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por la tentativa de homicidio, razón por la cual Lacan la describió

como una «paranoia de auto-punición». El castigo real fue una


Psicosis y locura no es lo mismo
manera de pagar la deuda contraída por su acto. Efectivamente, Héctor Escobar Sotomayor
el delirio ya no hacía falta: ella había constituido una deuda y
la estaba pagando.
Un ejemplo que conviene tener muy presente a la hora de
pensar la responsabilidad penal de los sujetos psicoticos. Las
legislaciones occidentales consideran un eximente o un atenuan- En el ámbito psicoanalítico no lacaniano, que es mayoritario
te la enajenación mental, tanto transitoria como crónica, sin en nuestros contextos, los términos psicosis y locura suelen
tener presente que e l sujeto suele pacificarse cuando puede manejarse generalmente como sinónimos, siguiendo e l modelo
pagar su culpa. Eximirlos de su responsabilidad no puede sino médico de las clasificaciones psiquiátricas. La psicosis sería así
contribuir a su enajenación, es decir, a no considerarlos un su- - a p a r t e de las referencias orgánicas- un trastorno que podría
jeto con un lugar en la sociedad. diferenciarse en distintas especies: esquizofrenia, paranoia y las
psicosis maníaco-depresivas. Eje común a estos modelos es el uso
El modelo de «salud mental» y la deuda de un modelo sintomático eminentemente fenomenológico.
Históricamente, e l psicoanálisis ha intentado proponer mode-
Podemos pensar entonces que e l modelo de «salud mental» los explicativos que siguen diversos derroteros; problemas en
del estado del «bien»-estar también está contribuyendo a la la estructuración del narcisismo, construcción de relaciones de
enajenación de los «usuarios» mediante las pensiones de diverso objeto, distintos niveles de defensas, etc., que aquí sería im-
orden, la medicación y la no exigencia de nada a cambio. posible enumerar y describir en amplitud.
Cuanto más recibe e l sujeto menos responsable se siente, más En un lugar distinto, e l psicoanálisis de orientación lacaniana
se pasiviza y cronifica. Más se siente empujado-a-La-mujer. abordó ya desde la década de los cincuenta la posibilidad de
Por e l contrario, vemos q'¡e cuando e l sujeto se propone pensar las relaciones entre neurosis, psicosis y perversión desde
• ciertos fines aun cuando él mismo sienta que son inalcanzables un criterio diferente. En específico, la psicosis se pensó como
o difíciles de alcanzar (tener un trabajo, una pareja, crear la falta en la ocurrencia (forclusión) de un elemento fundante
una familia, recuperar a los hijos, desarrollar una teoría cien- del inconsciente, la instauración de la metáfora paterna y e l
tífica o filosófica, crear una empresa, sublimar mediante e l nombre del padre.
arte, etc.) hay algo del orden de una deuda real o imaginaria Aunque no ampliamente elaborada, la idea de procesos dife-
que se inscribe y lo proyecta hacia delante generando una rentes para cada forma de problemática ya aparecía en Freud
temporalidad. Una operación que requiere que quienes se ocu- en un texto tan antiguo como de 1894, en donde distingue en-
pan de escucharle mantengan viva, aunque sea al infinito. Si tre las neurosis (histeria, fobia, representar obsesivos y pos-
esa deuda no se inscribe de alguna forma en la relación con los teriormente paranoia) como efecto de una represión (Verdra-
otros, al sujeto no le queda más recurso que defenderse me- gung) y la Psicosis alucinatoria como efecto de una desesti-
diante e l delirio para no caer en la identificación mortífera mación (Verwerfun$)\ Posteriores elaboraciones de la teoría
con e l falo del Otro.
' Freud, S.; Las neuropsicosis de defensa, en Obras completas, vol. III, Amo-
rrortu, 1991.

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en Freud llevaron en la década de 1910 a postular la necesidad
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y represión corresponden a funciones distintas; en la represión
de una Represión primordial (Urverdragung) fundante del algo de algún modo se sabe, mientras que en la desestimación
inconsciente . Un par de años después en e l texto sobre e l
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(forclusión) algo no ha sido registrado. «¿De qué se t r a t a
Hombre de los lobos retoma la posibilidad de una desestimación cuando hablo de Verwerfung? Se trata del rechazo, de la expul-
(Verwerfung) de la castración y su posible vínculo con e l fenó- sión, de un significante primordial a las tinieblas exteriores,
meno psicotico . Para la década del 20, el papel de la castración
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significante que a partir de entonces faltará en ese nivel, agu-
como elemento fundante aparece establecido mucho más cla- jero de lo simbólico a partir de lo cual en la psicosis la realidad
ramente en e l texto sobre e l Sepultamiento del complejo de es reordenada ».
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Edipo y Algunas consecuencias psíquicas de la diferenciación


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Este significante primordial, que sí se habría registrado en


anatómica entre los sexos ; para finalmente, en1937, —Análisis
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lo psíquico en e l caso de la neurosis en la represión primordial


terminable e i n t e r m i n a b l e - situar en la castración e l punto lí-
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(Urvedragung), faltaría en e l caso de la psicosis, es e l campo


mite de todo posible análisis. del deseo y e l de la ley como correlatos e l que aquí se instaura
En su seminario sobre la psicosis , Lacan advierte ya las di-
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en una historicidad necesaria que es la del orden del signifi-
ficultades del modelo fenomenológico sintomático como criterio cante. Es la inscripción de la prohibición del incesto y de la di-
y propone una articulación de estos «mecanismos» freudianos ferencia de los sexos.
en referencia al orden simbólico, la función del Otro sin la cual La diferencia de los sexos, es decir, e l orden fálico por e l
el problema parece irresoluble si no se piensa como el «correlato cual hay diferencia, es el orden significante - n o lo anatómico-
necesario de la palabra». el que adquiere esta función de límite del análisis que Freud
Lacan aborda e l problema a partir del texto de Freud sobre recuperará en e l texto de 1937.
e l hombre de los lobos, donde señala que e l paciente había Quiero sostener esta afirmación puntualmente. Lo que está
desmentido la castración «cuando dije que la desestimó {Ver- operando no es únicamente un «fin» de análisis en e l sentido
werfen], e l significado más ''nmediato de esta expresión es de un término temporal, estrictamente práctico (que Freud
que no quiso saber nada de ella siguiendo e l sentido de la re- cuestiona a lo largo de todo e l texto) sino un límite, un borde;
presión {Verdragung} ». Es claro para Lacan que desestimación
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lectura que la expresión alemana «Endliche» permite pensar y
que, por si fuera poco, lleva a Freud a usar una metáfora emi-
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Freud, S.; Nuevas puntualizaciones sobre las neuropsicosis de Defensa, en nentemente espacial antes que temporal: «A menudo tiene
Obras completas, vol. III, Amorrortu, 1991. uno la impresión de haber atravesado todos los estratos psico-
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Freud, S.; La represión, en Obras completas, vol. XIV, Amorrortu, 1991. lógicos y llegado, con e l deseo de pene y la protesta masculina
" F r e u d , S.; Sobre la historia de una neurosis infantil, en Obras completas, a la 'roca de base' y, de este modo al término de su actividad»,
vol. XVII, Amorrortu, 1991. os decir, e l término temporal podría ser e l efecto del llegar a
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Freud, S.; E l sepultamiento del complejo de Edipo, en Obras completas, este lugar (la roca de base), pero la imagen no implica necesaria-
vol. XIX, Amorrortu, 1991.
mente un fin pues el análisis podría seguirse sosteniendo en
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Freud, S.; Algunas consecuencias psíquicas de la diferenciación anatómica
entre los sexos, en Obras completas, vol. XIX, Amorrortu, 1991.
otras formas.
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Freud, S.; Análisis terminable e interminable, en Obras completas, vol.
XXIII, Amorrortu, 1991.
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Lacan, J . ; Seminario 3, Las psicosis, Paidós, 1996. Específicamente la clase 11.
Ibid.
'Ibid.

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Retomo e l tema principal. Para Lacan la psicosis obedecerá riori, es decir, hablaremos de psicosis cuando hayan ocurrido
pues a un efecto de no inscripción de este significante primordial los síntomas y supondremos que la estructura ha estado siempre
(metáfora paterna), mientras que en la neurosis sí habría t a l allí sin que hubiera aparecido la sintomatología, la cual se ex-
inscripción que tendría como posición una represión de la cas- plica ahora retroactivamente en función de la estructura, vol-
tración y la inclusión del ser en e l orden del sujeto ($). viéndose así una especie de petición de principio. Por ejemplo,
De ello deriva que hay una diferencia fundamental en tér- de no haber ocurrido su brote psicotico, Schreber habría sido
minos de estructura entre neurosis y psicosis, lo cual implica siempre pensado como un sujeto normal; no es sino como
una oposición radical respecto de ciertas lecturas que han sido efecto del brote que puede pensarse como psicotico, ya sea
y son dominantes en e l psicoanálisis. porque estaba sano y contrajo la psicosis (como se contraería
Algunas de estas lecturas han llevado a pensar la relación una enfermedad) o bien habría sido siempre psicotico pero no
neurosis-psicosis al modo de un continuo en donde e l e j e di- habría habido manifestaciones de t a l psicosis en su vida. En
ferencial sería la intensidad sintomática que iría desde la nor- este sentido heurístico e l postulado lacaniano no se diferencia
malidad a las formas más patológicas (psicosis). Se piensa que de otros.
a una mayor intensidad de la pulsión las defensas irían rom- En la misma problematización y pensando la posibilidad de
piéndose y la sintomatología pasaría de formas neuróticas a un tratamiento de la psicosis, una posibilidad común a las lec-
psicosis. Una lectura de este tipo plantea, grosso modo, que turas que establecen una continuidad, parece ser la suposición
se trata del mismo fenómeno sin diferencia estructural. implícita de que sería factible pasar de la neurosis a la psicosis
Otros modelos vinculan la forma de esta continuidad (y su y viceversa, en función del debilitamiento o fortalecimiento
ruptura de neurosis a psicosis) con la construcción de las defensas de estas defensas rebasadas en algún momento. Pensamientos
en diversos momentos de la organización psíquica, correspon- similares suelen aparecer en e l ámbito lacaniano, solo que en
diendo las formas más primarias y arcaicas a estadios primarios este caso se trataría de la posibilidad de pensar casos clínicos
de dicha organización, por ejemplo, la posición esquizoparanoide en alguna medida exitosos, pienso aquí en el caso Renné de
y su relevo por la posición depresiva en M. Klein, que daría pa- Marguerite Sechehaye que puede leerse, ya como un restable-
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so a formas más complejas del psiquismo (objeto total, objeto cimiento de los mecanismos neuróticos por una función repara-
integrado, e t c . ) . dora de la analista, o como efecto de la introducción de la me-
Algunos autores posteriores como Otto Kernberg plantean táfora paterna en donde no la había antes, efecto de la misma
una concepción que llaman estructural y diferencial en estos l unción de la analista.
estados a partir de criterios fundamentalmente sintomáticos, Desarrollos posteriores de Lacan como e l concepto de sintho-
colocando entre la neurosis y las psicosis los llamados estados me , han llevado a la posibilidad de plantear un tratamiento
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limítrofes o Borderiine, que serían fundamentalmente fijos y dirigido a la construcción de sinthome como elemento que se
sin posibilidad de pasar de uno a otro. Sin embargo, la diferencia buscaría e hiciera anudamiento de los registros Real, Simbólico,
solo es eminentemente descriptiva y no implica en modo alguno e Imaginario. No se trataría aquí de hacer neurótico al psicotico
la efectuación de posiciones distintas.
Uno de los problemas que ha generado la proposición laca-
" S e c h e h a y e A.M.; La realización simbólica y diario de una esquizofrénica,
niana de las estructuras es que su funcionalidad es eminente- F.C.E., 1994.
mente teórica, pues sólo puede describir un fenómeno a poste- " Lacan, J . ; Seminario 23, El sinthome, Paidós, 2006.

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sino de permitirle construir algo que haga sostenimiento ante antes que una clínica de la mirada; una clínica que ponga de
el brote psicotico. Ante esta dificultad definitoria, algunos auto- manifiesto la relación del sujeto con el orden del lenguaje y
res se han opuesto al modelo estructural lacaniano, recurriendo cómo se articula su posición en él. Algunos de estos elementos
a un argumento eminentemente prelacaniano, la existencia serían:
de sintomatología propia de las psicosis en casos considerados
neuróticos, por ejemplo, los fenómenos alucinatorios de El a) La posición del discurso del sujeto respecto del lugar del
hombre de los lobos, argumentando que el síntoma tiene, como Amo en el discurso de la histérica. ¿Hay una demanda dirigida
en la psiquiatría, un carácter diferencial. Una línea opuesta al amo, una demanda de saber dónde e l objeto «a» aparezca
consiste en negar al mismo tiempo t a l especificidad estructural en el lugar de la verdad?
suponiendo que e l mismo caso -hombre de los lobos- corres- b) La presencia en la locura histérica de un Yo ideal y de un
pondería a una psicosis, de hecho, e l mismo Lacan llega a ha- Ideal del yo claramente diferenciados que estarían ausentes o
blar en estos términos. confundidos en e l psicotico.
Me parece que un e j e que podría dar luz en este sentido es c) La relación con e l Otro. ¿Se trata de otro absoluto - s i n
el propuesto por Jean Claude Maleval en su texto clásico Locuras t a c h a d u r a - o de un Otro del que cabe la duda? En esta relación
histéricas y psicosis disociativas™, donde propone el rescate adquiere un carácter diferencial e l fenómeno de la certeza
del concepto de locura histérica, ya existente en la nomencla- psicótica en contraste con la duda constitutiva de la neurosis.
tura del siglo XIX y principios del XX como una entidad per sé Por ejemplo, Schreber (psicotico) escribe su libro buscando
de la cual existe abundante literatura descriptiva y casuística provocar la duda en e l lector respecto de sus experiencias divi-
ampliamente documentada, pero que fue paulatinamente des- nas, pero jamás llega él, Schreber, a dudar de sus experiencias
apareciendo de las referencias médicas o siendo asimilado por ni de su posición respecto de Dios.
el concepto de esquizofrenia de Bleuler. Siguiendo esta línea d) Las formas propias del lenguaje. El uso de la metáfora
de pensamiento coincidiría con Maleval además en la posibilidad como elemento propio del discurso (metáfora para e l sujeto,
de plantear una locura paranoide. no para e l analista). En e l caso María que presenta Maleval,
Grosso modo, definiríamos a la locura histérica como una ella usa metáforas (quizá muy delirantes, pero metáforas al
posición eminentemente neurótica en e l sentido estructural fin) en su delirio (ser una perla y la pareja sexual un diamante),
(efecto del atravesamiento por la castración), pero en donde mientras que aunque podemos ver metáforas en e l discurso de
aparece una sintomatología generalmente asociada con la psi- Schreber (los pájaros, los hombres hechos a medias) estas
cosis - l a esquizofrenia en particular-, alucinaciones, delirio, metáforas lo son para Freud no para Schreber, para quien tie-
etc. En este sentido la pregunta clave aquí es ¿cómo diferenciar nen un sentido literal.
entonces entre una psicosis y una locura, si no es en función e) La estructuración de la diferencia de los sexos. Siendo la
de la sintomatología? inscripción en e l orden fálico un elemento clave del registro de
Maleval propone ciertos elementos que resultarían clave y la castración, esta diferencia debe estar articulada de modo
que ya eran pensados hace más de cien años, se trataría esen- I Unamente distinto en e l neurótico y e l psicotico. Schreber si-
cialmente de ejercer lo que suelo llamar una clínica de la escucha túa como uno de los elementos clave de su delirio la noche en
que se plantea, entre sueños, que debe ser muy hermoso ser
" M a l e v a l , J . C.J Locuras histéricas y psicosis disociativas, Paidós, 1991. una mujer en e l acto sexual. El neurótico puede plantearse

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ese fantasma pero no se psicotiza por ello. En este sentido e l
fantasma schreberiano derrumba la diferencia de los sexos
La vida, o es poesía... o no es
que solo está sostenida de modo imaginario -Schreber habrá El delirio en la psicosis
de convertirse en la mujer de Dios-, mientras que en e l neu- América Espinosa
rótico esa diferencia está sostenida como elemento simbólico.
Un analizante psicotico, pero sin brote en ese momento, soñaba
a una mujer con pene y un hombre con vagina, donde e l ser
hombre o mujer no estaba estructurado por e l genital sino por Él no hace poesía.
la apariencia imaginaria. Era hombre porque parecía hombre, Él ahora está perdido, quizá ha andado perdido desde hace
aunque tuviera vagina, y era mujer porque lo parecía, aunque mucho.
tuviera pene. Él piensa que la gente lo mira como homosexual y él no lo
f ) La presencia de una conflictiva edípica como estructura es. ¿O sí? ¿Cómo saberlo?
del fantasma neurótico, celos, sueños de prostitución y de vio- Él le pide a la gente, hombre o mujer, que tenga sexo con
lación por e l padre en el caso María. él, dice que ellos lo acosan; recibe agresión, molestia, enojo.
g) Una presencia de la ley y la posibilidad de su desaparición Él se inscribió en la carrera de Psicología, ¿o lo inscribieron?
como origen de la angustia, lo que indica que hay ley, es decir, ¿Qué implica lo inscrito? ¿Para qué o por qué? Eso no tiene res-
hay metáfora paterna. puesta en él.
De la diferenciación necesaria entre locura histérica y esqui- No puede concentrarse en los estudios, nunca pudo hacerlo
zofrenia (psicosis) deriva asimismo la posibilidad de una clínica bien, lo hacía con mucho esfuerzo, con ayuda. Algunos profes
distinta y una distinta dirección de la cura, tanto más necesaria. se compadecían, a otros les provocaba miedo.
Dejo abiertas algunas preguntas que considero pertinentes Los momentos de lucidez en él permitieron llegar a la Uni-
para trabajar en otro momento, como son las relaciones entre versidad, pero ya estando ahí nada fue fácil, hasta que se
neurosis y psicosis en las llamadas folie a deux, por ejemplo, convirtió en imposible, aún sin aceptarlo.
las hermanas Papin, y planteo la necesidad de establecer de la Cierto día, estando en la Universidad, aparentemente se
misma manera e l concepto de locura paranoide para dar cuenta equivocó y entró en e l baño de mujeres. Cuando salió entonaba
de fenómenos paranoicos no psicoticos, como el episodio de la una melodía que decía: «Salí del baño de mujeres y mi repu-
nariz en el hombre de los lobos . 14
tación voló... ». Al salir se encontró a una estudiante que lo re-
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prendió, sólo le contestó: «Me equivoqué de baño».


No tiene más que a su madre, su vida está llena de ella y
(|iiizá eso tenga mucho que ver con ese mundo extraviado que
es su mundo. Muchas veces la ofendió, es más, incluso la
golpeó. Él mismo de niño se golpeaba, de adolescente se cor-
taba. También fue agredido sexualmente, cuestión complicada

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Brunswick, A.M.; Suplemento a la «Historia de una neurosis infantil», en ' Melodía del Pop Latino. Balada romántica publicada en 1989 e interpretada
El hombre de los lobos, por el hombre de los lobos, Nueva Visión 2002. por e l cantante mexicano Manuel Mijares.

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