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Cuando se dice esto se refieren a dos personas, que de alguna manera se sienten atraídos
ya sea física o emocionalmente, es cuando se sienten cómodos uno con el otro, y las cosas
fluyen naturalmente, pasan un buen tiempo juntos riéndose y contándose anécdotas. Estas
sensaciones de alegría y comodidad son solo posible si ambas personas son correspondidas,
ya que, si una persona se da cuenta que no recibe lo mismo que da, empiezan a surgir los
sentimientos de tristeza.
Cuando a penas conocemos a una persona con la que tenemos “química”, se desarrolla
la dopamina en nuestro cerebro, es un neurotransmisor que nos hace sentir placer y euforia
al estar con la persona amada, eso nos crea la “necesidad” de estar con esa persona, después
cuando vayamos sintiendo que al estar con esa persona nuestro corazón va ligeramente más
rápido, es por se está produciendo la norepinefrina, luego de un tiempo hablando con la
persona que nos hace sentir así, se desarrolla la feniletilamina, este neurotransmisor lo
vuelve todo más intenso. Se combina con el resto de compuestos de la química del amor y
nos hace sentir increíblemente felices, optimistas y motivados.
Después de todas estos procesos, vienen estos neurotransmisores, que nos ayudan a
establecer un compromiso y establecerse como pareja, La oxitocina nos ayuda a forjar lazos
permanentes con nuestra pareja y se libera con el contacto físico, haciendo que nos
sintamos más unidos con la otra persona, pero esta también influye en los celos cuando
estamos ante una situación que consideramos “una amenaza” descienden los niveles de
oxitocina y aumentan los de cortisol, que hace que sintamos miedo, pánico y ansiedad. La
serotonina nos hace sentir felicidad simplemente por estar al lado de nuestra pareja, al igual
que ocurre con una droga, el cerebro se habitúa a la serotonina y cada vez quiere una dosis
más grande, por eso algunas personas buscan constantemente nuevos amantes o le
demandan al actual cada vez más muestra de amor.
¿Por qué se dice que “del amor al odio hay un paso”?