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¡Vamos a Pescar!
Juan 21: 3

Introducción:
Esa noche Pedro va de pesca. La barca no se sabe a quién pertenece. Pero eso no nos importa mucho. Cuatro
discípulos se han invitado a sí mismos para acompañar a Pedro. Estos son: Tomás, Natanael, Santiago y Juan su
hermano. Otros dos son anónimos. Pienso que somos usted y yo. Para ambos hay espacio en la barca.
En este viaje de pesca aprenderemos seis principios que, bien aplicados, nos ayudarán a alcanzar el éxito humano.
Entremos, pues, a la barca, y seamos analistas de la situación.

1. Primer principio, debemos hacer una inversión de tiempo y de recursos:


a) El pasaje nos habla de dos tiempos, una “noche” de fracaso y un “amanecer” de realización
(21: 2, 4)
b) Pedro era un líder innato. Uno que le gustaba invertir tiempo para lograr algo. Él no invitó
a nadie, sólo afirmó: “Voy a pescar” Esa afirmación retó a cuatro discípulos y nos reta a
nosotros para que digamos: “Vamos nosotros también contigo” (21: 3)
c) Dos de esos discípulos eran pensadores negativos. Natanael, en su encuentro inicial,
cuando Felipe le habló de Jesús, dijo: “¿De Nazaret puede salir algo bueno?” (Juan 1: 46)
Tomás fue escéptico a la noticia del Cristo Pascual: “Si no viere en sus manos la señal de
los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado no
creeré” (Juan 20: 25)
Los otros dos eran pensadores positivos. Dos están secretos, usted y yo. Y Pedro, un líder
impulsivo, determinado y arriesgado.
En el mundo hay dos clases de personas:
1. Los que tienen una fe negativa y confiesan que no
pueden.
2. Los que tienen una fe positiva y confiesan que pueden
(Filipenses 4: 13)

Pensamiento para repetir: El éxito exige de mí una inversión de


tiempo y de recursos. Primero haré lo que a mi me corresponde, y luego dejaré que el Señor
Jesucristo haga lo que a Él le corresponde.

2. Segundo principio, debemos desarrollar un plan a seguir:


a) Pedro dijo: “Voy a pescar” Ellos están dispuestos a adoptar ese plan: “Vamos nosotros
también contigo”.
b) Aquí surge un consenso de equipo. No es un plan independiente, sino colectivo. Pedro es la
mente intelectual, el pensador de la empresa, el creyente visionario, ellos os adoptadores y
receptores de la visión.
c) Todo plan debe responder a dos interrogantes: ¿qué voy a hacer? Y ¿por qué lo voy a hacer?

3. Tercer principio, debemos tener objetivos fijos y claros:


a) Los objetivos de esa noche eran “pescar”. No se estaban entreteniendo con nada que no
fuera la pesca.
b) Varias preguntas importantes son: ¿Hacia dónde debo concentrarme? ¿Será productiva mi
decisión? ¿Vale la pena hacer lo que quiero hacer?
Pensamiento para repetir:
Ser visionario no me cuesta nada, ser emprendedor de una visión me

cuesta mucho. Hay noventa y nueve personas mejores que yo. Cuando ellas no quieren hacer
algo para el Señor Jesucristo y Éste me pregunte a mí, yo le diré que sí.

4. Cuarto principio, debemos aceptar los fracasos iniciales:


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a) Leemos: “y aquella noche no pescaron nada” No siempre logramos lo que queremos en el
tiempo esperado. Pro eso, los proyectos deben ser a corto y a largo plazo.
b) Esos fracasos iniciales nos conducen:
1. A un proceso de evaluación.
2. A un proceso de mejoramiento.
Pensamiento para repetir:
El éxito es de personas como yo, que han fracasado una, dos, tres o más veces; pero no
fracasaremos en el empeño de triunfar. Dudaré siempre de la duda de que no puedo.

5. Quinto principio, debemos reestructurar un plan de acción mejorado:


a) Jesús se les apareció en la orilla de la playa y les dijo: “Echad la red a la derecha de la
barca, y hallaréis” (21: 6)
b) Dios es un Dios de ideas que las comparte con sus hijos. Allí Jesús inspiró un plan de
acción mejorado.
c) No se puede confundir la visión con la misión. Todo plan está sujeto a cambios.
Pensamiento para repetir:
Cuando no pueda pescar a la izquierda, pescaré hacia la derecha. Oraré, visualizaré y actuaré.

6. Sexto principio, debemos estar preparados para los resultados:


a) Se nos declara: “Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de
peces” (21: 6)
El resultado fue tal que la barca tuvo que arrastrar la red de peces (12: 8)
b) En esa red se pescaron ciento cincuenta y tres peces (21: 11) Juan dice: “y aun siendo
tantos, la red no se rompió” (21: 11)
Los resultados siempre se determinan por el inventario o la evaluación de las ganancias.
c) La red estaba lista con anticipación para el éxito que se logró. La improvisación es enemiga
de los buenos resultados. La preparación se antepone al éxito.
¿Estamos preparados para los resultados? Toda empresa de productividad necesita dos
elementos:
1) El elemento humano, las personas.
2) El elemento mecánico, el equipo. Para los creyentes en Jesucristo hay un tercer
elemento vital, y es la fe en Dios y en lo que Él dice en su Palabra.
Pensamiento para repetir:
Estaré siempre preparado para la gran pesca que Jesucristo me dará. Su no puedo llevar la
red llena en la barca, con la barca arrastraré la red.

Conclusión:
Repita estos principios y póngalos a funcionar en su vida:
1. Haré una inversión de tiempo y recursos.
2. Desarrollaré un plan a seguir.
3. Tendré objetivos fijos y claros.
4. Aceptaré los fracasos iniciales.
5. Reestructuraré un plan de acción mejorado.
6. Estaré preparado para los resultados.

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