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Como regla general, la infección avanza erosionando la zona más delgada del
hueso adyacente hasta infectar los tejidos circundantes. La mayoría de las
infecciones odontogénicas atraviesan la placa cortical facial del hueso para formar
abscesos vestibulares. En algunas ocasiones, las infecciones avanzan directamente
hacia otros planos fasciales profundos.
En personas sanas, los planos fasciales profundos son solo espacios virtuales que
no existen. El tejido areolar laxo en el interior de estos planos sirve de amortiguador
para músculos, vasos, nervios, glándulas y otras estructuras circundantes, y permite
un relativo movimiento entre estas estructuras. Durante la infección, este tejido
amortiguador y lubricante tiene la capacidad potencial de hacerse primero
enormemente edematoso en respuesta al exudado de líquido tisular y volverse
indurado después cuando los leucocitos polimorfonucleares, linfocitos y macrófagos
migran desde el espacio vascular hasta los planos intersticiales infectados.
Las infecciones cuyo origen se encuentra en las piezas dentales maxilares también
tienden a diseminarse a las zonas infraorbitaria, palatina, orbitaria e infratemporal, y
al seno maxilar.
Como el extremo apical de los incisivos laterales superiores y las raíces palatinas de
los premolares y molares superiores están situados junto a la placa cortical palatina,
la infección que se inicia en algunas de estas piezas dentales puede avanzar a
través del hueso sin perforar el periostio.
si una infección avanza a través del hueso cortical bucal pero no perfora el periostio, lo que hará
esencialmente es despegar la capa perióstica del tejido blando que se encuentra junto a la
superficie del hueso. Clínicamente, esto provoca una inflamación que adopta la forma de la
mandíbula subyacente. Como se muestra en la figura 17-12, parece que el hueso mismo hubiese
aumentado de tamaño
En su histórico trabajo sobre la anatomía de los espacios fasciales profundos de cabeza y cuello,
Grodinsky y Holyoke identificaron el plano submaxilar como un gran espacio que engloba los tres
planos anatómicos actualmente denominados
- submandibular,
- sublingual y
- submentoniano
El plano submentoniano está situado entre los vientres anteriores de los músculos digástricos
izquierdo y derecho y entre el músculo milohioideo y la fascia que lo recubre (fig. 17-17). Las
infecciones aisladas del espacio submentoniano son raras y están producidas por infecciones de
los incisivos mandibulares.
Cuando los espacios perimandibulares (submandibular, sublingual y submentoniano) se ven
involucrados bilateralmente por una infección, el proceso se conoce como angina de Ludwig. Esta
infección es una celulitis de rápida extensión que puede obstruir la vía respiratoria y
habitualmente se disemina en sentido posterior hasta los espacios fasciales profundos del cuello.
Esta infección puede progresar con alarmante velocidad y producir, por tanto, obstrucción de la
vía respiratoria superior, que con frecuencia lleva a la muerte. La causa más frecuente de angina
de Ludwig es una infección odontogénica. En la década de 1940, antes de que la penicilina
estuviese disponible, Williams y Williams y Guralnick encontraron una manera de reducir la
mortalidad de la angina de Ludwig de un 54% a un 10% al instituir un protocolo que consistía en
asegurar la vía respiratoria y realizar después procedimientos quirúrgicos de incisión y drenaje de
forma precoz y enérgica
la afectación de los planos cervicales profundos puede tener graves consecuencias, incluso con
riesgo para la vida del paciente. Puede comprimir, desviar u obstruir por completo la vía respiratoria.
signos clínicos de infección del espacio laterofaríngeo se incluye trismo secundario a inflamación del
músculo pterigoideo medio; inflamación lateral del cuello, especialmente entre el ángulo de la man
díbula y el músculo esternocleidomastoideo; e inflamación de la pared lateral de la faringe,
causando una protrusión hacia la línea media. Los enfermos con infecciones del plano laterofaríngeo
presentan dificultad para tragar y habitualmente tienen fiebre y se encuentran muy afectados.
Otro posible problema es el efecto directo de la infección sobre el contenido de este espacio,
especialmente las estructuras situadas en el compartimento posterior. Entre estos problemas se
incluyen trombosis de la vena yugular interna, erosión de la arteria carótida o de sus ramas, e
interferencia con los pares craneales IX, X y XII. Una tercera complicación grave surge cuando la
infección progresa desde el plano laterofaríngeo al espacio retrofaríngeo o incluso lo sobrepasa.
PLANO RETROFARINGEO
yace detrás de los tejidos blandos en la cara posterior de la faringe. Este plano retrofaríngeo limita
por delante con los músculos constrictores de la faringe y con la fascia retrofaríngea, y por detrás
con la fascia alar
El espacio retrofaríngeo comienza en la base del cráneo y termina por debajo de un punto variable
situado entre la sexta vértebra cervical (C6) y la cuarta torácica (T4), donde la fascia alar se funde en
su parte anterior con la fascia retrofaríngea
El plano retrofaríngeo contiene solo tejido conjuntivo laxo y ganglios linfáticos, por lo que supone
una escasa barrera a la diseminación de la infección desde uno a otro de los espacios faríngeos
laterales que rodean la vía respiratoria, el principal motivo de preocupación es que la infección
pueda progresar en sentido posterior, romper la fascia alar y penetrar en el «espacio peligroso»
El «espacio peligroso» está situado entre la fascia alar por su parte an terior y la fascia prevertebral
por su cara posterior. El «espacio peligroso» se extiende desde la base del cráneo hasta el diafragma,
sin solución de continuidad con el mediastino posterior
El mediastino es el espacio existente entre los pulmones, y contiene el corazón, los nervios frénico y
vago, la tráquea y los troncos bronquiales principales, el esófago, los grandes vasos que incluyen la
aorta y la vena cava inferior y superior. Un paciente con mediastinitis puede tener una infección
fulminante que comprime el corazón y los pulmones; interfiere con el control neurológico de las
frecuencias cardíaca y respiratoria; pene tra en el pulmón, la tráquea o el esófago; e incluso se
disemina a la cavidad abdominal. La mortalidad por mediastinitis es elevada incluso con los
modernos métodos de atención sanitaria
Los legos llaman a la fascitis necrosante «la bacteria carnívora». No es estrictamente hablando una
«bacteria carnívora» la que causa esta infección, más bien es la consecuencia de la rápida
propagación de la infección sobre la superficie más externa de la capa anterior, o de reves timiento,
de la fascia profunda del cuello, hasta la profundidad del platisma.
El manejo de las infecciones, leves o graves, tiene siempre cinco objetivos generales:
1) asistencia médica del enfermo, con especial atención a la protección de la vía respiratoria y a
corregir cualquier posible afectación de las defensas inmunitarias
El tratamiento quirúrgico de las infecciones de los espacios fasciales requiere casi siempre una
generosa incisión y una agresiva exploración con hemóstato de los planos fasciales involucrados.
Habitualmente se necesitan uno o más drenajes para proporcionar el drenaje adecuado y la
descompresión del área infectada. Como la operación de incisión y drenaje tiene que ser muy
amplia, habitualmente se realiza en un quirófano, y se administra anestesia general al paciente. En la
figura 17-27 se mues tran las localizaciones de diversos puntos adecuados para incisión y dre naje.
PARTE 4 : VACA
ACTINOMICOSIS
CANDIDIASIS