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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

Bricons S. A. c. Estado nacional --Ministerio de Obras y Servicios Públicos y otra--. • 24/05/1993

Cita Fallos Corte: 316:1060

TEXTO COMPLETO:

Buenos Aires, 24 de mayo de 1993.

Considerando: 1. Que contra la sentencia de la sala III de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo


Contencioso Administrativo Federal la parte actora interpuso a fs. 893/902 recurso ordinario de
apelación que fue concedido a fs. 903, y dio origen al memorial de fs. 909/934 vta. cuyo traslado fue
contestado por la contraria a fs. 940/962.

2. Que el remedio es formalmente procedente, toda vez que se trata de una sentencia definitiva, recaída
en una causa en que la Nación es parte y el valor cuestionado, actualizado a la fecha de interposición del
recurso, supera el mínimo establecido por el art. 24, inc. 6°, apart. a), del dec.-ley 1285/58, modificado
por la ley 21.708 y reajustado por res. 1242/88 de esta Corte.

3. Que la actora promovió demanda contra el Estado nacional --Ministerio de Obras y Servicios Públicos,
Subsecretaría de Comunicaciones-- con el fin de que se revocaran, por razones de ilegitimidad o
ilegalidad, distintos actos administrativos dictados por la Subsecretaría de Comunicaciones.

4. Que el a quo admitió parcialmente el reclamo de la actora por flexibilidad salarial pero por el período
posterior a la apertura de la licitación, sobre la base de considerar que la decisión de la demandada de
modificar unilateralmente los índices básicos previstos para el cálculo de los mayores costos produjo a
Bricons S. A. un perjuicio económico, que debía ser reparado con arreglo --entre otras razones-- a la
jurisprudencia de esta Corte. Por tanto, se reconoció a la demandante el derecho a percibir la diferencia
existente entre el resultado que hubiese arrojado la fórmula contractual y lo efectivamente abonado por
el Estado nacional.

Rechazó la Cámara, no obstante, la indemnización también pretendida en concepto de flexibilidad


salarial pero por el período anterior a la apertura de la licitación, por estimar que constituía un costo
que, en todo caso, debió ser incluido en la cotización que en su momento realizó la actora y presentó en
la licitación.

A su vez, el a quo confirmó el pronunciamiento de primera instancia en cuanto desestimó el pedido de


la demandante concerniente a la convalidación del plazo real de ejecución de la obra. Por último,
determinó que las costas del juicio debían ser soportadas por los contendientes en proporción al
progreso y rechazo de sus pretensiones.

5. Que la demandante se agravia de la sentencia del a quo en primer lugar, al afirmar que ni la
flexibilidad salarial constituía un costo a la fecha de cotización ni su parte tenía obligación de computarla
según el pliego. sí sostiene, en cambio, que la flexibilidad que abonó con posterioridad a sus
dependientes, de acuerdo a la facultad otorgada por los decretos que la instituían, constituyó una
variación de costo que obligatoriamente debió reconocer la demandada en virtud, tanto de las leyes
12.910 y 13.064 y sus normas reglamentarias y complementarias, cuanto de las más específicas sobre
flexibilidad salarial en el marco de un contrato de obra pública (confr. acuerdo N° 50 de la Comisión
Liquidadora).

También se queja porque la sentencia apelada desestimó sus planteos referentes a la convalidación del
plazo real de ejecución de la obra pública que, si excedió el contractualmente pactado, fue como
consecuencia del incumplimiento de la demandada, por falta de pago, de lo reclamado por el ítem
flexibilidad salarial, y los consiguientes problemas e inconvenientes financieros que por esa actitud
debió soportar. Por ende, solicita que se dejen sin efecto las sanciones económicas aplicadas por el
Estado con invocación de un incumplimiento del que la actora no resulta responsable.

Por último, impugna la forma en que se distribuyeron las costas y solicita que, aun en el supuesto de que
se confirme el pronunciamiento del a quo, se las distribuya por su orden, toda vez que tuvo fundadas
razones para litigar.

6. Que, como lo señala el a quo, de acuerdo al pliego contractual los oferentes debían incluir en su
cotización todos los costos. En tal sentido, resultan de particular relevancia a los términos del art. 10,
inc. a) de sus cláusulas especiales, en cuanto establecían que "...Dentro del monto del contrato se
entenderá incluido el costo de todos los trabajos, instalaciones y materiales que sin estar expresamente
indicados en los documentos del mismo, sea imprescindible ejecutar o proveer para que la obra resulte
en cada parte y en el todo concluida con arreglo a su fin y al espíritu de esos documentos" (confr. fs. 10,
del expte. administrativo 13.179/78 que corre por cuerda). Por otra parte, en el art. 28 del contrato se
ratificaba que "...el contratista no podrá ...reclamar aumento de los precios fijados en el contrato",
desde que "...tales precios ...serán invariables" (confr. fs. 35, expte. citado).

7. Que esas cláusulas contractuales suficientemente claras en sí mismas --sobre cuyos términos y
alcances no se ha hecho cargo debidamente la apelante-- y el sistema de contratación elegido --ajuste
alzado relativo en el que se contraba incluido el rubro mano de obra-- quitan sustento a las
impugnaciones fundadas en la opinión --oportunamente controvertida por el Estado nacional-- del
perito contador, y en la mera remisión a los decretos que dieron origen a la flexibilidad salarial, en tanto
que tales cláusulas deben ser interpretadas de consuno con la circunstancia --tampoco controvertida--
de que al tiempo de ofertar en la licitación, la actora ya pagaba a sus dependientes flexibilidad salarial.

Ello es así, por cuanto ha quedado acreditado en el "sub examine" mediante el informe del perito
contador que aquellos pagos efectuados por la demandada alcanzaban a sumas importantes (142,73%
según dictamen del experto contable). Por lo demás, debe considerarse que todo componente del costo
no incluido expresamente en las fórmulas de reajuste, se consideraba que se encontraba prorrateado en
ellas (confr. el ya mencionado acuerdo N° 50, anexo 1, punto 1, de la comisión liquidadora, suscrito por
el vicepresidente de Bricons S. A., obrante a fs. 11).
8. Que, consecuentemente, y si la "...presentación de la propuesta implica que los oferentes han
estudiado exhaustivamente el pliego de licitación y que además conocen... la disponibilidad local de
mano de obra" (art. 9° de las cláusulas especiales del pliego, fs. 9 del expte. administrativo citado); la
demandante debió, en todo caso, pedir aclaraciones a la comitente antes de cotizar, como lo permitían
las propias disposiciones contractuales (confr. art. 25 de las cláusulas especiales, fs. 19 del expediente
administrativo citado). En particular, cuando el dec. 2728/77 permitió trasladar la flexibilidad salarial a
los costos a partir del 1 de octubre de 1977, y la oferta fue presentada el 29 de noviembre de 1978,
época en que se encontraba en vigencia el dec. 1646/78; disposiciones éstas que, dada la índole de su
actividad, la actora no podía desconocer.

9. Que a esta altura, resulta prudente destacar que las modificaciones o alteraciones que pudieran
producirse durante el transcurso del plazo de ejecución del contrato de obra publica, encuentran su
apropiado marco jurídico --a los fines de corregir las anormalidades que se suscitasen-- dentro del
derecho publico, en especial, en las disposiciones contenidas en el citado decreto 2875/75, que
posibilita efectuar las adecuaciones que se estimen procedentes en los sistemas de liquidación de
"variaciones de costos" frente a las "'distorsiones significativas" que pudiesen producirse, para adoptar
así "una nueva mecánica que se adecue a las condiciones existentes en el momento de la ejecución de
los trabajos, reflejando equitativamente las verdaderas variaciones de costos producidas durante dicho
período" (art. 1), lo que de por sí excluye la consideración de las condiciones existentes y conocidas al
ofertar que, en consecuencia, debieron integrar el precio básico del contrato. El error en la preparación
de la oferta, no imputable a la comitente, no puede sino ser soportado por la contratista (art. 37, ley
13.064).

10. Que también deben ser rechazados los agravios relativos al plazo contractual. Ello es así pues el
propio planteo de la demandante supedita lógicamente el pedido de convalidación del plazo real de
ejecución de la obra --superior en más de un año al contractualmente pactado-- a la procedencia de su
reclamo por flexibilidad --cuya falta de pago por el Estado se invocó como causa principal del retardo-- y
al no prosperar de modo favorable a la actora esta última solicitud, aquella otra debe correr la misma
suerte. A tal fin debe tenerse en cuenta que la contratante se veía obligada a probar que la demora se
encontraba justificada (arts. 35, ley 13.064 y 15 del pliego de cláusulas generales). En consecuencia, y en
tanto la precitada pretensión condicionante resultó sustancialmente desestimada, debe concluirse de
modo necesario que se torna improcedente --por vía de correlación-- el reclamo vinculado con la
convalidación del plazo real de ejecución del contrato.

11. Que habida cuenta del resultado al que se ha arribado, corresponde imponer las costas de esta
instancia a la recurrente vencida (art. 68, ley de rito), y confirmar lo decidido en la materia por el a quo,
habida cuenta de que se ajusta a lo reglado en el art. 71 del Cód. Procesal.

Por ello, se confirma la sentencia apelada en todo lo que fue materia de agravios; con costas. -- Antonio
Boggiano. -- Rodolfo C. Barra. -- Carlos S. Fayt. -- Augusto C. Belluscio. -- Mariano A. Cavagna Martínez. --
Julio S. Nazareno. -- Ricardo Levene (h.). -- Eduardo Moliné O'Connor.

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