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Canción del pirata.

- José de Espronceda
En el año 1583, un audaz pirata, llamado Tomas, navegaba con su enorme y
destartalado barco de madera, por las tranquilas aguas del Mediterráneo. A lo lejos
pudo observar un lugar que parecía hermoso y decidió dirigir su barco para llegar
hasta allí.

Pasó varias horas hasta que llegó a su destino. Aquel hermoso paisaje se trataba de
la ciudad de Estambul. No podía creer las maravillas que estaban viendo sus ojos.
Quiso recorrer sus alrededores del magnífico litoral y llegó al puerto. Allí se
encontró con unos marineros que acababan de atracar acompañados de una bella
mujer.

Él pensaba que se trataba de un grupo de amigos que venían de pescar porque


llevaban en sus manos unas redes y cubos, pero, al cabo de un rato, mientras los
observaba curiosamente, contemplaba unos gestos sospechosos en ellos, como si
ella estuviera atada e intentara escapar. Efectivamente, la agarraban bruscamente
para evitar que se soltase.

Al ver esa escena, Tomas no dudó en averiguar de qué se trataba y decidió


seguirlos y espiarlos para ver qué ocultaban.

Llegaron a un frío y tenebroso lugar. Allí, los marineros metieron a la muchacha en


una especie de trastero oscuro, entre rejas. Y como Tomas bien había pensado, se
trataba de un secuestro.

Pasaron unos minutos y los marineros se fueron. Tomas se acercó a ella y, al verla,
se quedó asombrado. Él conocía a aquella mujer. Se trataba de la hija del rey,
Marina, para el que él había trabajado hacía años y, de la cual, estaba enamorado.
Pero su amor no fructificó porque era una mujer que no estaba a su alcance.

-¿Pero qué haces aquí? ¿Por qué te han secuestrado?- Preguntó Tomas.

-No lo sé, me dijeron que mi padre pagaría muy caro arrebatándole lo que más
quiere.- Respondió la bella mujer. -¿Por qué estás tú aquí?-Le preguntó.

-Vi como desembarcaban en el puerto y como si te tuvieran atada y decidí


averiguar.- Contestó él.

Ella se quedó muy sorprendida porque no esperaba que él estuviera allí y le pidió
que la ayudara a salir. Tomas cedió y sacó su gran espada y rompió el candado que
estaba bloqueando la puerta.

La agarró de la mano y salieron corriendo desesperadamente de aquel oscuro


lugar. Cuando se encontraban a unos pocos metros del puerto, tropezaron con los
marineros.
Marina, muy asustada se escondió detrás de Tomas y los marineros sacaron sus
armas para luchar contra él y recuperar a la hija del rey.

Mientras se sumían en una fuerte pelea, Marina corrió hacia el barco del pirata.
Tomas derrotó a los marineros y, rápidamente, se dirigió al barco para poner
rumbo a su isla y salir de allí lo antes posible.

Recorridas ya varias millas y después de una profunda conversación, cruzaron sus


miradas con deseo. Los ojos de ambos brillaban y, de repente, sin esperarlo, ella se
lanzó a darle un beso en sus delineados labios. Él no se lo esperaba ya que años
antes lo había rechazado.

Marina llegó sana y salva a su casa y le contaron lo sucedido al rey.

El amor entre ambos triunfó pero, aunque Tomas añoraba su vida de pirata como
hombre libre, no la cambiaba por la de ahora. Pues se encontraba junto a Marina, la
mujer que tanto había esperado.

Aimara Gómez Castro 1ºBach B

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