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ARIEL M.

SLIPAK
¿DE QUÉ HABLAMOS CUANDO
HABLAMOS DE
REPRIMARIZACIÓN? UN
APORTE AL DEBATE SOBRE LA
DISCUSIÓN DEL MODELO DE
DESARROLLO

1
¿De qué hablamos cuando hablamos de
reprimarización? Un aporte al debate sobre la
discusión del modelo de desarrollo. 1
Ariel M. Slipak2

I ntroducción

Una de las principales problemáticas con diferentes categorías y clasificaciones en el


campo disciplinar de la Economía es que la corriente de pensamiento neoclásica o marginalista,
ha logrado quitarle a la mayoría de los conceptos su anclaje histórico. En otras palabras, a
partir de la creencia de que la rigurosidad científica deviene de la elegancia matemática y la
mayor neutralidad política posible, obtenemos categorías que se presentan como “objetivas”
con usos sumamente disímiles y sin saber los propósitos con los cuales los mismos fueron
desarrollados.

Durante los últimos años podemos observar en publicaciones académicas referentes a


disciplinas como la Economía y la Sociología, una creciente utilización del concepto de
reprimarización de la economía. Un aspecto importante a destacar es que el mismo aparece en
distintos trabajos utilizado en sentidos muy diferentes. El concepto se emplea
fundamentalmente en discusiones sobre los modelos de desarrollo en América Latina, en el
marco de un fuerte debate en torno a una posible reprimarización o no de las economías de la
región. Lo curioso es que tanto quienes abonan esta postura como sus detractores, no pueden
dialogar entre sí por la falta de homogeneidad en la utilización de la acepción. Más allá de la
falta de consenso en la academia sobre el concepto, es aún más interesante observar la
aparición de la discusión basada en criterios meramente técnicos, olvidando cuáles fueron los
fenómenos socio-económicos que dieron origen a esos mismos debates.

En este artículo nos proponemos realizar una primera sistematización parcial sobre
algunos de los usos con los cuales se emplea el término y discutirlos de manera conjunta con
determinados posicionamientos epistemológicos y políticos sobre la cuestión del desarrollo. No
pretendemos polemizar sobre si las economías de la región se están reprimarizando o no,

1
Este trabajo sintetiza y expone parcialmente una ponencia a presentarse en las VI Jornadas de Economía Crítica de la
Sociedad de Economía Crítica (SEC) y se realiza en el marco del Proyecto de Investigación Agencia PICT 1216-2008
Modelos de desarrollo: actores, disputas y nuevos escenarios en la Argentina contemporánea. Se agradece a la
totalidad del mencionado equipo de investigación por invaluables comentarios, especialmente a Maristella Svampa,
Cecilia Anigstein y Gabriela Wyzczykier. Un agradecimiento también a Cecilia Salinas.
2
Licenciado en Economía UBA. Docente CBC-UBA y UNM. Becario de Investigación ANPCyT con sede en UNGS.
Estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales UNGS-IDES. Miembro de la Sociedad de Economía Crítica (SEC) y el
Instituto Argentino para el Desarrollo Económico (IADE). Se agradecen comentarios y debates; correo de contacto:
aslipak@ungs.edu.ar

1
menos aún resolver el problema de la falta de consenso sobre qué es exactamente la
reprimarización. Sin embargo, consideramos que una diferenciación entre las distintas
acepciones de la expresión contribuye en dos aspectos a nuestra disciplina. En primer lugar,
para lograr mayor diálogo entre diferentes vertientes teóricas heterodoxas y el debate político.
En segundo lugar, para reivindicar que los conceptos en las ciencias sociales efectivamente
poseen un propósito que jamás es neutro en términos de disputas políticas o meramente
técnico.

Algunos usos técnicos, la falta de diálogo y de vínculo con fenómenos


sociales

Como mencionábamos en la introducción, el creciente uso de la expresión


reprimarización aparece en la literatura aludiendo a un mero fenómeno de de pérdida de
preponderancia del sector manufacturero sobre el total del valor agregado de la economía en
detrimento del sector primario (Nadal, 2009). En otros casos se evalúan los pesos de ambos
sectores en el total de exportaciones de la economía (Schteingart, 2013). Textos que se
enfocan con mayor detalle en esos fenómenos, agregan los pesos sectoriales de
importaciones3. Por otra parte, en algunos casos, también aparece una preocupación por la
contribución al crecimiento que realizan lo diferentes sectores económicos, en lugar de mirar
con exclusividad el peso en el producto (Arceo, 2011). Estas variables que venimos
mencionando, pueden exponer resultados contradictorios entre ellas mismas. Ante esta
situación realizamos algunas observaciones en torno a este debate que son aquellas que nos
llevan a presentar este artículo:

- En la contienda política sobre la reprimarización de la economía parece prevalecer entre


sus académicos participantes una mención exclusiva a determinadas variables entre las
mencionadas y una omisión sistemática de aquellas que muestran resultados adversos a la
hipótesis que plantean.

- A partir de las variables mencionadas la reprimarización de la economía parece ser un


fenómeno posible de conmensurar año tras año y no un proceso o tendencia. Al mismo tiempo,
aparecen algunas importantes contradicciones técnicas entorno a aspectos vinculados a las
cuentas nacionales.

- El único consenso que aparece en los debates es la asociación del fenómeno de la


reprimarización como contrario a los objetivos deseables del desarrollo. Sin embargo, al

3
A partir del estudio de os pesos sectoriales de importaciones se puede verificar que incrementos de exportaciones de
un sector no se expliquen por meras re-exportaciones.

2
exponer meras evoluciones de los pesos de diferentes actividades en la economía, su
contribución al producto y/ o participación de ellos en las exportaciones e importaciones, no se
logra visualizar en el debate cuáles son los conceptos teóricos sobre el desarrollo que hay
detrás. Incluso desaparecen de escena los actores sociales.

Las secciones subsiguientes están orientadas, entonces, a realizar diferentes aportes a


las tres problemáticas planteadas y otorgar a estos debates en torno al uso de la expresión
sobre la reprimarización de la economía mayores grados e historicidad.

Recuperando el anclaje histórico

El contexto de los debates sobre el desarrollo

Indagando sobre los motivos por los cuales un mayor peso del sector manufacturero en
el total de producto, en la contribución al crecimiento o en las exportaciones aparece vinculado
a los objetivos deseables del desarrollo en América Latina, encontramos que este tipo de
perspectivas proviene del estructuralismo de CEPAL de la década de 1950. 4 En esos años de
intenso debate sobre el desarrollo y el contexto de la industrialización por sustitución de
importaciones (ISI) de varios países de la región, éstos teóricos -liderados por Prebisch-
postulaban en los países de la periferia que era a través del reemplazo de las actividades
primarias tradicionales por modernas actividades industriales con mayor contenido de valor
agregado que mejorarían los promedios salariales y simultáneamente este proceso traería
aparejada una mejora en la distribución del ingreso y calidad de vida de la población. Así, los
países de la región podrían crecer en base a un patrón auto-sustentado. En la visión
estructuralista, en pos de alcanzar los objetivos de la modernización, se debía facilitar la
acumulación de excedente económico en manos de las burguesías de la región, que eran
percibidas como la clase social pujante que podía conducir este proceso. Entre los límites que
observan que obturan la acumulación de excedente en manos de la burguesía se encuentran la
existencia de una matriz productiva poco diversificada y con un importante grado de
heterogeneidad en las productividades, la tendencia al deterioro secular de los términos de los
términos de intercambio de las materias primas en pos de las manufacturas (que producían los
países del centro) e incluso el consumo suntuario e imitativo de las élites del centro por parte
de esas mismas burguesías locales. Así estos autores detectan una serie de mecanismos
mediante los cuales los excedentes económicos de la periferia fluyen hacia el centro, y ello
obtura el desarrollo. Así, prescribían una serie de políticas que debía seguir el estado para
facilitar la acumulación por parte de la burguesía. Adicionalmente, es interesante introducir cuál

4
No se desconocen antecedentes anteriores. Se toma a esta corriente como una referencia teórica de relevancia a
partir de la cual existe una ligazón entre la visión industrialista y el desarrollo económico.

3
es la perspectiva de estos autores sobre la I nversión Extranjera Directa (IED). Si bien la
remisión de utilidades de la IED de las principales empresas transnacionales (ET) hacia los
países del centro, constituye otro elemento que obtura la acumulación en la periferia (y por
ende altas tasas de reinversión en bienes durables de producción que incrementen la
productividad como es el deseo de estos autores), dadas ciertas imposibilidades de realizar
inversiones estratégicas de gran envergadura, en diferentes escritos (Prebisch, 1981), estos
autores adoptan una posición favorable a su ingreso, ya que de otra manera as mismas no
podrían ser llevadas adelante. A pesar de los reparos señalados, existía un imaginario en que la
IED podría bajo determinadas circunstancias colaborar con la superación de las dificultades de
la heterogeneidad estructural y con un acercamiento a las tasas de productividad del centro.

De esta breve caracterización de las ideas estructuralistas podemos encontrar la


asociación entre el reemplazo de actividades tradicionales o primarias por aquellas modernas o
industriales unida a una noción de progreso social. Por ende, un retroceso en la
industrialización es percibido como un desandar en los objetivos del desarrollo (Grigera, 2011).

Consideramos sumamente relevante mencionar, que la ponderación positiva sobre la


actividad manufacturera se origina en el mayor contenido de valor agregado que para ese
entonces poseía necesariamente respecto de las actividades primarias.

Enfoques críticos a una concepción del desarrollo con la burguesía como sujeto
transformador

Ya que nuestro interés es vincular el debate sobre la reprimarización con diferentes


perspectivas sobre el desarrollo, nos parece relevante incorporar algunos de los conceptos
sobre el desarrollo de una serie de autores que tal vez compartan algunos diagnósticos con los
estructuralistas, pero cuyas perspectivas políticas diferían. Nos estamos refiriendo a la Teoría de
la Dependencia.

Hacia mediados de la década de 1960, con un menor optimismo respecto a las


posibilidades de superación de las dificultades que hemos caracterizado en el acápite anterior,
los exponentes de la teoría de la dependencia -entre los que suelen destacarse a Ruy Mauro
Marini, Andre Gunder Frank, Theotonio Dos Santos, Fernando Henrique Cardoso y Vania
Bambirra-, postulan que las relaciones dependientes entre los países del centro y de la periferia
tendían a reproducirse y potenciarse. Los dependentistas elaboraron una serie de documentos
que explicaban a partir de teorías económicas marxistas, los motivos por los cuales bajo el
capitalismo las desigualdades entre el centro y la periferia tenderían a perdurar. En este marco,
la salida para América Latina hacia una mejor calidad de vida de la población consistía en vía
cubana hacia el socialismo. Uno de los aportes más relevantes de los dependentistas es la
comprensión de las situaciones de los países de la periferia en virtud interpretar a los mismos
como partícipes de la organización del capitalismo global. En otras palabras, la situación de

4
subdesarrollo se vincula con un posicionamiento que ocupan los países en una jerarquía
mundial.

Los postulados de estos autores, no resultan del todo homogéneos entre sí. El exponente
de la Teoría de la Dependencia más aislado del resto de sus pares en Fernando Henrique
Cardoso, para quien en virtud de los grados de autonomía relativa de las burguesías para
controlar el proceso de acumulación, existen ciertas posibilidades de desarrollo dependiente
(Cardoso y Serra, 1978). Este autor, en realidad parece aproximarse más en cuanto a sus
postulados políticos a los estructuralistas. A los demás autores mencionados los podemos
encontrar en una tradición que denominamos Teoría Marxista de la Dependencia (TMD), que
encuentran en la clase trabajadora al sujeto transformador. Si bien no es nuestro propósito
realizar una exhaustiva revisión de la escuela de la dependencia, nos parece interesante
destacar que estos autores se abocan a estudiar también las posibilidades de desenvolvimiento
industrial en la periferia (lo cual hace inicialmente al debate sobre la reprimarización). Sin
embargo, lo realizan desde una perspectiva que destacan analíticamente aspectos como: cuál
es la posición que ocupan los países de la periferia en relación a una jerarquía internacional;
cuáles son los vínculos entre estas burguesías locales de la periferia con los países del centro.

Queremos expresar, entonces, que en los desarrollos dependentistas, la preocupación


por la reprimarización no aparece, pero el grado de desenvolvimiento industrial y las
posibilidades de incrementos de la productividad (más bien los elementos que los obturan),
aparecen en virtud de un análisis que tiene en cuenta la posición de los países periféricos en un
determinado contexto histórico de la acumulación global, y los fenómenos aparecen ligados a
las tensiones entre clases sociales.

Un término que aunque alude a la actividad primaria, inicialmente aparece


vinculado al ciclo de valorización financiera

Las primeras apariciones concretas de la expresión “reprimarización” de la economía,


aparece en alusión a las consecuencias que han traído las políticas de liberalización financiera
que han seguido varias dictaduras de América Latina y posteriormente la aplicación e las
prescripciones del Consenso de Washington. Precisando, la expresión “reprimarización de la
economía”, aparece describiendo las etapas de valorización financiera, en dónde
simultáneamente se observaba una tendencia a la reorientación e la economía hacia las
actividades agropecuarias, con la consecuente destrucción de del tejido industrial, pérdida de
empleos y efectos regresivos en la distribución del ingreso. De este primer uso del término,
queremos destacar tres interesantes observaciones:

- Efectivamente aquí la expresión se utiliza para describir las trasformaciones en los


patrones de crecimiento económico y acumulación de capital en América Latina, y no meros
efectos de corto plazo. En otras palabras, el concepto aparece ligado a fenómenos
estructurales.
5
- En estos análisis, las transformaciones estructurales de la economía no aparecen
separadas de la esfera política, los intereses de diferentes actores sociales, o las tensiones en
torno a los diferentes perfiles de inserción económica internacional y patrones de crecimiento
económico en relación a sus vínculos con diferentes tipos de proyectos societales en pugna.

- Como afirmábamos en la introducción, la reprimarización aparece como un desandar de


un camino deseable. Sin embargo, el prefijo “re”, denotaría una vuelta atrás hacia las formas de
acumulación anteriores a la ISI. Estas expresiones aisladas de una adecuada caracterización de
los nuevos elementos de una nueva fase histórica (como las transformaciones en la forma de
acumulación a escala global a las que aludiremos posteriormente o la financierización de la
economía).

Unas primeras observaciones críticas desde aspectos técnicos

En esta sección introducimos algunas cuestiones que parecerían ser aspectos técnicos,
pero que desde ya no se pueden escindir del anclaje histórico con el cual venimos trabajando.

Apuntamos a realizar una crítica a las afirmaciones tajantes sobre una reprimarización o
no de la economía a partir de meros criterios técnicos, entre los que encontrábamos la
participación en el producto de determinados sectores, la contribución al crecimiento y la
participación en las exportaciones e importaciones.

En primer lugar es interesante mencionar que en la propia percepción estructuralista, si


los objetivos del desarrollo se vinculan con la superación de la heterogeneidad estructural, tanto
el proceso virtuoso de incorporación de actividades de mayor contenido de valor agregado a la
matriz productiva, como así también la reprimarización -como desandar de aquel camino-
consisten en transformaciones de la estructura económica. Por esto último, deben ser
estudiadas como procesos y no como fenómenos oscilantes año tras año. Resulta llamativo el
creciente debate a partir de un análisis de algunos cambios interanuales de unas pocas
variables para series cortas, en lugar de estudiarlas de manera conjunta y como un proceso de
mayor complejidad.

Precisando esto último, el peso de un determinado sector económico sobre el total de la


actividad, se puede alterar drásticamente por un movimiento brusco de los precios relativos, sin
que ello implique una transformación en la matriz productiva. Por ejemplo, si observamos el
cuadro del Anexo 1, podemos verificar con facilidad que para el año 2002 se produce un
importante incremento de la participación de las actividades primarias sobre el total del
producto en detrimento del sector terciario. Esta alteración se genera meramente por el cambio
en los precios relativos –consecuencia de la devaluación- entre los productos primarios y los no

6
transables. Nótese entonces, que las participaciones en el producto se alteran de un año a otro,
cuando en realidad se supone que el término debería aludir a transformaciones estructurales. 5

En segundo lugar, y vinculado a la primera de las observaciones, una economía puede


experimentar un importante crecimiento del ratio de las exportaciones de commodities
primarios en detrimento del peso de las exportaciones con mayor contenido tecnológico y
simultáneamente verificar un mayor peso del sector industrial en producto bruto.

La exposición de esta contradicción entre dos criterios que son utilizados casi
indistintamente para afirmar que existe reprimarización de la economía, refuerza el comentario
derivado de la observación anterior: la reprimarización de una economía obedecería a un
proceso, y para mirar un proceso debemos evaluar un conjunto de fenómenos y su
interrelación, no una sola variable económica.

Ni el peso en las exportaciones ni el peso sobre la generación de valor agregado en la


economía por separados, nos van a indicar que una actividad sea la más dinámica. Más allá de
la posibilidad de encontrarnos con una economía en la cual se incremente el peso del sector
primario sobre el total de la generación del valor agregado, este fenómeno se puede presentar
en simultáneo con una mayor contribución al crecimiento económico del sector industrial. En
otras palabras, el sector manufacturero puede perder participación en una economía y ser más
dinámico simultáneamente6.

Definiendo la reprimarización rigurosamente a partir de la participación del sector


industrial en el producto ¿Se puede afirmar con rigurosidad que una economía se está
reprimarizando por la disminución de este ratio? Por otra parte: ¿La contribución al crecimiento
nos indica razonablemente cuál es la actividad más dinámica de una economía? En el Anexo 1,
vamos a poder apreciar que el sector servicios tiene una importante participación en el
producto. Esto implica que a igual tasa de crecimiento sectorial, su aporte al crecimiento
económico siempre será necesariamente mayor que los demás sectores.

Hasta aquí, hemos indagado sobre los orígenes del concepto y trazado algunos vínculos
con las primeras teorías del desarrollo que discuten la situación de América Latina. En este
último acápite, hemos realizado una serie de observaciones críticas a las discusiones
planteadas en términos de variables aisladas orientadas a explorar el peso del sector industrial
sobre el agropecuario. Estas últimas objeciones que hemos señaado, nos permiten evaluar

5
Desde ya, esta brusca alteración en los precios relativos genera una importante alteración en las tasas de ganancia de
diferentes sectores (Wainier, 2011), que genera una reorientación hacia actividades primario-extractivas en detrimento
de otras, pero estas transformaciones son graduales, se trata de un proceso consecuente de esos cambios en los
precios relativos.
6
Arceo (2011) expone como durante el período 2002-2010 el complejo agroindustrial incrementó su participación en el
producto, pero simultáneamente el sector manufacturero industrial ha realizado una mucho mayor contribución al
crecimiento del mismo (siendo entonces el sector más dinámico).

7
además, que el debate técnico, se fue aislando gradualmente de las teorías del desarrollo, los
fenómenos sociales, los actores sociales y sus intereses de case. A continuación nos
proponemos hacer otra serie de críticas vinculadas con la situación actual del capitalismo para
luego indagar sobre el rol que juega a nivel discursivo este concepto de reprimarización.

La discusión del concepto en el contexto de una nueva configuración


del capitalismo

Hacia mediados de la década de 1980 se profundizan importantes transformaciones en la


forma de acumulación global. Asumen mayor relevancia como actores grandes empresas
transnacionales (ET) que organizan la producción a escala global deslocalizando diferentes
procesos de cadenas globales de valor (CGV) acorde al país en el cual encuentran mayores
ventajas comparativas tradicionales, pero concibiendo aún la producción de manera sistémica.
En este sentido se observa un importante desplazamiento de numerosos procesos industriales
hacia la región de Asia-Pacífico, cobrando gran vigor a partir de la década mencionada el caso
de China. Son transformaciones como los avances en telecomunicaciones, trasporte e
informática y el uso de la robótica en la faz productiva las que permiten estas modificaciones,
entre las que encontramos una importante escisión de etapas productivas según su intensidad
de usos de conocimiento. Estos cambios permiten que procesos industriales con reducido
contenido de valor agregado -como la actividad de ensamblaje- puedan ser tercerizados hacia
firmas instaladas en países que poseen en términos de Fajnzylber competitividad espuria7. En
estas perspectivas evolucionistas -que la CEPAL y exponentes del neodesarrollismo adoptan a
partir de la década de 1980-, los países que experimentaran un proceso virtuoso de crecimiento
económico acompañado por altos salarios serán aquellos que desarrollen o que se denomina
competitividad auténtica8. 9

Siguiendo a Grigera (2011), resulta pertinente traer a colación que estas


transformaciones justamente implican que al ser actividades de servicios aquellas que
preponderantemente generan en la actualidad mayor valor agregado que varias etapas

7
Nos referimos a salarios reducidos por poseer monedas sumamente depreciadas, salarios reales reducidos al interior
de la economía, normas laborales precarias o incentivos y/ o exenciones impositivas a las grandes empresas.
8
En términos de Fajnzylber
9
Estos fenómenos también son explicados por la escuela del conocimiento cognitivo. Desde sus perspectivas, el
conocimiento juega un importante rol tanto en el proceso productivo, como así también en la esfera de la apropiación
del valor (Sztulwark y Míguez, 2013; Vercellone, 2004). Sin desestimar el rol que juega la extracción de plusvalía en las
actividades industriales, desde esta óptica se explica cómo los diferentes saberes y el conocimiento –generados hasta
colectivamente y cuya reproducción tiene costos mínimos-, cumplen un rol relevante en la generación de valor y
también resultan generadores de rentas. Las ET cuentan con mecanismos para apropiarse de esas rentas y bloquear la
difusión de esos conocimientos.

8
industriales, en varios países considerados desarrollados se produce un fenómeno de
desindustrialización y crecimiento de la actividad terciaria.

Nótese, entonces, que a partir de estas las transformaciones en la forma de acumulación


y producción a escala global, el conmensurar la evolución del peso del sector manufacturero en
la actividad económica no necesariamente nos está indicando si al interior de una economía se
desarrollan actividades de mayor contenido de valor agregado. Precisando, la existencia de
actividades secundarias de reducida tecnificación, como así también de algunas primarias o de
servicios intensivas en conocimiento, el trabajo a realizar para evaluar el fenómeno debería
constar de estudios más complejos al interior de cada uno de los sectores.

Por último, queremos remarcar que es a partir de alertar sobre los riesgos de una posible
reprimarización de la economía, que desde concepciones evolucionistas y neodesarrollistas se
prescribe a las economías emergentes que lleven adelante políticas para garantizar la
competitividad auténtica. Esto es, garantizar un adecuado marco micro-meso y
macroeconómico en pos de que al interior de cada país se lleven adelante actividades con
mayor contenido de valor agregado. En otras palabras, así como en diferentes momentos
históricos distintos países levaban adelante devaluaciones competitivas, ahora deberían
competir por ofrecerle a las firmas mandantes de una CGV las mejores condiciones para que allí
localicen las actividades más virtuosas. A este proceso de ascenso por la escalera al interior de
cada CGV se la denomina ascenso industrial.

La reprimarización como un concepto hegemónico

Acorde a Maristella Svampa (2011), existen en el ámbito académico diferentes conceptos


que pueden ser utilizados para la reproducción de ideas hegemónicas que presentan una noción
de progreso y modernidad; otros conceptos que pueden ser empleados como de manera
contestataria en pos de la generación de acciones colectivas de resistencia y otros conceptos
cuyo sentido se encontrará en disputa.

Es interesante remarcar que el estructuralismo fundamentaba que a partir de superar los


límites a los impedimentos de la acumulación de excedentes en manos de la burguesía se
desencadenaría un proceso sostenido y virtuoso que llevaría a mejoras en la calidad de vida de
la población. De manera análoga, estas nuevas perspectivas sobre el desarrollo -
neodesarrollistas y evolucionistas- al prescribir el ascenso industrial como objetivo del accionar
estatal (y aquello que indiscutiblemente se asocia a una mejora en la calidad de vida ‘general’
de la población), nos lleva a una lógica en la cual los medios para la consecución de los
objetivos del desarrollo pueden fijar como prioridades la transferencia de recursos al capital

9
concentrado, el priorizar un marco jurídico a favor del de sector privado, el poner un sistema de
ciencia y técnica para la generación de oportunidades de negocios y ejemplos afines. Es tras
estas lógicas que estos medios se suelen transformar en objetivos.

Nuevas perspectivas críticas sobre el desarrollo y el empleo del


concepto de reprimarización

Una serie de autores críticos a las concepciones de la economía sobre la cuestión del
desarrollo económico también utilizan el concepto de reprimarización. Algunos de ellos
provienen de las ciencias ambientales, la sociología y otras ciencias sociales (y hasta de la
10
propia economía en diálogo con otras disciplinas). Svampa (2011), por ejemplo cuando se
refiere al fenómeno de reprimarización alude a la consolidación de un perfil productivo con alta
especialización en actividades extractivas, consolidación de enclaves de exportación y
concentración económica. En líneas generales, esta autora expone cómo diferentes discursos
sobre el desarrollo pueden jugar a favor de la definición de perfiles productivos como el que
describimos, que resultan por cierto sumamente dependientes. Si bien es cierto que en esta
concepción el grado de diversificación de la matriz productiva sí se tiene en cuenta, no es
menor mencionar que aquí la reprimarización no se trata simplemente de conmensurar el peso
de diferentes actividades económicas sobre exportaciones, el valor agregado o la contribución
al producto, sino que más bien tiene que ver con un debate sobre el tipo de proyecto societal o
modelo de desarrollo, en el cual no solamente se dimensionan los aspectos económicos.

También queremos destacar el empleo del término por parte de Miguel Teubal (2008).
Este autor por su formación emplea la expresión desde un enfoque de la Economía Política, en
el cual expone como efectivamente las alzas en los precios de los productos primario-
extractivos, generan en diferentes países de América Latina una reorientación de los factores de
producción hacia aquellas actividades. Si bien emplea datos de exportaciones y participación en
el producto bruto, este académico justamente lo vincula permanentemente con los fenómenos
sociales, los intereses de los actores y aspectos que hace a la calidad de vida de la población
(como por ejemplo vincular esta profundización de un modelo de economías de enclave con la
pérdida de soberanía alimentaria)

Algunos riesgos de las definiciones sin rigurosidad

10
Destacamos entre estos autores a Eduardo Gudynas, Koldo Unceta, Miguel Teubal y Maristella Svampa

10
Si bien hemos hecho evidente que observamos como alentador en la academia que este
grupo de intelectuales dispute el sentido con el cual se emplea el término para describir
feómenos socio-económicos desde nociones del desarrollo que consideramos contra-
hegemónicas o que vienen a generar contra-sentidos a la retórica evolucionista o
neodesarrollista del desarrollo, observamos en algunos textos –de otros autores que intentan
seguir estos lineamientos contra-hegemónicos- una confusión lineal entre reprimarización y
extractivismo o un uso del término en debate como sinónimo absoluto de la depredación
ambiental. Léase en Ruiz Mendoza y Martínez Torres (2003):

“La globalización capitalista ha venido a significar la


reprimarización en las economías latinoamericanas, es decir, una mayor
profundización en las tasas de devastación de los ‘recursos naturales’ y
los ecosistemas estratégicos de América Latina”

Nótese que este uso –como sinónimo del ataque a la naturaleza-, no dialoga con las
discusiones anteriores. El riesgo de estas confusiones es que estos textos académicos que
denuncian los perjuicios del extractivismo, es que se exponen a convertirse en un blanco
sencillo para ser invalidados y desacreditados a partir de tecnicismos. Los riesgos de ello tienen
que ver con que en un determinado territorio puede estar profundizándose el modelo extractivo
a partir de la expansión de actividades como el monocultivo sojero o la megaminería a cielo
abierto e incuso se puede experimentar una creciente conflictividad social en torno a temáticas
ambientales o la tenencia de la tierra por la expansión de las mismas, sin embargo no
necesariamente esto sucede en simultáneo con una re-orientación de los recursos que reduzca
la preponderancia de los sectores con mayor contenido de valor agregado.

Más allá de esta última alerta, resulta sumamente relevante el continuar profundizando
una utilización del término vinculada a intereses de diferentes actores sociales, o que el mismo
se vincule a un debate sobre proyectos societales en pugna

Reflexiones preliminares y desafíos para el pensamiento crítico


latinoamericano11

Habiendo explorado sucintamente algunos de los usos que se le otorga a la expresión


reprimarización de la economía, sus vínculos con aspectos técnicos y con algunos anclajes
históricos, creemos haber expuesto la relevancia de evitar el debatir sobre si una economía se

11
Habitualmente este tipo de acápites de cierre de un artículo se titulan como “reflexiones finales”. Dado que nuestra
intención es “abrir debates”, se trata de “reflexiones pre-eliminares”.

11
reprimariza o no a partir de conmensurar livianamente algunas variables en el corto plazo sin
entenderla como un fenómeno.

Consideramos que no se debe perder rigurosidad en el análisis de las variables


macroeconómicas y que efectivamente la acepción de que se trata de un proceso de
reorientación de los recursos de una economía hacia actividades de menor contenido de valor
agregado12. Sin embargo, si se conciben a las ciencias sociales desde una perspectiva en la cual
las mismas deben tener un potencial transformador en pos de la generación de proyectos por y
para los sectores subalternos de una sociedad, este fenómeno económico no se debe escindir
de sus vínculos con los pujas de intereses de diferentes actores y el accionar estatal.

En una breve e inicial sistematización, creemos haber expuesto que el concepto de


reprimarización se puede vincular con una retórica neodesarrollista o evolucionista que
prescriba políticas en pos de alcanzar a toda costa los propósitos del ascenso industrial, como
así también hemos evidenciado que el mismo se puede emplear para alertar sobre tendencias a
la conformación de una matriz productiva orientada no amigable con el medio ambiente y
tendiente a la consolidación de economías de enclaves que respondan a intereses de sectores
concentrados (y/ o externos). Por esto último, consideramos el concepto de reprimarización
enmarcado en el debate sobre los modelos de desarrollo en América Latina se trata de una
terminología que -quienes creemos en la posibilidad de ejercer la actividad científica con
propósitos transformadores de la sociedad-, debemos disputar. 13

12
Lo cual puede incluir diferentes sub-actividades económicas de distintas ramas de actividad.
13
A nuestro juicio parece sumamente potente integrar las problemáticas planteadas por los/ as autores/ as que realizan
nuevos aportes sobre la cuestión del desarrollo (como el caso de Svampa o Teubal), con las problemáticas a las cuales
se abocaban los dependentistas.

12
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14
Anexo 1:
Argentina: Participación, crecimientos sectoriales y contribución el crecimiento de
los sectores primario, secundario y terciario 1993- 2011.
Industria Manufacturera +
suministro de electricidad, gas y
Actividades Primarias (1) agua + Construcción (2) Servicios (3)
Año
Tasa de Tasa de Crecim. Crecim. Crecim.
Crecim, Crecim. del Contribución del Contribución del Contribución
del PBI a del VA o Particip. Sector al Crecim. Particip. Sector al Crecim. Particip. Sector al Crecim.
PM PBI a CF (4) (5) (6) (4) (5) (6) (4) (5) (6)
1993 7,09% 27,63% 65,28%
1994 5,84% 6,23% 7,03% 8,89% 0,63% 27,05% 5,25% 1,45% 65,92% 6,35% 4,14%
1995 -2,85% -2,62% 7,69% 8,16% 0,59% 26,01% -7,11% -1,95% 66,30% -1,94% -1,27%
1996 5,53% 5,37% 8,31% 0,29% 0,02% 26,11% 6,65% 1,74% 65,58% 5,49% 3,61%
1997 8,11% 7,96% 7,66% 0,52% 0,04% 27,08% 10,64% 2,81% 65,25% 7,75% 5,10%
1998 3,85% 4,52% 7,16% 5,41% 0,39% 27,03% 3,88% 1,05% 65,81% 4,68% 3,08%
1999 -3,39% -2,84% 6,49% 1,09% 0,08% 26,07% -6,87% -1,85% 67,44% -1,63% -1,07%
2000 -0,79% -0,68% 7,62% 0,20% 0,02% 24,96% -4,04% -1,04% 67,42% 0,53% 0,35%
2001 -4,41% -4,39% 7,43% 1,94% 0,15% 23,99% -7,34% -1,83% 68,58% -4,02% -2,71%
2002 -10,89% -9,97% 16,94% -2,65% -0,21% 25,73% -14,66 -3,54% 57,33% -9,16% -6,21%
2003 8,84% 7,45% 16,80% 6,09% 0,53% 28,92% 17,70% 4,06% 54,29% 4,19% 2,87%
2004 9,03% 8,06% 16,09% -1,26% -0,11% 29,93% 14,52% 3,64% 53,98% 6,83% 4,53%
2005 9,18% 8,77% 15,25% 8,33% 0,66% 29,76% 9,88% 2,63% 54,99% 8,37% 5,48%
2006 8,47% 8,31% 14,38% 2,70% 0,21% 29,65% 10,52% 2,83% 55,97% 8,08% 5,28%
2007 8,65% 8,43% 14,16% 7,47% 0,56% 28,97% 7,97% 2,18% 56,87% 8,74% 5,69%
2008 6,76% 6,34% 13,60% -1,78% -0,13% 28,51% 4,20% 1,15% 57,89% 8,15% 5,33%
2009 0,85% 0,98% 11,15% -12,5% -0,85% 28,16% -1,20% -0,32% 60,70% 3,24% 2,16%
2010 9,16% 8,59% 13,61% 20,78% 1,23% 27,33% 8,31% 2,17% 59,06% 7,64% 5,19%
2011 8,87% 8,57% 14,03% -2,46% -0,16% 27,42% 9,87% 2,58% 58,55% 9,13% 6,15%

(1) Consolidamos Agricultura, ganadería, caza y silvicultura; Pesca; Explotación de minas y canteras
(2) Consolidamos: Industria Manufacturera; suministro de electricidad, gas y agua; Construcción
(3) Consolidamos: Comercio mayorista y minorista; hoteles y restaurantes; Transporte almacenamiento y
comunicaciones; Intermediación financiera; Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler; Administración
pública y defensa; Enseñanza, servicios sociales y salud; Otras actividades de servicios comunitarios, sociales y servicio
doméstico
(4) Calculado sobre el PBI a precios de productor, a precios corrientes
(5) y (6) Calculados sobre el PBI a precios de productor, a precios constantes de 1993
Fuente: Elaboración propia en base a la Dirección Nacional de Cuentas Nacionales – INDEC.

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