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Versos introductorios del evangelio de Marcos.

del 1 al 3
¿Cuál es el principio del evangelio?

Ahora bien, notamos que Marcos nos habla del "principio" del evangelio.
¿A qué "principio" se refiere? no estaba anunciando simplemente el
comienzo de su narración. El tenía otro propósito mayor que ese.

Por un lado, veremos en los siguientes versículos que Marcos comienza su


relato del evangelio presentándonos la labor de Juan el Bautista, el cual
vino en cumplimiento de lo que previamente habían anunciado los profetas
de la antigüedad Malaquías e Isaías. Por lo tanto, lo que nos está diciendo
es que el evangelio no comenzó cuando el Señor Jesucristo vino a este
mundo, sino que siempre había estado en el corazón de Dios desde la
eternidad. Los constantes anuncios que encontramos en el Antiguo
Testamento acerca de la venida del Mesías, probaban que esto era así.

De hecho, el mismo apóstol Pedro hace referencia al sacrificio de "Cristo,


como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde
antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros
tiempos por amor de vosotros" (1 P 1:19-20). Podemos decir que desde
una perspectiva cronológica, el evangelio surge en la eternidad, mucho
antes incluso de que el hombre hubiera sido creado o hubiera pecado,
proveyendo una solución anticipada para la terrible situación que la caída
introdujo en el mundo. Ver Éxodo 3:15 el proto-evangelio.

Pero por otro lado, la palabra "principio" también se puede referir al


fundamento o la base de una cosa. Así se utiliza, por ejemplo, en el
conocido versículo de Proverbios: "El principio de la sabiduría es el temor
de Jehová" (Pr 1:7). Y en este sentido, el evangelio se fundamenta o tiene
su base en Jesucristo, el Hijo de Dios.
¿Qué significa el título "Hijo de Dios"?

Algunos han interpretado la afirmación de que Jesús es el "Hijo de Dios"


como si fuera un ser creado por Dios. Usando una lógica humana deducen
que alguien que es "hijo de" necesariamente es un ser que debe su vida a
su progenitor, y por lo tanto, ha tenido un comienzo a su existencia, lo que
implicaría necesariamente que no puede ser Dios, sino otro ser creado. Así
razonan algunas religiones en nuestros días, como los llamados "Testigos
de Jehová".

Por otro lado, cuando los musulmanes escuchan a los cristianos afirmar
que Jesús es el Hijo de Dios, les parece una auténtica barbaridad, porque
interpretan que lo que estamos diciendo es que Dios mismo tuvo
relaciones sexuales con la virgen María para engendrar a Jesús.

Evidentemente, en un contexto humano podemos usar estos argumentos,


pero esto no tiene nada que ver con la forma en la que se emplea el
término en la Biblia en relación a Dios.

Fundamentalmente podemos decir que cuando los autores del Nuevo


Testamento usaban la expresión "Hijo de Dios" para referirse a Jesús, no
estaban pensando en la cuestión de su "engendramiento". Lo que ellos
entendían con el término "hijo de" era que la persona "participaba de la
misma naturaleza de".
Por ejemplo, Jesús llamó a Juan y Jacobo "hijos del trueno" (Mr 3:17). Esto
no quería decir, evidentemente, que hubieran sido engendrados por un
trueno, sino que participaban de la naturaleza violenta y explosiva del
trueno.
De la misma forma debemos entender las expresiones: "hijos de la
promesa" (Ga 4:28), "hijos de desobediencia" (Ef 2:2), "hijos de ira" (Ef
2:3), "hijos de luz e hijos del día" (1 Ts 5:5), "hijos de maldición" (2 P
2:14)...

Por lo tanto, cuando se aplica el término "Hijo de Dios" al Señor Jesucristo,


lo que se quería expresar es que participaba de la naturaleza divina. Es
decir, era una afirmación de su divinidad.

Así lo entendieron los judíos que escucharon a Jesús decir que era Hijo de
Dios. Y por eso mismo intentaron matarle, por cuanto entendían que se
estaba haciendo Dios, lo que indudablemente era una gran blasfemia para
ellos.
(Jn 5:18) "Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque
no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que
Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios."

versículos 4 y 5:
"Juan el Bautista apareció en el desierto predicando el bautismo de
arrepentimiento para el perdón de pecados." "Y acudía a él toda
la región de Judea, y toda la gente de Jerusalén, y
confesando sus pecados, eran bautizados por él en el río
Jordán.
1RA. VERDAD: LAS PALABRAS DEL MENSAJERO: Aquí es importante
aclarar que el ministerio de Juan el Bautista tenía un carácter preparatorio,
en el sentido de preparar a las personas para la venida de Jesucristo al
mundo. Porque Jesucristo sería el que perdonaría los pecados.
Igualmente, los discípulos de Cristo debemos preparar a las personas de
este mundo para la 2da. Venida de Cristo anunciando el Evangelio (no otro
mensaje y mucho menos un evangelio adulterado), ver 1 Corintios 15:1-5.
Para que sean salvos de la ira venidera (1Ts. 1:10) Ver Juan 4:35 la
prioridad de Dios. Alcemos nuestra mirada a los campos y dejemos de
mirarnos a nosotros mismos.
“Venían muchos a él confesando sus pecados” tendemos a pensar que
nosotros somos los que convertimos a las personas, o sea, que depende de
mi o de mi elocuencia pero lo cierto es que El Señor está haciendo la obra en
mucha gente y las tiene preparada para recibir su palabra. allí debe entrar
en acción su iglesia para cosechar.
Hechos 18:10 porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano
para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad. El Señor
tiene mucho pueblo en Alovera y en sus inmediaciones. Solo tenemos que
cumplir con la gran comisión de anunciar el evangelio y el Espíritu Santo
convencerá de pecado, justicia y juicio al pecador (Jn. 16:8).

versículos 6 y 7:
Juan estaba vestido de pelo de camello, tenía un cinto de cuero a la
cintura, y comía langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo:
Tras mí viene uno que es más poderoso que yo, a quien no soy
digno de desatar, inclinándome, la correa de sus sandalias."
2DA. VERDAD: LA HUMILDAD DEL MENSAJERO: El ministerio de Juan el
bautista, así como el de Jesús fue de carácter humilde y sencillo tanto en el
carácter de los mensajeros como en la manera de llevar el mensaje. Hoy
vivimos en un mundo con muchos ofrecimientos superfluos y vanos. ¿Cuánto
de esto nos ayuda realmente a reflejar el carácter de Jesús? Podemos hacer
y poseer muchas cosas incluyendo copiar el modelo del mundo de como se
debe comportar las personas (orgullo, altivez, rencor), pero ¿cuánto de
estas cosas construyen el reino de Dios, hacen discípulos de Cristo y
glorifican al Señor? Ver 1 Corintios 6:12 y 10:23 “Todas las cosas me son
lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no
me dejaré dominar de ninguna… pero no todo edifica
La vestimenta, la comida y las acciones de este singular mensajero nos
llaman a vivir una vida que se niegue a los ofrecimientos mundanos, es
decir, ejercer la libertad cristiana para negarnos al mundo y glorificar a
Cristo a través de una vida humilde y sencilla tanto en carácter personal
como en lo que mostramos al mundo.
(no soy digno de desatar la correa de su calzado) … Debemos trabajar para
construir el reino de Dios y no nuestro reino, entronar a Cristo en nuestra
vida cada día y no sentarnos nosotros en nuestro propio trono, glorificar a
Cristo y no enaltecernos a nosotros mismos. A Cristo sea la gloria. No nos
debemos dejar dominar por las atracciones de este mundo, la vanagloria de
la vida, que nos quiere alejar de Cristo sino, unirnos a la obra que el Señor
está haciendo alrededor nuestro para salvar almas que adoren a Cristo en
espíritu y verdad. Él es el digno de toda la adoración.

versículo 8:
"Yo os bauticé con agua, pero El os bautizará con el Espíritu Santo."
3RA VERDAD: EL RESULTADO DEL TRABAJO DEL MENSAJERO:
En estas palabras vemos la gran diferencia entre Juan y Jesús. El bautismo
real y verdadero es el Bautismo con el Espíritu Santo. La ceremonia o rito
del bautismo que Juan realizó con agua simplemente quería anunciar y
preparar lo que venía, lo cual era el bautismo con el Espíritu Santo. El
Bautismo con agua es en la actualidad muy importante porque constituye un
testimonio exterior de una realidad interior que ya ha tenido lugar dentro de
una persona (muerte al pecado y resurrección a una nueva vida).
Ver Hechos 18:24-26 Apolos conocía hasta el bautismo de Juan y Aquilas y
Priscila le explicaron “mas exactamente” el camino del Señor.
Tras la predicación de Juan, la gente se arrepintió y se bautizaron.
Cuando anunciamos el evangelio del Señor el resultado será que las
personas responderán a la predicación con arrepentimiento y serán
bautizados con el Espíritu Santo de la promesa.
Efesios 1:13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el
evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con
el Espíritu Santo de la promesa.

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