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«Así ha dicho el SEÑOR: “Maldito el hombre que confía en el hombre, que se apoya en lo
humano y cuyo corazón se aparta del SEÑOR.» — Jeremías 17:5 (RVA 2015)
«!Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de Mí; para
cobijarse con cubierta, y no de Mi Espíritu, añadiendo pecado a pecado! Que se apartan
para descender a Egipto, y no han preguntado de Mi boca; para fortalecerse con la fuerza
de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto.» — Isaías 30:1-2 (RVR 1960)
Saúl llegó al punto en el que el Señor ya no le contestaba, ni recibía ninguna directriz del
Espíritu de Consejo. Esto nos muestra que no podemos vivir en desobediencia, en pecado, y
esperar que el Señor atienda nuestras peticiones.
«Y Saúl consultó al Señor, pero el Señor no le respondió ni por sueños, ni por Urim, ni por
profetas.» — 1 Samuel 28:6 (NBLA)
Cuando Saúl se sintió desesperado y sin saber qué hacer, continuó pecando y buscó a una
médium, una pitonisa, a una mujer que tuviera un «espíritu familiar», alguien que «invocara
a los muertos», esta práctica va en contra de los mandatos del Señor en Levítico 19:31, 20:6
y en Deuteronomio 18:10-14. Esto a pesar de que el mismo Saúl ya había desterrado a
quienes practicaban hechicería y espiritismo.
«Ya Samuel había muerto. Todo Israel había hecho duelo por él, y lo habían enterrado en
Ramá, que era su propio pueblo. Saúl, por su parte, había expulsado del país a los adivinos
y a los hechiceros.» — 1 Samuel 28:3 (NVI)
«Así murió Saúl por la transgresión que cometió contra el Señor por no haber
guardado la palabra del Señor, y también porque consultó y pidió consejo a una
adivina, y no consultó al Señor. Por tanto, Él le quitó la vida y transfirió el reino a David,
hijo de Isaí.» — 1 Crónicas 10:13-14 (NBLA)
«Y cuando les digan: “Consulten a los que evocan a los muertos y a los adivinos que
susurran y murmuran al hablar”, respondan: “¿Acaso no consultará un pueblo a su Dios?
¿Consultará a los muertos a favor de los vivos?» — Isaías 8:19 (RVA 2015)
Ahora veamos el ejemplo de Asa, rey de Judá, él hizo cosas buenas y agradables ante los
ojos de Dios (1 Reyes 15:11-14), sin embargo, falló cuando no puso su confianza en Dios,
sino que se apoyó en personas, como el rey de Aram:
«Con Dios están la Sabiduría y el Poder; suyo son el Consejo y el Entendimiento.» — Job
12:13 (RVA 2015)
«En el año treinta y nueve de su reinado, Asa se enfermó de los pies. Su enfermedad era
grave, pero aun en su enfermedad no buscó al Señor, sino a los médicos. Y Asa durmió
con sus padres. Murió el año cuarenta y uno de su reinado.» — 2 Crónicas 16:12 (NBLA)
Posiblemente esa sea la razón por la cual Asa murió, por confiar en los médicos en lugar de
buscar a Dios. En la actualidad es sorprendente ver la fe y la obediencia absoluta de las
personas hacia los médicos, observe cómo las personas, en su mayoría, siguen al pie de la
letra lo que les recetan los doctores, en total sumisión, por ejemplo, al seguir tratamientos
extremos como las quimioterapias, tratamientos que van en contra de las enseñanzas
bíblicas, como los de fertilidad y «terapias» genéticas, etc. Por lo general, sin detenerse a
cuestionar los diagnósticos médicos, sin pedir segundas opiniones, sin importar si se trata
de doctores incrédulos, que se basan en una ciencia que va en contra de la Creación del
SEÑOR. En los Estados Unidos, las estadísticas muestran que la tercer causa de muerte
después de los problemas de corazón y del cáncer, son los errores de los médicos. Muchas
de las actuales adicciones a los opioides han sido causadas por recetas médicas que
inicialmente buscaban aliviar el dolor, pero que más tarde se convirtieron en adicciones a
estas potentes drogas. Tenga cuidado en quién confía, y ante todo encomiéndese a Dios.
Para su referencia puede ver nuestra serie de artículos Los opioides (heroína) — Las
adicciones que nos alejan de Dios (Parte 1). Con esto no estoy diciendo estar en contra de
los doctores, Dios puede elegir hacer curas milagrosas en ciertos casos, y en otros utilizar a
los médicos para curar a las personas, pero considere siempre poner a Dios en primer lugar
y buscar Su dirección, Su consejo.
«Es mejor confiar en el Señor que confiar en el hombre.» — Salmos 118:8 (DHH)
«El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios. No está Dios en todos sus
pensamientos.» — Salmos 10:4 (JBS)
«Entonces Absalón dijo a Ajitofel:—Da tu consejo sobre lo que debemos hacer. Y Ajitofel
contestó a Absalón: —Únete a las concubinas de tu padre, que él dejó para guardar el
palacio. Todo el pueblo de Israel oirá que te has hecho odioso a tu padre, y se fortalecerán
las manos de todos los que están contigo. Entonces instalaron una tienda para Absalón
sobre la azotea, y él se unió a las concubinas de su padre a la vista de todo Israel.» — 2
Samuel 16:20-22 (RVA 2015)
Absalón siguió el consejo de Ajitofel y se acostó con las concubinas de su padre, algo
claramente prohibido en las Escrituras (Levítico 18:8, 20:11; Éxodo 20:14). Absalón a
pesar de querer quitarle el trono a su padre, no tuvo el discernimiento para inmediatamente
darse cuenta que estaba siendo mal aconsejado por Ajitofel, cuyo nombre significa
«hermano de necedad» (o insensatez, locura). Cuando alguien no lee las Escrituras, o bien
tan solo se queda con los principios básicos de las Escrituras, no tiene el discernimiento
suficiente para distinguir entre lo bueno y lo malo (Hebreos 5:11-14), queda expuesto a que
alguien venga y lo «aconseje», de modo que puede estarle aconsejando que cometa pecado,
y la persona no podrá darse cuenta del grado de maldad de ese consejo. Puede ver para
mayor referencia nuestros artículos Descifrando palabras clave: Leche y Miel y ¿Qué es el
don de discernimiento de espíritus? Por cierto, el consejero Ajitofel terminó suicidándose
(2 Samuel 17:23).
«Los malvados están lejos de Tu salvación, porque no buscan Tus estatutos.» — Salmos
119:155 (RVC)
«El entendimiento es fuente de vida para el que lo posee, pero la instrucción de los necios
es necedad.» — Proverbios 16:22 (NBLA)