Está en la página 1de 6

EL GALLITO CIEGO

En muchas ocasiones, la Palabra de Dios nos sorprende con su


imparcialidad, en el sentido que nos muestra a grandes personajes bíblicos
tal y como son, con sus virtudes y defectos, sus aciertos y sus errores. Hoy
quisiera compartirles una pequeña y muy lamentable porción de la historia
del rey David.

2 Sm 11.1–4a
1
En la primavera, cuando los reyes suelen salir a la guerra,
David envió a Joab y al ejército israelita para pelear contra
los amonitas. Destruyeron al ejército amonita y sitiaron la
ciudad de Rabá. Sin embargo, David se quedó en Jerusalén.
2
Una tarde, después del descanso de mediodía, David se
levantó de la cama y subió a caminar por la azotea del
palacio. Mientras miraba hacia la ciudad, vio a una mujer de
belleza singular que estaba bañándose. 3 Luego envió a
alguien para que averiguara quién era la mujer y le dijeron:
«Es Betsabé, hija de Eliam y esposa de Urías el hitita».
4
Así que David envió mensajeros para que la trajeran y
cuando llegó al palacio, se acostó con ella…

Esto que a nuestros ojos nos parece algo tan difícil que nos suceda, y no
hablo del hecho de que seamos reyes, sino a caer tan fácilmente en pecado,
en realidad no es tan difícil y me gustaría ilustrarlo con un juego.
Muchos de nosotros, si no todos, de chicos hemos jugado al gallito
ciego. Ese juego en el que se nos vendan los ojos, y luego de hacernos dar
algunas vueltas, debemos tratar de atrapar a alguno de los otros
participantes, lo que no es nada fácil considerando que nuestros sentidos de
la visión, orientación y estabilidad están afectados, sumado a que los otros
participantes se encuentran en constante movimiento y nunca falta el que
nos pone el pie o nos empuja para hacernos caer.
Los más experimentados en el tema, se habrán dado cuenta que, para no
ser el hazmerreír del resto, debemos hacer dos cosas. Pararnos firmes hasta
que el mareo se nos pase, y estar atentos a todos los ruidos que escuchemos
para saber hacia qué dirección nos debemos dirigir y atrapar a otro jugador,
sin sufrir las consecuencias.
De la Biblia podemos aprender como jugar y a su vez, nos enseñará cual
fue el error de David que lo llevó a caer en pecado.
EL GALLITO CIEGO
Estar Alerta
Mt 26.41a
41
Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu
a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
La Palabra de Dios nos enseña que debemos estar alertas, despiertos,
atentos a los peligros que nos rodean y en constante comunicación con
Cristo, hablándole y escuchándole a través de la oración, para no caer en la
tentación.
¿Qué es la tentación?
Stg 1.13–15
13
Cuando sean tentados, acuérdense de no decir: «Dios me
está tentando». Dios nunca es tentado a hacer el mal y jamás
tienta a nadie. 14 La tentación viene de nuestros propios
deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran. 15 De esos
deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se
deja crecer, da a luz la muerte. NTV
La tentación, es el impulso que nos lleva a cometer pecado.
1 Jn 2.15–16
15
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si
alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
16
Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne,
los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene
del Padre, sino del mundo.
Estos impulsos provienen de nuestros deseos pecaminosos y pueden
distinguirse como:
- Deseos de la carne: Se refiere a los placeres sensuales. Yo siento.
- Deseos de los ojos: Se refiere a la codicia o materialismo. Yo
quiero.
- Vanagloria de la vida: Se refiere al orgullo de nuestra posición en
el mundo. Yo soy.
1 Jn 2.17
17
Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la
voluntad de Dios permanece para siempre.
EL GALLITO CIEGO
Imagínense al gallito ciego, tratando de caminar sin ver, mareado y sin
saber hacia dónde se dirige. No va a demorar mucho en tropezar, caer y
golpearse. Así es la persona que se guía por sus deseos.
Pablo nos enseña que éstos deseos deben desaparecer.
Col 3.5a
5
Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: …
Y debemos guiarnos por el Espíritu.
Mt 26.41b
41
Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu
a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
La carne es débil, incapaz de hacernos vivir una vida conforme a la
voluntad de Dios, y no solo es incapaz, sino que se opone a la voluntad de
Dios.
Gl 5.16-17
16
Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los
deseos de la carne. 17Porque el deseo de la carne es contra el
Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen
entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
La única manera que podemos caminar sin tropezar, es siendo
cuidadosos en todo tiempo y conociendo como es que Dios quiere
que caminemos.
Ef 5.15–17
15
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios
sino como sabios, 16aprovechando bien el tiempo, porque los
días son malos. 17Por tanto, no seáis insensatos, sino
entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
Recuerden que el gallito ciego dispone de un solo sentido para guiarse,
su oído, en nuestro caso es oír la voz de Dios.
Pero nuestra incapacidad para caminar solos no es el único problema, a
eso le debemos sumar la dificultad que le ponen el resto de los
participantes.
EL GALLITO CIEGO
En nuestra vida diária, el diablo en nuestro segundo adversario, ya que
el primero son nuestros deseos pecaminosos los cuales debemos hacer
morir.
Ef 2.1–2
1
Antes ustedes estaban muertos a causa de su
desobediencia y sus muchos pecados. 2 Vivían en pecado, igual
que el resto de la gente, obedeciendo al diablo —el líder de los
poderes del mundo invisible—, quien es el espíritu que actúa
en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios.NTV
Todo el que se niega a obedecer a Dios, se convierte en seguidor del
diablo
1 P 5.8–9
8
Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo,
como león rugiente, anda alrededor buscando a quien
devorar; 9al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los
mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros
hermanos en todo el mundo.
Siempre va a estar dando vueltas alrededor nuestro buscando de
qué manera nos puede hacer entrar en tentación para que
desobedezcamos a Dios.
Stg 4.6b–7
6b
…Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.
7
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de
vosotros.
Es escuchando y sometiéndonos a la vos de Dios es que podemos
resistir al diablo hasta que el finalmente se va a dar por vencido.
El hecho de que Jesús tenía que orar mientras ministraba aquí en la
tierra es prueba suficiente de que nosotros necesitamos orar.
Él nos enseñó que debemos orar así.
Mt 6.13
13
No permitas que cedamos ante la tentación, sino
rescátanos del maligno. NTV
EL GALLITO CIEGO
Orar es reconocer que necesitamos de la ayuda de Cristo para no caer en
tentación, de que su vos, es la única que nos puede mantener sin caída.
Pensar que podemos por nuestras propias fuerzas mantenernos firmes es un
grave error. Ya tenemos el ejemplo de Pedro.

Mt 26.33–34
33
Pedro declaró:
—Aunque todos te abandonen, yo jamás te abandonaré.
34
Jesús respondió:
—Te digo la verdad, Pedro: esta misma noche, antes de que
cante el gallo, negarás tres veces que me conoces. NTV
Pablo nos alienta a mantenernos en oración, no solo por
nosotros, sino también por otros.
Ef 6.18
18
Oren en el Espíritu en todo momento y en toda ocasión.
Manténganse alerta y sean persistentes en sus oraciones por
todos los creyentes en todas partes. NTV
Esta oración hacia los demás debe ser hecho con total humildad, ya que
nosotros no estamos libres de caer en lo mismo.
Gl 6.1–3
1
Amados hermanos, si otro creyente está dominado por
algún pecado, ustedes, que son espirituales, deberían ayudarlo
a volver al camino recto con ternura y humildad. Y tengan
mucho cuidado de no caer ustedes en la misma tentación.
2
Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y
obedezcan de esa manera la ley de Cristo. 3 Si te crees
demasiado importante para ayudar a alguien, sólo te engañas
a ti mismo. No eres tan importante. NTV

1 Co 10.12–13
12
Si ustedes piensan que están firmes, tengan cuidado de
no caer. 13 Las tentaciones que enfrentan en su vida no son
distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no
permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan
EL GALLITO CIEGO
soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida,
para que puedan resistir. NTV
La idea de no caer en tentación, es mantenernos firmes en Cristo. Esto
al principio nos parece un fastidio, pero con el tiempo, nos vamos dando
cuenta que se siente mejor estar en Cristo que lejos de él.
Ya que cada vez que caemos, el Espíritu Santo se pone triste por nuestra
falla.
Ef 4.30
30
Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual
fuisteis sellados para el día de la redención.
Por último, podemos estar confiados en que Cristo nos va a dar la
victoria sobre satanás. Y para mantener esa paz que sentimos al estar
a cuentas con Dios.
Ro 16.20
20
Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo
vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con
vosotros.
La clave es ésta: Estar constantemente en oración y confiar en Cristo.
Flp 4.6–7
6
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras
peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción
de gracias. 7Y la paz de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús.

Jud 24–25
24
Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y
presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría,
25
al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y
majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos.
Amén.

También podría gustarte