Está en la página 1de 1

Para mi niña linda

Amor, quizás te preguntes ahora como hice para que esta carta llegue a tus manos y la verdad es que si ha llegado a ti es
porque el Señor ha querido y también yo he querido.

Te amo mucho mi amor, te pienso mucho ahora que estoy mirando el paisaje y el atardecer recuerdo cuando estuvimos juntos
aquí hace un año. Tú y yo. Cuando me empezaste a gustar así de la nada, como si Dios en esos momentos pusiera una
semilla en la tierra de mi corazón para luego convertirse ahora en una rosa que simboliza nuestro amor.

Paso por los lugares donde estuvimos juntos aquí y te recuerdo tanto, como si estuvieras aquí junto a mí. Lo estás. Toco mi
pecho y te siento a mi lado. Te abrazo sin miedo a perderte delante de los demás al cerrar mis ojos. Y te amo como no te
imaginas, como si no hubiera alguien que ha amado antes de nosotros.

Yo espero que este bien, ya pronto estaré junto a ti, estaremos juntos para vivir nuestro presente, nuestra historia. Es
necesario este momento porque veré que ha de hacer el Señor conmigo y Él sabe que cualquiera que sea la historia que Él
quiera hacer conmigo yo le he pedido que estés siempre tú. Porque es contigo con quien quiero caminar hacia la Santidad.

Ahora mi dulce niña, se que debes estar pensando en mi como yo lo hago contigo. Al leer lo que escribiste me has alegrado el
corazón, me has puesto un anhelo tan grande de luchar por nosotros. Ora por mi cariño, como yo oro desde aquí por ti,
pidiéndole a mi Padre que te cuide con todo su amor en cada instante. Quiero que llegues al Cielo corazón porque de allí
vienes. Vienes de Dios y vas a Dios y siempre voy a querer que estés bien y que seas feliz. Si es junto a mi amor mío, ten
por seguro que yo lo seré a tu lado y seremos solo nosotros tres: Dios, tú y yo.

Hoy, ahora que he de acostarme este día, pensaré y soñaré contigo. Con todos nuestros recuerdos, con nuestra historia y
también con el futuro que quiero contigo. Dios ha sido bueno a pesar de todo en cada momento y cada cosa que hemos
pasado nos ha sabido ayudar y todo por un bien mayor, por nosotros. No me rindo amor, más bien me sujeto mas a Él
confiando en que tu y yo llegaremos a ser felices juntos. Al final seremos nosotros contra el mundo.

Confío en el Señor y confío en nuestro proceso, Con Cristo se puede.

P.D. Te amo mucho mi bonita, te amo antes.

¡Toda hermosa eres, amor mío, no hay defecto en ti.

Me has robado el corazón, hermana y novia mía, me has robado el corazón con una sola mirada, con una vuelta de tu collar.
Ct. 4, 7.9

También podría gustarte