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Escuela de expansión de la conciencia

y terapias complementarias

FORMACIÓN MUJER PORTAL SAGRADO

“Dirección Norte”

CREADORA

Paloma Bahamondes Fernández

IMPARTE

Silvia Fernández Arroyo

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Elemento: Nina Tata (abuelo fuego)

Animal de Poder: Siguar Qenti (colibrí)

Plano: Alma

LA CEREMONIA DE FUEGO

Como hemos aprendido, la ceremonia y el ritual son muy importantes para la sanación, así
como para el crecimiento y el desarrollo. Para un chamán, la ceremonia del fuego es
increíblemente sagrada.
El fuego es una energía salvaje y un gran aliado si lo respetamos. No solo representa la
rápida iluminación que experimentamos al convertirnos en cuaranderas, sino que además
¡recicla la energía!
Quemamos objetos que representan distintos problemas de nuestra vida para transmutar
la energía del conflicto en energía de luz y calor para absorber y alimentarnos a nosotros
mismos y a nuestro campo de energía luminosa.
En las sociedades indígenas, los ancianos mantienen la tradición de reunirse alrededor del
fuego cuando hay luna llena y soñar con el mundo que quieren que hereden sus nietos. Esa
noche llegan en silencio en un círculo de soñadores, sabiendo que lo que tienen que ofrecer
es sólo una pequeña pieza del rompecabezas más grande – y que es importante que se
presenten con amor e intención y participen en el proceso de soñar. En el nivel de la
Serpiente (nivel físico), saben que tienen que sentarse junto al fuego. En jaguar (a nivel
emocional), se dan cuenta de que deben llevar consigo su amor, su curiosidad y su conexión
con todos los seres, incluidos los demás chamanes reunidos en torno al fuego, donde sea
que estén en la tierra. En el colibrí (en el nivel mítico) ofrecen su visión sin comprender
cómo encaja en el sueño colectivo. En águila (en el nivel del Espíritu), ven y comprenden la
totalidad del sueño sin ser capaces de expresarlo o definirlo. Sienten el poder y la maravilla
del Espíritu. Se convierten en la luna y en las estrellas, en el fuego y el humo, en los demás
y en sí mismos, en nadie y en todos
La ceremonia de fuego consiste de tres partes: aquellos de lo que queremos desprendernos,
una cosa que queremos pulsar para adelante, y una concepción filosófica de que todo lo
que queremos, funcione. Pero si eso no está en línea con la realidad, no va a pasar y
entonces cuando uno se pone delante del fuego, se puede dar cuenta de si estamos

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pensando correctamente o no, si lo que estamos pidiendo es absurdo o si es viable y qué
tengo que trabajar para lograrlo.
Esto varía de acuerdo a las culturas y las creencias, sin embargo, la reunión en torno a un fuego
encendido es una costumbre tan vieja como el descubrimiento del fuego mismo.
Lo que hacen las ceremonias como la del fuego es hacer que nosotros nos pongamos en ritmo con
la naturaleza y a veces lo único que necesitamos es dejar de pensar, bajar un poco la cabeza, la
agitación mental que es permanente.

“Eso produce otros efectos que tienen que ver con la administración de la energía, pensar más claro
y sentir más claro”.

Ceremonia del Fuego Nuevo, el ritual que simboliza el nuevo ciclo en Tenochtitlán
(lugar de asentamiento de los aztecas; hoy, cuenca de México).

Cada 52 años, durante la constelación de las Pleyades, también llamada Tianquiztli,


nuestros antepasados celebraban el Fuego Nuevo en Tenochtitlán. Se trataba de un ritual
metafórico de cierre e inicio de ciclo, en donde podía terminar tanto la vida como el mundo.
Para cerciorarse de que esto no ocurriera y la vida continuara otros 52 años, se encendía
el Fuego Nuevo en el Cerro de la Estrella, al sureste de la ciudad de México, en Iztapalapa,
mientras se tocaba el teponaztli, el atabal, la chirimía y el caracol. Este Templo del Fuego
Nuevo estaba compuesto por una pirámide, una plaza y una terraza con un centro
ceremonial, en forma de santuario ancestral.
Dado que este ritual simbolizaba el inicio del nuevo ciclo, la alegría albergaba las calles a
través de danzas y cantos. Inclusive cada hogar celebraba la llegada del Fuego Nuevo
encendiéndose en una hoguera dentro del patio de la casa; en ocasiones se sacrificaban
algunas aves, como las codornices, se quemaba copal y se arrojaba el humo a los cuatro
puntos cardinales, se compartía el tzohualli, un platillo dulce que sólo se preparaba ese día,
y se bebía agua sólo pasado el medio día.

Los aztecas solían pensar que el Sol estaba en riesgo de perecer, provocando "un escenario
de tensiones". Para evitar este catastrófico final, era vital conocer tanto los ciclos del Sol
como los movimientos astrales, de la luna, la gran estrella (Venus) de la Luna, la gran estrella
(Venus), Tianquiztli (las Pléyades), Mamalhuaztli (cinturón de Orión), Colotl (Escorpión),
Citlalxanecuilli (Osa menor).

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El historiador Cesar A. Sáenz explica en su libro El Fuego Nuevo, que el fuego se realizaba
girando fuertemente con las palmas de ambas manos un palo cilíndrico dentro del agujero
de un madero rectangular; y dado que este roce era tan intenso entre las dos maderas secas
que se producía casi inmediatamente lumbre.
Al madero en forma rectangular los aztecas llamaban teocuahuitl (madero divino) que
también era conocido, como xiuhcoatl; el palillo cilíndrico terminaba en forma semicónica,
especie de asta o saeta, y se halla dibujado en los Códices (textos mayas) en forma de flecha
y al cual le nombraban mamalhuaztli (lo que perfora o taladra).

Se cree que el último Fuego Nuevo que celebraron los aztecas fue en el año 1507, y que la
llegada de los conquistadores españoles interrumpió el ciclo que debía celebrarse en 1559.
En esa última conmemoración, la lumbre que encendía una impactante hoguera podía verse
desde Tenochtitlán, y de la cual "tomaban el fuego, que antes había sido apagado en todas
partes, y lo llevaban en teas (trozo de madera resinoso, convertidos en antorchas)) de pino
a los diferentes pueblos cercanos y los de México lo conducían al Templo de
Huitzilopochtli y luego a los aposentos de los sacerdotes y ministros de los ídolos". De ahí,
tanto los habitantes de la ciudad como los sacerdotes de otros pueblos lo llevaban a sus
hogares.
Realmente el Fuego Nuevo era el renacimiento de la esperanza de vivir otro ciclo, como si
el fuego tuviera la capacidad de resurgir de las cenizas y crear un sitio cada vez más
empoderante, fuerte e inmortal.

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Ceremonia de Fuego Sagrado, es la práctica central de la espiritualidad maya. Practicada en
la actualidad en toda Guatemala.

¿Cuál es su finalidad?
El objetivo es solicitar ayuda a la divinidad, a las fuerzas espirituales de la naturaleza y a los
ancestros en cualquier área de la vida.

La finalidad es muy variada: sanar problemas de salud, obtener bienestar en las relaciones
de pareja o de familia, mejora laboral o financiera, protección, desarrollo espiritual... la lista
es tan larga como la vida misma.

¿En qué consiste?


La Ceremonia de Fuego Sagrado establece un contacto con los espíritus de la naturaleza,
los ancestros y la Madre de la Vida.

Dicho contacto es efectuado en un día específico del Sagrado Calendario (Cholq'ij) que
tenga correspondencia con el objetivo de la ceremonia.

El contacto es establecido a través de un fuego. El cual se enciende en un lugar en la


naturaleza que manifieste una fuerza espiritual especial. Ese lugar es llamado "altar".

El fuego consume una ofrenda compuesta principalmente por "pom" (copal). También se
usan otros elementos combustibles: velas, hierbas aromáticas, chocolate...

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El fuego procedente de las ofrendas se convierte en el vehículo de expresión de las fuerzas
espirituales contactadas. Con ellas se establece un diálogo en el que se les hacen las
peticiones o se manifiesta gratitud.

El ambiente sagrado generado durante la ceremonia y su efecto armonizador en la mente


y corazón de quién dirige y participa es difícil de expresar en palabras.

¿Cuál es su origen?
La Ceremonia de Fuego Sagrado es de origen remoto y desconocido. La investigación
arqueológica arroja luz sobre una abundante quema de copal, cortezas de árbol, cera de
abeja y otros materiales en sitios ceremoniales de la antigüedad maya.

Textos en piedra y relieves nos hablan de "ceremonias de fuego" y nos revelan la misteriosa
práctica que conduce a la aparición de la llamada "serpiente de visión", la cual, aparecía a
partir de ofrendas quemadas por un sacerdote, permitiendo así, la comunicación con
ancestros y otras fuerzas espirituales.

El libro sagrado de los mayas k'iche', el Popol Wuj narra el origen mitológico del fuego y su
uso ceremonial al amanecer por parte de los "primeros abuelos", los cuales quemaron
diversas clases de "pom" en el momento de la aparición de venus matutina (Iq'oq'ij) en el
horizonte.

Cómo realizar un Ceremonia del Fuego en la actualidad

La Ceremonia se realiza en la Luna Llena de cada mes.

• Antes de llegar al círculo de fuego, prepara la Flecha del Espíritu o la Flecha de la


Muerte: un palo que represente el problema o algo que quieras dejar ir. Sopla el
problema/preocupación en el palo.
• Elige un palo para que circule alrededor del fuego como ofrenda para la sanación de
la Tierra, el palo de la Pachamama (este palo es más grueso y sustancial que un palo
de ofrenda personal).
• El palo de la Pachamama se pasa alrededor del círculo para que todos ofrezcan su
bendición. Abre Espacio Sagrado.
• Prepara el fuego.
• Inicia el fuego. Una persona debe cuidar el fuego durante la ceremonia.
• Comienza el canto para invocar al Espíritu de las Aguas bajo la Tierra (el canto está
en la página siguiente)
• Alimenta el fuego con aceite de oliva tres veces: primero a las cuatro direcciones,
luego al cielo y a la tierra, y, por último, al círculo de seres alrededor del fuego, vistos
y no vistos.

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• En el momento en que el fuego se vuelve amistoso, cambia de color y arde de forma
diferente. Este cambio vendrá de la observación directa y la experiencia con el
fuego.
• Cuando el fuego se vuelva amistoso, hazle tu ofrenda (con alguien que contenga el
espacio detrás tuyo).
• Cada persona se acerca y deposita en silencio su ofrenda en el fuego (con alguien
que te respalde). Luego, acerquen sus manos sobre el fuego, atrayendo la energía
hacia el vientre, el corazón y la frente. Es una forma de centrar la atención y la
energía en la propia transformación.
• Una vez realizadas todas las ofrendas, la persona más joven o la mayor del círculo
coloca la vara de la Pachamama en el fuego.
• Cierra el Espacio Sagrado
• Al menos dos personas, idealmente un hombre y una mujer, permanezcan junto al
fuego hasta que se apague o sea seguro – no tirar agua sobre el fuego.

Este paso a paso sería el “corazón” de la ceremonia, es el punto de partida para encontrar
tu propio estilo y aplicarlo. Hay un periodo de dos semanas tras la ceremonia del fuego en
el que aparecen “instancias de oportunidad”. Estas “instancias” proporcionan la
oportunidad de traducir tu intención de sanación en realidad. Te aconsejamos considerar
la ceremonia de fuego no como un cambio mágico instantáneo, sino como el inicio de un
proceso o viaje de sanación. Aprovecha la oportunidad de cambiar tu forma de comportarte
en el mundo real. Luego deja que el universo se encargue de los detalles.

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TABACO
Medicina sagrada

La connotación negativa del tabaco en la sociedad contemporánea lleva el riesgo de reducir


esta extraordinaria planta medicinal a una plaga a erradicar. Esa estigmatización resulta del
desconocimiento de los modernos sobre un uso correcto y ritualizado de esta planta
considerada sagrada en toda América desde tiempos inmemoriales.
Los mecanismos reduccionistas del pensamiento positivista-racionalista conducen a la
profanación de la dimensión espiritual de todo acto de sanación auténtica y en especial en
el caso del tabaco transforman este remedio en un veneno. El tabaco, “mediador poderoso
entre los humanos y los dioses”, puede jugar un papel curativo esencial, particularmente
en los procesos psicoterapéuticos y la búsqueda de respuestas a las interrogantes
existenciales acuciantes de la modernidad. Los grupos étnicos de la Amazonía poseen una
práctica empírica fundamental y un saber ancestral sobre un uso correcto y adecuado del
tabaco, y que se mantiene hasta el día de hoy.
Desde hace 25 años, 2 autores, ambos médicos, han explorado el uso tradicional del tabaco
en los pueblos de la Alta-Amazonía peruana, incluyendo la observación participativa
siguiendo las pautas de los maestros tabaqueros.
A partir de esa experiencia han introducido el uso del tabaco en su práctica terapéutica, en
especial cerca de pacientes toxicómanos residentes en el Centro Takiwasi del cual son co-
fundadores.

Contexto histórico-cultural del uso de tabaco en la Alta-Amazonía peruana


Aseveraciones acerca del tabaco provenientes de pobladores amazónicos, principalmente
agricultores y algunos de ellos curanderos. Podemos ver a través de ellas los diversos usos
y la importancia actual del tabaco en la cultura amazónica, tanto en las actividades de la
vida cotidiana como en su calidad de planta medicina y sagrada, vigente hoy en día al igual
que hace miles de años.
El tabaco, la planta de tabaco, Nicotiana rustica en la Amazonia, ha acompañado el camino
del poblador americano desde el albor de los tiempos, calculándose que se cultiva y utiliza
en diversas formas desde hace miles de años (6.000 a 8.000 años). Parece inclusive ser la
primera planta cultivada de manera regular en todo el continente. Crece fácilmente cuando
se ha removido un poco la tierra… al borde de los caminos o donde hay entierros por lo que
se señala una posible relación entre la planta y el mundo de los muertos entre ciertas
poblaciones.

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La palabra “cikar” era utilizada por los Mayas para el acto de fumar, incorporado a sus
prácticas rituales y religiosas, encontrándose frisos (bandas ornamentales con relieve)
representando personajes en el acto de fumar. Dentro de los nombres nativos del tabaco
encontramos los términos petun (Guaranis); tamun (Araucanos), bahana (Waraos,
Venezuela) y se señalan otras sustancias psicoactivas inhaladas solas o conjuntamente con
el tabaco como cohiba (Haitianos) y cohoba (México).

En la Amazonía peruana, encontramos pocas referencias de nombres del tabaco en lenguas


nativas, la mayoría refleja sincretismo con las palabras tabaco y cigarrillo, como por ejemplo
cigarrunchi. Otras palabras referidas y algo más explícitas son mapacho, o shimitapon
(tapón de la boca/shimi) o a su poder medicinal: ampiri, nombre dado a la ceniza o brea de
la combustión final del tabaco, ampi, siendo medicina o veneno.

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El Mapacho es una especie de tabaco natural y potente, sin
químicos. Es usado por los chamanes andinos y amazónicos
como ingrediente indispensable para las ceremonias de
ayahuasca o wachuma. El mapacho o nicotina rústica como
también lo conocen está considerado como planta sagrada
maestra ya que su uso viene dándose de generación en
generación a lo largo del tiempo. El mapacho es una buena
opción para dejar de fumar los cigarrillos tradicionales,
recuerden que la dosis hace que sea un remedio o un veneno.

El las tribus indígenas, el Mapacho es considerado y asociado por los curanderos con lo
sagrado, con lo divino, con el aprendizaje y la curación más nunca se ha asociado con las
enfermedades. La mayoría de los chamanes andinos y amazónicos realizan las curaciones a
los pacientes con soplidos de humo de mapacho. Ellos fuman y soplan por todo el cuerpo
de los pacientes para limpiar las energías y sacar los espíritus pesados.
En el contexto curativo-religioso, el acto de fumar siempre sucede a un uso previo bajo
forma de preparados sólidos o líquidos.
Reconocemos en este orden cronológico de ingesta un respeto profundo al orden mismo
de la vida. De hecho, todos los procesos vitales proceden del espacio “femenino” para
transitar hacia el espacio “masculino”. Todo ser humano nace de una mujer, inmerso en los
elementos femeninos que son la carne o materia solida (elemento tierra) y el líquido
amniótico (elemento agua). Al nacer, abandonará el cuerpo de la madre para volverse
accesible al padre y poder respirar (elemento aire) y ver (elemento luz-sol-fuego). El
lenguaje popular lo sobre entiende cuando reza que la madre “da a (la) luz”. El desarrollo
ordenado de esas etapas simboliza en el mundo sensible una ley trascendente que rige todo
el devenir humano.
Así el etnólogo Jean-Pierre Chaumeil señala en su observación de las prácticas de los Yagua
del Perú: "Es interesante constatar que los alucinógenos pierden de su importancia a
medida que el chamán domina sus visiones: a penas sepa ver mediante el pensamiento,
mëtiaranëmu renuria, "ver de manera verdadera" dicen los Yagua, ya no recurre
prácticamente a las drogas. Esas son remplazadas por el tabaco que confirma ser el vegetal
chamanico por excelencia (entonces será fumado y no bebido), presente en toda actividad
mágica”.

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El joven también será llamado en un momento dado, especialmente en los ritos de pasaje
de la pubertad, a abandonar de nuevo la matriz social y psíquica femenina (el mundo de las
madres) para integrarse al mundo de los “hombres” (adultos o potenciales padres), mundo
de la estructuración social con definición de la vocación y asunción de responsabilidades
parentales y sociales. Si en el primer nacimiento se renuncia a una vida fetal de corte
biológico dominante para acceder a la vida psíquica, en el segundo nacimiento iniciado en
la pubertad, se renuncia al dominio de una vida psico-afectiva para acceder a la dimensión
espiritual del ser. Y precisamente encontraremos el uso del tabaco en ritos de varios grupos
étnicos amazónicos y amerindios.
Los Guajiro de Venezuela presentan esta “prueba del tabaco” a los jóvenes para ver su
eventual calificación como futuros chamanes : en este caso particular, es el jugo de tabaco
mascado, consumido en altas dosis (Nicotiana tabacum o N. rústica; alcaloide: nicotina).
Primero, en el futuro chamán se acumulan, en un lento proceso, "síntomas" significativos -
sueños terapéuticos, fobias alimentarlas, enfermedades repetidas...-, considerados como
otras señales de una comunicación privilegiada con el mundo-otro, y por consiguiente de
una vocación shamánica (Perrin, 1987). Pero esta comunicación no está bajo control. Surge
luego un desmayo, la "casi muerte" como dicen los guajiros. Es un "revertimiento", con la
condición que esté confirmado mediante "la prueba por el tabaco". Las reacciones que
provoca deciden "objetivamente" el acceso al chamanismo. Si el aprendiz aguanta la alta
dosis de jugo de tabaco que la chamana llamada en emergencia le obliga a tragar, si este
líquido le hace renacer muy rápidamente de su desmayo significativo, se volverá un
chamán; si vomita, se le declara incapaz. Una reacción positiva al tabaco significa el acceso
a una nueva "especie". La persona se "abrió", dicen, al mundo-otro.
El uso ritual del tabaco no consiste en una forma de instrumentalización de un objeto (el
tabaco) para el beneficio del ser humano, lo que corresponde a la mentalidad occidental.
Se trata más bien de la incorporación o asimilación de la “fuerza” o “energía” o “espíritu”
del tabaco, un ser vivo, a la propia energía del ser humano. Se aparenta entonces a una
forma de nutrición que se deslinde claramente de título de sheripiari, “él que come tabaco”,
atribuido por los Ashaninkas a sus maestros curanderos.
Este concepto se encuentra en toda América cuando se trata del uso o consumo de plantas
de enseñanza, plantas maestras o plantas psicoactivas y visionarias (las mal llamadas
alucinógenas). Así al hongo enteógeno centro-americano que los Aztecas consumían, lo
nombraron teonanacatl, o sea “carne de los dioses”, expresión que sirvió de título a la obra
clásica de Furst sobre las sustancias visionarias americanas.

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Perrin (1982) señala este uso crónico del tabaco sólido en los chamanes Guajiros de
Venezuela : “Solo los chamanes, pueden establecer un diagnóstico comunicando con el
mundo sobrenatural o supra humano en el que residen los seres y las cosas que son las
causas últimas del mal. Los chamanes son personajes dotados de espíritus auxiliares, seres
inmateriales que las gentes del arte saben convocar absorbiendo jugo de tabaco mascado, cantando
y agitando una maraca”.

Sin embargo queda claro que esta ingesta no es simplemente nutritiva a nivel físico sino
que alimentará el cuerpo energético del ser humano, concepto ausente de la cosmovisión
modernista occidental. La energía del tabaco debe integrarse inicialmente al cuerpo en sus
dimensiones las más densas (materia y agua = encarnación física y psico-emociomal) para
recién poder incorporarse en la dimensión la más tenue y etérea del cuerpo energético
humano (aire y fuego = mente inspirada y creativa), la dimensión espiritual.
Por ende, el tabaco se consumirá primeramente bajo la forma de extracto acuoso crudo
(materia y agua), luego de extracto cocido (fuego) y finalmente fumado (fuego y aire). Esas
etapas se dan en este orden estricto e irremplazable. Así, el tipo de consumismo occidental
donde se pasa de frente a fumar tabaco equivale a una transgresión de las leyes de la vida,
potencialmente letal.
Equivale a pretender acceder al conocimiento espiritual sin darse el tiempo de integrar
previamente la fuerza del tabaco en su dimensión material.
En su función mediadora con las potencias inspiradoras del mundo invisible, se supone que
haya la posibilidad de encarnar en lo cotidiano los mensajes o revelaciones surgidas del
mundo-otro, y así transformar su propia vida.
El espíritu desciende hacia lo material para enriquecerlo y elevarlo progresivamente. Al
revertir el procedimiento, es la materia que va hacia una desencarnación, que en su
extremo significa la muerte.
La desintoxicación del tabaco fumado puede realizarse mediante el uso de purgas de
extracto acuoso de tabaco, revirtiendo el proceso transgresivo. El vómito expresa un
“devolver” lo que paciente se apropió de manera indebida. Restituyendo lo que ha sido
apropiado de manera inadecuada, se restablece el orden adecuado. De hecho, no se puede
obviar que al vomitar, el sujeto tiene que agachar la cabeza manifestando posturalmente
un acto de humildad, de solicitud de perdón y el reconocimiento de su acto transgresivo.
Es de notar que las purgas de “jugo” de tabaco se revelan efectivas no solamente para la
desintoxicación de la adicción al tabaco sino en general de toda dependencia donde se
revela el mismo mecanismo de apropiación indebida. Y más aún, el efecto emético (que
provoca el vómito), en contexto ritual, abarca simultáneamente la purgación de

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pensamientos y sentimientos “tóxicos” que resultan de este mismo procedimiento de
atesoramiento ilícito que almacena rencores, nostalgias, cóleras, envidias, venganzas, etc.
El “comer” el tabaco se refiere en segunda instancia al hecho que el tabaco se ingiera
primeramente y esencialmente por vía oral o gástrica. Y es de notar que este tipo de ingesta
se refiere tanto al tabaco en extractos líquidos como al tabaco fumado. Vale decir que el tabaquero
o especialista amazónico en uso terapéutico del tabaco, no inhala el humo de tabaco sino lo traga.
El tabaquero deglute el humo de tabaco para dirigirlo hacia su estómago, sede de sus fuerzas
energéticas.

La comprensión de este procedimiento requiere que se sepa que un eje central del
chamanismo amazónico reside en el hecho que el curandero va a ir transformando su
cuerpo mediante la incorporación de la “fuerza” de las plantas. Esta fuerza se manifiesta en
una doble dimensión:
a) la vertiente energética, inmaterial
b) la dimensión encarnada, física o material.

La soplada:
La soplada es un acto terapéutico más común y sencillo del curandero pero que procede de
la misma lógica. En este caso, el curandero exhala humo de tabaco sobre el cuerpo de su
paciente, sobre las partes afectadas o sobre zonas de concentración energética como son
la corona de la cabeza, la punta de las manos, la espalda, el pecho o la punta de los pies.
El humo de tabaco se carga de la energía del curandero y actúa como una prolongación
envolvente de su cuerpo energético hacia el cuerpo energético del paciente. Fundiéndose
con el aura energética del paciente, le transmite su estabilidad energética y a la inversa el
cuerpo energético del curandero absorbe las perturbaciones energéticas de su paciente. Si
la perturbación energética del paciente es relativamente fuerte, puede alterar la energía
del curandero que la regula inmediatamente eructando y a veces vomitando.
El mapacho tiene un contenido mayor de nicotina que los cigarrillos comerciales y por ende
sus efectos psicotrópicos son mayores, pero al mismo tiempo se advierte que el fumador
se satura pronto por lo que es difícil observar que se consuma demasiados mapachos con
fines lúdicos. El efecto de relajación del tabaco, la sensación placentera que se produce por
la activación del circuito dopaminérgico (acción que se relaciona con la ctividad de la
dopamina en el cerebro) y los receptores nicotínicos y colinérgicos del sistema nervioso
central, son muy rápidos en el caso del tabaco fumado (primeros efectos a los siete
segundos), lo que puede incidir en el desarrollo de apego a su uso. La adicción a los
mapachos es también aparentemente menor en comparación a los cigarrillos comerciales.

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Cargar o ikarar

El humo de tabaco tiene su pleno efecto cuando se potencializa adecuadamente, cuando


actúa como vector de la intencionalidad consciente del tabaquero y vector de sus energías.
Para ello, el curandero apelará a cargar el tabaco mediante ikaros (cantos terapéuticos), el
uso de la pipa preparada o curada y oraciones o rezos donde manifiesta su intención
curativa.
Los ikaros son cantos revelados a los curanderos por los espíritus durante los estados de
modificación de conciencia: las “dietas”, las sesiones de ayahuasca o la ingesta de otra
planta visionaria (toé o Datura sp., purgahuasca o Banisetriopsis sp., tabaco), y los sueños.
Son enseñanzas del mundo espiritual con funciones específicas. Cuando proceden de un
maestro, este debe incorporarlos al cuerpo energético del aprendiz cantándole el ikaro o
ikarando directamente sobre el cuerpo del aprendiz y a la vez sobre su pipa.
Así cargado el tabaco, el maestro procederá a soplar el cuerpo de su aprendiz con el humo
de tabaco ikarado. Los ikaros son objetos energéticos con una “forma” o estructura
energética propia y deben encajar perfectamente en el cuerpo del aprendiz y luego del
curandero.

Es de notar que el humo de tabaco sabe de manera diferente cuando está cargado por el
ikaro o ikarado, señalando así un real cambio de energía, perceptible de manera sensible.
La potencia de la soplada está también relacionada a la calidad del tabaco utilizado, a mayor
contenido de nicotina y aromas, mejor es el efecto.

La pipa o shimitapon (lo que tapa la boca o shimi


en quechua) juega un papel importante. Se fabrica
tradicionalmente de manera manual en madera
dura (palosangre o Brosimum paraense) y hasta
imputrescible (quinilla o Manilkara bidentada). La
boquilla se puede agregar con una rama recta y
delgada, perforada en su medio, muchas veces
extraída del arbusto de chiric sanango (Brumfelsia grandiflora), o con un hueso
(frecuentemente de la pierna de un ave como la tanrilla o Eurypyga helias). Se designa
también como cachimba/o, voz oriunda del bantú cazimba a través de portugués cacimba
procedente de Brasil.
Así la pipa, como objeto consagrado, es considerada como una pertenencia personal única
e instrumento terapéutico esencial.

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Rezar el tabaco

Cuando rezamos un tabaco, lo primero que se debe hacer es apoyar el mismo en nuestros
labios y rezar en él como si fuera un micrófono, habiendo hecho un agujero en el mismo,
para que el rezo entre. Luego, decir nuestro propio nombre y pedir permiso al Gran Espíritu
para encenderlo. Si el tabaco es para otra persona, se dice su nombre, luego se menciona a
todos los espíritus cuya ayuda solicitamos a través del tabaco, se hacen las peticiones y se
concluye rezando, por ejemplo, un Padrenuestro.

Un ejemplo de oración para cuando el tabaco se hace para limpiar, puede ser el siguiente:

"Con humildad y respeto, ofrezco este tabaco sagrado a los espíritus de la tierra, del cielo
y del universo. Que este humo lleve mis palabras y pensamientos hacia el Gran Espíritu,
los ancestros y los guardianes de este lugar.
Pido sabiduría, guía y protección en mi camino. Que mi corazón esté en armonía con todas
las criaturas y que mi espíritu esté en comunión con la creación.
Que esta ofrenda sea un puente entre los mundos y una expresión de gratitud por todas
las bendiciones que recibo. Así sea."

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RAPÉ

El tabaco como Romé Potó (también conocido como Rapé o


ha-pe) es una herramienta sagrada que nuestros antepasados
del bosque recibieron del abuelo del tabaco, y lo sostuvieron
y caminaron desde el principio de los tiempos. Esta forma de
medicina se prepara mediante molienda y tamizado sucesivos
de tabaco, plantas medicinales, cortezas y cenizas al fuego
sagrado en una sutil alquimia. Si bien el tabaco se puede
preparar con varias plantas, la presencia del abuelo del tabaco
ayuda a ordenar y equilibrar. Al mismo tiempo, el tabaquito
es la puerta que conecta el espíritu y el universo, ayudándonos a despertar la pureza
esencial de uno.

Como funciona?

El rapé se sopla con un kuripe en cada fosa nasal, equilibrando los dos hemisferios del
cerebro, nuestro lado femenino y masculino, yin y yang. Podemos auto aplicarnos o aplicar
a otros. Para recibir la medicina debemos ser receptivos, tranquilos y contener la
respiración. El propósito principal es de limpiar la mente.

Beneficios

De un golpe recibimos la bendición del Espíritu a través del tabaco, limpiando nuestra
percepción, despejando la mente y abriendo los canales energéticos superiores, para
conectarnos con lo más elevado de nuestro ser. Al recibir una explosión de rapé, la medicina
sube limpiando, ordenando y alineando nuestro campo de energía, especialmente los
centros de chakras del tercer ojo y la corona, y de allí arriba y abajo de la columna vertebral,
hasta “El árbol de la vida”. También es una medicina para el cuerpo, ayuda a expulsar la
mucosidad y los parásitos de los senos frontales y paranasales. Elimina dolores de cabeza,
ya que descomprime la presión del cráneo. Rapé también es un medicamento para abrir la

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visión. Algunos pueblos nativos lo preparan con ciertas plantas de poder, con un propósito
específico, como yopo.

Si bien el tabaco se puede preparar con varias plantas, la presencia del abuelo del tabaco
ayuda a ordenar y equilibrar. Al mismo tiempo, el tabaquito es la puerta que conecta el
espíritu y el universo, ayudándonos a despertar la pureza esencial de uno.

• Un espíritu poderoso del bosque y debe ser tratado como tal.


• Es una medicina muy fuerte que puede traer diferentes estados dependiendo de su uso.
• No se toma Rapé a cada momento. P
• Para quien lo estudia se recomienda tomarlo por la mañana, en ayunas, al final de la tarde,
tras el trabajo o por la noche, antes de dormir, para traer buenos sueños y tener una
noche tranquila.
• En sesiones se puede tomar varias veces dependiendo de la necesidad.

Los secretos del Rapé

El rapé es la medicina del silencio, la verdad y la resiliencia. Pertenece al silencio, pues nos
llega una reflexión interior sobre nuestras limitaciones y nos hace consciente de nuestro
cuerpo sagrado.
Pertenece a la verdad pues saca nuestras corazas y muestra nuestra fragilidad, trayendo
nuestra atención al aquí y al ahora.
También está en el reino de la resiliencia porque es un maestro que enseña a soportar
momentos de limpieza y transformación.
El rapé nos derriba por algunos momentos para que nuestro cuerpo y nuestro ser se alineen
produciendo así la cura.
El soplo que penetra nuestra alma es como el soplo que nos dio la vida; con el dolor y la
quemazón recordándonos quienes realmente somos: “seres sensibles en un frágil
contenedor”
El rapé es para quien tiene firmeza, es para quien es de rezo y de silencio, es la fuerza del
bosque eliminando máscaras.

Aho metakiase
Aho Mitakuye Oyasin

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