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D istribuidor:
“Mcxico-I.ce”, Luis González Obregón 5-B — México 1, D. F.
S u s c m i'c m v A n u a l (6 números ) :
Países «leí Hemisferio Occidental: 2 dólares (o su equi
valente en moneda nacional).
Países fuera del Hemisferio Occidental: 3 dólares.
P A N O R A M A S
P U B L I C A C I O N B I M E S T R A L
Editada por el
Instituto de Investigaciones Sociales
de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Torre de Humanidades, 5* piso. Ciudad Universitaria
Coyoacán 20, D. F. República Mexicana
Indios selváticos de la amazonia peruana, por Rafael Gi
rard. 350 páginas, 17.5 x 23.5 cms., 207 fotos, 100 fi
guras y dos mapas. Excelente presentación. $ 40.00 tnex.
Los mayas eternos, ñor Rafael Girard. Obra de valor per
manente acerca de la riqueza espiritual y la vida de los
mayas a través de su historia. 17.5 x 23.5 cms., encua
dernado en tela. Con 250 fotos, 1 mapa y 94 graba
dos en el texto ......................................... $ 80.00 mex.
Aladino o vida y obra de José Santos Chocano, por Luis
Alberto Sánchez ......................................... $ 40.00 mex.
Las páginas de este libro recogen trozos vivos y vivien
tes de historia literaria y política de América entre los
años 1890 a 1934. Magnífica edición, de 552 páginas.
Morazán y la Federación Centroamericana, por Arturo
Humberto Montes ....................................... $ 35.00 mex.
El autor ha revisado todos los documentos morazánicos
y ha seguido al héroe en todos los países donde blan
dió su espada flamígera para fundar la democracia en
Centroamérica.
Los mayores poetas hispanoamericanos (1850-1959), por
Louis Lamothe ........................................... $ 25.00 mex.
Un siglo de gran poesía hispanoamericana, estudiado
con profundidad de conocimiento.
La revolución de Castro. (Mitos y realidades), por Théo
dore Draper ............................................... $ 15.00 mex.
Las respuestas a la situación actual de Cuba, las en
contrará el lector en esta obra, la más serena y la que
mejor analiza la revolución cubana.
Distribuidor exclusivo:
MEXICO-LEE, EDITORES Y DISTRIBUIDORES
Luis González Obrcgón 5-B México, D. F.
Dinamismo social y desarrollo
Richard F. Behrendt
% del % del
País Pioditolo total Producto total
1957 1957
Perú, advertencia
E n su primer número, PANORAMAS publicó un estudio
de Gonzalo J. Fació sobre los aspectos diplomáticos y de
derecho internacional suscitados por el golpe militar del
Perú en julio de 1962. El problema es de un interés consi
derable. Lo seria ya si sólo tuviera consecuencias locales,
pues la amenaza a la libertad de un latinoamericano afecta
a todos los latinoamericanos. Pero el problema tiene, ade
más, repercusiones continentales. En la medida en que las
fuerzas del inmovilismo —oligarquías, partidos demagógi
cos, falsos izquierdistas y movimiento comunista— logran
impedir el progreso social, se acentúan las posibilidades de
que los elementos reaccionarios, antidemocráticos, militaris
tas, (a menudo aliados con los comunistas, como en el caso
del Perú), tomen el poder y detengan el avance de América
Latina hacia una democracia estable, condición previa para
todo paso hacia una mayor justicia social. Lo ocurrido en
el Perú debe ser advertencia y lección. Puede suceder en
otros países.
PANORAMAS de cabida hoy a dos interpretaciones de
lo acaecido en el Perú. No son contradictorias sino, en
cierto modo, complementarias.
Andrés Townsend es un dirigente aprista, secretario in
ternacional del APRA y director de su diario “La Tribuna”,
Aníbal Ismodes es sin duda uno de los sociólogos más re
levantes del Perú, profesor de la Universidad de San Mar
cos, autor de estudios valiosos y, como se ve aquí, partícipe
en las inquietudes de su pueblo. Ambos, por su edad, son
expresión del pensamiento de las generaciones jóvenes. Los
dos artículos fueron escritos antes de los acontecimientos
de enero último en Perú.
Frente a la ley, los tanques
Andrés Tewnsend Ezeurra
EL GOBIERNO DE FACTO
Perú. Lo presiden cuatro generales, alzados en singular coinciden
cia de número, grado y fecha con los generales españoles del
18 de julio de 1936. La totalidad de los ministerios ha sido
confiada a oficiales de la más alta graduación y se ha hecho
hincapié en el carácter “institucional” y “castrense” del movi
miento. La Junta Militar de Gobierno ha fijado el 28 de julio
de 1963 como límite de su permanencia en el poder y ha con
vocado a elecciones para junio del mismo año. Una Comisión
«d-hoc, presidida por un magistrado, que delibera en secreto
y do la cual han sido excluidos los personeros de los partidos,
prepara un nuevo Estatuto Electoral.
Tras la violencia inicial contra los locales y diario apristas,
I* Junta Militar no ha desencadenado las persecuciones ni la
Ilegalidad que fueron acostumbrado cortejo de sus predecesores.
£1 aprismo, en su V il Convención Extraordinaria, realizó la
autocrítica de su participación en el proceso electoral y desig
nó un nuevo Comité Ejecutivo. En enérgico y detallado Ma-
mfiesto a la Nación, el Partido del Pueblo ha aceptado el “reto
c°micial” de 1963, declarando que los parlamentarios electos
*n 1962 serán lanzados el año que viene "para probar la auten-
ticidad de sus triunfos”. Firme en su actitud opositora, el apris-
mo, frente al hecho consumado del régimen militar, reclama
el cumplimiento cabal de la promesa de elecciones y que la
Junta limite sus funciones a las puramente administrativas. “Or
gullosos de nuestra causa —dice el citado manifiesto— prose
guiremos impertérritos en nuestra actitud contra toda dictadura,
contra todo fraude pasado o futuro, contra todo golpisnio, con
tra toda oligarquía o imperialismo y lucharemos sin desmayo
para que el Perú recupere su c.onstitucionalidad, y para que se
abran, por fin, las puertas del gobierno al Partido que, en es
tos períodos de confusión y desconcierto, supo mantener una
firme y clara línea hacia el progreso y unificación del país,
por la Democracia y para la Justicia Social.”
En la conducta sin
LA REACCION INTERNACIONAL precedentes de la
Junta, en el sentido respetar (por lo menos hasta ahora) ciertas
libertades elementales, han pasado factores internos e internacio
nales. En lo interno por su falaz pretexto (un “fraude" del
que no vuelven a hablar), por lo artificial del golpe una vez
consumado el sacrificio de Haya, y por el frío y rechazo de
que las dos terceras partes del electorado, por lo menos, reci
bieron la ingerencia militar, celebrada únicamente por el be-
laundismo.
El repudio internacional, reflejado en pronunciamientos de
unanimidad abrumadora y en la no aceptación del gobierno de
facto, o en su reconocimiento condicionado, convencieron a los
militares de la necesidad de proceder con discreción y en un
ámbito hemisférico que si bien no vive todavía el “mundo fe
liz” de la democracia definitiva, tampoco es la América indi
ferente o cómplice de 1948. La presentación de Venezuela,
acompañada por Costa Rica, Colombia y Honduras, en deman
da de una definición de la OEA frente a los golpes militares
tuvo, no obstante su transitoria derrota, un influjo saludable.
La posición de los Estados Unidos, que ha suspendido su ayuda
militar y ha realizado un reconocimiento que, por sus términos,
resulta sujeto al cumplimiento de la promesa de elecciones libres
y al respeto de los resultados de ellas, también coopera a fa
vorecer una salida democrática. Si dentro del Perú, como lo
propician el Apra y otros sectores, la opinión civil pudiera ar
ticularse en un vasto frente cívico (que no es necesariamente
frente electoral, sino una movilización ciudadana para asegu
rarse comicios libres) será muy difícil que la Junta Militar ig
nore su promesa.
Desde luego, los meses que nos separan de la fecha comicial
están llenos de peligros. Todo régimen irregularrnente nacido,
tiende a buscar justificación y continuidad. Ya sea favorecien
do más o menos disimuladamente a un sucesor, ya limitando las
“elecciones” prometidas a las de una Constituyente tan sólo, o
a un “plebiscito” que determine “popularmente” que la Junta
goza de un mandato ampliado. Contra estas probabilidades, su
geridas por nuevos c inescrupulosos áulicos, sólo queda la pro
mesa solemne de los actuales jefes de la Junta Militar y una
estimación juiciosa de las reacciones nacionales c internaciona
les que su quebrantamiento podría aparejar.
También se concibe como una posibilidad riesgosa el des
plazamiento de la actual Junta de generales por otra de oficia
les más jóvenes, del grupo que se ha dado en llamar “nasse-
rista”, animados por el propósito de consumar militarmente una
drástica transformación social y nacionalista de índole revoludo-
uaria. Estos coroneles “nasseristas” procederían, en su mayoría,
de las aulas del Centro de Altos Estudios Militares (CAEM),
institución que c.n los últimos años ha tenido influencia for
mativa y ha sembrado la inclinación rnesiánic.a en los cuadros
castrenses del Perú. En el personal docente del CAEM figura
en forma conspicua un comunista convicto, el doctor Gregorio
Garayar.
La demanda creciente y unificada de la opinión pública pe
ruana, así como la conciencia clara de que un incumplimiento
de la promesa electoral significaría el aislamiento de la comuni
dad hemisférica, impulsan al Perú hacia una salida democrá
tica, si bien rodeada de incógnitas, peligros e incertidumbres.
En el revuelto río del golpiamo no tardan en aparecer, con sus
redes y anzuelos, los pescadores en acecho del comunismo tota
litario. Desde la primera hora han iniciado una política de acer
camiento a la Junta Militar con el fin de adueñarse de posi
ciones sindicales, burocráticas y políticas. Les interesa especial
ícente destruir la unidad obrera estructurada en torno a la Con
federación de Trabajadores del Perú (CTP), cuya orden de
P&r© general en julio los comunistas, en consorcio con el go-
bierno, sabotearon activamente. Quedó claro ,«in embargo, que
la región del norte, electoralmente la más poderosa, era, en lo
sindical, la de mayor conciencia y disciplina, pues en dicha
lona el paro político en defensa de la democracia se acató
religiosamente. La acción comunista tiende a frustrar toda so
lución de derecho y a conseguir la exclusión o cápitis diminutio
del Partido Aprísta. Para ello se fian de la confusión de la hora
y de la ceguera tradicional de grupos civiles y militares domi
nantes, hipnotizados por una prevención antiaprista que es hi
ja de un sistemático “lavado de cerebro” por parte del diario
“El Comercio” de Lima.
Desde luego, los sublevados del 10 de julio se anotaron una
triste e indiscutible victoria en agravio de la democracia del
Perú y en perjuicio de la causa de la libertad en toda América:
la de sembrar el escepticismo en torno a los caminos pacíficos
del sufragio. Cada vez que un elector peruano, defraudado por
el golpe de los militares, se pregunte sobre la eficacia de su
voto, estará repitiendo, sin saberlo, y con otro sentido, la pre
gunta cínica de Castro cuando decidió torcer el rumbo de la
revolución cubana: “Elecciones ¿para qué?”. Y esta será la ma
yor de las responsabilidades históricas que habrán de recaer so
bre los dirigentes del golpe del 18 de julio de 1962 en el Perú.
La conducta política de los militares peruanos
Aníbal Ismodes Cairo
Al parecer estamos
LAS FUERZAS ECONOMICAS Y dejando de lado la
LAS MORALES importancia que tie
nen las fuerzas económicas en la crisis política peruana. Pero
ello es inexacto. En el Perú, como en toda América Hispánica,
hay fuerzas económicas en crisis y su tensión se advierte en el
planteo de las reformas agrarias. En el Perú la mayor parte
de la riqueza está concentrada en tan pocas manos que esto
sólo ya significa algo más que una sola disposición económica
del tema. Quiero decir que el haber llegado a esa espantosa
situación de concentración económica sólo es explicable por mo
tivos o razones que van mucho más allá del simplismo ccono-
micista.
El poder económico en el Perú se concentra en dos grandes
estereotipos: la oligarquía nacional y la penetración imperia
lista, principalmente norteamericana; pero curiosamente estas
concreciones de la voluntad económica han estado, en aparien
cia, en contra del golpe militar, lo que no quiere decir, por
otra parte, que el golpe militar haya sido realizado para com
batir a las fuerzas oligárquicas e iniciar una revolución social.
Tanto es así que la Junta Militar de Gobierno quiere restrin-
Slr el derecho de huelga y se apresura a identificarse con la
Posición yanqui en la crisis del Caribe; pero más curiosamente
todavía, mientras que durante el régimen depuesto ciertos pe
riódicos y partidos declamaban contra las concesiones hechas
a las empresas norteamericanas de pronto han enmudecido co
mo si todo hubiese cambiado en realidad.
Es un hecho real que el señor Manuel Prado estaba vincu
lado por razones familiares a la más activa expresión de la oli
garquía nacional, al Banco Popular, propiedad de la familia,
y que, por otra parte llevó al Ministerio de Hacienda al señor
Pedro Beltrán, neomanchcstcriano y ligado con la poderosa So
ciedad Nacional Agraria; pero en todas estas instituciones el
viejo odio al Apra había sido reemplazado con una tolerancia
de la que no era ajena la confianza de que el Apra ador
mecía las reclamaciones sindicales. Ninguna de estas dos clases
de expresión económica hubiera t etado al Apra o hubiera ce
dido dinero para impedir un gobierno aprista como ocurrió en
1948.
Pero además, el aprismo no hacia gala de violencias en la
lucha clasista. Durante seis años el Apra concentró sus esfuer
zos en obtener reducciones en las reclamaciones salariales a cos
ta de su mismo prestigio en las organizaciones proletarias que
la fuerza del partido creó. Podía haberse dado el caso de una
desconfianza en la conducta del aprismo y suponerla simple tác
tica que ablandara así todos los inconvenientes para llegar al
poder; pero no había márgenes reales para ello. Organizaciones
políticas similares, en otros países de América, no se habían
conducido con la temida violencia contra el poder oligárquico.
Tal era el caso de Acción Democrática de Venezuela o de la
alianza conservadora-liberal de Colombia. No, es absurdo pen
sar en un antiaprismo y progolpismo surgido del temor de la
oligarquía ante un partido de trayectoria distinta.
No queremos decir con lo escrito que el aprismo ya hubiese
obtenido el definitivo aval de la oligarquía. Es un hecho real
que sólo un sector de la burguesía colaboró estrechamente con
el partido de Haya de la Torre, en tanto que otros sectores
prefirieron las versiones apristas de los otros candidatos.
Lo que parece indiscutible es la participación decidida de
la Embajada norteamericana en favor de Haya de la Torre.
Esto no debe parecer tan espantoso, pues se trataba de dar el
apoyo del gran pal» a favor de quien más se identificara con
las democracia». Estados Unido» pareció muy lejos de aquella
criticada identificación con los regímenes de fuerza y repugnó
resueltamente el golpisrno militar. Quienes están pensando en
intervencionismos fatales caminan por senderos equivocados. A
pesar de la innegable influencia de la cancillería norteameri
cana, el nprismo volvió a encontrar cerradas las puerta» del
poder. Lo que quiere decir que a los Estados Unidos le era
más fácil vetar al Apra por antiimperialista que escudarla ante
las fuerza» castrenses con enraizado encono antihayista.
No puede hablarse de una coalición de las fuerzas económi
cas para impedir la llegada del aprismo; no puede darse una
interpretación económica inmediata de la conducta de lo» diver
sos participantes en el drama del lí) de julio del actual año.
El ejórcito habia vetado al aprismo desde el primer acto.
La enemiga de las huestes de Marte hacia las milicias civile*
tenía una data asombrosamente mantenida, pues, como ya »e ha
dicho también, las guerras civiles »on más honda» que las na
cionales y es más fácil reconciliarse con el enemigo foráneo
que abrazar al hermano a quien »c odia. Esta oposición ele
mental y primitiva arrancaba desde la competencia electoral del
año de 1930 y tenia su hoja negra en los trágicos acontecimien
tos de 1932 en la ciudad norteña de Trujillo donde murieron,
al igual que muchos civiles, algunos jefes militares. Desde en
tonces y para beneficio de los grupos conservadores, la orga
nización militar había alimentado una irremonlable hostilidad
contra el aprismo. Si por moral entendemos un orden de co»a»
en el cual domina la subjetividad, puede afirmarle que la opo
sición militar fue clásicamente moral.
REVISTA DE CULTURA
Iturbo N’’ 386
ASUNCION, Paraguay
UN FENOMENO ACTUAL
Opiniones de Mao
Dos tácticas
La guerra
La ayuda
El caso de Albania
Al suscitarse el problema de Albania, (cuyo partido
apoyado por el chino, se opuso al ruso), nueve partidos
comunistas e.nviaron mensajes de felicitación al partido
Bellas Artes
Crónicas
Redacción y Administración:
18 Avenue de l’Opera. Paris I (Francia)
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Los chinos en América Latina
Revista mensual
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MAISONS LAFFITE (S. et O.)
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Semestral: US $5.00 ___
EDITORES MEXICANOS ONIDOS, S. A.
Apartado 117 México, D. F.
\5
trol oficial conduce a la esteri
lidad de las artes de creación, y
que la expansión del poderío
comunista conduce, no a la li
bertad, o a la tierra para los
campesinos, o al bienestar para
Si hay un común denomina los trabajadores, sino al gobier
dor a los puntos de vista anti no dictatorial de nuevas “éli
comunistas, es priniordialniente tes”, y que por esto hay que
de carácter moral. Considera resistir esta expansión. En suma,
que una sociedad socialista sin este anticomunismo —como el
libertad es una burla de la pa antifascismo de antaño— no es
labra “socialismo”; que el “des primordialmcnte político, sino
arrollo económico rápido” sin que constituye el resultado de
el consenso democrático usa los un criterio ético aplicado a eva
seres humanos como medio más luar las pretensiones de cual
bien que como fin; que la “acu quier sociedad.
mulación primitiva” bajo el co
munismo es tan inhumana como DANIEL BELL (“The
lo fue bajo el capitalismo; que New Leader”, 29 de oc
la sujeción de la cultura al con tubre de 1962).
En la cuarta década del pa qué? Porque los checos y los es
sado siglo, Marx apoyó el mo lavos meridionales eran enton
vimiento nacional de los pola ces “naciones reaccionarias".
cos y los húngaros y se opuso al
movimiento nacional de los che STALIN (1924: "Obras”,
cos y eslavos meridionales. ¿Por Yol. 6.)
•. .Esto no significa, por su en conflicto con los intereses
puesto, que el proletariado deba del desarrollo del movimiento
apoyar todo movimiento nacio proletario. En tales casos, el
nal, dondequiera y siempre, en apoyo está, naturalmente, fue
cada caso individual y concre ra de cuestión; es una parte del
to. Significa que el apoyo debe problema general de la revo
ser concedido a dichos movi lución proletaria subordinada al
mientos nacionales tendiendo a todo y debe ser considerada
debilitar y derrocar el imperia desde el punto de vista del
lismo y no a fortalecerlo y con todo.
servarlo. Se dan casos en que
los movimientos nacionales de STALIN (1924: “Proble
ciertos pueblos oprimidos entran mas del leninismo.")
I’ublicazioni di fonti
M. Salvadori. Scriti di economia di Camilo
Cavour 837
E. Collotti. I rapporti italo-tedcschi dopo 1’8
setiembre in due reccnti raccolte di fonti
tedeschc 856
Rcccnsioni
E. Collotti Pischel. Ilistorians of India, Pa
kistan and Ceylon ed. by C. H.Philips 875
F. Moliese. Storia militare del Risorgimcnto
di P. Pieri 880
O. Vivanti. Storia dcgli ebrei italiani sotto il
fascismo di R. De Felice 889
NOTAS
Historical Abstracts
A llL lO O A A P H Y Of T H I V O K ID 'I M M O D 1 C A I U T I I A f U t l
B IA t lO O A A P M It O t l PUS ti C A T IO N ! P V A I O P I Q U I I M O N O l A l l l
•IBIIOOAAPH1B OIA * * !T!C N AJPTB N t IT A A ATU A OSA *ALT
AttLlOCAAPIA M UNDIAL D I PU BLICACIO N!! PCAtOPICA!
S H A A M O r P A O M N MNP O fi ON f lC PMOf MNKCftOR J M T A P A T V P W
♦ p.B.'BllÍf'J q í*.
MONcatN SOuiM. s u u ..D im ts srsASsi u . obsmsnv
E r ic H. B o eiim , E d ita r
English summariet o f historical anides (22,563 to date) on tbe pcxiod
1775-1945 (rom nearly 2,000 períodicals
Bibliographies! News
TELÓN
DAUMIKN
UN TESTIMONIO
R. Inslpniras
Autobiografía de un sindicalista
colombiano
S iguiendo con el propósito de llegar al fondo de la vida
de los latinoamericanos — ese fondo que no suele aparecer
en artículos ni estudios y que muchos de nuestros compa
triotas guardan en una especie de secreto hecho de com
plejos y pudor— publicamos la autobiografía de un diri
gente sindical de Colombia. La relató ante un aparato de
grabación y se trascribe aquí sin ningún cambio. Los sub
títulos son de la redacción.
Es posible que algunos de nuestros lectores quieran es
cribir o dictar sus recuerdos, su testimonio. Pueden hacerlo.
Sus textos serán leídos con todo interés y cuando se publi
quen recibirán diez ejemplares de la revista y un cheque
de 25 dólares.
En iguales condiciones acogeremos la transcripción de
grabaciones hechas por aficionados a esta mecánica que
hayan tomado las “confesiones” de cualquier persona. To
do el mundo tiene algo que contar. Cuanta mayor diversi
dad logremos dar, entre todos, a esta sección, más fiel
mente reflejará la realidad de nuestra América,
SOY ROBERTO INSIPNARES LOPEZ, hijo de Rafael
Insipnares Calvo y Carmen M aria López de Insipnares.
Del matrimonio de mis padres, nacimos seis hermanos, el
mayor o los mayores de nombre Zoila y Arturo, gemelos,
la segunda, Emma, la tercera, Carmen, el cuarto, Rober
to, que les habla, y la última, Alba Insipnares.
Nací el 22 de octubre de 1924. A la edad de 3 años,
mi madre murió y quedamos al cuidado de nuestra abue
la materna. A ia edad de mis 17 años murió mi padre
cuando ya llevaba 5 años al servicio de la industria de
la construcción, donde tuve que ingresar a trabajar por
la enfermedad de mi padre y para poder educar a sus
hijos, conforme eran sus anhelos y deseos.
En esta industria, comencé a trabajar al servicio de
don Luis Gutiérrez de la Hoz, en la ciudad de Barran-
quilla. Trabajé como peón de albañilería, durante tres
años. Posteriormente, dejé de trabajar con este señor Gu
tiérrez y comencé con el señor Carlos Bolaños, quien me
enseñó a ser un verdadero artesano de la construcción
y me capacitó para dirigir obras de esta industria, como
maestro de primera categoría, labor que desarrollé hasta
1947.
El primer sindicato
Dirigente
Hice algunos trabajos en el campo, organizando ligas
campesinas y sindicatos, y en virtud de la necesidad de
que atendiera los problemas de los trabajadores, se solici
tó un permiso a los patronos con quienes trabajaba, y
me dediqué tínica y exclusivamente, desde esa fecha, a
servir los intereses del movimiento sindical. En nuestra
central, he ocupado los cargos, como decía al principio,
de Secretario de Asuntos Juveniles, de Asuntos Campe
sinos y el de Secretario General, que desempeño actual
mente. En el Congreso Nacional del Trabajo de la CTC
en 1958, fui elegido Miembro del Comité Federal Nacio
nal, en representación de la Federación del Atlántico,
cumpliendo condiciones de orden sindical. He participa
do en diez congresos sindicales, he sido representante de
los trabajadores en las convenciones nacionales del Par
tido Liberal de Colombia, del cual soy afiliado y en las
convenciones departamentales del mismo Partido.
Candidato
Periódico
EL SUBEMPLEO
Kcith Botsford
REVISTA TRIMESTRAL
CON T EN T S
A Spécial Issue Dcvoted ta Latin America and prepared hy
Jrving Hawe, Stanley l'lastrik
and lle.rnard Rosenberg
ARTICLES
The Mexiean Révolution Today — by Octavio Paz. A Cuban
Dialogue —by Daniel M. Friedenberg. Democracy and Dictatoraliip
— by I. A. Ltmgnas. Révolution, Reform, Conservatism: Thrce Types
of Agrarian Structure — by Oscar Delgado. The Argentine Tragedy
— by Hernard Rosenberg. Hm al Reform in Brazil - by Frank Bo
nillo. ltio’s ‘Tavelas": The Rural Slum Witliin a City-- by Frank
Bonilla. Labor in Latin America —by Victor Alba. Bolivia's Falte-
ring Révolution — by Samuel Shapira. Confusion in British Cuinna
— by Robert J. Alexander. A Dialogue of tice Denf: ’lhe United
States and Lntin America--by Laura llandall.
LETTERS
509 Eifth Av. Nueva York 17.
El progreso Sueños
* La ciudad de Cólmar, en Al- * Hay compositores soviéticos
sacia, está perdiendo su atracti que se dedican a componer can
vo turfstico, porque las cigüe ciones de éxito de espíritu capi
ñas que la hacían famosa han talista. Esto constituye un grave
desertado de sus campanarios. error. Nuestras canciones han de
Esta deserción se debe a que las ser auténticas canciones socialis
ranas —que las cigüeñas co tas. Basta ya de “Sueños de Ha
m en-- han huido de la ciudad. wai”, camaradas. Cantemos, me
Y esta huida se debe a que en jor, los sueños de Sibcria. (No
la ciudad ya no hay mosquitos, ta del Ministro de la Cultura
alimento de las ranas. Los mos de la Unión Soviética.)
Humanitarismo
Mandamiento
* El pastor protestante H. I,.
Wipprecht fue destituido por la
comisión de la escuela de Cobalt,
Ario puro
Ontario, Canadá, por haber ex
* Una revista alemana occiden plicado a sus alumnos de la es
tal ha publicado los documentos cuela lo que significaba la ex
de un caso judicial que fue presión “relaciones sexuales”,
mantenido secreto por orden de cuando les enseñaba el sentido
(«ncbhcls, el ministro de propa del séptimo mandamientos acer
ganda de Hitler, Se trata de los ca del adulterio.
In m e m o r i a m
• * «
arma polítira, que debía aumen y que esta lucidez tenía lími
tarse la producción de los bie tes bastantes estrechos.
nes de. reasumo. Ks decir, Buja-
rin tuvo razón . . . demasiado * * *
pronto.
Tomsky, otro de los rehabili Una rehabilitación, y ésta es
tados, viejo sindicalista bolche pontánea, por los hechos mis
vique, se suicidó (no dio a Sta- mos, es la del viejo periódico
lin tiempo de asesinarlo) por socialista argentino “La Van
que no quería colocar los sin guardia”. Fundado hace más de
dicatos por completo a las ór medio siglo, su edificio (que
denes del Estado. contenía la biblioteca del Dr.
Radr.k se consolaba, en espe Justo, su primer director, una
ra de su eliminación, con sar de las mejores de América La
casmos que, claro est,ó, llega tina en cuestiones sociales) fue
ban a oídos de. Stalin. Por ejem quemada por las bandas de pe
plo; “Después de construir el ronistas. Caído Perón, el parti
socialismo en un solo país, el do socialista se dividió y “La
camarada Stalin construirá el Vanguardia” quedó en poder de
socialismo en una sola calle". la facción pro comunista. Este
Ese mismo Radek, en 1921, al grupo se ha dividido, ahora, en
votar contra la llamada opo cuatro (cada uno deseoso de
sición obrera en el seno del par acusar a los otros de ser proco
tido bolchevique (que comba munista). Y “La Vanguardia”,
tía la hurocratización y la falta finalmente, ha vuelto a sus le
de democracia obrera en el lis gítimos dueños, los obreros so
tado comunista), justificó así su cialistas. Ks sólo el titulo, por
actitud: "Al votar por esta re que los bienes fueron quemados
solución, me doy cuenta de que por los peronistas. Y “La Van
podrá volverse contra nosotros. guardia”, dirigida por Américo
Pero, así y todo la apruebo”. Chioldi, es ahora órgano del
Lo cual demuestra (pie los Partido Socialista Democrático,
viejos bolcheviques eran lúcidos que en las últimas elecciones (a
Pesar de la euforia peronista) mente, en la situación del Bra
logró ocupar en muchas pro sil) importen más, a los 67 mi
vincias el tercer lugar. llones, que el acabar con su mi
seria.
» * *
* • •
Qué hábiles son los políticos
de derechas y qué cobardes al He aquí una rita del libro de
gunos de. los que se llaman de Dionisio Ridruejo “Escrito en
izquierdas. En el Brasil están España’’. Ridruejo habla de lo
Ehrando batallas verbales apa que los falangistas creían res
sionadas en torno a si el ré pecto a la Alemania nazi, du
gimen debe ser presidencial o rante la segunda guerra mun
Parlamentario. V entre tanto, dial. Substituyan a España por
un telegrama anuncia que de los América Latina, anglofrancés
setenta millones de habitantes por norteamericano. Eje por
*iue tiene el país, sólo doscien URSS, revoluciones nacionales
tos mil pueden considerarse por nacionalismo al modo de
como ricos. I.a clase media Castro, y la frase retrata lo que
comprende tres millones de per para muchos ocurre hoy en
sonas. Los otros 6 6 . 8 millones nuestra América. Vean si no:
tienen un nivel de vida que os “Dominaba en este grupo la
cila entre la pobreza y la indi creencia de que todas las des
gencia. ¿ Parlamentarismo o pre gracias y disminuciones de Es
sidencialismo? Qué puede im paña —incluyendo pobreza e
pórtales eso a los 67 millones . . . injusticia social— procedían
Y sin embargo, los políticos de muy principalmente de su su
derechas y los de izquierdas co misión a la hegemonía anglo-
laboran en hacer que esas ba franccsa, protectora y en cier
nalidades (banalidades, cierta to modo promotora de nuestro
©
raquítico capitalismo y al mis didas de lucha contra los “car
mo tiempo culpable de nuestra tels'’ y monopolios . . .
irremisible interiorización. Del Cuándo será que nosotros
triunfo riel Kje so. esperaba la nos decidiremos, en nuestra
constitución (le una Europa uni America, a dar pasos .semejan
taria, independiente y poderosa, tes:’
en la cual España —no se sa
be cómo— podría ocupar un * * *
papel de importancia, l'or lo
que se refiere a efectos inferio Noticia deprimente: el go
res, el triunfo del lije permiti bierno de Haití se negó a (pie
ría y hasta exigiria aventar el la Comisión Inter.mierieana (le
complejo plutocrático y cleri los Derechos del Hombre de la
cal (pie pesaba sobre el Estado OKA, inspeccionara el pequeño
y destruir las formas decimonó fíats, donde esos derechos son
nicas del militarismo. Creyente sólo una frase. Alegó, para ne
aún en la originalidad y auten garse, que eso sería violar el
ticidad de las “revoluciones na principio de la no interven
cionales’’, en cuya línea ideoló ción . . . Se olvidó de alegar la
gica estaba el falangismo, su po consabida au lotie terminación.
sición al lado del Eje era de
pura consecuencia.” * # *
« » *
Una cita. Es de tin escritor
político francés que ha ocupado
I.as lecciones son siempre altos cargos en la administra
buenas, vengan de donde vi ción de su fiais y (fue ahora ha
nieren, y no hay frais ni con escrito un libro con el resulta
tinente que no las necesite. do de su experiencia de admi
Ahora nos licita una de Europa: nistrador: Gabriel Delounay.
I,a (omisión Hallstein, que en Dice: “En el leprosario bien
cierto modo es el rcrebro de la protegido de la dictadura, no
unificación de Europa Occiden me contagiaré1 el cólera, pero
tal, ha propuesto a los Seis del conservaré mi lepra. En la ca
Mercado Común un programa llana abierta de la democracia,
de acción de cinco años: puesta no estaré preservado de nada,
en marcha de la planificación pero conservaré la esperanza de
común, creación de una unión curarme de todo.”
monetaria, rrcaeión de uu con Y esta, aplicable no sólo a
sejo de los gobernadores de los Francia: “En este país, se es
bancos de emisión europeos, me tima el gobierno que ya no se
tiene, se exalta el que se ten gentes que no quieren hacer el
ded y se detesta el que lo di servicio de armai porque esto se
rige.” opone a sus convicciones paci
esta otra frase que no es fistas ■•—. Kn muchos países oc
ajena a naclic: "Los que espe cidentales hay leyes que permi
ran el [joder son sociables; los ten a los objetores cumplir el
tjue lo poseen, se vuelven preo servicio militar en actividades
cupados y a veces arrogantes, sin armas y no por cito menos
•°s que. lo han perdido, se con peligrosas. Pero en Francia (co
tentan ron mostrarse irónicos o mo en la URSS, la China y los
amargados. Y es que nada re satílites) no existe semejante
c ita tan ligero como la espe ley. Lecoin hizo su huelga para
ranza, nada pesa tanto como el reclamarla y [jara obtener la
poderío, y nada acapara tanto libertad de quienes estaban en
el espíritu como el recuerdo de carcelados por esta falla de la
11na grandeza que se pudo no legislación.
dejar escapar.” Llegó a las puertas de la
Termina con esta máxima, muerte. Y de Gaulle —un mili
<lue buena falta nos hace: "Na tar - ha prometido atender las
da de cuanto viene del hombre dos reclamaciones, con lo que
puede comprenderse sin amor. Lecoin ha podido salvar la vida.
Trímero, hay que amar. Des Ls un buen ejemplo. ¡Hay
pués, se puede intentar descu tantos que firman manifiestos,
brir. Tero sin olvidar ni un mo que envían protestas, que ha
mento que. bajo toda piel hu blan, que se reúnen, y que, así,
mana que se desgarra, hay un conservan la conciencia limpia!
vaso que sangra y un nervio que Y están orgullosos. Y hasta se
sufre”. creen con derecho al reconoci
miento general. Lecoin, en cam
* • • bio, no alza la voz. No firma. Se
limita a dejar de. comer. Duran
Ta vida humana todavía va te veintidós dias.
le algo. Y no se siente con la con
Una prueba es Louis Lecoin, ciencia tranquila. Porque, íl
un anciano fruncís de cerca de mismo lo dice, “lo que se lla
noventa años, libertario y paci ma tener la conciencia limpia
fista, que hace unas semanas co es tener la conciencia sucia y
menzó una huelga de hambre buscarse excusas o pretextos,
Para protestar de que estuvieran con los que se encuentra más
cn la cárcel unas docenas de cómoda que si saliera de la me
objetores de conciencia —eje diocridad en la que se siente
muy bien, porque no es exi más “scooters”, motos y otros
gente” . cachivaches de dos ruedas.
Queda mucho camino por re
# # * correr, pues, hasta «pie nuestra
clase trabajadora pueda consi
Se habla mucho del abur derar que su nivel de comodi
guesamiento de la clase obre dad es comparable al de los paí
ra, incluso en ciertos países la ses industrializados. Pero es un
tinoamericanos. No hay duda camino que se puede recorrer.
que existe, pero las estadísticas Los sindicatos han de fijarse ob
demuestran que es más en el es jetivos concretos de este tipo.
píritu que en la realidad obje Y los hombres de negocios de
tiva. berían comprender que cuanto
En efecto, en Europa se ha más pagaran a sus obreros, tan
efectuado una encuesta acerca to más comprarían. Digo esto
de la» comodidades de que go- porque parece epte esos son los
zan las familias obreras. He argumentos que convencen . . .
aquí los resultados:
El 68 por ciento de las fa * # #
BENTANCOURT
Rómulo Bctancourt es el crea
dor ideológico de Acción De
mocrática, y a su cargo ha es
tado la planificación táctica del
movimiento nacional democráti
co en los últimos años. Lucha
dor contra la tiranía de Juan
Vicente Gómez, actuó en el ám
bito estudiantil en las jornadas
de 1928, yendo despuis a en
rolarse a la aventura juvenil
contra los cuarteles de Gómez.
En el exilio, templó el ánimo
y capacitó su mente para la
lucha. De regreso a Venezuela, a la muerte de Gómez, ocupa
puesto clave en las filas del movimiento democrático, comba
tiendo ardorosamente al frente de las fuerzas populares. A los
dos años de su residencia en el país, el régimen de López Con
treras lo incluye en un decreto de expulsión bajo la acusación
de comunista. Burla la persecución policial y se refugia durante
tres años en la clandestinidad, tomando a su cargo la labor de
construir un partido en la ilegalidad. Evadiendo la persecución
policial y bajo el acoso de todas las incomodidades, formalizó la
teoría y el rumbo del Partido Democrático Nacional. Betancourt
predicaba a la par que construía el partido. Creó el fondo ideo
lógico de la lucha. Fueron tres años de encendida pelea, en todos
lo» frente»; en lo personal, »uperando lo» escollo» inherente» en
una lucha de prófugo de la policía política, hurlando el acoso
cotidiano; on lo político, enfrentado a la reacción de la derecha
y de la izquierda comunista, respondiendo a uno y otro ataque»
con tesis definidoras.
Atrapado por la policía, fue al exilio por segunda vez. Allá
prosiguió su intensa labor, en Chile, y fue factor fundamental
para la reunión del Congreso de Partidos Democráticos. Retorna
legalmente a Venezuela en 1911, y ocupa otra vez la jefatura del
PDN todavía en la clandestinidad. Iniciado el proceso electoral
para designar sucesor del entonces Presidente I.ópez Contreras,
ISctuncourt actúa como factor de aglutinación democrática en
torno a la candidatura de Rómnlo Gallegos. No obstante que
el pueblo no elegía al Presidente de la República y su nombra
miento correspondía hacerlo a un Congieso de funcionarios, se
libró una batalla de opinión en torno a la designación del Jefe
del Estado. Ese movimiento, después de. nombrado Presidente el
general JsaíaR Medina Angarita, Ministro de Guerra del régimen
de Iaípez Contreras, adquiere consistencia organizada en un par
tido político, Acción Democrática, personero legal del PDN de
la clandestinidad. Rómnlo Gallegos os el Presidente del partido
y Rómnlo Bctancourt su Secretario General.
Betancourt, como jefe del partido, recorre toda Venezuela
en una campaña de agitación y orientación. Organiza nacional
mente su partido y desde su columna de periodista predica sobre
la solución de los problemas de fondo; aglutina la inquietud y
el descontento nacionales; forja un equipo de dirección con sus
compañeros de aetión diaria; abre paso a las nuevas promocio
nes de dirigentes por él formadas. El Ifl de octubre de 1945,
triunfante el movimiento popular y militar, Rómulo Betancourt
es Presidente de la Junta de Gobierno. Durante el régimen de
gobierno democrático, Rómulo Betancourt empieza a desarrollar
en el poder el programa expuesto desde la tribuna de Arción
Democrática.
Fue urca marcha zigzagueante, cumplida en medio de. las pau
sas de paz doméstica permitidas por las sucesivas intentonas de
contragolpe reaccionario. Rómulo Betancourt y sus compañeros
de gobierno cumplieron la tarea de mantener incólume el régi
men y llevar el país a la consulta electoral que culminó con la
elección para la Presidencia de la República de Rómulo Galle
gos, en 1948. Durante la gestión de la Junta Revolucionaria,
pese a haber sido cumplida en un período turbulento de lucha
política, fueron sentadas las bases de una reforma substancial
de las estructuras económicas y sociales, se puso cese radical al
manejo deshonesto de los dineros públicos, el pueblo fue incor
porado al pleno ejercicio de sus derechos y libertades, fue ini
ciada la gran batalla contra la ignorancia nacional.
Derrocado el gobierno del Presidente Gallegos, Rómulo Be-
taneourt vuelve al exilio. La labor de Rómitlo Bctancourt en
su tercer exilio fue densa. La derecha falangista y la “izquierda”
comunista lo combatieron sin cuartel, en lucha de rencor im
placable porque le sabían su más capaz adversario. Los dicta
dores de Venezuela quisieron eliminarlo, física y ínoralmente,
armando la mano criminal de un atentado frustrado en La
Habana.
Cae Pérez Jiménez en 1958, Bctancourt es elegido democrá
ticamente Presidente a finales de ese año, promulga una reforma
agraria, hace frente a las tentativas de insurrección conjunta de
comunistas, castristas y reaccionarios. Trujillo organiza un aten
tado contra él, en el que resulta con graves quemaduras, y Ve
nezuela logra que todos los países americanos rompan las rela
ciones con el dictador dominicano y finalmente que su régimen
se descomponga y desaparezca.
Bctancourt sigue siendo objeto do. los ataques de la extrema
derecha y de los comunistas. Castro lo odia porque está demos
trando que puede hacerse una revolución por medios democrá
ticos y que, por lo tanto, el camino de La Habana no es el
único para transformar a América Latina.
BEN CüURION
David Ben Gurion náció en el pue
blen to polaco de Plonsk, en 1866. La
infancia de David quedó marcada por
dos circunstancias que más tarde ha
blan de influir de un modo decisivo
en su personalidad: su pobreza y su
raza.
F.sa pasión por la política despertó
en él cuando todavía era un mucha
cho, y su primera concreción práctica
fue la ayuda prestada por el joven
David a la fundación del Partido Sionista de Varsòvia. A los
19 años, cuando la Revolución rusa de 1905 y las consiguientes
represiones judías, Ben Curion militó en organizaciones de so
corro y conspiró contra el rógimen zarista hasta que fue dete
nido por la poliria. Pero pudo escapar y huyó a Palestina en
1906.
Los dirigentes sionistas de Jaffa apreciaron en seguida las dotes
de organizador de aquel muchacho, y trataron de retenerlo en la
ciudad. Pero como para Ben Curion la “vuelta a Sión” significaba
la "vuelta a la tierra”, al cabo de poco tiempo se trasladó a
Sehera, en Galilea, donde acababa de fundarse una comunidad
judia socialista.
Allí comprendió las posibilidades que las nuevas comunidades
representaban para la transformación agrícola del que más tarde
había de ser oficial y jurídicamente su pals.
Y regresó a Jaffa con mil ideas nuevas cosquilleándole la
voluntad. En Jaffa convirtió el enclenque andamiaje sionista en
un sólido edificio político. Antes de haber cumplido veinticinco
años era elegido pvesidente del Partido Sionista de Palestina. Su
nombre apareció primero al pie de algunos artículos periodísticos,
pasó luego a la cabecera de los editoriales y brincó mis tarde
a la portada fie numerosos libros de carácter político. Y cuando
su nombre comenzaba a ser conocido, Ben Curion reconoció las
fallas de su formación autodidacta y, empujando por un ejem
plar sentido de la responsabilidad, se dirigió a Estambul en cuya
Universidad se matriculó como estudiante de Derecho. Poco tiem
po después, sin embargo, la guerra europea puso un brusco final
a sus estudios y regresó a Palestina. Al cabo de poco tiempo
fue detenido y deportado a Alejandría. Se dirigió entonce» a los
Estados Unidos, donde comenzó a trabajar en las filas del Par
tido Socialista Sionista de Norteamérica. En 1918 ingresó en la
“Legión Judia”, cuyas tropas lucharon junto a los aliados, y
combatió contra los turcos en Palestina.
Una vez terminada la contienda, volvió a la politiea y orga
nizó el primer movimiento obrero de su futuro país. Y hasta
1934 conservó el cargo de secretario general de la Unión de Sin
dicatos de Palestina.
El XIX Congreso Sionista, en el que fue elegido presidente
del Consejo Ejecutivo de la Agencia Judia de Jerusalén, coinci
dió con los comienzos de su última etapa política. A partir de
aquel momento Ben Gurion se convirtió en una especie de jefa
de Estado sin Estado, pues tras la guerra Palestina pasó a ser
Protectorado británico.
El primer gran paso, sin embargo, no fue debido a Ben Gu-
n °n, sino a un profesor de la Universidad de Manchester, lla
mado Chaim Weizmann, amigo de Balfour, ministro de Asuntos
Exteriores británico en 1917. Balfour escribió a lord Rothschild
Una carta en la que decía que el Gobierno de Su Majestad veía
fon simpatía el definitivo establecimiento de los judíos en Pales
tr a . Este escrito, en cierto modo, puede ser considerado como
'a Carta Magna de los judíos. La carta es conocida con el nom
bre de "Declaración Balfour”.
El 29 de septiembre de 1923 Palestina fue oficialmente de
parada Mandato británico y consideraba oficiosamente como lu
gar de asentamiento judío. Entre 1920 y 1921 llegaron a Pales
t r a 16,500 judíos, que compraron extensas zonas de terreno y
establecieron en ellas a entusiastas agricultores, organizados en
comunidades socialistas. El 17 de mayo de 1939 Gran Bretaña
Publicó un famoso “Documento Blanco” en el que se prometía
la independencia a Palestina al cabo de diez años. En 1944 había
en Palestina 750,000 judíos. Cinco años más tarde habían ro
turado centenares de kilómetros cuadrados, habían echado los
cimientos de industrias propias y organismos políticos. Y también
habían dado vida a un verdadero ejercito subterráneo.
El 29 de noviembre de 1947, la Asamblea de las Naciones
Unidas votó por la partición de Palestina entre árabes y judíos,
e inmediatamente el Gobierno fantasma presidido por Ben Gu-
fion se convirtió en un Gobierno público, en el que, además de
1* Presidencia, el gran jefe político asumió el ministerio de la
guerra. El 14 de mayo de 1948, tras medio siglo de incesante
batallar, Ben Gurion fue el primer jefe de gobierno de Israel.
Condujo al país con mano firme, e Israel salió fortalecida de
a9uel tremendo bautismo de fuego. Desde entonces, salvo breves
Períodos, ha presidido el gobierno israelí.
S U R V E Y
A JOURNAL OF SOVIET AND
EAST EUROPEAN STUDIES
presents N" 46 (January-Marc.h 1963):
NEW WAVE IN RUSSIA?
Iliis first issue for 1963 is elevo lcd to a discussion of
recent (rends in Soviet poetry, the théâtre, music, painting,
and the cinema, with particular référencé to the work of
the younger génération. It ineludes a number of hitherto
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D. J. Richards contributes an essay on ‘Ghess and Poli-
tics in the USSR’, and Max llayward and Harry Willetla
survey the literary situation.
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SURVEY
published sonie particularly interesting and well-receivcd
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SOVIET UNION (April)
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PENSAMIENTO Y ACCION
(». D. H. Colé
Historia del pensamiento socialista
Fondo de Cultura Económica
México, 1958-1962. 6 vols.
Bernard Lavergne
Notas de lectura
Justino Fernández mismo. Citemos algo que se
El hombre. Estética del arte mo podría decir hoy de no pocas
derno y contemporáneo gentes: “Muchas virtudes tenía/
htst. de Invest. Estéticas. Mé aunque continuo mezclaba /
jico, I9(¡2. 259 pp. abstinencia de conceptos / con
lujuria de palabras."
Comenta el eritiro mexicano
Ul> cuadro de José (demente Frederick B. Pike (recopilador)
Orozco: “Ahí está solo (el hom- Freedom and Reform in Iattin
l>r,‘), desamparado por los dio- America
,e*i sin más gracia que su exis- University of Notre Dame
hr, ni más apoyo que sí mis- Press. 1959. 508 pp.
*uo, aspirando a ascender y
‘'Penas si teniéndose en vilo. . . lina serie de estudios sobra
Atí es la vida humana, el exis- la reconquista de la libertad y
tlr de un modo u otro, que las reformas en la sociedad la
lleva en sí mismo la aulocon- tinoamericana. Estudios de eru
ciencia y la inevitable aniqui ditos católicos de los Estados
lación.” Unidos y uno del Brasil. Espe
cialmente interesantes son los
francisco E. Tresguerras referentes a las reformas en la
° c'os literarios vida rural, y los que examinan
ïtist. de Invest. Estéticas. Mé la situación en Brasil, Bolivia
jico, 1902. 220 pp. y Uruguay. “Si la libertad es
algo por lo que se vive, se lu
Tresguerras era un arquitee- cha, se muere si es necesario,
t0 mexicano del siglo XIX. es evidente que el concepto (de
Eoeta también. Ahora se reedi- libertad) ha sido de importan
,an sus obras, ilustradas por él cia fundamental para un vasto
número de latinoamericano»”. quemático al uso en la URSS
Y esta otra afirmación: “La no pudo ocultar el hecho de
revolución es una parte tan per que en política las rivalidades
manente c integral de la polí personales también cuentan. Lo
tica latinoamericana, que a mu fantástico es que lo» miembros
chos les parece que es la única del “grupo antipartido” fueron
institución política importante los que dirigieron, de hecho, la
desarrollada en América Latina política soviética en una épo
en los 150 años de su indepen ca en que lo» partidarios ac
dencia.” tuales de Kruschcv acusaban
de agentes del imperialismo a
Roger Pethybridge quienes la criticaban. . .
A Key to Soviet Polítics
F. A. Praeger. Nueva York, Who ¡s VVho in the URSS
1962. 207 pp. Scarccrow Press. Nueva Y'ork,
1962. 964 pp.
El autor estudió en la URSS,
en un intercambio de estudian Es un verdadero diccionario
tes que hubo, hace unos años, de los dirigentes soviéticos-po-
entre las universidades de Ox líticos, económicos, militares,
ford y de Moscú. Durante su científicos, etc., preparado por
estancia en la capital rusa asis el Instituto para el Estudio de
tió a muchos de los episodios la URSS, de Munich. De Rusia
públicos de la lucha entre conocemos unas docenas de
Krushchcv y el llamado “gru nombres, [tero ignoramos los de
po antipartido”, de Molotov, muchos personajes que allí ejer
Malenkov, etc. Sobre esta lu cen su influencia y que tienen
cha ha habido mucha fantasía importancia. Este “Quién es
y algunos hasta han pretendido quién" resulta, pues, útil. Hay
ver en ella un signo de “libe- 4,000 biografías, algunas sor
ralización” del régimen sovié prendentes, porque vemos las
tico. Este libro, a base de do de gentes salidas de los campos
cumentos oficiales soviéticos, de concentración de Stalin, que
sin fantasías, explica los alcan creíamos ya muertas. Además,
ces verdaderos de la crisis po sus índices nos dan ¡dea de la
lítica soviética que ha afectado complejidad del aparato gober
a toda la vida del país. Una nante soviético y de cómo el
cosa interesante es el análisis Partido domina todo» los orga
de las personalidades que in nismos del Estado.
tervinieron en la crisis. En fin
de cuentas, el “marxismo” es
Abd Boyer cer, ese orgullo, en un mundo
Le Tour de France d'un com de trabajo mecanizado, auto
pagnon du devoir matizado? ¿Qué dar al traba
Imprenta del Compagnonage. jador que valga, humanamente,
Paris, 1957. 249 pp. tanto como ese placer y ese
orgullo? La sociedad industrial
Los compañeros del deber - ni en el mundo occidental
easi han desaparecido. En Fran ni en el soviético -, no ha en
ela se conservan algunos, agru contrado la respuesta. De ahí
pados, que mantienen las viejas delincuencia juvenil, desajustes
tradiciones. Son éstas de origen psicológicos y sociales de los
medieval o acaso anterior, y de obreros, indiferencia ante la
carácter artesanal. Cada oficio política.
tenia compañeros. Estos, de jó
venes, iban a dar la vuelta a Mauro Capellettí
»u país, a veces a Europa. En La jurisdicción constitucional
contraban ayuda en los otros de la libertad
compañeros, aprendían las ma Imprenta Universitaria. Méxi
ñas y secretos del oficio y re- co, 1961. 247 pp.
Rresaban a su ciudad converti
dos en artesanos hábiles y hom Lo» derechos no s ir v e n de
bres maduros. Los compañeros nada si no se garantiza su efec
tuvieron una participación im tividad. La libertad sólo puede
portante en los orígenes del gozarse en f o r m a de libertades
movimiento obrero. concretas: de pensamiento, de
Boycr era herrero, lo llama asociación, etc. Todas las cons
ban (todos los compañeros te tituciones, hasta las de los dic
nían un apodo) “Périgord Co tadores, la de Stalin, la de
razón Leal” . Vive todavía, a Franco, la de Stroessner o So
los 80 años. Hizo su vuelta a moza, reconocen las libertades.
Francia en 1900. Lo que cuen El problema es cómo garanti
ta nos da cierta nostalgia del zarlas. Este libro estudia el me
placer en el trabajo que encon canismo de tales garantías a
traba el artesano, del orgullo los derechos fundamentales en
de la labor bien hecha. Esto las constituciones de Italia,
va desapareciendo con los pro Suiza, Alemania Occidental y
gresos técnicos. Y esta desapa Austria. La conclusión es que
rición plantea un problema gra sólo en una independencia real
ve (grave, porque es humano) —no sobre el papel nada mit-—
a los sindicatos y a los soció- del poder judicial se puede evi
logos: ¿cómo substituir ese pla tar que el poder sea arbitrario,
abuiivo. México trató de resol una casta gobernante. Excelen
ver el problema con el sistema te traducción de Miguel Lubán.
del amparo, del mismo modo
que los países anglosajones tie
nen el “babeas corpus”. Pero Arthur J. Vidich y J. Betunan
I qué pocas son todavía las na Small Town in Mass Society
ciones con garantías para los Doubleday Anchor. N u e v a
derechos fundamentales! York, 1960. 337 pp.
Revistas
Esprit. Argelia. Una frase de Philippe
E *ris, o c tu b re d e 1962. Ivernel merece, sobre todo, re
cordarse: “Toda teoría de la
E stu d ia las consecuencias de violencia como entrada del
1a te rm in a c ió n d e la g u e rra de hombre en la historia encuen
tra dos obstáculos. Uno se re y acuerdos de congresos y con
fiere a los efectos psicológicos cilios, a reanudar el diálogo, la
de esta violencia. . . La violen discusión fraternal, y no renun
cia, ejercida o sufrida, entraña ciemos a la solidaridad frente
un trauma. Y este trauma, en a un estado de cosas que ame
vez de conducir a la historia, naza con el peligro inmenso de
sólo conduce a la repetición del la ruina definitiva para todos.”
gesto violento, que acaba sien
do fatal. El otro obstáculo es
que la violencia no se basta a Soviet Survcy.
sí misma. Ha de apoyarse en Londres, octubre de 1962.
la fuerza. Esto plantea una pa
radoja: ¿puede bastarse la vio Número dedicado a las rela
lencia sin la fuerza? Y si se ciones entre Alemania y la
dispone de fuerza, ¿ de qué sir URSS, que se iniciaron con el
ve la violencia?’’ En suma, tratado de Rappallo, que se ma
agregamos nosotros, que la vio nifestaron en las facilidades da
lencia, como medio político, os das jtor los rusos jtara la reor
sólo un substituto ineficaz, des ganización y entrenamiento del
moralizador del hombre y per ejército alemán, que culmina
vertidor de los problemas. Un ron en la alianza nazi-soviética
substituto de la fuerza. La vio de 1939 y que adoptan hoy la
lencia, en fin de cuentas, es el forma de relaciones de servi
arma de los débiles, de quie dumbre nacional de Alemania
nes no ofrecen soluciones, de Oriental respecto a la URSS.
quienes temen las soluciones. Un relato muy interesante,
firmado jior “Ex-Insider”, que
Comunidad Ibérica. trabajó en la oficina del Co-
México, nov.-dic. de 1962 rmntcrn en 1932. Revela que
en aquella época la dirección
Nueva revista, publicada por comunista alemana aceptaba la
un grujió de exilados españoles, “inevitabilidad” del triunfo de
abierta a todas las tendencias Hitler, aunque en público se
libertarias. Diego Abad de San- guían hablando de la resistencia
tillán examina las diferencias al nazismo. Un año antes, en
que han separado a socialistas 1931, los comunistas se halla
antiautoritarios y autoritarios, ron ante el dilema de seguir
en todo el mundo, y concluye: oponiéndose ---en un plebisci
“No renunciemos, unos y otros, to - a la república democráti
por estancamiento mental, por ca de Weimar o de apoyar a
fidelidad supuesta a decisiones Hitler. Hicieron lo segundo,
porque consideraron que la devastadas por medio* rudimen
substitución de la república no tarios de cultivo, mientras qu«
Provocaría riesgos de guerra en el Oeste y parte del Este
que pudieran perjudicar a la hay tierras cafetaleras y algo
URSS. Bella muestra de clari doneras, de latifundistas. En la
videncia. región pobre existe sobrepobla
En uno de los artículos se ción y en la otra, no. Esto da
señala el hecho, significativo, al país una estructura social sin
de que en la URSS no ha apa matices. Al mismo tiempo, pro
recido, hasta ahora, ni un solo voca una emigración de miseria
libro ... ni uno - referente al del campo a la ciudad y final
régimen o el partido nazis, los mente una excesiva centraliza
SS, los jefes hitlerianos, la Ges ción en la capital. ¿La solu
tapo o los campos de concen ción? Un desarrollo equilibra
tración nazis. Walter Z. La- do, que sólo es posible cuando
f)Ueur, que lo apunta, supone los intereses del país se sobre
rjue la causa de esta falta se de ponen a los de las oligarquías,
be al temor de comparaciones fomentadoras del caos econó
entre el régimen stalitiiano y el mico.
nazi. Pero hay más: la incapa
cidad de la teoría marxista-Ie-
ninista para explicar el fenóme Revista de la Universidad
no fascista. La Plata, Argentina, mayo-
agosto de 1961
Con ese retraso con que sa
Développement et Civilisations len nuestras revistas y con el
París, julio-septiembre de 1962 que impone (injustificada y ab
surdamente) el correo, llega un
Esta revista, órgano de un número de hace año y medio,
instituto francés de desarrollo, que trae un estudio de Amelia
se ocupa a menudo de América Sánchez Garrido, sobre el tea
Entina. En este, número, de El tro gauchesco, lleno de datos
Salvador, como ejemplo del reveladores de una mentalidad
desequilibrio entre ciudad y que. ya va desapareciendo, y
campo. Jean Tricart, de la Uni que se resume en aquel jura
versidad de Estrasburgo, señala mento: “Si no hay más Dios
9ue las diferencias de medio que el hombre, sobre el suelo
físico se encuentran reforzadas mi Dios yo mismo y mi jus
Por los contrastes sociales. La ticia soy”. ¡ Qué lejos queda es
Pequeña propiedad del Norte to del gregarismo cada vez ma
y el Este dispone de tierras yor de nuestra época!...
ETUDES
Revue du socialisme pluraliste
Publiée par
INSTITUT IM RE NA G Y DE SCIENCES POLITIQUES
GEORGE IIELTAI
directeur
SOMMAIRE
ANNIVERSAIRE DE LA REVOLUTION HONGROISE
Erreurs de Jugement sur lmre Nagy M iklos M o ln a r
TEMOIGNAGE
La Gare frontière de Zahony pendant la Révolution
Sandor Szücs
SOCIALISME
Rationalité et Irrationalité de la Civilisation Technicienne
Pierre Tougeyrollas
Thèse pour un Humanisme Socialiste L éo M oulin
Réflexions sur l'Humanisme Socialiste M ich el C o llin et
Les pays d’Asie et le Socialisme G y ô rg y G ornôri
G.DM. Cole et le Système du Contrôle par le» Ouvriers
E ric S. H e d e r
PANORAMA EST-EUROPÉEN
Structure sociale et tensions en Roumanie P e tru D u m itriu
DOCUMENT
Programme du Parti Communiste Libéral de la République
Démocratique Allemande
LIVRES
Le Révisionnisme a-t-il vécu?
Remontres avec Trotsky
Conditions de la Démocratie
L’IIoinrrie, partie de TUniversel
Une grande Aventure littéraire
CORRESPONDANCE
Quelques voix de Lecteurs
Revue trimestrielle publiée, par E“INST1TUT IMRE NAGY DE
SCIENCES POLITIQUES”, 467, av. Brugmann, Bruxelles,
Ahonncment annuel: 4 $. Les abonnements et correspondances
doivent êtres adressés à l’adresse ci-dessus.
historia del pensamiento socialista
Por G. D. H. COLE
T«>mo I. LOS PRECURSORES (1789-1850) 2* edición. 344 pp.
ç® Revolución Francesa y Cracchus Babieuf, Godwin, Paine, Hall, Saint
j*in>on, Fourier, Cahct, Sismondi, Owen, J. F. Bray, Blanqui, L. Blanc,
"Uchez, Pecqueur, Flora Tristón, etc. El M a n ifie sto com unista.
T°mo II. MARXISMO Y ANARQUISMO (1850-1890) 440 pp.
Rl socialismo alemán, 1850: Rodbertus y Mario. Los comienzos del socia-
bsmo en Rusia: Relinsky, Herzen y Cbernyshrvky — Bélgica — La Pri
o r a Internacional — “Socialistas cristianos” y “Socialistas de Estado” —
*“ K u ltu r h a m o f — Marx y Engels.
Tomo III. LA SEGUNDA INTERNACIONAL (1889-1914) 480 pp.
j"® Segunda Internacional — La Gran Bretaña: el Partido Laborista —
Alemania: la controversia revisionista — Francia antes y después de 1905
Jaurès y Sorel — Rusia y su primera revolución — Polonia: Rosa
Luxemburgo.
Tomo IV. LA SEGUNDA INTERNACIONAL (1889-1914) Segun
da parte, 452 pp.
Austria, Hungría, Los Balcanes, Suiza, Bélgica, Holanda, los países es-
®*ndinavos y Finlandia. Italia, España, los E. U. y el Canadá. América
Latina: La Revolución Mexicana. Austria, Nueva Zelandia. Africa del
our. China, Japón.
Tomo V. COMUNISMO Y SOCIALDEMOCRACIA (1914-1931)
Primera parte. 108 pp.
Tres conferencias: Zimmerwald, Kienthal, Estocolmo. Las 2 revoluciones
^**®s do 1917. — Alemania, 1914-1918 — La revolución en Austria-Hun-
— Los Balcanes: Bulgaria, Rumania, Yugoeslavia y Grecia — Ita-
,1# y Gran Bretaña, 1914.
Tomo VI. COMUNISMO Y SOCIALDEMOCRACIA (1914-1931)
Segunda parte. 424 pp.
Rfancia, 1914-1931. Bélgica y Suiza. Holanda, los Países Escandinavos y
ímlandia. España y Portugal, Rusia desde la “nueva política económica”
muta el Plan Quinquenal. Ucrania, Polonia, los E. U. Los movimientos
obreros de América Latina. Japón, India, Indonesia, Australia y Nueva
*«Undia.
Tomo VII y último (en preparación para 1963): SOCIALISMO Y
FASCISMO, do 1931 a 1939.
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Norman T homas
QUE ES EL DESARROLLO
1) D efinición
2) Libertad y esclavitud
4) Historia
Para mejor entender el problema del desarrollo actual,
estudiemos algunos antecedentes históricos.
Muchas han sido las civili
zaciones desarrolladas en el
mundo antiguo. Año tras año
Jos arqueólogos van descubrien
do nuevos detalles del remoto
pasado, desenterrando restos
de las civilizaciones antiguas
de China, India, Creta y otros
lugares. De estas civilizaciones
del pasado, las que han desem
peñado un papel muy importante en el desarrollo de la
civilización de nuestros tiempos son las de los países me
diterráneos: Egipto, Palestina, Francia, Grecia y Roma.
Algunas de éstas tenían una sociedad organizada y un
desarrollo económico y cultural mucho antes del año 3000
antes de nuestra era. Por comparación, aunque todavía
no se conocen con exactitud las fechas en que existieron
las grandes civilizaciones del continente americano, se sa
be, al menos, que allá por el año de 1500 a C., se
habían desarrollado culturas notables en lo que ahora es
México, América Central, Bolivia y Perú.
De las civilizaciones del Medio Oriente y del Cerca
no Oriente, nosotros somos los herederos y la herencia
nos ha llegado directamente de Grecia, de Roma y de
Palestina. Los griegos nos legaron los elementos de nues
tra filosofia, nuestras ciencias y bellas artes. De los ro
manos hemos aprendido nociones de administración y de
derecho, mientras Palestina nos dio los fundamentos de
nuestra ética.
Estas graneles civilizaciones del pasado se diferencian
de la moderna en el hecho de que dependían, para su
riqueza, principalmente de la agricultura y de aparatos
mecánicos elementales y simples. A pesar de ello, con
siguieron llegar a grandes alturas de pensamiento y de ar
te, una peculiaridad de la vida urbana que se desenvol
vió en las ciudades antiguas como Atenas, Roma, Sira-
cusa y Jerusalén. Pero la mayoría de la gente de aquel
entonces vivía en la pobreza, sobre la base de la esclavitud.
El desarrollo de muchas antiguas civilizaciones fue gra
dual pero irregular. Un período de progreso relativamente
rápido fue seguido por otro de consolidación o, en ciertos
Çaso», de retraso. Alcanzaron cierto grado de desarrollo y
luego comenzaron a decaer. A veces, la decadencia ocu-
unas pocas generaciones después del pleno floreci
miento de la civilización. Los pueblos de la Europa occi
dental recogieron los elementos de su civilización princi
palmente de Grecia, Roma y, en cierto grado, del impe
l o bizantino, pues en realidad Rizando fue una continua
ción del Imperio Romano y perduró basta el siglo XV.
Otro elemento en este desarrollo fue la expansión ára
be desde Alejandría y El Cairo por el norte de Africa,
Hue condujo al establecimiento del islamismo en España
y la introducción de grandes progresos en medicina y ma
temáticas (el álgebra por ejemplo). Por otro lado, tanto
Eizancio como Roma estaban comprendidas en las tradi
ciones cristianas.
Destruida la hegemonía de Roma, la Europa occi
dental fue inundado por tribus teutonas, bárbaras y pa
ganas. Poco a poco estos invasores conquistaron a los in
dígenas romano-celtas y formaron Estados independien
tes. Pero con el tiempo los mismos conquistadores sufric-
ron otro tipo de derrota; la cultural, pues se cristianiza
ron y aceptaron la autoridad de la iglesia católica con
sede en Roma. Paulatinamente se desenvolvió una orga
nización económica y social que se llama el feudalismo.
Este consistía, en teoría, en la existencia de tres clases
sociales, cada cual con su función bien definida. Prime
ro, una clase de guerreros, con misión de defender la co
munidad. Segundo, los vasallos que debían tributo a lo*
Príncipes o señores a cambio del usufructo de las tierras.
Y la tercera clase, que consistía en los siervos, labrado
res de los campos, quienes carecían de derechos funda
mentales, aunque les aseguraron la existencia individual.
Aparte de éstos grupos, existían los religiosos, cuyas co
munidades muchas veces adquirieron latifundios. Pero el
sistema feudal nunca funcionó perfectamente. Entre otros
motivos, el feudalismo falló con el surgimiento de las ciu
dades y el desarrollo económico, dos factores que redu
jeron la autosuficiencia de la comunidad feudal. Políti
camente, el sistema fracasó frente a las ambiciones insa
ciables de los príncipes, quienes, deseosos de extender su
Poder, convirtieron sus tierras en unidades políticas, ein-
briones de los Estados nacionales de la Europa actual.
Mientras se transformaba la organización política, los
métodos de producción tanto en la agricultura como en
la elaboración de artículos esenciales no cambiaron mu
cho durante siglos. Pero el crecimiento de las ciudades,
sobre todo en Italia, fue acompañado por una nueva or
ganización comercial. La vida urbana estimuló activida
des más especializadas, condujo a un mejoramiento del
nivel de vida y a la acumulación de bienes en las manos
de una clase de comerciantes, cuya riqueza dio impulso
al desarrollo de las bellas artes y de los estudios cientí
ficos, así como a nuevos cambios de la política, a medida
que los mercaderes se arrogaron el control del comercio
y de las condiciones del mercado.
El desarrollo de los países europeos no fue ni igual
ni contemporáneo en todos. Las ciudades de Italia (Flo
rencia y Venccia ante todo) alcanzaron una civilización
muy elevada en el siglo X III y ocuparon el lugar prin
cipal por sus riquezas y realizaciones culturales durante
tres siglos. El comercio y su defensa estimularon el des
arrollo de otros países, especialmente Portugal, los Países
Bajos y, después de alcanzar una cierta estabilidad en su
organización polit ica, Francia, España c Inglaterra, en
los siglos XVI y XVII. Con la expansión del comercio
internacional creció la idea de la interdependencia de los
países del Occidente, que, a pesar de muchas guerras,
se expresó en tratados entre los gobiernos, en el desarro
llo de sistemas bancarios y de crédito que rebasaron los
límites nacionales, y en reglamentos tácitamente acepta
dos por todos para armonizar los contactos entre los paí
ses o sea, el derecho internacional. So ve que el desarro
llo fue general y que ningún país progresista podía exis
tir sin tener en cuenta a sus vecinos. Todos estos países
se. beneficiaron con los resultados del intercambio econó
mico y cultural.
7) El problema actual
PREGUNTAS
LECTURAS
EL DESARROLLO Y LA PLANIFICACIÓN
LECTURAS
1) El Plan Marshall
2) La ayuda europea
Desde hace tiempo la Gran Bretaña ayudó a sus co
lonias dentro de la Comunidad Británica por medio del
Plan Colombo, que comprende; a la India, Pakistán, Cei-
lán, Málaca y Borneo Británico. Apunta principalmente
a la mecanización de la agricultura, la irrigación, los pro
yectos hidroeléctricos, las comunicaciones y los transpor
tes y envía técnicos al Asia Sudoriental. La mayoría de
estos países, que formaban el Imperio, ya se han inde
pendizado y se gobiernan a sí mismos, pero se mantienen
unidos dentro de la Comunidad Británica. Aparte del
Plan Colombo, los británicos también sostienen un plan
de desarrollo especial para los miembros africanos de la
Comunidad y mantienen una fundación para ayudar a
los países africanos que están al sur del desierto de
Sahara.
Los franceses, por medio de un fondo de inversiones
que lleva las siglas FIDES, ayudaron a sus territorios en
Africa con 1,697 millones de dólares. A partir de 1958,
parte de esta tarea fue entregada a una cooperativa de
ayuda bajo las siglas FAC. La Alemania occidental tam
bién ha ayudado, pero hasta ahora en menor escala. Otros
países como Holanda, el Canadá y Suecia han contribui
do también al desarrollo de los países no industrializados.
La URSS comenzó un programa de ayuda hacia 1958,
especialmente en países neutralistas. Pero algunos de ellos,
como Guinea, han renunciado a esta ayuda al descubrir
que entrañaba compromisos diplomáticos y que era menor
de lo prometido.
3) La ayuda internacional
6) Resumen
PREGUNTAS
LECTURAS
1) La base física
2) El problema demográfico
3) Estabilidad política
4) Problemas de economía
a) Los productos. No
se recuerda siempre que si
bien vastas regiones latino
americanas siguen subexplo
tadas o no desarrolladas, la
explotación de otras empezó hace cuatro cientos años o
más. En muchos casos estas tierras eran explotadas por
un solo producto, el oro, la plata, el cobre o el azúcar,
en algunos lugares hasta el agotamiento de los recursos
locales. La proclividad hacia la producción de una ma
teria prima para servir al comercio exterior persiste en
muchos de nuestros países hasta hoy mismo. Los peligros
de tal explotación se ven en tiempos de crisis, cuando la
baja de demanda en los países compradores repercute
fuertemente en los vendedores, como ocurrió durante la
depresión mundial de 1929 a 1934. De las exportaciones
de Honduras, el plátano constituye el 40 por ciento. En
el caso de Guatemala la exportación del café comprende
el 80 por ciento del total del comercio exterior y en El
Salvador el 85 por ciento. Hay otros ejemplos de de
pendencia semejante de un solo producto: en Haití la ex
portación del café alcanza el 80 por ciento del comercio
exportador; en la República Dominicana, el azúcar casi
el 60 por ciento; en Colombia, el café el 76 por
ciento; en Venezuela, el petróleo el 90 por ciento, y en
el Brasil el café alrededor del 40 por ciento. Respecto al
Brasil, la sobreproducción del café provoca de vez en cuan
do crisis económicas acompañadas por una baja calami
tosa de precios, que exige la intervención gubernamental
para limitar la producción. Además, durante varios años,
los precios medios de exportación de las materias primas
han sido menos favorables que los de las manufacturas y
el alza de los precios de manufacturas importadas ha con
tribuido mucho al malestar económico de los países lati
noamericanos. Algunos países están haciendo todo lo po
sible para diversificar su producción, pero esto es un pro
ceso largo y todavía no generalizado.
La disposición de otros países de agruparse en “mer
cados comunes”, como el de Fairopa occidental, presenta
otro problema a la América Latina. Vejemos en la quin
ta lección cómo se propone afrontar este problema.
La jjoblación de la América Latina sigue aumentando
en un 3 por ciento anual. Para alimentar a esta pobla
ción se necesita una transformación radical del sistema
de explotación de la tierra. Los partidos populares ie-
conoccn que los latifundios no se justifican no sólo por
injustos, sino también por antieconómicos. Existe ademéis
el problema de los pequeños propietarios, sobre todo en
regiones montañosas, que deberían aumentar su produc
ción. Les faltan el estímulo de una recompensa econó
mica, y los recursos técnicos; la misma natuiale/a ofre
ce obstáculos considerables. La mecanización es posible
en algunas regiones, fiero en muchas la baja fertilidad
del suelo y los métodos primitivos y tradicionales del
cultivo, operan en contra del progreso. La erosión impi
de el desarrollo agrícola no sólo en los declives de las
montañas, sino en lugares donde grupos primitivos siguen
practicando desde hace siglos el cultivo nómada, que re
sulta calamitoso. En el pasado, no muy lejos de Santos
(Brasil), la abundancia de terreno cultivable indujo a los
cafetaleros a buscar nuevas extensiones para plantar el
café en lugar de emplear fertilizantes para mejorar la
tierra agotada. De igual modo, y no sólo en el Brasil sino
en otras varias regiones, grandes extensiones de terreno
pennanecen abandonadas.
Se debe notar que una gran parte de los pequeños
cultivadores están acostumbrados a un estado de autosu
ficiencia, vendiendo la sobra insignificante de su produc
ción a un mercado cercano. En eso hay un elemento de
estabilidad, a la vez que de pobreza. Sometiéndose a la
presión de una economía de mercado tendrían que acep
tar la inestabilidad de la demanda fluctuante de compra
dores en países extranjeros, pero esto puede sacarlos de
la miseria. Vale la pena citar de “El problema rural mon-
teño desde el punto de vista antro]x>lógico”, de Emilio
Willems: “La absorción de los pequeños cultivadores ais
lados y autosuficients puede producirles los beneficios
mvaginados por los reformadores, pero puede también lle-
var consigo Jos ‘maleficios’ que actúan, en las propias
civilizaciones urbanas, como gérmenes de desagregación y
revolución”. Además, como dice Willems, ‘‘será preciso
cambiar un régimen de trabajo nmltisecular, régimen que.
representa un complejo cultural completo” . Esto no quie
te decir que deba perpetuarse esta situación, sino que Iva
de cambiarse pero teniendo en cuenta esos factores para
buscar la manera de que el cambio sea lo menos penoso
posible.
b) El nacionalismo económico. Desdo la Indepen
dencia y a pesar de influencias centrífugas internas, las
unidades políticas de la América Latina han logrado du
rante ciento cuarenta años mantener su independencia
rtncional. Las pequeñas poblaciones en estado de subdes-
arrollo y la escasez de recursos valiosos fronterizos han
disminuido las tentaciones de guerras entre Estados latino
americanos. No hubo necesidad de expansión territorial
en un continente tan vasto y tan poco poblado. Es cierto
rpie hubo de vez en cuando disputas y guerras, pero la
división política de América Latina no ha cambiado mu
cho con el tiempo. Lo que sí se ha transformado es la
actitud frente a los inversionistas extranjeros.
En el siglo XIX ciertos países, principalmente los Es
tados Unidos, el Reino Unido y Francia, adquirieron el
control, total o parcial, de las fuentes de materias pri
mas, con la buena voluntad de sucesivos gobiernos latino
americanos no democráticos y, junto con eso, el control
de las vías de comunicación. Empresas extranjeras invir
tieron cantidades enormes en América Latina. En Chile,
hasta 1900, la inversión norteamericana alcanzó cinco mi
llones de dólares, pero entre 1900 y la Primera (inerva
Mundial aumentaron cuarenta veces en catorce años. En
tlentroamériea la United I'niit Company logró el mono
polio de la producción y la exportación del plátano. Dice
Víctor Urquidi: “be estima que en 1913-14 las inversiones
extranjeras a largo plazo en empresas y en títulos de deu
da sumaban algo más de 7,000 millones de dólares, de los
que la mitad correspondía a capital británico, casi la cuar
ta parte a capital norteamericano y el resto a capital fran
cés y alemán.” En 1929 las inversiones norteamericanas
alcanzaron 3,7000 millones de dólares, las inglesas 2,800
millones, y las francesas 1,500 millones. No se puede negar
que estas inversiones ayudaron el desarrollo hasta cierto
punto. Los ingleses se encargaron de la construcción de
ferrocarriles en Argentina, Brasil y en otras partes, con
objeto de facilitar la exportación, pero un resultado
incidental de ello fue el desarrollo de la población de las
regiones explotadas.
Aparte de eso, los intereses privados se distinguen por
su falta de planeación nacional o regional. Como ejem
plo, basta decir que las diferencias de entrevia en el sis
tema ferroviario de América del Sur, ha frustrado la cons
trucción de ferrovías internacionales.
El crecimiento del nacionalismo en la América Latina,
en la época más reciente, se ha manifestado en el anta
gonismo hacia la inversión extranjera, especialmente cuan
do ésta trata de intervenir en la vida política del país
que la acoje. La Segunda Guerra Mundial provocó tan
tas dificultades para los países beligerantes de Europa,
que éstos se vieron obligados a vender sus negocios en la
América Latina. En algunos casos el control extranjero
fue substituido por control nacional, a veces del gobierno.
En ciertas ocasiones el gobierno nacional expropió las com
pañías extranjeras, como ocurrió en México en 1938 res
pecto a la industria petrolera. En otros casos el gobierno
intervino después de unos años de confusión. De este mo
do los ferrocarriles argentinos fueron nacionalizados en
1948.
La economía de América Latina se ve estrechamente
vinculada a la norteamericana. Más del 50 por ciento de
las exportaciones latinoamericanas se dirigen a los Esta
dos Unidos y de este país vienen más del 60 por ciento de
las importaciones. En Centroamérica, con sus produccio
nes tropicales, la dependencia de los Estados Unidos es
mucho más estrecha que la de Argentina y Uruguay, que
dependen más de los países europeos para su bienestar
comercial. Algunos países latinoamericanos buscan hoy la
diversificación tanto de sus mercados en ultramar como
de las fuentes de sus importaciones, principalmente de ar
tículos elaborados.
En varios países, como Venezuela, la exportación de
su producto principal, explotado por inversores extranje
ros, constituye la mayor fuente de divisas. La utilización
de capital del exterior ha aumentado la capacidad de
producción en varios países, pero el desarrollo económico
en los últimos veinte años ha contribuido a elevar con
tinuamente el nivel de los precios. En Bolívia, entre 1950
y 1960, el nivel de precios se elevó 91 y medio veces, aun
que en otros países fue más moderado. Con el objeto de
contrarrestar la inflación, algunos países tratan de redu
cir por medio de impuestos aduanales la importación de
artículos no esenciales. Pero la dependencia de la Amé
rica Latina de préstamos extranjeros se refleja en la ba
lanza de pagos y el gravamen de deudas públicas que
complica la política financiera de nuestros países.
Sin embargo, para su desarrollo completo, la América
Latina tiene que contar con inversiones y empréstitos ex
tranjeros tanto como con la ayuda técnica. El precio de
esta colaboración económica y financiera, dice Urquidi
en “Viabilidad económica de América Latina”, puede ser:
'‘un sometimiento excesivo al mismo, a través de su con
trol de los recursos naturales o ele su control de la tec
nología industrial.” La América Latina tiene que recono
cer que el aceptar la ayuda extranjera entraña riesgos y
que éstos sólo pueden obviarse con el propio desarrollo
y una sólida democracia. Sola, la América Latina no dis
pone de los recursos necesarios para el desarrollo.
Otro requisito del desarrollo es la reforma de las ins
tituciones financieras y administrativas. La intervención
del Estado se ha aceptado en todas partes con el fin de
contrarrestar los efectos de las fluctuaciones de precios y
de mantener en lo posible la paz industrial. Aparte de
eso, sólo el Estado tiene recursos bastantes para promo
ver directa o indirectamente nuevas industrias y nuevos
modos de distribución. Pero la intervención del Estado
no parece todavía aceptable a los elementos que siguen
aferrados a los principios del laissez-faire. Lo necesario
en la América Latina de hoy es la racionalización del or
ganismo burocrático para eliminar la dispersión funcio
nal y para reducir duplicaciones innecesarias. La centra
lización de la administración pública, distintiva de la
¿poca moderna, puede sofocar la iniciativa e impedir el
desarrollo acelerado.
PREGUNTAS
LECTURAS
2) La redistribución de la tierra
3) Cooperación interaxnericana
PREGUNTAS
LECTURAS
1) El problema de la vivienda
2) La inflación
4) La educación
5) La salud pública
8) Conclusión
LECTURAS
1) ¿Qué « la ideología?
Ideología, dice el "Diccionario de Sociología” de H.
P. Fairchild, es un “conjunto de ideas, creencias y modos
de pensar característicos de un grupo, nación, clase, casta,
profesión u ocupación, secta religiosa, partido político,
etc.” Y agrega el diccionario: “ (Estas ideologías) no se
excluyen mutuamente de un modo necesario y pueden
invadirse recíprocamente. Así, por ejemplo, dos indivi
duos de la misma nacionalidad, pero de diferentes ocu
paciones, pueden compartir su ideología nacional, pero
diferir en sus respectivas ideologías profesionales.”
Como todas las definiciones generales, ésta no cuadra
a nuestro tema. Adaptándola a él, podemos definir la
ideología, en nuestra América, como el conjunto de con
vicciones, interpretaciones y soluciones que albergan de
terminadas clases sociales o conjunto de diversas clases
sociales, respecto a los problemas actuales de América La
tina y de cada uno de sus países.
Hay muy diversas ideologías, en América Latina. To
das ellas tienen unos rasgos comunes, que precisa destacar
desde ahora, para simplificar nuestro estudio. Examinan
do los programas y las doctrinas de conservadores, libe
rales, socialistas, nacionalistas, revolucionarios, etc., vere
mos que hay en ellos algunos elementos que se repiten en
cada ideología. Estos elementos son:
a) Carácter continental. Incluso cuando la ideología
misma no es continentalista, sino que se presenta como
. estrictamente nacional, vemos que se repiten sus ele
mentos esenciales en todo el continente. Podría decirse
■que la similitud de situaciones sociales y la comunidad de
antecedentes, en toda América Latina, creó un continent
talismo ideológico incluso antes de que se diera forma po
lítica a esta realidad a través, sobre todo, de las obras de
Haya de la Torre.
b) Carácter supraclasista. A diferencia de las del
Viejo Mundo, las ideologías latinoamericanas (salvo las
de origen cstriltainente marxista) no se presentan como
ideología de una clase social dada, sino que aspiran a
representar los intereses del conjunto de la sociedad. Aun
que las diferencias sociales son profundas, en nuestra Amé
rica, la movilidad social, la posibilidad de pasar de una
clase a otra es todavía bastante grande como para que
no haya una momificación social; incluso las oligarquías
han sido más abiertas (relativamente) que en otros con
tinentes. De ahí que las ideologías no se hayan presen
tado como estrictamente de clase. Las que han intentado
hacerlo —las ideologías obreras—- se han encontrado con
una clase obrera reducida, lo cual ha limitado su in
fluencia.
c) Carácter transformador. En América Latina, la
realidad es tan moldeable, a la vez que tan antieconómica
o ineficaz, por decirlo así, que todas las ideologías se
presentan como favorables a la transformación, como ad
versarias del stato quo. Incluso las ideologías conserva
doras tienen (cuando menos en sus programas) esta vo
luntad de reformar la realidad, de cambiarla.
Estos tres caracteres: continental, supraclasista y trans
formador, se encuentran lo mismo en las ideologías de
derecha que de izquierda, o de centro. Lo que en otros
continentes puede servir de diferenciación, en el nuestro
es más bien un común denominador.
Si todas las ideologías tienen un carácter continental,
si todas (o casi todas) se consideran expresión del con
junto de la sociedad, si todas aspiran a realizar transfor
maciones de la sociedad, ¿qué es lo que las diferencia, qué
nos permite distinguirlas y clasificarlas?
Todo tratado de política distingue entre tres tipos de
ideología:
a ) La ideología reaccionaria, que propugna por el
establecimiento de condiciones políticas y sociales ya ex
perimentadas en el pasado y descartadas por la historia.
b) La ideología conservadora, que propugna por el
mantenimiento de la situación del momento, con las adap
taciones necesarias, pero sin que lleguen a cambios pro
fundos, de la estructura de la sociedad.
c) La ideología transformadora, que propugna por
cambios en la estructura de la sociedad y en las formas
de organización política.
Dentro de cada uno de estos tipos hay, en las distintas
etapas históricas, diversos movimientos ideológicos, corres
pondientes a menudo a movimientos o partidos políticos.
De igual modo, dentro de los tipos a) y c) cabe distinguir
a los partidarios de la evolución o de las reformas y a
los partidarios de la revolución (ya sea para ir hacia
atrás, en el tipo a), (ya para avanzar, en el tipo c).
Cabe hacer otras clasificaciones: la de las ideologías
que respetan la propiedad privada de los medios de pro
ducción y las que quieren substituirla por otras formas
de propiedad. También las ideologías colectivistas y las
ideologías individualistas. En cada una de estas clasifi
caciones pueden distinguirse, a su vez, formas revolucio
narias y formas reaccionarias (por ejemplo, en las ideo
logías individualistas, una forma revolucionaria es el anar
quismo y una forma reaccionaria el liberalismo económico
d d “laissez faire” ). Incluso entre las ideologías conser
vadoras es posible encontrar matices, diversos.
Por otra parte, las ideologías no son químicamente
puras. El fascismo, pongamos por caso, tenía aspectos
reaccionarios y otros transformadores. En muchos casos,
a un programa revolucionario corresponden métodos tí
picamente reaccionarios.
Actualmente, la clasificación más amplia es aquella
que distingue entre ideologías totalitarias e ideologías de
mocráticas, o mejor, libertarias. Totalitaria es la ideolo
gía que quiere que el poder del Estado intervenga absolu
tamente en todos los aspectos de la vida, que somete la
existencia entera del hombre (incluso su vida privada)
al Estado y a la ideología (o, mejor dicho, dogma) que
el Estado encarna. Libertaria es la ideología que pone
el valor supremo en la libertad y que considera que úni
camente es válida la expresión política democrática. En
realidad, no siempre es en la ideología estricta donde se
establece la diferencia entre totalitarismo y libertarismo,
puesto que muchas veces la doctrina os libertaria pero
sus métodos de aplicación y la realidad política y social
a que da lugar es totalitaria. El fascismo era doctrinal
mente totalitario, de modo franco y abierto. El comunis
mo es libertario por su doctrina (cuando menos, por su
programa público y propagandístico), mientras que en la
práctica es un movimiento totalitario y son totalita
rios los Estados en que el dogma comunista domina.
d) La posición anticapitalista:
En realidad, habría que usar el plural. Cabría incluir
en este apartado a muchos de los partidarios del capita
lismo soviético. También a los partidarios del capitalismo
experimental que creen que éste ha de ser sólo una etapa
momentánea en el desarrollo de América Latina. Hay
movimientos (socialista, anarcosindicalista) que por defi
nición son anticapitalistas, aunque aceptan el hecho de
que el desarrollo actual conduce a la formación de un
capitalismo nacionalista y quieren desde ahora combatir
lo en todas sus manifestaciones. Estos movimientos, que
tuvieron influencia y fuerza en el pasado, han ido decre
ciendo, a mi modo de ver precisamente porque no supie
ron comprender que la mejor manera de ser anticapita-
lista, en el contexto latinoamericano, consiste en acelerar
la formación del capitalismo, poner a éste limites y crear
las condiciones de superarlo.
Naturalmente, los que se declaran anticapitalistas des
de ahora, que rechazan la etapa capitalista aunque sea
como de transición, han de aceptar bien el método capita
lista soviético de desarrollo, bien un método nacionalista
a ultranza, sin participación del capital privado (ni local
ni internacional), que sólo seria posible si los partidarios
de esta posición consiguieran el poder; pero en este caso,
por la presión de la realidad, se verían impelidos a apli
car métodos que ni en lo económico ni en lo político di
ferirían, al cabo de un tiempo, de los métodos del capi
talismo soviético. Aunque ideológicamente la posición an
ticapitalista escueta es la más justa (puesto que el capi
talismo, por definición y en cualquiera de sus formas, hasta
en las más limitadas y controladas, es siempre fuente de
injusticias y de regateo de libertades), en América La
tina equivale a la pasividad absoluta o a la aceptación
de facto de los métodos soviéticos de desarrollo. El único
anticapitalismo eficaz, con posibilidades de éxito, en Amé
rica Latina, es aquel que comprende (según las enseñan
zas mismas del marxismo) que no es posible saltar las
etapas y que a un régimen seinifeudal como el que pre
domina en América Latina, sólo puede suceder un régimen
capitalista; pero que a la vez que comprende esto, se pre
para para acelerar la superación del capitalismo naciente
y busca Jos medios de hacer este capitalismo lo menos
voraz, injusto y perjudicial posible para el conjunto de la
sociedad. Esta posición, como vimos, es la que sostienen
los partidarios de un capitalismo experimental y nacio
nalista considerado como sistema de transición.
Ya hemos visto lo que cada una de estas posiciones
significan para el conjunto de la sociedad. Una de ellas,
la capitalista conservadora, acarrea superexplotación y
amenaza a las libertades. Otra, la capitalista soviética,
acarrea una mayor superexplotación (mayor, sobre todo,
porque no permite luchar contra ella) y una pérdida total
e ineludible de las libertades. La tercera, la capitalista
experimenta], puede aplicarse sin peligro para la libertad
(y hasta con el respeto a la libertad como condición pre
via) y cabe lograr que su explotación sea lo menor posible
y que deje el paso, con el tiempo, a formas sin explota
ción del hombre por el hombre. La cuarta, la anticapi
talista, aunque en teoría y por principio, ha de respetar
la libertad y ha de anular toda explotación, ofrece el
riesgo, en el contexto actual de América Latina, de pro
ducir resultados contrarios a estos objetivos.
Sabiendo todo esto, el estudiante de este curso puede
decidir por sí mismo al servicio de cuál de esas ideolo
gías quiere poner los conocimientos que hemos procurado
darle objetivamente. Su decisión ha de ser libre y docu
mentada. La documentación, se la acabamos de facilitar.
A él le toca ejercer su libertad de elección.
7) Las incompatibilidades
PREGUNTAS
LECTURAS
El funcionamiento de la democracia.
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