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Empieza solo, ya conseguirás gente en el camino.

Hace unos días experimente de forma genuina un sentimiento que no experimentaba hace mucho; la
vergüenza. Y puede resultar extraño quizás, pero es que yo no soy alguien que se avergüence con
facilidad. Soy bastante extrovertida y por lo general estoy segura y feliz sobre la forma en la que actúo,
así que no muy a menudo experimento esto de la vergüenza, pero, obviamente no signifique que este
librada de ella para siempre, si al fin al cabo, es parte del paquete, es una emoción como todas las
demás.

Te cuento: si hasta ahora nunca te lo has cuestionado (al menos que seas alguien que me conoce en
persona) mi nombre no es Ciel, es Massiel, Siel es el apodo que alguien (con quién ni siquiera hablo
actualmente), me puso hace unos años porqué, según él se parecía a mi personalidad y nombre, además
la mayoría de gente en ese entonces me llamaba Massi y pues él quería llamarme de otra forma. Me
gustó el apodo, lo hice mío, le cambié la S por una C, y comencé a usarlo. Por lo general, si se da la
ocasión, le explico a las personas que me conocen de redes sociales, que ese no es mi nombre, aunque
tampoco es como que tengo que explicarme, lo he hecho siempre porqué he querido, y hasta ahora
siempre coincidí con gente a la que no le importa que sea un apodo e igual me llaman así porqué les
gusta el nombre, porqué es como yo quiero que me llamen, etc,. Me parece muy cool de la gente que no
se cuestione algo pues que no le corresponde.

Sin embargo hace unos días andaba con alguien que me conoce hace años, y sabe que mi nombre no es
Ciel, pero pues igual sabe que tengo la cuenta de IG con ese pseudonimo y que me gusta usarlo.
Andando con esta persona, alguien que me conoce solo de IG me llamó Ciel, y la forma en que esa
persona me ridiculizó (la amiga con quién andaba), diciendo me “¿Ciel, ahora te llamas Ciel?” me hizo
sentir tan pequeña y ridícula. A ver, sé que lo que yo siento es mi responsabilidad, no de esa persona, lo
que quiero expresar aquí no es que esta persona tiene la culpa de como me sentí, pues esa persona
accionó como esa persona es, y la responsabilidad de mis sentimientos, insisto, es mía.

En parte yo ni siquiera juzgo a esta persona por juzgarme, sé que es difícil ver a gente con la cuál creciste
o conoces de hace mucho, pues cambiar y crecer. Sé que se puede sentir incomodo o sinsentido, de
verdad, no la juzgo por la vergüenza que sentí. De hecho, en el momento inmediantemente después de
sentirme avergonzada pensé que no era para tanto y ni siquiera le dije a esa persona como me sentía, no
me pareció necesario.

A lo que voy con todo este texto es: la gente que es más cercana a ti, difícilmente tomarán con bien y
alegría y total aceptación tu crecimiento, tus cambios, tus nuevas formas. Es difícil aceptar el cambio,
seguro has escuchado muchas veces sobre como nuestro cerebro siempre trata de reprimir el cambio,
porqué no lo acepta, pues es lo mismo que pasa con la gente de alrededor tuyo. No conciben verte de
otro modo y quizás por eso su reacción, pero algo muy importante que he aprendido estos últimos
meses de mi vida es: NO NECESITAS QUE TODOS EMPRENDAN EL VIAJE CONTIGO. Y no significa que
estarás sola, significa que para empezar, solo te necesitas a ti, y que en el camino (Pink promise)
encontrás gente que va hacia tu mismo destino, conocerás gente que tenga que ver contigo, que esté
haciendo el mismo camino que tú.

No tengas miedo de empezar, no te limites esperando que la gente a tu alrededor se alegre toda por lo
que te pasa y emprenda contigo el viaje, ten el coraje de empezar, así sea solo un amigo quién te apoya,
ya en tu camino, vas a coincidir con gente en esa misma frecuencia, gente con la que no será necesario
que traduzcas tu alma, gente que hablará el mismo idioma que tú.

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