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EL MISTERIO DE SUS OJOS

Park Jimin, es secretario en Wings Ltda. Una noche comienza toda su pesadilla, donde un ser
desconocido se apodera de él, y lo proclama como suyo ¿Cómo escapara de este maligno ser?
¿Deseará hacerlo al final?

Las luces provocaban que mis ojos se cegaran por completo, eran de distintos colores y hacían que
me mareara

-JIMIN!!- grito Taehyung a mi lado, lo mire desorientado – creo que es hora de que nos vayamos –
dijo riendo – ya pasaste el límite de copas.

- no tienen para que irse aún- dijo un hombre, lo mire y creo que estaba bailando con él. Tae tenía
razón, ya pase mi límite. Mire a mi amigo y asentí para que nos fuéramos.

Vamos… - dijo el, le hice una seña al chico que estaba a mi lado, pero él me tomo de la mano y me
acerco demasiado.

-nos vemos… -sonrió coqueto. Se acercó y beso mi mejilla… realmente al nivel de la comisura de
mis labios. Lo quede mirando raro, sin ser capaz de poder diferenciar bien su rostro.

Decidí no perder más tiempo con el chico que estaba ahí y me aleje tropezando con mis pies por
culpa de Tae que agarro mi mano y me tironeo hasta las afueras del pub.

-guapo ¿no?- dijo cuándo el ruido había desaparecido-

-¿quien? ¿El tipo de adentro?- el asintió

-¿cómo se llamaba?- me quede pensando unos minutos… y no lo pude recordar, en fin da lo


mismo.

Esta había sido la mejor y peor salida que he tenido con Tae, no le diría nada a Seulgi mañana o
sino me mataría, ella era mi conciencia.
—Tae, recuérdame no volver a salir contigo, siempre termino así. —Mochi, eres un exagerado,
hablas como si te hubiera obligado a beber –su sonrisa me demostraba cuanta gracia le hacia
mi estado.

— ¡Realmente lo hiciste!...—el rio –me obligaste porque… —me tomé un segundo para poder
formar la oración, mi cerebro no estaba funcionando a sus capacidades normales –porque…
¡porque dijiste que no me divertía nunca! –me apoyé de su brazo al dar un paso en falso que hizo
que se moviera mi mundo ¿estaba temblando? –Nunca más saldré contigo, eres una mala
influencia. —Mochi…me iré contigo, no puedes llegar así a tu departamento –dijo ahora
mirándome preocupado. Negué con mi cabeza, yo me iría solo, no quería molestar a nadie, nunca
lo hecho y este no sería el momento.

No te preocupes, mira que Hoseok ya me debe odiar bastante porque te robe hoy…bueno tu solo
viniste…es más….tú me obligaste a venir –estaba hablando incoherencias de nuevo. —Dios… —dijo
el sonriendo divertido al verme en este estado —Me iré contigo.

— ¡No! –dije más alto de lo que quería, un grupo de personas me quedó mirando; no pude evitar
sonrojarme, me estaba dejando en ridículo. Esta no era el Park Jimin que yo conocía…o sea no era
yo, como usualmente me comportaba ¿de qué estoy hablando? Nuevamente las divagaciones. —
No te puedo dejar ir así…luego me vuelvo a casa –negué. — ¡Vives al otro lado de la ciudad! ¡Y
mañana tenemos que estar en la oficina! dije riendo, esto era completamente irresponsable, pero
el trabajo nos estaba consumiendo tanto que con Taehyung tuvimos que salir de la rutina. El se
quedó pensando unos segundos, sabía que yo tenía razón…y él no, porque ¡Jimin siempre tiene la
razón!….diablos, estaba divagando de nuevo y no escuchaba a Tae — ¡Ahí viene tu taxi! –grité
haciendo parar uno. Abrí la puerta y lo tironee hasta que lo metí adentro y cerré la puerta — ¡A
toda marcha! –le dije al taxista.

— ¡Jimin! –el taxi partió y con mi amigo dentro, él estaba listo para ir donde su guapo y simpático
novio y quizás pasar una noche mucho más entretenida a la que iba a pasar yo. Miré a mi
alrededor y ya estaba alejada una cuadra del pub, pensé en volver, pero en mi cerebro quedaba un
poco de juicio y decidí que mejor caminaba para poder encontrar un taxi, ya que un grupo de
chicas salió del pub, así no encontraría como llegar a casa muy pronto.

Comencé a caminar rápidamente, mientas sentía un molesto ruido que no me dejaba tranquilo
desde hace unos minutos, luego pensé mejor y me di cuenta que era mi celular. Mire bien y era
Tae, colgué y pude ver que más adelante venia un taxi, le hice una seña para que parara.

Estaba esperando que el chofer estacionara, cuando escuche unos gemidos, me gire con bastante
cuidado para no caer y pude ver que esos ruidos venían desde el callejón que estaba detrás de mí.
No pude ver mejor quien estaba porque mi vista estaba pésima en estas condiciones, pero era
obvio que eran personas… que asco, en la vía publica

-vayan a un hotel –dije más para mí que para quien estuviera en la oscuridad, pero segundo
después de decir aquello se escuchó un horrible sonido contra los botes de basura y esta vez, pude
ver claramente como desde la oscuridad habían dos pequeñas esferas rojas… aunque mirando
mejor no eran esferas, sino más bien, eran unos ojos.

Trague saliva nervioso, pero me quede atento mirándolos, era incapaz de dejar de hacerlo, sin
embargo gracias a la bocina del taxista a mi lado, que hizo que despertara de donde mi mente se
encontraba, pude girarme y dirigirme hacia el taxi.
Me subí más rápido que cualquier persona que haya subido a un taxi y le di la dirección al hombre
tras el volante para que manejara. No pude ver claramente, pero en el momento que el taxi partió,
el dueño de esos ojos rojos apareció apoyándose en el muro del edificio, lo único que pude
diferenciar era que vestía con un traje negro.

Solo ver aquella silueta causo tal miedo que un par de escalofríos recorrieron mi espalda, pero
luego pensé… estoy borracho, de seguro todo estaba siendo alterado por mi cuerpo.

Más de 40 minutos después el taxista paro al frente de mi edificio; le pague ya feliz de estar en
casa. Entré con cuidado, apenas metiendo la clave de seguridad y solo le hice una seña al vigilante
para después comenzar a subir por las escaleras, odiaba los ascensores, ni borracho me subiría a
uno; los evitaba a toda costa a pesar que diariamente tenía que subir y bajar en mi trabajo, gracias
al cielo tenia buenos amigos que me acompañaban en el trayecto.

Ahora lamentaba vivir en este viejo edificio a las afueras de Seúl, último piso, no era agradable
subir todos esos escalones.

Ocho pisos pasaron luego de no sé cuánto tiempo, los cuales trate de que se redujeran a la mitad
subiendo de a dos escalones, ya que me sentía nervioso, había vuelto esa misma sensación
desagradable que tuve al ver a ese sujeto con los ojos rojos, quizá el hombre había fumado
demasiada marihuana… quien sabe

Me costó bastante poder entrar a mi departamento. Cerré la puerta, la cual demoro en sonar para
avisar que se había cerrado, me voltee y recién ahí esta se golpeó, cerrándose por completo. Moví
mi cabeza en negación porque estaba pensando más de la cuenta lo que sucedía a mí alrededor.

Cansado, fui a la cocina por un vaso de agua, el cual lo tome como una persona que ha estado
días en el desierto y después fui al baño mientras iba dejando mi ropa tirada en el suelo hasta
quedar solo en mis bóxer; lave mis dientes y mire mi reflejo, apenas podía ver mi reflejo…. ¿cómo
me pude asustar con unos ojos rojos siendo que mi vista era deplorable? Me reí de lo estúpido
que era ¡dios! … no volvería a tomar de nuevo.

Me arroje en la cama como el bulto que era en estos momentos y me fui acomodando de a poco
hasta sentir que el cansancio estaba llegando a mi cuerpo, pero sin previo aviso, mi corazón volvió
a latir rápidamente, lleve mi mano a mi pecho y respire tranquilamente para que pudiera volver a
la normalidad ¿es que ahora sufría de enfermedades cardiacas? Por dios… solo fue una noche de
borrachera.

Tuve que abrir los ojos para tranquilizarme y para que el mundo dejara de girar, pero hubiera
preferido no seguir viendo nada… ya que lo que vi después fue ciertamente escalofriante… había
una persona al final de mi cama y solo podía ver sus ojos rojos. Me senté en un segundo y prendí
la lámpara de mi mesa de noche. La claridad que llego, solo me permitió ver que no había nadie…
dios, es definitivo, estoy loco.

El sonido de mi alarma fue el que me despertó después de haber dormido menos de tres horas,
me puse de pie, aun un poco mareado, esto no lo volvería a repetir jamás en mi vida, había sido
demasiado irresponsable de mi parte.

Me arregle rápidamente y salir tirando un sobre color crema que estaba bajo la puerta, corrí hacia
la calle y subí al auto.

Llegue al edificio Wings Entertainment, uno de los más modernos es Corea con una infraestructura
que te quitaba el aliento. Llevaba tres meses en este lugar, era el secretario del Ceo Bang Sihyuk,
el dueño de este imperio del mercadeo, así es, con mis veinticuatro años, estaba bastante bien en
mi trabajo a pesar de que no me agradaba ni un poco.

Estaba ahorrando para salir a recorrer Europa, no me faltaba mucho tiempo para poder lograrlo,
ya que desde mis dieciocho años que ahorraba aunque sea un Won para mi futura aventura.

Entre y salude a los guardias como todos los días y ahora estaba frente al maldito ascensor,
realmente lo odiaba, odiaba todo espacio pequeño donde me encontrara. Alguien se ubicó a mi
lado y pulso el botón, no mire para saber de quien se trataba. Suspiré y mis manos empezaron a
transpirar. Si tuviera la resistencia para subir al piso 60 lo haría, pero eso no era posible, no
cuando había tenido una noche de fiesta.

Las puertas se abrieron, pero no quería entrar, la persona que estaba a mi lado pasó sin ningún
problema, mire hacia los lados y luego cuando el ascensor se estaba cerrando puse atención en
quien estaba adentro, en el único segundo que tuve para observar.

Era un hombre, se cubría parte de su rostro con su abrigo… estábamos en un duro invierno,
aunque eso paso a no tener importancia cuando sonrió mostrando sus encías y sin previo aviso, al
fijarme en sus ojos, dejándome helado…. Eran rojos ¡maldita sea! ¿Por qué era tan lento? Solo
pude ver parte de su rostro!

Di un paso hacia atrás asustado y las puertas se cerraron.

-¡Mochi! – mire hacia el lado asustado y vi que era Taehyung –dime que no has

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