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Ernst Niekisch

Escritor, filosofo y director de la revista Widerstand. Un autor que toda persona interesada en la
revolución conservadora debe leer. Se lo recomiendo a todos, especialmente esta recopilación de
textos sobre sus pensamientos directamente ligados al Nacional-Bolchevismo. Lo difícil para los
lectores como nosotros de la disidencia es que es increíblemente difícil leer algún texto de Niekisch
en español, una pena siendo verdaderamente honesto, pero por eso también todo disidente deber ser
flexible y aprender los idiomas de nuestro continente Europeo, no para remplazar el español, sino
para poder leer textos y aplicar esos conocimientos al mundo hispano. Lo curioso de Niekisch es su
frontal oposición a la romanidad, al latinismo y al catolicismo. Me refiero a la romanidad cuando
hablo sobre los valores imperiales de Roma y como hoy en día siguen teniendo vigencia como los
poderes de la Iglesia católica o la continuidad del derecho Romano, derecho que no se debería
aplicar en todas las partes de Europa. Al latinismo nos referimos a los países sur europeos, es decir,
(incluyendo a Francia) los países que siguen a raja tabla el eje opuesto al nordicismo y todo lo
Germano. Estos serían, Italia, España, Francia, Grecia y demás. Al catolicismo, pues es más que
obvio a quien se está oponiendo, a la iglesia Católica que sigue ejerciendo cierto control sobre
nuestros países. No se puede negar que los capillitas de turno obedecen a todas las normas de la
Iglesia y del papa sin contestarlas mínimamente, algo ridículo si te opones a muchos valores de los
que hoy en día reclama el papa Francisco. Por eso Niekisch se opone, por lo tanto, el protestantismo
lo ve como una religión no para seguir y rezar a la iglesia todos los días, sino una rebelión del
campesino popular contra el dogmatismo y el poderío de los Guelfos (facción italiana que apoyó al
papado). Una visión muy acertada para entender la reforma y crisis del cristianismo occidental.
Otro tema es el nacionalismo alemán, leyendo a Nieksich puede llegar a parecer que es un mero
reaccionario, pero no es así, él apoya la Alemania Imperial, no porque adore sus valores, sino por su
“potencialidad”. Su país se occidentalizó y aburguesó, así perdiendo la guerra que Alemania debería
haber ganado (Primera Guerra Mundial). La Alemania protestante y absolutista era más propio al
espíritu germánico que cualquier variante liberal y democrática. Es un análisis adecuado si
pensamos que las veces que Prusia/Alemania se ha encerrado y vuelto al germanismo siempre ha
podido resistir y vencer a sus enemigos excepto cuando intente vencer a un enemigo del mismo
calibre, como la Unión Soviética, país que bajo el comunismo en vez de parecer una utopía judía o
burguesa se ha acabado convirtiendo en una suerte de Unión abiertamente patriota y tradicionalista
en el sentido anti burgués. El pueblo ruso se levantó contra el zarismo y abrazó el comunismo como
respuesta popular, no ideológica, la URSS de Stalín volvió a las raíces estatales y populares,
orientales como dice Niekisch. Algo que representa más o menos la dialéctica mencionada por
Alexsandr Dugin en años posteriores, el combate de los imperios marítimos contra los imperios
continentales. Alemania y Rusia no deberían ser enemigos, sino amigos para combatir de forma
conjunta el mal que ha plagado a Europa, esa plaga que se llama el liberalismo. Ernst Niekisch al
final se opuso al régimen Hitlerista por eso, el gobierno nazi no quería colaborar con la URSS, la
única excepción siendo el Molotov-Ribbentrop pakt, pero el objetivo final Hitleriano era invadir la
URSS y el eslavismo. Muchos de la cúpula nazi en verdad vieron a la URSS como un amigo, no a
seguir pero con quien colaborar y a lo mejor el gran error fue la operación barbaroja y la presunta
opresión de los comunistas bajo los nazis. Los nazis no deberían haber encarcelado y matado
comunistas, eran más amigos que cualquier reaccionario si pensamos en términos geopolíticos. La
destrucción del capitalismo es primordial, luego si surge la batalla de titanes, eso ya no es asunto
del pueblo.
Una obra que todo disidente debe leer, y como recomiendo a todos los lectores de esta reseña y de
la revista, abre tu menta a otras posibilidades ideológicas y aprende de ellas, y las aplicas a tu
manera.
Hasta pronto camaradas,

Althea

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