Está en la página 1de 4

La felicidad no dura para siempre. El mundo es una balanza en constante equilibrio.

La vida es una historia, todos tienen su felicidad; al igual que todos tienes sus
propias tragedias. En un mundo donde no se sabe lo que es bueno y malo...¿Puede al
menos el destino compadecer dos almas en desdicha?

Me encontraba en la casa, estaba nervioso, Yibo estaba inconsciente en la


habitación y yo como siempre...esperando su despertar, inútilmente, sin poder hacer
nada.

-Zhan-ge.-un suave susurro llegó a mis oídos, rápidamente dirigí mi mirada al


origen de aquella dulce pero dolorosa voz.

-Bodi.-sonreí, una sonrisa falsa, llena de dolor.-¿Estás bien?

-Gege, me siento raro...¿Por qué duele tanto?.-sollozó, casi no se podía mover,


probablemente se sentía igual a la primera vez que despertó sin recuerdos, su
garganta dolía, le ardía el simplemente hablar.

-Seguramente es debido a todo lo que ha sucedido hoy.-calmé.-No estás acostumbrado


a pasar tanto tiempo fuera, descansa, cuando despiertes verás que todo estará bien.

-Mn...-aún sin que se lo dijera, se que actualmente el cuerpo le está pasando


factura, sus ojos se empezaron a cerrar involuntariamente.-Gege, Didi ai ni... -Fue
lo último que dijo antes de abrazar nuevamente la inconsciencia

Me mordí fuertemente el labio evitando sollozar ¿Por qué tenía que decir eso?
Justamente en esta situación.

-¿Te enteraste?- Preguntó una chica a su amiga, ambas tenían un aspecto demacrado.

-¿Te refieres a la muerte del esposo del señor Sean?

-Si, ese tema causó mucho impacto.-contestó

-Tienes razón... ¿Sabes? He oído que el señor Sean planea manejar la empresa
XiaoWang por si solo.

-¿No es imposible?.-cuestionó con incredulidad.-Es la mejor empresa de tecnología


de toda Asia, incluso hay rumores de que están intentando crear vida artificial
mediante robots, ¡Es un experimento demasiado grande! ¡Obviamente él solo no va a
poder!.

-Tampoco es que podamos hacer nada.-suspiró.-solo queda darle nuestras mejores


bendiciones.

-¡Noticias de último minuto! -exclamó un periodista.-El esposo del CEO más


importante en toda Asia en lo que respecta a tecnología, Wang Yibo, ¡Acaba de
fallecer en un accidente automovilístico! Para más información el periodista Song
Jiyang les reportará desde el lugar de los hechos.

-Gracias por la introducción señor Li, ahora mismo me encuentro en medio del cruce
donde una persona bastante importante para nuestra sociedad acaba de fallecer
debido a un accidente.

Hizo una breve pausa, suspirando antes de continuar.

-Al parecer Wang Yibo se encontraba camino a la empresa XiaoWang en su moto cuando
fue interceptado repentinamente por un conductor en estado de ebriedad;
lastimosamente aunque el conductor logró sobrevivir con un leve traumatismo
muscular, El joven Yibo falleció casi inmediatamente después del impacto, sin
oportunidad de que llegaran los servicios médicos.

En otro lugar un pelinegro se encontraba destruyendo todo lo que encontraba a su


paso. Las lágrimas no paraba de caer y caer

-¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?!.-gritó entre el llanto.

-Zhan, cálmate.-intervino Zhuo Cheng, intentando detener a su descontrolado jefe.

-¿Cómo quieres que me calme? ¡Mi Sol acaba de morir allí afuera! ¡Lárgate!

-Zhan...

-¡Vete!-gritó mientras le lanzaba una silla, la cual, por unos pocos centímetros,
casi impactó contra Zhuo Cheng.

Un poco asustado el contrario salió de la habitación, tal y como su mejor amigo y


jefe había indicado.

En el momento que Cheng salió, Zhan no pudo aguantar más y cayó de rodillas. Las
lágrimas no paraban de correr por su rostro. Si tuviera que describirse con dos
palabras el estado actual del pelinegro era simple, completamente roto.

-No puedo perderlo.-susurró entre lágrimas.-no puedo...

Era el momento...lo sabía, solo que no esperaba que fuera tan rápido.

Dirigí una última mirada a la persona que se encontraba inconsciente en la cama.


Anteriormente lo había dicho, aunque las estrellas brillen durante toda la noche,
estás se seguirán opacando cada vez que llegue el día y ese será el momento en que
volverán a empezar.

Caminando decididamente, fui hacia la cómoda y allí, de la primera gaveta, saqué lo


que parecía ser un simple chip pero que para mí tiene mucha más importancia de lo
que muchos creerían.

No me molesté en evitar hacer mucho ruido, sé que por el momento Yibo no se va a


despertar después de todo a lo largo de estos dos años aprendí una importante
lección, los milagros no existen.

Me senté suavemente en la cama, me incliné un poco y besé una última vez aquel par
de labios que siempre serán mi máxima tentación y pecado.

-Gege ai ni, Didi.-le susurré en respuesta.

Con cuidado, giré un poco la cabeza de mi Didi, separé el pelo y, tocando cierto
lugar pude notar como una pequeña entrada se abría.

Sin pensarlo mucho, saco una pequeña tarjeta que se encontraba en la entrada recién
abierta para después colocar en este mismo lugar, el chip que poseía aún en mi
mano. Una vez realizado este intercambio, cerré la pequeña apertura y volví a
acomodar el bello cuerpo inmóvil de mi Didi.

-Ya está listo.-sonreí antes de recostar la cabeza en una esquina de la cama y


cerrar lentamente los ojos...estaba cansado.

Los milagros no existen...la evolución tecnológica será nuestro futuro y el futuro


de la humanidad, yo me encargaré de ello.

Todo está oscuro, ¿Dónde estoy?

No me gusta este lugar, tengo miedo, le temo a la oscuridad...pero ¿Por qué? ¿Por
qué le temo? No lo sé, no lo recuerdo.

¿Recordar? ¿Qué yo recuerdo?

No faltó mucho para que la oscuridad empezara a opacarse rápidamente, a medida que
una luz se acercaba cada vez más. Cuando vi que ya estaba demasiado cerca de esta
cerré los ojos ¿ Los tenía abiertos para empezar?, no tardé mucho en ser envuelto
en la cegadora claridad.

Abrí los ojos.

Me demoré unos segundos en poder enfocar la vista, pareciera como si no abriera los
ojos en bastante tiempo. Lo primero que pude ver fue a un hermoso y guapo chico
sentado a mi lado, en sus labios había una sonrisa triste y sus ojos parecían
rojizos ¿Habrá llorado? ¿Por qué? ¿Quién le pudo haber hecho daño a alguien tan
bello como él?

Aunque al principio tardé un poco en poder pronunciar palabra alguna, después de un


par de intentos lo logré. Extrañamente, el hombre frente a mí esperaba
pacientemente mis acciones, no me apresuraba, por el contrario, su mirada estaba
llena de amabilidad y amor.

-¿Q-uién er-eres?.-logré preguntar con un poco de trabajo.

El chico frente a mí sonrió con tristeza.


-Soy Xiao Zhan, tu Zhan-ge.-aclaró.

Quedé unos segundos analizando lo que me decía antes de darme cuenta de una cosa y,
aún con ardor en la garganta, preguntara con mucho más que curiosidad.

-¿Qu-Quién soy?.

-Tu nombre es Yibo, Wang Yibo y eres mi esposo.

Fin
..................................

Muchas gracias por leer hasta aquí. Espero que les haya gustado la historia☺️

También podría gustarte