuando nos casamos, enseguida aparecen normas.
Hay gente que, saliendo de las deudas, vuelven y se endeudan, porque no respetan las
normas.
A mayor descuido de las normas, más desordenado eres.
Y mientras más desordenado eres, más problemas te ganas en la vida.
Las normas nos permiten entender dónde están los límites.
No todas las oportunidades que se te presentan en la vida son la voluntad de Dios para tu
vida.
No todas las puertas que se te abren son las puertas donde Dios quiere que entres
Cuando se te abre una oportunidad, debes mirar tu normatividad. (Hay que aprender a
discernir)
El día que usted ponga su vida en orden se va a cumplir la palabra que Dice: “Las
bendiciones me perseguirán”
2. Mantener la fidelidad.
La fidelidad no es algo que usted tiene, es algo que usted mantiene.
¿De que sirve ser fiel hoy y mañana no?
La gente fiel es la que dice no una vez y dice no siempre.
La fidelidad es la demostración de que mi buen comportamiento no es una temporada,
sino que está siempre en mi vida.
Cuando desarrollamos fidelidad en nuestras vidas, aprenderemos a mantenernos en lo
que es correcto.
Fiel es aquel que hace lo correcto, aunque nadie lo está viendo.
Donde no hay constancia, permanencia, no voy a ver resultados.
Usted va a ver cambios cuando haga cosas buenas siempre y no a veces.
Para tener un buen hogar yo no debo ser buen esposo a veces, debo ser buen esposo
siempre.
Nuestros hijos van a normalizar lo que tu ves normal.
3. Confiar en la recompensa de Dios.
El pecado genera recompensa.
El obedecer a Dios, genera vida y bendición.
Si le vas a decir si a Cristo, tendrás que decirle no a lo que te aleja de Dios.
Cuando una persona se consagra, Dios va a transformar la historia de esa generación.
La decisión de hacer lo correcto no solo te va a bendecir a ti, también bendecirá a tus
hijos y nietos.

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