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REFLEJO

Hora tras hora viendo como enseñan, compañeros idiotas quienes nos recuerdan quienes somos y
como nos vemos, falsos cumplidos que nos dicen, mascaras hay donde quiera que veo, comentarios
andando, murmurando boca tras boca, yendo oído tras oído quizás ahora no es una amenaza sino
algo ofensivo, respondiendo con una sonrisa algo falsa que saben que es falsa pero aun así les
encanta.

Viernes, 1:30 pm, Salida de clase

Buenos Lobos asechando a una mala coneja que se comportó de mala forma con sus “queridos
amigos” cansada de que la humillen y se rían de su pobre cuerpo, lobos aullando y mordiendo a la
pequeña coneja en plena luz del día, solo por reclamarle al psicólogo de que ya no aguantaba los
abusos de sus compañeros, el cual llamo inmediatamente a los imbéciles estudiantes a parar por una
buena vez esto, que no era un juego, sino algo serio algo profundo ya que no sabían el historial de
Sophia. Al finalizar la clase los estudiantes hicieron caso omiso e instigaron aún más al pobre animal,
escucho por algunas bocas que tenían un plan solo para ella pero hizo caso omiso ante esto, no era
su primera casería ni tampoco iba a ser la última, tenía como un buen soldado heridas de guerra
tanto físicas como psicológicas, estaba preparada ante el posible asecho.

Dori, que fue con ella para cuidarla, una muchacha un poco más grande que Sofia. Eran de las pocas
personas en la cual confiaba, Dori sentía un gran aprecio por ella, quizás porque le recordaba a su
hermana o quizás solo sentía lastima de un animal, como se decía Sophia ella misma mirándose
fijamente al espejo la cual Dori le decía que no era un animal que era algo más grande, más especial,
era Sophia.

Los salvajes animales acechaban a las pobres conejas, algo eufóricos de las sustancias que habían
probado antes, fueron tras ellas les tenian un amigable plan, poco a poco se acercaban. Marcelo les
dijo AHORA, sacando así de su bolsillo izquierdo una cuchilla la cual estaba sangrando, Dori estaba
empezando a temblar, Sophia sin ninguna emoción miro lentamente a Marcelo como si un ratón
examinara el sospechoso queso puesto misteriosamente delante de él, tenía un polerón rojo, su
cinturón casi roto, el pantalón empolvado quizas se habia caído antes o habia estado en una riña, la
mochila liviana algo adentro se escuchaba, Marcelo se encontraba algo enojado y con mucha
adrenalina, estaba sudando pensó quizás, en que ese sudor era por la sangre que había en el
cuchillo, pensó entonces que la sangre era de verdad. Sophia tenía un buen olfato ya se habia
acostumbrado a identificar el olor de la sangre se dio cuenta que era de un animal quizas era de un
perro, sintió algo de excitación de tan solo imaginar el momento del suceso.

Vio a los otros, en total eran 5, el rey y 4 peones mas, observo que los demás no tenían nada en la
mano ni tampoco ninguna mochila en sus grandes espaldas. Marcelo ordeno a los 2 que estaban
detrás de él, que agarran a Dori y los otros 2 agarraran a Sophia, ellos como fieles perros le hicieron
caso, Dori decía que las dejaran irse, Sophia por otra parte estaba emocionada ante la situación,
Marcelo empezó a jugar con la cuchilla cerca de la cara de Sophia, pero esta ni se inmutaba era su
forma de no mostrar debilidad ante sucesos inesperados, le empezó a tocar las piernas y Dori se
puso furiosa dejo de temblar y sin pensarlo ataco a los 2 que la tenían sosteniendo iba a sacar a
Sophia de ahí, pero Marcelo se dio cuenta y le puso la cuchilla en el cuello a Sophia, El solo se reía
ante esto, cada vez apretaba aún más contra el cuello de Sophia hasta que salió la primera gota de
sangre después otra y otra, Dori se dio cuenta de que esto era de verdad y se puso a llorar, Sophia a
pesar de eso no se inmutaba, de pronto Marcelo empezaba a manosear a Sophia, se puso detrás de
ella, los peones solo se reían del espectáculo que hizo Marcelo, Sophia le pregunta que tiene en la
mochila, Marcelo le respondió que ella sabe muy bien lo que tenia, que el la habia espiado dias antes
haciendo lo mismo, sola en el bosque, quedó un silencio entre las risas.

Sophia le dice que lo quiere ver, queria asegurarse que era de verdad, quiere sentirlo y recordar el
momento, Marcelo le dice que esta verdaderamente loca, Sophia le responde con un poco de gracia,
EN ESTE MUNDO TODOS ESTAMOS LOCOS DE ALGUNA FORMA, Marcelo solo se ríe, saca el animal
muerto de su mochila, ven que hay unos 2 perros muertos exactamente, Dori grita, pero
rápidamente le tapan la boca, hostigan a Dori para que toque y juegue con ellos, Dori llora pero
obedece la orden tras sentir unas manos tocándole sus pechos, lo hace temblando, Sophia le dice
que no la hostiguen mas que la cosa es con ella solamente, Marcelo le responde que no, que nadie
puede irse de acá, Sophia se da cuenta que en un bolsillo de la mochila hay drogas y que el olor a
Marcelo apestaba aún más, al parecer se habían drogado y emborrachado, sabe perfectamente que
no están cuerdos, que no están en sus sentidos, que están más salvajes. Como unos lobos
hambrientos que cada minuto que pasaba deseaban mas hambre, Sophia vio que también estaban
manoseando a Dori por todo su cuerpo, y le dijo si podía tocar los cadáveres, a ver como se sentiría
otra vez, la dejo, Sophia toco las tripas, parecía una pasta con mucha salsa de tomate, y de su bolsillo
saca un cuchillo mas pequeño y filoso que el que tenía Marcelo, sin dudarlo lo enterró en la pierna
de Marcelo, este gritando de dolor soltando el cuchillo el cual Sophia recogería primero, intento
hacer lo mismo a los otros 2 que estaban con Dori, pero se pusieron para atrás, les dice que no
hagan nada ya que pueden gritar hasta que los vecinos vengan y los detengan, Sophia agarra a Dori y
ella se van, sin antes meter a los perros en la mochila de Marcelo y llevárselo, Dori le pregunta
porque se lleva a los perros, Sophia responde para poder darles un digno entierro, Dori siente más
admiración por Sophia

Martes, 15:50, Habitación

Miro mi asqueroso cuerpo lleno de fracturas, se dice a si misma Sophia enfrente del espejo, espejo
sucio para no notar tanto sus cicatricez, se dice fea a sí misma, pero no sabe el porqué, piensa en su
familia con frecuentes comentarios despectivos hacia ella, o en el colegio las burlas constantes de
compañeros o profesores, animales que ni siquiera querían estar o acercarse a ella, o quizas ella
misma reforzando la idea de no ser querida por nadie más.

Domingo, 21:59, Patio

FUERA DE MI PUTA VISTA, le habia dicho el jefe a Sophia, sola sentada en una silla sucia y a punto de
romperse, Sophia le gustaba ver el cielo ver como pequeños fragmentos iluminaban el gran cielo
oscuro, al verlos, no se sentía tan sola, gruño algo dentro de ella, acaso era por no comer en 2 días, o
era que el estómago estaba enojado por la falta de empatía que tenía ella por reclamarle comida a
sus padres.

Miércoles, 12:40, Sala

Hay casi desnuda empapada de sangre y moretones, riendo unos, tomando otros, charlando como si
nada raro estuviera pasando, los juveniles “bromeando”con Sophia, que se encontraba casi
desmaya, en el suelo, “jugando” quien le pega más fuerte o quien le hace la herida más grande y
profunda, los mayores escupiéndola como si se tratara de un trapo viejo y sucio, lo único que Sophia
pensaba era que su hermana estaba bien, escondida en alguna parte su habitación, encerrada como
si fuera un tesoro, para no ver la humillación que le estaban dando. Vergüenza y asco sintió ella
misma mirándose a un espejo roto en pedazos que estaba allí enfrente.

Sábado, 20:20, Sala


Mirando su piel mientras ordenaba, se preguntó “porque”, aguantando el llanto que quería salir
afuera y simplemente expresarlo, su garganta parecía como un fuerte nudo de un zapato de
desesperación, pero no habia tiempo de eso, tenia que apurarse antes de que vinieran y
encontraran algo sucio, algo para justificar, algo para odiarla y menospreciarla, generalmente
siempre encontraba una o 2 botellas de cerveza tiradas, pero no abiertas, Sophia las escondió en su
cuarto como era costumbre, y al anochecer se fue un rato a encontrarse con Dori para hablar, podía
conversar por fin y expresarse con la única amiga que tenía, Sophia llevaba las cervezas y Dori la
comida, así disfrutando de la bella luna llena, se dijeron a sí mismas que ya pronto se iba a terminal.

Dori me regalo un cuaderno me dijo que escribiera cosas ya que sabe muy bien que me gustaría ser
escritora, quizas al terminal el año empieze a escribir un libro que me represente, algo bueno saldrá
de ahí cierto, o no? (broma), pero por ahora tendré que escribir cualquier cosa para a así mejorar,
aunque sea un poco quizá sea como una anécdota o un cuento, ser escritora no es algo fácil, pero si
falla nadie lo sabrá excepto yo, lo bueno es que puede expresar mis pensamientos y así no olvidarlos
o esconderlos.

Cuento #1 “Carne”

Habia una vez un niño gordo que deseaba bajar de peso, ir al colegio era una tortura para él y para
sus compañeros al ver la bola de grasa andando, se ponía una remera más grande que el para que
así no se notara tanto su gordura, al momento de la clase de educación física no se quitaba la
chaqueta por ningún motivo, sudando por dentro, le daba asco su panza, sentía que tenía algo ahí
adentro algo que iba explotar y por fin liberarse de esa asquerosa masa que tanto odiaba

Intento no comer, pero mientras mas no comía más hambre tenía y más angustia sentía, en las
noches vomitaba todo lo poco que dirigía, no salía mucho, pasaron los días y no notaba cambio
alguno, se sentía decepcionado de el mismo, hasta que de tanto vomitar o intentar vomitar por fin
un gran chorro de sangre habia salido a flote, lo miro, se preocupó, pero al ver la enorme cantidad
que habia botado de su interior, se notó algo feliz.

Así pasaron los días donde cada noche repetía el proceso, vio cambios en su cuerpo estaba
adelgazando y las poleras le entraban chicas ahora, algunos comentarios positivos salieron a la luz, y
el las absorbió, pese a tener hambre no comía ninguna carne o eso intentaba, amaba su cuerpo de
ahora, sentía que tenía un cuerpo divino, el cuerpo que tanto deseaba, amaba tocarlo y acariciarlo.

Pese a los continuos desmayos y fatigas no decidió comer carne o algo que lo engordara, los padres
al ver la preocupación de su estado, fueron al hospital, llego medico con malas noticias, le dijo que
estaba en una situación grave donde era necesario, no obligatorio que comiera proteínas (carne),
para que así nada malo le pasara, ya que estaba al borde de sufrir un colapso, el joven se negaba a
volver atrás, así que una noche, sin pensarlo fue a la cocina, agarrando un filoso cuchillo no para
ponerse ahora en el cuello si no en otra parte de su cuerpo, se lo puso en su panza, arrancando un
pedazo de su propia carne, obviamente le dolia, pero le dolia más, tan solo pensar a verse como
antes.

Cada pedazo que se sacaba lo ponía en un plástico y le ponía los dias de la semana la primera noche
solo saco para 4 dias, al dia siguiente sacaba la carne del congelador, la tocaba sentía algo de placer
ya que era suyo, era de su propiedad, era de el mismo, lo coloco en la cocina, busco el aceite
quedaba poco, pero lo suficiente como para hacer cocerlo, lo coloco en el plato suavemente, vio la
maravilla que habia cocinado, se le hacía jugo a la boca, coloco un poco de arroz en el plato, trajo un
vino ya que se sentía ansioso, lo probo y le gusto probo otro pedazo y le encanto, al terminal quería
que ya fuese mañana para así poder comer otro pedazo, repitió el proceso 3 dias seguidos y al ver
que ya no quedaba nada en el congelador, sintió preocupación, se preguntó ahora que hago, no
quería comer carne de otra persona o animal (eso era algo asqueroso y repugnante), quería su
propia carne, pero ojos de sus padres lo observaban, fríamente al ver su gran herida, le prohibieron
que hiciera esa atrocidad de nuevo, pero como pensó, si era su cuerpo, era su carne que le
pertenecía por derecho, era su decisión. Se quería a sí mismo, se amaba a si mismo.

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