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Metáfora: estrategia y rostro de la vitalidad de la palabra.

Manuel Velázquez Mejía


Universidad Autónoma del Estado de México

Resumen. El término Estrategia -strathgiva- nos remite y nos permite imaginar y respirar
una atmósfera cargada de operaciones militares o por lo menos nos coloca en la
posibilidad de percibir una situación de conflicto, lucha, contienda, conflagración,
altercado, alternación, bronca, riña, discordia, rivalidad, controversia, polémica, colisión,
oposición, confrontación, litigio, pleito, enemistad... Tales términos suponen un denso, tenue
y terco estado de tensión entre un mínimo de dos que contienden o de un alguien, cuyo
enemigo lleva el propio rostro y, por supuesto, la voz. Tanto el estado de contienda o
altercación, como los autores de tal situación son puestos en evidencia por la conjunción
“y”, que más allá de su significación y función copulativo-gramatical, devela coexistencia,
complicidad y coimplicación de “factores” que fundan un “X„ sentido de conflictualidad.
Esto es lo que pretende nuestro enunciado: Metáfora “y” realidad: Estrategia de un
proceso cognitivo.

Palabras clave: metáfora.

Die Kunst ruht auf dem Wissen,


und die Wissenschaft der Kunst
ist ihre Geschichte.
(F. Schlegel)

Die Methapher ruht auf der Sprache,


und die Wissenschaft der Methapher
ist die Geschichte und das gestchichtliche
ihre Geschichtlinchkeit
(Parafraseo nuestro al texto de Schlegel)

La metáfora descansa sobre el lenguaje,


y la ciencia de la metáfora
es la Historia y lo Histórico de su
historicidad.
2

Advertencias a manera de Prólogo.

Primera Advertencia
Desde que empecé a escribir poemas me pregunté si de veras valía la pena
hacerlo: ¿no sería mejor transformar la vida en poesía que hacer poesía con la
vida?; y la poesía ¿no puede tener como objeto propio, más que la creación de
poemas, la de instantes poéticos? ¿Será posible una comunión universal en la
poesía?1

Segunda Advertencia
“Mis palabras,
Al hablar de la casa, se agrietan”.2
Se quiebran, se rompen, se esfuman, se diluyen y desaparecen;
Pero enraízan, germinan, crecen y descansan en Paz.

Tercera Advertencia
La Metáfora, “no es
una verdad por alcanzar;
sino una experiencia veritativa
por construir:
Es resurrección de presencias,
de espacios y tiempos”.
Entre el ocaso y el viento:
Transformación.
Entre aridez y fuego:
transfiguración.
Entre entusiasmo y
grito: trampa.
Se hace como la Historia
Y porque es Historia: gemela
3

encarnación, disolución:
“camino inexhausto, quietud
en movimiento, tránsito
en la quietud”.
Rostro:
entre el sueño y el rumor,
entre el deseo y el temor:
Zozobra.
Entre el horror y el
nacimiento: nostalgia,
advenimiento
de un venir
sin llegar
al borde de la sangre:

La Metáfora
hierve y arde
en la médula de
quebrantados huesos
del tiempo3 de nuestras
historias e historicidades.

Por eso;
“En el centro de un ojo me miro,
no me mira me descubro en
su mirada”4: Comprendo.

Cuarta Advertencia
El término Estrategia -strathgiva- nos remite y nos permite imaginar y
respirar una atmósfera cargada de operaciones militares o por lo menos nos
4

coloca en la posibilidad de percibir una situación de conflicto, lucha, contienda,


conflagración, altercado, alternación, bronca, riña, discordia, rivalidad, controversia,
polémica, colisión, oposición, confrontación, litigio, pleito, enemistad... Tales
términos suponen un denso, tenue y terco estado de tensión entre un mínimo de dos
que contienden o de un alguien, cuyo enemigo lleva el propio rostro y, por supuesto,
la voz. Como nos los advierte nuestro Octavio:

“Estoy con uno como yo,


que no me reconoce y me muestra mis armas;
con uno que me abraza y me hiere
-y se dice mi hijo-
con uno que huye con mi cuerpo;
con uno que me odia porque soy él mismo”5

o al final de Pasado en Claro del año 1974:

“Estoy en donde estuve;


voy detrás del murmullo,
pasos dentro de mí, oídos con los ojos,
el murmullo es mental, yo soy mis pasos,
oigo las voces que yo pienso,
las voces que me piensan al pensarlas
soy la sombra que arrojan mis palabras.”6

Pero también el término en cuestión implica un cierto grado, no siempre


perceptible, de habilidad, pericia, maña, ingenio, táctica, aptitud, astucia para
realizar, ejerciendo, una serie de operaciones “gerundias” de los agonistas o
rivales.
Tanto el estado de contienda o altercación, como los autores de tal situación
son puestos en evidencia por la conjunción “y”, que más allá de su significación y
5

función copulativo-gramatical, devela coexistencia, complicidad y coimplicación de


“factores” que fundan un “X„ sentido de conflictualidad. Esto es lo que pretende
nuestro enunciado: Metáfora “y” realidad: Estrategia de un proceso cognitivo.
Para introducirnos y jamás quedarnos, justamente, porque no somos un estar
fuera; para reiterar “lo ajeno”; pero siempre consanguíneo y nunca extraño, nos
parece oportuno compartir algunas ideas, llevando lo compartido a la reflexión.
Ideas que nos permiten entrever o presentir los aparentes conflictos entre
Metáfora “y” realidad: estado tenso, terco y tenaz.
Metáfora y realidad antes que términos abstractos, dicen, traducen,
transducen, apalabran, en formas gemelas: sentidos, visiones, horizontes,
significaciones socio-culturales, es decir: “articulan mundos, configuran
pensamientos, correlacionan discursos”. Dicen y hablan.
Realidad: Palabra que se muestra y se dispersa en las confluencias del
lenguaje; que se hace y se deshace, habitando nombres –y pronombres–.
Metáfora: palabra que transcurre sin ocurrir: pasa, se asoma, se esconde,
desaparece o se queda;7 piel cambiante del instante. Metáfora “y” realidad:
instantes rescatados de la imaginaria e imaginada eternidad de los significados
absolutos y definitivos...
La metáfora es realidad como realidad metáfora de transferidas y aun
transferibles interpretaciones y, además otra cosa. Y este además no es algo
postizo o añadido, sino un constituyente de su ser, porque las metáforas son
significaciones y no significados de esto o aquello, por esto también, una realidad
que no luchase contra la naturaleza de las metáforas, y con mayor razón contra
los significados manidos y manoseados, aparentemente estables; pero siempre
huidizas; que no intentase hacerlas decir lo indecible, se quedaría en simple
manifestación verbal,8 demasiado estrecha porque:

Las palabras son puentes.


También son trampas, jaulas, pozos.9
6

Las palabras son inciertas


y dicen cosas inciertas
pero digan esto o aquello,
nos dicen.10

No obstante:
Metáfora y realidad:

Instantes perfectos:
Nacer y desaparecer!
Morir y quedarse!
Irse sin moverse.
Cabalgar sobre un ya
tras un aun todavía.

La metáfora y, por esto mismo, la realidad son un ser-se sendero pleno;


pero jamás exhaustivo: Un ir más allá de la engañosa frontera de lo pronunciable
real o ficticio. Ir más allá significa correr tras los señalamientos que la metáfora
ejerce, produciendo horizontes de sentido compartidos o no; pero que fundan la
posible comunicación. Comunicación que supera el aislamiento de un abstracto
significado. Ir más allá de ambas palabras significa dejarlas ser en su interminable,
inagotable, inacabable capacidad lingüística; que crea y señala horizontes de
sentido. Ir más allá de ambas palabras, significa dejarlas en libertad; aferrar la
naturaleza de su siempre dispuesta libertad.
La metáfora, ser de palabras, va más allá de las palabras, porque el
lenguaje no agota, no paraliza el espesor sígnico de los hechos, acontecimientos,
individuos, sociedades o cosas. Porque las palabras son instantes de un proceso
cognitivo: la metáfora es una siempre renovada resurrección de presencias de una
comunidad a la que alimenta. Lo que caracteriza a la metáfora es su necesaria
7

coimplicación con la realidad, es su lucha por trascenderla.11 Coimplicación y


lucha dan rostro y voz a la realidad, porque definen o, mejor, aún, acentúan lo
metafórico de la realidad y la realidad de la metáfora.

Para no concluir.
“¿Y todo esto para qué? Para trazar una línea en la
celda de un solitario,
para iluminar con un girasol la cabeza de luna del
campesino,
para recibir a la noche que viene con personajes
azules y pájaros de fiesta,
para saludar a la muerte con una salva de geranios,
para decirle buenos días al día que llega sin jamás
preguntarle de dónde viene y adónde va,
para recordar que la cascada es una muchacha que
baja las escaleras muerta de risa,
para ver al sol y a sus planetas meciéndose en el
trapecio del horizonte,
para aprender a mirar y para que las cosas nos miren
y entren y salgan por nuestras miradas,
abecedarios vivientes que echan raíces, suben, florecen,
estallan, vuelan, se disipan, caen”.12

En consecuencia:
Metáfora:
Vaivén, arraigo y desarraigo
del concepto manido;
Irrupción o invasión de lo habitual
que hace brotar sentidos
nunca vistos, inesperados, insólitos,
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inhabituados, deshabituados...

“Coexistencia de semejanzas y
desemejanzas que alumbran y
deslumbran con sus familiaridades
y extrañezas, con sus lejanías
y aproximaciones”;

Realidad verbal,
signo visible: cotidianidad
armada y desarmada
rearmada...;

Transgresión:
las cosas dejan de ser
solitarias rarezas: potable
pasión...,

La metáfora es creación;
en cambio,
la simbolización:
combinación lúdica de categorías;
la simple transferencia
o inferencia de significados
no produce una metáfora o,
en el peor de los casos,
será una pésima metáfora;

La metáfora no es una
superposición o reencarpetado
9

de algo con algo; sino


expresión lingüística de la
capacidad creativa;
La metáfora es una
insurrección del lenguaje
para que el hombre, el mundo,
las cosas, los objetos y el
poeta mismo, resuciten.

La metaforización se reduce
finalmente, a un lavar
la piel interna del lenguaje
que lo hace visible;

La metáfora es algo más


que una simple representación;
es provocación;

La metáfora se comporta,
justamente, como el agua:
se bebe a sí misma...
beber es una coimplicada
y desesperada sed socio-cultural
al borde de la fiebre de nuestros
modelos de humanismo.
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Referencias

1
Paz, O. (1955) El Arco y la Lira. FCE, México, 7.
2
Paz, O. (1980) Von der Kladde zur Klarheit. Frankfurt a. M., Suhrkamp, 140.
3
Parafraseando unos versos de Octavio Paz: Tercera Advertencia.
4
Paz, O. (1987) Arbol adentro. Barcelona, Seix-Barral, 36.
5
Paz, O. (1990) Obra poética. Barcelona, Seix-Barral, 66.
6
Paz, O. (1989) Suche nach einer Mitte. Frankfurt a.M., Suhrkamp, 158.
7
Paz, O. Pasado en claro. Frankfurt a.M., Suhrkamp, 154.
8 2
Paz, O. (1995 ) La casa de la presencia. Poesía e Historia. México, FCE, T. I, 189.
9
Paz, O. (1987) Árbol adentro. Barcelona, Seix-Barral, 164.
10
Ibídem, p. 166.
11 2
Paz, O. (1995 ) La casa de la presencia. Poesía e historia. México, FCE, 189.
12
Paz, O. (1987) Arbol Adentro. Barcelona, Seix-Barral, 109.

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