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Derecho

De
Integración
Tratado de Libre Comercio de
Centroamérica y Estados Unidos (CAFTA)

Alumna: Linda Cristal M. Nuñez


INTRODUCCIÓN

El Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana es


un acuerdo comercial que busca fomentar el comercio y la inversión entre los países
participantes. Fue firmado en 2004 y entró en vigor en diferentes etapas a partir de 2006. El
propósito del CAFTA es promover el libre comercio y fomentar la integración económica entre los
países centroamericanos

El tratado también busca establecer un marco jurídico y regulatorio transparente y predecible para
el comercio y la inversión, lo que brinda seguridad y confianza a los empresarios y promueve la
atracción de inversiones extranjeras.

El acuerdo ofrece acceso preferencial a los mercados de Estados Unidos para los productos
centroamericanos y dominicanos, lo que puede abrir oportunidades comerciales y aumentar las
exportaciones de estos países. De igual forma, existen argumentos de que el acuerdo beneficia
principalmente a Estados Unidos, que tiene una economía mucho más grande y desarrollada en
comparación con los países centroamericanos y la República Dominicana. Esto puede agravar las
disparidades económicas y aumentar la dependencia de la región de los mercados
estadounidenses. En tal sentido, se verá desde distintas perspectivas como el CAFTA tiene
impacto en los países que forman parte del mismo.
OBJETIVOS

Objetivo general:
 Analizar el Impacto que tiene el CAFTA para los países
miembros.

Objetivos específicos:
 Analizar los fundamentos históricos y políticos que llevaron a la
negociación y firma del acuerdo.
 Investigar y analizar los efectos económicos del acuerdo en
términos de crecimiento económico.
MARCO TEORICO

Tratado de Libre Comercio de Centroamérica y Estados Unidos (CAFTA)

El Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y los Estados Unidos (CAFTA) fue
negociado entre enero de 2003 y enero de 2004, al cual se incorporó la República
Dominicana en julio de 2004 adoptando en ese momento la sigla DR-CAFTA. Salvo
Costa Rica, todos los países firmantes lo han ratificado.

El CAFTA tiene como objetivos fundamentales estimular la expansión y diversificación


del comercio en la región, eliminar los obstáculos al comercio y facilitar la circulación
transfronteriza de mercancías y servicios, promover condiciones de competencia leal
en la zona de libre comercio, aumentar sustancialmente las oportunidades de inversión
y hacer valer los derechos de propiedad intelectual. Dado que se trata de objetivos
planteados de manera oficial, debe tenerse en cuenta que el cumplimiento está sujeto a
diversos factores como la voluntad política de los gobiernos, las condiciones
económicas de los países y las coyunturas de aplicación de las normas dispuestas por
el tratado.

El tratado no entra en contravención con acuerdos regionales previos, por lo que el


proceso de integración centroamericano no se ve afectado. Sin embargo, cualquier
medida que como región se adopte deberá estar sujeta a las disposiciones del TLC, lo
cual sitúa al tratado por encima de las nuevas disposiciones regionales en materia de
integración. Es un tratado que busca la creación de una zona de libre comercio entre
los países firmantes. Hace permanente los beneficios para el 80% de productos
centroamericanos que brinda la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC), abarcando un
volumen comercial de treinta mil millones de dólares.1 Está compuesto por veintidós
capítulos, divididos cada uno en artículos.

La negociación, firma y ratifica el tratado que se realizó en condiciones diferenciadas,


amoldándose a las características y contexto político y social de cada Estado parte; el
proceso se inició en 2003 para todos los países a excepción de República Dominicana,
concretándose la adopción del texto para todos los países involucrados, en 2004 y
entrando en vigor en distintas fechas para cada país a partir de 2006.

Por otro lado, considerando que la rama fundamental del tratado consiste en las
disposiciones concernientes al trato comercial, es relevante abordar elementos como el
arancelario, movimiento aduanero, origen de los productos y las reglas internas para el
tráfico de mercancías. Como complemento, el CAFTA se ocupa de legislar los aspectos
relativos a producción higiénica y protección al medio ambiente, respeto a los derechos
de propiedad intelectual e inversión pública y privada, así como toda la legislación
laboral en los Estados de la zona CAFTA. También especifica los mecanismos para
dirimir controversias y para el establecimiento de normativas de mutuo acuerdo.

Pese al beneplácito de los Estados firmantes, el CAFTA ha recibido múltiples críticas


de carácter político y económico, abriendo un amplio debate acerca del balance entre
ventajas y desventajas que aporta la aplicación del tratado.

La iniciativa del Tratado de Libre Comercio de Centro América con Estados Unidos
(CAFTA, por sus siglas en inglés) se enmarca en un contexto internacional provocado
por el cambio del mundo bipolar y la caída de los “países del socialismo real” en
Europa lo que ha venido permitiendo la expansión de la Unión Europea (UE) hacia el
este, proceso que continúa y se profundiza hasta hoy. Recientemente la UE ha
adoptado el acuerdo de acoger otros diez países. Este proceso ha tenido diferentes
réplicas. En Asia el principal referente lo constituye la APEC (Asian Pacific Econo mic
Initiative). En el continente americano, y con el antecedente del acuerdo de libre
comercio entre Canadá y Estados Unidos (1989) se suscribió, en 1993, el Tratado de
Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA) entre México, EE.UU., y
Canadá.

En 1994, se lanza la iniciativa del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) en
la Primera Cumbre de las Américas en Miami, cuando 34 países del continente
americano, con excepción de Cuba, acordaron establecer un Acuerdo de Libre
Comercio, con un claro liderazgo de los Estados Unidos (EE.UU.). Mientras el proyecto
del ALCA se encontraba en relativo estancamiento, el Congreso de los EE.UU., aprobó
en agosto de 2002 la Ley de Potestad para la Promoción del Comercio (Trade
Promotion Autority Act-TPA), para iniciar las negociaciones del CAFTA. Los EE.UU.,
constituyen el principal mercado de exportación de los países centroamericanos, más
del 50 por ciento del intercambio comercial.

El CAFTA es mucho más que el comercio de bienes: se trata de liberalización de


sectores tales como servicios, compras gubernamentales, libre movimientos de
capitales e inversiones, configurándose así la creación de un territorio económico único
que tendría enormes impactos sobre las políticas de desarrollo. La característica
principal del CAFTA es el poder hegemónico de los EE.UU., como ancla de estabilidad
y potencial factor de control político. Al aportar cerca del 99.4 por ciento del PIB, los
EE.UU., serán incuestionablemente los líderes del CAFTA.

El CAFTA significará la petrificación del modelo primario exportador, fundado en las


ventajas comparativas de los recursos naturales, como estrategia de desarrollo, o más
propiamente, de crecimiento indisolublemente asociado a los ciclos del capitalismo
central. Un modelo primario exportador basado en las ventajas comparativas de los
recursos naturales es el más cómodo y fácil en lo que respecta a la formación de
capital, lo que por lo demás se aviene como anillo al dedo a la mentalidad rentista que
históricamente ha distinguido a las élites nacionales; es el desigual en la distribución
del ingreso; es el más vulnerable a los capitales golondrina y es el más dependiente de
los ciclos externos de la economía internacional y de variables incontrolables como
niveles de precios y competencia de otras economías con superiores ventajas
comparativa s.

La discusión sobre el CAFTA en los partidos políticos

No ha sido motivo de debates significativos en su interior. Esta ausencia de la clase


política con respecto a las negociaciones se expresa claramente en la marginación del
parlamento de todo el proceso negociador. La participación de los organismos de los
trabajadores ha sido “desde afuera”, no han tenido la oportunidad de expresar sus
opiniones a los funcionarios gubernamentales. Tampoco existe participación
institucionalizada de la sociedad civil. En la medida en que la participación de estos
sectores sociales y políticos no ha sido “canalizada” al interior del proceso negociador,
naturalmente han adoptado una tónica de oposición.

Sectores sociales y productivos están preocupados por las consecuencias en cuanto a


pérdidas de empleos y de sus conquistas sociales. Hay una clara angustia por proteger
los limitados beneficios sociales que sobreviven apenas a las políticas de ajuste
estructural y recorte del gasto público desde comienzo de los años noventa del siglo

XX. La búsqueda de mecanismos compensatorios para atenuar las consecuencias


negativas de las asimetrías entre Centroamérica y los EE.UU., de cara al CAFTA, son
objetivos del movimiento social. La participación de la sociedad civil en la formulación
de los contenidos y alcances no ha sido importante o no ha existido literalmente.
Algunos sectores del empresariado han tenido una mayor participación debido a su
cercanía con el propio aparato gubernamental. La desigualdad entre ambos países
impone la necesidad de establecer medidas compensatorias en favor del más débil. Sin
embargo, este criterio básico no está presente en las negociaciones. Al contrario, con
el TLC se profundizarán los desequilibrios económicos y se acentuarán las
desigualdades con los EE.UU. Posiblemente, cuando entre en vigencia el TLC, la
estructura productiva del país se modificará, favoreciendo algunos rubros de
exportación, destruyendo los rubros para mercado interno y acentuando la sustitución
de producción nacional por importaciones.

El CAFTA en el contexto Internacional

Desde mediados del siglo XIX hasta la fecha, la hegemonía norteamericana sobre la
región centroamericana ha sido continua e indiscutible. Aunque denunciada una y otra
vez por los centroamericanos, la Doctrina Monroe es la expresión de esa realidad. Los
principales problemas de los países centroamericanos han sido: la dependencia
económica, política e intelectual del exterior; las profundas desigualdades sociales, la
pobreza extrema al lado de la riqueza y el despilfarro, la ausencia de libertades
públicas, la represión, el militarismo, la inestabilidad de las instituciones, el desorden, la
demagogia, las mitomanías, la elocuencia hueca, la mentira y sus máscaras, la
corrupción, el arcaísmo de las actitudes morales, el retardo en las ciencias y las
tecnologías, la intolerancia en materia de opiniones, creencias y costumbres.

El ALCA, así como el CAFTA, el Plan Puebla Panamá (PPP) y el Plan Colombia (PC),
son los instrumentos del capital internacional, particularmente estadounidense, para
obtener las riquezas de los pueblos latinoamericanos y centroamericanos.

Es un proyecto pensado y planeado en Washington con un doble planteamiento:


anunciar grandes y novedosos planes económicos que prometen aplicar en la zona y,
al mismo

tiempo, garantizarlos con los ejércitos de cada país, instruidos y armados por el
Pentágono, cuya misión será proteger la aplicación de dichos planes.

El interés del gobierno de los EE.UU., no es compartir los beneficios de una


idílica liberalización comercial a través del CAFTA sino penetrar en los mercados
centroamericanos, arrasando con los productores nacionales para compensar su
gigantesco y creciente déficit comercial, que en 2001 alcanzó a 346 mil millones de
dólares. El interés del gobierno de los EE.UU., no es compartir los beneficios de la libre
inversión de capital, sino extraer utilidades para compensar su déficit de cuenta
corriente que alcanzó 375 mil millones de dólares el año 2002.

En los últimos tiempos la posición estadounidense ha incorporado un nuevo


ingrediente: una oleada proteccionista por encima de lo habitual que, sin embargo,
coexiste con la retórica de la apertura comercial y muestra el abismo entre el discurso
engañoso y los intereses reales. Al elevar los aranceles en 30 por ciento al acero
importado y destinar

Principales Asimetrías del CAFTA


Tanto la negociación actual, como un futuro acuerdo del CAFTA, son profundamente
asimétricas. Implican por un lado a los EE.UU., la economía más grande del mundo,
con las economías centroamericanas, mucho menores. La asimetría también se
observa en la propia negociación arancelaria, donde las naciones de Centro América
deberán reducir sus aranceles y protecciones, de hecho ya muy bajas, sin saberse
cuáles serán las contrapartidas de los EE.UU., en rubros claves como el
agroalimentario. La misma asimetría se repite en otras cuestiones, como la pretensión
de Washington de mantener sus mecanismos de antidumping o de expandir sus
exigencias en patentes.

Estas asimetrías no están contempladas en la negociación por mecanismos que


amparen a las naciones centroamericanas. No se han conformado mecanismos
políticos para lidiar con la enorme disparidad entre las naciones negociantes. El
CAFTA tal como se propone es además un proceso de articulación entre países que
genera subordinación.

La importancia del CAFTA para Centroamérica

Los EE.UU., sabe que los empresarios centroamericanos son fácilmente seducidos
por el tamaño de su mercado. 272 Por eso, para los empresarios y para quienes
participan en su negociación, el TLC con los EE.UU., lo ven como una bendición para
el desarrollo de la región centroamericana, debido a que esperan: incremento de las
exportaciones y los empleos que producen; maquiladoras y los trabajadores que
trabajarán en ellas; inversiones y la industrialización que pueda producir vinculación
estrecha con la economía estadounidense.

Para los funcionarios de los gobiernos centroamericanos y las elites empresariales el


TLC con los EE.UU., puede salvar a Centroamérica de la debacle económico-social.
Ellos piensan que el CAFTA beneficiará a los empresarios, aumentará la inversión
extranjera y dará más empleo. 273 Sin embargo, sin cooperación técnica y
capacitación será imposible lograr los objetivos previstos por el tratado, ya que el libre
comercio es insuficiente para facilitar la convergencia en los niveles de ingresos de la
población.

Sólo con una sólida y sostenida asistencia técnica podrían asegurarse los beneficios
que ofrece el CAFTA. Esta asistencia técnica deberá orientarse a facilitar la
integración, a fortalecer la capacidad productiva, a fomentar la competitividad, a
estimular las innovaciones y a cooperar en la transferencia tecnológica. Pero los
EE.UU., además, dentro de los requisitos fundamentales a cumplir, se deberán
encarar, esencialmente, el tratamiento de las asimetrías, de modo que los países más
pequeños puedan aprovechar las ventajas que les ofrece un mercado ampliado.

CONCLUSIONES

El CAFTA ha tenido un impacto positivo en los países miembros al fomentar el


crecimiento económico, expandir el comercio y promover la modernización. Sin
embargo, también ha requerido esfuerzos adicionales para abordar los desafíos y las
desigualdades resultantes. Como en cualquier tratado comercial, los beneficios y
desafíos pueden variar entre los países miembros y los diferentes sectores
económicos.

Un aspecto histórico para concluir la ratificación del CAFTA es que ofrecía a los
países centroamericanos y la República Dominicana un acceso preferencial al
mercado estadounidense al eliminar gradualmente los aranceles y las barreras
comerciales en una amplia gama de productos. Esto se consideró beneficioso para
las economías de la región, ya que Estados Unidos es un importante mercado de
exportación y fuente de inversión extranjera directa.

Algunos críticos argumentan que los beneficios económicos del CAFTA no han sido
equitativos y que ha habido impactos negativos en ciertos sectores, como la
agricultura y la industria local, así como en los derechos laborales y el medio
ambiente. Es importante tener en cuenta que las opiniones sobre el CAFTA son
diversas y han generado debates en los países involucrados.
BIBLIOGRAFIAS

Vargas, O. R. (2003). ¿QUE ES EL CAFTA? Managua: Escuela de Derecho


Universidad.

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